Ni bajo un cielo estrellado, ni bajo el reflejo de la luna mas sincera, ni rodeada x la magia mas blanca me siento mas segura q en tus brazos.

Ana María: hola! Bueno, como ves eres la única que ha descubierto esta historia, espero que eso pase pronto y q me sigas enviando revierw con tu opinión. Este capítulo te lo dedico a ti ;). Por cierto, lo de Fred y Michelle.... creo que voy a juntarla con George, pero aún no es seguro. ¡Que disfrutes del capi!

¡Aquí esta la continuación! Bueno, no he recibido apenas rr, pero también es verdad que no lleva en la página más que dos días. Así que.... ¡¡Paciencia, Arwen, paciencia!!! (algo que no tengo....)

¡Bueeeeeeeno! ¡Ahora empiezo con el capi!

2. Cap. Penélope.... ¡eres una verdadera ...!

Así que con el dinero en el bolsillo y la lista de bebidas, entró con cautela en el bar "ZEUS".

Una pena que dentro de ese mismo bar estaba el enemigo del chico al que le había cortado el mechón, y cuando le vio la cara no pareció muy contento..... con la varita en una mano, la porra en otra y con toda una mesa de amigos.

Todos tenían las túnicas rasgadas, tatuajes, y pircings. Algunos tenían el pelo de color fosforito y pulseras y collares con pinchos. Todos tenían cuerpo de gimnasio y no parecían muy inteligentes; todos se reían mirando una carrera de dos lombrices que habían puesto sobre la mesa.

Cuando Michelle llegó, todos se callaron mirando hacia la puerta. Todos la miraron con asco, pero sólo uno habló.

-¡Jack! –escupió el brujo que sostenía la porra. Tenía un tic en el ojo, pero eso no consiguió que dejara de intimidarle a Michelle por la forma que la miraba. –Te dije que no vinieras más por aquí.

Acto seguido, cogió la botella que tenía ante él sobre la mesa y la rompió. Se abalanzó sobre "Jack" con la botella alzada y gritado. Sus amigos lo cogieron por los codos y lo sentaron con brusquedad gritando que se tranquilizara mientras le lanzaban miradas asesinas a la pobre Michelle.

Michelle, aún aterrorizada por el susto, se movió lentamente hacia la puerta, intentando parecer desapercibida.

-¡¡¡¡Quieto ahí, Jack!!!!! –le gritó uno de los amigos mientras cogía su varita y la apuntaba.

Michelle se tiró hacia la puerta empujándola con las manos para abrirla, con una agilidad envidiable. Esquivó un hechizo cerrando la puerta, haciendo que saliera humo... a de más de ágil, ese tal Jack tenía unos excelentes reflejos.

-¡¡Fred!! –auyó nada más salir. La cara que puso el pelirrojo al verla tan alterada era tan graciosa que podía haberse puesto a reír si estuviera en una mejor ocasión. La puerta del bar se abrió y salieron todos los que antes estaban en la mesa, dos de ellos sujetando al de la porra aún.

-¡¡Michelle, qué has hecho!! –casi gritó Fred buscando frenéticamente su varita. -¿Es que no se te puede dejar ni un momento sola?

El grupo de matones se rieron como bobos señalando a Michelle.

-¿Ahora te has cambiado el nombre, Jack? –dijo tontamente uno que se estaba metiendo un dedo en la nariz. –Michelle es bonito, ¿pero no podías ponerte uno de tío?

-¿Y tú eres una Gryffindor? –dijo Fred mirando como Michelle (con una apariencia de un hombre de 1.98 metros, agarrándose al brazo de un chico de unos diez años menos y de 1.87 metros) se agarraba a su brazo.

Michelle fulminó a Fred con la mirada y balbuceó algo a los matones. Por la cara "a lo Goyle cuando le preguntan en clase" que pusieron, Michelle adivinó que no habían entendido nada y lo repitió más claro.

-¡Me llamo Michelle Vega y estoy bajo los efectos de la poción multijugos... el chico al que llamáis Jack, está en la peluquería, de ahí le cogimos el pelo para la poción. –dijo señalando la parte calva que tenía en la cabeza.

-Chivata... –murmuró Fred.

Los matones no parecieron oír más desde el momento en el que Michelle dijo su apellido, y el que era sujetado (aún con la botella rota en una mano), se puso blanco.

-¿Vega? ¿Eres pariente de Penélope Vega? –dijo preocupado.

-Es... es mi hermana. –dijo Michelle dijo sin dejar de agarrarse al brazo del pelirrojo.

El matón se puso rojo y, tímidamente, se acercó a Michelle (que se apretujó aún más contra el pobre Fred, que se preguntaba si acabaría por arrancarle el brazo) para susurrarle.

-No le digas a Penélope que me he portado mal contigo. ¿vale? –dijo sonrojándose aún más mientras se tocaba el bigote con nerviosismo y cursilería. –Por favor... tiene mucho genio.

-¿Conoces a mi hermana? –preguntó Michelle horrorizada.

El matón asintió tapándose las mejillas y riendo nervioso. Haciendo esos gestos, parecía una nena.

-Pero.... sólo amigos, ¿no?

El matón volvió a reirse con nerviosismo negando con la cabeza. Miró a sus amigos ruborizándose por si lo oían, y murmuró a Michelle que su hermana y él lo habían hecho.

-¿Qué edad tienes? –dijo aguantando las ganas de vomitar.

-28 años. –dijo sonrojándose y jugueteando con los pulgares.

Michelle se tapó la boca, con unas arcadas tremendas, y corrió hacia el interior del bar "ZEUS" para entrar en el baño sin fijarse si entraba en el de tíos o el de tías.

Fred entró detrás, y vaciló antes de entrar en el baño de tías. Dos chicas gritaron escandalizadas mientras se maquillaban. Fred pasó de ellas aporreó la puerta donde se oía a Michelle.

-Michelle, ¡¡¡¡¡abre!!!!! ¿estás bien?

Michelle salió paliducha y asqueada. Era evidente que había estado vomitando. Fred le puso una mano en el hombro, pero ella le dio un manotazo enfurruñada.

-¡Joder! ¡Puñetera fiesta! ¡He tenido que hacer de todo para ir, desde hacer pociones amorosas, hasta escuchar a un ... a eso, que ha estado con mi hermana! ¡¡¡Mas vale que esa maldita fiesta merezca la pena suficiente como para pasar por alto este sobreesfuerzo!!! –casi gritó dirigiéndose hacia la barra.

Un camarero se acercó a ella amablemente y le dijo;

-Buenos días, ¿quiere algo el señor?

-¡¡¡¡No tan buenos!!!! –le gritó furiosa. -¡¡¿Y cómo que señor?!! ¿Es que me ve a mí con cara de tío? ¿Eh? –dijo señalándose la cara, que por supuesto, seguía bajo los efectos de la poción multijugos y aún era de ese tal Jack. -¿Eh? ¿Me ve con cara de tío?

-N-no, señor.

-¡¡SEÑORITA!!

-S-s-s-s-eeeñorita. –tartamudeó el pobre camarero.

-¡Vale! ¡Quiero todo esto! ¡Para llevar, y deprisa, que no tengo toda la mañana! –dijo entregándole una lista bruscamente.

-S-sí, señorita.

-¡¡¡Y tú de qué te ríes!!! –exclamó Michelle cuando salieron del bar mientras Fred se reía balanceando peligrosamente las bolsas con las botellas.

Llegaron a Hogwarts con todas las botellas protegidas por un hechizo. Fred sacó un pergamino mientras Michelle revisaba que ninguna botella estuviera rota.

-Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas. –murmuró para abrir el Mapa del merodeador.

-No hace falta que lo jures, eso ya lo sé. –murmuró Michelle sin dejar de mirar las botellas.

-Vamos, tenemos el camino despejado. –dijo mirando el pergamino.

-¿Y cómo lo sabes? ¿Eres adivino? -dijo mosqueada Michelle.

-Más o menos. Bueno, tú vete a Gryffindor y yo iré a la sala común de Ravenclaw. Recuerda que no puedes ir. No te preocupes. Yo me ocuparé con las bolsas, no es la primera vez que lo hago. Os espero a las cuatro a las siete. No cenéis nada.

Después de despedirse de Fred, Michelle corrió hacia la sala común y casi dando saltos y subió a su habitación. Sus amigas, casi se lanzaron encima de ella al verla entrar, exigiendo saber si iba a haber fiesta o no.

-¡Habrá fiesta! –dijo levantando las manos y dejándose caer en el sofá, agotada. Cerró los ojos e intentó relajarse, pero los gritos de sus amigas, que se tiraron a abrazarla, exigiendo una historia completa, no la dejaron.

-¡¡Cuenta!! ¿Qué pasó? ¿Conseguiste el pelo de alguien? –preguntó Alicia con impaciencia.

Michelle, roja por la pregunta, asintió y empezó a contar las cosas. Al final, las chicas estaban en el suelo riéndose como bobas sin poder contenerse. Rojas de la risa, se incorporaron. Clara empezó a contar con los dedos.

-Vamos a ver.... tuvimos que conseguir que Angony Pots aceptara el cambio con el riesgo de que nos comiera la cabeza de un mordisco. No, ME, mordiera la cabeza de un mordisco. –rectifica. –Tuvimos que prepararle un filtro amoroso en mitad de la noche con la amenaza de que si salía mal nos envenenaría, estuvimos esperando que llegara la poción casi tirándonos de los pelos, convencer a Fred de que te lleve a Hogsmeade, coger pelos de un desconocido, transformarte en el paisano ese sin que te pillaran, casi te matan, y descubres que tu hermana se ha liado con esa.... cosa. –dijo contando con los dedos.

-Vale, no sigas. –dijo Michelle llevándose una mano a la frente con gesto dolorido. –Y ahora tengo que ir a hablar sobre el royo que tuvo Penélope con el gigantón ese con ella. ¡Eso me va a servir de chantaje!

Encontró a su hermana riéndose mientras un chico de séptimo muy atractivo le metía un regaliz por el escote cogiéndolo cuando caía, cerca del ombligo, mientras Penélope se acariciaba un muslo provocativamente.

-Oye, te la quito un momento. –le dijo con una sonrisa fingida al chico, que la miraba con odio sujetando el regaliz aún entre los dedos.

-¿Qué quieres, enana? –dijo su hermana con infinita superioridad. -¡¿No veías que estaba ocupada?!

-¡¡Menos aires, estúpida!! Y ya vas desembuchándome porqué te liaste con la basura esa. –escupió Michelle. Su hermana la miró como si estuviera loca.

-¡Pero si está buenísimo! –dijo señalando al chico que se estaba comiendo ya el regaliz, cansado de esperar.

-¡Ese no! Uno de 28 años, muy grande, cuerpo de gimnasio, tiene un tic en el ojo el amarillo fosforito, un pircing en la oreja como el de las vacas, un tic en el ojo, y pinta de no tener más que dos neuronas.

Penélope se empezó a poner roja, y la miró asustada. La arrastró hacia una esquina de la sala común que estaba vacía.

-Bueno... verás, fue una equivocación.

-¿Una equivocación? ¡¡Ya lo creo que fue una equivocación!! ¡¡Un tío que se pasa el tiempo haciendo carreras con lombrices y concursos de eructos, ya lo creo que es una equivocación!!

Eso molestó bastante a Penélope, porque al parecer había intentado olvidar como era y que había tenido algo alguna vez con él.

-Escucha, mira, lo conocí con unas amigas en una discoteca, tenía el paquete muy MUY abultado, así que me lo llevé a los baños... allí vi que se había puesto un relleno enorme, tanto que donde pensé que iba a salir una polla de 27 cm, me encontré con una de 8 cm.

-Penélope, no seas ordinaria, por favor. –suspiró Michelle muriéndose de asco imaginándose la escena.

-¡La cosa es que dejar a un tío tan excitado es muy peligroso! –señaló al chico con el que había estado coqueteando, que parecía tan enfadado como para comerse el sofá. –No me atreví a volverme atrás, y... ya está. Fue el peor día de mi vida, así que no me lo recuerdes.

-Penélope... ¡Tiene once años más que tú! –Penélope asintió ruborizándose. -¡¡Eres una verdadera...¡¡Puta!! –dijo indignada. -¿Cómo pudiste hacer eso?

Prefirió no seguir porque su hermana parecía estar a punto de echarse a llorar. Así que se dio la vuelta y fue directa a su habitación, sin saber, si de verdad había hecho bien al preguntarle eso a su hermana, ya que ahora tenía otra imagen de ella.

No les dijo nada a sus amigas, y en seguida empezaron a buscar entre todas las revistas "Teens" que habían reunido desde el año pasado, la sección de belleza y se pudieron manos a la obra. Durante más de dos horas estuvieron preparando pociones y buscando frutas en las cocinas para aplicarlas con otros ingredientes como cremas en diferentes partes del cuerpo. Reunieron sus joyas y maquillaje, incluso pidieron a amigas de los cursos más adelantados algunos productos.

Iban de un lado a otro gritando por la habitación, alteradas y cogiendo generosas porciones de poción que habían hecho.

-Vale, échamela por toda la cara. –le pidió Michelle a Rachel cuando salió de la ducha. Era una crema para limpiar los poros o algo así, no les dieron mucha importancia, la cosa es que estaba en la sección de belleza.

Michelle sonrió cuanto Rachel untó con un dedo crema sobre una mejilla.

-¡Qué fresquita! –auyó Michelle.

-¿No creéis que nos estamos pasando un poco con tanta pomadita? –preguntó Rachel con las manos llenas de una pegajosa sustancia.

-¡Qué más da! –dijo Alicia con un gesto. –Por cierto, he llamado a mi prima. Ya sabéis, la de séptimo. La amiga de tu hermana. –le dijo a Michelle, la cual bufó. –Nos va a maquillar... bueno, al menos a mí, pero se ofreció a maquillarnos a todas.

A las siete, las cuatro estaban listas y bajaban con un simple uniforme. Fred las esperaba en la sala común. Después de piropearlas, las acompañó a la sala común de Ravenclaw.

-George fue hace una hora para llevar las botellas y ayudar un poco a preparar lo que quedaba. Yo me quedé a jugar una partida al Snap explosivo con Ginny. –comentó el pelirrojo por el camino.

Se dirigieron a la quinta planta, fueron a un pasillo de la izquierda, atravesaron como si fueran fantasmas un cuadro puesto en un diminuto pasillo, luego escogieron uno de los tres pasillos que se encontraron y por último, entraron a una torre entrando por el ombligo (que se ensanchó hasta tener la medida de un metro de ancho y dos de alto) de "Boris el grande", una enorme y hermosa escultura.

La sala común de Ravenclaw estaba en la torre opuesta de la de Gryffindor. La elegancia y el azul destacaban en la sala, al igual que la enorme chimenea y la estantería de libros.

----------HOLA!!!-------

Aquí tenéis el segundo capi. Bueno, un poco soso, pero lo bueno empezará en el próximo, que ya esta empezado.

Así que.... ¡¡hasta el próximo capitulo!! Prometo no tardar. Por favor, dejen revierw!!!!! ¡¡Por favor!! Les aya gustado o no, déjenlo, en serio, sólo continuare cn esta historia si vosotros me decís que haga eso!