Disculpad si el primer capítulo es demasiado largo, pero es un intento de mostrar a todos (o casi todos) los personajes y la relación que hay entre ellos. Tampoco os asustéis por el título, no se me da bien ponerle nombre a estas cosas ù.ú. En fin, espero que os guste y los reviews son recibidos con los brazos abiertos .

Capítulo 1: La Caja de Pandora

FlashBack

¡Uala¿Qué te ha pasado? – preguntó una chica rubia con pequeños reflejos magenta en el pelo, casi espantada a otra, que estaba de espaldas a esta y con la parte de arriba del uniforme quitada.

- Nada serio...espero. Fue por el entrenamiento de ayer – empezó a explicar la chica que estaba de espaldas – Hoffman se empeñó en probar un nuevo prototipo de bludgers supuestamente "inteligentes". Todo iba bien, hasta que por culpa de Dustin, una de las bludgers se descontrolo y vino a darme a mi. Cosas que pasan – la chica sonrió amistosamente

¡Pero si te podía haber partido en dos! – gritó la chica rubia

- Nat, no seas exagerada...tampoco es para tanto – replicó la castaña pacientemente

¿Cómo qué no¡Ahora mismo vamos a ver a la señora Pomfrey! – la chica rubia, o Nat, como la había llamado la otra, empezó a recoger la blusa, corbata y demás enseres de la castaña, cuando se dispuso a salir por la puerta del aseo – Quiero que vayas delante de mí – añadió con gesto severo y señalando altivamente con el brazo estirado hacia el pasillo.

- Por supuesto pero – la chica castaña empezó a pasearse con aire titiritero por el aseo ¿no pretenderás que vaya por todo el colegio en sujetador, verdad? – la castaña miraba divertida a la rubia

¡Ay! – la rubia se había sonrojado – Leto, por favor – mientras decía esto, le lanzó agresivamente lo recogido en el suelo a la castaña mientras esta lo recogía entre carcajadas.

- No te enfades Nat – la chica castaña se acercó a la rubia que estaba de espaldas a ella con los brazos cruzados y con gesto enfadado – Sólo era una broma.

- Ya claro...vamos...vístete – le dijo a la castaña – Cuanto antes vayamos antes saldrás de la enfermería.

La castaña no podía dejar de sonreir. Empezó a vestirse pausadamente, lo que hizo irritar aún más a la rubia, que simplemente, movía el pie ritmicamente.

- ¡Expelliarmus! –Se oyó una voz pastosa desde el pasillo y después un fuerte golpe en el suelo. Un chico de pelo negro con ligeros reflejos color azul y de rasgos atractivos, estaba tirado en el suelo del aseo a causa del conjuro. Nat salió al pasillo pero no vio al conjurador. Un grito proveniente del aseo la sacó de su búsqueda: había dejado a su compañera semi desnuda con un chico.

¡Black! – gritó la castaña. El chicó se rascó la cabeza aturdido y, con un poco de dificultad, se levantó del suelo. Frente a él, vió a la chica castaña que estaba semi desnuda, con los brazos intentando taparse, sin conseguir su objetivo, que loemiraba con los ojos crispados por la furia ¡Lárgate de aquí! – El chico no comprendía que hacía ahí ni tampoco comprendía que hacía esa chica así.

¿Lo siento? – fue lo único que se le ocurrió decir.

¡Menos sentir y más andar! Repito¡lárgate! – la chica se había dado la vuelta en un intento de que el chico no viera nada, pero fue inutil, ya que frente a ella había un espejo.

¿Griffiths? – consiguió articular el chico, que seguía rascandose la cabeza. Al oir esto, la chica se puso roja de la rabia.

- Muy bien, sabio de la elocuencia. – la chica había dejado prácticamente de intentar taparse. El chico al darse cuenta, dirigió su mirada a los pechos de ella y ella, al darse cuenta, enfureció aun más si cabía y le pego un puñetazo en la nariz. Hecho esto, se abrochó la camisa como pudo y, con la corbata y el chaleco en la mano, echó a correr por el pasillo.

- Sirius, Sirius...- Nat negaba con la cabeza y Sirius no sabía si rascarse la cabeza o cogerse la nariz – Esta vez la has hecho buena – Sirius no comprendía.

- Disculpa, Natalie querida, podrías decirme, si no es mucha molestia y con la menor sorna posible, que es lo que ha pasado aquí – Nat dio un leve suspiro y cogió a Sirius de la mano llevandoselo por el pasillo mientras le explicaba. A Nat le rondaba una pregunta por la cabeza¿cómo un expeliarmus, supuestamente hecho por un alumno, podía haberle afectado tanto a Sirius?. Al final de un pasillo, encontraron a Leto andando de un lado para otro, soltandole borderías a 3 chicos que estaban apoyados en una pared.

¡Leto¡Espera! – Sirius echó a correr hacia Leto, que al verle intentó correr, pero un fuerte dolor en el costado le impidió correr – Leto, déjame que te explique... – Sirius alcanzó la muñeca de la chica, que con un movimiento brusco se soltó de él.

¡Black¡Eres un pervertido! – bramó Leto que al acercarse a Sirius, que la miraba atónito e inmóvil, le propinó una sonora bofetada ante la mirada expectante de los curiosos que se arremolinaban alrededor de la pareja.

- Pero... – Sirius intentó hablar, pero la chica le cortó de golpe sin darle más opción que el silencio forzado

¡Olvídame! – y dicho esto la chica, con gesto decidido, giró sobre sus talones y echó a andar por la largura del pasillo hasta perderse al girar la esquina.

Fin del FlashBack

Alli seguía ella. Sentada en el cómodo asiento del tren, mirando distraídamente a todo lo que pasaba frente a su mirada. Tenía el mentón apoyado sobre la mano y el codo apoyado sobre un pequeño saliente de la ventana. Últimamente había empezado a recordar lo que le paso la última semana en el colegio. No le gustaba estar sola por eso, por no recordar ese mal momento. En cierto modo sabía que había exagerado la situación, pero su orgullo era mayor que ella y no lo iba a admitir delante de Sirius, aunque lo que mas le apetecía desde que pasó era hablar con Sirius, y dejarlo todo como algo de lo que en unos años pudieran acordarse y reirse de ello. Pero algo mayor que ese deseo le impedía pedirle disculpas a Sirius. ¡Un momento¿Ella pedirle a él disculpas¡Fue él quien se quedó embobado mirando sus pechos!. La chica sacudió la cabeza para quitarse esa ridícula idea de la cabeza y volvió a apoyarla en la mano.

- En fin – suspiró la chica – Será una depresión pre-vuelta-a-clase

¿Qué pasa con la vuelta a clase? – La puera del compartimento se abrió, sacando a Leto de sus pensamientos y haciendo que su codo resbalara y se diera con la frente en el cristal.

¿Estás tonto o qué¿No sabes llamar? – Leto se separó del cristal visiblemente enfadada y frotandose la frente con la mano.

- Disculpe o, su alteza – empezó a hablar el chico con voz solemne y poniendo poses galantes ¿Me concedería, o su Gracia, el honor de poder gozar de su compañía durante el trayecto? – el chico acabó con una sonrisa burlona, haciendo una pequeña reverencia ante Leto

- Ya Bel, no tiene gracia – dijo Leto cansada ¿Dónde estabas? – preguntó curiosa

- Hm...por ahí. ¿Qué más te da? – contestó Bel con gesto despreocupado – Yo tengo vida social, no como tú, que prefieres quedarte aquí y alimentarte de tu orgullo porque tienes miedo de encontrarte con Black y plantarle cara – Bel hablaba muy deprisa y sin mirar a Leto. Pero esta le entendía a la perfección.

- Dímelo una vez más¿por qué tengo que soportarte? – le preguntó Leto a Bel desesperadamente.

- Hm...pues porque sabes que tengo razón – comenzó el chico altivamente. A esto, Leto le fulminó con una mirada, a lo que el chico reaccionó – Pero claro, si quieres una razón algo más concluyente – Leto asintió como diciendo "Sí, por favor" – Porque nos unen lazos genéticos de los que, por desgracia, no podemos desprendernos ni negar,supongo que por eso y porque somos hermanos y vivimos bajo el mismo techo...otra razón...no encuentro – el chico volvía a tener gesto despreocupado y miraba como quien no quiere la cosa por la ventana.

¡Oh sí¡Yo sé otra! – contestó una chica morena desde la puerta del compartimento, con tono de falsa ilusión ¡Porque sois gemelos¿Puede ser? – tras decir esto, la chica borró la falsa cara de felicidad y se sentó junto a Bel. ¿Qué tal el verano¿Remordimientos? – preguntó la chica morena, mientras dejaba un cojín a su lado, con un gato blanco en él

- Muy bien mi verano, y el tuyo ¿qué tal? – empezó a preguntar Leto mientra se movía frente al gato y le rascaba la cabeza, a lo que el gato respondió con un suave ronroneo ¿Cómo llevas tus inyecciones de veneno por vía intravenosa? – La chica morena miró a Leto alzando una ceja, despues, sonrió afectivamente.

- Me alegro de verte – sentenció la morena.

- Yo si que me alegro de verte a ti. No sabes lo que es soportar un verano con el energumeno este – dijo Leto señalando a Bel como si no estuviera. Este tosió y dijo algo como "Habló Miss Simpatía" – Él no me entiende como tú, M – Leto bajó la mirada, medio entristecida medio espectante por escuchar la respuesta de su amiga. Ésta, sin embargo, se recostó apoyando un brazo sobre Bel, cruzando una pierna y murmurando cosas como "ya veo"

¿Remordimientos, no? – preguntó al rato.

¡Qué no tengo remordimientos¡Él tendría que tenerlos! – empezó a quejarse Leto en un tono de voz que en cualquiera de los dos compartimentos anexos se le oyó con toda seguridad – Pero como es un cabeza de chorlito con horchata por sangre¡qué va a tenerlos! – Leto se volvió a recostar en el asiento cruzando los brazos y volviendo a mirar por la ventana. M, a su vez, alzó las cejas y bajó la mirada como diciendo "Si tú lo dices" a lo que Bel asintió efusivamente, por lo que recibió un puntapié de su hermana. Pasaron 10 minutos sin hablarse, hasta que Nat rompió, para bueno, el silencio

¡Señores y señoras! Llegó el alma de la fiesta – Nat entró sonriente como nadie con su melena rubia recogida en dos coletas.

¡Oh! Estupendo – comenzó M – ya sólo nos falta el confeti y los matasuegras para montarnos la orgía del siglo, dime ¿Los llevas ahí o te los has dejado en happylandia? – M volvió a recostarse en el asiento, pero esta vez acariciando a su gato.

¡Ay que ver Apolo¡Yo cada día me sorprendo más! – dijo Nat acercándose a el gato, que jugueteaba con los mechones que le salían de las coletas – Es la primera vez que veo que un gato y una víbora se llevan bien – dicho esto, Nat se reincorporó y sonrió ampliamente hacia M, que le devolvió la sonrisa, pero no tan efusivamente – Por cierto¿dónde está Lily? – preguntó curiosa Nat, mientras se sentaba al lado de Leto.

-Mmm...me mandó una carta. Me dijo que este año no vendría en el Expreso y que alomejor faltaba los primeros días a clase – todos la miraban extrañados – No me explicó más, yo sólo informo.

¿Qué raro no¿Lily faltando a clases? – preguntó Bel extrañado – Ya sólo falta que a los Merodeadores les de por estudiar y me aseguraré de que el mundo está al revés – todos rieron

- Tranquilo, eso nunca va a ocurrir – constató Leto

¿El qué no va a ocurrir? – En la puerta del compartimento, se hallaba de pie un chico alto, con el pelo color rubio ceniza recogido en una coleta y con unos grandes ojos dorados que miraba curioso a los 4 chicos – Vamos pues, decidme, no muerdo.

- Excepto las lunas llenas, que le entra un hambre sobre humana – junto a él había otro chico, un poco más bajo con el pelo color azabache bastante desordenado y con unas gafas de montura redonda que dejaban ver sus ojos color avellana

- James, no tiene gracia – reprochó el primero con gesto severo

- Oh, Remus...¡Qué poco sentido del humor! – dijo James riéndose ¿Qué tal? – le preguntó a los 4 chicos que miraban curiosos y divertidos la escena, menos M, que miraba indiferente. Todos hicieron un gesto con la cabeza que James intérpreto como un "bien" : tampoco quería pararse a hablar – Griffiths – dijo

¿Sí? – Bel y Leto contestaron a la vez, aunque Bel, lo hizo simplemente para molestar a su hermana, porque sabía perfectamente que la llamaba a ella. Leto fulminó a su gemelo con la mirada

- Ven conmigo, tenemos que hablar – Leto le miró interrogativamente. James comprendió – De Quidditch – Leto respiró aliviada y se levantó - Por cierto, Remus – Este se giró – Si ves a Sirius dile que le estoy buscando – dicho esto se giró y emprendió su camino seguido de Leto, que se despidió de sus amigos y de Remus, que le dirigió una mirada curiosa

¿Es siempre así? – Remus preguntó a los chicos siguiendo con la mirada a Leto – Quiero decir, así de... – Remus buscaba las palabras adecuadas

¿Agresiva? – dijo Bel despreocupado

¿Brusca? – corroboró Nat

¿Borde, irritable, irascible? – ayudó M sin dejar de acariciar a Apolo y sin mirar a Remus

- Erm... – Remus los miraba atónito – Bueno...más o menos...pero

¡Tranquilo! No te vamos a morder porque digas que Leto es una borde – le dijo alegremente Nat

- O que es una agresiva...-añadió Bel

- O que Malfoy es un ángelito a su lado – añadió divertida M, esta vez si miraba a Remus que seguía de pie en la puerta que no sabía que decir ante aquel recital – Y tranquilo, no pienses que nos cae mal. Es una forma de decir...mm...lo mucho que nos queremos, siempre estamos así – Remus no sabía como continuar la conversación y al parecer M lo notó ¿Querías algo más, Lupin? – Remus negó con la cabeza y se dispuso a salir del compartimento cuando llegó Sirius

¡Hey Moony! – Sirius le dio una palmadita a Remus en la espalda ¿Has visto a Jamsie?

-Te está buscando. Está en el compartimento donde hacéis las reuniones del equipo de Quidditch – Sirius dio un saltito y se asomó al vagón buscando a Leto, después miró a Remus y este asintió – Sí, está con Griffiths

¿Desde cuando la llamas así? – preguntó Sirius extrañado

- Desde que es capaz de causarle al gran Sirius Black una hemorragia en la nariz – Dicho esto, Remus se despidió de Nat, Bel y M que miraban divertidos a Sirius. Este suspiró y echó a andar tras su amigo

¡No me causó una hemorragia! – dijo exasperado Sirius. Remus sólo rio.

Siguieron andando hasta que llegaron a la puerta del compartimento de reuniones. Sirius posó su mano sobre el picaporte, pero Remus le paró.

¿Sabes quién está dentro no? – Sirius asintió ¿Sabes qué pasará si la vuelves a fastidiar no? – Sirius volvió a asentir, esta vez no tan seguro – Sólo te digo una cosa, ten cuidado.

- Moony...sólo es una chica, tarde o temprano se le acabará pasando, tampoco fue tan grave – dijo el moreno con tono cansado – Además, es nuestra amiga – Remus le miró no muy seguro de eso – Me tiene que ver todos los días, en clase, en quidditch, en la sala común. Se le pasará – concluyó Sirius

- Tú verás, pero de lo que hagas la pagaremos todos, que lo sepas – Remus se giró y se despidió de su amigo. Este le miró extrañado

- Tranquilo. Me arriesgaré a abrir la caja de Pandora – Remus se encogió de hombros, dándole a entender a su amigo que le había oido. Dicho esto, giró el picaporte y entró al compartimento, cerrando la puerta tras él.

OK! Ya sé que la reacción de Leto es algo – bastante – exagerada, pero todo tiene su explicación y como habéis visto (y si habéis leído el minific Esta vez no) el primer flashback es lo que ocurre antes de la bofetada de Sirius. Bueno...que no sé.Que espero que os haya gustado, sólo eso

Ruby