Cuando el amor duele: La venganza
Hola, en el capítulo anterior descubrimos la verdadera identidad de Shiroge, es nada más y nada menos que Enishi Yukishirou, sip, el hermanito de Tomoe. Desafortunadamente, Kaoru y Aoshi han caído en una trampa y ahora están bajo las garras de Enishi. El joven de cabello blanco amenazó a Kaoru con hacerle daño a Aoshi si ella no accede a sus peticiones. Ahora Kaoru tiene que elegir entre obedecer a Enishi o arriesgar a su hermano Aoshi. ¿Qué es lo que hará?
En este capítulo cambiaré un poco el estilo de escritura, ojalá les agrade. Les recomiendo que lo ambienten con música triste.
Si quieren saber sobre las actualizaciones de este fic, déjenme su mail en un review o mándenmelo por correo electrónico a hitokiri_rlady@hotmail.com
Capítulo 5: Departure
:-:-:-:-:-:-Kaoru:-:-:-:-:-:-
¿Por qué?
¿Por qué?
¿Por qué se pasa tan rápido el tiempo cuando eres feliz?
¿Por qué el amor tiene que doler de esta manera?
Ahora, después de todo lo que sucedió, me doy cuenta de que el amor posee un carácter dual. ¡Como lo detesto!
Pero la verdad es que no tengo más remedio que aceptarlo, a fin de cuentas, ya nada me importa. Pero, hace tan solo un día, podía ver todo de una manera diferente a la que lo veo ahora. Hace tan solo un día, sentía que todo era maravilloso, que nadie podría arrebatarme la felicidad que desbordaba todo mi ser, me sentía tan bien, tan llena de vida y energía… Es increíble que toda esa vitalidad se me esfumara en tan poco tiempo, pero no puedo hacer nada para evitarlo.
Una vez más, compruebo este carácter dual del amor, ya que así como te puede hacer sentir el más grande deseo de de vivir, también te puede hacer sentir el más grande deseo de morir. Así como te da felicidad, puede sumirte en la más absoluta tristeza; así como te puede hacer sentir dichosa, puede hacerte sentir demasiado miserable.
Creí que nadie podría arrebatarme la felicidad que sentía, es irónico que después de todo, fui yo misma quien le dio la espalda a mi felicidad. Pero es que no tuve opción, no la tuve… Hiciera lo que hiciera, terminaría causándole daño a alguien.
Si tan solo pudiera regresar el tiempo unos cuantos días. Si tan solo este malherido corazón dejara de sentir. Si tan solo pudiera dejar mi mente en blanco. Si solo pudiera eliminar ese horrible recuerdo de mi memoria… Pero no puedo, ¡no puedo!
No puedo olvidar lo que sentí al ver sus hermosos ojos violetas mirándome con esa mezcla de confusión, decepción y suplica, que después se convirtió en una mezcla de enojo, tristeza y la más profunda melancolía.
Es demasiado doloroso. Y pensar que muchas veces me juré a mi misma hacerlo feliz a costa de lo que fuera… Aún no puedo creer que he roto mi promesa, y de la forma más cobarde que pude imaginar.
No puedo evitar sentir odio contra mí, yo misma me detesto… Soy un ser demasiado horrible para existir.
Oh… ¿Por qué te enamoraste de mí? ¿Qué fue lo que viste? ¿No te das cuenta de que soy capaz de dañar incluso a quienes amo? ¿Cómo es posible que un ser lleno de bondad pudiera ver algo en un ser perverso como yo?
Aún no lo entiendo… No sé que hacer…
¿Es el destino acaso quien no quiere que estemos juntos? Por que si es así entonces… ¡Maldito sea!
Como quisiera que esto fuera una pesadilla, aunque tal vez sí lo es, la diferencia es que no despertaré nunca de ella.
Como deseo ser yo la única que sufre, tal vez podría soportarlo, pero mi suplicio crece por que sé que tú también estás sufriendo, y que todo es por mi culpa.
Sé que no merezco tu perdón… Pero espero que algún día tú… consideres siquiera, la idea de perdonarme.
Oh… Mi hermoso príncipe, te amo tanto que creo que pronto llegaré a la locura.
No es que le tema a la soledad, es el hecho de que todas las ilusiones que pensaba hacer realidad a tu lado, se han esfumado ya.
Creo que mi alma ha perecido, no sé como es que aún conservo el regalo de la vida, si no soy digna de ella. Quizás ese sea el castigo que debo afrontar por hacerlo sufrir… Si este castigo fuera suficiente para sanar su corazón, lo llevaría con gusto una y mil veces… Pero no se así.
Creo, que de tanto llorar, ya ni siquiera puedo ver las estrellas ni la luz nocturna de la luna… Desde que te dejé en ese lugar, mi corazón no ha parado de verter sus lágrimas…
Amor mío… ¡Como quisiera correr a tu lado y decir que todo fue mentira… Una simple actuación de un patético ser que clama tu amor. Pero no puedo, por que si lo hiciera, pondría en peligro la vida de otro hombre. Misao, jamás me lo perdonaría, mucho menos mi difunto padre. Pero yo no soy lo suficientemente fuerte para soportar este maldito tormento…
No tengo el coraje de afrontarlo… No puedo buscarte donde quiera que te encuentres ahora y mostrarte cuanto te amo.
Lo único que puedo hacer ahora es pensar en ti. Llorar. Llorar como nunca he llorado en mi vida y recordar, recordad aquel horrible momento porque no tengo la fuerza para evitarlo.
El horrible trance comenzó desde que salimos de la casa de Enishi.
Yo caminaba por pura inercia, iba al frente mientras Enishi caminaba atrás junto con otros dos sujetos que cargaban a Aoshi, quien iba inconsciente y atado. Supongo que la droga que le inyectaron debió ser bastante fuerte. Yo aún conservaba la esperanza de llegar al dojo, rogaba por que Sanosuke, Kenshin o incluso Yahiko estuvieran afuera para ayudarme, pero no sabía que los planes de Enishi fuesen otros.
Justo cuando pasábamos por un pequeño lago, inconscientemente aminoré mi velocidad y supongo que le dediqué una mirada triste a esas aguas. Ese lugar está lleno de recuerdos, fue ahí donde Kenshin se despidió de mi antes de partir a Kyoto.
No sé si Enishi notó mi estado de melancolía, pero en ese momento me ordenó que me detuviera, cosa que hice, temerosa de lo que Enishi pudiera estar tramando en ese momento.
-Hubo un cambio de planes- me dijo, a lo cual yo me quedé petrificada, se suponía que iríamos al dojo y le diría a Kenshin que no lo amaba en frente de todos, incluso de Enishi.
-Creo que no funcionaría de la manera que lo había planeado, así que cambiaré la estrategia – volvió a decirme.
-¿Qué Es lo que pretendes ahora?- le pregunté desafiante.
-Le dirás lo mismo Kaoru, solo que será aquí y únicamente frente a él, yo solo seré un espectador.
-Pero no creo que Kenshin casualmente pase por aquí, sería demasiada coincidencia…
-De hecho, Kaoru. Battousai viene aquí todas las tardes, yo mismo lo he vigilado. No sé de dónde venga, pero supongo que de donde sea que lo haga, este lugar le queda de paso.
Me quedé paralizada al escuchar esas palabras, pero aún faltaba lo peor.
-Lo esperarás aquí y yo te observaré desde una distancia razonable, lo suficiente para que no sienta mi presencia ni la de tu hermano. Ni siquiera te molestes en hablar bajo o susurrar, tengo un oído extraordinario. Y si noto alguna acción sospechosa, será tu hermano quien pague las consecuencias de tus actos. Así que ya lo sabes, te estaré vigilando en todo momento. Cuando termines de hacerlo miserable, comenzarás a caminar rumbo a mi casa, yo te seguiré también.
-Enishi por favor, esto no tiene sentido. No ganarás nada – repliqué suplicante.
-Ver sufrir a Battousai de esta forma será muy gratificante para mí, mucho mejor que aplastar su cabeza con mis manos. Quiero que se sienta miserable, engañado y humillado… Después proseguiré con la segunda parte de mi plan. Pero por ahora, es lo único para lo que necesito que me ayudes, solo tú serías capaz de hacerlo sentir como yo quiero, ya después me encargaré de nosotros Kaoru, tú y yo. Pero por ahora, me basta con que seas una niña buena y me obedezcas.
-Enishi…
-Basta de súplicas, Kaoru. Es hora de ejecutar nuestro plan.
-¡No puedo hacerlo!
-Oh… Sí podrás. Sé que lo lograrás, por tu hermano lo lograrás. Ahora te quedarás aquí y esperarás a Battousai. Te recuerdo que estaré pendiente de todos tus movimientos.
Enishi se fue a otro lugar junto con mi hermano y los otros dos sujetos, mientras tanto, yo me quedé allí, quieta, sin saber qué hacer, rogando que Kenshin no pasara nunca por ese lugar. Pero mis súplicas no fueron escuchadas.
No sé cuantos minutos esperé en ese lugar, lo cierto es que el sol del atardecer se reflejaba en tonos anaranjados y rojizos en el agua del lago. Sin darme cuenta, comencé a contemplar aquellos colores, me parecían tan tristes y solitarios. Tan concentrada estaba en ello, que me sobresalté un poco al escuchar su dulce voz.
-¿Kaoru? – me dijo, estaba justo detrás de mí. En ese momento, sentí una ola fría invadiendo mi se. Respiré lo más profundo y discreto que me fue posible y comencé con la actuación.
-Kenshin – pronuncié con expresión seria mientras me daba vuelta. Tal vez no debí hacerlo, por que cuando lo hice, me di cuenta de que no lo soportaría. Ahí estaba él, con su cálida y tierna mirada violácea, con su inocente sonrisa y… con un enorme y hermoso ramo de flores en la mano derecha. ¡Como desee esfumarme en ese momento! Incluso pensé en huir, pero caí rápidamente en la cuenta de que Aoshi podría pagar por cualquier imprudencia o equivocación mía.
-¿Qué haces aquí linda? – me dijo mientras se acercaba, acortando la distancia entre nosotros.
-Te estaba esperando – dije lo más fríamente que pude.
-¿Y a qué se debe Koishii? Aún es temprano para la cena ¿no? – respondió tratando de parecer tranquilo.
-No es nada relacionado con eso – le respondí yo.
-¿Oro?
-Kenshin, no estoy para juegos. Tengo que decirte algo.
-Entonces dime koishii.
-Deja de llamarme así.
-¿Qué?
-Escucha Kenshin, me estoy cansando de esto – dije tratando de evitar contacto con sus ojos.
-Sí, claro. Yo también – me respondió en tono de broma y luego dio una muy pequeña y suave risita. Se acercó aún más, lo suficiente como para posar suavemente sus seductores labios sobre los míos. ¡Como desee corresponder su hermoso beso con uno más profundo y apasionado! Pero en vez de eso, me mostré impasible, ni siquiera moví los labios, me convertí en un cubo de hielo. Esto hizo que Kenshin comenzara a preocuparse. Y para alivianar un poco la tensión, hizo un movimiento con su brazo.
-Toma, son para ti – me dijo mientras me daba el ramo de flores que tenía en la mano. Yo le hice un ademán para que las alejara, el aceptar aquel precioso ramo habría flaqueado mi ya patética y débil voluntad.
Notando que algo andaba mal, Kenshin intentó iniciar una plática.
-¿Qué pasa linda? – me preguntó pacientemente.
-No… No eres tú… Soy yo… Estoy… Estoy acabada – balbucee sin saber que hacer ni decir.
-¿Qué estás diciendo? – volvió a preguntarme apartando unos mechones de cabello que cubrían mis ojos. Nerviosa, aparté bruscamente su mano de mi rostro y le di la espalda.
-Cre… Creí que estaba enamorada de ti… Pero… Era mentira. Yo, quería que funcionara, pero lo cierto es que no siento nada – le dije tratando de parecer mezquina y malvada.
-No lo entiendo Kaoru ¿Po… Porqué haces esto? – me preguntó confundido.
-Solo… Solo era un juego Kenshin. Quería saber si eras capaz de enamorarte. Quería saber si eras capaz de ponerte romántico ante una mujer menor que tú, solo eso. Fue un juego Kenshin. Me sentí físicamente atraída hacia ti, no voy a negarlo, así que creí divertido asumir el reto de seducirte o enamorarte. Pero al fin y al cabo, fue solo un juego – agregué cínica y burlonamente.
-No… No puedes estar hablando en serio – susurró renuente a creer alguna de mis palabras.
En ese momento me di vuelta y dije -¡Tú no sabes nada! ¡Ni siquiera me conoces! No soy quien tú crees. La verdad es… La verdad es que amo a otro, sí, aquel amigo de la infancia de quien te hablé, he llevado un romance con él desde hace casi cuatro años y ahora que ha regresado no lo pienso perder, en cierta forma, te utilicé para llamar su atención y para que volviera a fijarse en mí. Así es Kenshin, amo a otro y ni siquiera te comparas con él – agregué casi al borde de la locura. Mi voluntad cada vez se extinguía más y mi alma moría con cada palabra que pronunciaba.
-No… No te creo – me respondió. Algo en su mirada me imploraba que le dijera que nada de eso era cierto.
-No sé como decírtelo más claramente. ¡No significas nada para mí! Eres solo… solo una conquista – repliqué con la voz entrecortada y sintiendo como las lágrimas se concentraban en mis ojos tratando de fluir a toda costa.
-No puedo creerte. So… solo mírate, estás temblando. ¿Para esto me llamaste? – me dijo con desesperación. Ni siquiera yo había notado que mi cuerpo comenzaba a temblar levemente, en ese momento sentí que las rodillas se me doblaban y supe que debía terminar cuanto antes con esa actuación o de lo contrario terminaría por caer llorando y mi hermano podría…
-Es la verdad Kenshin. Ahora conoces mi verdadera personalidad. Todo lo hice para llamar tu atención. Y ¿sabes qué? No me importa en lo más mínimo lo que pienses de mí. Sí crees que soy una cualquiera, adelante, no me interesa.
-No... ¡Nada de lo que dices es cierto! Tú has hecho muchas cosas por mí. Me diste un hogar, Gine Hudo casi te mata por mi culpa, siempre te preocupabas por mí… Lo que pasó la noche del 14 de mayo no pudo haber sido una actuación.
-Sí lo fue.
-¡NO! Kaoru, tú me seguiste a Kyoto, me buscaste fervientemente y luego nos prometimos que regresaríamos juntos. Recuérdalo.
-Ya te lo dije, solo era un juego. Tal vez llegó un momento en que se convirtió en obsesión, pero eso es todo.
-Eso no puede ser cierto. ¿Qué hay de la vez en que me enfrenté por primera vez a Shougo Amakusa y quedé ciego? ¡Recuerda cómo me cuidabas! Velaste mi sueño aquella noche. Siempre has estado conmigo Kaoru, para ayudarme.
-Te repito que todo fue mentira.
-¡NO! ¡NO! Si todo es mentira entonces ¿por qué te entrenaste tan duramente para pelear contra Shura? Lo hiciste por mí Kaoru, eso lo sé… Peleaste para que regresara a tu lado.
-Te equivocas Kenshin. Esa mujer me humilló, de ninguna manera permitiría que se burlara de mí, por eso decidí enfrentarmele y aplastarla como el insecto que es. No iba a permitir que me arrebatara mi premio.
-¿Premio?
-Sí, premio. Eso eras Kenshin, un simple premio para la ganadora de la pelea. Escucha, me he acostumbrado a obtener siempre lo que quiero, y tú no has sido la excepción.
-Estás mintiendo Kaoru… Tú no eres así – susurró.
-Escucha Kenshin, voy a sacarte de dudas ahora mismo. ¿Sabes que he hecho todas las mañanas y tardes que has estado fuera del dojo haciendo quien sabe qué?… Me la he pasado con Shiroge, he ido a su casa y otras veces nos encontramos en un lugar oculto cerca del río – no sé de dónde pude inventar tanta tontería, lo cierto es que noté que esas últimas palabras estaban provocando un extraño efecto en Kenshin – Sí Kenshin – añadí – Te he estado engañando, y tu mismo me has dado la oportunidad para hacerlo, Shiroge es todo un hombre… ¿En verdad creíste que me enamoraría de ti? No tienes nada que ofrecerme, no me sirves de nada ahora, puesto que me iré a vivir con Shiroge como su mujer que soy.
-Para Kaoru – me dijo en tono serio.
-¿Qué? ¿No quieres que siga?
-Ya escuché suficiente.
-Pues si ya estás convencido, no hay nada más que decir. Buena suerte Kenshin, yo me iré esta misma noche con Shiroge y la pasaremos muy bien juntos.
-¡Dije que es suficiente! – me alzó la voz y realmente me sobresalté al escuchar la dureza de sus palabras.
-Valla… En verdad eres patético. En fin… – en ese momento me di vuelta y trate de comenzar a caminar a pesar de la terrible debilidad que sentía en las piernas, pero el fuerte agarre de la mano de Kenshin sobre mi brazo me hizo detenerme en seco. Después de tomarme por sorpresa de esa manera, Kenshin me volteó bruscamente de modo que pudiera ver mi rostro. Entonces me di cuenta de que estaba muy enojado, había perdido el control y su mirada lo decía todo, aquel hermoso color violeta que inunda sus ojos normalmente, ahora se combinaba con un brillo de ira en un tono que identifiqué como dorado claro… -¡Suéltame! – repliqué. Pensé que seguiría tomándome incluso con más brusquedad, pero no fue así, cuando logró que mis ojos se encontraran con los suyos me dijo – No desvíes la mirada… Sin quitar tus ojos de los míos dime que todo fue mentira. Dime que soy un completo perdedor por haber creído en ti. Dime que no soy el hombre adecuado para ti. Dime que ya no te soy de utilidad. Dime que soy un simple objeto del que ya te cansaste de jugar. ¡DIME QUE NO ME AMAS! Y entonces, solo entonces te dejaré ir.
Lo que me pedía era demasiado, mi corazón ya no soportaba, sentía que mi cuerpo se desintegraría… ¿Cómo decirle todo aquello sin apartar mi mirada? No sé de dónde saqué la fuerza ni de dónde obtuve el valor. Fue como si en ese instante otra persona se pusiera en mi lugar y comenzara hablar. Pero al fin y al cabo, era yo quien decía cada palabra mirándolo fijamente con un aire de desprecio que no sé cómo pude mantener – Todo lo que pasamos fue mentira, una diversión, un juego. Sí, eres un completo tonto y perdedor por haber creído en mí. Jamás podrías ser el hombre adecuado para mí. Ya no me sirves en lo absoluto. Eres un simple juguete viejo del que ya me aburrí de jugar. Y por supuesto ¡NUNCA, JAMÁS TE HE AMADO… NO TE AMO! – cuando terminé, dudaba de haber sido yo quien ocupara mi cuerpo por esos instantes, ya que logré mantener el contacto con los ojos de Kenshin todo el tiempo en el que decía tales estupideces.
Kenshin pareció convencido de mis estúpidas palabras y me soltó. Luego me dio la espalda. Logré escuchar el sonido de su voz entre cortada.
-Fui un verdadero tonto al enamorarme perdidamente de ti… Llegué a pensar que podía ser feliz, que tenía derecho al amor y a la felicidad. ¿Cómo pude creer que podía ser amado por alguien? Debo decir que eres una actriz maravillosa y que lo que me has hecho esta noche, no se lo deseo a nadie. Has logrado lo que ninguno de mis enemigos pudo lograr, me acabas de asesinar… Has matado mi alma, pronto le seguirá el cuerpo… Siento haberte causado tantas molestias, ya no será así… No sé que es lo que sucederá con tu dojo, pero supongo que ya lo habrás pensado. Ahora que me has dicho la verdad, no hay nada que me ate aquí ni a ninguna otra parte… Ya solo me queda esperar la muerte. Pero a diferencia tuya, yo si te amo. Te amo con todas mis fuerzas, aunque fue solo una actuación de lo que me enamoré.
-Ke… Kenshin.
-Ahora vete.
-Kenshin yo…
-¡Dije vete!
-Yo…
-¡QUE TE VALLAS! ¡DEJA DE HUMILLARME Y VETE! ¡VETE! ¡VETE! –me gritó, pero por el tono de su voz supe que estaba a punto de llorar.
Con el corazón destrozado, me di media vuelta y poco a poco me retiré de ese lugar…
En cuanto emprendí el regreso a la casa de Enishi, las lágrimas comenzaron a fluir interminablemente, incluso ahora no he parado de llorar. Mientras me alejaba, pude escuchar ahogados gemidos de dolor, sollozos. No pude evitar escucharlos, por más que lo deseaba, podía oír el llanto de Kenshin… ¡Su llanto! Se me partió el alma, en ese momento me di cuenta de que era una… una maldita, sí, una maldita… Kenshin estaba sufriendo de esa manera por mi culpa, fui yo quien lo herí. Era tanto el odio contra mi misma, que apreté mis puños con fuerza, al grado que mis uñas traspasaron la piel y comencé a sangrar, pero no me importó… Poco después, Enishi me dio alcance.
-Lo hiciste muy bien, Kaoru. ¿Ves? Te dije que lo lograrías – me dijo.
Furiosa, me di vuelta y le di una tremenda bofetada. Su rostro quedó manchado con la sangre de mis manos. Me miró con estupefacción.
-¡MIRA EN LO QUE ME HAS CONVERTIDO! ¡SOY UN MOUNSTRO DESPRECIABLE Y MISERABLE! – le grité. Luego, seguí caminando sin parar hasta que llegamos a su casa.
Cuando llegamos, le exigí que me dejara estar con Aoshi, pero se negó. Casi me le hecho encima para golpearlo de no ser por que él fue más rápido y me tomó fuertemente.
-Estás muy alterada ahora y serías capaz de cometer una tontería. Por ahora no podrás ver a tu hermano.
-¡QUIERO ESTAR CON ÉL! – le grité.
-Y así será, en cuanto ese miserable desaparezca.
No supe que responder. Después de eso, me cargó sin que pudiera darme cuenta y me trajo a esta habitación, antes de que intentara salir, Enishi cerró la puerta con un rápido movimiento y le echó llave.
Ni siquiera lo pensé, me recosté boca bajo en la cama para seguir llorando… Y seguiré llorando por que no tengo la fuerza para detenerme, por que no puedo soportar la idea de haber dañado a la persona que más amo en este mundo, por que sé que no soy digna del amor de Kenshin, por que la idea de estar sin él me consume…
Kenshin... Mi corazón, lo tienes desecho entre tus manos…
**********************
Ya que para despedirme,
dulce idolatrado dueño,
ni me da licencia el llanto
ni me da lugar el tiempo,
háblente los tristes rasgos,
entre lastimosos ecos,
de mi triste pluma, nunca
con más justa causa negros.
Y aun ésta te hablará torpe
con las lágrimas que vierto,
porque va borrando el agua
lo que va dictando el fuego.
Hablar me impiden mis ojos;
y es que se anticipan ellos,
viendo lo que he de decirte,
a decírtelo primero.
Oye la elocuencia muda
que hay en mi dolor, sirviendo
los suspiros, de palabras,
las lágrimas, de conceptos.
Mira la fiera borrasca
que pasa en el mar del pecho,
donde zozobran, turbados,
mis confusos pensamientos.
Mira cómo ya el vivir
me sirve de afán grosero;
que se avergüenza la vida
de durarme tanto tiempo.
Mira la muerte, que esquiva
huye porque la deseo;
que aun la muerte, si es buscada,
se quiere subir de precio.
Mira cómo el cuerpo amante,
rendido a tanto tormento,
siendo en lo demás cadáver,
sólo en el sentir es cuerpo.
Mira cómo el alma misma
aun teme, en su ser exento,
que quiera el dolor violar
la inmunidad de lo eterno.
En lágrimas y suspiros
alma y corazón a un tiempo,
aquél se convierte en agua,
y ésta se resuelve en viento.
Ya no me sirve de vida
esta vida que poseo,
sino de condición sola
necesaria al sentimiento.
*************************
:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:
+:+:+:+:+ Kenshin +:+:+:+:+:+
No puedo creer que esté llorando. Recuerdo que cuando era un niño y entrenaba con el maestro Hiko, un día me dolía tanto el cuerpo debido al entrenamiento, que no era capaz de hacer los movimientos que el maestro me exigía. En un esfuerzo desesperado por lograrlo, supongo que lastimé uno de mis músculos y comencé a llorar de dolor. El maestro se me acercó y me dijo que un hombre no podía llorar.
Pero un hombre puede llorar… Claro que el dolor que sentí cuando me lastimé de niño, no se compara ni siquiera un poco con el dolor que siento ahora. No es un dolor físico, pero lo siento con mucha más intensidad, no puedo definirlo. Lo cierto es que estoy llorando como un bebé y por más que intento no puedo parar.
No puedo sacar de mi mente la mirada fría de Kaoru, sus palabras… todo lo que pasó.
Al principio creí que quería jugarme una broma, pero sus palabras fueron tan convincentes.
Ahora entiendo lo que hacía con ese hombre en el dojo y porqué se ponía tan nerviosa cuando trataba de preguntarle sobre él… Fueron ellos a quienes vi en el río hace unos días… Ella le besaba la frente… ¡Maldición! ¡Ella lo besaba! Con los mismos labios con los que me ha besado a mí.
Puedo escuchar mi propio llanto, por que es un llanto que sale de mi alma.
¿Por qué lo hiciste Kaoru?
¿Tanto me odias?
Nunca imaginé que fueras capaz de causar tanto dolor… Nunca creí que serías capaz de lastimarme.
Estoy acabado, hecho trizas… La pena es demasiado grande, ni siquiera sé qué pensar…
Pero entonces todo lo que pasamos juntos fue mentira, nunca me viste como yo te veía a ti. Nunca me amaste como yo lo hice.
Hubiera preferido morir antes que oír todas esas horribles palabras… Hubiera preferido vivir eternamente en la mentira.
La felicidad duele más cuando se es arrebatada, ahora lo sé, por que cuando creí que me amabas, fui realmente feliz.
Pero claro, era imposible que alguien como yo pudiera alcanzar la felicidad… Ni siquiera debí intentarlo.
¿Qué haré con este anillo ahora? Creo que a Kaoru no le hubiera interesado saber que los días y tardes que estuve ausente, trabajé muy duro para juntar suficiente dinero y comprarle este anillo.
Planeaba dárselo hoy en la cena para hacer oficial nuestro compromiso. Le iba a pedir que fuera mi esposa… Pero ahora… Seguramente se hubiera reído de mi cuando le pidiera matrimonio.
Creo que este anillo se vería hermoso en su dedo…
Lo conservaré como recuerdo de una simple ilusión.
Deseo encontrar alguna esperanza, pero no puedo. Me vio a los ojos mientras decía que no me amaba, no apartó la vista ni un instante, si al menos hubiera titubeado un poco yo aún conservaría la esperanza de que ella mentía, pero ahora ni siquiera puedo usar la esperanza para reponerme.
No quiero vivir… No puedo vivir… Ya no tengo la fuerza para seguir, me la has arrebatado toda.
Pero también hay algo que no puedo dejar de hacer aunque muera. No puedo dejar de amarte con la misma intensidad… Eso nunca cambiará, aunque mi corazón esté destrozado, eso nunca cambiará…
Kaoru… Te lo suplico, ven y dime cualquiera de tus dulces mentiras, ven y dime que me amas aunque en verdad me desprecies, ven y dime que te quedarás conmigo aunque después te vallas
Te lo imploro… Dime como puedo dejar de amarte.
Estoy seguro de que pronto moriré, ni siquiera buscaré la muerte, ella vendrá por mí en poco tiempo… Lo sé por que no podría soportar la idea de vivir sabiendo que la persona que amo está con otro… Y que está burlándose de mí… Aunque eso ya no me importa, lo único que quiero es un segundo de paz, un segundo sin que tu imagen pase por mi mente, un segundo sin amarte…
Sé que es imposible dejar de amarte, por que a pesar de todo, no quiero hacerlo… Pero…
Seguiré llorando, no encuentro otro consuelo más que mi propio llanto… No tengo otro compañero más que mi propio dolor… Mi dolor… Cuando el dolor se extinga, tal vez habré muerto…
A pesar de que pronto amanecerá, tu aroma persiste amada mía…. O tal vez es solo la ilusión ferviente de que me acompañes en esta horrible soledad.
Es curioso, este lugar ha sido testigo de nuestras despedidas… Probablemente mi llanto se mezcle con el agua de este lago… Y mis lamentos se combinarán con el movimiento de las hojas del árbol que me cobija…
Hermosas luciérnagas, traigan la muerte a este vagabundo… Se los ruego.
Pero… Antes de morir, necesito verla una vez más… No importa que me humille de nuevo, solo quiero verla… Y también quiero ver el rostro del hombre que tiene su amor…. Quiero ver el rostro de ese hombre…
*********************
Mas, por qué gasto razones
en contar mi pena y dejo
de decir lo que es preciso,
por decir lo que estás viendo?
En fin, te vas, ay de mi!
Dudosamente lo pienso:
pues si es verdad, no estoy viv(o),
y si viv(o), no lo creo.
¿Posible es que ha de haber día
tan infausto, funesto,
en que sin ver yo las tuyas
esparza sus luces Febo?
¿Posible es que ha de llegar
el rigor a tan severo,
que no ha de darle tu vista
a mis pesares aliento?
¡Ay, mi bien, ay prenda mía,
dulce fin de mis deseos!
¿Por qué me llevas el alma,
dejándome el sentimiento?
Mira que es contradicción
que no cabe en un sujeto,
tanta muerte en una vida,
tanto dolor en un muerto.
Mas ya que es preciso, ¡ay triste!,
en mi infeliz suceso,
ni vivir con la esperanza,
ni morir con el tormento,
dame algún consuelo tú
en el dolor que padezco;
y quien en el suyo muere,
viva siquiera en tu pecho.
No te olvides que te adoro,
y sírvante de recuerdo
las finezas que me debes,
si no las prendas que tengo.
Acuérdate que mi amor,
haciendo gala de riesgo,
sólo por atropellarlo
se alegraba de tenerlo.
Y si mi amor no es bastante,
el tuyo mismo te acuerdo,
que no es poco empeño haber
empezado ya en empeño.
Acuérdate, señor(a) mí(a),
de tus nobles juramentos;
y lo que juró la boca
no lo desmientan tus hechos.
Y perdona si en temer
mi agravio, mi bien, te ofendo,
que no es dolor, el dolor
que se contiene atento.
Y adiós; que con el ahogo
que me embarga los alientos,
ni sé ya lo que te digo
ni lo que te escribo leo.
************************
+:+:+:+:+:+:+
Continuará….
Notas de la autora:
No sé si les gustó este capítulo puesto que el estilo de escritura ha variado un poco a ti, pasando de la tercera a la primera persona. Solo quiero mencionar que lo que estaba entre comillas era un poema de mi poetiza favorita Sor Juana Inés de la Cruz y lo dividí de modo que a cada personaje se le acopla una parte del poema.
Sobre el capítulo anterior supongo que están molestos conmigo por haber tardado tanto, pero la verdad es que no puedo pasármela pegada a la computadora todo el tiempo que quiera. Y pues la verdad estoy un poco decepcionada, probablemente el capítulo anterior fue muy malo ya que casi no recibí opiniones, lo que quiere decir que es tan pero tan malo que ni siquiera se molestaron en aventarme tomatazos. Supongo que me lo tengo bien merecido.
Pues espero recibir algunas respuestas con este capítulo.
Quiero dedicarlo especialmente a mi amiga Rae-chan de Brazil y a mi amiga Tanuki-chan de Monterrey ya que son las que me han apoyado en todo momento para seguir… Muchas gracias amigas, no sé como pagarles.
Gracias también a:
Vanny: Pues muchas gracias por perdonarme y por comprender. Sí, es algo dormilón el "cubito". Solo espero me perdones hacer sufrir a Kenshin. Muchas gracias por tu review.
Mer: Otro de mis principales apoyos. Muchas gracias por brindármelo. Es por personas como tú que aún sigo escribiendo.
Misao Mayfair: Estoy en verdad muy apenada por las tardanzas, pero la verdad es que cada vez mi tiempo es más reducido, solo puedo seguir disculpándome, en verdad lo siento.
Susy: Sí, tenía muy descuidado este fic, lo siento mucho. Ojalá y te agrade este capítulo. Muchas gracias por tu review.
Jocky-Misao: Sip, es medio malo Enishi, pero a mi no me cae mal. Muchas gracias por tu apoyo.
Sarah Kerrigan: Me da mucho gusto saber que aún cuento con tu apoyo, es muy importante para mí. Muchas gracias y ojalá te guste esto.
Kaory Kamiya: Muchas gracias por mandar tus comentarios vía e-mail, en verdad lo aprecio mucho.
Meg: Gracias también por tu apoyo y hacerme saber que cuento contigo.
Hasta pronto.
Hitokiri lady.
