Capítulo 7
Día 12: Viernes por la mañana.
-No quiero que te cases conmigo por obligación... ¿entiendes? -mientras Rin hablaba con Sesshomaru por teléfono, tenía que ahogar los sollozos-. ¡Y a esta hora del día no tengo ganas de hablar sobre el estigma con el que voy a cargar a tu hijo por ser una madre soltera!
-¿Por qué te pones así? -preguntó el, que estaba siendo muy razonable.
Rin colgó el auricular, enfadada.
Después de dejar a Satoshi con su vecina, que solía cuidar del niño en las raras ocasiones que salía sin él, Rin se dirigió a Sistemas Shikon. Tenía que limpiar su despacho. Esperaba que entrando en la oficina a la hora del almuerzo llamaría menos la atención.
Sesshomaru se había mostrado incrédulo cuando se negó a casarse con él. Insistía en las necesidades de Satoshi pero, tristemente, Rin no había escuchado ni una sola palabra que quisiera oír.
La incapacidad de Sesshomaru de perdonarla por el pasado y la negativa de ver la situación bajo su punto de vista inevitablemente arruinaría aquel matrimonio. No era suficiente que lo amase. Necesitaba mucho más.
Rin acababa de limpiar su escritorio cuando Sesshomaru apareció en su despacho y se quedó inmóvil en la puerta. Nerviosa como siempre que estaba a su lado, tuvo que hacer un esfuerzo para recuperar la tranquilidad.
Sesshomaru Taisho, alto, rubio, terriblemente sexy y testarudo como el acero esperaba una respuesta.
-Nunca has oído mi versión de la historia -dijo Rin.
-¿Qué quieres decir?
-Lo que fue para mí tener un romance, mi único romance, con alguien como tú -dijo ella entonces, mirando los ojos dorados del hombre-. Tú eres romántico y tierno, pero nunca me sentí segura contigo... eras demasiado frío para eso, demasiado listo, incluso demasiado honesto como para hacerme creer que entre nosotros podía haber un compromiso que no estabas dispuesto a llevar a cabo...
Sesshomaru frunció el ceño, tomado por sorpresa.
-Rin...
-Cuando vi a Kagura en tu apartamento, yo ya estaba convencida de que te habías aburrido de mí. No me dabas ninguna razón para creer que teníamos un futuro más allá de tu próxima llamada telefónica -siguió ella, temblorosa-. Y, sin embargo, sigues creyendo que debería haber ido corriendo a anunciarte que estaba embarazada...
-¿No crees que podría haber una gran diferencia entre lo que sentía y lo que demostraba sentir? -preguntó entonces Sesshomaru, con las manos en los bolsillos del pantalón, sin poder disimular su nerviosismo.
-No. Ni siquiera cuando me enviaste una tarjeta el día de los enamorados te molestaste en escribir esa palabra de cuatro letras que yo esperaba ver: amor. Eres un hombre frío y...
Mientras hablaba, la tristeza se adueñaba de su corazón.
-Pero yo quiero casarme contigo, Rin...
-No tienes que casarte conmigo por Satoshi -lo interrumpió ella. La emoción amenazaba con embargarla y tuvo que salir al pasillo.
-Rin... -la llamó Sesshomaru. Ella siguió caminando, con los ojos llenos de lágrimas-. Te quiero...
Rin parpadeó, sorprendida.
-Siempre te he querido -proclamó Sesshomaru con voz ronca.
Varias caras fascinadas aparecieron en el pasillo.
Rin se dio la vuelta, confusa. Al encontrarse con la mirada del hombre, una mirada llena de vulnerabilidad, al leer la tensión en sus rubias facciones, vio que lo decía de corazón y una ola de felicidad la embargó.
-Yo también te quiero...
-¿Este público es suficiente para ti? -sonrió él cuando los empleados empezaron a aplaudir, aunque parecían temer ser demasiado entusiastas.
Sesshomaru dio un paso hacia ella y la tomó en sus brazos.
-El hombre frío se ha ido de vacaciones, Rin...
Día 12: Viernes por la tarde
En la limusina, cuando iban a buscar a Satoshi, Sesshomaru la apretó entre sus brazos como si quisiera soldarla a su duro torso. Después de haberla besado hasta dejarla sin aliento, estaba mirándola con masculina sorpresa.
-Yo creí que sabías lo que yo sentía...
-¿Y cómo iba a saberlo¿Por transferencia del pensamiento?
-Cuando estábamos juntos el año pasado, podría haberte dicho que te quería la primera semana, pero decidí que sería... bueno...
-¿Mejor permanecer callado?
-Más sensato por el momento -sonrió él, mirándola con aquellos ojos dorados llenos de admiración-. Entonces perdiste a tu madre y yo sentí que te había perdido también...
-¿Eso era lo que sentías? -preguntó Rin, sorprendida.
-Me dejaste fuera de tu vida y yo no sabía si volver a entrar a la fuerza o esperar... al final di un paso atrás y eso fue un error...
Rin ahogó un gemido.
-Yo pensé que estabas hartándote de mí.
-Me sentí destrozado cuando me dejaste... bueno, por fin lo he dicho. Después, esperé un par de semanas e intenté ponerme en contacto contigo, pero te habías cambiado de casa.
-Dime¿por qué pensaste que Satoshi no era hijo tuyo?
-Porque, al principio, me pareció muy pequeño. Pensé que era un par de meses menor de lo que es. Me volví loco durante unos días. Aunque, en realidad, estaba loco de celos -admitió Sesshomaru por fin.
Algo que llevaba desde el miércoles dando vueltas en la cabeza de Susie apareció de nuevo.
Jaken abrió la puerta de tu casa la noche de la fiesta. ¿Por qué no se encargó él de organizarlo todo?
Ante la referencia a su hombre de confianza y mejor amigo de este, Sesshomaru sonrió, travieso.
-¿Aún no sabes por qué, Kioshi ¡Tuve que inventarme un trabajo para ti!
-¿Inventártelo?
-Eso de la ayudante personal solo era para estar cerca de ti. Si hubieras ido directamente al equipo de dirección, no habría tenido la oportunidad de verte a solas. En cuanto me recuperé de la sorpresa de verte en Sistemas Shikon, decidí que intentaría volver a ganarme tu corazón...
Rin estaba transfigurada por lo que estaba oyendo.
-Pero la entrevista... te mostraste tan impersonal.
-Si me hubiera puesto "personal"... tú habrías salido corriendo -sonrió él, antes de reclamar otro beso-. Tuve que convencerte de que te trataría como a una empleada, pero me temo que eso ha sido un reto imposible...
-Para mí también. No podía pensar en ti como jefe.
-Me encantaba cuando te ponías celosa... pero cuando me dijiste que pasara un buen fin de semana con Sango Mizuno, yo pensé que estabas riéndote de mí.
Habían llegado a su destino y la limusina estaba parada, pero Rin y Sesshomaru, perdidos en un nuevo abrazo, se dieron cuenta de eso diez minutos más tarde. Corrieron para buscar a Satoshi y entre besos y abrazos le dijeron que era un niño maravilloso. Arropado por el amor de sus padres, Satoshi bostezó y se quedó dormido, mientras ellos se tomaban de la mano y soñaban con un futuro juntos...
Día 16: Martes por la mañana
Cuatro días más tarde, conseguida la licencia especial, Rin llegó a la iglesia para casarse con Sesshomaru Taisho.
Su hermano, David, había conseguido tomar un avión desde Oriente Medio a tiempo para ser el padrino. Kagome se había ofrecido voluntaria para ser la madrina e Inuyasha era el testigo de Sesshomaru. Satoshi estaba sentado en su nuevo carrito de lujo y sonreía a todos sus admiradores.
Con un traje de seda y encaje tan fino como una tela de araña, Rin caminaba por el pasillo de la iglesia con los ojos brillantes.
No tenía una sola duda en el corazón de que Sesshomaru la amaba.
El fin de semana había pasado volando en una locura de arreglos e instrucciones de última hora para la boda. Vivirían en Londres y Corfú, donde Sesshomaru tenía otra casa. Pasarían la noche en la casa de Londres y al día siguiente volarían a la villa del Caribe. Habían decidido que el cumpleaños de Satoshi lo pasarían en París, con una niñera para poder estar solos de vez en cuando.
Después de recuperar a la mujer que amaba, Sesshomaru no podía dejar de hacer planes para el futuro.
En aquel momento, observaba a Rin acercarse al altar con una sonrisa de felicidad que hacía que su corazón latiera de alegría. Sesshomaru había decidido que aquella vez todo sería diferente. El viernes por la noche había tenido que hacer un esfuerzo para marcharse de su apartamento y Rin se había sentido emocionada al oír la explicación.
-La próxima vez que hagamos el amor, quiero que seas mi mujer, Kioshi.
El lunes por la noche, contenerse se convirtió en el reto más difícil con el que Sesshomaru había tenido que enfrentarse en toda su vida. Incluso había indicado que podría convencerlo para que rompiera su voto. Pero Rin tuvo que salir corriendo para ir a buscar a su hermano al aeropuerto y la presión del tiempo había sido más fuerte que la tentación.
Cuando terminó la ceremonia y salían de la iglesia, Sesshomaru la besó con fervor.
-¿Cómo voy a poder soportar la sesión de fotografías y el largo banquete?
-Porque eres un hombre frío¿recuerdas? -rio ella, aunque estaba temblando entre sus brazos.
Sesshomaru no podía apartar sus ojos de ella ni por un momento y a Rin le encantaba. Habría muchísimas fotografías de los dos mirándose a los ojos como dos críos y, en el banquete, era casi imposible separarlos. Cuando por fin se fueron los invitados y Sesshomaru se había quedado dormido en su nueva habitación, la pareja de recién casados por fin entró en el dormitorio.
Aunque maravillosamente amueblado, aún no había sido decorado del todo y Rin se quedó sorprendida.
-Le dije a Sango que tú te encargarías de esta habitación -sonrió Sesshomaru.
-¿Cuándo se lo dijiste¿No sería ese fin de semana, cuando estabas tan enfadado conmigo?
-Seguía esperando que te casaras conmigo.
El corazón de Rin se derritió.
-No sabes cuánto me alegro.
-No pensaba perderte por segunda vez -murmuró Sesshomaru, tirando de ella para aplastarla contra su pecho-. Te amo como nunca había pensado que podría amar a nadie.
Y ser amada de esa forma era lo mejor que podría haberle pasado, pensaba Rin, soñadora, mientras se abandonaba a otro beso apasionado.
Fin...
Notas: les agradesco enormente la aceptacion que han tenido con esta adaptacion, que como anteriormente les habia dicho este fic esta basada en un novela, espero que hayan disfritado leerla por que falta el epilogo que este capi si va a hacer obra mia pero de todos modos va a estar basada en esta trama.
Agradecvimientos por los reviews a :
Mizuho, Galatea 597, Saishu Keiki Kanojo, Ishi-dora, Kathleen Potter Black, FENIXGIRL, Lara chan, Usagui 223, Miry, Mikomi, Saya, y Fabisa.
Nos leemos en el epilogo !
