EL HEREDERO DE GRYFFINDOR

¡¡¡Hola!!!

Bueno, he tardado mucho en actualizar y no lo hubiera hecho de no ser por los reviews que me han dejado los que leyeron el fic.

Reviews Harry Argentino:

Yazpotter: Gracias por tu review, una palabra de ánimo sienta muy bien. Ya la he actualizado y he intentado meter "acción". Hazme saber si lo he conseguido.

Iran Black: Harry y Hermione es tb mi pareja favorita!! Hay gente que dice que no estarán juntos, pero no me gustaría que Hermione fuera con Ron (pobre Harry… se quedaría solo)(Por cierto, me encanta tu fic, sigue actualizando, please)

Reviews para

LoBeZnO: Espero que puedas opinar ya sobre mi fic. La verdad es que no he visto el capítulo publicado, aunque lo tendré que revisar. Este capítulo se anima un poco y espero que se vaya animando más conforme avance la historia.

And Black: Gracias, chica!! Bueno yo también sigo tus historias y espero que saques capítulos nuevos pronto. No me llegó tu mensaje, lo que es una pena, por que me encanta leer tus reviews (son gratificantes, espero q los míos tb los sean) Te mandaré un email!

Katie-Soul-Sieth: A quien no le gustaría tener los regalos de Harry por su cumpleaños! Los puse en la historia porque como tú dices a un giratiempo se le puede sacar jugo en un fic. Lo de los Tres Mosqueteros lo puse en un momento en el cual mi musa cogió vacaciones y mi mente voló al libro que estaba leyendo, los Tres Mosqueteros (adoro a D'Artagnan… es tan valiente…)

Tomaré en cuenta tu sugerencia.

Claudio Potter: Gracias por tu review, creo que he seguido tu consejo.

Hobbes86: Siempre intento no cambiar mucho el estilo de escritura de los libros, creo que cambiarlo es malograr la historia. No quiero hacer un fic amoroso, pero puestos a poner a Harry con alguien prefiero que sea con Hermione y no con otra. Tienes razón, lo hice de un modo brusco, espero no volver a cometerlo en próximos capítulos

------------------------------------------

Capítulo 2 – La Conversación con Dumbledore

¡Dumbledore! ¿Qué hacía él aquí? Harry se asombró, ya que el año anterior, en su estadía en Grimmauld Place, Dumbledore no había dejado verse por Harry en todo el verano. Sin embargo, allí estaba. Sentado, rodeado de miembros de la Orden y de la familia Weasley.

Dumbledore estaba tranquilo, aunque únicamente en apariencia. Sentado con su túnica morada en una dura banqueta de la antigua cocina de los Black, esperaba la llegada de Harry con impaciencia. Tenía que revelarle una noticia bastante importante.

Al poco tiempo de estar esperando, tiempo durante el cual todos los presentes habían permanecido callados, aparecieron Harry, Ron y Hermione algo silenciosos. Dumbledore sabía el porqué de esa actitud: Harry les había contado el contenido de la profecía.

Dumbledore se levantó haciendo el menor ruido posible cuando todos estaban comiendo y se acercó a Harry.

- Harry, tengo que hablar contigo después de cenar. Te esperaré en el despacho que hay junto las escaleras –le susurró Dumbledore en el oído a Harry.

- Allí estaré, profesor –dijo Harry, forzando una sonrisa.

Dumbledore se fijó en su sonrisa forzada y sintió pena. Sólo hacía unas pocas semanas que Sirius Black, su padrino, ex-convicto de Azkaban y lo más parecido a un padre que Harry había conocido había desaparecido de este mundo. Harry estaba triste, y eso hacía que a Dumbledore le doliera aun más eso que tenía que contarle.

Dumbledore volvió al taburete cojo donde anteriormente se había asentado. Allí comenzó a comer tranquilamente y sin prisa. En la sala había unos ligeros murmullos casi imperceptibles. En la mesa predominaba el ruido de mandíbulas en acción. Dumbledore salió de la habitación el primero y se dirigió al pequeño despacho junto las escaleras.

El suelo del despacho estaba cubierto por una espesa moqueta. Las paredes estaban recubiertas de madera y en ellas había dos grandes ventanales con tupidas cortinas de color verde. El despacho estaba dividido en dos partes: una con una gran mesa y detrás un enorme sillón tapizado con un cuero negro con adornos plata. En la mesa había un candelabro de tres brazos sujetando unas casi inexistentes velas. Delante del escritorio había unos sillones de color negro, aunque sin adornos en plata. En la otra parte había unos silloncitos de color café alrededor de una mesita repleta de libros. Dumbledore se sentó en un sillón de color café y encendió con la varita las lámparas de la habitación.

Al poco rato de estar esperando, la puerta fue abierta bruscamente. Harry entró apresuradamente en la habitación, disculpándose por el retraso, ya que la señora Black se había despertado por una imprudencia de Tonks. Dumbledore le indicó que se sentara en el otro sillón y Harry obedeció. Estaba desconcertado, sin saber el porqué de esa plática.

Dumbledore carraspeó y empezó a hablar:

- Harry, te habrás preguntado por qué te he llamado. Primeramente para comunicarte que tendrás entrenamientos de magia sin varita.

- ¿Magia sin varita, señor? –dijo Harry sorprendido. –Creía que para hacer magia era necesario usar una varita.

- No, existe la magia involuntaria y… algunos magos poderosos pueden hacer hechizos sin necesidad de varita.

- Perdone, profesor, pero yo… no soy poderoso. En las clases siempre me adelanta Hermione…

- Me parece, Harry, que estás olvidando la conversación que tuvimos antes de las vacaciones. También estás olvidando lo que hiciste en el Ministerio. Esas son buenas razones para demostrártelo, pero además tienes otra razón. Eres el descendiente de Godric Gryffindor, quien a su vez lo era de Merlín.

- ¿Descendiente de Gryffindor? –dijo Harry boquiabierto. Había imaginado alguna vez que podría ser descendiente de Slytherin, pero… ¿de Gryffindor?

- Sí. Eres descendiente directo de Gryffindor al igual que Voldemort lo es de Slytherin. Harry, eres el heredero de Gryffindor.

Estas últimas palabras de Dumbledore resonaron en la habitación. Se hizo un silencio sepulcral entre las dos personas que mantenían la conversación.

- Profesor, eso es imposible… ¡yo sé hablar pársel!

- Harry, sabes perfectamente que Voldemort te transfirió algunos poderes de Slytherin la noche que te hizo esa cicatriz.

- ¡Pero yo no he demostrado saber hacer magia con varita!

- Los poderes de Gryffindor se empiezan a mostrar con claridad a los dieciséis años. Aunque, sin embargo, cuanto tenías doce años el sombrero te entregó a ti la espada de Godric.

- Sí –asintió Harry.-Pero eso bien pudo ser una casualidad.

- No –negó el director. –No lo fue, y tú lo sabes.

Harry agachó la cabeza pensativo mientras Dumbledore intentaba sondearle ligeramente, tratando de conocer sus sentimientos más superficiales. Se levantó de un salto sorprendido al notar una recia barrera que le impedía el paso a la mente de su alumno. Le hizo una pregunta, que aunque sabía que despertaría sentimientos que quería olvidar, TENÍA que saber si Harry había practicado Oclumencia. Carraspeó y…

- Harry, ¿has practicado este verano Oclumencia?

- No –dijo Harry levantando su cabeza hacia él durante unos instantes, los suficientes para lanzarle una mirada penetrante con sus ojos verdes. La sostuvo durante unos instantes y volvió su cabeza a su posición anterior.

Dumbledore sostuvo su mirada sorprendido y hasta unos segundos después de haber apartado el contacto visual con su alumno, no supo que significaba esa mirada. Harry estaba enfadado, resentido con él. Le gustaría saber de una vez todo su pasado y no saberlo por entregas como uno de esos fascículos de colección, que siempre falta alguno. Sintió haber sacado el tema de la Oclumancia, pero era imposible que él uno de los mejores del mundo en Legilimencia no pudiera entrar en la mente de un alumno que no supo el año anterior dominar sus defensas mentales.

Intentó escrutar de nuevo su mente, pero se encontró con un fuerte escudo que la protegía. "No puede ser", pensaba Dumbledore, "es imposible". Entonces, resuelto, concentró toda su energía en entrar en la mente de su alumno de cabellos ébanos y ojos esmeraldas. De nuevo, chocó contra el muro mental, firmemente construido y sólido, por añadidura. Decidió no decirle nada al chico e investigarlo por su cuenta. Él estaba seguro que el profesor Snape le dijo que Harry no servía para la Oclumencia y al recordar eso se sorprendió más. Decidió seguir contándole lo que desde un principio tenía planeado. Aunque Harry estaba protegido de forma inconsciente y la Oclumencia no es eso, ¿o si?

- Además de estos entrenamientos de magia sin varita tendrás clases de duelo y de defensa extras. Te lo comentaré más a fondo cuando empieces el colegio, ve a mi despacho antes de que empieces las clases, la contraseña es "Meigas Fritas"

- Allí estaré –dijo Harry con desgana.

N/A: ¡Hasta aquí bien el segundo capítulo! Espero que les haya gustado y que sigan leyendo mi fic. Cuando acaben de leer el capítulo dejen sus reviews, por favor. Con flores o tomatasos, me da igual. Valoro su opinión

P.D.: Si tienen tiempo pásense por mis otros fics