Aclarado lo anterior, reitero que no me puedo comparar al maestro Tolkien, y ni siquiera sé como me atrevo a usar sus personajes. Me gustaría saber que puedo ser perdonada por tal sacrilegio, pero sé que es imposible.
TODO SEA POR EL TRONO
Elrond: ... y, sobre todo, antes de permitirte que te cases con Arwen Undómiel, Estrella de la Tarde de su pueblo, debo pedirte que te arregles ese pelo, Aragorn.
Aragorn: ...
Elrond: ô-ó ¿Aragorn¿Estás bien?
Aragorn: ...
Elrond: o.o ¿Me escuchas? Aragorn! ARAGOOOORN! Aragorn, hijo de Arathorn, hijo de...
Dos horas después
Elrond: ... hijo de Eärendir! RESPONDE!
Aragorn: ...
Elrond: ... -.-U entonces supongo que no te quieres casar con Arwen. Bien, mejor para mí. (se vuelve para irse)
Aragorn: ... primero me pediste que esperara que ella me diera el favor de su corazón
(Elrond se detuvo)
Aragorn: ... luego me exigiste que fuera Rey de Gondor y Arnor
(Elrond se volvió a verlo)
Aragorn: ... para éso, claro, tuve que aceptar la misión suicida de "La Compañía" para destruir el anillo. Y ahora...
Elrond: ô.ó ...
Aragorn: (aprieta los puños) y ahora...
Elrond: ô.oU ...
Aragorn: XO y ahora me pides que cambie mi cabello¿no te parece demasiado?
Elrond: ... XO claro que no¿pretendes que deje que mi hija, Arwen Undómiel, se case con un mortal zarrapastroso como tú?
Aragorn: XO pues tú también eres descendiente de mortales!
Elrond: XO no es lo mismo! yo sí me baño, no como otros!
Aragorn: ... bien
Elrond: bien!
Aragorn: BIEN!
Aragorn se va, dando un portazo. Vagabundea un rato por la Tierra Media, y entonces siente La Llamada.
Pues Galadriel, ya se sabe, adora fastidiar a Elrond.
Aragorn: (entrando) ¿me llamó, Dama Galadriel?
Galadriel: (sonriendo entre enigmática y maquiavélicamente) así es, Aragorn. He sentido tu dolor, y es mi deseo ayudarte.
Aragorn: (pensando: es más bruja de lo que parece) ¿qué puede hacer, Dama Galadriel?
Galadriel: (pensando: con que el muy maldito duda de mí¿eh? habrá que hacer que pague por eso.) No, Aragorn, la cuestión es ¿qué puedes hacer tú?
Aragorn: (pensando: u.uU otra misión suicida) ¿No he demostrado que haré lo que haga falta?
Galadriel: (con la misma sonrisa y pensando: ja! ingenuo) Justo lo que pensé que responderías. Escucha, hijo de (pensando: -CENSURADO- ) Arathorn, esto es lo que harás: cabalgarás hacia el Sol hasta la hora doceava, entonces seguirás al águila que cruzará frente a ti, en cuanto dejes de verla bajarás del caballo y caminarás de espaldas a la Luna, cuya luz te revelará el sitio donde encontrarás eso que tanto anhelas.
Aragorn: (pensando: ... pues ni tanto...) Gracias, Dama Galadriel (hace una reverencia y se va)
Galadriel, en cuanto Aragorn estuvo lo suficientemente lejos, empezó a reírse malvadamente. Y así habría seguido por largo tiempo, de no ser porque le dio un acceso de tos, y luego hipo. Cuando se curó de todos esos males, sintió la garganta rasposa, y la voz se le destempló. En resumen: no pudo reír malvadamente por un par de semanas.
Mientras, Aragorn siguió las instrucciones al pie de la letra... sólo que no sabía a partir de cuando se medía la hora doceava, ningún águila se cruzó en su camino, y había luna nueva. Vagó por un largo tiempo, casi dos minutos, y encontró un local con una barra tricolor (sí, esos tubitos blancos, azules y rojos que tienen en las peluquerías).
Desde afuera, vio a un individuo leyendo un periódico, aparentemente sin nada mejor que hacer. Entró, y sonó una campana. El sonido lo asustó, se volvió hacia la puerta, desenvainó la espada y dio un salto hacia atrás... y metió un pie en el afortunadamente vacío bote de basura, trastabilló y tropezó con la silla para peluquear, para finalmente acabar con las piernas sobre la silla (el pie derecho con el bote en alto), la cabeza sobre el suelo y el brazo con el arma extendido, después de demostrar su inutilidad en esta situación.
Jean: (por encima del periódico)... ô-o vaya manera de entrar.
Aragorn se levantó, e intentó ponerse en guardia, pues temía que Jean St. Jacques, quien se encontraba frente a él, fuera un perverso esbirro de Sauron (n/a: ... para mí que sí lo es, si todo el que lo ve piensa eso...)
Jean: u-uU ¿se le ofrece algo?
Aragorn: Habla¿quién eres?
Jean: n-n Jean St. Jacques, para servir a usted.
Aragorn: ��...
Jean: n.nU...
Aragorn: ... pues servir, servir, lo que se dice servir, no creo.
Aragorn se levantó, sacó el pie del bote, trató de recuperar su escasa dignidad y ya se iba, sin percatarse de que Jean estaba viendo al periódico y a él alternadamente, asombrado.
Jean: o.o tú eres Aragorn, hijo de Arathorn, heredero de Isildur?
Aragorn: �� sí¿por?
Jean: o0o guau! el Rey de Gondor en una peluquería!
Aragorn: ô.o ¿esto es una peluquería?
Jean St. Jacques se quedó sin habla. ¿Acaso al Jefe de los Dunédain no le parecían pruebas concluyentes los productos, los artefactos, la silla, el tubito tricolor y el letrero de "Peluquería" en la entrada?
Jean: ... sí.
Aragorn: n-n qué bien!
Lo demás, es historia (y secreto profesional). Expertos aseguran que lo único que hizo fue planchar y poner cosméticos. Gente más lógica está convencida de sólo fue cuestión de hacer que se bañara. Hay otros que opinan que Jean St. Jacques es un Maia, quizá más poderoso que Gandalf y Sauron juntos, y tiene una gran capacidad de hacer milagros.
El lector queda en libertad de elegir la tesis que le parezca más conveniente, y defenderla hasta la muerte si es necesario de los imbéciles que crean otra cosa. En lo particular, este intento de autora se reserva su opinión y dejará (por fin) de narrar las hazañas de este Genial Artista del Cabello, pues las más trascendentales han sido narradas en la Trilogía del Peluquero, si bien su obra ha sido infinitamente más grande (El lector se sorprendería de conocer el número exacto de famosos que Jean ha convertido en lo que son)
Así pues,
"Éstas han sido las azañas de El Peluquero,
y en llegando a este punto se acaba la ficción."
Cuídense, déjense cuidar; pórtense mal para que les vaya mejor; no coman tierra si les faltan nutrientes (para eso existen los multivitamínicos) porque luego les salen lombrices en la panza; miren a los dos lados antes de cruzar la calle por si viene un malvado taxista loco sicópata trastornado senil menopáusico en sentido contrario; cepíllense los dientes tres veces al día porque si no cuando envejezcan se les van a caer todos los dientes y van a tener que andar batallando con una dentadura postiza; cepíllense los dientes tres veces al día, porque si no lo hacen les salen caries y se les inflaman las encías, y si lo hacen con más frecuencia debilitan el esmalte dental; y no tomen agua si comen pescado porque dicho ser revive al contacto de dicho elemento y se pone a nadar en su (de ustedes) cavidad estomacal, lo que genera graves, torturantes retortijones! Que el viento bajo las alas os sostenga allá donde el sol navega y la luna camina! Hasta otra! Bytes!
