Capítulo 5: Distracciones
Draco se hallaba en una sala recubierta de seda. Había muchas cámaras fotográficas en todos lados. El hombre miraba con cierto desconcierto. Había algo en ese lugar que no le gustaba.
Quero un dulce... – Chilló una voz muy aguda en su oreja haciéndolo regresar de una manera brusca a la realidad.
Beth... ahora no tengo un dulce... – Le respondió aparentando seriedad. La niña se sentó a su lado silenciosa. Él se acomodó en su silla de nuevo.
Pensó que tenía que llamar a Ginny. Hacía mucho que no hablaba con ella. ¿Por qué todo tenía que pasarle a él? Y mientras enumeraba las cosas malas que le habían ocurrido a lo largo de toda su vida (N/A: Ya saben que es un exagerado... ) no se percató de que alguien se subía sobre él...
?Papá – Draco casi salta de su silla y se sube al ventilador de techo. Cuando hubo normalizado su respiración, miró con severidad a su hija.
Beth ¿Qué te he dicho sobre hacer saltar del susto a papÿ – La niña se quedó pensativa unos instantes. Y luego respondió.
Que antes de gritade a papá teno que hacedselo a tío Ron... – Draco sonrió.
Muy bien... ahora... ¿Qué quiere, esa princesita hermosa hermosa de papi? – Dijo haciéndole cosquillas a la niña que reía sin parar.
Quero un dulce – Él suspiró derrotado.
Beth. Ya te dije que no tengo un dulce ahora... –
Esa senora tene muchos dulces... – Y señalando inocentemente a la mujer que estaba al lado de Draco y que poseía efectivamente muchos dulces...
Beth... esos dulces no son tuyos... –
?Quero un dulce! – Volvió a gritar la pequeña, atrayendo la atención de todos los presentes.
?Por dios, déle un dulce a la niña! – Le gritó una mujer desde la fila de enfrente.
Pero... es que... – Balbuceó Draco.
¡Pero nada! Que mal padre... toma pequeña, aquí tienes... – Y la señora de los dulces le tendió una bolsita llena de coloridas golosinas a Beth que sonreía abiertamente.
"Mal padre..." Pensó Draco atontado. Se quedó pensando mucho tiempo sobre eso. ¿En verdad era un mal padre que no podía cuidar de su hija unos días? Y llegó a la conclusión de que era verdad. Si ni siquiera sé cambiarle los pañales... Pensó abrumado.
?Malfoy¿Qué &# haces aquí? – Le gritó Hermione desde la puerta de entrada. Draco se quedó estático. ¿Qué que hacía ahí¿Qué hacían ellos ahí?
Estoy esperando un cita con... ?Desde cuando debo darte explicaciones a ti? – Le respondió enojado y levantándose de la silla. Mientras ambos discutían (como siempre...) Beth y Percy corrían a encontrarse.
?Malfoy, ni se te ocurra gritarle a mi esposa! – Espetó Ron al tiempo que cerraba los puños. Pero ante la mirada furtiva de su mujer se quedó donde estaba.
¡Ronald Weasley¡Ni se te ocurra armar una pelea aquí¡Yo puedo defenderme perfectamente sola! –
Oh si... la señorita Granger puede defenderse sola... miren como me río... – Draco no continuó hablando. Calló al suelo terriblemente adolorido por el golpe bajo de Hermione que se sacaba el polvo de las manos en señal de victoria.
Eso es para que no vuelvas a hacerle un hijo a Ginny... – Le dijo sonriente. Ron tragó saliva. Sí que era peligrosa cuando se enojaba...
¡Ah, señores Weasley, señor Malfoy! Que bueno que llegan. Así puedo presentarlos mutuamente... ya que sus hijos van a trabajar juntos... – El hombre gordo y de bigote había aparecido y tenía a los niños a cada lado de su enorme cuerpo.
?Trabajar juntos? –
Eso iba a traer problemas...
¿Creen que estará loca? –
No tiene cara de loca... –
¿Y tú como sabes que cara tienen los locos? –
Porque vivo contigo... –
Ginny oía las voces muy cerca de ella, pero no reconocía ninguna. ¿Dónde estaría?. Abrió los ojos lentamente.
?Mira¡Está despertando! – Gritó un hombrecito bastante chiquito a su lado.
¡Vaya¡Eres inteligente! – Respondió sarcásticamente una mujer regordeta con un delantal y las manos enharinadas.
Ambos desconocidos empezaron a discutir nuevamente. Ginny se levantó y buscó algo que le resultara conocido en esa habitación. No encontró nada.
Disculpen... ¿Quiénes son ustedes¿Y donde estoy? –
Yo soy Milo... y ella es mi hermana Annah. Y estás en nuestra casa. Te encontramos tirada en el piso... y como nadie te conocía te trajimos aquí...-
Ginny buscaba entender algo de lo que aquellas personas le decían. Pero no podía. La cabeza le daba vueltas y vueltas... y...
?Un momento! – Se sentó en la cama con cara de pocos amigos. Los hombrecitos se asustaron. - ?Ustedes me están diciendo que no saben quien soy ni de donde vengo y que me hallaron tirada en el piso? –
Ambos asintieron.
Aja... – Dijo ella y poniendo los ojos en blanco cayó inconsciente sobre la mullida cama.
- ?No¡No! Y ?NO!-repetía incansablemente el hombrecito al que todos llamaban "director".
Hermione puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos. Ron entró en la habitación con un nuevo paquete de golosinas en la mano, mientras Draco lo miraba con una típica mirada de odio. El rubio alcanzó a su hija que intentaba romper las tiras del molesto vestido que le habían hecho llevar y se acercó al hombre.
Mire, no tengo tiempo para que me empiece a regañar y...-No pudo seguir hablando porque el tipo se dio la vuelta y se puso a hablar con su secretaria. Bueno... "hablar" no sería la palabra apropiada porque el tipo lo que hacia era coquetear con ella y pedirle el numero telefónico...
Draco se quedó perplejo parado con el dedo índice levantado. Hermione y Ron en un costado se desternillaban de la risa. Era la primera vez que veían a alguien que dejaba a Draco Malfoy hablando solo.
El hombre se volvió a acercar al director que luchaba por sacarle los datos a la muchacha que intentaba huir de él.
?Es que acaso no me ve?-El hombre de cabello largo y de mediana estatura se dio vuelta lentamente y lo estudió.
Bueno... si... lo veo... Y también veo que no hace intentos de cooperar con la publicidad... si yo le digo que debe decirle a su hija "párese allí" usted no puede ponerse de rodillas a suplicarle a la niña que lo haga...-Draco empalideció. No podía decirle a ese cabeza hueca que su hija lo dominaba perfectamente. –Y tampoco puede estar desplazando al niño Weasley porque le "quita cámara a su hija"...
Pero... pero...-
Y tampoco puede estar peleándose a muerte con la señora Granger de Weasley cada vez que alguien dice algo con doble sentido...-Le decía el hombre sin esperar a que Draco terminara de hablar, lo que enfurecía a este último.
Pero...-
¡Pero nada! Haga lo que le digo, o márchese...-
?Que se vaya!-Gritó Hermione y todas las miradas se posaron en ella.-Ehhh... decía que se vaya a... a... A ningún lado-Bufó derrotada sentándose en una silla. Percy se poso a su lado y le reclamó a su padre los dulces que le había pedido.
Draco se reprimió unas cuantas frases cortas para decirle al hombrecito debido a que había menores a la vista... más precisamente por su hija, porque si era por su "sobrinito querido"... mejor no hablar...
Muy bien. Beth, quiero que te pares allí y digas "Y los polvos flú no se comparan con ninguna escoba mágica" con una graaaaan sonrisa en la cara...- Le decía Draco a su hija que lo miraba como si fuera un espécimen raro de gorila... (N/A: Teñido de rubio, porque no conozco ningún gorila rubio... )
La niña se dirigió al escenario y su padre se sonaba los dedos de la mano. Estaba muy nervioso... ¿Por qué diablos se había metido allí dentro? Sonrió al ver a su pequeña niña diciendo con naturalidad lo que él le había dicho que diga. Después de todo no era tan mala...
Ron, no creo que Percy esté preparado para esto...- Decía Hermione mientras observaba a su hijo desaparecer de la chimenea y aparecer en la otra que se hallaba al otro lado del estudio.
Pero Herm... ¡Es perfecto¿No ves como camina¿Cómo habla¿Cómo...?- Se quedó pensando un momento ante la mirada atenta y desconfiada de su esposa.
Pero nada. No estoy segura de porque dejé que me convencieras... creo que esto del matrimonio está matando nuestras peleas...-Sentenció aterrada. La mujer no perdía de vista al pequeño... cuando de pronto...
?QUÉ! – La voz de Draco se oyó en todo el lugar. Las miradas se posaron en él, que leía con atención un papel que una bonita lechuza blanca le había entregado. Ron pegó un salto y Hermione murmuró algo así, como "¿y ahora que?".
Beth comenzó a llorar desconsolada y un Percy la miraba haciendo pucherito. Draco había interrumpido el "libreto" del pequeño, por lo que estaba con la lágrima al borde del ojo.
El rubio empalideció y quiso salir corriendo a buscar a su hija, pero sus piernas se lo impedían. No podía ser... ¿por qué todo le salía mal¿Por qué la vida no le daba un respiro?
Primero el accidente de Ginny... y ahora ¿desaparecía¿Cómo habían perdido de vista a la mujer de Draco Malfoy? Arrugó el papel en su mano, y alguien se le acercó a paso veloz.
¿Se puede saber que son esos gritos en medio de la grabación?-Le gritó el director, escupiéndole en la cara.
Draco se quitó con la mano los rastros de saliva, tremendamente enojado...
?Quiere decir que me voy, y que mi hija no será el rostro de su maldita publicidad!- Le espetó haciendo trocitos el papel que antes había arrugado y dejándolo caer lentamente en la cabeza del hombre.
Beth que a todo esto había cesado de llorar se acercó sigilosamente y cuando tuvo cerca de su padre le preguntó.
¿Nos vamod?-
Sí hija... no quiero que te juntes más con esta... dejémoslo ahí...- Y pegó media vuelta tomando a la niña del brazo. Pero ella se zafó y ante la mirada atenta de todos los presentes, se acercó al tipo que aún estaba espantado por lo que acababa de ocurrir y tratando de imitar a un antiguo programa de televisión mexicano, dijo:
?Chusma chusma¡Puff! – Y pegándole en las piernas (el pecho estaba demasiado alto para ella...) del hombre empujándolo hacia atrás, salió del lugar de la mano de su padre, con una sonrisa triunfante en el rostro...
