Capitulo 9: Ayuda
En el colegio Hogwarts de magia y hechicería, se corría el rumor de que Draco Malfoy y Ginny Weasley se habían escapado juntos haciendo la gran "Romeo y Julieta". Ron estaba furioso y jamás había estado tan gustoso de irse de la escuela como en ese momento.
"Cuando salga voy a encontrar a mi hermana y a ese abusador de menores y lo voy a mandar al infierno..." Se le escuchó murmurar durante los pasillos del colegio.
Sin embargo, momentos antes de irse, algo les hizo palidecer.
Harry, Ron y Hermione, se encontraban caminando sin rumbo. Era la ultima vez que estarían allí, por lo menos siendo alumnos y la melancolía se olía en el aire. Cuando se encontraban en los alrededores del baño de Myrtle la llorona, recordaron la cámara de los secretos. Harry vió a Ginny, a la pequeña hermanita de su mejor amigo desmayada en la cámara, con Tom Riddle a su lado. Y los tres decidieron ir a ver a Myrtle. Después de todo, no podían irse sin despedirse... Pero cuando llegaron, ella estaba flotando riendo como loca.
¿Myrtle la llorona... riendo? – Preguntó Ron en voz alta atónito.
¡Tienes algún problema! ¡Acaso a mi se me ha prohibido reír! – La fantasma le hablaba cara a cara al pelirrojo que de pronto estaba pálido.
No... no.. es que... –
Mirtle, solo veníamos a despedirnos... es nuestro ultimo año así que... –
Pero que gentil eres, Harry... – Le dijo la chica pestañeando suavemente y mirándolo con una sonrisa.
Bueno, ya esta ya lo hicimos, así que nos vamos que tengo que buscar a mi hermana... – Ron parecía presuroso de irse cuanto antes.
Bueno, vete... pero entonces no podré decirte quien se la llevó... – Los tres se quedaron allí parados observándola. Sabían perfectamente que ella podía estar donde quisiera cuando quisiera, y que probablemente supiera muchas mas cosas que ellos.
Mejor, quedémonos un rato mas con mi gran amiga Myrtle... – Dijo Ron, mirándola amistosamente.
TU no eres mi amigo. Harry lo es, así que se lo contare a él... –
Bueno, ya cuéntame, Myrtle... – Le dijo el aludido.
Hace un tiempo, dos chicas vinieron a invadir mi espacio... y a una de ellas se le ocurrió vomitar en MI baño... horrible... puaj... y luego se pusieron a hablar tan alto que tuve que escuchar... no tuve alternativa... – Los tres muchachos se miraron. – Bueno, el hecho es que me di cuenta de que la chica que había vomitado se llamaba Ginny... y la otra Katie... o algo por el estilo... y a la chica colorada la reconocí porque seguramente era la hermana del pelirrojo molesto amigo de Harry Potter... –
¿Podrías abreviar? – Le dijo el chico enojado.
¡Oye, si lo prefieres no te digo nada! –
Ron, discúlpate... –
¿Qué me disculpe? – Mirando a sus amigos que hacían falsos gestos desaprobatorios, resignado tuvo que acceder. – Ok, perdón... ¿serias tan amable de continuar? –
Iba diciendo, que la chica colorada dijo muchas cosas... que alguien la perseguía... que se había besado con un tal Malfoy... y que la habían violado... –
¿QUÉ LA HABÍAN VIOLADO? ¿QUÉ SE BESO CON DRACO MALFOY? - Ron no solo estaba fuera de quicio, sino que Hermione perdió el equilibrio y Harry tuvo que sostenerla para que no se cayera al suelo. Los tres estaban boquiabiertos.
Pero hay mas, porque el día que Dumbledore dio el discurso de fin de año, yo quise ir a espiar por una de las ventanas que dan al Lago... siempre miro desde afuera porque no me gusta que me vean allí todos los demás fantasmas... y vi como entre varios tipos la agarraban y tocaban un caldero... luego desaparecieron... Y justo esta mañana oí a dos chicas que decían "La mosquita muerta de Weasley se escapo con el bomboncito de Draco Malfoy... ¿Es que alguien como él puede mirar a esa niñita?" Y la otra le decía "para mí que le dio un filtro de amor..." y luego seguían caminando como si nada... y a mí me dio mucha gracia oírlo, porque lo que vi no fue que se fueran por las buenas, ¡jajajaj! – La chica fantasma comenzó a reír nuevamente y cuando por fin pudo para y trató de encontrar a los tres muchachos, estos ya no estaban...
Justo que les iba a contar la mejor parte... es una lastima... no se van a enterar que la chica esta embarazada... – Y con una sonrisa malévola desapareció tras una pared...
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Draco se encontraba en la habitación. Buscaba la manera de salir y salvar a Ginny de lo que fuera que le estuvieran haciendo. Pero no podía... estaba atado de manos y no podía utilizar magia. No podía creer que el idiota de Fudge le hubiera dicho a ella que él era un mortífago... Pero si lo eres... eres un mortífago aunque no te guste, tienes la marca tenebrosa y nadie te la podrá quitar... Le decía su inconsciente. Si seguía así, se iba a terminar volviendo loco. Pero él ya no lo era... lo había sido, pero solo para agradar a su padre. Fue la única razón. Y cuando se dio cuenta de la realidad, de que eso no era un simple juego de niños se aterró. Se había metido en algo grande... pero siniestro. Y todo por culpa de su padre, que ni siquiera se había dado cuenta de todo lo que sacrificaba su hijo para complacerlo. Por eso lo odiaba. Por haberlo convertido en algo así... en un monstruo...
De pronto, sintió un ruido sobre su cabeza. Miró hacia la ventana que había en la pequeña habitación y descubrió una hermosa lechuza blanca que picoteaba el vidrio para que la dejaran entrar. Pero él no podía abrirle... sin embargo, una idea se le ocurrió. Lentamente se fue parando. Le dio la espalda a la ventana y trató de alcanzarla. Pero no. Estaba muy alta. Se sintió derrotado, y el toc-toc no ayudaba mucho... Recostó su espalda contra la pared y su vista se fijó en todos lados del cuarto... la cama... la alfombra... la silla... el plac... ¡La silla! ¿Cómo no se le había ocurrido antes? Casi corrió hacia donde estaba la pequeña silla de madera en la que lo habían atado, y haciendo uso de sus piernas la pateó hacia la ventana. Un hilo de esperanza comenzó a brotar y... se detuvo. ¿Cómo diablos iba a hacer para subirse sin las manos? Otra vez la derrota... pero no, él era Draco Malfoy... el Gran Draco Malfoy, y no se iba a dar por vencido así como así. Se fue para atrás y sin quitar la vista de la silla, tomó carrera y dio un gran salto... y se calló. Otro golpe mas para la colección... Sin embargo, se levantó dolorido, y volvió a echarse para atrás tomando impulso. Corrió muy rápido y volvió a saltar, esta vez, haciendo equilibrio sobre la silla. Ahora si, lo había logrado, estaba sobre la silla a la altura de la ventana. Satisfecho, se dio media vuelta, con mucho cuidado de no caerse, y poniendo las manos en la ventana logró subirla poco a poco y con mucha fuerza. Cuando el hueco fue lo suficientemente grande como para que el ave pasara, esta entró en la habitación y volando encima de Malfoy le hizo ver que tenía un papel en la pata.
¡Suéltalo, idiota no ves que no puedo agarrarlo! – Le dijo molesto al animal que ululó fuertemente y comenzó a picotearlo en la cabeza.
¡Ey! ¡Ya basta! – El ave cedió y dejó caer en el suelo un pergamino. Malfoy se sentó y pudo leerlo.
Si estas leyendo esto, es porque Hedwig te encontró. Le enviamos una lechuza a Ginny pero esta regresó con el pergamino, por lo que sabemos que alguien la mantiene aislada. Sabemos todo y cuando Hedwig regrese con tu paradero iremos a buscarla. Ron dice que si le vuelves a poner una mano encima a su hermanita de nuevo "&!7&9... espero te haya quedado claro...
Draco terminó de leerlo y luego dijo:
¿Para esto volví a golpearme? – Estaba molesto. Lo que faltaba, era que el Weasley cabeza de fósforo viniera a amenazarlo a él... bufó y miró a la lechuza que estaba mirándolo desde la ventana. Parecía que se había alejado temiendo las represalias que pudiera tener la carta.
¡Vamos, vete! Y trae a los estúpidos esos para que me ayuden a salir de aquí y rescaten a Ginny... – Estaba furioso, pero ante todo estaba ella... Draco hubiera jurado que el ave le asintió con la cabeza, antes de salir volando y perderse en el cielo...
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Ginny no sabia que hacer. Thomas la tenía amenazada con hacerle mas daño a Draco... e incluso matarlo si llegaba a decir algo incorrecto en la cena. Pero el solo hecho de estar rodeada por mortífagos la asqueaba. Él la tenía agarrada de un brazo y caminaban por la enorme casa. En eso, llegaron a una puerta.
Bueno, preciosa, llegó la hora... y acuérdate de quien esta en peligro en caso de se te olvide que de ahora en mas me perteneces... – Y poniendo una mano en el vientre de la chica, agregó: - Y él también... – Ginny sintió ganas de ir y meterle la mano en una olla de agua hirviendo para que jamás volviera a tocarla pero la imagen de Draco tirado en el suelo la aterraba.
Yo jamás seré tuya... –
Te equivocas, preciosa... ya lo eres... – Y con una sonrisa de superioridad abrió la puerta. Ginny sentía que su corazón iba a dos mil por hora. Había una mesa muy larga con mucha gente que estaba sentada hablando. Intentó buscar alguna cara conocida, es decir, algún espía de la orden que pudiera ayudarla... pero por mas que buscaba no veía a nadie... Intentó sonreír para no demostrar que estaba asustada pero no lo logró. Los presentes se levantaron y ella advirtió que dejaban de hablar. Pensó que Thomas Fudge debía ser alguien muy importante entre los mortífagos como para causar tal efecto... nuevamente la repugnancia se hizo presente en ella. Él comenzó a caminar y le indicó que se sentara en una silla. El se sentó a su lado, en la cabecera de la mesa. Los presentes hicieron lo mismo y se escuchó un murmullo.
Bien, mis compañeros, los he reunido a todos hoy para presentar a una nueva compañera. La hermosa chica que nos acompaña será mi compañera... y la madre de mi hijo... – Un murmullo general se volvió a generar, pero él se levantó y todos callaron.
Por lo tanto, esta noche será su iniciación y le será hecha la Marca Tenebrosa... –
¿QUÉ? – Ginny se había levantado de golpe y estaba pálida. Todos la miraron. Algunos palparon sus varitas..
¡Vuelve a sentarte! – Le ordenó Thomas. En sus ojos se veía el odio y ella sintió que el miedo la invadía. No podía ser... ¿Cómo iba a hacerle eso? ¿Es que para lo único que vivía ese hombre era para hacerla sufrir? Ella no contestó. Tenía ganas de salir huyendo de allí, pero no podía hacerlo. Eran muchos... y aunque lo lograra, no podía dejar a Draco allí. Lentamente, fue sentándose en la silla. Sin embargo, maquinaba algo... desmayarse... vomitar... cualquier cosa... no podía permitir que le hicieran la marca... no podía...
Así me gusta... ahora, cuando vuelvas a interrumpirme, chasquearé los dedos y alguien va a empezar a gritar... y tu vas a oírlo suplicar que lo maten... – Ginny creyó que se abalanzaría sobre él y lo mataría a golpes, pero se contuvo. – Muy bien, luego de la cena comenzara la ceremonia... – Y acto seguido, aplaudió y la comida apareció en los platos. Ginny estaba hambrienta, pero no quería comer. Tenía la intención de desfallecer de hambre y morirse antes de que la convirtieran en una mortifaga... o al menos lo intentaran... Mientras observaba a los presentes buscando algo que le resultara familiar, algo se le cruzó. Una lechuza, si eso era... miró hacia el gran ventanal que había en la sala, y descubrió a Hedwig intentando por todos los medios que alguien le abriera. Ginny se desesperó. Si Thomas la veía de seguro que la mataría... no podía permitirlo... además, la pequeña lechuza de Harry era su llave a la libertad. Intentó hacerle señas para que se fuera, pero le resultó inútil. La lechuza seguía tratando de llamar la atención. De pronto, vió algo que le paralizó el corazón. ¡Tres personas volando en dirección a ella! Creyó estar viendo visiones, pero luego se dio cuenta de que era verdad. Su hermano, Harry y Hermione se habían parado frente al inmenso ventanal y trataban de llamar la atención de los comensales que aún no se percataban de que tenían visitas. Ginny no podía creerlo, y ya no sabia que hacer para advertirles... y no pudo hacer mucho, porque uno de los hombres que estaba a su lado, se había dado cuenta que ella no dejaba de mirar hacia delante y también miró...
¡Es Harry Potter! ¡Fudge, nos encontraron! – Todos los mortífagos se pusieron de pie de golpe y sacaron sus varitas. Los tres amigos, se quedaron paralizados. Levantaron vuelo y rodearon el lugar, buscando algún escondite.
Bueno, preciosa, parece que tu hermanito no es tan idiota como tu padre y te encontró... al parecer tendremos que irnos a otro lugar... – Y tomando a Ginny del brazo la condujo por los pasillos nuevamente.
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Draco miraba la ventana para ver si alguien pasaba por allí. Sin embargo, nadie se asomaba. Seguramente la lechuza es tan estúpida como su dueño y se perdió por el camino... Pero justo en ese momento, tres escobas pasaron a toda velocidad. Se paró de un salto y comenzó a gritar. Cuando se había quedado sin voz, y creyó que los estúpidos habían seguido de largo, una cabeza se le apreció de golpe. Tan de golpe, que lo asustó. Hermione jamás dejaría de reírse de su cara... jamás...
Los tres muchachos rompieron la pared con hechizos, y la chica con un "alohomora" logró quitarle las esposas mágicas que lo inmovilizaban. Una vez que estuvo libre, el rubio ni siquiera les agradeció. Tomó la varita que estaba escondida en una habitación continua y se echó a correr.
Ron estuvo a punto de acogotarlo, pero como salió corriendo tan rápido, no tuvo tiempo y se puso a correr tras él para alcanzarlo. Así que los tres, perseguían a Malfoy que a su vez perseguía a Thomas...
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¡Suéltame! – Le gritaba Ginny intentando que él dejara de atarla.
No me molestes, preciosa. Ya te soltare, en cuanto termine de convertir este libro en un traslador... –
¡Auxilio! – Gritaba ella, rogando para que su hermano y sus amigos hubiesen liberado a Draco y se encontraran cerca. Pero Thomas se le acercó y le conjuró un hechizo con el cual, de su varita salió una cinta que envolvió la boca de la chica, impidiéndole hablar. De pronto la puerta de la habitación se cayó y una sombra apareció tras del polvo. Draco no le dio tiempo de nada. Lanzó un hechizo tras otro, para darle con alguno al escurridizo de Thomas que finalmente cayó al suelo. El rubio se le acercó para cerciorarse de que estaba inconsciente y sonrió satisfecho. Conjuró un hechizo y de su varita salieron unas cuerdas atando al cuerpo inerte del hombre. Luego, se le acercó a Ginny y con un rápido movimiento la desató. Ambos se abrazaron. Ella lloraba nuevamente (N/A: KE RARO... © y él la contenía. Al segundo, llegaron los tres muchachos agitados de tanto correr, y con las varitas en alto.
¡Cuidado Ginny, es un mortífago! ¡Y venimos de luchar contra un grupo de ellos! – Le gritó Hermione al verla junto a Draco. La chica esbozó una triste sonrisa. En parte tenían razón. Él era un mortífago... pero a ella no le importaba... demasiado...
¡ALEJATE DE MI HERMANA! – Pudo decir Ron, antes de abalanzarse sobre él y comenzar a golpearlo de la forma muggle.
¡Ron, ya basta! ¡Él me salvó! – Le imploraba Ginny, tratando en vano de librar a Draco de su hermano. Harry la tomó de la cintura alejándola de la pelea y Hermione le preguntó.
¿Te salvó? ¿De quien? –
¡De él! – Dijo señalando hacia donde se encontraba Fudge... Todos miraron hacia el lugar señalado y Draco aprovechó ese momento para separarse de Ron.
¡Si quieres descargarte con alguien, entonces hazlo con él que es el que... – Se detuvo al notar la mirada de cierta pelirroja.
¿De que? – Preguntaron los tres casi al unísono.
Él es el culpable de que yo este embarazada... –
Cuatro miradas se posaron en ella... la verdad cada vez estaba mas cerca...
