EPÍLOGO: La Necrografía un día después.

Capítulo Único: Sometiendo la tesis al análisis del sinodal.

El Profesor Mahasiah terminó de leer mi tesis, suspiró, y cerró el tomo. Se quedó viéndome con una mezcla de incredulidad, asombro y... ¿decepción?

—Bueno, Yue resultó ser bastante peculiar. Sólo eso explica que haya... pasado... todo esto.

—En efecto.

—Independientemente de ello... ¿me puedes decir qué es esto?

Ah, caray. No esperaba una pregunta de esa naturaleza.

—M-mi tesis, señor.

—Eso ya lo sé. Pero, si fueras alguien completamente ajeno a toda esta situación, ¿qué opinarías al leer esto?

—... lo consideraría una interesante y cómica obra de ficción.

—¿Creerías algo de lo que dice?

—No, señor. Todos estos documentos deben escribirse de manera que parezca irreal. Fuera de ello, la parte de los espiritistas interesados en la casa abandonada da el toque de realidad que genera duda en los legos.

—Una respuesta sacada del libro de texto. Repito mi pregunta: ¿qué es esto?

—Repito mi respuesta: mi tesis.

—No, Flint. Esto no es una tesis. Es un insulto —dijo el Sr. Mahasiah, dejando caer el libro sobre su escritorio con calculada furia contenida. Nunca lo había visto así.

—¿Pro-profesor Mahasiah? Yo no...

—Más que insulto, esto... ¡es una reverenda porquería! —explotó—. ¡¿Cómo te atreves a presentarlo!

—Pero señor —me defendí, o al menos eso intenté—, no podía mentir. Narré los sucesos tal y como pasaron.

—¡Excepto por la parte en que es Mefistófeles el que escribe!

—Oh, bueno...

—¿Y porqué te tuviste que apartar? Refréscame la memoria.

—Pues porque pasé una pequeña, intrascendental y poco memorable estancia en el Segundo Círculo del Infierno.

—¡Y eso fue porque tuviste un pensamiento lujurioso al pasar por él! ¡No sólo es un error de novatos, sino que además va contra los estatutos de la Academia Celestial! ¡Debería expulsarte!

Me encogí en mi asiento. Presentía que aún faltaba el peor reclamo.

El Sr. Mahasiah respiró profundamente y prosiguió.

—Y te expulsaré. Además, veré que te boletinen por toda la eternidad. Pero no es por lo del Segundo Círculo, sino por llenar esta porquería de elogios a Mefisto.

—Bueno, no está tan llena. En varios párrafos ni siquiera se le menciona.

—¡Ni siquiera deberías haber hablado con él!

—Eh, yo...

—No digas nada. Nada podrá salvarte. No sólo lo admiras y lo declaras desfachatadamente, también permitiste que ejerciera su maligna influencia sobre la noble alma de Yue.

—Ni tan noble —murmuré.

—... ibas muy bien, Flint. No sé que te pasó.

—Yo tampoco.

—Ésta será la última vez que nos veamos, al menos hasta el Juicio Final. Te deseo suerte —dijo finalmente, tendiéndome el libro con un gigantesco sello rojo de "RECHAZADO".

Descendí al Limbo, para distraerme un rato. Tanto tiempo y esfuerzo tirados al caño...

—Con que te boletinaron, ¿eh? —dijo Mefistófeles, llegando.

—Qué rápido vuelan las noticias —repliqué ácidamente.

—¿Qué harás?

—No lo sé, mi estimadísimo señor Mefisto, no lo sé. Tal vez me dedique a asegurarle a Yue una linda vida, pero lo que es seguro es que entregaré esta obra al criterio de las masas.

—¿Qué?

—Apuesto a que alguien lo encontrará divertido, y se me perdonará el haber matado indirectamente a Yue. Después de todo, yo también lo amaba —añadí.

—Sí, como no. Ahora dile eso a alguien que te lo crea.

—... bueno... pero deberá reconocer que era una frase estupenda para el final.

—Y lo he arruinado. Lo siento.

—No tiene por qué. Después de todo, nadie creerá nada de lo aquí escrito.

—Como debe ser. La existencia de Yue debe permanecer en el anonimato de la ficción, o Bush iría tras las cartas.

—Todo sea por la paz del mundo.

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Ahora sí,

"Éstas han sido las jaladas del ángel que se petateó,

y en llegando a este punto se acaba la ficción"

Cuídense, déjense cuidar; pórtense mal para que les vaya mejor; no coman tierra si les faltan nutrientes (para eso existen los multivitamínicos) porque luego les salen lombrices en la panza; miren a los dos lados antes de cruzar la calle por si viene un malvado taxista loco sicópata trastornado senil menopáusico en sentido contrario; cepíllense los dientes tres veces al día porque si no cuando envejezcan se les van a caer todos los dientes y van a tener que andar batallando con una dentadura postiza; cepíllense los dientes tres veces al día, porque si no lo hacen les salen caries y se les inflaman las encías, y si lo hacen con más frecuencia debilitan el esmalte dental; y no tomen agua si comen pescado porque dicho ser revive al contacto de dicho elemento y se pone a nadar en su (de ustedes) cavidad estomacal, lo que genera graves, torturantes retortijones! Que el viento bajo las alas os sostenga allá donde el sol navega y la luna camina! Hasta otra! Bytes!