"Entre Confusiones, Apuestas y Amores verdaderos"
Basado en los personajes de Harry Potter by JK Rowlings.
Por Crystal.
Capitulo 30.- Una noche de lluvia...
Nathaly y Remus insistieron en acompañarme de regreso a casa de James. Pero para mi sorpresa, utilizamos los polvos flu. Recuerdo que esa noche escuchaba la voz de Sirius y James conversando en la sala
-¡¡LUNÁTICO!!!- GRITARON AMBOS UNA VEZ APARECI" DETRÁS DE MI.
-Hola chicos.- dijo Remus enderezándose su túnica e inmediatamente Nathaly apareció detrás.
-Nat- gritaron Lily y Sirius sonriéndole a la joven mientras James daba palmaditas en la espalda a Remus como modo de saludo.
"Esa noche, Lily, Nathaly y yo, cocinamos mientras los chicos se ponían al día. Parecía que fuese una reunión de años, en vez de días desde nuestra salida de Hogwarts."
"en la cocina, escuchábamos las risas de los tres y nosotras sonreíamos unas con otras. En un momento a otro, recuerdo que se callaron de repente. Una vez asomé mi cabeza por el rellano de la puerta observé que el lugar estaba vacío"
-Ya no están- dije mientras Nathaly terminaba de "preparar" una crema en un pozuelo. En realidad de la punta de su varita salía una especie de salsa roja que humeaba. Lily daba indicaciones a los cucharones con su varita al mezclar otras cosas en la cocina.- ¿Adonde fueron?
-De seguro James los ha llevado al estudio...- dijo Lily como si nada. Pero se notaba seria. Muy seria. Nathaly y yo nos observamos y guardamos silencio.
Esa misma noche, me despedí de Remus y Nathaly. Prometí a mi amiga que mantendríamos el contacto y así lo quería hacer. Pero algo me decía que, Nathaly no me contaba todo acerca de lo que sabía de los Blacks. Tampoco me mencionó la verdadera búsqueda de Remus y que este era licántropo. Tampoco mencioné nada.
Después de su partida, comenzaron a llegar unas personas. Eran pasada la media noche y aun Sirius, Lily, James y yo conversábamos. El grupo de personas se volvía muy numerosas y para mi sorpresa, estaban sucios y llenos de lodo. No les pregunté nada. Algunos rostros eran conocidos del mundo de los brujos, otros, no tanto. Vi ahí incluso a uno de apellido Bones y a Longbottom.
No quise hacer preguntas y me fui a los pisos superiores. Después de todo, yo no pertenecía a ese grupo. Sea cual fuese; Aunque no dudaba que eran los Aurores.
Sirius me observó fijamente hasta que subí las escaleras y no hizo ningún comentario.
Media hora después, tocaban a la puerta de la habitación que Lily y yo, compartíamos. y era Lily con un plato con comida y un vaso de leche y otro de agua. Me sonrió y dijo.- Lamento que no puedas compartir la discusión con nosotros... esto es una manera de disculparme...
-No te preocupes.- sonreí.- Gracias por tomarte las molestias.
-Son las reglas que...- pero hice que no me explicara nada.
-Olvídalo.- Dije sonriéndole.- Tienes el talento y las agallas para ser aurora. Despreocúpate... ahora, vuelve a tu reunión.
No se a que horas terminaron. Tampoco noté cuando Lily entró en la recamara y si acaso durmió en ella. Al otro día, me desperté y estaba sola.
Al bajar las escaleras, noté que el desayuno estaba listo, pero nadie a mi alrededor. Fui a la recamara de James y estaba vacía. No se porque pero dudaba que en algún momento, durmieron allí.
Volví a la cocina y noté el montón de loza sucia en el lavabo, así que con un movimiento de mi varita, la loza se lavaba sola. Los pisos estaban siendo trapeados e incluso ordenaba el desastre que había en la sala.
Llegaron a la tarde y yo, leía un libro a su llegadas. Los tres venían cansados y con sus túnicas estrujadas e incluso con manchas.
Me sonreí al ver las caras de James y Sirius; y como estos dos se aventaron al sofá.
-¿Cómo les fue?- les pregunté. Pero me hicieron ademanes que no comprendí. Lily sin embargo parecía menos cansados que ellos.
-Bien. El salir a las cinco de la mañana sin avisarte, debió haberte preocupado...- comentó Lily.
-No para nada.- dije sonriéndole.- Además, gracias por el desayuno...
-No te preparé desayuno...- respondió ella.
En ese momento, Sirius levanta la mano un instante del sofá y vuelve a caer violentamente y pesadamente, dándole a James.
-¿Preparaste el desayuno?- pregunté sonriéndome.- Que tierno eres...
-Si Canuto...- dijo James con una tonadita.- "Que tierno eres"
-James: no estoy para bromas.- dijo Sirius poniéndose de pie y reclamó.- ME duele cada hueso de mi cuerpo...
-Vayan ambos a descansar-dijo Lily.- Sirius: usa mi cuarto para que descanses...
Marchándose ambos dije- ¿Cómo no estás tu cansada?
-Me quedé dormida en el sofá como a las una y media. Para cuando la lechuza solicitaba nuestra presencia, James me despertó. Ellos no durmieron.
Al otro día, Sirius y yo salimos supuestamente de paseo y terminamos en Londres comprando su motocicleta la cual paseamos por casi todo Londres.
Supe que le mandó un correo a su madre, informándole que estábamos bien y que se había quedado en Londres con James.
Pero una pregunta vino a mi mente.- ¿Sabe tu madre que estás con los Aurores?
-entre muchas cosas, es uno de los puntos que no toco con mis padres.- comentó Sirius una vez nos detuvimos a las afueras de Londres a observar el atardecer. Ambos nos apoyábamos de la Moto y él me abrazaba.- Mi padre tiene unas opiniones muy personales acerca de los aurores... prefiere vivir de la fortuna Black...
-pero ¿De que vive tu familia Sirius?- pregunté.
-No tengo la mas mínima idea...- respondió el sujeto. Y continuó diciendo.- otra de las cosas en las que no estoy de acuerdo es su opinión acerca de Dumbledore...
-¿El director?
-Mi padre dice que está loco... – dijo el sujeto.- Cosa que no estoy de acuerdo. Bien es cierto que a veces carece de cordura, pero si no fuera por él, desgracias ocurrieran en Hogwarts...- mirándome seriamente.- desgracias que, desafortunadamente me alejarían de ti...
-¿de mi? ¿de que hablas?
-Hay locos en esta vida, que odian a los medios muggles, a los muggles o a los hijos de muggles... – pasando su mano por su rostro.- No entiendo porque aun... James tampoco. Pero... él está preocupado por Lily y yo por ti...
-¿Por qué? Nosotras estamos bien...
-No cuando hay personas que no las quieren en el medio...- dijo besándome en la frente y viendo que oscurecía dijo.- Ven, vamos. Es hora de regresar.
Pero no regresamos a su casa. Nos dirigimos a casa de James y Lily nuevamente. Cuando llegamos, poco después, los chicos se despedían de nosotras y se marchaban dejándonos a solas.
-oye ¿que tanto hacen esos dos?- pregunté señalando por donde se marcharon.
-Es que las cosas, están aun mas feas- dijo mostrándome la edición del "Profeta" de ese día. Mostraba que dos brujos fueron torturados y asesinados y se sospechaba que Voldermort era el responsable. Sospechan que peores cosas se aproximan. O eso, cree Dumbledore...
-¿Dumbledore? ¿han sabido de él?
-Escribe a James cada vez que puede...- sonrió la joven- él confía mucho en él y viceversa... y además son mucho mas...
-Comprendo.- respondí.
-No. No es así.- me dijo ella y le miré.- Es que no puedes saberlo todo...porque no tienes conocimiento de todo...
Para la tarde, Sirius y James regresaron y nos despedíamos de nuestros amigos. Era hora de regresar a la Casa de Los Blacks.
Una vez su madre vio el "horrendo aparato de muerte" como le decía ella a la motocicleta incluso amenazó con desheredarlo. Pero Sirius le dijo que podía hacer lo que quisiera porque en verdad, poco le importaba. Pero su madre, a los pocos días se tranquilizó.
Días después, salimos nuevamente juntos, pero esta vez fuimos primero al Ministerio de Magia a dejar un paquete que le llegó esa mañana a Sirius. Él entró y yo me quedé al lado de la moto y después que duró media hora en el interior, salió tranquilamente y nuevamente montábamos su moto.
Esa tarde estaba como en las nubes. Así rápidamente pasaron casi dos meses. Aun sus padres creía yo, no sabían de sus actividades con los aurores o con James. Un día de esos, al pasar toda la mañana juntos y cuando ingresamos a la casa, encontramos a la madre de Sirius. él amablemente retiraba mi chaqueta cuando ella con una sonrisa, se nos acercó. Parecía que el mal humor se le había pasado ya.
-Que bueno que llegaron...- dijo a pocos pasos de nosotros.- Querida, tienes una lechuza en tu recamara...- y dirigiéndose a Sirius comentó.- Hijo: necesito consultarte algo...- señalándole.- ¿Hablamos en la biblioteca?- adelantándose a la par que se disculpaba.
-Ve contesta tu correo.- dijo acariciando mi rostro.- yo veré que quiere mi madre..- Besándome en la mejilla y dejándome ir.
Sirius pacientemente, se dirigió a la biblioteca siguiendo a su madre. Arly se quedó mirándole hasta que lo vio ingresar y sonrió para irse por el otro lado.
Una vez entró ella le extendió una invitación con su nombre en el sobre.- Es para ti...- dijo ella sonriéndole.- De Caroline de Wessex ¿La recuerdas? La mejor amiga de Constance... bueno, celebrarán sus padres su aniversario de unión y nos invita a la cena que le harán ... Caroline te adora.. .y bueno, es un gran partido Sirius...
Sirius la observaba estupefacto y dirigiéndose a la puerta la entrecerró delicadamente pero solo puesta, pues inmediatamente se entreabrió.- ¿Qué dices madre?
-Lo que escuchas...- sonrió la mujer a su hijo.- Caroline es una chica estupenda y no dudan que su padre se vuelva el próximo ministro de Magia. Eso es si Bartolomeo Crouch no se le adelanta primero...- sacudiendo su cabeza.- Sabes que inclusive, la abuela materna de Caroline, es la hermana del abuelo de Malfoy padre. Es un buen partido... una buena familia...
-¿Ahora planeas casarme? ¿qué bebiste madre? ¿mucho Firewisky en el almuerzo?- preguntaba el joven aun sorprendido.
-Sirius! ¡un poco mas de respeto por favor!
-Bien... te respeto...- dijo él sorprendiéndose.- ¿Qué tanto hablas?
-No comprendo tu indiferencia. Por años, coqueteabas e incluso intercambiaste citas con Caroline de Wessex. Incluso la escuché una vez, un año atrás, que no dudaba que se casarían... ¿Qué es lo que te pasa? ¿acaso Caroline no es de tu altura?
Con una sonrisa en mis labios, ascendí las escaleras para encontrarme con la lechuza de color pardo que estaba sobre un perchero. Llevaba una nota amarrada a su pata y delicadamente se la retiré e inmediatamente alzó el vuelo.
Miré el contenido que era de Daniel. "Querida Arly: espero que estés bien. La verdad es que estaba algo dudoso al dejarte con Sirius en Inglaterra pero al no tener noticias tuyas, supongo que todo está bien. Me alegro pero quisiera que no te olvidaras que tienes familia y yo soy parte de ella. Cuídate mucho, Daniel. PD: te mando anexa la dirección en Bulgaria si necesitas venir aquí. Si quieres que vaya por ti, solo escríbeme."
Me sonreí al ver esto. Se notaba que en verdad iba a cumplirle su promesa a mis padres de protegerme. Me siento tan bien al saber que tengo a alguien en otra parte del mundo que se preocupa tanto por mi.
Bajé las escaleras para ver si Sirius había terminado de hablar con su madre. No lo vi en ninguno de los salones y me acerqué a la biblioteca. Las voces de Sirius y su madre conversando me llamaron la atención, pero una pregunta de su madre hizo que mi atención se fuera al par. No debí de escucharles; me arrepentiría después, pero... la curiosidad y la forma en que su madre hizo la pregunta llamó mi atención.
-No comprendo tu indiferencia. Por años, coqueteabas e incluso intercambiaste citas con Caroline de Wessex. Incluso la escuché una vez, un año atrás, que no dudaba que se casarían... ¿Qué es lo que te pasa? ¿acaso Caroline no es de tu altura?
"Me quedé pendiente a lo que Sirius respondería. No quería escuchar pero una parte de mi, quería saber la respuesta a esa pregunta por parte de la Señora de Black."
Ante el silencio del joven ella reclamó.-¿No me digas que esa Arly significa tanto para ti?- preguntó con un tono indiferente e incrédulo.- ¡¡¡Por favor Sirius!! ¿sabes tu acaso lo que ella significa?
La forma como ella dijo aquello, heló mi corazón. Por lo que parecía, no le agradaba a la madre de Sirius.
-Por favor, no hables de esa manera de ella.- escuché que Sirius dijo.- Tu no la conoces... no sabes nada... no te atrevas a dirigirte de esa manera...
-Es la hija de Cornell Thompson... – dijo con cierta pesadez y acidez en su tono de voz que me dolió. Porque Cornell era un buen hombre- ¿Qué tratas de demostrar estando con ella?- dijo esta vez no dejando de reírse y coment.- Ya se lo que haces...- ahí abrí un poco la puerta para observar para ver a Sirius cruzado de brazos y su madre delante de él, de pie, elegantemente y tomando asiento en el sillón delante de él.- Es un capricho... ¡¡hijo!! Eres joven. Por supuesto que es un capricho... ten cuidado con lo que haces...
-¿Qué quieres decir con eso?- preguntó Sirius pero no dejando su posición.
-No se porque, por primera vez en tu vida, te encaprichas y no lo sueltas... se por muchas hijas de mis amigas, el rompe corazones, seductor y conquistador que tengo por hijo mayor. – sonriendo entre el orgullo y la gracia de todo aquello.-Haces lo que quieres y lo que ellas quieren... – dando a entender como Sirius si quería placer, lo tenía.- pero no por eso tienes que irte al extremo para ilusionar a esta chica con lo que no tendrá, como una estrategia de conquista...
-¡¡madre!! ¿de que diablos hablas?- escuché a Sirius decir y perder la paciencia.- ¿qué dices?
-Esa chica. No es una sangre pura Sirius.- dijo la señora Black sorprendiéndome. No creo que lo haya hecho conmigo nada mas. Sirius parecía anonadado porque miraba su reacción a través de la puerta entreabierta..- Y Caroline lo es.
-¿Ahora eres discriminadora? ¡¡Es una broma!! ¡¡tiene que ser una broma! ¿y de cuando en cuando, tengo que darte respuesta alguna acerca de mis novias? ¿de cuando esto te interesa?
-¿por qué habría de serlo?- dijo su madre indiferente.- Esa chica, es una cazafortunas. Cornell está muerto, seguro la dejó en la calle y viendote como buen partido... bueno, no dudo que utilizaría esos encantos de trepadora y actriz de primera.- Vi como Sirius se sorprendía ante los atributos que su madre colocaba en mi.- y para empeorar la escala, ella es media muggle.- Dijo ella poniéndose de pie y caminando hasta él.
-Ella confió su secreto... ese secreto de su verdadera familia...- dijo Sirius decepcionado.- Confió en ti porque eres mi madre... y además, no la conoces... no como yo... me sorprende que seas mi madre... – molesto con todo lo escuchado. Él sabía muy bien, que dinero yo tenía. Tenia además a Daniel; sobre Daniel y mi fortuna, lo escogí a él.
-Por ser tu madre, digo lo que te conviene y lo que no...- desesperándose.- y ella no te conviene, para algo serio. Has lo que quieras con ella...diviértete cuanto puedas... pero recuerda, que ella, no es lo que te conviene... no es lo que esperamos en nuestro primogénito... y mas que todo, ella no es digna de ti... es una sangre sucia...
La sangre se me heló al escuchar aquellas hirientes palabras provenientes de la madre de Sirius. Quise salir corriendo. Quise salir de mi escondite y gritarle sus tres verdades: Que nada me mantenía aferrada a su hijo, y mas que todo, si creía que era por dinero, se equivocaba. Que amaba a Sirius y que yo estaba en libertad total de demostrárselo y además de todo quería decirle entrometida, idiota, estúpida y por supuesto, discriminadora contra los muggles. Pero la verdad era que, era la madre de Sirius. Por ser su madre, me contuve. Incluso recuerdo que mordí mis labios. Pero estaba triste. No quería que ella pensara de mi en aquella forma.
-Eso quiere decir, que no puedo llevarla como pareja a esa fiesta...- dijo Sirius cruzándose de brazos y agachando su mirada.
-yo no diré nada... pero tienes que sacarla de mi casa Sirius. Mientras mas pronto, mejor. Deshazte de ella y si no puedes quitártela de encima... ofrécele dinero y que se vaya...
Sentía como mis ojos se humedecían. Me enojé. Estaba tan molesta con todo lo escuchado. Suavemente me puse de pie y lentamente me dirigí a los pisos superiores y me encerré en mi alcoba.
-Como te atreves...- dijo Sirius molesto delante de su madre y no guardándose nada para si.- ¿Cómo te atreves a colocar en velo de duda su integridad?- observándole sorprendido.- ¿Cómo pudiste, comportarte así con Lily Evans en Navidad? Tan bien, tan recatada ¿o acaso se me olvidó mencionar que ella es media muggle, madre? Hija de padres muggles...
-Lo se.- dijo ella respondiéndole- pero fingí... además, James Potter no es mi hijo, tu si. Y si los padres de él, estuviesen vivos, no dudo que se escandalizarían con la idea de su único hijo, manchar su linaje sanguíneo con tal clase de denigra....- pero no pudo decir mas nada. Sirius la interrumpió.
-¡no te atrevas! Tanto Arly como Lily, serán mujeres que tu jamás llegarás a ser... lo verás.- sorprendiendo a su madre.- Si me casara con ella ahora mismo, poco debería de importarte... no puedes entrometerte en mi vida así no mas. ¡¡y mucho menos decirme con quien me puedo casar!!- gritó.- Además, Esa Caroline, es una cabeza hueca aburrida de cuarta...
-¡¡Por favor!! No pensabas eso cuando te besabas con ella durante las fiestas el año ante pasado... ¡¡Compórtate por un instante como un Black!!
-las personas cambian. Las personas aprenden de sus errores. – y respirando profundo agregó.- No madre... me comporto como lo que soy: Sirius... un Sirius que tu desconoces; Una Sirius que, de la navidad hasta aquí, ha cambiado su forma de pensar y ver las cosas como no imaginas. además, quisiera tener al menos, la mitad de la integridad, los valores y la honestidad que tiene lo que tu llamas de "sangres Impuras"
-Madre santa..—dijo la señora Black.- Recuerdo años atrás cuando tu abuela quería comprometerte con Nathaly Malfoy... mala suerte el momento que no lo hizo... tal vez, te hubieras adaptado a la idea, y otra historia fuese...
Sonriendo sutilmente.- no te hagas planes madre... Nathaly Malfoy está muy feliz viajando con su verdadero amor y si, sin casarse..- haciendo que de la impresión su madre se sentara en el sillón nuevamente. – En cuanto a Arly y su virtudes. Tengo para decirte que si, he intimado con muchas... he llegado muy lejos y todo el camino con otras, pero a la única... ¿Me escuchas? A la única que no he llegado y he respetado hasta que ella quiera es a ella... te equivocas con decir que es una trepadora...porque no lo es. Es tan inocente que no lo creerías y es lo que mas me gusta de ella... – sonriéndole orgulloso.- Y además, si quiero casarme con ella, lo haré. Si quiero estar con ella, claro que lo haré. No eres dueña de mi vida...
-Pero ¿Qué pasará con el apellido Black? ¿qué pasará con nuestra familia?
-Al diablo con la familia Black.- Dijo Sirius casi ocasionándole un mareo a su madre. –Mira: Frank ha sido siempre el hijo pródigo, haz que el se case con quien tu quieras... pero no te metas conmigo, con mi vida y con Arly...- dirigiéndose a la puerta se volteó para decirle- Esto tal vez no sepas su significado madre, pero ella me interesa mas que cualquiera de todas aquellas que pasaron por mi vida...y no lo echaré a perder... tampoco tu lo harás... una palabra... tan solo un comentario hiriente, discriminador o indiferente para con ella, y júralo que haré que te arrepientas... porque me atreveré a irme... y no volver...
-Hijo... cálmate... –decía ella con corta respiración..- Si tan solo lo pensaras un momento...
-Solo, analiza lo que te dije...- respondió Sirius.- Y piénsalo... no quiero que ella sufra mas... le dije que no la haría sufrir... y si ella se da cuenta...- sacudiendo su cabeza de manera negativa.- Cuidado con lo que le dices...- para finalmente salir, cerrando la puerta detrás de si.
"pasé los próximos dos días entre la indecisión y la incertidumbre. Finalmente y con dolor en mi corazón, tomé la decisión que me haría en los próximos meses lamentarme y llorar bajo mis mantas en mi lecho y pronunciar su nombre: Decidí irme de la casa de los Blacks"
"por mas que traté de aparentar que no escuché aquella discusión entre madre e hijo, no podía ocultarlo mas. Creo que soy buena actriz, aunque había ocasiones en que ambos mientras caminábamos agarrados de manos por la vereda, se me quedaba mirando. Otras veces trataba de traerme a la realidad con sus ideas; pero yo, simplemente sonreía por cortesía."
"Le escribí una carta a Nathaly la misma noche que escuché la conversación. Se la mandé con la misma lechuza que recibí de ella; así era mas fácil: la lechuza no tardaría en localizarla, a diferencia si la enviaba con la mía o la de Sirius. No tardé en recibir respuesta de ella hoy; decía mas o menos esto: "No todo en esta vida es perfecto y lo sabes Arly; lamentablemente, no confías en Sirius lo suficiente para decirle lo que te pasa. Que sabes todo lo que trataron él y su madre. Creo que si te abrieras a él, este comprendería. Habla con él y luego, toma la decisión que creas conveniente. Pero sabes que siempre nos tendrás a nosotros. Nathaly." Decidí confiar en mi corazón y en mi instintos para hablar y despedirme de él. Me iría a vivir a Bulgaria con Daniel. Porque por mas que amara a Sirius y me doliera dejarle, tenía que pensar en que era lo que él quería, deseaba, anhelaba. Y en esas semanas, quedó demostrado que, a pesar de todas las angustias y reclamos de su madre para que fuese un hombre de bien y un mago respetable, si importaban para él. No podía interponerme entre él y su madre."
Dudé por mucho tiempo aquel día, el mejor momento para decírselo. Me disculpé con los Blacks por no bajar a almorzar con ellos, diciendo que me sentía indispuesta. Por supuesto, Sirius subió a ver si estaba bien. Aunque pretendí al tomarme un medicamento que amablemente me ofreció para mi malestar, no pude aprovechar ese momento para decírselo.
En la noche, noté el movimiento en la casa. Era que los Blacks asistirían a una de sus grandes fiestas en la sociedad de magos; aquellas fiestas que Nathaly llegó a asistir con sus parientes. Aquellas fiestas en donde Sirius creció al igual que Frank. Por supuesto, nunca fui invitada a asistir por parte de la madre de Sirius. Escuché cuando ella descendía por los escalones y la vi por un hueco de mi puerta: Esa hermosa mujer se deslizaba con elegancia, del brazo de su esposo. Vi a Frank también bajar. (Me recordé a nuestra pequeña Jia y me preguntaba sí ella iría con Frank). Pero no vi a Sirius.
Después que noté que no había nadie en casa, descendí los escalones para encontrarme con uno de los elfos. Haciendo una reverencia preguntó.- ¿La dama cenará?
-Si, por favor... – dije sonriéndole.
-Prepara dos lugares en la mesa, Walkie- dijo Sirius detrás de mi y sorprendiéndome para voltearme a verlo al tope de las escaleras. Venía descendiendo ágilmente hasta alcanzarme en el pie de estas. - ¿Sorprendida de verme?
-Eh... no sabía que te habías quedado en casa...- dije abochornada. Creo que él lo not.- Pensé que te habías ido con tus padres...
-Supongo que si... tenemos que hablar...- tomando mi mano y guiándome al comedor con él.
Mis maletas ya estaban listas desde el medio día, sin embargo, no pude atreverme en ningún momento el decirle que me iba. Me partía el alma. Sin embargo, no me hizo una sola pregunta. No me interrogó acerca de mi actitud o comportamiento, o en todo caso, su "tenemos que hablar" tampoco salió a la luz. Ambos comimos en silencio.
Sirius tiene una forma de ser, que hasta esa noche fue que llegué a entender. Se puso de pie una vez concluimos la cena y dándome un beso en la mejilla, se disculpó y se retiró, quedándome a solas mientras él ascendía las escaleras.
No se de donde saqué la fuerza de voluntad pero cinco minutos después, me cercioraba que nada se me quedaba en la habitación. Con mis maletas en mano caminé a la puerta de su habitación y toqué dos veces antes de ingresar. Con una larga pausa que utilizaba para respirar, finalmente las palabras salieron por mis labios.
-he venido a despedirme.- dije al ver la figura de Sirius levantar su mirada. Veo que leía algo.- pienso irme esta noche...
-Pronto comenzará a llover...- respondió él indiferente y sin mirarme. Tal vez pensaba que era una broma de mi parte.- además, no puedes irte... no puedes....
-Sirius: He tratado de ser paciente... de mantener la cordura y no ser grosera...- dije a media voz.- E incluso me apena decir esto...pero... tu ...-dudando decirle pero tome aliento, coraje y me desahogué.- ... madre y yo... yo se lo que ella piensa de mi... lo que ella dice de mi...
El finalmente me miró. Sus ojos denotaban dolor de que me enterara de ello. Sus labios decían en ese momento.- ¿Cómo....
-Los escuché hace dos noches, abajo... en la biblioteca....- respondí apenada y triste.- No debí escuchar pero cuando mencionó la idea de tu con otra chica... y después mi nombre salió a relucir...- algo acongojada.- No pude detener mi mente... y ...
-¿Cuánto llegaste a escuchar?- preguntó sorprendiéndome. Ahí me fijé. Estaba sonrojado un poco.
-Cuando mencionó que era por interés de dinero que estaba contigo...- dije tratando de mantener una compostura firme. Pero los recuerdos de aquel día, me dolían en el corazón.- Y que me ofrecieras dinero como cualquier mujerzuela, la cual traes a casa...- ahí no me daba cuenta, pero creo que mi forma de decirlo, como defensa, había captado aun mas su atención.- Y yo... solo quería salir de aquí, aunque eso signifique dejarte a ti...
-no tiene derecho de decir eso...- dijo Sirius mostrándose finalmente molesto, cosa que había evitado por dos días, para no despertar sospechas y cerrando el libro con violencia.-te traje aquí, para que fueras feliz. Porque pensé que, ella te entendería y sería para ti, aquella madre que necesitabas, porque pensé que, encontrarías aquí la felicidad que le prometí a Daniel Roberts que tendrías. Pero esa mujer... – se levantó de su silla y me observó con cierta sonrisilla traviesa para animarme. Pero me sentía muy mal. Porque lo quería y su madre no aprobaba lo nuestro. Pero él, nunca lo comprendería, porque simplemente no tendría negativa de mi lado. Pero que su madre, piense tan mal de mi, me hace sufrir y él lo prometió: que no me haría sufrir. - no te sientas engañada: Ella nos engañó a todos: No pensé que era discriminadora... pero no puedes irte...- en un intento de retenerme a su lado.
-Tengo que...- dije sonriéndole. él se me acercó y tomó mi rostro con su mano. –Debo de irme... mis cosas están en el pasillo... solo quise despedirme... evitar las constantes desapariciones de mi parte...-me encontraba nerviosa.- Pero tengo que irme...- pero estaba alterada. Miraba y retiraba mi mirada de su rostro. Finalmente bajé mi cabeza y separándome de él para irme por la puerta, dije.- te enviaré una lechuza una vez llegue a donde Daniel...
Iba saliendo por el umbral cuando unos brazos rodean mis brazos y mi cuerpo, deteniéndome en seco. Escucho el susurro de la apacible voz de Sirius decir .- no puedes... no debo de dejarte ir... ni siquiera sabes a donde vas...
-Esto es imposible...- le respondí con pesar en mi corazón.- entiéndeme por favor: no puedo quedarme en donde no soy querida... es así de simple... Sirius, por favor...- ya llorando y volteándome para encontrarme con su mirada índigo.- no me hagas sufrir mas de lo que ya estoy lamentándome... – apoyando mi cabeza en su pecho. Él me abrazaba.- no sabes, lo difícil que fue tomar esta decisión... pero es tu familia... llevo días con la lucha interna en mi... porque no quiero, no quería dejarte...- sonriéndole aun con tristeza- Pero ¡¡Vamos!! Te olvidarás de mi pronto... por lo que parece, tu madre te prepara un futuro muy brillante,.- sonriéndole.- Tal vez, ella tenga razón: no soy la indicada para ti. Olvídame...
-¿Tu lo harás?- preguntó desafiante como tantas veces lo vi en la escuela, volteándome para que le pudiera ver los ojos.- Respóndeme... ¿Lo harás tu?- aquella mirada azulada, tan confiada, apuesta y segura de lo que estaba haciendo. De lo que decía. De lo que estaba asegurando.
-¿Hacer que?- pregunté.- ¿Qué cosa?- no comprendía lo que me decía o porque lo hacía.
-Olvidarme... olvidarme tan fácil como lo dices... – llevándome con él mas aun al interior de la recamara. – dímelo; júramelo y ahora mismo; mírame a los ojos fijamente y asegúrame que me olvidarás tan fácil como lo planteas y sin mas nada que decir, te diré adiós...
-¿Qué es lo que haces?-pregunté al verlo tan seguro de si mismo y serio. Le miré fijamente y dije.- ¿Por qué me dices eso? ¿Acaso te crees tan inolvidable?
-No te quiero dejar ir...- dijo él abrazándome.- Te quiero... solo para mi...- besándome suavemente una mano. Sabía lo que significaba lo que me decía. Lo notaba en su mirada. Pronto buscaba mis labios.
-¿Qué haces?-dije separándome e interponiendo mis manos entre su cuerpo y el mío.- ¿Qué es lo que haces? ¿a que juegas?- con lagrimas en mis ojos..
-Lo que ambos queremos...- dijo sujetándome aun mas fuerte.- Lo que deseamos ambos...
lo miré con incertidumbre. Dije a media voz.- ¿Acaso no ves que esto es a lo que tu madre se refería?- pregunté mientras mis lagrimas rodaban por mis ojos.- De esto era lo que hablaba. De cómo te encaprichas físicamente con alguien...- pero no pude continuar porque él no me lo permitió. Me besaba con la misma intensidad con que comenzamos a besarnos aquella noche en mi alcoba en Hogwarts.
-No estoy encaprichado... y estamos a solas en esta casa... – dijo con un brillo malicioso que conocía bastante bien- y yo se lo que estoy haciendo.- Retirando el listón que sujetaba mi cabello y cayendo este sobre mis hombros. – al menos que tu no quieras...- viéndome sonrojarme violentamente mientras él mantenía una calma total.
Pasó sus dedos por mi cabello con una delicadeza única como si temiera romperlo. Y se dirigió a la puerta para asegurarse que estaba cerrada luego aferrarme contra si y besarme prolongadamente en los labios.
¿para que decir lo que pasó entre ambos cuando no es necesario? Solo bastaría decir que me hizo suya con mi aprobación. Una cosa que me negaba de darle pensando en que, tal vez, si lo hacía se demostraría que lo nuestro es solamente una pasión que se extinguiría una vez, sucumbiéramos a nuestros deseos. Pero, algo, dentro de mi me convenció que no sería así. Que lo nuestro no era de momento, que estaría en nosotros hasta el fin de nuestros días.
La penumbra en que se transformó la habitación y como sus brazos me aferraban con seguridad y calor. Recuerdo que después que aquel maravilloso y perfecto momento, del que escuchaba solo por las historias románticas que fueron y siempre serán de la biblioteca de mi pelirroja amiga, miré a mi lado y él estaba acicalando mi cabellera con ternura y con una sonrisa traviesa en su mirada. Una vez esa parte terminó, una vez, que me entregué sin inhibiciones. Cuando se dio cuenta que estaba despierta.
El me demostraría en ese momento que, lo nuestro era y podía ser lo que quisiéramos incluso, para siempre si así lo deseaba yo.
Él guardó silencio mientras me le quedaba observando a la vez que observaba mis mechones que caían alrededor de mi rostro. Las velas comenzaban a extinguirse pero podíamos ver nuestras siluetas y nuestras miradas significativas mientras estábamos cubiertos por aquella manta. Solo escuché el susurro de su voz decirme.- Casémonos...
Creo que mi impresión, sorprendió a Sirius que riéndose y tocando mi nariz aclaró.- No, no escuchaste mal.- sonriéndose.- quiero que nos casemos... quiero que nos vayamos lejos: lejos de mis padres y sus ideas, lejos de todo... para vivir solo nosotros...-se escuchaba decidido.
Toqué su mejilla con mi mano libre y dije.- No lo dices en serio... tu familia, lo que ellos opinan, significa todo... además, jamás abandonarías a James... amas a James...- y soltando una risita dije.- Siempre creía que entre James y tu había algo mas...- viéndole contorsionar su rostro y entenderme.-¿Qué quieres que te diga? Siempre hacías todo con James. Siempre James...
-Oiga: James es mi hermano, mi mejor amigo... y a mi me gustan las chicas...- besándome.- ¿O crees en este momento lo contrario señorita?- viéndome reírme.- y aun tengo la idea en mi cabeza de que nos casemos... porque tal vez, esta noche fue tu primera vez.. pero para mi, fue la primera vez que sentí amor, candidez y ternura... y las he sentido contigo... te lo agradezco... por eso digo que debemos estar juntos siempre... y casándonos es la mejor manera... para ser nosotros siempre.
Me abracé a él aun mas para decirle.- Por favor... se que esto te dolerá, pero creo que la idea es fascinante ahora, porque tu madre no quiere saber nada de mi. Pero peor soy yo por no haber querido evitar lo que ha pasado entre nosotros... no me odies por decirte esto, pero aun no me siento preparada para ser esposa. O peor aun, no quiero ser la causa de la separación de ti y tu madre... entiéndeme...
Se me quedó mirando y luego miró al techo un instante-A pesar de todo lo que escuchaste de ella, le tienes estima... la respetas y peor aun, piensas en sus sentimientos... eres una criaturilla tan inocente y especial; no la víbora que pensaba yo... – observándome para esperar la reacción de mi parte en este comentario y riéndose ante mis gestos de enojo que ocasionaba con sus comentarios. – pero agradezco que aun pienses en ella.. . pero no estoy de acuerdo con su pensar...- frunciendo su rostro.- Y este pensar de su parte es que me ha hecho tomar la decisión de dejarla... además no soy ni el primero ni el ultimo que dejaría a sus padres.... ya ves a tus amigas yo no soy menos...
-Pero eso no retira el hecho que, me hayas propuesto matrimonio...- dije a media voz.- No... no puedo aceptar... por lo menos ahora, no. Dame un tiempo, por favor... un tiempo para aclarar mi cabeza y poner en claro que es lo que quiero...
-Vuelvo y te lo repito.- haciendo una pausa- te quiero a ti...- sonrojándome. Porque estábamos ahora en su cama porque comenzó con ese mismo deseo.- podré vivir donde tu digas...
-Déjame pensarlo.- dije sonriéndole.- Dejadme ir a Bulgaria con Daniel; Ahí veré quienes eran en verdad mis padres, cuando vuelva... en el momento que regrese, podrás preguntarme y ahí te daré una respuesta definitiva... – mirando el reloj en su mesilla dije.- Ya tengo que volver a mi alcoba...- viéndole negarse.- Tengo que... si tu madre me encuentra aquí...- pero no pude decir mas nada.
-la ultima vez que mi madre ha venido a verme, fue cuando tenía 10 años... ella no viene. Despreocúpate.
Lo dejé dormir hasta que el sol salió. Aproveché que estaba totalmente dormido y me deslicé de sus brazos, me vestí y aproveché para escribirle una nota: "Es hora de encontrarme conmigo misma. Cuando vuelva, tendré respuesta. Amor, Arly".- dejándola en su escritorio.
Salí cuando todos dormían en la casa, incluso no recuerdo escuchar a que hora regresaron de aquella fiesta. Con mi carrito y bultos, llamé con mi varita al autobús noctámbulo, el vehículo de brujos y pronto me alejaba de la casa de los Blacks: una casa, la cual recordaría por mis maravillosos momentos con Sirius, por el resto de mi vida, olvidando lo
