… Algunas Cosas Nunca Cambian …
La chica esta sentada tranquilamente en el techo mirando atentamente las estrella. Echaba mucho de menos el ver aquellos puntos plateados como ahora. En el único sitio en donde ha podido admirarlas tan hermosas… es ahí.
En la ventana se aproxima Len. – Con que aquí estas… - dice ahora sentándose al lado de la chica – te he buscado por toda la casa…
Me gusta estar aquí… las estrellas se ven muy hermosas… - luego mira al recién llegado – que traes ahí?
Es una sopa… te aliviara el dolor de estómago…
Pilika se queda mirándolo. Es raro que el muchacho se muestre tan atento luego de que se han peleado casi toda la semana… bueno… también es muy extraño que ella le haya pedido que la trajera… En vista y considerando esto último, decide evadir ese punto y regalarle una sutil sonrisa – Gracias…
El joven no puede evitar ese cosquilleo en el estómago ante ese tierno gesto.
Pasan unos segundos mirando ambos las estrellas mientras la muchacha termina de tomar la sopa.
Te ha quedado muy buena… - comenta al aire mientras deja el plato a un lado.
Len voltea para mirarla – Te sigue doliendo el estómago?
Pilika lo mira sonrientemente – La verdad el dolor se me pasó desde que llegamos… nnU
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Bueno…. Aun así agradezco tu preocupación.
Los ojos dorados se quedan fijos en los azul claro de la muchacha. El silencio comienza a reinar en ese momento. Luego de algunos minutos.
Manta vive aquí contigo? – la chica evade la mirada, especialmente porque su corazón comenzó a latir con más fuerza.
Por qué quisiste venir? – sus ojos vuelven a encontrarse – creí que me odiabas lo suficiente como para no verme más… ni mucho menos hablarme.
Si quieres que me vaya lo haré… - La chica vuelve a evadir esos ojos dorados.
Esa no fue mi pregunta… - La tensión en al ambiente comienza a aumentar
Ya te dije… en esta casa hay muchos recuerdos…
…sobre mí.
La chica lo mira algo sorprendida, es cierto, todos los recuerdos que hay en esa casa se trata de ambos.
No te imaginas lo frustrante que ha sido vivir aquí teniendo todos esos recuerdos… cada rincón de la casa me recuerda algo tuyo…
Ya basta! – la chica vuelve a evitar esos ojos, la veracidad que hay tanto en su mirada como en su voz la hacen dudar mucho – Lo nuestro fue hace mucho tiempo! Me vas a decir acaso que…?
Aún sigo enamorado de ti….
La chica voltea la mirada nuevamente hacia él, el brillo de los ojos dorados y el tenue rubor de sus mejillas indica que ha hablado con el corazón.
No…- la chica se levanta – ya no más! – comienza a encaminarse al interior de la casa.
Len la sigue. Ya adentro, le toma de la muñeca – Pilika…
Suéltame! –se libera, pero luego el chico la intercepta nuevamente
Hay un pequeño forcejeo, Len intenta que la muchacha quede mirándolo a los ojos, pero ella insiste en empujarlo.
En medio de la confusión de los brazos, forcejeos y empujones. Len opta por la última opción que le queda. Sosteniéndola de ambas muñecas, la recuesta de golpe en la cama quedando el arrodillado sobre ella.
Ya es suficiente! – grita el muchacho, algo despeinado a causa del forcejeo. – No entiendo por que lo evades! Tu estas en la misma posición que yo!
La joven se queda mirándolo directamente a los ojos, luego de unos segundos en silencio – Por qué volviste?...
Un pausa
Por qué volviste? Estaba rehaciendo mi vida! POR QUÉ DEMONIOS VOLV….?
Un suave toque de los labios del joven, es suficiente para que el silencio volviera a reinar en la habitación.
Len se separa mirándola directamente a los ojos – Por ti…. – confiesa mientras comienza a acercarse nuevamente con lentitud – volví por ti…
Los ojos de la chica se quedan clavados en los de él que comienzan a cerrarse lentamente. Sin mucha prisa ella también comienza a relajar la mirada para luego imitarlo.
No esta claro el instante en que ambos se pusieron de acuerdo para unir sus bocas en una suave y divina danza. Con mucha calma el chico va soltando las muñecas para comenzar a acariciar la larga cabellera, recostándose al lado de la muchacha.
Hay una que otra pausa en ese beso, por lo general, para tomar algo de aire. Se quedan sumidos en ese momento que ambos deseaban hace mucho. Ni siquiera hacen el esfuerzo para abrir los ojos.
Luego de unos minutos, Len se sorprende un poco al sentir que las manos de la peliazul se van colando lentamente por su camisa y que ahora acarician su espalda. Se separa para mirar a la chica quien lentamente abre sus ojos. Una sonrisa torcida le da a entender lo que ella pretende, lo cual le parece bastante aceptable.
Vuelven a sellar sus bocas y a cerrar sus ojos, esta vez en un beso más apasionado, demostrándole al otro la desesperación que sentían al estar separados, actuando, siendo que lo que más deseaban era estar como estan ahora. Ambos hacían como si nada pasara por su mente y su corazón, siendo que en simples palabras, morían por comerse a besos. Las caricias de ambos se hacen presentes.
Ninguno se detiene a pensar, ni tampoco les interesa, en que momento comenzaron a deshacerse de las vestimentas.
Tan suave… tan tersa…. Esa piel que por mucho tiempo soñó y moría por volver a tocar, esos hermosos ojos que lo vuelven a mirar con pasión y deseo, esa suave voz que sale de la boca entreabierta como cortos gemidos a causa de los besos en el cuello. Todo… todo es perfecto.
Len se aleja para mirarla.
Ahí… frente a él, completamente desnuda se encuentra la chica que vive en su corazón. Admira la belleza de su cuerpo, más desarrollado que la última vez que lo vio sin esas molestas ropas, pero manteniendo aún la forma de una escultura.
Mira su rostro, ese fino rostro ya de una mujer. Esos hermosos ojos azules que lo miran brillantes bajo la luz de la luna.
Eres hermosa… - dice antes de sellar su boca con la de ella. Tanto tiempo buscó ese sabor que sólo encontró en esos labios. Buscando sin éxito un reemplazante para esos besos… besos que sólo ella sabe dar.
Pilika rodea el cuello del muchacho para no perder el contacto. Por su parte las cosas no son muy diferentes. Su corazón se regocija con lo que hace tanto tiempo había deseado volver a sentir. Su cuerpo también al rozar la piel que tanto deseaba tocar y su mente disfruta que por fin lo que tanto imaginó se volviese realidad.
Las caricias se extienden a lo largo de todo el cuerpo del otro.
Una de las manos del chico se detiene en la entrepierna ya humedecida de la muchacha. Sus dedos hurguetean por esa cavidad causando una serie de espasmos en ese cuerpo femenino.
Se separa para mirarla, hace tanto tiempo que deseaba verla de esa manera. Su mirada se concentra en esos ojos llenos de pasión. Se queda observando las reacciones que le causan las caricias y disfruta de los cortos gemidos que cortan la respiración de la joven.
Pero Pilika no se queda atrás. Sin cortar el nuevo beso que acaba de nacer, encamina su mano a estimular aún más el cuerpo del muchacho. Sin tanto esfuerzo hace que los gemidos de él se unan a los suyos en la oscuridad plateada de la habitación.
El joven se sorprende un poco cuando la chica se levanta de repente y lo recuesta boca arriba en la cama, seductoramente comienza a abrir sus piernas encaminando el miembro ya erecto hacia su sexo.
En el momento de la penetración ambos cuerpos vibran gracias a los choques eléctricos que comienzan en sus espaldas y que se divulgan por todo el cuerpo.
Un movimiento de subidas y bajadas, sumado a un ligero movimiento de las caderas, masajean el sexo del muchacho en el interior de la chica.
Las manos de Len recorren gustosas la figura femenina. Sus caderas, cintura y pechos están completamente a su disposición y él no duda en disfrutarlos.
Aún en las embestidas el chico se sienta rodeando con sus brazos la figura de la muchacha y besando, succionando y lamiendo casi con desesperación los pechos que se encuentran frente a él.
Las mentes perdidas, dejando que los cuerpos se dejen llevar sólo por las emociones y el deseo. Sus cuerpos fundiéndose en uno sólo… todo eso les resulta simplemente perfecto.
Dejan pasar varias horas disfrutando de ese ardiente momento, ese impulso que los hace felices en ese momento.
Cambian de posición varias veces.
Antes de terminar, Pilika queda arrodillada y sujeta por sus manos en el respaldo de la cama, mientras el chico se dispone a penetrarla situándose atrás de ella y sosteniendo las caderas femeninas con ambas manos.
Los gemidos comienzan a transformarse en pequeños gritos, las embestidas aumentan tanto en frecuencia como en fuerza.
Pilika no puede aguantar más, el dolor placentero de las embestidas, las incontables corrientes eléctricas que se traspasan por todo su cuerpo, contando, además, el temblor de su mismo cuerpo. Deja caer su cabeza sobre las sábanas tratando de apagar los gemidos, ocultando su rostro en sus brazos, pero le es en vano. Len vuelve a levantarla acariciando sus pechos y besando sin compasión el cuello de la chica.
Ambos cierran los ojos en el momento de llegar al clímax, un orgasmo más dentro de la noche que se convierte ligeramente en día. Donde la luz plateada de la luna es reemplazada por la tenue luminosidad dorada del amanecer.
Un grito por parte de ambos hace entender que terminan al mismo tiempo, los fluidos de ambos cuerpos se mezclan en el interior del femenino que ahora se deja caer agotado sobre la cama.
Len se recuesta a un lado de la chica rodeando su cintura y llenándola de besos en el rostro.
Te amo… - Más que su boca, habló su corazón.
Pilika abre los ojos para mirarlo, su respiración es tan agitada como la suya, esos hermosos ojos dorados brillan tanto como los de ella… Ese cuerpo brilla por el sudor y tiembla… tanto como el de ella.
Posa una de sus manos en ese firme rostro masculino – También te amo… - Luego se acerca para besarlo cortamente, para luego dejar descansar su cabeza en el pecho del muchacho – Te amo tanto…
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Veamos… 2 huevos… media taza de harina… 3 cucharadas de azúcar y… OH! Buenas tardes! – Manta se encontraba cocinando algo en el momento en que su colega y amigo apareciera en la puerta.
Hola Manta… - Dice sin muchos ánimos, se sienta casi de inmediato en una de las sillas de la cocina.
Buena noche… supongo…- dice con indiferencia volviendo a lo que hacía.
Len lo mira, no saca nada con tratar de ocultarle algo, lo conoce demasiado bien – La mejor…
Bien por ti…. Pues yo no dormí muy bien…
Mucho trabajo?
Manta lo mira – Ojala hubiese sido eso…
¿o.o?
Bueno… digamos que hay cosas que rechinan lo suficientemente fuerte como para resonar por toda ésta casa de 2 pisos… sin contar un par de gritos por la noche… uyy! Fue escalofriante! – hace la imitación de temblar.
El tono rojo que toma su amigo de la nada misma le causa mucha gracia – Creo que hay espíritus! No lo has pensado?
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Ah! Oye… como se sentía Pilika cuando la fuiste a dejar a su departamento? Mm? – Actúa con indiferencia volviendo a lo que hacía.
….
Len? – Voltea para mirar a su amigo quien está más rojo que antes.
….
Estaba muy mal? – pregunta inocentemente.
Ya sabes lo que paso! – el joven chino bate sus brazos ya desesperado y con el color de un tomate en un mejillas – No me hagas explicártelo!
Las carcajadas de Manta se hacen oír en la cocina, nunca imaginó que el serio de Len podría llegar a tener una expresión tan graciosa como la que acaba de hacer.
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En la habitación, Pilika comienza a abrir los ojos. Está tapada completamente hasta los hombros, lo cual encuentra extraño, pues por lo general sus cubiertas no sobrepasan su cintura, se sienta en la cama para aclarar las ideas.
Se siente muy cansada. Restriega por algunos segundos sus ojos mientras trata de ordenar sus ideas.
Finalmente, deja caer sus codos sobre sus rodillas frente a ella.
Es… Esta habitación…
El atontamiento comienza a dispersarse. Se mira a sí misma, completamente desnuda – Oh… no…
Las imágenes vuelven a su mente, algunas de ellas hacen que su corazón palpite con más fuerza.
Ella realmente quería volver a ver esa casa, pero no quería terminar de esa manera en una de las camas.
Siente una risa, reconoce que es la de Manta. Se levanta, se pone sus pantaleta y una de las camisas de Len.
Baja cautelosamente las escaleras para no ser descubierta.
Ya cállate! – Es la voz de Len, tanto la exclamación como la carcajada provienen de la cocina.
No entiendo por qué te urges tanto… Tú mismo me has dicho miles de veces que querías tenerla de nuevo…
La joven se sorprende.
Hay una pequeña pausa – Si… - contesta con una voz muy tranquila – No te podría explicar lo feliz que me siento ahora…
Pilika lleva una de sus manos a su boca, Len nunca la dejó de querer. Su corazón permanecía con ella en su interior todo el tiempo que ha pasado… A pesar de todo…. Siempre estuvieron unidos de alguna manera.
La joven vuelve a subir las escaleras, se da una ducha corta para luego vestirse. Se demoró un poco en lo último, pues tuvo que buscar su ropa, prenda por prenda, por toda la habitación.
Se sienta en la cama para terminar de ponerse los zapatos, en ese momento la puerta se abre para dejar ver a Len con una bandeja en las manos.
Ya despertaste… - afirma el muchacho acercándose a ella.
La joven se levanta algo nerviosa – Len… yo… tengo que irme…
Len arquea una ceja – Pero si es fin de semana… que te apura?
Tengo que irme… por favor. – Los ojos azules evitan completamente a los dorados.
Que te sucede? – El chico deja la bandeja con el desayuno en la cama.
Pilika se aproxima a la puerta y comienza a abrirla – Por favor Len… mi auto no está aquí… déjame en el Hosp….
Len empuja la puerta para volver a cerrarla, mira a la chica esperando una explicación.
La joven no puede evitar la mirada de esos ojos interrogantes, por lo que da un largo suspiro bajando la mirada al suelo, no le queda otra alternativa.
Tengo novio Len... – Vuelve a mirar los ojos del muchacho – Lo de anoche… yo… yo no tenia la intención de que pasara esto… yo solo…
Dices que lo que pasó anoche fue sólo por el momento?
Esos ojos azules se concentran en los dorados por algunos instantes, para luego bajar la mirada. Una manera de afirmación.
Pilika… - Len toma el mentón de la chica para que lo quedara, mirando fijamente nuevamente.
Lo siento Len…
Pero que demonios te pasa? –apoya ambas manos dando un golpe en la pared, acorralando a la chica – dices que lo que pasó entre nosotros no te interesa? Me estas diciendo que no te importó en lo más mínimo?
No es eso…. Yo…
Dijiste que me amabas…
Una pausa…
Lo vi en tus ojos… no me estabas mintiendo…
…
Se lo dices a Lyserg de la misma manera?
Pilika baja la cabeza, no sabe que contestar. Se queda meditando por unos momentos pero no consigue dejar una idea fija en su mente.
Len… yo…
El joven rodea el cuerpo de la chica con sus brazos – No me digas que esto termina aquí…
Pilika se sorprende por el abrazo, pero más que nada en las palabras del muchacho – Ya te perdí una vez…. – La presiona con más fuerza – Por favor… no quiero perderte de nuevo…
Los ojos de la chica no dan más, por más que lo intente contener no se lo permiten.
Len… - dice con la voz quebradiza mientras comienza a corresponder el abrazo.
Se quedan por algunos minutos en silencio, el sólo hecho de saber que están juntos les es más que suficiente. Ya habrá tiempo para pensar en lo demás… en éste momento lo único que importa… son ellos.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-FIC SIN TERMINAR -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Bien! Aquí tiene! Lemon y, además, la pareja que tanto habían esperado (bueno… algunos. La gran mayoría)
Ojala les guste este nuevo capítulo, para que la espera no haya sido en vano n.nU
Un besote gigantezco a todos! Y muchas gracias por seguir mi historia
..-SIU! Te deseo lo mejor en la capital! Te voy a echar de menos! TQM!-..-
