En este fic es un universo alterno, todo pasa, y cambie lo de la serie por completo a ecepcion de sus nombres.

N.A: Lo k piensan los personajes estará encerrado en

Y las aclaraciones en ( ).

Dejen RR…Grax!

Mis pequeñas princesas.

Hace mucho tiempo en un país muy lejano, vivía una princesa cuyo nombre era Kagome.

Tenía un largo cabello color negro que le llegaba a la cintura, una piel clara acompañada por unos ojos azules cautivadores. Sin duda era la princesa más hermosa del reino.

A sus solo 15 años era muy inteligente y tenia una capacidad increíble.

Lo mas bello según todas las personas de su alrededor era su corazón. Un corazón sin maldad alguna, lleno de amor, un corazón lleno de humildad y gentileza.

Esta hermosa princesita tenía dos hermanas mayores: Una de ellas se llamaba Sango; que aunque era hermosa, su belleza no se podía comparar con la de su hermana menor. Esta era alta, igual que sus hermanas, un cabello color azabache por los hombros y tenia solo 17 años de edad. Era amable y tenía un corazón de oro. Aunque estas dos se parecían mucho eran todo lo contrario a su hermana Kykio que era la mayor con 18 años de edad.

Kykio era una muchacha hermosa pero su corazón estaba lleno de maldad y envidia a sus hermanas, especialmente a Kagome. Nadie sabia el porque de la envidia de Kykio. Unos dicen que fue porque su padre nunca le brindo el mismo afecto que a sus hermanas, otros dicen que fue por la muerte de su madre (Y es que la madre de ellas, había muerto hace varios años). Pero en realidad no era eso…A Kykio no le importaba el afecto de su padre, solo era una egoísta que quería que su hermana Kagome desapareciera para siempre.

-Estupida Kagome…Como te odio! Tu siempre te tienes que ganar la atención de todas las personas, porque supuestamente eres hermosa, pero no comprendo, yo soy mas bella que tu…Todos los hombres babean por tenerte y… yo, aquí , esperando que uno se fije en mi…Que rabia me da! Como deseo que puedas morirte en este mismo instante, y desaparecer de la vida de todos para siempre. Decía Kykio encerrada en su cuarto, llena de coraje y odio hacia su hermana.

-Señorita. Kykio! Puedo pasar? Una Sra. de bastante edad, baja estatura, con su sonrisa de optimismo como siempre, llamada Kaede, tocó la puerta.

Kaede era la nana de las princesas desde que ellas eran muy pequeñas. Había trabajado en ese castillo por más de 30 años. Era muy servicial, y colaboradora. A las tres princesas las quería por igual, pero con la que se llevaba mejor era Kagome.

-Que quieres ahora, Kaede?

-Es que su padre la esta llamando, quiere hablar con sus tres queridas niñas que están creciendo tan de pronto…Aun no me puedo creer como pasa el tiempo…

-Kaede! Salgo en un momento, Ahora cállate y deja de hablar estupideces, me tienes cansada con lo mismo!

-Si Señorita. Pobre Kykio, porque será que su corazón esta tan lleno de maldad? Se preguntaba la anciana mientras la sonrisa de su cara cambiaba por completo.

-Nana Kaede…Que te pasa? Preguntaba Kagome que venia del jardín con un gran ramo de rosas para ponerlas en la mesa. Es que Kagome era fanática de las rosas, y más de las que su madre había plantado cuando estaba viva, que era un rosal lleno de rosas rojas, en el cual Kagome dedicaba la mayoría de su tiempo y las trataba con mucho amor.

-Nada, pequeña…Tu padre quiere hablar con ustedes, ve al salón y de paso avísale a Sango.

-Si, nana, pero prométeme que no veré esa carita de tristeza en ti, nunca mas…por favor…

-Claro, pequeña…. Ahora date prisa, no quisiera que su padre se molestara, sabes que no le gusta la impuntualidad.

-Si!. Kagome se dirigió al salón, no sin antes darle un gran beso a su nana, es que desde que nació nunca vio a su madre, y Kaede la había cuidado y le había tomado mucho cariño a su pequeña Kami. (Es el nombre por el cual Kaede llama a Kagome de cariño)

Cuando Kagome llego al salón , ya su hermana Sango se encontraba allí, hablando con su padre.

-Ya llegue! Díganos padre, que nos quieres decir? Pregunto Kagome con una cara de gran felicidad y curiosidad a la vez.

-Si papi, porfa dinos.

-Mis niñas, siempre de impacientes. Dijo el padre con una gran carcajada. Pero no se apresuren, todavía falta su hermana.

-Dígame Sr. Higurashi. Decía Kykio entrando al gran salón con una cara no muy amigable.

-Kykio! Te he dicho que no me llames por mi nombre, soy tu padre, me debes llamar como tal…pero olvídalo, no quiero discutir contigo, por lo menos hoy no.

-Como sea! Kykio se sentó en el sofá esperando salir cuanto antes de su padre.

-Hijas mías, saben que mi estado de salud no es muy estable y en cualquier momento puedo fallecer, y ustedes se van a quedar solas en este gran castillo, pero eso no significa que las voy a dejar solas, porque saben que siempre mi amor permanecerá con ustedes .Como ya saben, una de ustedes se quedara en el trono con su futuro esposo, que pasará a hacer el rey y saben también que no quiero ningún holgazán con ustedes y quiero que él sea de una familia importante.

-Papa! Dijo Kagome un poco exaltada. Tu mismo nos habías inculcado desde muy pequeñas que el amor es lo importante, lo demás no importa.

-Si, hija mía, lo se. Pero no quiero que sufran y se los digo por su bien.

-Como quiera! Ya me puedo largar de aquí? Dijo Kykio con una cara de inconformidad, ya que ni se quería imaginar ver a una de sus hermanas en el trono, y estaba dispuesta a hacer lo que fuera para llegar a el.

Salio del salón, con la misma cara de odiosidad que tenia al llegar y se retiro soltando una carcajada de maldad, como si se trajera algo entre manos.

-Por que es así conmigo? Pregunto su padre que se sentía muy mal, porque desde pequeño su hija Kykio lo había rechazado y no solo a el, sino a toda la familia.

-Papi, no te preocupes, te prometo hablar con ella, no es justo que se comporte contigo de esa manera… Decía Kagome con una cara de tristeza, ya que no le gustaba ver a su padre sentirse mal y menos por una de ellas.

-Si, padre, No te preocupes…Sango abrazo a su padre al mismo tiempo que Kagome.

-Hijas mías, las quiero mucho y aunque me muera eso nunca, nunca cambiara.

A la mañana siguiente Kagome se levanto muy contenta ya que era el día de compras y le encantaba ir con su nana a comprar flores para su hermoso jardín, pero antes de eso, sabia que tenia que hacer algo mas, debía de hablar con su hermana mayor Kykio, con respecto al día anterior.

-Kykio! Estas ahí? Kagome toco la puerta de la habitación de su hermana.

-Kagome? Que haces aquí? Lárgate! No te quiero ver! No soporto verte, es que acaso no lo entiendes? Te odio con toda mi alma y siempre te odiare.

-Kykio, no vine a hablar de nosotras, vine hablar de nuestro padre, que por tu culpa ahora se siente muy triste

-Sabes muy bien que ese viejo decrepito no me importa! Grito Kykio abriendo la puerta de golpe, haciendo que el mismo padre que no se encontraba muy lejos del lujoso pasillo de la gran mansión, lo escuchara.

-Que? …O.O

-Si, ya lo sabes! Ahora lárgate de mi cuarto y lárgate de mi vida PARA SIEMPRE!

Kagome no podía creer lo que estaba oyendo…Esa era su hermana? Sin decir ni una sola palabra no tuvo mas remedio que dar media vuelta e irse de ese lugar, estaba en shock.

Cuando llego a su habitación lo único que observo fue ese retrato familiar en donde todos estaban con una cara muy sonriente, llenos de felicidad, abrazados como una familia, pero la única que estaba fuera de lugar era Kykio…Su hermana.

Su nana, al pasar por su habitación, oyó sus llantos y decidió entrar…

-Kagome? Que te pasa?

-Nana Kaede…Por que mi hermana es así?

-Kami, algún día te darás cuenta de muchas cosas, que solo con el tiempo se descubrirán, pero te aseguro que este no es el momento adecuado.

-Pero de que….

-Shhh…Ahora por que no bajamos? Vamos a hacer las compras, además de paso compramos las hermosas rosas que vimos el día pasado.

-Si, nana. .

Bajaron las grandes y largas escaleras del castillo, y salieron de la casa.

Cuando se encontraban en las calles del reino, decidieron irse a una de las floristerías mas hermosas que pudieron notar. Entraron y Kagome no paro de oler y escoger cada rosa, ya que quería hacer un gran ramo para su padre, y porque no otro para Kykio?

-Si! Eso hare!Le haré un gran ramo de flores, para demostrarle que quiero ser su amiga y no quiero estar peleada con ella.

Luego de salir de la floristería, decidieron irse a comprar la despensa ( La comida ) de la mansión.

Cuando estaban escogiendo todas las verduras favoritas de Kagome para hacer una deliciosa sopa vegetariana... Kagome vio a un chico con pelo negro, un poco enflaquecido porque parecía que tenia varios días que no comía, pero aun así era muy atractivo, a pesar de que ella quedo deslumbrada con su físico, pudo notar cuando este, empezó a robarse unas cuantas frutas sin que nadie pudiera sospechar, entrándoselas en el bolsillo del pantalón, el cual le quedaba algo corto y estaba muy sucio.

-Que crees que haces? Pregunto Kagome sorprendida a aquel chico extraño.

El chico pensaba que nadie estaba mirándolo, pero al saber que fue descubierto se asusto y salio corriendo, seguido por Kagome.

-Espere! Vuelva aquí! Kagome corría lo mas que podía, tenia una gran curiosidad por saber quien era esa persona que la cautivo desde el primer momento en que lo vio.

Cuando llegaron a un callejón sin salida, el chico por fin hablo…

-Que quieres? Llamar a la policía? Adelante, haz lo que quieras, pero creo que alguna vez tienes que ponerte en el lugar de nosotros, los que tienen que robar para poder comer, pero tú no, seguro debes ser la niña rica de mamá y papá…

-Cállate! No sigas! Ni me conoces para saber lo que estas diciendo y si te seguí hasta aquí fue tan solo para ayudarte. Toma…

Kagome le dio dinero y cuando el chico lo iba a tomar, el despreciadamente lo tiro al suelo…

-Que te pasa? No me gusta que me tengan lástima!

-No te tengo lástima!...Es que…

-Es que qué ? Pregunto el un poco molesto.

-Es que no se como explicarlo pero desde que te vi, sentí grandes deseos de conocerte y saber quien eres, se que suena raro y tonto a la vez…Pero perdóname, no debí perseguirte de esa manera.

-Olvídalo…Soy Inuyasha.

-Inuyasha…Que lindo nombre.

-Y tu como te llamas?

-Me llamo Kagome.

-Y vives cerca de aquí?

-No, vivo en…en…Es mejor no decirle que soy hija del Sr. Higurashi, no quiero que piense que por ser una princesa debo ser odiosa y mal educada solo porque el es pobre Vivo, si….por aquí, aunque un poco mas lejos de por aquí. .

-Ah! Kagome, nunca había oído hablar de ti…Y cuantos años tienes?

-15 y tú?

-Tengo 18. Veo que traes varios ramos de rosas, se ven que te gustan mucho.

-Si, me encantan.

-Kami! Dice su nana mientras corría hacia donde se encontraba su protegida.

-Que haces aquí? Pregunto Kaede un poco disgustada.

-Quien es usted? Dijo Inuyasha

-Hola! Seguro eres un amigo de mi Kami, Soy Kaede, yo soy la nana de mi pequeña princesa.

-Que? O.o Eres princesa?

-Si, lo siento por haberte engañado es que…Decía Kagome muy sonrojada de la vergüenza.

-Oh! Ya veo! Pero no te da motivos para engañarme.

-Si, lo siento, para remendar mi error, te invito a comer en mi hogar, por favor no me digas que no.

-Mmmm! Esta bien, en realidad tengo mucha hambre y tengo mucha curiosidad en visitar tu castillo.

-Pues entonces, vamos de camino hacia el castillo, seguro que el Sr. Higurashi debe estar muy impaciente, y de paso le presentamos a nuestro joven amigo. Dijo Kaede con una gran sonrisa, dirigiéndose al castillo.