Cuando el amor duele… La venganza
Hola de nuevo adorados lectores, muchísimas gracias por su recibimiento y aceptación, me complace mucho saber que aún se interesan por las humildes historias de esta loca. Es por eso que coloco ahora este capítulo. Antes de que sigan, debo advertirles que las escenas que encontrarán a lo largo de este capítulo se conforman por descripciones un tanto fuertes, por lo que les suplico que lean con la mayor serenidad posible. No se preocupen, no es tan grave, pero si es necesario que estén preparados.
Muy bien, después de las observaciones anteriores podemos dar paso al capítulo. Espero que lo disfruten nn
Capítulo 9: Falsa seducción
:-:-:-:Kaoru:-:-:-:
Es preciso que vea a Kenshin, después de lo que acaba de suceder entre Enishi y yo, es posible que su ira se haya incrementado, estaba fuera de sí cuando salio de la habitación, mis intentos por escapar fueron en vano. ¡Qué estúpida fui! Solo logré complicarlo todo. ¿Qué voy a hacer ahora?
Estoy segura de que Kenshin tratará de idear un plan para sacarme de aquí, pero es necesario que sepa del cautiverio de Aoshi, de lo contrario su vida corre peligro. Yo podría escapar en cualquier momento por mis propios medios, pero sin mi hermano a salvo no puedo permitirme ir a ningún lugar, si lo hiciera, Aoshi se quedaría a merced de Enishi y jamás podría perdonarme que le sucediera algo malo por mi causa. Si tan solo supiera donde está, ya busqué por toda la casa sin éxito alguno. Es necesario que Kenshin y yo sincronicemos, de otro modo no saldremos bien librados y la vida de Aoshi peligra. Pero después de lo que acaba de pasarme con Enishi, he podido darme cuenta de que es muy fuerte y esa obsesiva venganza suya lo hace aún más aterrador, realmente no me va a gustar el momento en que ambos deban enfrentarse cara a cara. No dudo de Kenshin, se que conseguiría la victoria, pero las heridas de tantas batallas a lo largo de todo este tiempo tarde o temprano mermarán su salud y una pelea con Enishi será demasiado agotadora no solo física sino también sentimentalmente. Es por eso que hice lo que hice, como me arrepiento de haber tratado de seducir a Enishi, creí que si lograba persuadirlo de dejarme ver a mi hermano, escaparía con él y así esto constituiría una presión menos para Kenshin, pero que equivocada estaba…
Estaba deambulando por toda la mansión, Enishi había accedido a dejarme andar por toda la casa con la condición de que no tratara de escapar, cosa que yo no tenía planeado hacer sin mi hermano conmigo y a salvo. Dirigí mi recorrido a un amplio estudio que se encontraba en la planta baja de la casa, sin titubeos decidí entrar e inspeccionar el lugar. Encontré a Enishi sentado al fondo sobre un enorme sofá, leía el diario de esa mañana y tenía una copa de vino tinto en la mano. Recapacité a cerca de mi situación y decidí que debía comenzar a llevar la fiesta en paz con Enishi, por lo menos así mi hermano se encontraría en menos riesgo, es por eso que traté de hablarle serenamente.
-¿No te parece que es muy temprano para beber? – le pregunté, para romper el hielo.
-Todas las mañanas tomo una copa de vino mientras planeo lo que tengo que hacer a lo largo del día, es de los pocos momentos que tengo para mí – respondió Enishi con desinterés.
-Claro, pensar en tu ridícula venganza debe quitarte demasiado tiempo – dije sin pensar.
-No empecemos con discusiones absurdas. Tratemos de bajar la guardia, estoy cansado de esto – me dijo sinceramente con una mirada de tristeza.
-¿Te sientes mal? – le pregunté.
-No tengo nada – dijo bruscamente.
-La cara que tienes no parece decir lo mismo. ¿Qué te entristece?
-Recordaba viejos días. Aquellos en los que mi hermana y yo éramos simplemente… Felices.
-Comprendo tu dolor Enishi. Yo también he perdido a seres muy amados y sé lo mucho que se sufre.
-Si entiendes mi dolor como dices, no encuentro razón para que desapruebes mi venganza con tal renuencia. ¿Por qué lo haces?
-Por que a pesar de lo que ambos hemos sufrido aún estamos aquí, con vida. Una vida que los seres amados no habrían querido que gastáramos odiando a los demás, llenando absurdamente nuestra alma con rencores. Eso no resucitará a los que perdimos, lo sabes.
-¿Eso es todo?
-Te aprecio, te quiero y por eso odio que desperdicies tu vida de esta manera.
-¿Acaso estás diciéndome que Battousai no es digno de mi venganza?
-No estoy hablando de Kenshin. Enishi, date cuenta de que no has encontrado el sentido de tu vida, hasta ahora has vivido en torno al recuerdo y dolor tu hermana muerta. ¿Qué vas a hacer después de empapar tus manos con la sangre de Kenshin? ¿Cuál será tu propósito en la vida una vez vengada la muerte de tu hermana?
Enishi se quedó en silencio unos momentos mientras yo lo miraba tratando de descifrar sus pensamientos. Al cabo de un rato, me contestó.
-He decidido que serás tú.
-¿Qué?- pregunté desconcertada.
-Cuando Battousai Himura muera ante mi, el alma de Tomoe descansará en paz y después podré dedicarme a ti, nada interferirá entre nosotros. Sabes bien que estoy enamorado de ti desde hace años y que a pesar de tus dolorosos rechazos ese sentimiento no ha cambiado. No importa lo que pienses ahora de mí, yo sé que me amarás porque después de sacar a Battousai de nuestras vidas, dedicaré mi empeño y energía a hacerte feliz.
Las palabras de Enishi eran tan tiernas que aún después del desagradable incidente ocurrido entre nosotros me cuesta trabajo creer que alguien capaz de albergar tan buenos sentimientos pueda ser al mismo tiempo un aterrador maquinista de venganza.
-Aunque denota gran dulzura lo que acabas de decir, debes pensar en ti. Hablas de hacerme feliz, pero no veo en qué momento piensas buscar tú el modo de serlo contigo mismo. ¿Cuándo piensas tú ser feliz?- le pregunté.
Supongo que Enishi no encontró la forma de responder a mi pregunta, por lo que trató de cambiar el tema de la conversación.
-Me extraña que de pronto comiences a interesarte en mi felicidad, hace poco no querías saber nada de mí.
-A pesar de todo, te quiero y me preocupas, ya te lo dije. Además, me has dado un buen trato, es solo que hasta ahora comienzo a darme cuenta- dije del modo más convincente que me fue posible. –Pero ya que hace un momento hablaste de tu hermana, sé que comprenderás que deseo ver a mi hermano, esperaba que tuvieras la amabilidad de llevarme con él ahora que me he calmado.
-Está con vida, es lo que cuenta. Podrás verlo dentro de poco, es cuestión de días para que acabe con Battousai, después de ello o incluso antes dejaré a Shinomori en libertad, contra él no tengo nada, mucho menos sabiendo que es tu hermano. No le pasará nada si tú te mantienes en calma, confía en mí.
-Está bien – respondí muy a pesar de mi voluntad –Tengo tu palabra y con eso me basta, pero entiende que es mi hermano y que lo quiero así como tú quieres a tu hermana.
-Comprendo, no esperarás mucho tiempo, lo prometo.
-Gracias – dije secamente. Pero al parecer mi forzada amabilidad había rendido unos cuantos frutos, ya que Enishi se veía más relajado e incluso me propuso algo interesante muy conveniente para el plan que yo maquinaba en mi mente.
-Es hora de que me valla, tengo asuntos que arreglar en la ciudad. Te quedas en tu casa. Disfruté mucho esta conversación, así que tengo una propuesta para ti.
-¿De qué se trata? – pregunté con verdadero interés.
-¿Te gustaría cenar tranquilamente conmigo esta noche aquí en la casa? – Me propuso con cierto rubor en su rostro y luego agregó – El comedor es demasiado grande para mí solo.
-Será un placer – le respondí amablemente y en ese momento comencé a planear mi estrategia, la situación que se me presentaba no debía desperdiciarse.
-¡Bien! – dijo gustoso. –Mandaré traer el mejor kimono de la línea para que lo luzcas esta noche, claro, si estás de acuerdo.
-Me parece perfecto, gracias.
-Hasta la noche entonces Kaoru.
-Hasta la noche.
Al medio día, uno de los sirvientes trajo un precioso kimono rojo con hermosos bordados de dragón. Durante la tarde, me dediqué a planear la estrategia que me ayudaría a encontrar a mi hermano. Primero cenaría y conversaría lo más amenamente posible de lo que Enishi quisiera, incluso le serviría unas copas para relajarlo y después trataría de convencerlo de que me llevara con Aoshi. Si eso no daba resultado, entonces trataría de seducirlo y ganarme su confianza para llegar a mi objetivo. Estoy conciente de no dominar tan complejo arte, no soy una geisha ni nada por el estilo, pero con tal de salir de aquí con mi hermano a salvo estaba dispuesta a aparentar ser la más apasionada y enamorada de las mujeres, me arriesgaría hasta el punto donde ya no me fuera posible continuar. Pero, si hubiera sabido que no sería capaz de controlar la situación, creo que no me habría arriesgado tanto y de una forma tan desagradable.
Después de repasar varias veces mi plan, decidí comenzar a arreglarme para la noche, por lo que le pedí a una de las doncellas que me asistiera. Tomé un baño a base de hierbas aromáticas que dejaron mi piel bastante suave, perfumé mi cabello con esencia de flor y posteriormente, cuando salí del baño seca y lista para vestirme, la doncella me ayudó a colocarme el kimono que tenía un escote demasiado atrevido y modernista para mi gusto, algo a lo que no estoy acostumbrada. Una vez colocado el kimono, colocamos un obi dorado en torno a la cintura. La muchacha que me ayudó recogió mi cabello en una perfecta coleta alta y dejó caer un par de mechones sobre mi frente. Maquilló mi rostro con un poco de polvo de arroz, solo lo suficiente para dar luz a mi cara, según me dijo; al final aplicó un ligero toque de carmesí en mi labio inferior. Cuando miré mi imagen reflejada en el espejo no pude evitar sentir melancolía, me hubiera gustado estar así para Kenshin en vez de Enishi, pero no era momento de deprimirse, había llegado la hora decisiva en mi plan de escape y no estaba dispuesta a flaquear.
Baje al comedor y ahí estaba él, esperándome. Vestía sus ropajes chinos, esta vez eran de colores oscuros y sumamente elegantes, debo admitir que aquello proveía a Enishi de una atrayente sensualidad.
:-:-:-:Enishi-:-:-:-:
Esperé con emoción en el comedor a que ella bajara. Al verla, quedé cautivado por completo, lucía tan hermosa y exquisita envuelta en ese kimono, pero también elegante y sofisticada con su peinado y el tenue maquillaje en su rostro. La miré asombrado, Kaoru es una mujer de finas facciones, pero jamás creí que arreglada como estaba pudiera verse tan peligrosamente femenina y sensual.
-Buenas noches – pronunció suavemente.
-Bu… buenas noches- balbucee.
-¿Has tenido un buen día? – me preguntó. Como si fuera una abnegada esposa tradicional educada especialmente para servir al típico marido que regresa exhausto del trabajo. Esa forma suya de hablar tuvo un efecto relajante y tranquilizador en mí.
-Sí. Gracias por preguntar. ¿Cómo estás tú?
-Muy bien, gracias – me dijo. De repente yo no tuve idea de qué hacer o decir, abrumado por tanta belleza y amabilidad. Supongo que Kaoru se dio cuenta de mi torpe silencio y decidió tomar la iniciativa de la situación.
-¿Está bien si pasamos a la mesa? – me preguntó.
-Por supuesto, después de ti – de repente sentí el deseo de ser caballeroso, algo inusual en mí.
Nos acomodamos en la mesa y esperamos tranquilamente a que sirvieran los alimentos. Durante todo ese tiempo, no pude apartar los ojos de ella. A pesar de que se trataba de una cena al estilo europeo, su forma de comer y de hablar me atraía de tal modo que solo estaba concentrado en ella, me sorprendió la facilidad con la que manejó los cubiertos desde el primer momento, yo tardé bastante tiempo en dominarlos cuando tuve que comer por primera vez de esa forma.
-Con todo respeto, luces tremendamente hermosa esta noche – le dije sin pensar.
-Es muy atento de tu parte, tú también luces increíblemente bien. No sé si alguna vez te lo dije, pero eres muy apuesto.
-No exageres – respondí apenado. Su comentario me hizo ruborizar.
-Es verdad lo que te digo, de ningún modo exagero. Cuando estás tranquilo, luces completamente diferente.
-Me siento una persona diferente por el solo hecho de compartir la mesa contigo esta noche. Debo confesar que esperé muy ansioso este momento durante todo el día.
-Puedes estar seguro de que yo también lo esperé con ansia Enishi. – Me respondió serenamente. Si en ese momento hubiera sabido de sus verdaderas intenciones me habría alejado al instante, pero cometí el error de creerle y dejarme llevar.
La cena prosiguió sin mayores dificultades, ambos disfrutamos de la conversación. Recordamos aquellos días en los que compartimos el mismo techo, las travesuras y todo lo vivido en esa época. Charlamos tanto, que para cuando nos dimos cuenta, era bastante tarde y la servidumbre se había retirado a descansar. De pronto, traté de alcanzar una botella de vino que se encontraba cerca de Kaoru, para mi sorpresa, ella se adelantó ágilmente y vertió con delicadeza el licor en mi copa mientras rozaba deliberadamente mi rostro con su fino y perfumado brazo. Atontado, me limité a disfrutar del fresco aroma de aquella dulce fragancia.
-¿Estás cansada? – pregunté cuando terminó de servir.
-En lo absoluto. He disfrutado mucho de la velada, no me importaría seguir hablando contigo el resto de la noche.
-Yo me siento igual. Jamás había disfrutado tanto de la compañía de alguien como lo he hecho hoy.
Kaoru se limitó a mirarme tiernamente. Inquieto, apuré la copa de vino y después, no sé si por efecto del licor, tuve ganas de dar rienda suelta a todos mis deseos. De repente adquirí el valor suficiente para arriesgarme y tratar de conquistarla esa misma noche.
-¿Te molesta si vamos a un lugar más íntimo? – le pregunté envalentonado.
-Me encantaría, eso mismo iba a proponerte.
Llegamos a una de las tantas habitaciones que hay en la mansión, esta era pequeña y se alumbraba por la suave luz de unas pocas velas. Era un cuarto con ciertos toques occidentales, por lo que estaba provisto de algunos sofás. Nos sentamos mientras contemplábamos la silenciosa tranquilidad de la habitación.
-Gracias por la velada, ha sido un placer estar contigo- le dije sinceramente.
-El gusto ha sido mío.
-Estoy feliz por el cambio en tu actitud, me tranquiliza mucho saber que poco a poco estás reaccionando.
-Lo sé y te agradezco que me abrieras los ojos, es difícil apreciar la realidad cuando no se quiere, pero con tu ayuda lo estoy logrando – habló tan convincentemente que le creí.
-Me alegro mucho Kaoru.
-Sin embargo, necesito ver a Aoshi, es mi hermano y me preocupa.
-Lo sé, pero aún es muy pronto para que lo veas… – respondí para tratar de disuadirla y de pronto me interrumpió.
-No pienso regresar al dojo, quiero quedarme aquí – me dijo apresurada.
-¿Hablas en serio? – pregunté sorprendido y gustoso.
-Claro. Por eso te pido que me dejes ver a Aoshi. No pienso hacer nada que te moleste. Disgustarte es lo último que deseo.
-Pero Kaoru yo… - traté de controlarme, su forma de hablar y de mirarme estaban apartando lentamente todo pensamiento lógico de mi razón.
-Por favor Enishi, no hay peligro, puedes confiar en mí – respondió con una mirada demasiado atrayente como para resistirse.
-Necesito pensarlo – musité. Sin saber de qué forma, estaba comenzando a considerar seriamente la posibilidad de cumplir el deseo de Kaoru, a punto estuve de hacerlo.
-¿Qué más necesitas para confiar en mí? –preguntó mientras se acercaba seductoramente hacia mí. -¿Qué prueba quieres para que no te quede duda de que no voy a traicionarte? – agregó al tiempo que rozaba sus labios con los míos. Todo aquello me estremeció y comencé a perder el control de mi cuerpo y de mis emociones tan rápido que me asusté y al mismo tiempo me emocioné profundamente.
-No es… que desconfíe de ti – dije tratando de resistirme al embrujo de esos labios tan peligrosamente cerca de los míos.
-Pues no lo parece – respondió ella de manera suave mientras acariciaba delicadamente mi rostro con una mano y jugueteaba mi cabello con la otra.
Me fue imposible resistir más tiempo, en ese momento realmente le creí.
-Confío en ti Kaoru… - le dije firmemente. Tomé entonces su rostro y lo acerqué hacia el mío, la besé con intensidad, apagar mi sed era lo único en lo que pensaba. Después de cuatro años su cuerpo se había tornado estilizado y grácil como el de una bailarina, de cintura estrecha y caderas de mujer. Su nariz se curvaba en un arco casi inmoral, sus ojos azules eran más profundos y sus labios, tan carnosos que me incomodaron en numerosas ocasiones durante la cena. Todo eso solo provocó en mí el deseo de tenerla, de amarla. La besé con más fuerza, con toda mi pasión y aunque al principio pareció sorprendida, me correspondió después. Estaba tan convencido de su sinceridad que en ese momento no me importó nada que no fuera el solo pensamiento de poseerla y creí ciegamente que ella lo deseaba tanto como yo. Pero qué equivocado estaba…
:-:-:Kaoru:-:-:-:
Su beso era tan sensual y apasionado que al principio me tomó por sorpresa, esperaba que algo así ocurriera, pero no con tal intensidad. Sus labios resultaron tremendamente deliciosos, aunque estoy avergonzada, debo aceptar que no me costó trabajo corresponderle y de no ser porque en todo momento me recordaba a mi misma que el hombre con el que estaba no era Kenshin, habría dado rienda suelta sin pensar a esos deseos que en el cuerpo afloran cuando algo así sucede. Era necesario que le correspondiera, solo de ese modo ganaría su confianza.
:-:-:-:Enishi:-:-:-:
Nos separamos un momento, lo suficiente para tomar un poco de aire, casi de inmediato volví a unir mi boca con la de ella, esta vez con más pasión que antes, con fervor desmedido y con una locura intensa introduje mi lengua en su boca saboreando todo su interior. Luego pasé a su cuello, lo besé suavemente, rozando su delicada piel con mis labios la tomé por la cintura y me recosté sobre ella. Solo pensaba en demostrarle cuanto la amaba, solo pensaba en llevarla al placer y obtener el mío, todo pensamiento racional abandonó mi mente. Busqué de nuevo sus labios y la apreté hacia mí con ardor sin dejar de besarla.
:-:-:-:Kaoru:-:-:-:
Solo pensaba en mantener la calma. Dejé que recorriera mi cuello con su boca y acaricié el rebelde cabello de su cabeza. Trataba de parecer cómoda con lo que estaba sucediendo, aunque no fuera así de ninguna forma. La presión cada vez fue más intensa, estoy segura de que Enishi perdió completamente la cabeza en ese momento, por lo que debía tomar la iniciativa. Esta vez, fui yo quien buscó sus labios e introdujo la lengua en su boca, me detuve por un brevísimo instante y casi sin separarme pronuncié su nombre tan seductoramente como me fue posible.
:-:-:-:Enishi:-:-:-:
-Enishi…- dijo casi en un suspiro, lo que solo aumentó mi exaltación. Dejé de besarla y acerqué mis labios a su oído, yo ya estaba completamente fuera de control. –Pídeme… lo que quieras – le susurré con la voz entrecortada y deslicé mi mano por debajo del hermoso kimono que vestía.
:-:-:-:Kaoru:-:-:-:
-Aoshi – respondí. Traté de parecer segura, pero poco a poco el miedo hizo de mí su presa. De pronto supe que ya no podría seguir con la farsa, sentir a Enishi de esa forma me dejó saber sus verdaderas intenciones. Llegar hasta este punto con él era una cosa, pero mi primera vez de ninguna forma podría ser con Enishi, porque Kenshin es al único que amo como para entregarle mi cuerpo y mi alma de la única forma en la que se puede hacer cuando se ama.
-Está bien, lo verás. Pero primero, déjame mostrarte cuanto te amo, llevarte a donde nadie te ha llevado antes – susurró y luego volvió a besarme.
-Quiero verlo ahora – solicité cuidadosamente.
-Por favor Kaoru, no interrumpamos este momento, prometo que verás a tu hermano en la mañana. Por ahora solo nos queda disfrutar de nosotros mismos – me dijo con agitación. Entonces, se colocó sobre mí y miré con angustia que desataba lentamente la cinta de su pantalón. No lo resistí más, supe que había ido demasiado lejos, el miedo que sentía se convirtió en terror cuando sentí su mano tratando de abrirse paso por entre mis piernas.
Reaccioné por instinto tomándolo bruscamente de la camisa y con un poderoso impulso lo lancé hacia atrás.
Una vez libre de él, me situé casi al instante en el extremo opuesto de la habitación mientras lo miraba incorporarse de la aparatosa caída.
:-:-:-:Enishi:-:-:-:
En el momento en que Kaoru me alejó bruscamente de ella supe que todo había sido una farsa. Había en su rostro una repulsión tan grande que sorprendentemente la razón regresó a mí y con ello también la rabia por su burla. Me levanté lentamente, sentía su mirada temerosa en todo momento, podía oler su miedo y su rechazo, todo eso provocó que mi ira se desatara. Me sentí burlado, un completo estúpido por haberle creído. Kaoru utilizó la misma estrategia que uso con Battousai para engañarme. Me hizo creer que en verdad me amaba y me engañó actuando maravillosamente, tal como aquella noche. Mi enojo creció más y más, de pronto, sentí ganas de desquitarme, de hacerle pagar tal afrenta a mi persona y me di cuenta de que el deseo de poseerla no había desaparecido, al contrario, era tan intenso que estuve a punto de dañarla para siempre.
-¿Porqué hiciste eso? – le pregunté fríamente.
-Aoshi, quiero verlo ahora – exigió sin dejar de mirarme. Pero sus ojos no fueron capaces de advertir el momento en el que me coloqué justo delante de ella.
:-:-:-:Kaoru:-:-:-:-:
Reapareció frente a mí y me tomo por los hombros con rudeza. Su velocidad fue impresionante, no me dio la menor oportunidad de reaccionar.
-Te hice una pregunta, contéstala inmediatamente – dijo bruscamente.
-Primero quiero ver a mi hermano – respondí tratando de controlar el miedo que sentía al ver su mirada llena de rabia.
-No entiendo tal urgencia y terquedad. Acabo de prometerte que lo verás mañana. Hay algo muy extraño contigo, estás temblando– dijo sin soltarme mientras me examinaba minuciosamente con la mirada más fría que he visto en mi vida.
-No sé de qué hablas. Suéltame por favor… Me lastimas.
:-:-:-:Enishi:-:-:-:
-Está bien. Haremos de cuenta que este contratiempo no sucedió – dije al tiempo que la solté. Esta vez era mi turno de actuar.
-Gracias. ¿Puedo ir con Aoshi ahora? – preguntó sumisa la muy hipócrita.
-Sí – respondí secamente sin hacer absolutamente nada. Pero advertí claramente su desesperación cuando no vio más reacción en mí. –En cuanto terminemos lo que empezamos – concluí. Entonces me quité bruscamente la camisa, acorralé a Kaoru por completo de modo que la pared quedó a sus espaldas, ya no tenía salida, esta vez no me tomaría por sorpresa. La estreché entre mis brazos con fuerza y pasión, solo pensaba en desquitarme y poseerla.
-Enishi… por favor, detente – suplicó cuando sintió en sus muslos mi creciente y natural apetito de tenerla.
:-:-:-:-:Kaoru:-:-:-:
Era más de lo que podía soportar, todo se había salido de control, el miedo me inundó cuando sentí su virilidad tratando de abrirse paso por entre mis ropas.
-Enishi… por favor déjame ya – supliqué sinceramente sin éxito alguno.
-¿Acaso no te gusta?- me preguntó en un tono lleno de cinismo e ironía.
-¡Es suficiente! – le grité mientras trataba de alejarlo de mí, pero estaba acorralada por completo y su fuerza era tanta que bien podía fracturarme los hombros si lo deseaba. Enishi trataba de levantarme el kimono sin dejar de besarme mientras que yo hacía un esfuerzo sobrehumano por impedir sus intentos, me aterrorizaba la idea de no soportar por más tiempo, era tremendamente fuerte y yo comenzaba a quedarme sin fuerzas para resistir.
-Esto querías. ¿No?- me dijo con tono burlón y dominante al tiempo que apretujaba su cuerpo contra el mío. El terror me invadió y con el una fuerza inexplicable, aproveché una leve separación para propinarle un severo rodillazo en el abdomen, como no estaba preparado para recibir el impacto su cuerpo perdió fuerza por unos instantes, aproveché para soltarme de su poderoso agarre e intenté darle una patada en rostro para alejarlo de mí. Desafortunadamente se recuperó al momento y justo cuando mi patada se iba a impactar en su rostro la paró en seco con sus manos, me tomó de la pantorrilla al tiempo que me elevó ligeramente y luego de tres vueltas rápidas en el aire caí boca arriba atontada por el golpe y completamente a su merced. No me dio oportunidad de reaccionar, con su impresionante velocidad se colocó sobre mí, aprisionó fuertemente mis muñecas con sus manos y con su musculoso cuerpo sobre el mío toda oportunidad de movilidad desapareció para mí.
-¡Suéltame! – exigí bruscamente. A pesar de que sabía muy bien que no habría escapatoria para mi, aún ponía resistencia.
-¡Tú me llevaste a esto! ¡Afronta las consecuencias de lo que hiciste!- me gritó completamente enfurecido.
Yo traté de golpearlo nuevamente con la rodilla, pero era como si Enishi no sintiera dolor alguno. No sé si era por el miedo que me embargaba en ese momento, pero me dio la impresión de que su ya aterradoramente increíble fuerza crecía a cada segundo, a niveles incomprensibles.
-¡Te digo que me sueltes ya! – grité yo también enfurecida y desesperada.
-Voy a hacerte mía de una vez por todas – respondió. Entonces esta vez sí que trató de quitarse los pantalones, por ese leve instante tuvo que soltarme y así dejó mi mano izquierda libre para actuar. Le propiné un fuerte puñetazo en el rostro, pero hizo caso omiso de mi golpe, volví a golpearlo, pero no obtuve ningún efecto que no fuera solo incrementar su ira. Entonces la desesperanza se apoderó de mí junto con la frustración, la impotencia y la furia, comprendí que no había salida. Sabedora de lo que el futuro me depararía en esos momentos, decidí dejar de suplicar como una patética alimaña agonizante; si mi destino era terminar así, entonces lo enfrentaría con un poco de dignidad, pero no sin antes gritarle tan enfurecida como nunca he estado en mi vida.
-¡Adelante! ¡Bésame como una bestia hambrienta si eso apeteces, acaba conmigo como el feroz sanguinario que pretendes ser! ¡Tócame y ultrájame como quieras! ¡Pero que no te quede la menor duda de que cuando me tomes en tus brazos, cuando beses mi boca y cuando alcances tu gozo yo no estaré pensando en ti! ¡Debes saber que hagas lo que hagas nunca lograrás que mi amor, mis pensamientos y mucho menos mi corazón te pertenezca, por que el absoluto dueño de todo lo que conforma mi ser es y siempre será KENSHIN HIMURA! – y pronuncié el nombre del hombre que amo con toda mi pasión, con toda mi fuerza.
:-:-:-:-:Enishi:-:-:-:-:
Al principio no quise hacer caso a las cosas horribles que Kaoru me gritó tan enfurecida y desesperada, pero no pude ignorarlas. Era mucho el deseo de hacerle el amor en ese momento, de imponer mi hombría en respuesta a la burla que me había hecho pasar; pero al escuchar sus duras palabras comprendí que esta no era la forma en la que yo anhelaba tenerla. No soportaría que pensara en ese mal nacido mientras estuviera conmigo. De repente decidí parar antes de comenzar con aquel horrible ultraje y me detuve en seco. Ella me miró con miedo, rechazo y confusión al no comprender la causa de mi repentina pausa. Como odié su mirada, a pesar de todo lo ocurrido sus ojos aún mostraban un poco de compasión hacia mí. Solo logré frustrarme más.
-Mírame… ¡Mírame! – le grité mientras tomaba su rostro por la fuerza. – ¡Solo aparentabas como una maldita mentirosa, mira hasta dónde has caído, eres capaz de comportarte como una cualquiera con tal de estar ese maldito! ¿Crees que eres la única que sabe actuar? Supongo que te habrás dado cuenta de que yo también sé como hacerlo – le dije para que no pensara que me había arrepentido de dañarla en el último momento. – Faltó poco para que me convencieras y aunque realmente me hiere aceptarlo, lo único que buscabas era engatusarme para que yo cumpliera tus estúpidos deseos. Antes de que esto se saliera de control yo solo pensaba en complacerte, en hacerte feliz.
:-:-:-:Kaoru:-:-:-:
Enishi se incorporó de repente, no supe que pensar, tenía miedo de lo que pudiera hacerme pero para mi sorpresa, parecía que ya no tenía interés en satisfacer sus deseos conmigo. Tomó mi rostro por la fuerza y clavó su mirada en la mí, me dijo que estuvo a punto de acceder a mi petición, que casi logro convencerlo, pero desafortunadamente mi actuación no fue del todo perfecta a la hora del momento crucial. A pesar de lo que estuvo a punto de hacerme, sentí una especie de compasión cuando contemplé sus ojos llenos de lágrimas.
-Mientras imaginaba nuestras vidas juntos, tú solo esperabas la oportunidad de hallar a tu hermano y escapar con él para correr a los brazos de ese mal nacido de Battosai. ¿Cómo pudiste ser tan cruel?- musitó con la voz entrecortada.
-Eres tú quien me obligó, yo no quería llegar a esto, pero no me dejaste otra salida – respondí para defenderme.
-Eres tú quien no me deja otra salida. Ahora sé que su muerte ya no puede esperar más tiempo. Yo habría hecho todo por ti, pero tú… Me has avergonzado. Por un momento creí que lo habías olvidado, pero no es así. ¡Y es por eso que no lo dejaré con vida! – dijo amenazante.
-Nunca podrás vencerlo – le dije con orgullo.
-No estés tan segura, tú misma has sido testigo de mi habilidad y es un honor informarte que lo que viste hoy no es absolutamente nada comparado con lo que realmente puedo hacer, con los límites que soy capaz de alcanzar.
-No importa lo hábil o fuerte que seas, Kenshin pelea con el corazón y por eso la victoria es suya – dije con orgullo y determinación.
-Y yo peleo con el odio que alimenta mi venganza. Déjame decirte que cuando tienes acumulado tanto rencor en tu alma, eres invencible. Si me enfurezco, dejo de sentir dolor o cansancio, solo tengo fuerza para seguir peleando y eso es precisamente lo que haré, pelear hasta que su cuerpo se desmorone entre mis manos.
-Cometes un terrible error, tu hermana nunca deseó que esto pasara – una vez más traté de razonar con él, pero fue inútil.
-¡Calla! No intentes engañarme otra vez.
-¡Sabes que lo que digo es cierto!
-¡Dije que guardes silencio! No toleraré otra burla de tu parte.
-Enishi, era la única forma.
-Probablemente. Pero tu actuación no fue tan buena en esta ocasión. Ahora escúchame muy bien Kaoru porque no pienso repetirlo. Si vuelves a intentar otra estupidez, no me detendré y en ese momento te haré pagar. Y no me importa si me odias o quedas marcada por el resto de tu vida. Nadie se burla de mí y permanece tan tranquilo, ni siquiera tú. Battosai dejará muy pronto de existir y para cuando llegue ese momento correrás a mí y me implorarás que te perdone, si yo fuera tú comenzaría a disculparme. Ten por seguro que la muerte alcanzará muy pronto a ese que dices amar, eso no lo dudes.
-¡Tal vez puedas sacarlo de mi vida, pero nunca podrás alejarlo de mi mente ni de mi alma, por que todo mi ser le pertenece! – le respondí con un nudo en la garganta.
-Pronto suplicarás que te perdone Kaoru, talvez para ese entonces ya sea demasiado tarde – dijo mientras se acercaba a la puerta para salir de la habitación, no pude contenerme y volví a provocarlo, el me daba la espalda.
-¿Estás contento? ¿Hacer infeliz a la gente que te rodea es lo que más te gusta en esta maldita vida? – le pregunté en tono alto.
-Juro que serás mi mujer- fue lo único que me respondió de manera fría.
-Y yo, juro no serlo jamás – le respondí, de inmediato cerró la puerta violentamente.
Ya sola en mi habitación, prorrumpí en lágrimas de frustración, vergüenza y miedo por lo que pudo sucederme. Si Enishi hubiera hecho lo que parecía que haría, yo no podría volver a ver a Kenshin a los ojos, ni siquiera dejaría que me tocara. Pero aunque me asustó muchísimo y me avergonzó, al final no me lastimó ni ultrajó físicamente, aunque a pesar de ello, sé que la tremenda impresión va a durarme por largo tiempo. Pero no es momento de llorar, debo pensar en una forma para comunicarme con Kenshin, es necesario verlo otra vez. Solo espero soportar la horrible estadía en este lugar sin volverme loca.
:-:-:-:Enishi:-:-:-:-:
¿Qué demonios he hecho? ¿Cómo he podido caer en semejante debilidad? ¿Cómo pude asustarla de esa manera? Estaba furioso, lo sé, pero me dolió lastimarla. Me abruma mi capacidad de complicarme tanto la existencia. No ceso de decirme que no ocurrió en realidad, que no besé a Kaoru, pero recuerdo perfectamente su olor, la textura de su piel… Que mi hermana me perdone. ¡Cuánto deseaba deslizar las manos por el suave ante de su cuerpo, acariciar suavemente con la boca sus mejillas! Aún ahora tiemblo al pensar en ello. Si no me hubiera enojado con ella, habría hecho realidad mis irracionales fantasías.
No quiero que esto signifique nada, aún no. No hasta que Battosai quede fuera de nuestras vidas. Solo deseo experimentar el sabor, la piel bajo mis dedos, la calidez de su cuerpo pero… ¿Es eso posible? Kaoru nunca se lo contaría a nadie, ¿verdad? Tampoco esperará que le de una explicación, me disculpe o vuelva a mencionar el asunto, ¿verdad? A todas luces no podemos continuar así. Sé que este episodio me atormentará durante mucho tiempo. Hermana. ¿Por qué me has permitido ceder?
Hace un momento Kaoru me hizo una pregunta, me preguntó si hacer infeliz a la gente que me rodea es lo que más me gusta… No sé como responder a esto, lo único de lo que estoy seguro es que yo mismo disfruto hundirme en este círculo vicioso. Primero, me ofende su actitud y su cólera, y a renglón seguido me preocupa que no quiera volver a verme jamás.
Debo dejar de pensar en ello y concentrarme de nuevo en mi estrategia. Es hora de anunciar mi compromiso de matrimonio con Kaoru lo antes posible. Convocaré a un baile de máscaras para ello, asistirá lo "mejor" de la sociedad japonesa. Esa será la antesala de mi venganza.
Hermana, te ruego apartes de mi mente el recuerdo de su piel pura para que pueda concentrarme.
Fin del capítulo 9.
Notas de la autora: No odien a Enishi, en el fondo él es bueno, pero su personalidad es demasiado intensa y así lo quise plantear. No sé que opinen, pero espero haber podido otorgar más humanidad a los personajes, en este caso le tocó a Kaoru y Enishi, pero también a otros les va a llegar su turno, ya lo verán.
Les adelanto un poco el siguiente capítulo que ya está en proceso de creación. Tendremos la aparición de un personaje más en esta historia. Es alguien que todas las chicas conocemos y adoramos.
¿Quieren saber de quién se trata?
¿Sí?
Pues entonces no se pierdan el siguiente capítulo, por lo mientras traten de adivinar y háganmelo saber en uno de sus valiosísimos reviews.
Muchas gracias a todos por seguir con la lectura de esta historia.
Agradecimiento especial a:
Jocky Misao.
Karina dono 1.
Meg- ek.
Misao Seta Shinomori.
Ella-Shin
La urgida.
La ansiosa.
Yuna.
Mer.
Ceres.
Dark Natt.
Kaoru Hino.
Gaby hyatt
Chi2.
Madam Spooki. (Rae-chan!!)
Nelly cc
Kaily.
Chiisana Minako.
Tanuki-chan (Amiga)
Niké.
Carolina.
Rurouni Andrea.
Misao Mayfair.
Sarah Kerrigan.
Susy.
Vanny.
Miyuki Kobayakawa.
Arika.
Kaori.
Ai-chan4
Hikari.
Moonlight3
Sakura-chan. (HEY, TE ESCRIBIRÉ PRONTO… Perdón, por no contestarte, estoy muy apenada).
Inuyasha Dog Demon.
Kitiara.
MIA.
Kary.
Mayumi.
Ady.
Y a I.H, por si algún día lee esto.
MUCHAS GRACIAS A TODOS!!!
