Capítulo 4
Día 9: Martes por la mañana
Sesshomaru llamó a Rin a las nueve y media de la mañana.
-No llegaré a la oficina hasta más tarde. Solo llamo para decirte que no hagas planes para el miércoles por la noche...
¿Por qué?
-Porque es el día de la fiesta de cumpleaños de Kagome. Tú serás mi anfitriona -le informó Sesshomaru con tono humorístico-. Y no puedes elegir, Rin. Quiero que estés allí.
-Pero yo preferiría...
-Eres mi ayudante personal y esta es una petición razonable. Si quieres que mantengamos una relación profesional, empieza a tratarme como tu jefe.
Ante el serio recordatorio de quién era, Rin se puso colorada. Se sentía seriamente tentada de dejar caer la cabeza sobre la mesa y ponerse a llorar.
La noche anterior por fin se había enfrentado con los fantasmas del pasado y había descubierto algo aterrador. Estar cerca de Sesshomaru la destrozaba porque seguía enamorada de él. Y saber que él deseaba volver con ella era más de lo que podía soportar.
Una segunda oportunidad, le decía una vocecita loca, avergonzándola e irritándola. Porque¿qué podía ser más imposible que sus particulares circunstancias?
Sesshomaru Taisho no tenía la menor idea de que había tenido un hijo suyo. Se habían separado antes de que ella supiera que estaba embarazada. Y había algo peor, el embarazo había sido, en realidad, culpa suya. Rin estaba triste por la muerte de su madre y había olvidado dos veces tomar la píldora anticonceptiva.
Sesshomaru la había llevado a París creyendo que un romántico fin de semana en la ciudad del Sena podría secar sus lágrimas y alegrarle la vida. Y, aunque no disipó su tristeza, al menos había pasado la noche en sus brazos. Satoshi había sido concebido en París.
Durante la hora del almuerzo, Satoshi y ella habían ido corriendo de compras. Como siempre, era una lucha mover el carrito entre la gente, pero al niño le encantaba salir de paseo. De vuelta en el edificio de Sistemas Shikon, Rin se dirigió a la guardería.
Y cuando vio a Sesshomaru de pie frente a los ascensores, era demasiado tarde para hacer nada más que pasar a su lado, saludándolo absurdamente con la cabeza. Sesshomaru se quedó atónito al verla empujando un carrito de niño y Rin palideció. El tiempo pasaba tan despacio... los ascensores parecían no llegar nunca. Por fin, se abrieron las puertas de uno de ellos, pero Sesshomaru seguía mirándola. Vio por el rabillo del ojo que vacilaba antes de dar un paso hacia ella.
¿De dónde has sacado a ese niño?
El corazón de Rin amenazaba con saltar de su pecho y tenía un nudo en la garganta que le impedía respirar.
-De la guardería...
¿Qué guardería?
-Sistemas Shikon tiene una guardería...
¿En serio? -murmuró , frunciendo el ceño-. Pues no sé por qué nadie me lo ha dicho.
-Está al lado de la cafetería. Supongo que pensarían que no estabas interesado -susurró Rin, nerviosa.
¿Y de quién es el niño?
Toda su vida pareció pasar frente a los ojos de Rin en ese momento.
-Es... mío -consiguió decir.
Sesshomaru la estudió en silencio, perplejo. Y entonces sus ojos se oscurecieron.
¡Gracias por decírmelo! -exclamó, con una furia increíble.
Y, sin decir otra palabra, entró en el ascensor.
-
Día 9: Martes por la tarde
Cuando Rin llegó a la oficina, el teléfono estaba sonando.
Era Sesshomaru.
-Quiero verte en mi despacho ahora mismo.
Tensa de angustia, respiró profundamente.
Había llegado el momento de la verdad, pensó. Y si la furia de Sesshomaru unos minutos antes era una señal, podía temer lo que la esperaba. ¿Podría haber peor manera de descubrir que era padre?
Él estaba frente a la ventana de su despacho con un vaso de whisky en la mano y, al oírla entrar, se volvió, muy serio.
¿Por qué no me habías dicho que tenías un hijo?
-Sessho...
¿No crees que yo tenía derecho a saberlo?
-Era más una cuestión de...
-Dejaste que te besara, dejaste que pensara...
Apretó los labios con fuerza y después se tomó de un trago lo que quedaba de whisky.
-Muy bien, estás sorprendido...
¿Qué esperabas? Voy detrás de ti como un crío y tú me has dejado hacerlo, sabiendo lo que me estabas ocultando -exclamó él, indignado-. ¿Cómo podía yo saber que habías tenido un hijo desde la última vez que nos vimos? Ha pasado poco más de un año desde que estábamos juntos...
Rin se puso rígida, pero las piernas le temblaban.
-Ha sido una tontería, pero pensé que podría mantener a Satoshi en secreto.
¿Y tú tienes cara de acusarme a mí de infidelidad? Durante todo este tiempo¿sabes lo que creí? Creí que me habías dejado porque no podías permitirte ser feliz, ni siquiera conmigo, mientras estabas de luto por tu...
¿Qué quieres decir? -lo interrumpió ella.
Estaban dándole vueltas al asunto en lugar de centrarse en lo más importante que era, por supuesto, Satoshi.
¡Y simplemente me dejaste porque habías conocido a otro hombre! La historia más antigua del mundo, pero yo no me di cuenta.
¿Que conocí a otro hombre? -repitió , confusa.
-El padre de tu hijo. ¿Dónde está ahora? Ya que vives en el apartamento de tu hermano, supongo que el padre del niño ha desaparecido.
Cuando Rin entendió por fin que Sesshomaru creía que ella lo había engañado con otro hombre, la rabia y el desaliento la envolvieron por completo.
¿Tú crees que...?
¡Olvídalo! No quiero conocer los sórdidos detalles -la interrumpió él, sirviéndose otro vaso de whisky-. De hecho, ni siquiera sé por qué he dicho que quería hablar contigo. En realidad¿qué queda por decir?
¡Tú ya has dicho más que suficiente! -exclamó , dolida y furiosa.
Sesshomaru la miró, irónico.
-Te daba miedo decirme que tenías un hijo. Admítelo...
¡Me niego a seguir con esta conversación!
-Muy bien. Tienes permiso para marcharte.
Rin dio un paso hacia la puerta. Estaba temblando como una hoja.
-Thee mou... Ahora estás intentando que me sienta culpable. Pero tu silencio es imperdonable, . ¡Me has engañado!
¡Como tú me engañaste a mí una vez! -replicó ella-. ¿Por qué va a importarme cómo te sientes?
Después de eso, salió del despacho cerrando de un portazo.
-
Día 10: Miércoles
A las nueve de la mañana, Rin levantó la mirada de la pantalla de su ordenador cuando Sesshomaru entró en su despacho y apoyó la espalda en la puerta para cerrarla.
Había pasado toda la noche diciéndose a sí misma que odiaba a Sesshomaru Taisho. ¿Cómo podía haber imaginado que su hijo era de otro hombre? Aquella era la única posibilidad en la que Rin ni siquiera había pensado.
¿Y no era curioso que se hubiera encogido de hombros al saber que había visto a la tal Kagura medio desnuda en su apartamento¿Esa era su idea de salirse por la tangente¿Actuar como si la mujer esta nunca hubiera existido? Pues, desgraciadamente, ella tenía muy buena memoria.
Pero lo más desafortunado era que, por mucha amargura y furia que Sesshomaru provocara en ella, seguía dejándola sin aliento cada vez que lo veía.
Allí, de pie frente a ella, tremendamente masculino, con un caro traje de chaqueta, el agresivo mentón tenso y los ojos castaños semicerrados, Sesshomaru exudaba una ligera pero perceptible sensación de incomodidad que, inesperadamente, le tocaba el corazón.
-Si tienes algo que decir, dilo -suspiro Rin.
-Supongo que un hombre insensible y egoísta se habría lanzado sobre el niño diciendo¡Qué bien, es el niño más guapo que he visto en mi vida!
¿Miraste siquiera a Satoshi?
-No quería ni mirarlo... -contestó él. Después de decirlo, apretó los dientes y abrió las manos en señal de disculpa-. Perdona. No quería decir eso.
-Se te ha escapado¿no? Como tú eres un hombre tan sensible... -murmuró ella, volviéndose hacia el ordenador-. No te gustan mucho los niños¿verdad?
-Sin comentarios. Solo he venido para decirte que puedes tomarte la mañana libre. Tienes que comprarte un vestido para el miércoles por la noche -dijo él entonces tranquilamente, poniendo una tarjeta de crédito sobre la mesa mientras mencionaba como por casualidad el nombre de un conocido diseñador-. Tienes una cuenta de gastos, algo perfectamente legítimo...
¿Es una orden?
-Sí -confirmó sin dudarlo-. Las apariencias lo son todo en mi mundo. Y no quiero que nadie te trate como si fueras una simple empleada.
-Solo soy una empleada, Sesshomaru.
¿Durante cuánto tiempo?
lo miró, sorprendida.
¿Eso es una amenaza?
-Deberías conocerme mejor -replicó él, mirándola con exasperación-. Llámalo como quieras, Rin. Cuando te miro, me duele y tú sientes lo mismo...
Rin tembló, furiosa, pero no sabía con quién estaba más enfadada: con ella misma por la vergonzosa debilidad que sentía o con él por hacer tan arrogante comentario con toda tranquilidad.
¿La mujer esa también te hacía sentir así?
-Nunca...
-Qué pena -Rin apartó la mirada, rota por la sencilla palabra que, por fin, admitía la cruel traición de Sesshomaru Taisho-. No se puede dar marcha atrás al reloj. Nunca podría confiar en ti, Sesshomaru.
El hombre se quedó silencioso durante unos segundos. Su expresión era indescifrable.
-Espero que se te dé bien arrastrarte -murmuró por fin, mientras abría la puerta.
¿Arrastrarse? Ni por todo el oro del mundo, ni siquiera por un nuevo comienzo con el hombre del que seguía estando enamorada.
Pero era el momento de decirle la verdad sobre Satoshi, pensó Rin, angustiada.
Al final, Satoshi preguntaría quién era su padre y esperaría respuestas. ¿Cómo podía permitir que Sesshomaru siguiera creyendo que Satoshi era hijo de otro hombre¿Cómo había podido imaginar alguna vez que podría mantener aquello en secreto para siempre cuando no era solo su secreto...?
Continuara...
Notas: hata aqui el cuarto capi, de antemano agradesco la acogida que le han dado a la adaptacion y sobre todo a Mizuho por no molestarse conmigo por mi falta de originalidad con respecto a nombres.
Me han comentado que en estan quitando los fics al extenderse en la contestacion de reviews, asi que mejor prevenir que lamentar, pero aun asi:
Gracias a: seshhi23 , SBM - AnGiE, Missau, Ali chan, Usagi223, InuSesshogirl, Naoko L-K, Mizuho, Katruina, Tariga y Ady. Arigatou por sus lindos reviews.
Antes que se olvide ♥♥ FELIZ DIA DE SAN VALENTIN ♥♥ a Todos!
