Hola! Este es la 2 parte de mi fic: Princesas enamoradas.
N.A: Lo k piensan los personajes estará encerrado en
Y las aclaraciones en ( ).
Dejen RR…Grax!
Inuyasha, mi mejor amigo.
Cuando estaban de regreso hacia el castillo, Inuyasha no podía parar de mirar a Kagome, era tan hermosa, parecía una princesa sacada de un cuento de hadas.
Kagome al principio no se percato ya que es un poco despistada, pero después la mirada penetrante de Inuyasha en ella…Era inevitable darse cuenta, además que Kagome estaba muy sonrojada.
-Bueno, Ya hemos llegado. Kami entra tu primero para que presentes al joven Inuyasha, yo tengo que llevar las compras a la cocina y poner estas flores en agua.
-Bueno, entremos…Dijo Kagome
-Si! Asintió Inuyasha, mientras caminaban por el grandioso jardín que estaba delante del castillo.
-Es hermoso! Dijo Inuyasha.
-Gracias…Ese rosal rojo que esta all� era de mi madre, lo plantó hace años y desde entonces lo he cuidado mucho, porque me traen tantos recuerdos…Pero, mejor vamos a entrar al castillo.
Inuyasha y Kagome entraron al castillo. Cuando Kagome abrió la puerta se encontró frente a frente con la mirada de su padre, que no era muy agradable que digamos…
-Me puede explicar jovencita por que llegas a estas horas?…Sabes que no me gusta mucho que andas demasiado tiempo en la calle, hay muchos ladrones o personas que pueden…
-Papa! El es Inuyasha, es un amigo que me encontré cuando mi nana y yo estábamos de compra.
-Inuyasha…Gusto en conocerlo joven, yo soy el padre de Kagome.
-Usted es el Sr. Higurashi ( Decía Inuyasha mientras se arrodillaba ante el rey ) . Había oído hablar de usted pero no de su hermosa princesa. No es por nada, pero déjeme decirle con todo respeto que tiene una hija preciosa….
Kagome se puso mas sonrojada que las veces anteriores.
El padre de Kagome no veía con muy buenos ojos al muchacho que su hija acababa de conocer, para el era un simple ladrón u otro más de esos que quieren sobrepasarse con las mujeres y aprovecharse del dinero de su hija.
-Pero Inuyasha, pasa.
-Wooow! Este castillo es enorme!
-Padre! Iré a llamar a mis hermanas para que vengan a conocer a Inuyasha.
-Si, hija, anda ve, yo me quedare con el invitado. Dijo el padre de Kagome mirando a Inuyasha de arriba abajo con una mirada de desprecio.
Inuyasha no es ningún tonto, y se percato inmediatamente de que no le había caído también al Sr. Higurashi pero a pesar de esto se decidió quedar en el castillo, ya que tenía mucha hambre y quería conocer a las demás hermanas de Kagome.
-Y ahora que…? Dijo Kykio quedándose totalmente estática al ver al joven invitado, porque desde el momento en que vio a Inuyasha se enamoro de el, no importándole si fuera pobre, algo la atrajo hacia el, y ese algo era tan fuerte para hacer lo que sea para poder conquistarlo. Desde entonces se hizo a la idea que Inuyasha era solo para ella y de nadie más.
Inuyasha, en cambio, le pareció que era bonita, pero no le ganaba a Kagome. Ella era una diosa comparada con Kykio.
Luego de bajar Kykio, bajo Sango otra que se quedo sorprendida por el físico de Inuyasha ya que era muy apuesto, pero ese "No era su tipo"
Una vez que bajaron todos, estaban reunidos en la sala del castillo, donde Kykio muy interesada empezaba a cuestionar a Inuyasha…
-Y dime…Cuantos años es que tienes?
-18
-Ah! Ya veo! Dijo Kykio con una sonrisa muy picara. .
-La comida esta servida, pueden pasar al comedor.
-Gracias, Kaede. Decía el Sr. Higurashi aun mirando con desprecio al invitado de su hija.
Una vez todos reunidos en el comedor, Kagome se sentó a un lado de Inuyasha y Kykio del otro. Kykio observaba la manera que Inuyasha veía a su hermana menor, y esto la hacia poner muy molesta, pero no quiso causar ningún berrinche.
Todos estaban comiendo tranquilos y en calma. Inuyasha se estaba comiendo la comida con desesperación (Es que ya hacia varias semanas que no comía). El padre no podía dejar de mirarlo con asco y desprecio a la vez, cuando Sango se dio cuenta, decidió que era mejor poner una conversación.
-Y dime Inuyasha, Como fue que conociste a Kami?
-Eh…
Inuyasha le daba vergüenza decir en la manera que conoció a Kagome, y no quería que pensaran mal de el, Pero aun así les dijo la verdad.
-En realidad me da mucha pena decirlo, pero nos conocimos a causa de un pequeño robo, es que necesitaba algo que comer, tenia mucha hambre…
Antes de que Inuyasha pudiera seguir con su relato el padre de Kagome se levantó de la silla muy enojado.
-Mire, jovencito, no se donde es ni de donde vino, y créame que no me importa mucho si tenia hambre si o no pero en este castillo no se admiten ladrones, y sino llamo a la policía en este mismo instante es porque al parecer te has ganado la confianza de Kagome, ahora tenga la amabilidad de largarse de este castillo y no volver nunca mas o sino quieres que cambie de opinión.
Inuyasha estaba estático, nunca en su vida había pasado tanta vergüenza, luego de unos segundos también se paro de la mesa…
-Mire, Sr. Higurashi, se que lo que hice esta mal, pero eso no le da ni el mínimo derecho a insultarme y a juzgarme por mis actos, si acepte venir a esta casa fue porque su hija me lo pidió, pensando que usted era igual de amable y decente como ella, pero me equivoque, y claro que me voy a largar del castillo ahora mismo, porque ya no quiero tener mas problemas.
Inuyasha se fue de la casa. Todos estaban sorprendidos por la actitud del Sr. Higurashi, nunca se había comportado así. El siempre había sido una persona muy educada. Luego de unos instantes, Kagome también se paro y salio del castillo a buscar a Inuyasha, quería disculparse por la mala actitud de su padre.
Cuando salio de este, no lo encontró, parecía como si se lo hubiera tragado la tierra. Con una cara de tristeza entro nuevamente al castillo.
-Papa! Por que lo hiciste? Que ganabas con hacerlo sentir mal? Le pregunto Kagome a su padre.
Su padre no le contesto, solo se fue a su habitación y le puso seguro por mas de varias horas.
-Ves? Y después dices que soy la única que lo lastima…Dijo Kykio con una gran sonrisa
Era el atardecer, y todavía su padre no salía de la habitación, Kagome estaba muy preocupada por el, nunca se había encerrado por tanto tiempo en su recamara y todavía no podía entender la actitud de su padre frente a Inuyasha.
A la mañana siguiente, Kagome fue la primera en levantarse, no sabia porque pero no paso muy bien la noche ya que no podía dormir sin pensar en que lugar se habría ido Inuyasha, además necesitaba pedirle disculpa por el acto de su padre.
Era muy raro, pero esa noche había tenido un sueño muy extraño, había soñado con que Inuyasha y ella eran pareja, estaban en el trono, pero luego de esto una gran sombra los rodeaba provocando su separación…
Fue muy confuso, pero le pareció de muy poca importancia ya que ella no es tan supersticiosa.
Pero Kagome no era la única que pensaba en Inuyasha, Kykio tampoco dejaba de pensar en el…
-Inuyasha…Que guapo estás. Te aseguro que tú vas a ser solo mió y de nadie más, esta vez mi hermana no va a salir ganando…
Kykio no sabia porque, pero Inuyasha había hecho despertar en ellas sentimientos que ni ella misma sabia que tenia.
Al otro día, muy temprano en la mañana, su padre por fin salio de su habitación y se dirigió hacia la habitación de Kagome.
-Hija? Estas ahí?
-Si, padre!
-Quisiera hablar contigo de lo que paso ayer en la comida.
-Claro…Te escucho. En el fondo Kagome pensaba que el se iba a disculpar por su actitud, pero no, fue todo lo contrario.
-Se que lo que hice talvez te resulto un poco egoísta pero fue lo mejor, no quiero que ese muchacho te enseñe cosas indebidas, además sabes que eres una princesa y debes comportarte como tal.
-Como quieres que me comporte! Como mi hermana Kykio, que nunca acepta brindarle un poco de cariño a los demás! Dijo Kagome en un tono rebelde.
-No. Te debes juntar con personas de tu categoría, no puedes estar con gente pobre y menos con un ladrón que no sirve para nada.
-Padre! Te das cuenta de lo que estas diciendo! Acaso eres el padre que alguna ves solías ser? Créeme que ni te conozco, has cambiado bastante. Y con respecto a Inuyasha aunque sea pobre es un amigo que en vez de insultarlo y juzgarlo le hubieras brindado tu apoyo, pero no….Que pasa contigo!
Kagome salio de su habitación con mucha rabia y en vuelta en llantos, no podía creer que ese era el padre que le había enseñado que debía ser solidaria, gentil y amable con cualquier tipo de persona sin importarle su clase social. Parecía que todo eso se le había olvidado por absoluto.
El lugar favorito de Kagome para poder pensar a solas, era en un extremo del jardín que habían grandes matorrales en donde nadie la podía ver. Estaba llena de rosas hermosas y había una gran fuente.
Ella se dirigió hacia all� y ahí empezó a llorar. Ni ella misma sabia cual era el motivo principal de su llanto…Era por el gran cambio de su padre o seria por….Inuyasha?
-Por que? Que esta pasando? Madre…Si tan solo estuvieras aquí conmigo, papa ha cambiado mucho…Y además no se por que pero Inuyasha me ha preocupado mucho después de que se fue del castillo sin saber a donde está…Mi hermana Kykio por otro lado, sigue igual de egoísta con todos, ya sinceramente en la casa nadie la soporta, y también mi padre no esta en condiciones de salud muy estable….
Kagome no paraba de llorar, parecía como si toda su familia se estuviera yendo abajo al igual que las fuerzas que tenia la joven princesa desde pequeña.
Ella desde temprana edad era maltratada por Kykio, siempre tenia que estar presente en las peleas de su hermana con su padre, cosa que le lastima mucho…
Kagome desesperada del dolor decidió escapar de su prisión, escaparse e ir lejos, no sabia a donde solo salio como pudo del gran castillo por el jardín.
Estaba confundida, ni ella misma sabia lo que hacia, no sabia que iba a pasar si su padre se enterara, solo quería escapar.
Cuando salio a las calles del reino ya era un poco tarde y Kagome no sabia a donde ir. Empezó a caminar y caminar sin rumbo.
No tenia amigos cerca, ni a nadie conocido, al único que le había brindado su confianza era a Inuyasha…
Pero no sabia donde se podía encontrar…Ni se imaginaba su paradero. Estaba sola y tenía miedo.
Todo empezaba a oscurecer…Estaba desesperada, y no sabia que hacer.
En medio de la oscuridad, empezó a llover, cada vez más y más, sin parar.
Era de noche, tenia frió y estaba empapada.
De pronto alguien alto de cabello negro se le acerco…Era Inuyasha.
-Kagome? Que haces por aquí y a estas horas? No deberías estar en el castillo?
-Inuyasha…Que gusto me da saber que estas bien…Y lo que paso fue que…
-Mejor me dices luego, estas empapada y necesitas algo con que secarte. Ven conmigo…
Kagome tenía mucho frío y quería descansar, decidió que lo mejor era acompañar a Inuyasha.
Cuando llegaron, Kagome entró a una casita hecha de madera, era muy pequeña y estrecha.
-Kagome…Ven…Toma esta toalla, talvez este un poco sucia, pero servirá hasta que pare la lluvia y así podré llevarte al castillo.
-No! No quiero regresar! Escape de el! Escape de mi padre, de mi hermana Kykio…No quiero regresar!
-Por que lo hiciste?
-Pues porque…
Kagome se quedo callada por varios minutos. Inuyasha entendió que no quería hablar de ese tema en ese momento.
-Inuyasha, y tus padres? Pregunto Kagome.
-Mi padre nos abandono a mi madre y a mí cuando yo solo tenía tres años. Se dice que el se fue con otra mujer o que luego de dejarnos se suicido, pero en realidad no me importa. El le había hecho mucho daño a mi madre. Siempre la maltrataba y la insultaba. Luego cuando tenía 13 años, mi madre murió. Desde entonces he tenido que vagar solo por todo el reino.
-Oh! Ya veo. Pobre Inuyasha, se nota que ha pasado mucho trabajo desde pequeño
Oye…Con respecto a lo que me preguntaste hace algunos momentos…Me fui de mi casa porque siento que mi familia se esta deteriorando cada vez mas y mas. Además mi padre ha cambiado y decidí escapar y no volver nunca más.
-Pero tu hermana Sango y tu nana Kaede te quieren. Seguro que se van a sentir muy mal cuando sepan que te fuiste.
- Talvez, pero creo que fue lo mejor…Ademas ya no quiero pensar en eso, me pone triste tener que recordar todo lo que ha pasado durante los últimos días…Oye, Inuyasha…Me puedo quedar a dormir aquí?. Te aseguro que es solo por esta noche y no te molestare más.
-Claro! No hay problema. Aunque como viste este no es un palacio igual que el tuyo. Dudo que te acostumbres.
-Yo no tengo problemas. Me las sabré arreglar. Dijo ella con mucha confianza en si misma
Kagome estaba muy cansada y luego de comer el poco pan que Inuyasha había conseguido ese día, se durmió.
Inuyasha la recogió y la acostó en su pequeña cama. El solo la miraba, parecía un ángel.
Se quedo velando por ella toda lo noche.
A la mañana siguiente cuando Kagome se levanto, ya Inuyasha tenía su desayuno listo.
-Toma…Se que no es lo mismo que comes en tu casa, pero es lo que pude encontrar. Decía Inuyasha mientras le daba a Kagome una rebanada de pan con algunas frutas que se encontraban en mal estado.
-Esta bien. Kagome no quería rechazar la comida de Inuyasha. Así que se la comió con un poco de asco.
-Si no te lo quieres comer, no te lo comas. Además dijiste que te ibas a acostumbrar, y si quieres vivir aquí te vas a tener que adaptar a esta vida.
-Si! Pero que se esta creyendo?…Claro que me las voy a arreglar por mi sola, ya se lo demostrare
-Me tengo que ir. Tengo que salir a buscar algo de comida, lo poco que conseguí ayer ya se acabo.
Ósea que me quedare sola? Y si mi padre viene y me encuentra? No me quiero ir con el.
-El no sabe que estas aquí.
-Pero lo puede averiguar. Prefiero irme contigo y ayudarte…Claro, si no hay problema.
-Esta bien…Si tu lo dices…Andando.
Kagome ayudo a Inuyasha a buscar un trabajo pero no tuvieron suerte. No podían conseguir ninguno.
Cuando se cansaron de buscar, decidieron sentarse en un parque pequeño que estaba a la salida del reino.
Era hermoso, había muchas flores, además estaba solitario, no había nadie en sus alrededores.
-Inuyasha… Tengo miedo de que mi padre me encuentre. Seguro ya mando a sus ayudantes a que me buscaran. No quiero volver!
-Yo…Tampoco quiero que vuelvas. Desde que te conocí me has brindado tu amistad, y eso es algo que aprecio mucho y que nunca quisiera perder. Para serte sincero, nunca había tenido una verdadera amiga y tú eres la primera. Talvez llevo poco tiempo conociéndote, pero me caes muy bien y siento que puedo confiar en ti.
-Tu también Inuyasha. . Desde pequeña he conocido mucha gente, pero no una tan sincera y divertida como tu.
Se quedaron en el parque, recordando algunos momentos felices y otros tristes de su infancia donde necesitaban a un amigo verdadero que los ayudara y les diera su apoyo.
-Sabes algo Inuyasha? Eres mi mejor amigo. Dijo Kagome muy feliz, ya que había encontrado a una persona que le brindara su cariño y su confianza y que al mismo tiempo era sincera con ella. Talvez tenía a su hermana Sango y a su nana Kaede, pero Inuyasha digamos que era diferente, y era una persona con el cual ella se sentía segura de si misma y a la vez disfrutaba mucho su compañía.
-Kagome…Tú también lo eres. Prométeme algo por favor…
-Si, dime.
-Prométeme que nunca me dejaras solo como lo hicieron mis padres, que nunca te apartaras de mi lado…
-Claro Inuyasha! Somos amigos y nunca te dejare!
Los dos estaban sentados en el parque. Parecía como si se hubieran conocido desde hace años.
Era muy raro pero ellos se tenían mucha confianza, a pesar de solo haberse conocido hace algunos días.
