El destino de los dioses
Capítulo V
Eriol despertó sintiendo dolor por todo el cuerpo. Le parecía que había dormido durante siglos enteros y que en ese momento se deshacía de la pesadilla en la que se encontraba inmerso. Aunque fuera extraño era como si en ese momento sintiera un dolor que llegaba a todas las partes de su cuerpo y su cabeza gritaba en agonía ante tal estado. Aún así, lo que le sorprendía más era que también sentía una gran paz.
Se despejó lentamente y enseguida se dio cuenta que se encontraba en un lecho extraño. Con una mano fue palpando sin atreverse a abrir los ojos aún. Realmente ése no era su día, estaba muy aturdido al no poder controlar sus sentimientos contradictorios y ahora tenia el problema añadido de estar prisionero o algo parecido. Siguió pasando su mano, en un momento el tiempo se paró, había sentido el contacto de una mano y podía jurar y perjurar que no era la suya.
Decidió que ya era hora de abrir los ojos y cuando lo hizo su cabeza empezó a dolerle aún más que antes. La habitación era bastante hermosa y justo al pie de la cama había una chica que se había quedado dormida con la cabeza recostada en las finas telas que cubrían la cama. Era una chica muy hermosa y estaba seguro que no la había visto nunca. Creía que en realidad aún no se había despertado de la pesadilla que había estado viviendo.
La chica se movió imperceptiblemente. Después de poco rato se movió de una manera aún más pronunciada y enseguida unos hermosos ojos azules aparecieron en su rostro. Eriol se quedó prendado de ellos al instante, esos ojos hacían un hermoso contraste con su largo pelo oscuro, además la palidez que se veía en su piel le daba la sensación de que estaba observando una figura etérea, que podía desvanecerse en cualquier momento.
La joven le miró un poco temblorosa dándose cuenta de su error. Se había quedado dormida mientras se le había ordenado que vigilara al joven guerrero. Se puso aún más nerviosa al ver que era observada de una manera muy directa, no se encontraba cómoda, se sentía como la presa perfecta al alcance de su verdugo.
Por favor- susurró bajando la cabeza-. No le digas a nadie que me he quedado dormida.
Lo siento- dijo Eriol al darse cuenta que su forma de observarla la estaba haciendo sentir incómoda-. Tranquila, no se lo diré a nadie. Soy Eriol¿cómo te llamas?
No se me ha ordenado que te dé mi nombre- le dijo la chica.
¿No te lo han ordenado?- preguntó Eriol extrañado, esa respuesta no era normal-. Tengo una pregunta que me atormenta desde hace un rato¿dónde estoy?
Estás en el edificio de los guerreros de Odín, en el mundo de los dioses.
Eso fue demasiado para Eriol. El mundo empezó a dar vueltas muy rápidas y empezó a sentir náuseas. Todo lo que le había pasado era real, ahora ya no había vuelta atrás. Fue recordando toda la batalla, lo que había hablado con Shaoran… Estaba a punto de volver a hablar con la chica pero no pudo porque la puerta se abrió de repente y apareció una mujer vestida con una armadura de cuero. Enseguida la reconoció como la responsable de que se encontrara allí.
Tomoyo ¿te has ocupado de él?- preguntó de una forma muy autoritaria.
Si señora- dijo Tomoyo mientras agachaba la cabeza-. Justo ahora acaba de despertar.
Tú, vístete y luego acompáñame- dijo mirando al joven fijamente para luego salir dando un fuerte golpe a la puerta.
Tomoyo y Eriol se miraron durante un rato. Él estaba bastante aturdido ante tal reacción, nunca había visto a nadie hablar de esa forma tan autoritaria y con una frialdad que dejaba helado a cualquier persona. La chica se excusó y salió de la habitación para que Eriol pudiera cambiar de ropa e ir a ver lo que tendría que hacer.
El joven buscó a la chica que le había mandado que la acompañara. La encontró en un vestíbulo que había una vez que se salía de la habitación donde se encontraba. Ella estaba mirando fijamente por la ventana y no se dio cuenta de su llegada. Para llamarle la atención posó una mano sobre su hombreo. La reacción de ella fue inesperada, enseguida un puño se clavó en una de las mejillas de Eriol y éste salió despedido unos metros hacia atrás cayendo duramente en el frío suelo.
Eres tú, vámonos- dijo ella quitando importancia a la situación. Aunque no lo pareciera, ella estaba bastante molesta por no haberse dado cuenta antes de su presencia, un descuido así en un combate podría resultar fatal.
Estuviern andando un rato entre los pasillos del edificio y cuando salieron al exterior Eriol pudo ver cómo era ése nuevo mundo en el que se encontraba. Era una tierra muy parecida a la suya pero lo que era realmente diferente eran los edificios. Todos muy lujosos aunque había uno que destacaba, era el gran palacio a dónde se dirigían. El joven se dio cuenta de que no podía distraerse mirando el espectáculo que se abría ante su visión porque su guía iba muy rápido y no se preocupaba por saber si era seguida o no. Pensó que ya tendría tiempo para observarlo todo.
Sakura se paró en seco y Eriol tuvo que hacer un gran esfuerzo para no chocar con ella. Se encontraban frente a una gran puerta. Sin hacer ninguna señal Sakura entró en ella y el joven la siguió. Allí había otra hermosa mujer que le esperaba de pie al lado de una fuente de la que manaba un agua de color plateado.
Gracias por traerlo querida- dijo la mujer con una gran sonrisa al verlos llegar-. No te vayas, quédate, luego querría hablar un rato más contigo.
Sakura asintió y regresó al lado de la mujer. Eriol no entendía muy bien la situación en que se encontraba. Tenía mucha curiosidad por saber quién era la mujer que quería hablar con él y el por qué.
Seguro que tendrás muchas preguntas joven guerrero pero quiero que antes de todo me dejes hablar a mí- seguía diciendo la mujer con su tono amable-. Primero de todo¿cómo te llamas? Prefiero conocer el nombre de las personas con quienes hablo.
Me llamo Eriol señora- dijo cortésmente.
Eriol, bonito nombre. Yo soy Freya, encantada de conocerte. He notado en ti algo que la mayoría de guerreros no tienen, por eso quería hablar contigo. Tranquilo, seré breve. Posees el don de la magia aunque por la cara que haces aún no te habías dado cuenta ¿verdad?.
¿Magia?- preguntó Eriol sorprendido-. No, nunca me había dado cuenta¿cómo puede saberlo?.
Olvidas quién soy- contestó riendo la diosa-. Por supuesto que me he dado cuenta. Vas a empezar un entrenamiento conmigo para que esos poderes salgan a la luz y puedas llegar a utilizarlos correctamente. Son muy pocos los que tienen ese don y también es muy útil para nuestra guerra. Te dejo tiempo para reflexionar sobre todo eso, llamaré a alguien que venga a avisarte para empezar el entrenamiento, mientras tanto sigue con tus compañeros.
Eriol asintió aún bastante aturdido y salió de la habitación. Mientras se encontraba en el pasillo se dio cuenta que había ido tan absorto en sus pensamientos que ya no recordaba el camino de vuelta. Bastante avergonzado tuvo que regresar a ver a la diosa para que le ayudaran. Sakura no tuvo más remedio que acompañarle fuera.
Durante el camino no le hizo ningún tipo de comentario, ni siquiera se molestó en explicar a Eriol de que guerra le había hablado Freya. Él enseguida se quitó de la cabeza hacer algún comentario al respeto porque sabía que no sacaría ningún tipo de información de esa chica. Sería mejor preguntar a la otra joven que lo había cuidado, Tomoyo, ella se veía mucho más amigable y amable.
Una vez fuera del castillo empezó su propia investigación del lugar. El terreno era muy plano y se podían divisar diferentes construcciones, reconoció una de ellas cómo el lugar de donde había salido y pensó que tal vez sería mejor regresar allí.
Con paso rápido se adentró en el edificio y vio como estaba lleno de gente charlando. Allí no existía la noción del tiempo, todo era muy tranquilo. Reconoció a la joven con la que se había encontrado por la mañana y fue hacia ella. La chica estaba hablando animadamente con otras tres jóvenes. Al acercarse éstas callaron y se lo quedaron mirando esperando cuál sería el próximo paso que daría.
Eriol se sintió un poco abrumado por esa sensación, suponía que era porque no lo conocían, no podía ser que todas las personas que se encontraran allí fueran tan ariscas como la joven que la había llevado a ver a la diosa Freya.
Hola Tomoyo ¿me recuerdas?- preguntó Eriol esperando que la respuesta fuera afirmativa.
¿Por qué tendría que haberme olvidado?- le contestó la chica con una carcajada ante el comportamiento algo vergonzoso del chico-. Hild, Gud, Sig él es Eriol, el chico que tuve que cuidar- le presentó Tomoyo.
Oh, que chico tan mono- exclamó Gud-. Tienes suerte con eso de ser nueva Tomoyo, a nosotras nunca nos hicieron cuidar a ningún guerrero.
Es cierto, esto no es justo- se quejó Sig-. Vamos a la jefa y le pedimos que nos deje cuidar a uno.
Sí, sí- se animó rápidamente Gud.
Las dos tenían en su cara la mirada de cuanto tenían una 'gran idea' como ellas lo llamaban. Rápidamente empezaron a andar intentando buscar a Salura. Por suerte, Hild estaba allí como siempre para evitar que hicieran una de las suyas.
¿Dónde os pensáis que vais?- gritó mientras cogía a las dos por el brazo-. Quítaos esta idea estúpida de la cabeza.
Te estás convirtiendo en una gruñona Hild- dijo Sig intentando zafarse del agarro de su amiga-. No queremos hacer nada malo esta vez.
Sí, Sig tiene razón- dijo Gud-. Sólo queremos entretenernos un poco. Además, a Tomoyo le gustaría tener que cuidar otra vez a algún guerrero en lugar de entrenar¿verdad Tomoyo?
Eso mismo, nosotras dos sólo queremos ayudarla- Sig intentó sonar muy convincente para corroborar sus buenos propósitos.
Ei, a mi no me metáis en esto- dijo Tomoyo intentando permanecer externa al conflicto.
Pero si decimos la verdad, debías estar muy feliz teniendo que velar por el guerrero- añadió Sig de manera pícara-. Vamos, no puedes negar una verdad tan grande como esa- seguía diciendo a la vez que el rostro de Tomoyo se tiñó de un color rojo muy oscuro.
Eriol había intentado mantener la calma hasta entonces. Era muy divertido ver a ese dúo charlando e ideando acciones para divertirse pero a él no le gustaba ser el blanco de su búsqueda de diversión. Pensó que ya era hora de entrar en la conversación para buscar algunas respuestas a sus preguntas.
Siento entrar en vuestra agradable conversación pero hay algo que no tengo muy claro. ¿Qué hago yo aquí?
Las chicas pararon en seco su discusión y se fijaron en el chico aturdido que tenían delante. Era imposible que el joven no supiera cuál era su función en su nuevo mundo, todos los guerreros sabían qué era lo que les esperaba allí.
Eres un poco tonto ¿no?- le preguntó Sig-. Pues que crees que vas a hacer, entrenar y luchar por los dioses donde ellos te digan. ¿Qué otra cosa ibas a hacer?
Ah- fue lo único que pudo contestar Eriol. Eso era cierto¿cómo se había olvidado de eso? Desde niño le habían inculcado que ése era su fin. Había sido realmente estúpido el preguntar eso, ahora se sentía muy ignorante, pensaba que las chic as se reirían de él durante días enteros.
Vamos Sig no le hables así- salió Tomoyo en su defensa-. La señora Sakura se lo ha llevado esta mañana porque la señora Freya quería hablar con él. Seguro que eso le ha desconcertado y no se ha acordado de todo eso.
¿La señora Freya ha ordenado que fueras a hablar con ella?- preguntó sorprendida Hild a la vez que Sig y Gud se lo miraban un poco sorprendidas-. ¿Qué quería?
Me ha dicho que era un mago y me quería entrenar personalmente.
Un grito ahogado de sorpresa salió de las cuatro chicas que lo acompañaban. ¡Un mago! Había muy pocos de ellos. Intentaron buscar algo diferente en él que corroborara sus palabras. Tomoyo nunca había visto a ninguno de los magos que estaban al servicio de Odín pero sus amigas le habían explicado que mantenían sus poderes y su entrenamiento con un secreto totalmente hermético. Eran unos personajes realmente poderosos.
Te hemos subestimado entonces- dijo Gud-. ¿Te gusta la diversión? Seguro que Tomoyo estaría muy contenta si te unieses a nuestro grupo.
Sig se unió a ella riendo. Les encantaba hacer sonrojar a Tomoyo. La joven aún no se había acostumbrado del todo a las bromas que le hacían sus amigas. Ahora habían decidido que Eriol también era un blanco perfecto para sus bromas.
Venga ya, dejad de molestarles- gruñó Hild, sabía muy bien dónde querían llegar esas dos, tenía que pararles los pies ahora que aún no se habían emocionado demasiado-. Eriol no les habas caso, por algo siempre se meten en líos.
Puedo imaginármelo- dijo Eriol rascándose la cabeza.
Uy, uy Sig. Creo que ahora tenemos a otra mandona- dijo Gud con sorna. Sig enseguida se unió a ella.
Oye, yo no me parezco en nada a la señora Sakura- dijo Hild un poco alterada por la acusación que había recibido. Aunque respetaba a su jefa tampoco le gustaba que la compararan con ella, sus amigas lo sabían y por eso siempre le hacían la misma broma.
¿La señora Sakura?- preguntó Eriol a Tomoyo viendo como las tres chicas habían empezado una pequeña pelea entre amigas.
Sí, es nuestra jefa, te ha venido a buscar esta mañana- le contestó Tomoyo.
Era ella entonces- dijo Eriol pensativo.
Tomoyo le observó y le encontró intentando recordar algo. No sabía muy bien el qué pero al descubrir quien era Sakura su expresión había cambiado. Ella temió que el chico fuera otro de los que había quedado prendado de su belleza, aunque hacía poco que le conocía le caía bien y no quería que le pasara nada malo ni tuviera que sufrir por la actitud altiva de Sakura.
Eriol, ten cuidado con ella- le advirtió Tomoyo.
¿Cuidado¿Por qué dices eso?- decía Eriol sin entender muy bien qué era lo que le preocupaba a Tomoyo.
No, no es nada, no me hagas caso- contestó ella intentando cambiar de tema. Cuando miró a sus amigas en busca de ayuda las encontró que se estaban alejando de allí-. ¡Eh¿Dónde vais?
Es que como los dos estabais tan concentrados en vuestra conversación hemos decidido que ya iba siendo hora de llegar al entrenamiento- contestó Gud.
Sí, no sería prudente llegar tarde- señaló Hild con una mirada seria.
Tomoyo asintió y se unió a ellas para ir hacia su lugar de entrenamiento habitual. Eriol no sabía que hacer, si debía seguir a las chicas o no, tampoco conocía el carácter de las otras valquirias y si les molestaría la presencia de un guerrero. Ellas, al ver que él no les seguía le llamaron la atención y le indicaron que les siguiese.
Así los cinco se encaminaron alegremente hacia el edificio.
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Cuando Sakura regresó de llevar a Eriol encontró que Freya no se había movido del lugar donde se encontraba antes, lo que sí que había cambiado era su rostro, que ahora se mostraba más preocupado y pensativo.
Sakura, querida¿hay algo que no me hayas explicado de tu encuentro con Loki?- preguntó Freya al verla llegar y posando su mirada fija en los ojos de su pupila para intentar leer en ellos algún tipo de reacción. Aunque peor mucho que lo intentara, no se sorprendió de no poder encontrar nada en ellos.
No Freya. No entiendo tu preocupación. Creo que ya hablamos de eso- respondió Sakura de una manera cansada, ya le había hecho esa pregunta más de una vez.
Siento molestarte otra vez con esto pero… tienes que entenderme querida; no le conoces, no es alguien de fiar.
¿Hay algo más que quieras decirme?- le cortó Sakura.
Me han comentado que un guerrero humano te retó cuando fuiste a Midgard. Odín se enfadó bastante al ver la escena- comentó Freya con una pequeña sonrisa, ella era la que conocía mejor a Sakura y sabía lo impulsiva que era cuando se trataba de una batalla-. Sabes que tu misión no es la de luchar contra los mortales, sino obedecer las órdenes de Odín.
Pero ese estúpido me desafió- gruñó Sakura al recordar la escena-. No podía hacer otra cosa, puede estar contento que tuviera que regresar, sino ahora sus despojos estarían esparcidos por el suelo.
No seas así querida, sé lo que pasó y entiendo tu comportamiento- dijo Freya mientras le acariciaba el pelo dulcemente-. Pero ten cuidado y guarda este instinto tuyo tan funesto, podría llegar a traerte problemas.
Ya veremos- Fue la corta respuesta de Sakura-. ¿Quieres acompañarme al entrenamiento de hoy?
Claro, me encantaría- respondió Freya sonriente.
Las dos mujeres se alejaron lentamente del lugar y se encaminaron hacia su destino. Por el camino se encontraron a diversas personas de la ciudad que las saludaba cortésmente. También se toparon con unos cuantos guerreros que decidieron que seria interesante ver el torneo ese día. A todos les gustaba mucho ver los entrenamientos de las valquirias y, si Sakura participaba activamente, eran aún mejores.
Cuando llegaron al edificio, vieron que las valquirias ya estaban preparadas y esperaban su llegada. Dándoles la señal para que empezaran con su trabajo. Mientras tanto las dos se sentaron en su sitio habitual para dirigir el entrenamiento y vigilarlo.
Eriol no sabía donde ponerse. Allí había muchos guerreros que miraban el entrenamiento de las valquirias y hacían comentarios, todos estaban muy alegres. Él se sentía un poco fuera de lugar. Se colocó en un sitio donde lo podía ver todo bien. Tomoyo, Hild, Gud y Sig lo vieron y le saludaron sin que se notara demasiado su gesto.
¿Es hermosa verdad?- dijo alguien que se colocó a su lado mirando el espectáculo.
Eriol se asustó un poco al oír esa voz que no conocía. Se giró y estudió al tipo que le había hablado. Era un chico que parecía más o menos de su misma edad, con una mirada risueña.
Um, perdona pero ¿de quién estás hablando?- le preguntó Eriol sin saber muy bien lo que el chico le había preguntado.
Eres nuevo¿verdad?- le preguntó el chico y Eriol asintió con la cabeza-. Me llamo Kion.
Yo soy Eriol.
Entonces, ahora que ya nos hemos presentado, te vuelvo a repetir la misma pregunta: la señora Sakura es hermosa ¿a que sí?- dijo mientras le señalaba a Sakura que estaba sentada y observando atentamente los combates que tenían lugar.
Sí, tienes razón- afirmó Eriol-. Pero tiene un carácter…
No me digas que has sido uno de los pocos afortunados a los que ha dirigido la palabra- dijo Kion riendo-. Vaya, no sabes cuántos guerreros harían lo que fuera para que ella los mirara.
Pues les cedería encantado ese honor, la verdad es que me ha dado un poco de miedo.
Kion sonrió y los dos se dedicaron a posar sus miradas para poder observar como seguía el entrenamiento.
Después de las tres horas de rigor que duraba normalmente el entrenamiento Sakura se levantó dando por terminada la sesión. Poco a poco el edificio fue vaciándose de todos aquellos que habían acudido como espectadores. Las valquirias también fueron recogiendo todos sus utensilios y armas listas para abandonar la arena. Freya le dirigió unas palabras a Sakura y ésta movió la cabeza afirmativamente.
La jefa de las valquirias se dirigió hacia las chicas que estaban reunidas en diferentes grupos charlando animadamente en la sesión de entrenamiento.
El grupo formado por las dos valquirias más revoltosas y sus dos amigas más calmadas estaba riéndose justo en ese momento y no se dieron cuenta que Sakura se había parado cerca de ellas.
¡Tomoyo¡Has avanzado mucho!- decía Hild dando suaves golpecitos al brazo de la aludida-. Si sigues así pronto te convertirás en la mejor guerrera que hay aquí.
Sí, nosotras te apoyaremos- dijeron al unísono Gud y Sig.
A Tomoyo ya hacía mucho rato que se le habían subido los colores, aunque sabía que sus amigas sólo querían que se sintiera mejor con ella misma. Aunque era cierto que había mejorado mucho, aún estaba muy presente en su mente el ridículo que había hecho el primer día.
Sus compañeras seguían riendo y hablando de algo que ella no había escuchado. Fue entonces cuando se escuchó una voz que venía de detrás.
Tomoyo, acompáñame-. Dijo Sakura con su voz fría y mirando a las chicas fijamente.
Enseguida las cuatro dieron un respingo y se encontraron a su jefa con una mirada que no reflejaba un estado de ánimo demasiado bueno. Reaccionarond espués de unos segundos y se despidieron de Tomoyo silenciosamente. Gud siguió con una de sus bromas dándole suerte y esperando que pudiera regresar viva. Aunque lo dijo como una de sus gracias ni Tomoyo ni Hild encontraron nada de divertido en eso.
Fue entonces cuando Tomoyo se quedó sola con Sakura y se colocaron en el centro de la arena. La diosa Freya aún seguía en el mismo sitio que había ocupado durante todo el entrenamiento, estaba observando con interés lo que estaba a punto de pasar.
Ya hace un tiempo que estás entre nosotras, veamos tu mejora- dijo Sakura-. ¿Has encontrado una arma con la que tengas alguna posibilidad de luchar sin hacer mucho el ridículo?
Sí señora- contestó Tomoyo mirándose los pies, un poco incómoda por la mirada acusadora que le lanzaba Sakura-. Mi mejor arma es el arco.
Entonces ponte en posición- dijo Sakura mientras cogía su lanza habitual para ponerse en posición de ataque.
Mientras observaba detenidamente a Tomoyo coger su arco y ponerse en posición Sakura predijo que esa lucha no sería muy larga. El arco sólo es efectivo a larga distancia y no tiene nada que hacer contra un arma como una lanza o cualquier otro objeto parecido. Esperaba que eso fuera una lección para la chica, luego ya se lo explicaría y empezaría la primera parte de su entrenamiento en serio. Ya era hora que ocupara su posición, aunque aún no entendía porqué Freya la protegía tan de cerca.
Sakura esperó pacientemente a que Tomoyo lanzara su primera flecha, que esquivó sin muchos problemas. Ciertamente la puntería de la joven era digna de alabanza, si no tuviera los reflejos tan entrenados seguramente la habría dado en el brazo.
Al ver como su ataque había fallado, Tomoyo enseguida puso otra flecha en el arco y apuntó a su objetivo lo más rápido posible para no darle tiempo de huir esta vez. Intentaba aguantar su sangre fría, aunque no podía negar que estaba muy nerviosa.
Lanzó su segunda flecha pero Sakura la golpeó con su lanza dejándola inservible en el suelo. Esto sorprendió a Tomoyo pero no dejó que la apartara de la lucha. Siguió lanzando proyectiles pero Sakura logró desviarlos todos acercándose peligrosamente a la arquera que no se había movido de su posición inicial. En el momento que Tomoyo preparaba obra flecha se dio cuenta que tenía la punta de la lanza de Sakura en el cuello.
¿Qué vas a hacer ahora?- preguntó Sakura presionando levemente la punta de su lanza en el cuello de la joven.
Tomoyo respondió dejando caer el arco en el suelo. Estaba claro que no tenía opción de hacer nada, había sido vencida de nuevo. Sakura entonces bajó su arma.
Has trabajado duro estos días- comentó Sakura aunque su tono seguía sin ser amable-. ¿Sabes por qué te he vencido con tanta facilidad?
El arco no me da suficiente movilidad en un uno contra uno- contestó Tomoyo sintiéndose estúpida por haber intentado enfrentarse a Sakura con su arco.
.Buena observación, es correcto. Pero los arqueros en una batalla son muy importantes. Intenta entrenarte con los puñales, pueden ser de mucha ayuda cuando el enemigo se acerca demasiado. Aún así no olvides practicar con el arco, tu puntería es muy acertada y no debes perderla.
Sí señora- respondió Tomoyo, a la que le recorrió una sensación cálida delante de las palabras de apoyo que le había dado Sakura. Bueno, tampoco podía decirse que hubiera estado muy amistosa con ella pero al menos no la había desacreditado como la otra vez.
Freya quiere hablar contigo, te vas a integrar en el cuerpo de las valquirias.
Buena lucha querida- dijo Freya que había bajado hasta su posición.
Sakura hizo un leve movimiento de cabeza despidiéndose de la diosa y abandonó el lugar con paso seguro. Freya la estaba observando con una mirada algo preocupada, no quería que el sucediera nada malo a la joven que quería como si fuera su propia hija. Con un pequeño suspiro cambió su semblante por uno de más tranquilo y sonriente y le dirigió a Tomoyo una de sus sonrisas.
Ven pequeña, voy a explicarte lo que debes saber para ser una más de las valquirias.
Tomoyo asintió y las dos también se alejaron del lugar conversando lentamente sobre las obligaciones y derechos que comportaban ser una valquiria. Para la joven eso era como un premio, por fin había conseguido que Sakura la aceptara como una guerrera más; a partir de ahora ya podría realizar la tarea para la que había sido seleccionada.
Notas de la autora. Increíble pero cierto, aún estoy por aquí. No he podido escribir durante todo este tiempo por diferentes problemas, pero, el más importante ha sido que este año en la universidad me están matando; nunca había tanto trabajo que hacer…
Aunque nada de lo que pueda decir para justificarme puede ser lo bastante bueno para que podáis perdonar el retraso, espero que lo podáis entender. Lo siento, de verdad, pero que se le va a hacer. Intentaré no estar tanto tiempo para poner el próximo capítulo pero no puedo prometer nada.
Hubo un momento en que me planteé (de nuevo) dejar de escribir, me cogió una de esas crisis cíclicas que siempre tengo de autoestima y pensé que la historia no era lo suficientemente buena o interesante para seguir con ella. Pero los rewiews que recibí durante el tiempo que estuve, digamos, "inactiva", me dieron fuerzas y ganas para volver a ello. Gracias a todos!
Espero no defraudaros a los que habéis estado esperando durante tanto tiempo esta actualización, si tenéis algún tipo de sugerencia o crítica estoy encantada que me los hagáis llegar. También podéis hacerme las preguntas que queráis, creo que la historia se entiende bien pero bueno...
Hasta la próxima! y de nuevo pido perdón...
