Hola! Siento haber tardado tanto, lo siento mucho, asi que mejor dejo de enrollarme y os dejo con el capitulo. Solo comentar que a partir del siguiente el rating subirá a R por violencia y sangre (la guerra no es para todos los publicos...)
Disfrutad!
Capitulo Veintitres
La mañana siguiente, le despertó un golpeteo insistente en la ventana, un poco antes de lo que estaba acostumbrado. Adormilado, se sentó, se restregó los ojos y abrió las cortinas, sus ojos posándose inmediatamente sobre una lechuza blanca que esperaba en la ventana.
"Hedwig," susurro y en silencio se movió hacia su vieja amiga emplumada.
Tan pronto como abrió la ventana, la lechuza voló hasta su hombro y estaba ululando en bajo mientras le picaba la oreja no muy suavemente como si le regañara por dejarla atrás.
" Lo siento, Hedwig, pero no tuve oportunidad de decir nada al respecto," se disculpo, acariciando las suaves plumas en la parte de arriba de la cabeza de su lechuza. Estaba contento de ver que quien quiera que se hubiera ocupado de su lechuza había hecho un buen trabajo. Estaba sana y parecia satisfecha. Noto una nota atada a su pierna y la cogió, desenrollando el pequeño trozo de pergamino.
A quienquiera que reciba esta carta.
La lechuza se llama Hedwig. En los últimos días ha estado intranquila y ha sido tan persistente en su deseo de irse que casi se hace daño. No sabemos que la esta llamando, aunque creemos saber cual puede ser la causa de su extraño comportamiento..
Cuida bien de ella.
PD: Prongs jr. , si eres tu quien esta leyendo esto, espero que tengas una explicación condenadamente buena que darnos…
Snuffles
Harry sonrió ampliamente. ¡Sirius! Era una nota de Sirius, y asumía que el "nosotros" que se podía leer significaba Remus y él. ¡Estaban bien! Que había sido de su padrino había sido una de sus grandes preocupaciones hasta ahora y el saber que estaban bien le había quitado un peso de encima.
Sintiendose lleno de energia, se prepare para su entrenamiento matinal, sabiendo que Arxeren le despellejaria con que solo se le pasara por la cabeza saltarselo.
Dejo una nota en la cabecera de su cama, diciendo que iba a caminar por el lago, sabiendo que sus amigos la verían. Una vez estuvo vestido con sus ropas de entrenamiento, convoco sus armas, sin molestarse con la varita. Cuando estaba a punto de irse, oyó un pequeño bostezo y se giro para ver a Lucky despertarse. Sacudiendo la cabeza, se aproximo al pequeño zorro pelirrojo y lo cogió en brazos, llevándolo hasta Hedwig para que lo examinara. Al principio la lechuza se asusto muchísimo, y solo el hechizo silenciador que Harry lanzo rápidamente a su alrededor evito que despertara a todo el dormitorio. Oyó a Dean despertarse un poco así como a Neville cambiando de posición en su cama. Finalmente consiguió calmar a Hedwig lo suficiente para que se quedara quieta mientras presentaba a los dos animales. La primera acción de Lucky, desafortunadamente, fue intentar golpear y morder al en apariencia apetitoso pájaro delante de él, algo que no sentó demasiado bien a Hedwig quien dio un picotazo al insolente zorrito, provocando gemidos doloridos del rojo animal.
"Vale, vale…. Sed Buenos, los dos…." Harry estaba sonriendo ligeramente ante la expresión engreída de Hedwig mientras le lanzaba una mirada descontenta. "Hedwig, este es Lucky, va a quedarse con nosotros, aun es muy joven, así que tendremos que vigilarle¿vale?."
El pájaro le lanzo una mirada desconfiada, como si dijera: "¿Nosotros¿Vigilarle¡Yo soy la que va a acabar como un aperitivo para zorros!" Con una pequeña risa, Harry acaricio las plumas revueltas de su mascota más antigua.
"Aprender�, Hedwig, todos lo haremos…" Entonces se volvió hacia el zorro que aun miraba a la lechuza con expresión glotona. " Y para ti, nada de comer lechuzas, están prohibidas¿entendido?" El zorro inclino su cabeza hacia él.
No confiando realmente en el zorro, Harry le lanzo un hechizo sin varita que le daría una pequeña descarga cada vez que intentara atacar a una lechuza. Después de todo, no quería tener que explicar a algunos estudiantes por qué sus lechuzas habían desaparecido.
Una vez seguro de que el hechizo había tenido efecto, dejó el dormitorio, silencioso como una sombra, Lucky trotando detrás de el, siendo el ligero ruido de sus patas sobre la fría piedra el único sonido audible. Ambos salieron dejando a Hedwig descansando silenciosamente sobre su percha.
Dejó a su amigo pelirrojo vagar alrededor mientras el lentamente comenzaba sus ejercicios de calentamiento, procurando estirar cada músculo. No le apetecía hacerse daño mientras entrenaba. Mientras lo hacia, comenzó a pensar en lo que él tendría que hacer. Primero, tendría que ver a Dumbledore para saber como iba la guerra: mientras que tenía una buena idea con respecto a Voldemort, no sabia prácticamente nada sobre lo que el Ministerio había planeado. Tendría que reunirse con el Ministro y varios oficiales, no había escapatoria. Lo único bueno era que Fudge ya no era el ministro, pero no estaba muy seguro de cómo seria con Amos Diggory. Además estaba la orden júnior... ¿podría unirse a ellos¿Sería capaz de trabajar con ellos? No estaba tan seguro de ello. Cuando terminó su última serie de ejercicios, cogió su espada y comenzó su rutina, mientras continuaba su pensamiento
No sabia si realmente seguía perteneciendo allí. Hogwarts había sido su casa, su refugio durante cuatro años, aún con Voldemort decidido a matarle. Pero no podía volver allí y acomodarse de nuevo a su papel de Chico de Oro. Había cambiado demasiado para eso. ¿Qué pasaría si se uniera a la orden júnior? Lo consideró durante unos minutos. Esperarían que él los liderase, pero al mismo tiempo no confiarían en lo que decidiera por ellos. Esto también significaría que él tendría que quitar a los líderes anteriores para tomar su lugar y no seria bien visto por aparecer de repente y esperar que todos siguieran sus órdenes.
No, era mejor si no se unía. Hacerlo de otra manera crearía más problemas de los que necesitaban en ese momento. No tenían tiempo para peleas internas mientras estaba teniendo lugar una guerra.
Aceleró sus movimientos, y pasó su espada a su mano izquierda sacando su varita mágica y convocando un maniquí para practicar otra vez. Metiendo de la varita mágica dentro de su manga, volvió a coger la espada con la mano derecha y se lanzo hacia el luchador translúcido quién paro el golpe dirigido a su cabeza.
Este maniquí era uno que siempre estaba un nivel encima de Harry. Estaba hecho para llevarle hasta su límite y hacerle mejorar.
Harry siguió intercambiando golpes con la figura translucida hasta que sintió como se aprovechaba de un pequeño hueco en su guardia. Intento pararle, pero era demasiado tarde y segundos más tarde la espada salió despedida de su mano y la hoja de humo del maniquí de práctica paró a milímetros de su cuello.
Con un suspiro, Harry murmuró la contraseña para desactivarlo y fue a recoger su espada. Envainándola, comenzó a trabajar con su daga, para después pasar a lanzamiento de cuchillos. Una vez hubo terminado, recogió sus armas. Se levantó y después de revisarlas, las volvió a guardar en su lugar habitual. Viendo que aun le quedaba un poco de tiempo, decidió volver con la espada. Llevaba luchando varios cuando se distrajo por una pequeña perturbación en sus barreras próximas. Fue suficiente para que el maniquí atacara y de un golpe le arrancara la espada, mandándole al suelo y parando una vez más su espada a milímetros del cuello de Harry.
Enfadado por haber sido derrotado otra vez, Harry hizo desaparecer a su oponente y se levantó. Mirando alrededor, no vio a nadie en los alrededores que pudiera haber hecho saltar las barreras. Esto quería decir una cosa: Hechizos de invisibilidad o capas. Tomando su varita mágica, maldiciendo mentalmente la necesidad de usarla, lanzo rápidamente un encanto revelador y uno convocador. Evidentemente, dos capas volaron hasta su mano, revelando a cuatro personas que lo miraban con expresiones que iban de culpable a impresionado o indiferente.
"Ron, Zabini, Padma, Justin, buenos días" les saludó con frialdad, realmente tenia aversión a la gente que intentaba sorprenderle, sobretodo porque la mayoría de las veces tendía a reaccionar primero y pensar después. Terminó de examinar su hoja y contento de no ver ninguna mella, la envainó antes del devolver su atención al grupo que tenia delante. "¿Hay alguna razón para que estéis aquí, invisibles debo añadir, o solo os apetecía dar un pequeño paseo?"
"Buenos días a ti también, Potter, hace buen tiempo ¿verdad?" hablo Zabini.
"Ahórrame la charla insustancial, Zabini y ve al grano"
El Slytherin pareció divertido con la respuesta de Harry.
" Bien Potter, directo al grano. Nosotros cuatro somos líderes en el grupo de nuestro curso en la orden júnior..."
"Querríamos saber si estarías dispuesto a unirte a nosotros, Harry," termino Ron, ganándose una mirada fulminante de Blaise a quien parecía que no le gustaba ser interrumpido.
Harry les miró, las cuatro casas unidas, era algo que nunca pensó posible... Miró a Ron.
"Lo que no consigo ver es porque me hacéis una pregunta cuando sabéis cual va a ser mi respuesta..."
Padma hizo una mueca.
"así que no te unirás" Era más una afirmación que una pregunta.
Harry asintió.
"Os causaría más problemas que la ayuda que pueda daros. Pero trabajaré con vosotros, si aceptáis mi ayuda"
Zabini sonrió con satisfacción.
" Como si fuéramos a rechazarla, Potter"
Nadie habló por unos momentos. Se miraron unos a otros, tratando de evaluar unos a los otros.
"¿Hay alguna prueba de que eres quien dices que eres, Potter?" finalmente dijo Justin.
Harry se encogió de hombros.
"No realmente, tengo mi cicatriz si eso es suficiente prueba para ti. El profesor Dumbledore atestiguará que soy yo si es necesario, pero al final tendréis que aceptar mi palabra sobre esto."
La respuesta pareció satisfacer a Justin que dio su mano a Harry.
"Me alegro de tenerte ve vuelta Potter"
Con una pequeña sonrisa, Harry acepto la mano y la estrecho antes de soltarla.
"Me alegro de estar de vuelta, Justin."
Harry no tenía ninguna otro opción, sólo seguirlos mientras se marchaban, prometiéndose estirar una vez llegara al dormitorio, sino lo pagaría más tarde. Apenas había andado unos segundos cuando se acordó de Lucky. Maldiciendo en voz baja, murmuró unas palabras y un zorro disgustado apareció a sus pies. La bestia pelirroja definitivamente no estaba contenta y lo demostró hundiendo sus pequeños dientes en los tobillos de Harry. Pequeño tal vez, pero aun así afilados. Harry se encogió y cogió a Lucky.
Ignoro las expresiones de sorpresa en las caras de los otros excepto Ron que ya había visto al pequeño zorro.
"¿Que es eso?" pregunto Padma.
"Un zorro," indico Harry.
"Gracias por constatar lo obvio, puedo ver que es un zorro. ¿Qué haces con el?" La Ravenclaw estaba un poco mosqueada.
"He estado cuidando de el, sus padres fueron asesinados y lo encontré. Su nombre es Lucky"
"¿Ha sido vacunado, verdad? He oído que los zorros transmiten toda la clase de enfermedades, como la rabia" Padma miraba el animal con desconfianza.
"Es perfectamente seguro y no dañara vuestra salud."
No hablaron más en el camino de vuelta al castillo. Mirando su reloj, Harry vio que todavía tenía una hora antes del desayuno. Se separaron en la entrada, Ron y Harry anduvieron en silencio hasta la torre. Al entrar, encontraron a Hermione durmiendo en el sofá.
Ron sonrió indulgentemente.
"Esta intentando hacer mucho ella sola... Pienso que demasiado... Pero no me escuchara, es demasiado cabezota."
Harry miró a su amigo y frunció el ceño.
"¿Estáis los dos... juntos?"
Ron lo miró.
"¿Qué pensarías si lo estuviéramos?" él dijo, su voz un poco tensa.
Harry le miro a los ojos con franqueza.
"Estaría feliz por vosotros, aunque pensara que no iba a durar."
Ron sonrió satisfecho.
"Bien... Pero no, no estamos juntos, ella es mi hermana honoraria, por muy extraña que pueda llegar a ser." sonrió mientras miraba a la chica dormida.
" La llevare a su dormitorio"
"Vale, estirare un poco, me interrumpisteis antes de que pudiera hacerlo".
Ron se giro hacia él cuando estaba a punto de subir al dormitorio de las chicas, algo que su estatus de prefecto le permitía hacer.
"Por cierto¿cómo lograste aprender a luchar así? Llegamos al final de la pelea. ¡Era la leche¡No sabia que pudieras aprender tan rápido!"
Los labios de Harry se apretaron en una sonrisa falsa mientras contestaba.
"Tuve ayuda."
Más de la que puedes imaginar, pensó mientras comenzaba a estirar mientras Ron llevaba a Hermione a la cama, sin olvidar su mochila y apuntes.
Era algo que aun le dolía. Una vez, le pregunto a Arxeren como es que era capaz de aprender tan fácilmente. El guardián admitió haber interferido en su progreso. Para citar sus palabras, "solo le había dado un empujón". Harry bufo, un empujón, eso era quedarse corto. Había mejorado sus capacidades para aprender y recordar, mejoró la adaptabilidad de sus músculos. Y aunque Arxeren le había dicho que habría alcanzado este nivel con más tiempo, a Harry aun le parecía que había hecho trampas. Teneb lo sabía, ya que Kaelia había hecho lo mismo con él. Al principio, Harry no quería ni oír hablar de ello y le había pedido a Arxeren que le devolviera al nivel que él habría tenido si el guardián no hubiera interferido. Recordaba esa discusión muy bien...
¡No estas dándole vueltas otra vez!
Buena días a ti también, Arxeren. Lo siento, pero es que de verdad me mosquea.
¡Si hubiera sabido que te ibas a poner tan cabezón, no te habría dicho lo que hice!
Todavía pienso que hice trampas...
Harry, hemos hablado de esto incontables veces. Necesita esas habilidades y no tenemos el tiempo suficiente para que las aprendas a tu ritmo. ¡Son solo las habilidades que habrías desarrollado con más tiempo¡No te estoy dando habilidades nuevas!
¡Seria mejor que no lo hubieras hecho!
Habrías alcanzado este grado de habilidad tarde o temprano, pero habría llevado más tiempo, algo que nosotros no tenemos. Lo siento si hiere tu orgullo, pero hay cosas más importantes en juego. Y pensé que teníamos un acuerdo. Te dije, que en cuanto esto este terminado, devolveré tus habilidades al nivel en que habrían estado, si yo no te hubiera ayudado y luego podrías tomarte todo el tiempo que quieras para volver a dominar tus habilidades.
Sí, llegamos a un acuerdo... ¡Y no necesito el discurso completo de nuevo!
¡Entonces, por qué le estas dando vueltas!
¡Porque no es justo!
¡Esto es una guerra¡No es justa¡Acaso piensas que el Señor Oscuro juega limpio¡Absorbe la energía de algunos de sus seguidores y emplea el poder sacado de torturas para aumentar el suyo!
Esto hizo callar a Harry.
Harry, quiero que entiendas que hice esto para ayudarte...
Lo sé, lo se... hiciste lo correcto, Arxeren, es solo que me cuesta aceptarlo, es todo.
Hubo un pequeño silencio.
Teneb no podrá hablar contigo antes de volver. La situación se esta haciendo cada vez más complicada en Horevald, no es seguro para el bajar sus barreras mentales... particularmente en su caso. Los maestros llegarán al mediodía a finales de semana. Najira estará con ellos.
Gracias por el aviso..
¡No hay problema, ahora ve a darte una ducha y ten cuidado!
Con esto, la presencia del guardián desapareció.
Sonriendo, Harry terminó de estirar y después fue al dormitorio a ducharse y cambiarse. Veinte minutos más tarde, estaba en la sala común con Ron, ambos jugando a snap, y esperando a Hermione. Finalmente oyeron a alguien bajar corriendo, pero cuando alzaron la vista, vieron que eran Lavender y Parvati.
Las dos chicas caminaron hasta ellos, una expresión preocupada en sus caras.
"Sentimos molestaros, pero pensamos que le pasa algo a Hermione. Tratamos de despertarla, sabéis como se pone si llega tarde, pero nada parece funcionar" dijo Lavender.
"¿Puedo verla?" dijo Harry. "Os necesito a una de vosotras conmigo o el permiso de un prefecto..."
"Ven, te protegeré de nuestras protecciones" dijo Parvati, sonriendo socarrona.
Asintiendo, Harry siguió a su compañera Gryffindor al territorio de las chicas. Entraron en el dormitorio de quinto y Parvati le condujo a la cama de Hermione. Su dormitorio era similar al de los chicos. Los colores eran diferentes y había menos camas, pero en general era casi igual.
Una vez Parvati le enseño la cama de su amiga, abrió las cortinas. Hermione estaba tumbada en la cama, pálida, con la respiración entrecortada. Inmediatamente temiéndose lo peor, Harry se inclinó para tomarle el pulso. Esto no hizo nada para aliviar su preocupación.
"¡Mierda!" maldijo Harry. Se giro hacia Parvati. "¿Hizo mucha magia ayer por la noche?"
La muchacha pensó durante unos segundos.
"Bastante, al parecer McGonagall y Moody decidieron examinar a unos cuantos miembros de..." se detuvo, empalideciendo.
"Ya se lo de la Orden, continúa."
"Bueno, ella fue una de las examinados, volvió completamente agotada. Al principio Lavender y yo pensamos que se iba a desmayar. Tratamos de ayudarla, pero dijo que no era nada."
Parvati frunció el ceño.
"Ahora que lo pienso, deberíamos haber insistido, pero era tarde, y Hermione es siempre tan testaruda..."
Mentalmente, Harry estaba poniendo a Hermione de hoja perejil.. ¡Por qué no le había dicho a McGonagall que no estaba en condiciones de hacer las pruebas¡Maldita muchacha! Inclinándose sobre la cama, la cogió en brazos y comenzado a correr escaleras abajo.
"Parvati, trata de encontrar un vial lleno de una poción dorada y tráelo a la Enfermería cuanto antes. Debería estar en su mesilla."
Sin esperar respuesta, se dirigió hacia el territorio de la Sra. Pomfrey, diciendo a Ron que viniera mientras salía.
Cuando alcanzaron la Enfermería, Ron jadeaba ligeramente, pero Harry apenas estaba sin aliento. Puso a Hermione sobre una cama y llamo a la Señora Pomfrey.
La enfermera vino rápidamente y se acercó a la cama.
"¿Qué ha pasado, Sr. Potter? Espero que no lograra herirse tan pronto tras su regreso."
"Es Hermione, señora; creo que esta en shock mágico."
Inmediatamente, la Señora Pomfrey comenzó su diagnóstico y como Harry había temido, reveló un agotamiento casi completo de los niveles de energía de Hermione, tanto mágico como normal, lo que había hecho que su cuerpo entrara en estado de shock.
Lanzando unos pocos hechizos, la enfermera estabilizó su estado.
"�¿Alguno de ustedes sabe qué causó esto! Unos días más y habría entrado en un coma mágico. â €
Harry sabía que lo pagaría por contárselo a la enfermera, pero la salud de Hermione era más importante.
"había estado tomando la poción Entropian durante un tiempo, pero al volver, vi los signos y la convencí para que parara. No creía que fuera tan grave... Había estado durmiendo mucho, así que pensé que tendría cuidado y se recuperaría, pero al parecer tuvo unos tests muy duros ayer por la noche..."
La mujer miró con desaprobación a la joven de la cama.
En ese momento, Parvati entró, con una gradilla llena de viales de la poción y se los dio a Harrry.
"Gracias Parvati." la chica asintió y se fue.
Se los dio a la enfermera.
Mirándolos, ella refunfuñó sobre las muchachas tontas que deberían tener mas sentido común, entonces se volvió hacia Harry.
"Debería irse, estará despierta en unos días, pero no podrá hacer los exámenes al final de la semana. Hablare con el Director para programar otra sesión para ella y algunos otros que tampoco podrán hacerlos. ¡Ahora, váyase! estará en pie, hacia el final de la semana, pero le llevara dos semanas recuperar la mayor parte de sus poderes. Informare a los profesores." Viendo la cara preocupada de Harry continuo. "Sólo le diré a la Jefa de vuestra Casa y al Director la causa del problema de la señorita Granger."
Harry asintió y arrastro fuera a Ron.
Parvati los esperaba fuera.
"¿Se pondrá bien?"
" En una semana más o menos."
"¿Pero que pasa con los TIMOS?"
"Los hará cuando se encuentre mejor" dijo Ron, con una sonrisa para Parvati quien la devolvió.
"Bien, pero no me gustaría ser quien tenga que decírselo...¿sabéis que es lo que la pasaba?"
"Pues..." Ron vaciló.
"La señora Pomfrey no nos lo ha dicho. ¿Quizás tomó una poción en mal estado?" dijo Harry, esperando que Ron le siguiera la corriente. Estaba seguro de que Hermione no querría que se enterara todo el mundo.
Los tres jóvenes fueron hasta el Gran Comedor, y se sentaron en la mesa de Gryffindor.
Masticando una tostada, Harry miró como las lechuzas comenzaron a llenar el comedor. entonces se dio cuenta de que estaban repartiendo El Profeta. Una lechuza voló hacia ellos y se posó sobre la silla que normalmente ocupaba Hermione. Mirando alrededor, perdido, la lechuza marrón estaba a punto de echar a volar otra vez, probablemente hacia la Enfermería cuando Harry lo cogió.
"Yo se lo daré... toma." le dio a la lechuza unos knuts y momentos más tarde, el pájaro se marchaba.
Con temor, Harry desdobló el periódico mágico. Y como había temido, destacando en primera plana, el titular no podía ser ignorado.
�¡EL CHICO QUE VIVIÓ HA VUELTO!
Ayer, Albus Dumbledore, Director de Hogwarts anunció la vuelta de Harry Potter, " el chico que vivió ".
El joven había desaparecido hace un año en las circunstancias que todavía permanecen desconocidas para nuestro reportero. Los testigos informaron que el joven estaba en buen estado de salud y parecería haber recibido entrenamiento durante su ausencia...
Artículo entero, ir a la pagina3
Entrevistas con los testigos, pagina 5
Historia de El Chico-que-vivió, pagina 6
Comentarios de representantes del ministerio, pagina 7
Harry suspiró.
Ahí quedaba el intentar pasar desapercibido.
Harry no se molestó en leer el resto del artículo. Doblándolo, se lo dio a Ron, murmurando algo sobre ver a Dumbledore.
Saliendo rápidamente del comedor, después de fijarse en que el director no estaba presente y se dirigido a su despacho.
Al llegar delante de la Gárgola, dijo la contraseña que Snape había usado ayer.
"Skittles"
La estatua se apartó y él subió el tramo de escaleras que conduce al despacho de Dumbledore. Mientras llamaba a la puerta, oyó que había varias personas en la habitación.
"Adelante."
Preparándose, suspiró y entró.
Entro en la habitación, cerró la puerta y se encontró cara a cara con los cinco ocupantes de la habitación.
"Sr. Potter, venga y siéntese," dijo el director, por una vez, no perdiendo el tiempo y yendo directamente al grano. " Estaba hablando de su vuelta con estos caballeros." Señalo a los otros cuatro hombres. "Ya conoce al Sr. Diggory, nuestro nuevo Ministro, a su derecha se sienta el Sr. Richardson, jefe de las Fuerzas de Mágicas Voluntarias, o FMV para acortar. Al lado del Sr. Richardson esta el Sr. Perry, jefe de los Aurores supervivientes y a la izquierda del Ministro esta el Sr. Valyan, Jefe de los Innombrables."
Los hombres asintieron, cada uno de ellos estudiando a Harry. El joven Athar podía ver que Valyan y Perry tenían sus varitas apuntándole.
"así que en verdad es cierto, esta de vuelta con nosotros señor Potter... entonces la causa de su desaparición que Albus nos contó dijo también debe ser verdad... por absurda que sea...
Harry se sentó en una silla y aceptó la taza del té que le ofreció Dumbledore.
"Ya que no se que os dijeron, no puedo negar o confirmar lo que les dijo."
A Richardson no pareció gustarle mucho su respuesta...
"¡No juegues con nosotros, chico¡Nos contó un cuento sobre elfos, Magis, Elementales y jinetes de Dragón!"
Harry tomó un sorbo de su té. Menta.
"Entonces les dijo la verdad."
Los cuatro hombres le miraron fijamente.
"¿Té, caballeros?" dijo el Director. Ellos asintieron desconcertados. "Ahora Harry, si pudieras contar tu historia..."
Rápidamente, Harry volvió a contar su historia, omitiendo algunas partes que no venían a cuento.
Ellos permanecieron callados durante unos momentos, reflexionando sobre lo que se les acababa de contar.
"¿así que eres... un Athar para esos jinetes, no?" dijo finalmente Perry.
Harry asintió.
Perry parecía a punto de desmayarse.
" Vale, los elfos son reales, los dragones mágicos existen y pueden hablar... decidme cuando me voy a despertar... este sueño se esta haciendo cada vez mas raro..."
Diggory miraba a Harry.
"¿Podemos contar con su ayuda contra Voldemort? No me preocupa si tienen orejas puntiagudas, el pelo naranja, la piel transparente o algo parecido mientras puedan ayudarnos."
Harry bajo la mirada y trató de encontrar el mejor modo de decirlo.
"Bueno... Primero tiene que saber, que esas tres razas nos discriminan fuertemente... no necesita saber la razón, pero no deberíamos contar con que nos ayuden a luchar. Algunos de ellos van a residir en Hogwarts durante algún tiempo como castigo, junto con varios eruditos. Estuvieron de acuerdo en ayudar a impedir que Voldemort realice este ritual, pero eso es todo."
Agitando el té de su taza, tomó un nuevo sorbo.
"Nos ayudarán porque este ritual también amenaza a su existencia, pero no lucharan por nosotros," declaró alzando la vista hasta el padre de Cedric.
"Entonces, tendremos que apañárnoslas sin ellos," dijo Amos Diggory, "Porque no nos rendiremos, han muerto demasiados para que esto sea olvidado y perdonado."
Harry asintió y luego trató de contestar lo mejor que pudor a la tonelada de preguntas que los cuatro le hicieron. Se le permitió faltar a las clases de la mañana mientras los hombres trataban de planificar la estancia de los invitados, con la ayuda de Harry y los comentarios del Director. Bueno, para irritación de Harry, tendieron a adoptar una actitud paternalista hacia él, tratándolo como un niño caprichoso la mayor parte del tiempo, pero se vieron obligados a escucharle ya que él era el único que conocía a los invitados que venían.
Finalmente, al mediodía, Harry se sintió aliviado cuando le dijeron que se fuera ya que su estómago le estaba haciendo saber que no había comido lo suficiente durante el desayuno como para permitirse saltarse la comida.
El resto del día paso tranquilamente y finalmente salió fuera, Lucky con él. Había decidido que desde ahora, el zorro se quedaría con Hagrid durante el día, ya que el pequeño revoltoso había destrozado completamente el dormitorio. Iba a presentar el uno al otro y luego entrenar durante unas horas antes de irse a dormir. En su camino de vuelta al castillo, se detuvo en la Enfermería. Hermione estaba todavía inconsciente, pero la Sra. Pomfrey le dijo que estaría despierta mañana por la tarde.
Satisfecho con la mejoría de su amiga, anduvo hasta la torre de Gryffindor. Mientras volvía, se encontró estudiantes de Beauxbâtons y Durmstrang volviendo a las Casas. Las Cuatro Casas habían sido ampliadas para recibir a los nuevos estudiantes y Harry ya había descubierto algunos de ellos en Gryffindor. Pero lamentablemente para él, Gabrielle Delacour estaba entre aquellos cuyos padres habían decidido mantener a sus hijos con ellos y enseñarles en casa.
Los días pasaron. Hermione se despertó y aunque un poco mosqueada con Harry por contar su secreto, estaba sobre todo horrorizada con la idea de no poder hacer los TIMOS con los otros estudiantes. Pero como ella notó, su truco había agotado completamente sus reservas e era incapaz de realizar pequeño Wingardium Leviosa. La señora Pomfrey le había dicho que estaría bien en unas semanas, después de sermonear extensamente ella sobre como podía ser tan descuidada, y las consecuencias a largo plazo que podría haber tenido en su magia.
Mientras tanto, Harry trabajó en como colocar a los maestros y eruditos. Se había decidido que vivirían en el ala este donde se prepararían habitaciones para su estancia.
Gracias a su guardián, se le aviso de que esperara ocho eruditos además de los maestros. En total, tendrían trece invitados, más Reald, Najira y Teneb. Hagrid se había ocupado preparar establos y un prado para los caballos.
La semana paso relativamente rápido, si ignorabas las habituales explosiones, hechizos que salían mal y los accidentes de Quidditch que eran la rutina habitual en el castillo. Claro que Harry fue inundado por cartas de varios periódicos y revistas, pidiendo entrevistas, ya que ningún periodista era lo suficientemente tonto como para arriesgar el pellejo su puesto viajando a Hogwarts.
Los estudiantes aun no sabían como actuar. Unos le miraban como un salvador, otros como un cobarde, como una mentira, como a un rompecabezas que les gustaría descifrar...
Desde su breve reunión mientras Harry había estado entrenándose con su espada, Malfoy había mantenido las distancias con el mago moreno, observándolo de lejos con una expresión confundida. Pero lo que estaba poniendo a Harry de los nervios era el comportamiento de los Ravenclaw y Slytherin de los últimos años. Habían formado una red de observadores que hacían difícil que Harry encontrara tiempo a solos para entrenarse.
Finalmente tras cuatro días se harto y se dirigió a la lechuceria.
El día siguiente Hedwig aterrizo delante de Blaise. El joven desenrolló el pequeño trozo de pergamino y lo leyó. El muchacho palideció ligeramente y miro de reojo en dirección a Harry para encontrarse con su cara cabreada. Harry hizo un movimiento de cabeza hacia la puerta, se levantó y se fue.
Minutos más tarde, Blaise le siguió.
Apenas había dado unos pasos fuera del comedor cuando se encontró con una mirada fulminante de color verde.
"�¿A que estas jugando Zabini¡Crees que no me doy cuenta de tus pequeñas tropas siguiéndome por todas partes, y lo mismo puede decirse de los Ravenclaws!"
Blaise evaluó sus opciones: negarlo todo o admitir una parte.
"Estamos tratando de entenderte, Potter."
El Athar hizo una mueca.
"No sabes con que estas jugando Zabini, pero si quieres saber algo, tendrás que preguntarme."
Zabini sonrió con satisfacción.
" Somos Slytherin, Potter. Los Gryffindors preguntan, los Slytherins espían y juntan información para negociar. No nos aproximamos directamente."
Harry sacudió su cabeza.
"Aquí estas jugando con fuego aquí, tu mismo. Pero dile a tus pequeñas serpientes que se queden este verano en Hogwarts que eviten a los invitados. ¡Voy a pasarlo lo suficientemente mal con ellos sin necesidad de tener que ocuparme de estudiantes demasiado curiosos para su propio bien!"
Zabini miró al antiguo Gryffindor. Potter estaba mortalmente serio.
"Necesitare una buena razón para eso."
"Entonces tendrás que pedirla."
El Slytherin asintió.
Desde aquel momento, Harry fue a entrenarse a la Cámara de Secretos, lejos de ojos curiosos.
Llegaron los TIMOS y Hermione se pasó el día entero de morros. Pero en cuanto Ron volvió, le bombardeo con preguntas sobre que le habían preguntado, para gran desesperación de Ron que solo quería olvidar los exámenes...
"¡Hermione!"
Ron lanzo una mirada suplicante a su amigo. Ambos estaban sentados en la Enfermería al lado de la cama de Hermione. Le permitirían irse al día siguiente.
"¡Pero Ron, no puede costarte tanto, acabas de hacerlo¿Entonces la parte escrita de Encantamientos era sobre la Encantamientos de animación o sobre hechizos defensivos? El profesor Flitwick insinuó que seria uno de esos...
Harry sonrió ante la expresión exasperada en la cara de Ron. Era durante momentos como este en los que podía creer que su amistad con Ron y Hermione era la misma que hacia un año.
Cuando Ron estaba a punto de contestar, la puerta se abrió y entro la Profesor McGonagall.
"Sr. Potter, sus invitados llegaron."
Sonriendo, Harry se levantó.
"Me tengo que ir. Vendré mañana para ayudarte a volver a los dormitorios, Hermione."
Los dos amigos asintieron, sin preguntar quiénes eran los invitados.
"Hasta entonces."
"Buenas noches Harry. Hasta mañana," contesto Hermione, seguido de un "buenas noches." de Ron quién desesperadamente trataba de desviar la atención de él.
La suerte no estaba de su parte ya que Hermione volvió a presionarle para obtener información sobre los TIMOS en cuanto Harry salió de la habitación.
Siguió a la Jefa de su Casa de vuelta a la oficina del director, sabiendo quien se iba a encontrar y reforzando sus defensas mentales.
Fleur le había contestado rápidamente, diciendo que al ser un cuarto Veela, ella no podría ayudar mucho, pero que su madre estaba dispuesta a ayudar, mientras su seguridad fuera garantizada durante su estancia en Hogwarts.
Entró en la oficina y se alegro de sus barreras mentales al sentir como el poder de una medio veela y dos cuarto veelas lo golpeaba.
Caminando hasta las tres mujeres, escoltadas por un hombre, supuso que era el padre, y un joven alrededor de los veinte, los saludó, agradeciéndoles haber aceptado venir.
", Harry, Fleur me dijo, que necesitas nuestra ayuda," pregunto una mujer despampanante.
"así es, señora. En dos días llegará una joven medio veela. Tiene dieciséis pero nunca aprendió a controlar sus poderes de atracción, poderes, me atrevería a decir que han sido realzados por la otra mitad de sus genes. Esta controlada por completo por sus instintos. Su padre, sólo se aprovechó de ella, impidiéndole encontrar a su compañero, bloqueando, concentrando y realzando su poder para que satisficiera sus necesidades."
La sra. Delacour se había ido enfadando más y más mientras Harry explicaba el caso de Najira. Pero la parte de su compañero la hizo saltar.
"¡Cómo pudo¡Y nadie hizo nada¡La pobre muchacha debe estar volviéndose loca!" la medioveela estaba bastante afectada por la situación de la chica.
Su marido la abrazo, intentando tranquilizar su esposa.
"Antes de irme, le coloqué un bloqueo. Por los informes que tengo, esta manteniendo sus poderes bajo control. Y me gustaría que usted y sus hijas intentaran enseñarle algo de control. Tendrá que ser bastante firme, Najira no tiene una personalidad fácil de aguantar..."
Hablaron un poco más, después se le enseño sus habitaciones as la familia Delacour, dejando a Harry con Dumbledore.
"¿Cómo lo llevas, Harry?" dijo el director, su ojos azules atravesando a Harry.
El joven se sentó en una silla.
"Tan bien como puedo, pero estar aquí de vuelta es más difícil de lo que pensaba... Hogwarts solía ser mi casa y ahora, no puedo quitarme de encima la sensación de que algo falla. Voldemort ha estado bastante tranquilo esta semana y eso me preocupa. Estoy preocupado por la llegada de nuestros invitados, por mis amigos, la guerra... "
Un suspiro salió de los labios de Harry.
"Todo se esta complicando tanto..."
El anciano mago solamente sonrió.
"En tiempos como los que estamos atravesando, siempre he pensado que la mejor actitud a adoptar es hacerlo lo mejor que puedas y luego rezar que eso funcione."
Dumbledore abrió uno de sus cajones.
"Pero también descubrí que,"cogió una pequeña caja y la abrió, " un caramelo siempre ayudaba a ver el lado positivo de las cosas... ¿Un caramelo de limón?" preguntó, dando la caja a Harry.
Con una sonrisa, el Athar alcanzo la caja y tomó un caramelo, metiendoselo en la boca.
Dos días más tarde, la mitad de la población de Hogwarts se iba. Los estudiantes se marcharían en diez por la mañana y los maestros llegarían al mediodía.
Harry suspiró, realmente no tenia ningunas ganas de verlos... Miro su despertador, vio que eran las seis y media de la mañana; sabiendo que no se volvería a dormir, se levantó.
Se puso su habitual ropa negros, decidiendo saltarse el entrenamiento esta mañana. Sabía que no podría concentrarse de todos modos.
Camino hacia el Comedor. No era el único levantado ya que algunos estudiantes y profesores ya estaban desayunando.
Sus ojos se posaron sobre un rubio Slytherin. El joven mago había estado comportándose de una manera extraña desde que recibió una carta ayer por la mañana. Había estado extrañamente silencioso y pensativo.
Ignorando aquellos pensamientos, Harry se lanzo sobre la comida en la mesa. Si tenia que tratar con esa gente los días siguientes, necesitaba la comida. Dudaba que tuviera hambre a la hora de comer...
Ron y Hermione se unieron a el quince minutos más tarde. La mayor parte de la orden júnior se quedaba en el colegio en vacaciones, ya que en la mayoría de los casos, sus familias se habían escondido.
Al menos todos los estudiantes que eran sospechosos de apoyar al Señor Oscuro se habían ido, excepto una docena entre los más jóvenes
El desayuno fue silencioso ya que los que se marchaban temían el momento en que saldrían de la escuela. No importaba como de seguro se hubiera dicho que fuera el medio de transporte, la posibilidad de un ataque era muy alta. Albus Dumbledore había decidido que los estudiantes que se marchaban serian transportados en grupos de veinte, cada uno de ellos escoltado por cinco Aurores, Innombrables o Voluntarios. Cada grupo tomarían caminos diferentes, y sería bajo hechizos de invisibilidad e ilusiones; sólo Dumbledore, el Ministro y oficiales de muy, muy alto rango fueron informados de las instrucciones dadas a cada grupo
Una vez que el desayuno hubo terminado, los estudiantes que se marchaban volvieron a hacer su equipaje, aquellos que se quedaban les echaban una mano o vagabundeaban por la escuela.
A las diez menos diez, la gente que los escoltaba comenzó a reunirse. Estaban equipados para la lucha: capa con un hechizo repeledor medio, cuchillos, frascos con varias pociones a mano...
La salida de los niños fue solemne; todos sabían que algunos puede que no volvieran en Septiembre. Después de todo, los ataques de Voldemort se hacían cada vez más arbitrarios y ahora era difícil encontrarles un sentido, incluso sus visiones no ayudaban mucho, ya que eran sobre todo sobre reuniones y el Señor Oscuro estaba relativamente callado con respecto a sus planes. Pero algo estaba pasando... Había estado pidiendo cosas bastante raras últimamente, manteniendo a algunos de sus seguidores cerca en vez de enviarles a misiones... como si esperara algo o a alguien...
Apartando sus pensamientos, Harry miró como los diferentes grupos comenzaban a marcharse por distintos medios: escobas, coches voladores, pequeño trasladores hechos por Dumbledore, apariciones conjuntas...
Una vez se hubo ido todo el mundo, se giró en redondo y se dirigió a la torre de Gryffindor, no iba a encontrarse con los maestros vestido así. Todos los profesores y funcionarios irían a cambiarse también, presentarían un frente poderoso. Él era humano y Athar y había llegado el momento de que aprendieran lo que esto significaba.
Dos minutos antes del mediodía, Arxeren aviso a Harry de su llegada inminente.
Estate listo, estarán allí en diez minutos, hubo un poco de retraso... tu caballo estaba siendo un incordio... Para variar."
Shadow es muy agradable.
Un resoplido mental fue la única respuesta.
Vale, es temperamental... pero Erin parecía capaz de manejarle. ¿Cuál es el problema?
Una yegua en celo es el problema... la yegua del príncipe, nada menos... tu puñetero semental logró saltar sobre la valla y... puedes adivinar lo que paso...
No necesito la imagen, gracias.
De todos modos, aterrizaran sobre aquel campo. Prepárate, los maestros no están nada contentos ahora mismo.
Es su culpa si están en este lío...
Completamente cierto, solo estate en guardia.
Lo estaré.
Harry sintió que la conexión con su guardián desaparecía. Durante un momento se preguntó sobre Rexeran. Aun podía sentir el dragón en su mente. Su conexión era fuerte, pero estaba un poco preocupado... y si le habían capturado, o herido...
Harry se levantó de su cama. Había estado sentando aquí, puliendo su espada para calmar sus nervios antes de la llegada de los invitados. Mejor encontrárselos tan tranquilo como fuera posible, la situación sería lo suficientemente explosiva sin añadirle nervios de punta.
Se paró delante del espejo, escudriñando su reflejo, buscando algún defecto. El traje era tan impresionante como siempre. Había dejado su marca visible para reafirmar su posición a los maestros. Puede que no fuera el Athar de su grupo, pero era uno, y merecía respeto. Su torques descansaba sobre su pecho pero su medallón estaba escondido bajo la ropa, caliente contra su piel. Su pelo estaba recogido y sus armas en su sitio.
Harry tiró del cuello, maldita cosa. Si por casualidad alguna vez se encontraba al elfo, Magis o Elemental que pensó en esto como señal para los jóvenes solteros, iba a hacerle sufrir.
Con un suspiro, envainó su espada en un movimiento fluido. Tomando su varita mágica, la metió en su manga izquierda y se dirigió a la puerta.
La única cosa buena sobre esto era que Teneb volvería.
Incluso podría hacer que mereciera la pena tener que tratar con ELLOS...
Suspirando otra vez, algo que había estado haciendo mucho desde esa mañana, Harry se preparo, se estiro, hizo inexpresiva su cara y fue hacia la puerta, la imagen perfecta de poder y control, su capa ondeando tras de él mientras se dirigía al campo. En su camino allí, se cruzó a unos estudiantes, pero ninguno se dirigió a él, sus saludos muriendo en sus labios cuando veían su postura. Le iban dejando paso mientras caminaba por los pasillos.
Salió del castillo y un minuto más tarde estaba en el campo, mirando a su alrededor.
Era el único allí. El director, los profesores y funcionarios los esperarían en el Comedor. Los humanos no serian vistos esperándolos.
Finalmente, siete dragones aparecieron en el cielo, formando una imagen gloriosa. Sólo seis de ellos llevaban a un jinete: Rexeran había estado dando la vuelta el mundo, echando un vistazo a los dragones en las reservas mágicas. Harry se sintió bastante aliviado al ver su brillante forma dorada brillando bajo el sol. Mientras el Sowaroc, Teneb y Gae simplemente se lanzaron hacia abajo rápidamente para aterrizar, los cinco maestros decidieron descender en una espiral perezosa, probablemente para impresionar a los espectadores, si hubiera habido.
Esto hizo sonreír socarrón a Harry, que pena que el fuera el único en el Campo. Entonces una sonrisa se extendió rápidamente sobre su cara mientras Teneb bajaba de su Dragón y se dirigía hacia Harry.
Los dos jóvenes se abrazaron en un abrazo fraternal, su alegría de estar juntos visible. Se separaron y observaron mutuamente.
Teneb estaba cansado, eso era obvio para Harry, su cara demacrada y las bolsas bajo sus ojos hablaban solas.
También estaba vestido con el uniforme de Athar y su marca sobre su sien estaba brillando tal como Harry sabia que estaba haciendo la suya.
"Me alegro de verte Harry," dijo finalmente el elfo, uniendo sus antebrazos, en el saludo habitual de los Hermanos de Sangre.
La sonrisa brillante de Harry podría haber iluminado una habitación.
"Lo mismo digo..." se giro hacia a Najira y Reald. "Bienvenidos a Hogwarts" añadió, con una inclinación de cabeza.
Najira estaba espectacular como siempre: su vestido violeta claro destacaba su magnifica tez magnífica, pelo y ojos.
Harry inmediatamente comprobó sus bloqueos; realmente no quería a todas las personas del sexo masculino en la escuela, él mismo incluido, deseando y babeando tras la rubia.
"¿Cuándo llegarán los eruditos?" preguntó.
Reald habló unas palabras en una piedra que llevaba colgando del cuello, luego miro tranquilamente al joven mago.
"Llegarán enseguida," contestó.
Mientras tanto Rexeran se había acercado a él.
Saludos, Astyan.
"Saludos, Rexeran," contesto Harry, haciendo una reverencia ante su dragón, antes de abrazar el cuello del poderoso reptil. La voz mental del Dragón había reconfortado a Harry. En ese momento, él comprendió que no importa lo que pasara, Rexeran permanecería a su lado, aunque su relación no fuera la normal entre jinetes y dragones. ¿Pero cuándo había sido su vida normal?
El Sowaroc pareció sentirlo ya que colocó su gran cabeza en el pecho de Harry.
Siempre permaneceré contigo, Astyan. Te lo juré antes y lo juro otra vez; soy tuyo al igual que tu eres mío.
Esto rompió la compostura de Harry y lo dejó un poco perplejo. ¿Cuándo le había jurado algo el dragón? Decidiendo no reflexionar demasiado sobre esos pensamientos, los apartó, sólo apretando su abrazo sobre el cuello musculoso, tratando de mostrar todo su agradecimiento. Le hubiera gustado pasar más tiempo a solas con Rexeran, pero los problemas que se le venían encima le devolvieron a la realidad.
Siempre habrá otros días para hablar, joven Astyan... dijo a Rexeran, antes de caminar hasta Gae.
Mientras tanto un portal se estaba abriendo en medio del campo, los cuatro elementos combinado por la pericia de cuatro elementales para crear un camino. Casi estaba hecho y en verdad, segundos más tarde, los caballos lo atravesaron corriendo, conducidos por Shadow y Myst, el primero galopando directamente hacia Harry, el segundo trotando con más calma hasta su jinete.
Ambas monturas restregaron sus hocicos con sus dueños, distrayéndolos un poco y haciendo que se perdieran la llegada de los otros invitados y su equipaje. Las monturas de los maestros comían plácidamente, nada asustados por la proximidad de los dragones, a diferencia de las de los eruditos que se iban poniendo mas y más nerviosas, a pesar de ser animales pacíficos. Harry observó a los ocho recién llegados mientras desmontaban. Cuatro Elementales, uno de cada tipo, tres hombres y una mujer, dos Magis y dos Elfos, una mujer por raza, componían este grupo.
Decidiendo que las presentaciones podían esperar a que estuvieran en el castillo, Harry echó un vistazo a los maestros que todavía se movían perezosamente en espiral encima de ellos. No parecía que fueran a aterrizar pronto.
Suspirando, Harry camino hasta Rexeran.
"Rexeran, podríais Gae y tu preguntarle a los dragones si podrían hacer el favor de aterrizar rápidamente, no tenemos todo el tiempo del mundo y no quiero que nos vean... si no lo han hecho ya."
Será un placer, hubieran bajado pronto de todos modos. La voz mental del Sowaroc estaba teñida con buen humor.
Unos segundos más tarde, los cinco dragones bajaron en picado a toda velocidad, obteniendo gritos alarmados de sus jinetes, mientras los eruditos miraban como los cinco maestros agarrados con fuerza a sus dragones antes de bajar, con la cara pálida y obviamente enfadados con alguien o algo.
Sin embargo antes de que pudieran empezar a quejarse, Teneb había dado un paso hacia adelante.
"Ahora que ya estamos todos aquí, podemos dirigirnos al castillo, los humanos nos esperan, o eso me han dicho. Se han preparado alojamientos para nuestras monturas."
Por las caras malhumoradas de la mayor parte de los invitados, la perspectiva de hacer eso no les resultaba nada emocionante. Sin embargo, ellos llevaron sus caballos a los establos, dejándolos allí al cuidado de dos luchadores de la FVM que habían trabajado con caballos antes y sabía como manejarlos. A pesar de ello, Harry, coloco a Shadow en el prado él mismo, no quería que su semental hiciera daño a los dos hombres.
Cuando alcanzaron las puertas del castillo, estas se abrieron mágicamente ante ellos, algo que hizo sonreír a Harry discretamente. El profesor Dumbledore, en verdad tenía una aptitud para el espectáculo.
Ellos atravesaron la entrada y entraron en el Gran Comedor.
Lo que encontraron era impresionante: los elfos domésticos lo habían limpiado todo a fondo y lo habían decorado con los colores y emblemas de las cuatro casas.
Los estudiantes llevaban su uniforme, pero Harry podía ver que las túnicas negras habían sido objeto de la magia de los elfos domésticos: ningún traje estaba manchado o remendado y todos se les ajustaban perfectamente.
Mientras entraban, los estudiantes se levantaron al mismo tiempo. Ignorando las miradas y a la multitud reunida en la habitación, Teneb ando hasta la Mesa de Profesores, que había sido expandida para la ocasión. El joven elfo era regio en su comportamiento, sus rasgos mostraban un aire aristocrático. Después del Athar iba Reald, escoltando a Najira. Los gritos ahogados estallaron mientras la semi-Veela se deslizaba tras Teneb. Los eruditos y maestros marcharon juntos, y Harry al final, vigilando a sus antiguos profesores.
Por una vez, el Comedor entero estaba completamente en silencio mientras veían a los forasteros acercarse a la mesa de los profesores. Como la sorpresa de sus caras no era demasiado grande, Harry adivinó que el director debía haberlos informado antes de que ellos llegaran.
Todos los miembros de la Orden júnior miraban a los recién llegados con desconfianza, en particular Hermione, Ron y Blaise quienes sabían del estado de las relaciones entre las razas.
Teneb se detuvo en la Mesa principal e hizo una pequeña reverencia a lo que el Director devolvió el gesto, aunque algo rígidamente.
"Le agradecemos que nos acojan en estos tiempos horribles y esperáramos proporcionar la ayuda necesaria en esta lucha." Su postura era orgullosa, sus palabras habían sido escogidas con cuidado. Su educación había tenido éxito, moldeándolo en un joven que sería capaz de valerse por si mismo en la corte elfica.
"Sepa que con mucho gusto aceptamos su oferta y ayuda y le agradecemos su ayuda en estos tiempos de necesidad," la voz de Amos Diggory estaba desprovisto de emoción. Teneb hizo una inclinación de cabeza hacia el. Las palabras habían sido poco sinceras, ambos lo sabían, pero tenían que guardarse las apariencias.
Harry tomó esto como su señal y camino hasta Najira. Haciéndole una pequeña inclinación de cabeza, no se perdió las miradas sorprendidas que causo este gesto, así como los celos y la envidia que brillaban en la mayoría de los chicos y hombres de la habitación. Sin hacerles caso, le ofreció su brazo a la joven y la condujo hasta la familia Delacour que la miraba con el interés y la parte femenina, con lastima y compasión. Mientras caminaban, Harry trataba de suprimir su impulso de alejarse de la chica, de quitarse su brazo de encima. Sabía que ella no era completamente culpable de lo que pasó, pero necesitaría mas tiempo antes de que pudiera actuar de forma natural a su alrededor. Andaba rígido, su cara inexpresiva, sin echar ni un vistazo a la belleza a su lado.
Sin una palabra, hizo una reverencia a la madre de Fleur y Gabrielle y colocó la mano de Najira en la suya. volvió los ojos hacia la joven princesa y su mirada tenia las advertencias suficientes para que ella entendiera el mensaje. Ella asintió y se inclinó hacia Harry.
"Nada será suficiente para hacerle perdonar mis acciones, pero ahora las lamento profundamente."
Harry se puso tieso, ella estaba demasiado cerca, demasiado cerca para él y su mente gritaba para que pusiera más distancia entre ellos.
"Necesito tiempo," susurró. Ella asintió otra vez mostrando su acuerdo con su decisión y se separo. Hizo una gran reverencia ante el joven mago, que inclino la cabeza para mostrar su acuerdo, y otra ante la sra. Delacour.
La mayor de las semiveelas solo la sentó a su lado y comenzó a hablar en voz baja con la joven medio elfa. Silenciosamente, con expresión cansada en sus ojos, Harry se alejó, inclinadose respetuosamente frente al Director para mostrar el respeto que tenia por el anciano antes de reunirse con Hermione y Ron en la mesa de Gryffindor mientras las presentaciones comenzaban.
Dumbledore se levanto, y Harry no pudo evitar sentirse intimidado por el anciano. El director parecía todo lo poderoso que se rumoreaba que era. Estaba vestido con una túnica azul claro y gris acero, pero el corte era diferente del tipo habitual de túnicas. Mirando más cerca, Harry notó que la mayoría de los profesores llevaba el mismo tipo de equipo. Mas tarde aprendería que esto reflejaba su estado de maestros o adeptos en su arte. Ellos llevaban los colores de sus familias así como sus emblemas: sus blasones estaban bordados sobre su pecho derecho, rodeados por círculos de plata, el número de ellos simbolizando su nivel de maestría. Un circulo dorado significaba un nivel experto.
El director mostró las manos, que estaban cubiertas por las largas mangas. Las túnicas eran de cuello alto y llegaban hasta los tobillos; pequeños botones de plata cerraban la parte superior. Con cada movimiento, el material brillaba a la luz. Su barba había sido recortada y en vez de su habitual sombrero cómico, una sola banda de platino rodeaba su cabeza y una cadena de plata descansada sobre su pecho, mostrando que era el patriarca de su familia. Primero presentó al Ministro y varios funcionarios que tendrían que tratar con los recién llegados, después a los profesores.
"Permitan que presenta a mis profesores, la mayor parte de ellos maestros: Profesora McGonagall, Directora Adjunta, Maestra de Transfiguración, Animaga, jefa de Gryffindor, ganadora del pergamino de Bronce del premio Morgana, campeona de duelo animado."
La mujer estaba sentado a su lado, el broche que llevaba sujeto en su hombro la identificaba como una de los mayores de su familia.
" Profesor Flitwick, Experto en Encantamientos, Jefe de Ravenclaw, tres vez campeón de duelo, experto en contrahechizos, miembro de La Unión de Encantamientos de Investigadores, Hechiceros y Encantadores."
El pequeño hombre inclino la cabeza mientras Albus Dumbledore presentaba al siguiente miembro de su plantilla.
"Profesor Snape, Experto en Pociones, Experto en Venenos, miembro experto del Gremio de maestros de Pociones, premio Caldero de Oro por su trabajo con la Poción Matalobos y Medalla Medea de primera clase por su trabajo sobre venenos indetectables, Jefe de Slytherin y Campeón de duelo."
Harry estaba impresionado. No había esperado que su temido profesor de Pociones tuviera tales títulos... El hombre tenia una expresión malhumorada y desdeñosa en su cara, mientras miraba a la gente ante el. Tenía el pelo recogido e iba vestido con una túnica negra con borde carmesí. Un destello de luz atrajo los ojos de Harry a sus manos donde descubrió un anillo de sello.
Como si sintiera que estaba siendo observado, Snape miró hacia los Gryffindors y levantó una ceja ante el escrutinio de su alumno. Una sonrisa sardónica se formo en sus labios, seguido inmediatamente por una mirada fulminante.
Mientras tanto, Dumbledore continuó presentando a todos los profesores, y Harry comprendió porqué esos tres colegios eran considerados como escuelas de élite. Casi todos los profesores eran expertos y tenían bastantes títulos. Dumbledore finalmente termino anunciando sus propios títulos.
Teneb entonces comenzó su propia presentación y fue entonces cuando el joven mago volvió su atención a los jinetes. Un o dos eruditos parecieran curiosos, pero la mayoría o fruncían el ceño o estaban directamente haciendo pucheros..
El elfo inspiro y comenzó su discurso.
"A mi derecha se encuentra Reald Eldir Ikerstorm, tío del Príncipe coronado de los Elfos, Erudito especializado en el estudio de lenguas antiguas y profecías." El elfo mas viejo de los dos elfos inclino la cabeza. "Sentada a la mesa, Najira Tyra Hoersen, hermanastra del Príncipe y medio Veela," Teneb continuo, Najira sonriendo de un modo encantador a aquellos que la miraban, consciente del efecto que tenía sobre ellos.
Al parecer no influido en lo mas mínimo por la acción de Najira, el Athar continuó su presentación, señalando a cada persona mientras decía su nombre. Rápidamente presentó a los cinco maestros, sin dejarles tiempo para contestar, ya que lo que fuera que pensaran decir, no habría sido agradable, teniendo en cuenta sus expresiones asqueadas. Luego comenzó l a presentar a los eruditos, pero Harry les prestó poca atención, mirando atentamente a sus antiguos maestros. No quería que montaran una escena delante de todo el colegio. Ron y Hermione notaron su comportamiento y extendieron palabras de precaución
Finalmente, Teneb alcanzo el final de su discurso.
"Yo soy Teneb Ildar Oreansky, futuro Gran Consejero del Príncipe y Athar entre los jinetes, compartiendo los deberes del cargo con Athar Harry." con una sonrisa, hizo una reverencia de broma a su amigo, un gesto que el mago volvió, sordo a los gritos ahogados que estallaron en el Comedor mientras los ajenos a la Orden o los Profesores sumaban dos y dos, tras oír esas palabras y ante la obvia similitud entre el elfo y el mago.
Sin embargo la sonrisa de Harry desapareció mientras Effilin, su paciencia agotada, explotaba.
"¡Teneb¡Para esta farsa!"
Habría dicho más, pero al abrir la boca, ningún sonido salió de ella. Mirando alrededor, intentando encontrar al culpable responsable de su apuro, su boca se abría y se cerraba mientras su cara enrojecía violentamente, apareciendo unas pocas venas.
Unos pocos entre los sentados en la Mesa principal se volvieron discretamente hacia Harry, pero sólo se encontraron con una mirada inexpresiva, sólo traicionada por un destello de diversión en sus ojos verdes.
Decidiendo impedir que la situación degenerara, Dumbledore se levanto.
"Creo que desean descansar y refrescarse tras su viaje. Se han preparado habitaciones para su estancia y Harry les guiara por el castillo. La comida será llevada a su habitación. ¡Mientras tanto no impediré que los estudiantes disfruten de su comida!"
Con una palmada de sus manos, las mesas se llenaron de comida. Harry reprimió una sonrisa cuando algunos de los eruditos saltaron, asustados por esta aparición repentina.
En silencio, el joven los condujo fuera del Comedor. Mientras la puerta se cerraba detrás de ellos, podía oír los crecientes sonidos de susurros que ahora había en el Comedor. Sólo Najira se había quedado, pero Harry sabía que los Delacours cuidarían de ella de ahora en adelante.
Una vez en los pasillos desiertos, Harry alargó sus zancadas, forzando a los demás a acelerar a menos que quisieran perderse.
Le hiciste callar¿no? La voz mental de Teneb se notaba claramente divertida.
Desde luego que lo hice, antes de que se pusiera en ridículo o dijera algo que no quiero que se sepa por ahora.
No conozco ese hechizo.
Te lo enseñare, puede ser bastante útil. Me lo enseñaron aquí.
Entonces Harry recordó lo que había aprendido sobre el encantamiento lanzado hacia milenios por los magos.
Tengo que habar contigo cuanto antes, dijo Teneb de pronto cuando Harry estaba a punto de decir lo mismo.
Yo también
¿Mañana por la mañana?
Misma hora, sobre el campo.
Teneb asintió ligeramente, luego añadió en un tono alegre.
A propósito, tendré que enseñarte lo que pasó en los Cuarteles, Demenor casi se volvió loco.
Harry entonces tuvo que hacer un gran esfuerzo para impedir que acabara estallando en carcajadas.
Finalmente alcanzaron el ala reservada a los invitados y se pararon delante del retrato de un Merlín durmiendo. Volviéndose hacia los demás, él explicó.
"Habéis sido puestos aquí durante la duración de vuestra estancia. La contraseña actual es Unidad. Será cambiada una vez por semana y seréis advertidos del cambio por uno de los profesores."
Diciendo la contraseña, miró como el retrato se apartaba, revelando la entrada a los nuevos cuartos. El equipaje había sido traído ya como Harry noto inmediatamente.
Con un suspiro, él protegió mágicamente el cuarto, antes de levantar el encantamiento sobre Effilin.
Inmediatamente, el Maestro de Lucha se lanzó en un monologo acalorado. Sacudiendo su puño en el aire, la baba volando de su boca, en una extraña manera a Harry le recordó a su tío...
"¡Cómo te atreves¡Pequeño trozo inútil de escoria humana¡Este lugar apesta con basura de tu clase¡Puede que este obligado a quedarme entre cobardes y débiles, pero no seré sometido a tal humillación!"
Harry desconecto, ya había oído eso, mientras tanto Teneb se mantenía a un lado, mirando, había decidido dejar que su hermano de sangre manejara al furioso Maestro.
Al cabo de un rato, Effilin tuvo que hacer una pausa durante unos segundos para coger aire, a una pausa que Harry aprovechó.
Con una expresión aburrida, miró al hombre.
"¿Sabes qué? No. Me. Importa lo que pienses de mí. El Director estuvo de acuerdo en albergaros durante vuestra estancia en su escuela. Podéis ir donde queráis, mientras permanezcáis en los terrenos del colegio. Lo que hagáis entonces es problema vuestro."
La mayor parte de elementales, magis y elfos tenían ahora el ceño fruncido.
"¡Vigila tu lengua, humano!" saltó Edevia, "¡Y dirígete a nosotros con el respeto que nos debes!"
Los ojos de Harry se endurecieron.
"Lo haré cuando me tratéis con el respeto que mi titulo merece, y cuando uséis mi nombre; hasta entonces, me comportare como lo hagáis vosotros."
Sarwin refrenó al enfurecido maestro de Lucha enfurecido que se había lanzado hacia el Athar, y le miro con desdén.
"Nunca,"l escupió, "los humanos no se merecen ningún respeto. ¡Una raza de cobardes, de ladrones mentirosos, eso es lo que sois!"
Harry sintió como su cólera saltaba y su poderes de fuego se removían en su interior, pero no le daría el placer de saber que había dado en un punto sensible.
Devolvió el desdén.
"Dejemos esto claro: no os gusto, no me gustáis. El sentimiento es mutuo, pero hay que salvar las apariencias. ¡En caso de que no lo hayáis entendido, hay una guerra en mi mundo!"
Hizo una pausa, escogiendo sus palabras.
"Estáis trayendo peligro a esta escuela con vuestra mera presencia. Este lugar es una de las últimas fortalezas de la resistencia en este país y nadie necesita que la moral baje mas de lo que ya esta."
Dejo que absorbieran sus palabras, realmente quería que se les grabara en la cabeza.
No era que temiera por su salud o su bien, pero sabía que sólo traería más problemas, si estallaba una pelea entre humanos y las otras razas, problemas que realmente no necesitaban. Durante la semana, había andado alrededor un poco, hablado con unas pocas personas... Los nervios de todo el mundo estaban de punta y la mas leve provocación haría saltar a la mayoría.
"Haced lo que queráis, mientras no seáis un estorbo. Si queréis, se os traerán las comidas a este cuarto, solo tocar esta campana y aparecerá sobre la mesa. Solo notificárselo a un profesor."
El joven Atar se volvió hacia los eruditos.
"Una ves hayáis terminado de comer, alguien vendrá para enseñaros que han encontrado, así como darles un paseo por la Biblioteca." â €
Harry hizo una pausa, tratando de adivinar si se había olvidado algo.
Mientras tanto, Teneb había estado explorando el ala. En ese momento estaban en la habitación principal. Tres puertas salían de allí: dos llevaban a los pasillos, conduciendo a pequeñas suites: un dormitorio, cuarto de baño y una oficina en cada uno de ellos. El tercero llevaba a una pequeña cocina. Al parecer habían separado a los hombres de las mujeres, considerando el número de suites en cada pasillo. Fue un alivio para Teneb que no se hubiera elegido ninguna pareja...
De pronto, Teneb frunció el ceño ligeramente mientras contaba el número de habitaciones preparadas. Sólo habían sido preparadas catorce... y ellos eran quince, Reald y él incluidos.
Estaba terminando sus exploraciones cuando Harry alcanzó el final de sus explicaciones mientras varias personas entraban en la habitación, incluyendo al director y los dos amigos de Harry. Ambos parecían bastante incómodos, pero sin embargo se quedaron.
Durante un momento, nadie habló, cada lado mirando el otro, Finalmente Dumbledore rompió el silencio.
"¿Harry, si nos permites?"
Asintiendo con respeto, él miro a sus viejos amigos.
Hermione escudriñaba a los forasteros, evaluándolos; Ron sin embargo pareció concentrado en él y curiosamente, Teneb. Un destello de algo brillaba en sus ojos, pero lo que quiera que fuera, Harry era incapaz de clasificarlo. Encogiéndose mentalmente de hombros, el joven moreno se acercó a su hermano de sangre.
"Otro juego de habitaciones ha sido preparado para ti si quieres verlo."
El elfo sonrió, el misterio de la suite que faltaba solucionado, luego asintió para mostrar su acuerdo. Se dirigieron hacia la puerta, detenidos por Edevia cuando estaban a punto de marcharse.
"¿Por qué, el joven Teneb tiene sus propias habitaciones cuando nosotros tenemos que compartirlas?"
La maestra de tiro con arco parecía fastidiada por lo que veía como una clara injusticia.
"Este ala esta aislada del resto de la escuela," explico Harry, "Pero si prefieres vivir entre los humanos, puede ser arreglado con facilidad..."
La mueca que deslucía la cara de la elfa era respuesta mas que suficiente.
"Si no hay nada mas, les dejaremos con su comida." dijo Dumbledore, con una palmada.
La gente presente salió de la habitación, Harry hablando animadamente con Teneb y perdiéndose el leve ceño en la cara de Ron mientras seguía a los dos Athars, con Hermione a su lado.
Dumbledore fue el único que quedo atrás y cuando estaba a punto de salir por la puerta, se dio vuelta para mirar a los invitados de la escuela, sus rasgos duros.
"Entended esto. Voldemort es la única razón por la que se os ha dejado entrar en esta escuela. No deseo contactos entre nuestra gente mas que vosotros. Mi familia fue testigo de adonde nos condujo tal alianza."
El anciano se había transformado. Ido el centelleo habitual de sus ojos y la cara alegre, dejando una expresión dura y amarga.
"Prestad atención a mi advertencia porque será la única. seréis tratados como nos tratéis ni más, ni menos."
Dos eruditos, un Magis y un Elfo, le atravesaron con sus miradas.
"Eres uno de sus descendientes," dijo el más viejo, más una declaración que una pregunta.
Un asentimiento fue su única respuesta mientras el Director salía de sus habitaciones.
Los Maestros habían llegado
Ginny y Colin estaban entre los últimos en llegar. En silencio, tomaron asiento. Ya había siete allí, ellos incluidos, y estaban esperando al último en llegar, una Hufflepuff de quinto curso, Sandy Daniels.
En realidad, eran bastantes, dos personas, una chica y un chico por curso en cada casa, pero durante las reuniones normales, como esta, sólo los agentes en el mismo curso se reunían.
Faltaban sus dos instructores, así que Ginny se permitió soñar despierta.
¡Realmente había sido la oportunidad de una vida! Una lastima que no pudiera contárselo a nadie. ¡Le habría encantado restregárselo por las narices a Tamera¡Aquí estaba ella, Ginevra Weasley, agente activo del Departamento de Información de los Innombrables!
Había sido un verdadero golpe de suerte, el haber sido seleccionada por los exploradores. Habían estado reclutando, le habían dicho. El hombre que había sido su contacto le había dado todos los documentos necesarios para respaldar su historia, nadie podía ser suficiente cuidadoso hoy en día.
Las reuniones tenían lugar cada tres días. Se les pidió que vigilaran a sus compañeros de estudios, para tener una idea de la moral de la escuela, que se mantuvieran informados de los numerosos rumores que corrían y que verificaran que tenían de verdad así como encontrar su fuente. A veces, tenían que buscar algo, seguir a alguien o conseguir algunos datos sobre las costumbres de alguien.
Incluso se habían reunido una vez con Valyan para que se aseguraran que la Agencia era real.
Desde entonces, las únicas personas que habían visto eran sus dos entrenadores. Conocían a algunos de los otros miembros, aquellos que podían recordar la primera reunión donde se juntaron todos, pero aparte de eso, no sabían nada de lo que estaban haciendo...
Estaba orgullosa de estar ayudando en la guerra. Era cierto que era la parte de la Orden júnior, pero Ron, al ser uno de los líderes, siempre le impedía que tomara cualquier clase de riesgo o que hiciera trabajo importante.
Sabía que su hermano sólo quería protegerla, pero, ahora no era el momento Tenía las habilidades, lo sabía, Colin también y como muchos en el grupo la mayoría de las veces eran pasados por alto por sus iguales.
¡Demostraría su valía¡Esta era su oportunidad para demostrar al mundo que Ginevra Weasley ya no era una niña desvalida!
Mientras Draco Malfoy era conducido a su mansión en la limusina de su padre, leyó la carta una vez más.
Había llegado el día anterior y desde entonces apenas había podido descansar.
La releyó una vez más, aunque ya se sabía sus palabras de memoria la había mirado incontables veces como indicaba el estado desgastado del pergamino.
Mi hijo
Te escribo sobre tu próxima vuelta.
Quiero que sepas que a nuestra familia se le concedió un honor. Has sido escogido entre todos los hijos e hijas de los sirvientes de nuestro Señor, junto con otros once para ser parte de su Élite. Serás personalmente entrenado por nuestro Señor y tendrás el honor de recibir sus enseñanzas. ¡Serás parte de los mejores, de aquellos en los que él confiará por encima de cualquier otros!
Confío en que reconocerás esto como el honor que es y que te comportaras en consecuencia. Estaría más que disgustado si algo te impide llevar el nombre de Malfoy a nuevas cotas.
Serás traído ante de Él en cuanto llegues ala mansión. Estate seguro de ir vestido como corresponde al heredero Malfoy.
No sé lo que nuestro Señor ha planeado para sus Elegidos; pero sé que serás examinado cuando te arrodilles ante él. Asegúrate de actuar como se espera de ti. Si fracasas en hacerlo, lasa consecuencias serian sumamente desagradables, si llegaras a sobrevivir. No provoques la ira de nuestro Señor o la mía.
La carta no estaba firmada, pero la letra provenía inequívocamente de la mano de Lucius Malfoy. El sello de los Malfoy era otra prueba de la autenticidad de la carta.
Como si esto no hubiera sido bastante, la carta había sido cifrada y cualquiera que la leyera sin conocer la clave sólo habría encontrado una carta preguntando sobre su salud, sus exámenes y las vacaciones.
Arrugó la carta en su mano, sus nudillos blanqueándose mientras apretaba los puños.
Recordó su último encuentro con Potter, la memoria sólo sirvió para encolerizarle más.
¡Quién se creía que él era con sus bonitos discursos sobre como todos nosotros teníamos opciones¡Él no sabia nada¿Realmente tienes una opción cuándo la única alternativa es la Muerte?
No, Draco no lo creía. Él quería vivir y no contestar a esta llamada significaría sólo una cosa para él, dijera lo que dijera el Chico de Oro. Si no obedecía moriría, así de simple, ya fuera por la mano de Voldemort o por la de su padre
Relajó su apretón sobre la carta, alisando el papel con un pequeño encantamiento práctico.
Con la guerra, ahora se les permitía a los estudiantes usar magia fuera de la escuela, algo que él había llegado realmente a apreciar, incluso aunque él ya hubiera sido capaz de hacerlo en varias habitaciones de la mansión que estaban protegidas contra el control del Ministerio.
Un pequeño timbre le advirtió que llegarían en dos minutos.
Inspirando profundamente, endureció sus rasgos. No era buena idea dejar que su padre viera su angustia. Él era un Malfoy y actuaría como tal.
Siento haber tardado tanto. Espero que el próximo este antes. Lo siento mucho otra vez.
Gracias a todos por los reviews y los ánimos y si queréis algo que os conteste dejadlo en la web o en mi livejournal.
Besos
Estrella de la Tarde
