Hola!!!! Perdón por haber tardado tantooooo!!!!! Aquí tenéis la contestación de los reviews

5º Cap. ¿George o Georgina?

George, (o Georgina) se dio la vuelta y se miró a un espejo. Sus ojos se abrieron enormemente.

En lugar de un joven quinceañero pelirrojo, había una joven quinceañera pelirroja.

-¡Michelle! –gritó horrorizado caminando hacia atrás y chocando contra la chica, cogiéndola del brazo. Su voz había cambiado.

Michelle no sabía como reaccionar, sólo podía llevarse una mano delante de la boca y abrir mucho los ojos. ¡Había sido culpa suya! ¿O no?

-Creo. –dijo con la voz ronca. –Que deberíamos ir a ver a Dumbledore.

-¡No! ¡No por Dios que vergüenza!

-¿George? –le preguntó Michelle extrañada de la frase que acababa de decir su amigo. ¿Cuándo había oído decir algo así a un gemelo Weasley cuando no estaba de broma?

-¡Es que....! ¿Qué hago si me mira?

-Mirarte seguro que te mira, es algo que suelen hacer las personas para hablar. –le dijo Michelle con sorna.

-¡No! Me refiero a esto. –dijo mirando su escote y metiendo la nariz por la túnica para ver algo. -¡Eh! ¡Cómo molan! ¡Puedo mirar pechos sin necesidad de ninguna revista porno! –dijo con entusiasmo.

-Hermoso, ¿cierto? –le dijo con sorna Michelle. -¡Vamos a ver a Dumbledore! Seguro que él arregla este embrollo.

Michelle cogió algo de su ropa para prestárselo a George, y éste, pícaramente, le pidió ropa interior. Después de una colleja por parte de Michelle y una queja de George porque decía que botaban mucho sin ropa interior (en la que recibió otra colleja) salieron hacia el despacho de Dumbledore.

De vez en cuando, George miraba apenado a su entrepierna.

-¡Me siento como si me hubieran castrado como a un gato! –murmuró al subir por la escalera hacia el despacho de Dumbledore.

Michelle no pudo replicar, ya que Dumbledore abrió la puerta. Miró a Michelle con una sonrisa, pero al ver a George, su expresión cambió. No parecía reconocerlo, los dejó pasar al interior de el despacho y se sentó amablemente en su silla, pidiéndoles por gestos que hicieran lo mismo.

Miró a Michelle con una sonrisa, esperando que hablara, y ésta, suspirando, lo contó todo lo del incidente de la poción.

Dumbledore se rió durante un buen rato (haciendo que George se pusiera muy MUY MUY MUY rojo) luego, pidió a Michelle que le diera el libro donde estaba la receta con la poción. Tras una hechizo, el libro apareció a su lado.

Michelle le explicó que era un libro indio muy antiguo y costoso. Dumbledore, tras leer la receta, se fijó en un punto en el que no estaba escrito nada durante un cacho.

-La próxima vez que hagas una poción de un libro antiguo y oriental, fíjate en la letra pequeña. –le dijo a Michelle con una sonrisa.

Michelle mira confusa al libro, especialmente donde Dumbledore puso tanta atención.

-¿Letra pequeña?

-Ésta. –con un movimiento de varita, sale un gran párrafo escrito en letra pequeña.

Resumiéndolo, en el párrafo ponía que la poción dura todo un mes, exceptuando que si alguien que sepa que la persona había tomado la poción lo diga a otra, en tal caso, si se hace más de una vez, la poción durará para siempre. Pero si alguien lo descubre por si sólo, no pasará nada y la poción durará en un mes. (N/A: vamos, que si Michelle, George o Dumbledore le dicen a alguien que George se ha convertido en Georgina, George no volverá a ser nunca como antes. Sólo se le puede decir a una persona, y ellos ya lo han dicho a Dumbledore. (cara de George( O.o)

-¿Y ahora qué hago? –preguntó sin dejar de poner cara de O.o

Dumbledore, rápidamente empezó a trazar un plan, tras pensar en silencio por un minuto, declaró que anunciarían que George se había intercambiado por un mes con una irlandesa pelirroja llamada Georgina Yelsaew.

-¿Pero por qué? –preguntó George confundido de porque no quería el director lo que había pasado.

-Bueno... Cualquiera puede darse cuenta de que eres tú, tu nombre sólo a cambiado pidiéndolo en femenino, y tu apellido está con las mismas letras, pero al revés. Y tus facciones son las mimas, tu físico ha cambiado por un mes dejando ver a lo que serías si hubieras salido mujer. –dijo el director pausadamente para que George entienda cada sílaba. -Pero prefiero que nadie lo sepa porque... bueno, a mi no me gustaría que la gente lo supiera si me convirtiese en mujer, y también porque el ministerio puede sacar esto en contra de Hogwarts. Últimamente, sospecho que tendremos una mala temporada con el ministerio, estamos perdiendo su confianza por que no cerramos los ojos ante la posibilidad de que Voldemort vuelva. También está Lucius; quiere sacarme de mi puesto.

-¡Sacarlo del puesto es una estupidez! –saltó Michelle resignada.

-Pelota. – susurró Georgina.

-¡Lo digo en serio! –murmuró Michelle. –A de más esto es algo que puede pasar: ¡¡Demonios, se trata de una escuela de magia y hechicería, los accidentes ocurren, ¿no?!!

-Lucius es muy poderoso en lo que convencer a sus colegas del consejo se refiere. A de más tiene una excelente ayuda económica y la de Fudge. Mañana anunciaré en todo el Gran Comedor que hay una nueva alumna que estará aquí de intercambio durante un mes, el sombrero te seleccionará para Gryffindor y dormirás con las de tu curso. Y eso sin contar que no podemos decir quien eres realmente, claro está.

Una sonrisa traviesa apareció por la comisura de la boca. No pasó desapercibido para el director, y con un brillo divertido en los ojos, se inclino hacia el pelirrojo para darle una advertencia.

-Nada de decírselo a alguien, George... Georgina. Ni a Fred. ¿Entendido? Podría escapársele en cualquier momento. Y otra cosa... Michelle te va a vigilar en la habitación, así que no intentes ver a nadie tal como vino al mundo.

¡Entonces que beneficio obtenía él! No podría ver a las compañeras de habitación en pelota, sería una tía para todo el mes, nada de quidditch, y encima, su hermano no sabría nada.

¡¡¡Un momento!!! ¿Iba a estar durante un mes sin su hermano? ¡Nunca, NUNCA, había estado sin su hermano! Ni un día, siempre habían estado juntos, y siempre habían afrontado los problemas de uno de los dos juntos. Pero ahora, ahora... ¡iba a estar sin su hermano! ¡Durante un mes!

Mirara como lo mirara, George se sentía más solo que nunca.

De vuelta a la sala común, sólo se acostó, sin decir una palabra y sin cenar. Al día siguiente, las cosas no fueron muy distintas. Notó como Michelle lo miraba preocupado, pero no la oyó cuando le preguntó que le ocurría.

-¡¡¡George!!! –le dijo bruscamente balanceándola fuertemente. -¡Coño! ¡Escúchame! ¿Qué demonios te pasa?

George le devolvió una mirada vacía con las cejas levemente levantadas.

-¿Humm? –preguntó George despistadamente.

-Qué – coño – te – pasa. –dijo recalcando cada sílaba con brusquedad.

-Nada.

-¿George?

-¡NADA! –dijo con un movimiento brusco del brazo. Michelle la miró horrorizada, y George añadió: -¡¡Sólo que voy a estar todo un mes bajo este puñetero disfraz de pelirroja!! Sin que mi hermano lo sepa. ¬¬ cuando vuelva me va a culpar por no haberle dicho nada de que me fui de intercambio. ¬¬

-No siempre vas a estar con tu hermano. A de más, Fred no es tonto, y que tú eres George Weasley bajo el nombre de Georgina Yelsaew tampoco es un gran enigma que sólo Hermione Weasley puede descubrir. Si Fred te conoce bien (cosa que no dudo), entonces pronto descubrirá quién eres realmente.

Georgina se lo agradeció con un abrazo.

-a de más, así conocerás a las mujeres. ¡Cuando seas George de nuevo, vas a convertirte en un don Juan!

-Ya lo soy, Michelle. –le dijo con una sonrisa seductora.

-Lesbiana ¬¬ -murmuró Michelle.

Después de anunciar Dumbledore que por un castigo, George Weasley había sido intercambiado por una irlandesa, Georgina Yelsaew. Cuando fue llamada para que fuera hacia el sombrero seleccionador, Georgina caminó lentamente, despacio. Tal como le dijo a Michelle más tarde, fue simplemente para que no "le votaran demasiado" y que nadie se enterara de que no llevaba sujetador.

El sombrero seleccionador (recordemos que se mete dentro de la cabeza y lee todo) empezó a reirse cuando se dio cuenta que era George Weasley y porqué se había convertido en mujer. Mcgonagall tosió ruidosamente para que el Sombrero callara. Las carcajadas dejaron de oírse por el Gran Comedor, y George se puso roja.

-Ya vale, ¿no? Puede pasarle a cualquiera. –le espetó mentalmente George.

-Si, pero te aseguro que de los más de mil años de vida que tengo, nunca he visto ni oído nada más gracioso. ¡y justamente a ti, George Weasley!

-¿Qué pasa con migo? ¿Eh? –preguntó mosqueado.

-De todas las personas que me han puesto en su cabeza, tú eres la que mejor le podría haber pasado esto. Sé que lo encajarás muy bien. Incluso le sacarás partido.

George sonrió.

-GRYFINDOR

Todos aplaudieron calurosamente a la nueva pelirroja. Un estúpido de séptimo le dijo (sin dejar de mirarle los pechos de reojo) que se ofrecía a enseñarle el castillo cuando se sentó en frente.

-No, gracias, tengo pensado a otro chico para que me enseñe el castillo. Seguro que no me gastaba los melones con la mirada tanto como tú. –le espetó mientras estaba entreteniéndose con un filete.

El chico se quedó con la boca abierta y se fue a comer a otro sitio de la vergüenza.

-¡Oye tú, Georgina! –dijo Clara masticando fuertemente si filete. -¿Vas a dormir con nostras, no? En nuestra habitación.

-¿Eres de quinto? –le preguntó George actuando.

-Sí

-Entonces sí, supongo. Sólo se que iré con una chica llamada Michelle... la conocí antes. –dijo intentando entablar una conversación. Pero Clara sólo dijo.

-¡Oh! ¡Estupendo!

Acabaron de comer, y subieron a la sala común. Michelle estaba a cada poco explicándole cosas a George (que por supuesto ya sabía) Y George hacía como que hacía un gran esfuerzo en recordar el camino de la sala común en la memoria.

Cuando llegaron al retrato de la Señora Gorda, pidió sin dejar de mirar a George con su voz chillona (tipo paisana que canta en una ópera)

-¿La contraseña? –preguntó ya mirando a las otras.

-Salazar era un inepto. –dijo George contento. Le encantaba esa contraseña que la Señora Gorda había puesto hace una semana

-¿Cómo la sabes? –le preguntó Rachel con el entrecejo fruncido.

-Yo se la dije por el camino. –dijo Michelle con tranquilidad, aunque miraba a George de una manera que lo incomodó. –Vamos a la habitación.

Subieron a la habitación con rapidez antes de que apareciera la gente y acorralaran a Georgina a preguntas. La habitación había sido hecha más grande mágicamente para que cupiese bien el nuevo armario, el nuevo baúl, y la nueva cama para Georgina. El baúl no era el mismo que el de antes (el de antes ponía claramente George Weasley) si no que era nuevo, y dentro estaban sus objetos personales, pero nada de su antigua ropa. Alguien le había comprado uniformes y capas de su nueva medida y ropa muggle de chica, así como ropa interior.

Le agradó tener ropa para él solo y no heredada, algo que había comprado para él solo. (Sólo había experimentado esa sensación con la ropa interior, pero ese tipo de ropa no era la que se luce) La acarició con cariño y se llevó ropa al baño para cambiarse y luego darle lo que llevaba a Michelle (el uniforme que en ese momento llevaba era de ella)

Iba a estar un mes así... bajo ese disfraz... había encogido más de diez centímetros. Se sentía triste y alegre a la vez. Cosa que se le quitó cuando Alicia salió del baño completamente mojada y con una toalla cubriéndole escasamente desde el pecho hasta un poco de los muslos.

Michelle, muy nerviosa, le lanzó una almohada a la cara, impidiéndole ver.

-¡Guerra de cojines! –gritó actuando y poniéndose delante con su almohada, para que "el chico" no viera nada.

-Va a ser una temporada muy difícil. –pensó cansada Michelle. –Muy difícil...

Por haberse despistado recibió un cojinazo en la nuca, y se lanzó de nuevo sobre la pelirroja.

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Hasta aquí este capítulo. Siento haber tardado tanto, pero me enredé en otras historias y escribí mucho en las otras mías que tengo aquí y en otra página.

¿Qué os ha parecido? Decírmelo en vuestros reviews, y seguid esta historia, tengo una escenita muy graciosa pensada para Georgina.... (ArwenWood sonríe malévolamente)