Capitulo 32.- "El Surgimiento de Alice Roberts"

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Pero ambas jóvenes se quedaron observando a una y la otra. Miraban sus ojos, su estatura, sus vestimentas, las gafas en Arly y los mechones algo púrpura en la cabeza de otra. Arly no creía lo que tenía delante de si. Porque aquella chica era su imagen a través de un espejo. Incluso su reacción hizo que sus labios se entreabrieran para decir algo: pero nada salía de ellos.

-¿Qué significa esto?- preguntaba la otra chica, algo aturdida pero menos sorprendida (o daba esa impresión a Arly quien se quedaba observándole como si fuera un espejismo)- ¿Tío Daniel?

-¿Tío?- dijo finalmente Arly atrayendo la mirada de la chica y de Daniel.—Disculpen pero creo que las piernas me fallan- Sentándose pesadamente en el sofá.

-Era lo que trataba de explicarte- dijo Daniel a Arly y sentándose a su lado mientras la chica miraba a ambos con indiferencia o menos sorpresa de su parte- Lo que traté de prepararte. Traté de decírtelo en Hogwarts o en una carta, pero era demasiado grande el decirlo sin estar una enfrente de la otra...

Pero Arly observaba solamente a aquella chica de mechones púrpura y el color de su pelo. No usaba gafas. Tal vez no las necesitaba. Su forma de vestir era un poco mas juvenil y algo liberal y usaba en esos instantes una falda que llegaba por encima de las rodillas y un listón sobre su frente amarrándose en la parte trasera de su cabeza.

Miren: Ambas son hijas de Marcus y Ágata.- haciendo una pausa.- mas que eso: Son gemelas... por eso cuando entré en Hogwarts pude reconocerte. Eres físicamente, igual a Alice...

-¿Alice?- preguntó Arly aun mirando a la susodicha.

-Soy yo... ¿Tu eres? – señalando a Arly.

-Alguien que creo que la locura ha llegado a un límite- dijo poniéndose de pie y dirigiéndose a la puerta.

-No importa lo que hagas- dijo Daniel deteniéndola antes de que pudiese girar el picaporte de la puerta- o a donde huyas, esto te perseguirá porque es la verdad...

-¿Cuándo pensabas decírmelo Tío Daniel?- reclamó Arly.- ¿Acaso no creíste importante que lo supiese cuando supe de ti?

-¡¡Ya te lo dije!! No sabía como decírtelo...

-¿Quién mas lo sabe?- preguntó Arly- ¿Dumbledore, no?

Daniel Asintió y respondió.- Lo supo cuando entré a trabajar a Hogwarts...

-Las fotos.- dijo Arly pensándolo.- En las fotos solo habemos una ¡¡Solo una!!- mientras Alice permanecía calmada, Arly se encontraba consternada.- ¿Cómo explicas eso?

-Son fotos que seleccioné. Donde están las dos, las saqué del álbum... del de ambas...

-¿También tienes fotos?- preguntó finalmente Alice- ¿De nuestros padres?

Arly asintió dirigiéndole la mirada. Se quedaron observando por unos instantes. Alice le comentó – la verdad es que, no te culpo si no quisieras hablarle mas... Daniel sufre de eso: De no dar toda la información en su tiempo y después una se encuentra con el problema...

-¿sabías que yo existía?- preguntó Arly observándole.

Ella negó con su cabeza para decir.- No... para nada. Solo sentía que, una parte de mi estaba perdida. Desorientada. Era como si me pusiera a dar muchas vueltas en círculos para detenerme de repente y aun cerrando los ojos, sigues sintiendo que das vueltas ¿Sabes? .- sentándose.- es así. Pero no puedo enojarme con tío Daniel. Él ha cuidado de mi todo este tiempo... y ahora, estás aquí...-sonriéndole.

-¿Todo este tiempo?- preguntó Arly también sentándose.

-Cuando llegué a su cuidado, era una bebé. Mis padres me entregaron...

-Pero ¿por qué no me dejaron a mi también?- preguntó Arly.

-Marcus no podía. O no quería. Quería separarlas pues si atrapaban a una, no las tendrían a las dos. Marcus también creía que, no podría yo solo, criar a dos bebés. Pero recordó que, Cornell, estaba en Londres. Ese hombre pensaba en todo. Así que, el padre de ambas, tomó a los hombres a quienes les tenía mas confianza: A mi, me entregó una pequeña envuelta en una frazada amarilla pastel y a Cornell entregó a la otra bebé en una frazada color lavanda. Supe que tenía a Alice por la pequeña peca que tiene debajo de su cuello y la cual siempre tuvo desde que nació.- Señalando a la joven y esta haciendo a un lado su larga melena de dos colores, mostró en efecto aquella peca.- Mientras Cornell se quedó con Arlenys... contigo.

Arly no podía mirarlos a la cara. No podía. No tenía fuerzas. Todo aquel tiempo, creyendo que estaba sola. Creyendo que, no tenía a nadie que compartiera su pensar, su sentir, su forma de ser y su pasado, estaba ahora, delante de ella. Se sobresaltó cuando Alice tomó sus manos y las entrelazó con las suyas para decirle.- Ey: Está bien...- mirándole con la misma intensidad a través de las gafas mientras Alice, no llevaba.- todo estará bien...

Ahí Daniel notó de como de los ojos de Arly, comenzaron a surgir lagrimas. Siempre lloraba. Siempre llorando. Sus lagrimas no tenían fin. Ahí sintió Arly, como Alice se abrazaba a ella, no evitando también, llorar a su vez, pero menos intenso que su hermana.

Daniel solo observaba esto admirado, sonriente y aliviado de que esa parte, al fin, se haya resuelto.

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Ya era de noche cuando Alice bajó las escaleras y se dirigió al salón de estar de la enorme casa. Llevaba una pijama puesta y su pelo amarrado en dos trenzas. Se quedó de pie, mientras la figura masculina le observaba desde su puesto, a la luz de la chimenea.

-¿se ha dormido?- preguntó Daniel.

-Si. Finalmente se durmió...- dijo Alice secamente y con cara de pocos amigos. Se acercó incluso a la distancia donde su tío estaba y se sentó en el otro sillón - ¿Cuándo pensabas decírmelo a mi? ¿Cuándo elaborara mi testamento?

-¿No me digas que estás molesta?- preguntó el sujeto.

Ella lo miró con ganas de volverlo polvo con sus ojos y reclamó.- ¿Y te parece poco? ¡¡¡Diablos!! Una hermana... y no con eso ¡¡Gemela!! Nada mas por eso, debería enviarte a prisión...

-No sabía como abordar el tema contigo... eres mas complicada que ella.

-A mi no me vengas con excusas, Daniel Roberts.- decía Alice apuntándole con el dedo.- Sabes que no soy fácil... soy temperamental y ahora mismo, si pudiera, te convirtiera en aguijón...

-Cálmate Alice.- dijo Daniel haciendo ademanes a la joven.- Estabas tan sorprendida como ella, pero actuaste con mas calma...

-Supongo que aquel joven que vino a la casa el otro día...- pensándolo.- era su amigo. Por eso me pediste que me quedara en los pisos superiores. Nunca lo vi de cerca. Para que no me reconociera...

-Es su prometido. Claro que te hubiera reconocido y aun mas hubiera sido la confusión...

-¿prometido, eh?

-Si. Si Sirius Black te hubiera reconocido, no importaba que, se lo iba a decir al resto de los Merodeadores (su grupo de amigos) e iba a llegar a los oídos de Arly... Créeme...

Alice lo observó silenciosa para finalmente declarar- ¿Cuánto tiempo se quedará con nosotros?

-Hasta que aclare su cabeza y acepte la propuesta de matrimonio de su prometido.- sorprendiendo a Alice. Esta incluso sonrió viendo a la chimenea.- O la rechace, se quedará con nosotros...

-Ya veo- y poniéndose de pie dijo – me voy a dormir.- y volteándose a él comentó.- Espero que no se te ocurra decirnos mañana que somos emperatrices perdidas del reino de las Hadas, porque si así es, juro que te convertiré en guijarro.

------ A la mañana siguiente -----

"desperté bien tarde aquella mañana. Recuerdo que los rayos del sol que ingresaban por la ventana daban en mi rostro. Recuerdo que antes de que la luz me despertara, soñé con Sirius. Me besaba tan larga y pausadamente que recuerdo con claridad que dije.-Esto debe de ser un sueño..."

-Pues no vivas de los sueños- dijo él entre beso y beso.- vive de la realidad, pues ya es hora de despertarse...- Dentro de mi sueño, no entendí esto ultimo, pero no quería despertar.

Donde estábamos no había Voldemort. No había guerras que lo separasen de mi; no habían tampoco, secretos de mi parte: todo era, perfecto. Pero como todos los hermosos sueños, este llegó a su fin."

Cuando me incorporé, no recordaba muy bien donde estaba. Recuerdo si, que tenía mucha hambre. No comí nada la noche anterior. Ahora recuerdo porque; mejor dicho, por quien.

Me miré al espejo cuando fui al baño. Me miré no se por cuanto tiempo. Era mi espejo: Era yo, y yo era como ella. Lo que hablamos antes de dormir, me dio a entender que éramos parecidas; mucho. Pero en una parte de mi ser, me hace sentir mejor que, ella no sabía tampoco de mi existencia. Sonreí ante la imagen de Alice Roberts creciendo al lado de Daniel. No estaba sola. Aunque, tenía ganas de enviarle una lechuza a Dumbledore, a McGonagall con Howlers. ¿Cómo fueron capaces de esconder todo aquello? Un año... casi un año pasaba que todo esto dio inicio y aun, no tenía claro, que quería; a donde iba.

Luego de darme un baño y mi mente a kilómetros de allí, donde mi imaginaba a mis padres, entregándonos a aquellos hombres que eran de su confianza y separándonos ocupó mi mente. Me senté delante del escritorio que había allí y comencé a rescribir en el diario. Escribí todo lo de Alice excepto que éramos gemelas. También escribí un párrafo donde imaginaba como mis padres deberían estar al momento de entregarnos...

Pero lo mas impresionante era que, aquel vacío que sentía hasta el día de ayer, ya no existía... sonreí... aquel hueco incompleto en mi corazón, había sido ocupado...

"Pero...- ¿Acaso ha llegado el momento de aceptar su propuesta?- me pregunté dejando de escribir. busqué todas aquellas cartas. Aun no estaban abiertas. Buscaría el momento para leerlas. Las guardé en el cajoncillo del escritorio y volví a retomar la escritura – Cuando él quiera... cuando me necesite, estaré para él..."

Tocaron a la puerta y la cabeza de su otro yo, apareció por el marco con una sonrisa nerviosa. Su pelo no estaba suelto, estaba amarrado por lo que se notaba y llevaba un gorro en su cabeza. Sus ojos llegaron al escritorio buscando la figura de su otra mitad.- Hola ¿Cómo dormiste?- ingresando a la alcoba.

"Tenía unas botas puestas hasta las rodillas y vestía para salir. Digo para salir pues, incluso, tenía maquillaje en su rostro."

-Muy bien gracias- respondió Arly dejando sus anotaciones y cerrando su diario. Alice notó aquello.

-¿Escribes?- preguntó curiosamente.- ¿Acerca de que?

-Es solo un tonto diario que llevo desde pequeña- respondió la chica.- me lo regaló Cornell antes de entrar a Hogwarts y por supuesto, es mágico. Todo lo que me ha pasado a mi o a mis amigos en mis años de Hogwarts, año tras año, los anoto en ese diario...- tocándolo sutilmente con la yema de sus dedos.- este diario y yo...- sonriendo.- Hemos pasado por muchas cosas...

-No me gusta escribir.- confesó la otra – Lamentablemente, soy muy mala para escribir...- y sentándose a un lado dijo.- Vengo a hacerte una invitación—atrayendo la mirada de Arly y esta se colocó las gafas.- A salir...- sonriéndole.- Iremos a un par de lugares que quiero que conozcas...

-¿Ahora? – sorprendiéndole.- ¿Ahora mismo...?- Siendo levantada por la chica con una sonrisa.- Pero... pero, ni siquiera he desayunado...

-Ah.. .pero a donde vamos... podemos desayunar...- empujándole a la puerta y tomando el abrigo que estaba a un lado. Mirando a su hermana agregó.- Bueno, debemos de comprarte ropa a la moda...- sonrojando a Arly.- ¿Es que en Londres no están a la moda?

-Estamos a la moda- se defendió la chica azorada- Pero es que, no me gustan mucho las modas... voy mas por lo clásico...

-Otra cosa en que diferimos...- rió Alice arrastrándole fuera de la habitación y bajando las escaleras- Tengo que estar a la moda... a los hombres les gustan las chicas que se arreglan mucho...- ocurriéndosele algo- Cuando termine contigo, tendrás tantos enamorados que tendrás de donde escoger...

-Alto, alto, alto...- dijo su hermana al final de las escaleras- Tengo novio...

-Vaya, vaya.- haciendo sonreír aun mas a su hermana.- ¿ah si? No sabía esa... –mintió la joven y analizando todo lo extraño que ocurría en esa casa últimamente agregó.- debe de ser ese quien manda tantas cartas aquí... siempre pensé que era a mi. Pero Daniel, nunca me dejó ver a quienes estaban dirigidas. Decía que eran a él, pero nunca las abría...

-Muy pocas cosas sabemos una de la otra, Alice...- dijo Arly. Alice sacudió sus hombros y le miró fijamente.- como las cosas se dieron...

-Bueno.. ahora tendrás que contarme todo acerca de ese chico... Arly...- prosiguió su hermana sonriendo.

-Buenos días- escucharon provenir de un lado y atrayendo sus miradas. Las observaba a una y la otra. Llevaba ejemplares de diarios de magos en sus manos- ¿Acaso no piensan desayunar?

Arly iba a responder, pero Alice le ganó diciendo.- No podemos Daniel.. tenemos que ir a Gringgots por dinero para comprar algunas cosas a Arly...- Daniel miraba a Arly algo aturdida y Alice continuó.- e iremos a desayunar a la taberna de Van...

-Alice: tal vez Arly quiere adaptarse primero...- dijo Daniel.

-Tonterías...- dijo ella sonriéndole.- Arly necesita conocer las riendas de Bulgaria y además, saber de donde proviene... de una familia donde un legado necesita ser llenado...

-¿Un legado?.- preguntó Arly.

-Marcus pudo haber sido un héroe...- dijo Alice. – Pero yo, por mi parte, me gusta preocuparme por mi; no los demás, Arly... tenemos que procurar que primero pienses en ti, luego en los demás. Priorizar tu vida; por lo que me imagino, piensas menos en ti... – sacudiendo su cabeza- no es saludable para nadie...

-¿Ni siquiera la familia, o los amigos?- preguntó su hermana gemela sorprendida.

-Bueno, me preocupo, pero no arriesgo mi vida por ellos. Soy demasiado joven para morir. Vivo mi vida un día a la vez y la disfruto en su totalidad...

Arly miró a Daniel quien le observaba a su vez. Finalmente, el hombre dijo.- ella es muy diferente a ti, no se a quien salió. – y mirando a Alice aclaró.- No creas que es frívola. Lo que pasa es que, nunca ha tenido un propósito en vida; un problema...- mirando a su sobrina reprochadoramente.- Vive para ella. No ha pasado por lo que tu si. Creo que, ese fue mi error mas grande...

-¡¡Ey! – dijo Alice con rostro de pocos amigos.- Soy quien soy, porque quiero..

-No te preocupes, tío Daniel.—dijo Arly.- creo que, a mi me tocó crecer mas rápido que a todos los demás... con el tiempo, creo que... ocurrirá con ella...

-Supongo que si- dijo Daniel sonriéndole a Arly. – creo que si querida. Ella después, se dará cuenta de las cosas... es lo correcto...

Un silencio sepulcral ocurrió en el salón y Alice lo rompió diciendo.- Bueno, tenemos que irnos... guárdanos cena Daniel...

-Muy bien... cuida a tu hermana...

-Claro que si- dijo Alice.

-No te lo decía a ti, querida Alice... hablaba con Arly...- provocando la sonrisa de la joven de gafas.

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-No me gusta que Daniel me critique.- dijo Alice molesta mientras ambas caminaban por la acera de aquel lugar.- Me reprocha todo: que no tomaba mis lecciones en serio, que no tomaba Drumgstrangs en serio; que no tengo visión al futuro... que juego con los chicos... que no debería de correr apuestas...

-¿Apuestas?-sorprendiendo a Arly.- ¿Qué apuestas?

-Ah.- sonriendo.- Llevo un comercio de apuestas para las competencias de Quiddicht y carreras de gatos o de lechuzas...- respondió la chica.- Me costó tres detenciones con mi director en el colegio...- sonriendo.- Por lo menos, esto me aleja de problemas del mundo real, como "quien tu sabes".

-¿Aquí saben de ese sujeto?

-Claro que si... mucho llega de los diarios de Londres...- respondió ella.- Pero solo tienes que saber donde buscar...

Arly observaba los vehículos de un lado para otro y la gente que caminaba a su alrededor y preguntó.- ¿Aquí son solo muggles?

-no... brujos... pero como somos quienes somos, aprendemos a distinguirnos... iremos a la calle "Horseshoe..." – aclaró señalando mas allá. –Cuya entrada está detrás de una librería que pertenece a una bruja... – ahí fue saludada por gente que pasaba del lado contrario y sorprendiéndose ante Arly y haciendo preguntas, prosiguieron tres minutos después.- No te sorprendas que te detengan o te confundan conmigo...- sonriendo.- Tengo muchos conocidos...- pensándolo unos instantes aclaró.- Si te encuentras con alguien allá. Un chico, tal vez de 20 o 22 años, pelo rubio y ojos verdes, aclararé que eres mi hermana... –sacudiendo su cabeza.

-¿Novio tuyo?- preguntó Arly.

-Uno de tantos...- sonriendo de manera traviesa. y cruzaron ambas la calle.

Llegaron a un escaparate que se leía: "Libros de antigüedades señora Pamkin". Se notaba que el edificio era de siglos atrás por la fachada. Incluso sin pintar. Cuando Alice abrió la puerta, sonó una campanita y Arly pudo notar, dos o tres personas observando los estantes con libros. Algunos eran libros normales con portadas muggles. Pero siguiendo unas escaleras (como de ocho peldaños) había un sobre piso de donde una mujer de algunos setentas años con un moño de color plata y unos ojos azules vestía con un delantal color crema con bolsillos de ambos lados sobre un vestido gris que llegaba hasta su cuello y con mangas hasta sus manos.

-Aquí está querido:- dijo la señora con voz apacible. Ahí había un hombre de aproximadamente treinta años esperándole.- Búsqueda de las Banshees por Asia... de Milicent Margollies...- entregándoselo al interesado.- Lo colocaré en tu cuenta...

-Gracias...- dijo el sujeto despidiéndose de ella.. Miró a Alice porque Arly estaba a un lado y no se había fijado en su hermana.

La mujer observó a Alice y dijo.- Tu libro aun no llega- dijo seriamente y por lo que se notaba, no alegre de verla allí.- Te dije que te avisaría...

-Cálmese señora Pamkin- dijo Alice – Cualquiera pensaría que, no me quiere aquí...

La mujer la observó cruzándose de brazos y dijo.- ¿Cómo quieres que te salude con cariño con lo cara que me saliste el año pasado?

-¿No me diga que aun no encuentra los libros de invisibilidad? – sonrió ella, pero no así la mujer.

-¡¡Los escondiste!!

-No... solo los cambié de sitio... no es tan difícil encontrarlos...

-¡¡Pues dime donde están para no tener que pagarlos de nuevo a los editoriales!!

Miró alrededor y dijo sonriendo.- Están aquí...

-¡¡ Que los dioses me libren de tu presencia Alice Roberts!!- gritó. Ahí notó a la otra chica de gafas y llevándose la mano al corazón agregó.- Algo hice muy terrible en mi otra vida o en esta... veo dos pesadillas...

Alice miró donde la mujer observaba y aclaró- No señora. Es mi hermana.- jalándole del brazo.- Es Arly... Arly: esta es la señora Pamkin. Dueña del lugar. Arly es mi hermana gemela que vivía en Londres...

-Nunca supe eso...- dijo la señora mas calmada – Un gusto conocerte Arly.- y agregó.- Espero que tu no seas como ella... y tengas un poco mas de respeto por las personas mayores...

Arly sonrió sonrojada y Alice se defendió diciendo.- Solo hice una pequeña broma con los libros y no lo dejará ir ¿Cierto?

-Tu todos los años, haces bromas...- reclamó ella- La suerte mía es que, me imagino que trabajarás ahora que saliste del colegio y te mantendrás alejada de mi negocio.

-El polvo de bija mezclado con Alurra le ayudará a encontrar los libros.- dijo Arly sorprendiendo a Pamkin y mirando a su hermana comentó.- Y recomendaría que los buscara en las partes superiores de los libreros...- Alice abrió los ojos como platos.

Ahí Pamkin notó: sus libreros tenían espacio arriba para colocar mas cosas. – Es cierto... – sonriéndole a Arly. Miró el rostro de decepción de Alice y agregó.- Así que lo hiciste así ¿No chica traviesa?

-Tenemos que irnos—dijo Alice llevándose a Arly de la mano y subiendo los peldaños,- Nos vemos señora Pamkin...

Una vez del otro lado, había una puertecilla de madera simulando ser parte de la parte trasera del lugar. Daba a otro pasillo estrecho que estaba iluminado con velas y antorchas que seguía a la derecha.- Eres una angelito en Londres ¿Eh Arly?- dijo Alice.

-¿Acaso te molesta que se lo haya dicho?

-No... después de todo, yo si le iba a decir de todas maneras...no soy mala. Solo que me gusta divertirme...

Arly dijo sonriendo.- Te pareces a Sirius...- recordando al sujeto y las infinitas travesuras en Hogwarts- Me gustaría que lo conocieras; Ambos tienen conceptos de bromas, mas o menos parecidas...

Alice no respondió ante aquella aclaración de su hermana y guiándole pasaron aquellas puertas unas tras otras hasta llegar a una enorme doble de su tamaño en altura, pero sin cerrojo. Alice sacó su varita y apuntándole a donde supuestamente debía estar el cerrojo, esta se abrió en lo que parecía un callejón en donde no habían puertas y ventanas. Todo era de ladrillo.

-¿Te quedarás aquí?- preguntó su hermana guardando su varita y dirigiendo el camino de la joven.

Saliendo del callejón se encontraron con muchos establecimientos. Alice era saludada con mucha efusividad pero Arly era observada y apuntada con los dedos con mucha atención. La joven Thompson tuvo que ser guiada por Alice para poder dar un solo paso.

-Siempre es así en un principio, pero te acostumbras...- apuntándole con el dedo.- Allá está la botánica... por allá está la tienda de mascotas y mas allá, al fondo está la tienda de túnicas y a su lado la tienda de deportes...- sonriendo agregó.- Deberías ver al despachador en ese, es un Adonis...

-Eh... mejor en otro momento...- contestó Arly.

Pero Alice la guiaba en un sitio y otro, mientras eran saludadas en todo el trayecto. El camino de ladrillos que conformaba aquella calle, terminaba dividiéndose en dos. Alice aclaró.- A la izquierda están los mejores sitios para comprar y comer... a la derecha está Gringgots y unos cuantos bares... además de la oficina del Ministerio de Magia...

-¿El Ministerio de magia está aquí?- preguntó Arly.

-Hacía allá...- señaló Alice sonriéndole.- Conozco algunas personas de allá... en el departamento de uso indebido de magia y de cooperación mágica internacional... buenas personas... malas remuneraciones...- caminando de lado y lado y tomaron la derecha. Iban a Gringgots.- Primera parada de hoy: a comprarte ropa...- sonriendo complacida- Después de esto... estarás de lujo querida Arly.

Pero Arly no pudo decirle mas nada. Alice hablaba o era saludada por todo y todos...

Pasaría un mes antes de que, Arly Thompson se diera cuenta de que camino en realidad quería tomar.

continuará.