Cuando el amor duele: La venganza
Hola!!! Se me cae la cara de vergüenza por la enorme tardanza que he tenido al actualizar este capítulo, por favor, les pido mis más enormes disculpas, espero que puedan perdonarme.
Como tardé años en actualizar este capítulo, creo que lo más conveniente sería que le dieran una leída de nuevo al capítulo anterior, pero sería demasiada tortura para ustedes, así que pondré un pequeño resumen para que se refresquen la memoria.
En el capítulo anterior, vimos cual era la relación que existía entre Kaoru y Shiroge. Ellos dos eran grandes amigos de la infancia, crecieron juntos e incluso recibieron su primer beso entre ellos, pero Shiroge tiene un pasado oscuro y misterioso y esa fue la razón por la que se separó de Kaoru durante 4 años, tiempo en el que Kaoru maduró, creció, conoció a Kenshin y lo más importante: se enamoró. Pero Shiroge también se enamoró de ella, e incluso se lo confesó, Kaoru, como era de esperarse, no le correspondió. Al parecer, Shiroge aceptó que Kaoru no lo ame, pero lo que ella no sabe, es que Shiroge tiene lista una trampa para separarla de Kenshin, puesto que además de venir por ella, también quiere cobrar venganza con nuestro pelirrojo. Cabe mencionar también, que Kenshin está trabajando en la sorpresa que quiere darle a Kaoru, pero muy en su interior, presiente que algo no anda bien…
Por otro lado, Megumi y Sano arreglaron sus diferencias y pasaron una linda noche cobijados por las estrellas. Y con respecto a Misao y Aoshi, pues ella está resfriada y Aoshi la cuida en su enfermedad, van lentos, pero seguros n_n
Pues ahora sí, espero que les guste el capítulo y muchas gracias por leer.
No se olviden de sus reviews.
Capítulo 4: El comienzo de la venganza.
Mansión de Shiroge…
-Está decidido… Lo siento mucho Kaoru, pero no me dejas otra opción. Disfruta tu última noche en el dojo Kamiya, por que a partir de mañana, no regresarás jamás… Y en cuanto a ti Battousai, mañana comenzará tu martirio, mañana comenzará mi venganza… La única compañía que tendrás, serán tus lamentos… Por que quiero que vivas con el conocimiento de que has perdido todo lo que tenías…Quiero que sufras más de lo que sufrí, mucho más…
A la siguiente mañana…
Un apuesto pelirrojo salía a hurtadillas del dojo Kamiya para no despertar a nadie, este sería el último día que salía de esa manera, pronto le daría a Kaoru la sorpresa que con tanto esmero había preparado. Esa misma noche formalizaría su relación con Kaoru, estaba tan feliz… De pronto, una voz lo sacó de sus pensamientos y lo hizo sobresaltarse.
-¿A dónde vas Oro-chan?
-ORO!! Kaoru, me asustaste. ¿Qué haces levantada?
-Ya no tenía sueño y decidí levantarme… Estoy muy ansiosa por lo de hoy en la noche. Ken, recuerda que hoy será la cena en Akabeko para que les demos la noticia de lo nuestro.
-Lo sé koishii… Además, mi sorpresa está reservada para esa ocasión.
-Pues entonces ya no puedo esperar… Estoy muy emocionada Ken.
-Sí koishii, yo también. Por eso tengo que irme ahora.
-¿En verdad tienes que hacerlo Ken? Te extraño mucho, además me estás matando de la curiosidad.
- No te preocupes Koishii, este será el último día que me ausente sin decirte a donde… Además, pronto lo sabrás.
-Está bien, pero no regreses muy tarde, hoy es la cena en Akabeko.
-Lo sé koishii, me lo dijiste hace un momento. Estaré de regreso a tiempo, no te preocupes.
-Está bien Ken.
-Debo irme ahora – pronunció Kenshin mientras se acercaba y le daba un beso a Kaoru – Adiós.
-Adiós.
Mientras tanto, en otro lugar…
Una pareja de enamorados le daba la bienvenida al amanecer que precedía a la noche, la cual, fue leal testigo de su amor. La mujer, se cubría con la casaca de su amante, mientras que él la observaba con ojos llenos de deseo…
-Hola- pronunció la mujer en tono coqueto.
-Hola- respondió el atractivo joven que estaba junto a ella observándola intensamente.
-¿Cómo estás mi dulce cabeza de pollo?
-Muy bien… Mi amada kitsune.
-Me alegro.
-¿Estás cansada?
-En lo absoluto querido… Me siento mejor que nunca.
-Yo también… Realmente me has hecho muy feliz Megumi.
-Y tú a mí… Sanosuke.
-Arigato por el cumplido.
-Escucha Sanosuke… Quiero que seas mío, solo mío – dijo con pasión.
Sanosuke, se sorprendió mucho al ver tal reacción en Megumi.
-Lo… lo siento… ¿Ves por qué tenía miedo Sanosuke?... Me vuelves loca.
-Enloqueceremos juntos entonces, mi amada kitsune – respondió él con una seductora sonrisa.
-Bésame – susurró la mujer.
Un rato después… Sanosuke dejaba a Megumi en la clínica.
-Te dejo para que trabajes tranquila guapa.
-Está bien, pero no te desaparezcas todo el día, hoy es la cena en Akabeko con Kaoru.
-Bien… ¿A qué hora será?
-No lo sé… Seguro que la tanuki viene a informarme más tarde.
-De acuerdo, nos veremos luego entonces – respondió Sanosuke con mirada maliciosa.
-Por supuesto…
Dojo Kamiya…
Kaoru entraba a la habitación donde Misao dormía, su sorpresa fue grande al encontrar a un Aoshi dormido, sentado en el suelo y recargado en el muro mientras que Misao dormía plácida y cómodamente en su futon.
-Valla… - mencionó Kaoru sorprendida. En un impuso de ternura, se acercó y tocó delicadamente la frente de su hermano, pero al hacerlo, Aoshi se sobresaltó y despertó apresuradamente, tirando sin querer, el medicamento de Misao.
-Tranquilo Aoshi. Soy yo, Kaoru.
-Lo… lo siento, me quedé dormido y…
-Así que te quedaste aquí toda la noche.
-Eh… bueno yo… no me sentía tranquilo, así que decidí venir a cuidar de Misao.
-Ya veo…
En ese momento, Misao comenzó a despertar…
-Ahummm… - bostezó – Buenos días.
-Buenos días Misao – respondió Aoshi.
-Hola Misao – añadió Kaoru.
-¿Dormiste bien? – preguntó el ninja.
-Muy bien, gracias por preocuparte Aoshi. La medicina que me recetó Megumi hizo milagros.
-Es verdad… Necesitamos otro frasco – mencionó Kaoru.
-¿Qué? Pero si había bastante – agregó Misao.
-Lo derramé accidentalmente Misao – dijo Aoshi.
-No hay de qué preocuparse Aoshi, iré a la clínica por más – se ofreció Kaoru amablemente – Tu deberías descansar un poco.
-De ningún modo, fue mi culpa, yo iré por la medicina – respondió Aoshi.
-Pero Aoshi.
-Por favor, quédate con Misao, yo regresaré pronto.
-Aoshi, no es necesario, ya me siento bien… A… a… achúuuu.
-No tardo – finalizó el ninja y salió.
Fuera del dojo…
Un misterioso joven vigilaba la entrada.
-Ya está todo planeado. Esta misma noche, Kaoru estará en mi casa. Pero ahora debo encontrar una forma de sacarla y llevármela… ¿Qué haré?... – pensaba el joven al momento que veía a Aoshi salir del dojo - ¿Hm? Me pregunto a dónde irá. Es extraño, no luce bien, se ve muy cansado y débil… - Shiroge sonrió malévolamente – Eso me da una idea…
Después de caminar un rato, Aoshi comenzó a sentirse verdaderamente mal a causa del sofocante calor de la mañana. No se había percatado de que tenía fiebre si no hasta que salió del dojo y comenzó a sentir el cuerpo cortado y un dolor de cabeza insoportable, tanto, que incluso su visión se tornaba borrosa y comenzaba a sentirse muy mareado. Sin quererlo, Aoshi se detuvo para tomar algo de aliento, puesto que la clínica no estaba muy cerca que digamos y aún faltaban varios metros para llegar. Aoshi llevó su mano a los ojos como para calmar el horrible dolor de cabeza, pero esto era inútil, lo que el ninja necesitaba era descansar. Mientras Aoshi trataba de recuperarse, alguien se le acercó y comenzó a hablarle.
-No se ve muy bien Shinomori-san, tal vez debería descansar un poco antes de seguir con su camino – pronunció un extraño joven que portaba sobre el hombro algo largo envuelto en una tela oscura
-¿Nos conocemos? – mencionó Aoshi sin prestar mucha atención.
-De hecho, usted a mi no, pero yo a usted sí.
-Pues no entiendo como pueda ser. Escuche, no tengo tiempo para hablar con usted, debo irme – añadió Aoshi mientras reanudaba su caminata. Pero, algo lo detuvo… De pronto, Aoshi se vio bloqueado por el extraño joven que le apuntaba con una muy larga y extraña espada justo a la yugular. El movimiento del muchacho fue tan rápido, que Aoshi no pudo percatarse de nada.
-Creo que no me ha entendido Shinomori-san… Necesita descansar, mejor dicho, necesita dormir un poco.
-¿Qué demonios es lo que pretende? Yo no lo conozco. Así que más vale que se aparte de mi camino si no quiere salir lastimado – dijo Aoshi comenzando a perder la paciencia.
-No creo que pueda hacerme nada en el estado en que se encuentra Shinomori-san, debería seguir mi consejo, si gusta, puede ir a tomar un descanso en mi casa.
-Escucha loco, no te conozco y no creo haber hecho nada para molestarte puesto que nunca te he visto en mi vida, así que has el favor de apartarte o no respondo.
-Tiene razón Shinomori-san, no me he presentado, pero eso es algo que aún no considero conveniente, pero por lo mientras, le diré que soy un conocido de su hermana.
-¿Qué? ¿Hablas de Kaoru?
-¿De quién más podría ser Shinomori-san?
-¿Có… cómo es que la conoces?
-Digamos que… crecimos juntos… Pero, son demasiadas preguntas por ahora Shinomori-san… Ahora, necesito que me haga un favor, venga a mi casa a descansar un poco para recuperarse.
-No iré a ningún lado contigo chico, así que apártate y guarda esa espada, es la última vez que lo repito, a la siguiente no me responsabilizo de las consecuencias.
-Veo que no entiende Shinomori-san… Usted no tiene opción, vendrá conmigo lo quiera o no.
-¿De verdad? Pues oblígame.
-Que así sea entonces, Shinomori-san – respondió el joven mientras se colocaba en posición de lucha. Una postura sumamente extraña y totalmente desconocida para Aoshi, quien al colocarse en defensa, se percató de que no traía sus kodachis consigo puesto que las olvidó al salir tan apresurado del dojo Kamiya.
-"Maldición" – pensó Aoshi con frustración.
-Escuche Shinomori-san, trataré de hacerle el menor daño posible. No me gustaría que Kaoru se disgustara conmigo si me paso de rudo con usted. Espero me disculpe por usar mi espada contra usted que está desarmado, pero realmente necesito que me acompañe.
-No creas que te será tan fácil niño – añadió Aoshi.
-Cuento con eso, Shinomori-san – pronunció el extraño joven al momento que prácticamente desaparecía ante los ojos de Aoshi.
Al principio, Aoshi trataba de esquivar la mortal espada del muchacho, pero la fiebre que tenía, no le ayudaba en lo más mínimo. El calor se hacía cada vez más intenso y debido a los veloces movimientos que Aoshi se veía forzado a realizar para esquivar las estocadas del joven, su respiración comenzó a dificultársele, faltándole el aliento para seguir.
El enfrentamiento duró aproximadamente una media hora, Aoshi lucía bastante agotado, pero aunque estaba desarmado, había logrado asestarle fuertes y certeros golpes a su oponente, por lo que el encuentro estaba parejo, o al menos eso parecía.
-Es usted mejor de lo que creía, Shinomori-san.
Aoshi ni siquiera podía responder debido a que se le dificultaba respirar.
-Desafortunadamente, es hora de terminar con esto – y dicho esto, el muchacho desapareció ante los ojos de un sorprendido y agotado Aoshi. El joven se situó por detrás de Aoshi en forma casi mágica, a pesar de ello, Aoshi se percató de la posición del chico y logró voltearse, desafortunadamente, no pudo colocar una defensa que lo ayudara… En menos de un segundo, la pelea quedó terminada, el muchacho logró dar una certera estocada en el abdomen de un muy agotado Aoshi, debilitado por la elevada fiebre. Aoshi intentó apartarse cuando sintió la espada de su oponente traspasar su abdomen, pero cuando intentó retroceder, sorprendentemente, el muchacho lo esperaba y al instante le propinó un duro golpe con la empuñadura de su extraña espada, rompiéndole unas cuantas costillas. Aoshi, aturdido por el terrible dolor, no puedo evitar que el joven finalizara la pelea con un segundo golpe con la empuñadura de su espada, pero esta vez, dirigido a la nuca del ex okashira. Aoshi hizo todo lo posible por no perder la conciencia, realmente trató, pero el golpe fue tan intenso, que por más resistencia que puso, no pudo evitar caer al suelo aturdido, trató de levantarse, pero su cuerpo no obedecía más, y estaba tan cansado… Poco a poco, la visión del ninja se fue nublando hasta que todo quedó sumido en una completa oscuridad…
-Hasta que lo logro… Pensé que no iba a perder la conciencia nunca… Si hubiera estado armado, probablemente no habría logrado conseguir lo que quería, pero al parecer, la suerte está de mi lado. Ahora, lo llevaré a mi casa y después, iré por Kaoru – con mucho esfuerzo, Shiroge levantó a un inconsciente Aoshi y se lo llevó a cuestas…
Dojo Kamiya…
Habían pasado tres horas desde que Aoshi salió del dojo, mientras tanto, Kaoru se encontraba con Misao.
-Toma esto por lo mientras para que te hidrates, ayer tuviste fiebre Misao.
-Ya lo creo que sí Kaoru.
-¿Por qué lo dices?
-No sé si tuve alucinaciones como producto de la fiebre pero… Anoche… Sentí que Aoshi me besaba la frente – dijo muy sonrojada la muchacha.
-¡¿De verdad?!
-Síiiiiiii…
-No creo que fuera una alucinación Misao.
-Pues alucinación o no, me sentí como en el cielo.
-Supongo que sí – respondió Kaoru en tono extraño.
-¿Qué pasa Kaoru?
-Me preocupa Aoshi, se está tardando.
-Tranquila Kaoru, la clínica no queda muy cerca.
-No es por eso Misao.
-¿Entonces? – preguntó preocupada la ninja.
-Aoshi realmente no se veía bien. No se lo dije, tal vez pensó que no me percaté de ello, pero tenía mucha fiebre y con el calor que está haciendo, pues puede comenzar a sentirse muy mal ¿no crees?
-Pe… pe… pe… ¡PERO POR QUÉ NO LO DIJISTE ANTES KAORU!!!!
-Gomen ne… Pensé que accedería a quedarse aquí mientras yo iba por el medicamento, pero a veces mi hermanito puede ser muy necio.
-Escucha Kaoru, debes ir a alcanzarlo y pedirle a Megumi que lo revise, no quiero que Aoshi se enferme por culpa mía.
-Pe… pero… pero… él me pidió quedarme contigo Misao.
-No te preocupes por mí…
-No me gustaría dejarte sola, Kenshin todavía va a tardar mucho en llegar y…
Una voz ajena se escuchó dentro de la habitación.
-Ohayo… - dijo una dulce niña acompañada de un chico…
-Ohayo Tsubame-chan – respondió Misao.
-Ohayo Tsubame-chan – saludó cortésmente Kaoru – Yahiko ¿dónde estabas? Necesitamos de tu apoyo y se te ocurre salir así como así.
-No me hables en ese tono busu… Además, deberías agradecer que esté aquí ahora, a decir verdad, no pensaba regresar si no hasta dentro de unas horas, pero Tsubame quiso venir a ver como seguía Misao de su resfriado.
-¿Ya te encuentras mejor Misao-san? – preguntó la niña.
-Sí… mejor, gracias por preocuparte.
-¿Hay algo que pueda hacer? – volvió a preguntar Tsubame.
-De hecho sí, pueden quedarse aquí los dos con Misao mientras voy a la clínica.
-Muy buena idea Kaoru, ahora ya puedes ir a alcanzar a Aoshi.
-Tsubame, no es necesario que te quedes, con Yahiko bastará.
-¿QUÉEEE? – agregó Yahiko.
-No te preocupes Kaoru, puedo quedarme para ayudar a Misao-san en lo que necesite.
-Arigato. Bueno, me voy a la clínica… No tardo… Nos vemos luego Misao.
-Apresúrate Kaoru, y no olvides pedirle a Megumi que revise a Aoshi.
-Lo haré, no te preocupes.
Dicho esto, Kaoru se dispuso a salir del dojo Kamiya.
La joven Kamiya iba con paso apresurado rumbo a la clínica, intentando localizar a Aoshi entre la gente que transitaba, pero no había señales de él. A decir verdad, la distancia del dojo a la clínica era considerable, pero no al punto de tardar tres horas. Kaoru temía que Aoshi se hubiera sentido mal o algo así y se imaginaba que probablemente Megumi, al verlo así, lo habría obligado a descansar, pero aún así, la joven Kamiya presentía que algo no andaba bien. Sin alentar el paso, Kaoru continuó con su camino.
Ya estaba bastante alejada del dojo, más o menos a la mitad del trayecto, aun continuaba preocupada y se apresuraba por llegar a la clínica cuanto antes, pero no contaba con que alguien intervendría en su camino…
-Kaoru… ¿Qué estás haciendo por aquí? – preguntó un joven alto que no vestía la ropa común de la gente.
-¿Shiroge? ¿Qué te pasó? Parece que te hubieran dado una paliza, estas cubierto de heridas – respondió una sorprendida Kaoru.
-Ah… No es nada, iba caminando distraídamente y sin darme cuenta resbalé y caí en un barranco. Pero dime Kaoru… ¿A dónde vas tan apresurada?
-Voy a la clínica del doctor Genzay, verás, mi hermano salió para allá hace más de tres horas y no ha regresado. Quiero asegurarme de que se encuentre en la clínica.
-Kaoru, ¿de casualidad tu hermano es un hombre alto, de cabello negro y que iba vestido como ninja?
-Sí… Es él… Es Aoshi ¿Lo viste? – peguntó Kaoru.
-De hecho sí, verás… Hace un rato me dirigía a comprar algunas cosas y tropecé con un hombre de esa descripción, tenía fiebre y realmente no se veía bien, así que le sugerí que descansara un rato en mi casa, la cual no queda muy lejos. Él aceptó y en estos momentos se encuentra descansando allá.
-Entonces no puede ser Aoshi.
-La verdad es que no nos presentamos, simplemente lo deje en mi casa para que descansara y salí de nuevo a comprar lo que necesitaba y a arreglar todo para la cena de hoy en la noche. Pero la verdad es que no creo que mucha gente vestida como ninja transite las calles de Tokio. ¿Por qué no vamos a mi casa y compruebas por ti misma si la persona que está allá, es la misma que estás buscando?
-Yo… Creo que primero iré a la clínica para cerciorarme – respondió Kaoru dubitativa.
-Como quieras. Entonces déjame acompañarte, de paso que les avisas a tus amigos que la cena será a las ocho de la noche en el Akabeko, pueden esperarte allí.
-Está bien…
Clínica…
-Entonces dices que no ha venido para acá Megumi.
-De verdad Tanuki, no he visto a Aoshi para nada.
-Entiendo… De cualquier forma, vine a avisarte que la cena será a las ocho en el Akabeko, podemos vernos allá. ¿Podrías avisarle a Sanosuke?
-Claro, no te preocupes, yo me encargo de eso. Allí estaremos.
-Gracias. Por cierto Megumi… Se arreglaron las cosas entre ustedes ¿verdad?
-¿Se me nota Tanuki?
-Un poco – dijo Kaoru en tono de broma – nos veremos luego.
-Está bien.
Una vez terminada la conversación, Kaoru salió de la clínica, donde la esperaba Shiroge.
-Y bien. ¿Lo encontraste Kaoru?
-No… Supongo que la persona que está en tu casa debe ser Aoshi.
-Pues entonces vamos de una vez para que te desengañes.
-Sí… Vamos…
Casa de Shiroge…
-Pasa por favor – dijo Shiroge invitando a Kaoru a entrar en el lugar.
-Sí, gracias… Valla, tienes una casa muy bella y grande Shiroge.
-¿Te gusta?
-Claro, es hermosa.
-No sabes como me tranquiliza escuchar esas palabras Kaoru.
-¿Qué quieres decir?
-Eh… No, nada.
-Estás actuando muy extraño Shiroge… ¿Qué sucede?
-Todo está muy bien Kaoru, no te preocupes más. Ahora déjame llamar a alguno de mis sirvientes para que te traigan algo de beber.
-No es necesario, preferiría ver si Aoshi está contigo.
-Ah sí… Tu hermano. Oye, Youto, ¿ha despertado la persona que traje hace unas horas? – preguntó Shiroge a uno de sus sirvientes.
-Eh… No señor, pero al menos su fiebre ya está controlada.
-Bien, puedes retirarte.
-Shiroge, necesito ver a la persona que trajiste, de verdad estoy preocupada por mi hermano.
-Eres impaciente Kaoru.
-¿Qué?
-A partir de ahora, tendrás mucho tiempo para verlo.
-Shiroge. No sé de qué me hablas. Estoy comenzando a impacientarme de verdad, así que por favor, llévame a donde está la persona que trajiste.
-Está bien, está bien… Te llevaré.
Shiroge llevó a Kaoru a una de las habitaciones de la casa, cuando llegaron, ambos entraron. Kaoru vio a Aoshi acostado en una cama del tipo occidental, el ninja se encontraba profundamente dormido y, aunque su fiebre había cesado, la almohada donde reposaba, se encontraba visiblemente húmeda debido al sudor ocasionado por la fiebre. Además, en su rostro podían percibirse marcas de heridas recién recibidas.
-Aoshi… Pe… Pero… ¿Qué le ocurrió? ¿Por qué está herido? - susurró la joven Kamiya.
-No sé por que esté herido, quizá tropezó con algo y se lastimó, él ya estaba así cuando lo encontré. No te preocupes Kaoru, su fiebre ha sido controlada.
-Eso me tranquiliza, pero tengo que llevarlo al dojo. ¿Podrías ayudarme Shiroge?
-Me temo que no puedo hacer eso Kaoru.
-Bueno, no te preocupes, regresaré y le pediré a Kenshin o Sanosuke ayuda para llevar a Aoshi al dojo. De todas formas, tú ya hiciste mucho, te lo agradezco Shiroge. Ahora debo irme…
-No… Creo que no has entendido, querida Kaoru.
-¿Qué? ¿A qué te refieres?
-Tú ya no regresarás al dojo, te quedarás aquí junto con tu hermano, por eso lo traje.
-Shiroge, deja de bromear, en verdad que no tengo humor para juegos.
-Pero no es ningún juego Kaoru, como ya dije, permanecerás aquí.
-No lo creo… Escucha, iré al dojo y regresaré con ayuda para llevarme a Aoshi, espero no tardar mucho – dijo Kaoru mientras salía de la habitación…
-Kaoru… Tu hermano está bien atendido aquí, no hay necesidad de que lo lleves al dojo. Deberías quedarte para cuidarlo.
-Estaré más tranquila si lo llevo al dojo. Regreso en un rato – dicho esto, dio un paso fuera de la habitación, pero las palabras de Shiroge la detuvieron.
-Kaoru, como dije, tu hermano está bien atendido aquí, pero si no te quedas para cuidarlo, no puedo garantizar su protección – mencionó fríamente Shiroge.
-¿Qué estás tratando de decirme? – preguntó Kaoru temerosa de la respuesta que pudiera obtener.
-Si das un paso más fuera de aquí, tu hermano quedará totalmente desprotegido, y en el estado que se encuentra, es vulnerable a todo…
-¿Acaso… Acaso estás diciéndome que si me voy, le harás daño a Aoshi? – añadió la joven con mucha tensión en su palabras.
-Solo estoy diciendo que quedará totalmente desprotegido y vulnerable si te vas de aquí – respondió con malicia el joven.
Kaoru se volteó súbitamente y se dirigió a donde se encontraba Aoshi, entrando de nuevo en la habitación. –Me lo llevaré ahora mismo entonces… - al decir esto, Kaoru se acercó a Aoshi y comenzó a tratar de despertarlo – Aoshi… Aoshi… Despierta por favor, debemos irnos… Aoshi… Aoshi… Hermano mío por favor despierta… Aoshi… - Pero Aoshi no daba señales de reacción alguna, simplemente seguía sumido en un profundo sueño.
La voz de Shiroge resonó fría en la habitación – Es inútil que intentes despertarlo… No lo hará al menos hasta mañana…
-No… eso no puede ser. Aoshi, Aoshi te lo ruego, despierta por favor, debemos irnos – dijo Kaoru tratando de no caer en la desesperación…
-Ya te dije que es inútil Kaoru, él no despertará…
-Entonces me lo llevaré aunque sea dormido… No quiero dejarlo aquí…
-Te digo que es inútil…
Sin hacer caso a las palabras de Shiroge, Kaoru hizo a un lado las sábanas que cubrían el cuerpo desnudo hasta la cintura de Aoshi dispuesta a llevárselo ella misma a cuestas, pero lo que vio la dejó totalmente paralizada. Al descubrir el cuerpo de Aoshi, Kaoru pudo notar que su abdomen estaba vendado, en la parte inferior había una mancha de sangre, señal inconfundible de una herida de espada, pero eso no era todo, Aoshi estaba perfectamente atado a la cama con correas de cuero muy resistente, atado desde los tobillos, piernas, cintura, brazos y torso, completamente inmovilizado.
-¡QUÉ DEMONIOS SIGNIFICA ESTO! – preguntó la chica fuera de sí…
-No te preocupes, sus heridas han sido atendidas, y si hice que lo ataran, fue por pura seguridad, no puedo dejar que se valla…
-Shiroge ¿QUÉ PRETENDES?
-Solo tu bienestar Kaoru… solo tu bienestar… No puedo dejar que regreses con Battousai, no puedo exponerte a él – respondió Shiroge fríamente.
-Creí que ya habíamos aclarado todo lo referente a eso Shiroge… No entiendo por que estás haciendo esto.
-Por que estás confundida Kaoru… Yo sé perfectamente como puede actuar ese maldito asesino que hospedas en tu dojo… Sé perfectamente que corres mucho peligro estando a su lado y escúchame bien: No quiero perderte… No lo soportaría.
-Yo no estoy confundida de nada… Y más vale que nos dejes ir, por que estoy perdiendo la paciencia.
-Como siempre, no quieres ceder… No has cambiado nada Kaoru…
-Desata a mi hermano en este mismo instante o no respondo de lo que pueda ocurrir…
-Kaoru, hay cosas que no sabes… Estoy seguro que Battousai no te ha dicho la verdad sobre su pasado.
-Eso es algo que no te concierne Shiroge.
-Por supuesto que me concierne, más de lo que puedes imaginar.
-¿Qué?
-Escucha atentamente lo que voy a decir Kaoru. Ese hombre, en los últimos años de Tokugawa, peleó como asesino por parte de los Ishinshishi, lo llamaban Battousai por la manera en que mataba a sus oponentes. Mató a muchas personas Kaoru, tú no puedes estar con un asesino.
-Shiroge, sé perfectamente que Kenshin tuvo que cegar muchas vidas y también sé que ahora lleva toda la carga de ese arrepentimiento en sus hombros. Pero, de no haber sido por personas como Kenshin, que entregaron todo con tal de tener una nueva era, Japón seguiría sumido en su propio mundo y probablemente en la violencia. De no ser por personas como Kenshin, todos los niños de ahora no podrían gozar de una vida tranquila y pacífica… Es por eso que no tienes derecho de juzgar, nadie lo tiene.
-Hay algo que aún no sabes Kaoru. En esos años, Battousai mató a un hombre llamado Akira Kiyosato, él, era el prometido de una mujer llamada Tomoe Yukishirou.
-¿To… Tomoe Yukishirou?
-Tomoe, desesperada por la muerte de su prometido, viajó a Kyoto que en ese entonces era una de las principales ciudades donde se llevaba a cabo la lucha. Y ahí, un grupo de ninjas que peleaba a favor de Tokugawa, decidió utilizarla para su beneficio. Es así que mandaron a Tomoe buscar el punto débil de Battousai… Tomoe, trató de cumplir con la orden, pero… Algo salió mal… Algo salió muy mal… Los disturbios de la guerra, cada vez se hacían más violentos, más fuertes, el caos reinaba… Es así, que Tomoe, se casó con Battousai… Seguramente, al principio lo hizo para cumplir con más efectividad la misión que se le había encomendado, ella quería vengar la muerte de su prometido pero… Pero… Tuvo que convivir con Battousai cierto tiempo, así, el plan sería más convincente… Y…. Y…. Por una maldita razón que aún no termino de comprender, ella… To… Tomoe, se enamoró de él… De él… Del maldito de Battousai…
Kaoru escuchaba las palabras de Shiroge totalmente estupefacta… Por su mente no pasaba ninguna idea clara de qué hacer o cómo actuar… El dolor impregnado en las palabras de Shiroge la hacía estremecer…
-Pe… pero eso no es todo… Un día, los ninjas le tendieron una trampa a Battousai y utilizaron a Tomoe como señuelo… Battousai… Estuvo a punto de morir… y cómo me hubiera encantado que así fuera… Pero…. Pero… justo en el momento preciso, To… Tomoe saltó para protegerlo sin importarle nada… Y… ¿Sabes qué fue lo que hizo Battousai? La mató… ¡LA MATÓ! ¡La mató vilmente! A ella, que estaba dispuesta a sacrificarse por él… ¿No lo entiendes Kaoru? La mató… ¡La mató! – dijo Shiroge con lágrimas derramándose en sus mejillas.
Kaoru estaba casi paralizada por lo que acababa de escuchar… Aunque no era tanto por el contenido de lo que Shiroge había dicho, si no por el dolor y la amargura que sus palabras transmitían. Ella, ya sabía perfectamente todo lo que había ocurrido entre Kenshin y Tomoe, el mismo Kenshin se lo había dicho ya hace algún tiempo. Pero lo que en este momento la tenía sorprendida hasta el extremo, era el hecho de que Shiroge conociera a cerca de ese horrible acontecimiento… ¿Cómo… cómo era posible que Shiroge supiera lo que había ocurrido en ese tiempo y en ese lugar? ¿Cómo era posible que describiera ese hecho con tanto dolor, odio y tristeza? ¡¿CÓMO?!
-¿No dices nada Kaoru? Ahora que sabes la verdad… ¿Aún quieres regresar al lado de un asesino? – musitó Shiroge con la voz entrecortada.
-Shi… Shiroge… Todo eso, yo ya lo sabía – respondió Kaoru tratando de recobrar la compostura – Kenshin hace tiempo que me confió ese secreto… Esa parte tan dolorosa de su pasado.
-¿Qué? – ahora el sorprendido era Shiroge – Y… ¿Y aún así osas amarlo?
-Sí – respondió firmemente la joven.
-¡POR QUÉ! ¡NO TE DAS CUENTA! ¡ES UN ASESINO! ¡CAPAZ DE MATAR A QUIEN LO AMA!
-Te equivocas… Kenshin jamás sería capaz de segar la vida de quien lo amara… Lo que ocurrió en ese entonces, fue una muy grave consecuencia del terrible error que cometió Tomoe…
-¿Cómo te atreves a decir esas cosas?
-Por que si yo hubiera estado en su lugar, habría luchado, habría sobrevivido a cualquier costo con tal de estar con él y curar su atormentado corazón. Es muy fácil rendirse y sacrificarse por alguien, pero la verdadera fuerza del amor puro… Del amor que siento por Kenshin, es el estar dispuesta a todo, hacer lo que sea con tal de ver feliz a la persona que amas… Incluso, implica el ser capaz de renunciar a él si fuera necesario… Y sobre todo, muy sobre todo, ser capaz de dar tu vida por la persona que amas, pero sin perderla… Ese… es el verdadero amor que yo soy capaz de darle a Kenshin.
-¡No sabes lo que dices!
-Por supuesto que sí… Jamás he estado más segura de algo en mi vida. Pero ahora Shiroge, hay algo que necesito saber y solo tú puedes responderme.
-¡QUÉ MÁS QUIERES SABER A PARTE DE QUE BATTOUSAI ES UN MALDITO ASESINO!
-Quiero saber cuál es la razón por la que sabes todo eso… ¿Cómo es que estás al tanto de ese horrible acontecimiento? ¿CÓMO?
-¡POR QUÉ! ¡POR QUÉ! ¡QUIERES SABER POR QUÉ KAORU! ¡EN VERDAD LO QUIERES SABER! Si En verdad Battousai te contó toda la verdad de lo que sucedió, entonces debes saber que Tomoe tenía un hermano menor que la siguió a Kyoto y la vio morir…
-Sí… lo sé.
-Kaoru… ¿Sabes porqué tengo el cabello de este color? ¿Recuerdas que muchas veces me preguntaste la razón?
-Lo recuerdo.
-Pues bien, aquí está la respuesta. Enishi Yukishirou, el hermano menor de Tomoe, vio morir a su hermana y no pudo hacer nada para protegerla. La vio morir… vio como su sangre salía chorros de su cuerpo, como la vida se le escapaba y vio… vio como moría en brazos de ese hombre… Entonces, el corazón de Enishi se llenó de mucho dolor, tristeza, desolación, desesperación, odio, de amargura, de rabia, de impotencia, de desprecio y de todos los sentimientos más repulsivos que un ser humano pueda tener. Demasiado odio para que un maldito chiquillo de diez años lo resistiera… Le habían arrebatado lo único que tenía, lo que más amaba… En ese momento, Enishi juró vengarse a cualquier costo, se lo prometió a su hermana… Entonces, esos horribles sentimientos que pudieron haberlo matado, lo llenaron de energía para poder cumplir con lo que se había propuesto, pero era tanta la rabia y el rencor, que el cabello de Enishi se torno blanco… Su cuerpo tenía que asimilar de alguna forma toda esa enorme mezcla de emociones, y esa, fue la mejor manera.
Kaoru no podía formular ningún pensamiento, era tanta la estupefacción, que ni siquiera podía moverse… Era tanta su sorpresa, que sin quererlo ni proponérselo, sus manos comenzaron a temblar, aún así, no retiró la mirada.
-Sí… SOY YO… YO SOY ENISHI… ¡ENISHI YUKISHIROU! El hermano menor de Tomoe Yukishiorou – menciono con fervor el joven al tiempo que se quitaba la boina de la cabeza y la tiraba al suelo con violencia. – Mira este cabello blanco… Mira estos ojos negros como la maldita muerte… MÍRAME
-Shi… Shiroge… - musitó casi sin aire la joven Kamiya.
-¡ESE NO ES MI NOMBRE! De ahora en adelante, me llamarás por mi nombre… Quiero que lo hagas… Dilo… Quiero oírlo de tus labios.
Kaoru lo miraba con más asombro.
-¡HAZLO!
-E…
-¡HAZLO!
-Enishi.
-Sí… Enishi… Ese es mi nombre.
-E… Entonces ¿por qué? ¿Por qué te presentaste ante nosotros como Shiroge? – preguntó desafiante la chica.
-Realmente, ni yo mismo puedo darte una razón válida… Simplemente no quería que nadie supiera nada sobre mí… No quería que nadie me conociera, solo quería venganza… Cuando nos conocimos, creí que el dar un nombre falso podría llegar a ser útil a mis planes algún día… Y veo que ese presentimiento dio buenos resultados. Por eso, decidí presentarme ante ustedes simplemente como Shiroge. Después, cuando supe que tu padre sabía kendo, decidí quedarme y aprender todo lo que pudiera para utilizarlo a mi favor cuando fuera necesario. Pero no contaba con que tú cambiaras mi manera de ser, no contaba con que lograras aminorar la intensidad de todos los horribles sentimientos que residían en mí… Como ya te había dicho el otro día, tu hiciste que me diera cuenta de que no todos eran culpables de mi sufrimiento y amargura… Gracias a ti pude eliminar mucho del odio que había en mí. Pero lo que nunca pude olvidar, fue el odio hacia Battousai, mi misión era, es y ha sido acabar con él, se lo prometí a mi hermana. Debido a eso, tuve que irme del dojo, esa es la razón por la que no aprendí el estilo Kamiya Kashin. Tu padre me dijo que no podría aprender el Kamiya Kashin Ryu si antes no me liberaba del deseo de venganza que percibía en mí. La verdad es que tenía razón, de ninguna forma habría podido aprender el estilo Kamiya Kashin en toda su esencia. Pero tu padre ya me había enseñado muchas cosas, elementos básicos con los cuales, al irme del dojo, pude desarrollar mi propio estilo de lucha.
-Entonces todo fue una actuación, desde que te conocí tú nunca has sido sincero conmigo. Y yo que confiaba plenamente en ti.
-El día en que me despedí de ti, fui sincero, tan sincero como nunca lo había sido. Ni yo mismo me creía capaz de haber hecho lo que hice aquella tarde en que nos despedimos. Esa vez fui totalmente sincero Kaoru. Y lo soy ahora. Por eso te he contado todo ya. La razón por la cual regresé a Tokio además de volver a verte, fue que me enteré de que Battousai residía en esta ciudad, pero no tenía ni idea de que fuera en tu dojo, y mucho menos que te hubieras enamorado de él. Ahora te soy sincero Kaoru, si traje a tu hermano, fue por que era la única forma de hacerte venir a mi. Y te soy aún más sincero, voy a vengarme de Battousai, y después podremos vivir felices tú y yo.
-Veo que tienes todo planeado. Pero te estás olvidando de lo que yo siento. Te olvidas de que amo a Kenshin con todo mi ser y que no pienso dejarlo.
-Kaoru, realmente detesto hacer esto pero no me dejas más opción. Podría matar a tu hermano en este momento con tan solo desearlo. En verdad que no quiero recurrir a esto, pero es la única forma, tú me has obligado, querida Kaoru. Si te vas de aquí, si intentas siquiera alejarte, entonces no solo me causarás daño a mí, también a tu hermano. Estoy dispuesto a todo con tal de vengarme y con tal de tenerte junto a mí, y si tengo que quitarle la vida a tu hermano para que aprendas la lección, entonces lo haré, y será sin remordimientos.
-¿Realmente serías capaz de hacerle daño a mi hermano?
-Yo le hice esas heridas, creo que eso contesta a tu pregunta.
-No lo entiendo… ¿Cómo puedes ser una persona tan buena y de un momento a otro volverte el ser más despiadado que existe? ¿De dónde sacas esa frialdad?
-Mi hermana es quien me da la fuerza para seguir, y también lo hace el deseo de tenerte.
-No puede ser – suspiró Kaoru – Tomoe, mira lo que has provocado – dijo con amargura la chica.
-Kaoru… No vuelvas a referirte a mi hermana de esa manera, por favor.
-Shiro… Enishi. Sé que la pérdida de tu hermana fue un golpe muy duro para ti. Sé que tu dolor es inmenso, pero también sé que Kenshin aún sufre por ese recuerdo, y su sufrimiento es mucho mayor, por que fue él quien lo hizo, por decirlo de alguna forma. Pero si hay algo que debes entender, que ambos, tanto tú como Kenshin, es que lo que ocurrió aquel día, fue decisión única y exclusivamente de Tomoe.
-Tonterías. Escucha Kaoru, ya me cansé de discutir. Te quedarás aquí y eso es todo, no hay más que decir.
-Pero… ¿qué pasó entonces con la cena y con lo que se suponía que haría esta noche?
-No hay ninguna cena, no arreglé absolutamente nada con respecto a eso. Tuve que mentirte para que vinieras a mí, no había otra manera Kaoru, lo siento. Así que mejor quédate aquí por las buenas.
-¡YO NO PIENSO QUEDARME AQUÍ! ¡ENTIENDE QUE NO TE AMO! – agregó Kaoru exasperada.
-¡PUES APRENDERÁS A AMARME ENTONCES KAORU!
-¡NO! ¡NO PUEDES OBLIGARME!
-¿Eso crees Kaoru?
Kaoru estaba desesperada, quería salir inmediatamente de ese lugar. Y de hecho podría hacerlo, pero no podía dejar a su hermano… "Si tan solo Aoshi despertara", pensaba desesperadamente mientras lo miraba.
-Es inútil Kaoru, no despertará al menos hasta mañana, la droga que le inyectamos es muy poderosa.
-¿Por qué haces esto Enishi?
-Tú me obligaste a hacerlo Kaoru, no me dejaste opción.
-Te equivocas Enishi… Eres tú quien no me deja opción - y dicho esto, Kaoru se acercó a Enishi lo más rápido que pudo y le asestó una fuerte patada en el rostro, rompiendo su kimono con la fuerza de su patada. Enishi retrocedió varios pasos debido a la violencia del impacto. Kaoru, en otro veloz movimiento, le aplicó un severo golpe en el abdomen, dejándolo si aire y sin perder tiempo, comenzó a romper las fuertes cuerdas que tenían apresado a Aoshi. Aunque le costó mucho trabajo, logró liberarlo, pero por más que le hablaba, Aoshi simplemente no despertaba. Sin importarle nada más, Kaoru tomo a Aoshi, colocó el brazo del ninja sobre su hombro y trató de salir lo más aprisa de la habitación, mientras Enishi aún trataba de recuperarse de los golpes.
-¡CIERREN LAS PUERTAS! ¡NO PERMITAN QUE SE VALLA! – gritó furioso Enishi a sus sirvientes mientras Kaoru se trataba de abrir paso entre ellos para escapar.
Kaoru trataba de moverse lo más aprisa posible mientras que evadía a los sirvientes de Enishi que trataban de interceptarla, bajaba las escaleras rápidamente. Si estuviera sola muy probablemente habría escapado ya, pero el cargar con el cuerpo de Aoshi no le facilitaba en absoluto las cosas.
Ahora ya solo faltaba una puerta más y habría logrado salir de ahí, solo un poco más. Pero…
Enishi, con un impactante, enorme y magnífico salto, logró alcanzarla y la tomó por la cintura junto con Aoshi, pero Kaoru, en un ágil reflejo, se libró de las manos de Enishi quedando a solo dos pasos de la salida. Habría escapado, en verdad lo habría hecho, pero desafortunadamente se detuvo… Se detuvo por que aunque ella había salido libre del agarre de Enishi, su hermano, Aoshi, aún seguía en manos de este… En ese momento Kaoru no supo qué hacer, tenía la salida a tan solo dos pasos, pero no podía hacerlo, no sin su hermano…
-Como siempre, eres una niña rebelde Kaoru. No debiste haberme tratado de esa manera, a mí que solo me preocupo por tu bienestar. Pero está bien, te dejaré elegir entonces. Puedes salir, ya no hay nadie que te detenga, vete, eres libre. Vete a vivir con Battousai si quieres, pero, tu hermano se queda aquí y sabes algo, realmente me siento muy enojado. ¿Qué esperas? Vete ya.
-Yo… no… no puedo… Jamás dejaría a mi hermano a su suerte… No puedo dejar que le hagas daño… Lo sabes – respondió Kaoru con una mirada sombría.
-Sí… lo sé – agregó Enishi – Entonces Kaoru… ¿Vas a portarte bien?
-Dime qué es lo que tengo que hacer para que nos dejes en paz.
-Vaya, comienzas a cooperar, eso me gusta. Por lo mientras no intentes hacer nada tonto y deja que mis sirvientes te aten.
Kaoru, sin más remedio, dejó que los sirvientes de Enishi la ataran de pies y manos hasta que quedó completamente inmovilizada.
Tiempo después, dentro de la vivienda…
Kaoru se encontraba atada a una silla, con la cabeza baja y sin decir ninguna palabra mientras Enishi le hablaba.
-¿Qué pasa Kaoru? ¿Acaso no te agrada la idea? Yo creo que es perfecta.
-Enishi… Sabes perfectamente que la detesto.
-No veo por qué, es una excelente idea.
-Por favor Enishi… No podré hacerlo. ¡No tengo la fuerza!
-No te preocupes por eso Kaoru. Yo estaré apoyándote. Yo te ayudaré, te facilitaré las cosas. Tu hermano y yo estaremos ayudándote, no estarás sola.
-Enishi… te lo suplico… por lo que más quieras no me hagas esto… No me obligues a hacerlo por favor – dijo la joven con lágrimas cayendo sobre sus mejillas.
-Lo siento linda, pero no tienes otra opción a menos que quieras que tu hermano…
-¡BASTA!... POR FAVOR… ¡BASTA!
-Estoy seguro de que lo harás perfectamente, siempre fuiste buena para eso.
-No podré.
-Oh… claro que podrás.
-No… No… ¡NO PUEDO! ¡NO QUIERO!
-Es muy tarde para negarte ahora Kaoru… Tranquila, sé que no me fallarás.
-Enishi… te lo imploro…
-Es hora de irnos… Mi venganza, ha comenzado…
En otro lugar de Tokio…
Un joven pelirrojo salía gustoso de un establecimiento, iba muy feliz, incluso silbaba mientras caminaba. En su trayectoria, se detuvo a comprar un bellísimo ramo de flores a una dulce niñita.
-Kaoru se pondrá muy contenta, estoy seguro – decía para sí mismo el apuesto joven. –Ni siquiera se lo imagina, le encantará… Kaoru, mi Kaoru… Bueno, debo apresurarme, hoy es la cena en el Akabeko y no quiero ser impuntual, debo llegar al dojo y darme un baño… Ah… No puedo esperar por ver a Kaoru y enseñarle mi sorpresa…
Este y otros alegres pensamientos pasaban por la mente del dulce rurouni. Pero desafortunadamente, no tenía idea de lo que le esperaba.
Continuará…
***************
Esto de mi pena dura
Es algo del dolor fiero
Y mucho más no refiero
Por que pasa de locura.
Si acaso me contradigo
En este confuso error,
Aquel que tuviese amor
Entenderá lo que digo…
(En que describe racionalmente los efectos irracionales del amor "Sor Juana Inés de la Cruz")
**********
¿Cuál es la sorpresa que le tiene preparada Kenshin a Kaoru? ¿Qué es lo que Enishi le pidió a Kaoru que hiciera? ¿Podrá Kaoru escapar de las manos de Enishi? ¿El amor entre Kaoru y Kenshin corre peligro?
No se pierdan el próximo capítulo.
Notas de la autora:
Hola de nuevo. ¿Qué tal el capítulo? ¿Les agradó? Espero que no quieran matarme. Aunque tal vez lo merezca, tardé mucho en actualizar, pero quiero que sepan que jamás me olvido de ustedes puesto que siempre los tengo muy presentes.
Muchas gracias por tomarse la molestia y el tiempo de leer esta locura producto de mi mente enferma y sobre todo muchísimas gracias por apoyarme con sus valiosos comentarios, no tienen idea de cómo lo aprecio.
Quisiera agradecerles y dedicarles este capítulo a todos los que me han dejado reviews o me han enviado sus comentarios personalmente, quisiera profundizar pero desafortunadamente no me queda más tiempo.
Esta vez no tardaré tanto en actualizar puesto que tengo vacaciones y puedo dedicarme un poco más de lleno a los fics, así que el siguiente capítulo vendrá pronto.
Reviews please.
Ah… Y aprovecho para hacerle publicidad al fic de mi hermano "Tres espadas un destino". Chéquenlo, está muy interesante y original, también lo encuentran aquí, es de Rurouni Kenshin y el nick de mi hermano es "Arcanis el omnipotente". Denle una leída, les va a gustar…
De nuevo muchas gracias por todo, cuídense mucho y hasta pronto.
Hitokiri lady.
Hitokiri_rlady@hotmail.com
