Cuando el amor duele; la venganza.
Capítulo 1: Una visita inesperada.
Después de darse unos cuantos besos en medio de la oscuridad del dojo, la pareja se separó muy lentamente. Kenshin apoyó su mejilla contra la de ella mientras seguía abrazándola de la forma más tierna. Pero al parecer, todos los sucesos ocurridos hasta ahora fueron demasiado para Kaoru.
A la joven Kamiya se le doblaron las rodillas y de pronto sintió una especie de agotamiento (bastante bien justificado por cierto) inundando su adolorido cuerpo. Ciertamente Kaoru estaba demasiado cansada, y con la gran impresión recibida aquella noche, no era de sorprender que estuviera exhausta. Sus piernas la traicionaron en este momento provocando que perdiera el equilibrio, pero gracias al fuerte abrazo de Kenshin, la joven no cayó al suelo.
-¿Estás bien? – susurró tiernamente el pelirrojo mientras la sostenía de manera firme pero suave.
-S… sí, gracias por sostenerme Kenshin – contestó Kaoru algo apenada.
-¿Quieres sentarte? – preguntó él.
-Yo… quisiera seguir besándote, pero mis piernas se rehúsan a obedecerme Kenshin.
-No te preocupes ko… ¿puedo llamarte koishii? Siempre quise hacerlo – mencionó Kenshin un poco sonrojado.
-¿Eh? Cla… claro, me encantaría que lo hicieras Kenshin, cualquier cosa menos el dono – respondió Kaoru también con rubor en sus mejillas.
Sin esperar mucho, Kenshin tomó a Kaoru y la llevó en brazos hasta el porche, ahí se sentaron tranquilamente. Los nervios habían pasado, ambos se sentían demasiado felices como para creerlo. Es que de verdad era increíble, maravilloso, casi celestial; el hecho de que ambos supieran lo que sentían y que lo compartieran sin temores tontos de por medio.
Kaoru se sentía tan feliz como nunca lo había sido en su vida, y Kenshin… bueno, Kenshin prácticamente había vuelto a nacer, era un hombre nuevo, capaz de luchar por sus ideales y por lo que quiere.
Ahí estaban los dos, sentados en el porche, contemplando la luna, las estrellas, la noche en todo su esplendor.
-Kenshin, siento que hayamos parado. Yo… estoy apenada.
-Tranquila, no hay de que preocuparse. Creo… creo que estuvo bien. ¿Sabes? Siento que de haber continuado, hubiera perdido el control – agregó el pelirrojo un poco ruborizado.
-Yo… yo creo que también me habría pasado lo mismo. Además… - Kaoru guardó silencio repentinamente.
-¿Qué?... ¿Qué pasa? – preguntó Kenshin.
-Nada… no es nada Kenshin.
-¿Nada?... Anda, dímelo. – pidió Kenshin con una de sus tiernas sonrisas.
-Bueno, me gustaría… me gustaría que… bueno que tú… ya sabes – mencionó Kaoru roja como tomate.
-¿Oro? ¿Yo qué?
- Kenshin… tú tienes que… ahggrr. Bueno, tú…
-¿Yo qué?
-Kenshin, no sabes nada de cómo cortejar a una chica ¿verdad?
-Bueno, no, creo que no – dijo llevando una mano a su cabeza.
-Cuando, cuando una pareja declara sus sentimientos, el chico…
-¿Hai? – dijo Kenshin muy atento.
-El chico le pide a la chica…
-Continua – pidió interesado el pelirrojo.
-Que sea su… - Kaoru seguía roja.
-Su… -decía Kenshin tratando de descifrar la siguiente palabra.
-Novia – mencionó Kaoru rápidamente.
-¡ORO! – exclamó Kenshin mientras Kaoru desviaba la mirada.
-Mejor no hubiera dicho nada – respondió la chica cabizbaja al ver la reacción de él.
-No, por supuesto que no. Gracias por mencionarlo- dijo Kenshin mientras Kaoru seguía con la mirada baja.
-Bueno… creo que es hora de irme, ya es algo tarde – mencionó ella tratando de levantarse.
-Espera. Supongo que entonces me está faltando algo… – dijo mientras miraba a Kaoru fijamente, luego le sonrió en forma dulce pero muy intensa, tomó sus manos y agregó lo siguiente – Kaoru Kamiya… - mencionó con determinación en su mirada, luego su tono de voz cambió a uno muy extraño, como si estuviera pidiendo algo determinante (así era ^_^x) - ¿Quieres ser… mi novia?
Valla, Kenshin se sintió algo extraño diciendo eso, sobre todo por las palabras "ser mí". No cabía duda en su mente de que cada día el amor que sentía por Kaoru crecía más y más.
Después de unos segundos de silenció, Kaoru se dispuso a hablar – Por… por supuesto, por supuesto que sí Kenshin mi vida.
-A… arigato, Kaoru.
Posteriormente concluyeron con un breve pero tierno beso.
-Bueno, ahora tendremos mucho tiempo para disfrutar de esto. Me siento muy feliz Kenshin.
-No más que yo Kaoru.
-Sabes, una de las cosas por las que tanto te amo es… es que a lo largo de mi vida nunca estuve segura de nada, todo viene y va. Un día tengo a mi madre junto a mí y al otro ya no está, lo mismo pasó con mi padre. Un día mi dojo era de los más respetables en la ciudad, y después nadie quería saber de el. Un día me sentía tan sola, y al otro te encontré. A partir de entonces el sentido de mi vida dio un giro inesperado, por que comencé a enamorarme de ti sin darme cuenta. Y, cuando lo hice, fue demasiado tarde por que no pude detenerte, te marchaste a Kyoto. Entonces la inseguridad regresó a mí, intentando saber si te vería otra vez. Por eso Kenshin, he tratado de estar contigo en cada momento, por que si hay algo de lo que estoy segura, es que te amo, te amo y eso no va cambiar nunca.
-Kaoru… Yo… yo… Solo puedo decir que… que te amo tanto que no puedo expresarlo con palabras, este amor es tan grande que no conoce barreras y que al igual que tú, nunca estuve seguro de nada en la vida hasta que te conocí. Ahora sé que quiero amarte y hacerte sentir aunque sea solo una parte de toda la felicidad que me brindas día a día. Lo único que sé es que te amaré cada vez más y más hasta el final de mis días, eso es de lo que estoy completamente seguro. Tú eres la única que me ha dado fuerzas para ser yo, no lo olvides nunca.
-Kenshin…
-Kaoru…
-Como quisiera que este momento no terminara jamás.
-No te preocupes, de ahora en adelante tendremos mucho tiempo para nosotros. Sabes, me siento muy extraño, tan feliz, emocionado, ansioso y sobre todo… me siento amado. Gracias, muchas gracias.
-Kenshin… Eres lo mejor que me ha pasado, tenlo en cuenta.
-Lo haré.
-Bien, creo que es hora de dormir un poco – agregó la joven.
-Sí, es necesario que descanses. Hoy te esforzaste demasiado, vas a tener que guardar un largo reposo linda.
-Kenshin, no te preocupes, con unas horas de sueño bastará.
-Pues entonces te llevaré a tu habitación. – Mencionó Kenshin al tiempo que levantaba a Kaoru y se iban a la habitación.
Como Kaoru ya tenía puesta la ropa de dormir, Kenshin la recostó en el futon y la arropó con un cobertor blanco.
-Buenas noches mi amada Kaoru – susurró Kenshin después de darle un beso en la frente a la chica. Pero un súbito impulso hizo que Kaoru no se conformara solo con ese beso, si no que, tomándolo suavemente del gi, la joven le dio otro beso en los labios. Kenshin no puso resistencia alguna. El pelirrojo comenzaba a hacerse adicto a los labios de Kaoru y no había manera de evitarlo. Al igual que él, Kaoru disfrutaba el saborear los deliciosos labios de su amado, eran tan dulces, lo mejor que hubiera probado en toda su vida, le encantaba sentirlos, encontrarlos con los suyos, era una experiencia demasiado hermosa.
Mientras Kenshin la besaba, ella también participaba, ambos en perfecta sincronía. En ese momento, Kaoru sintió una especie de fuego invadiendo todo su cuerpo, era la sensación más extraña que hubiera experimentado jamás, la sangre comenzaba a hervirle por sus venas, estaba a punto de perder la razón, como si algo se apoderara de ella, su resistencia estaba llegando al punto límite, ya no podía controlar aquel deseo por su amado, cualquier pensamiento racional era sustituido por la ansiedad de mostrarle a Kenshin absolutamente todo de ella.
Quizá no era el momento adecuado, tal vez aún no era tiempo… Lo cierto es que todo ese mar de sensaciones hizo que la joven se asustara mucho, no de lo que Kenshin pudiera hacer o de lo que estaba ocurriendo; si no de ella misma, por que definitivamente acababa de conocer otra parte de su ser, una demasiado intensa como para ser ignorada ahora.
Asustada, Kaoru se despegó rápidamente de los labios de él. Al mismo tiempo Kenshin la miró algo desconcertado, pero a la vez aliviado de que fuera ella quien parara lo que estaba a punto de ocurrir; él también había pasado por todo un mundo de sensaciones intensas, tanto, que incluso había pensado que era un sueño lo que ocurría y decidió dejarse llevar, hasta que Kaoru despegó sus labios bruscamente devolviéndolo a la realidad.
-Lo… lo siento. – pronunció Kenshin tratando de recuperar el control de sus emociones.
Kaoru todavía no alcanzaba pensar en algo apropiado para decir y lo miraba como una perfecta tonta.
-Kaoru, de verdad estoy apenado, no quería ponerte en este tipo de situación… yo…
-Tran… tranquilo – interrumpió ella – No tienes nada de que apenarte, es solo que muchas cosas son nuevas para mí ahora, necesito conocerlas más… Además, no hay ninguna prisa, tenemos todo el tiempo del mundo para nosotros, no hay necesidad de adelantarse.
-Tienes razón, te comprendo – mencionó Kenshin con una linda sonrisa y como si su mente se hubiera aclarado de un momento a otro – Buenas noches Kaoru, trata de descansar mucho para que te recuperes pronto ¿sí?
-Te lo prometo Kenshin.
-Que duermas bien koishii – mencionó Kenshin mientras salía de la habitación.
-Soñaré contigo amor – agregó Kaoru.
-Y yo contigo – susurró Kenshin con una linda sonrisa dibujada en su rostro.
A la siguiente mañana…
-Aoshi, ya estás despierto. ¿Eres el primero? – preguntó Misao alegremente mientras entraba al dojo. Aoshi estaba en una de sus meditaciones rutinarias.
-Hola, pues no lo sé. Creo que Himura fue el primero en levantarse, quería hablar con él pero no lo encuentro por ningún lado.
-Ya veo. Tal ves no tarde mucho en regresar – agregó Misao.
-Es posible, aunque dejó el desayuno preparado en la cocina.
-¿De verdad? Bueno, entonces no hay que despreciar ese buen gesto, desayunemos un poco antes de que se enfríe demasiado. ¿Estás de acuerdo Aoshi?
-Si, me parece bien. ¿Tu amiga sigue durmiendo?
-¿Kaoru?... Sí, anoche la vi muy cansada, creo que lo mejor para ella ahora es dormir tranquilamente para que reponga todas las energías que perdió y se recupere de sus heridas sin ningún problema.
-Por supuesto Misao, tienes toda la razón. Oye y el chico Yahiko ¿también sigue durmiendo?
-Acabo de verlo, dijo que iba a entrenar un poco en el bosque.
-Entonces se puede decir que solo estamos tú y yo.
-Pues sí, bueno, Kaoru duerme plácidamente en su habitación – agregó Misao.
-Bueno, entonces… vamos a desayunar. – respondió Aoshi.
-Muy bien – finalizó Misao muy alegre.
Mientras desayunaban, Misao hablaba con Aoshi sobre todo lo acontecido últimamente. Para sorpresa de la joven, el ninja trataba de ponerle toda la atención posible y de participar en la conversación, algo inusual en él, pero que a Misao la complacía en gran medida, al fin todo el esfuerzo hecho para que Aoshi se abriera un poco con ella estaba dando sus frutos.
Aoshi y Misao continuaron con la charla, sin darse cuenta, el tema de los antiguos camaradas muertos del ninja, salió a colación.
-Así fue como murieron… me sentí muy mal por ello. Incluso ahora no puedo evitar sentir nostalgia al recordarlos. En verdad lo lamento mucho Misao, sé cuanto los querías… - dijo Aoshi algo apesadumbrado.
-Me hubiera gustado verlos una vez más, todos eran muy tiernos conmigo, una familia para mí. Pero aunque están muertos, sé que donde quiera que se encuentren, ellos nos miran y nos cuidan Aoshi. Además, yo les estoy enormemente agradecida.
-¿Por qué?
-Por que gracias a ellos, tú estás aquí. Esa pérdida no la habría soportado de ninguna manera.
-Misao…
-Aunque no te niego que me entristece mucho su ausencia.
Un pequeño silenció reinó por unos momentos, para sorpresa de Misao, fue Aoshi quien rompió con el.
-Misao…
-¿Sí?
-Quisiera que conozcas un lugar. ¿Podría disponer de tu compañía el día de hoy? – Preguntó Aoshi.
-S… sí… claro, por supuesto Aoshi.
-Gracias, en el momento que me indiques nos iremos.
-Muy bien, pues creo que ahora está bien, solo le dejaré una nota a Kaoru, no tardo.
Misao dejó una nota para Kaoru en la cual explicaba que había salido con Aoshi. Posteriormente, los dos ninjas salieron de las instalaciones del dojo Kamiya.
Tiempo después…
-Pero… ¿Por qué se fueron todos? – dijo Kaoru para sí misma después de haber buscado por toda la vivienda. –Según está nota, Misao se fue con Aoshi. Yahiko de seguro fue a entrenar o está con Tsubame pero… ¿Kenshin?... ¿En dónde estará?
Kaoru se dio un baño y luego desayunó algo de lo que encontró en la cocina. Como aún seguía cansada y adolorida por la tremenda actividad del día anterior, decidió sentarse un rato en el porche para esperar el regreso de Kenshin y los demás.
-¿A dónde habrá ido Kenshin?- pensaba la chica mientras veía a la gente pasar a lo lejos.
Sorprendentemente, Kaoru estaba demasiado tranquila con la ausencia de Kenshin. En otras circunstancias, la joven estaría histérica en un momento como este. Pero ese no era el caso ahora, por que ella estaba segura al fin de que su amado Kenshin se quedaría para siempre a su lado, sabía que no podía perderlo, no después de lo que se habían confesado mutuamente la noche anterior.
-Solo espero que no tarde mucho – dijo para sí misma.
Kaoru miraba a la gente que transitaba cerca de su casa. Mientras lo hacía; notó que un hombre alto, de sensual figura y sumamente atractivo se acercaba algo inseguro a la entrada de su dojo. El muchacho vestía ropas poco usuales en comparación con lo acostumbrado por ahí, también cubría su cabellera con una boina de cuero color negro.
Kaoru lo reconoció después de unos segundos, por lo que decidió acercársele mientras este observaba la construcción.
-¿Puedo ayudarle joven? – preguntó la chica en forma muy amable.
-Amm… sí – respondió el muchacho sin voltear. –Estoy buscando a… ¡Kaoru!... ¡No puede ser!... ¡Eres tú! – exclamó emocionado el chico cuando miro a la persona que estaba junto.
-¿Y qué esperabas?... Claro que soy yo – le dijo Kaoru contenta.
-Es que luces diferente a la última vez que nos vimos Kaoru... pero ¿qué te pasó? Te vez muy lastimada.
-Bueno, creo que eso es natural que luzca diferente, los años no pasan en vano. Además, tú también haz cambiado. Pero sabes… siempre estuve segura de que nos veríamos de nuevo. Anda pasa, platiquemos, tengo muchas cosas que contarte.
Continuará…
**********
¿Qué sucederá ahora? ¿Por qué le puse este título a la historia? ¿Dónde está Ken? ¿Adónde llevó Aoshi a Misao? ¿Quién es ese muchacho al que Kaoru trata con tanta familiaridad? ¿Qué participación tendrá en esta historia? ¿Dejaré de hacer preguntas tontas? ¿Estoy completamente loca?
Hola!!!
¿Cómo están mis adorados lectores? Espero que bien n_n. Después de bastante tiempo, he comenzado con la elaboración de esta secuela. En este fic, trataré de ir atando lo mejor posible los cabos que quedaron sueltos en la historia anterior, me refiero a "El regreso de Shura; Kaoru, es tu turno para pelear". Recuerden que en la historia anterior plantee las bases, las cuales, quisiera recordar para que las tengan presentes ^^
ù Si recuerdan el capítulo 5 de "El Regreso de Shura…", sabrán que este guarda una muy particular relación con mi fic titulado "Una noche muy especial". Pues bien, lo que quiero resaltar es lo siguiente: Kenshin aquella ocasión le confesó a Kaoru lo de Tomoe. Esto quiere decir que Kaoru está perfectamente consciente de que hace tiempo, cuando él era un hitokiri, Kenshin se casó con una mujer llamada Tomoe Yukishiro, y por supuesto que sabe toda la historia ocurrida entre ellos.
ù Ahora vallamos al capítulo 10 de "El Regreso de Shura…", en este capítulo descubrimos algo sorprendente: Kaoru Kamiya y Aoshi Shinomori son hermanos, los dos, hijos del mismo padre.
ù Aoshi y Kaoru acordaron guardar el secreto hasta que Kenshin regresara, pero debido a ciertos imprevistos, a parte de ellos dos, la única que tiene conocimiento de este secreto es la joven ninja Misao Makimachi.
ù Megumi y Sanosuke ya dieron un gran paso en su relación, el problema es que ninguno de los dos se anima a aceptarlo, pero tanto uno como otro, han comenzado a sentir la necesidad de amar de nuevo ¿Estarán dispuestos a ceder?
ù Misao y Aoshi van lentos pero seguros (al menos hasta que se me ocurra algo ^_^x)
ù Kaoru ahora es una mujer fuerte, por suerte ya tiró a la basura ese papel de "damisela en peligro" que sinceramente no le queda.
ù Nuestro Kenshin es un romántico poeta y ahora es un hombre más firme y seguro en sus decisiones y en lo que quiere.
ù Por último, pero la más importante: Kenshin ha confesado sus sentimientos a Kaoru al igual que ella también se ha declarado ante él. Ahora nuestra pareja está segura de su amor pero… ¿será por mucho tiempo?
Muy bien, creo que eso es todo. Espero contar de nuevo con su valioso apoyo!!
Y MUCHÍSIMAS GRACIAS POR LOS REVIEWS DEL ÚLTIMO CAPÍTULO, NO SABEN LO VALIOSOS QUE SON PARA MÍ… SON LOS MEJORES, LOS AMO!!
Cuídense mucho y hasta pronto!!
Hitokiri lady ^__^x
Hitokiri_rlady@hotmail.com
