Bueno pues... este es el último capítulo para alegría de algunos y desventura de otros ( pocos, creo). Muchas gracias a la gente que me ha apoyado y ha soportado la brevedad de los capítulos y las tardías actualizaciones, y sobre todo, gracias por soportarme a mí!. A todo esto, estoy preparando un Draco/Luna, llamado 'querida Luna', si estáis interesados en volver a revivir la peligrosa experiencia que es leer mis ficts, buscad a Elonier! (Ahora en serio: muchísimas gracias!)

Pasaron los años. Cinco, para ser exactos. Draco Malfoy estudió para auror junto con Ron Weasley, pues se habían hecho íntimos amigos, por más increíble que pudiera parecer. Hermione Granger fue una destacada sanadora, y pronto estuvo entre los mejores sanadores de Inglaterra. Harry Potter, después de recibir la Orden de Merlín, Primera Clase, fue enterrado en el valle de Godric, junto con sus padres: por fin estaban juntos de nuevo.

Draco y Hermione siguieron juntos, y un maravilloso atardecer de primavera, draco la llevó a un bosque, y juntos contemplaron cómo el sol se ponía en el horizonte.

Siempre quise una vida así – dijo Draco, sin apartar los ojos del dorado astro rey -. Una vida... contigo- miró a Hermione, que tenía los ojos brillantes -. Hermione... ¿quieres casarte conmigo?

Hermione no respondió enseguida. Esperaba esto, pero a la vez estaba sorprendida. Aunque ya habái decidido. Había decidido hace muchos años...

Por supuesto – dijo, y besó a Draco.

Todo estaba dispuesto: el señor Granger sería el padrino, y una nueva y alegre Narcisa Malfoy había sido escogida para ser la madrina. Draco contempló a la mujer, vestida de blanco, que se aproximaba hacia él

Cómo la amo pensó.

Mientras transcurría la ceremonia, cada vez estaba más nervioso. ¿Por qué no pasaban ya a la parte final?Y llegó.

Draco vio los labios de Hermione moviéndose, pronunciando las dos palabras mágicas...

Sí, quiero – dijo Hermione.

Draco no podía ser más feliz. La besó, y así fue como un amor como el de ellos, un amor prohibido, encontró su final feliz.

¡DRACOOOOOOOOOO!- gritaba Hermione.

Tranquila, cariño, hago lo que puedo. Tienes todo mi apoyo.

No quiero apoyo moral, quiero una epidural – dijo ella, sin parar de gritar.

Se encontraban nada más y nada menos que corriendo por un pasillo de San Mungo. Hermione estaba tumbada en una camilla, a punto de dar a luz a su primer hijo.

Esto es el mundo mágico, señora Malfoy– dijo un sanador -. No hacemos nada de esas cosas muggles...

Esto fue el colmo para la escasa paciencia de la que Hermione gozaba en esos momentos. Se incorporó y se agarró al cuello de la túnica del mago:

¡Lo que sea, pero quiero que este niño salga ya!

Por fortuna, el parto fue a la perfección. El niño era precioso. Lo llamaron, obviamente, Harry, de segundo nombre John, por Remus John Lupin ( N.D.A:no he podido resistirme...xD) y de tercer nombre Draco, claro.

Y así acaba esta historia, la historia de Draco Malfoy, arrogante y millonario mago, pero no tanto como pensaba la gente, pues fue capaz de mar y pedir perdón, y de Hermione Granger, estudiante modelo, hija de muggles, que supo ver lo que había en el interior de Draco: vio más allá de aquellos fríos ojos grises.