Cap4:
Realidad
La salida del tubo estaba en el piso superior donde habían solo tres guardias, los 5 se escondieron utilizando zetsu, Kilua, Gon y Leorio se acercaron con velocidad y les golpearon en la nuca dejándolos metidos en un largo sueño. Los guardias solo habían alcanzado a ver 3 sombras únicamente.
Los tres atacantes se restregaron las manos, les quitaron sus armas, tomaron las cortinas y los amarraron a ellas. A continuación bajaron sigilosamente, ninguno de los cazadores se percato y sin que absolutamente nadie se percatara los guardias armados cayeron al piso. Todos ellos solo vieron u ojos o sombras, no pudieron dar ningún grito ni despertar y alarmar después el grupo de amigos se escabullo a gran velocidad por las decoradas escaleras, se escondían, pasaban entre estatuas y cajas con los objetos robados. Los cazadores de Ritten se fueron asustando sin avisar a su líder, los guardias iban desapareciendo por razones aun desconocidas, la humillación que recibían les hacía sentir más depresión y ansiedad por saber lo que ocurría, finalmente no quedaba ni un solo guardia en pie, ya era obvio que les habían encontrado,
Los 15 cazadores se pusieron en medio de la sala de entrada, prepararon sus armas, Kurapica, fue el primero en salir con su cadena lista para defenderse, seguido por Leorio, que llevaba su cuchilla a medio desenvainar, de las escaleras salto Kilua, se metió las manos en los bolsillos y miro a las 15 personas, Gon salió de las cortinas de las ventanas con lentitud, y Kidara se presento golpeando el piso con su báculo del techo. Los 15 miraron uno a uno a sus oponentes, 9 de ellos desviaron sus miradas al ver a Kidara, la miraron decepcionados, y confundidos. Los 5 amigos se acercaron y se pusieron en una sola fila cara a cara de sus oponentes.
Entre lo cazadores había una niña de al menos 12 años, Kidara la miro y le recordó ese doloroso año... ¿se repetiría otra vez esa historia?.
Bueno – dijo una joven de aspecto sereno, que llevaba un traje de enfermera y un pequeño maletín, de el saco una jeringa – diré la primera pregunta, quienes son?
Nosotros – dijo con lentitud Kidara – estamos protegiendo artículos que nosotros compramos, y la vida de personas que no tienen la culpa suficiente para morir.
Preguntaré, eres Kidara? – pregunto un joven que usaba lentes oscuros, un traje cubierto por un abrigo de cuero negro que resaltaba su clara piel.
Si, pero el recuerdo no me hará ser suave o tener nostalgia.
No has cambiado en 3 años – comento una mujer de aspecto maduro, vestida de blanco, usaba guantes de piel que le cubrían hasta los codos, estos eran azul marino, acariciaba una serpiente negra que pendía de su cuello.
Vamos al grano, nos dejaran sacar a los rehenes o siempre seguirán a ese maniático? – les pregunto con una mirada penetrante mirando a los 9 integrantes que conocía, la crudeza de la expresión de sus palabras les indico a cada uno que había enterrado muy hondo su cariño y que estaba dispuesta a luchar por una causa que no debía preocuparle.
No es un maniático, y siempre seguiremos sus ordenes – le intento corregir la joven vestida de enfermera llenando con su aura la jeringa.
Entonces no hay caso, siempre serán esos perros que no son capaces de soltarse de una correa de papel? – les dijo y extendió sus alas, esto indico que la lucha era algo inminente que un recuerdo y una amistad no le ayudarían a soportar el pelear con alguien que aprecia.
Los 15 integrantes en tríos, viendo la situación, tres de los que Kidara no conocía se enfrentaron contra ella, uno de ellos se vestía como un monarca d hace 500 años, llevaba arneses de caballo, una peluca cubría su cabello y se había maquillado de mujer, el segundo personaje era la niña de 12 años, llevaba un osito de peluche, y vestía como la princesa de un cuento de hadas, el tercer contrincante usaba una mezcla de ropa de todos los personajes de un circo, en una mano llevaba una varita mágica, y en la otra una flor, Kidara no pudo determinar si era hombre o mujer.
Gon tenia en frente al hombre del desierto, llevaba su catana apuntando a Gon amenazante, la mujer de la serpiente no tenia el mínimo interés en Gon mientras miraba a su serpiente, y al hombre del abrigo abrió un lado de su abrigo y mostró que tenia un arsenal escondido, tomo una pequeña navaja y cerro su porta armas,
Kilua no se molesto en preocuparse por sus contrincantes que era tres hermanos vestidos idénticamente, eran gemelos, técnicamente estaban vestidos como cantantes listos para un concierto de Hip-Hop, alardeaban y miraban al hijo de Zoldick con desdén.
Leorio había desenvainado su navaja, le había tocado con la enfermera, con un joven de la edad de Kurapica, que se vestía como un chico normal, lo que le llamo la atención de Leorio fue una enorme espada de un diámetro de al menos 15 centímetros de ancho, de aspecto pesado, el siguiente, era otro joven, eso aparentaba, era solo un hombre incluso mayor que Leorio con la estatura y el aspecto de un joven, su manos estaban llenas de cicatrices y quemadas, Leorio trago saliva y se puso a la defensiva.
Kurapica, no sabía si confiarse o no, sus contrincantes daban lastima, uno de ellos estaba vestido con ropas raídas y llevaba una armónica, el siguiente era una joven de aspecto intelectual, que al parecer estaba completamente asustada con la idea de luchar, y el ultimo era un abuelo de aspecto respetable, vestido como todo anciano, lo único que hacía era quejarse de un supuesto dolor de cadera.
Kilua, no pudo contener la risa al ver que los tres hermanos daban ciertas poses como un grupo de súper héroes de las cereales de TV, los tres se ruborizaron y se sacudieron sincronizadamente, atacaron de la misma forma a Kilua, este los salto y golpeo a uno en la cabeza al apoyarse en él para salto, ese cayo al piso, golpeándose con fuerza el piso, quedando inconsciente, os dos hermanos restantes le miraron y se acercaron diciendo cosas sacadas de las telenovelas, y haciendo gestos que avergonzarían hasta un Power Ranger, Kilua entro en un lapso de risa apuntando con el dedo la escena, los dos hermanos lo miraron, se separaron y se fundieron en los elementos del entorno que les rodeaba.
son muy ridículos, son bastante ineptos, esta técnica es bastante buena, pero para mí es pan comido, están temblado de miedo – le hablo a un pilar, uno de los hermanos estaba en el pilar utilizando una técnica Ninja para camuflarse, Kilua pateo con un salto el pilar de mármol, este se quebró, con el salió por el aire uno de los hermanos, quedando humillado y desmayado.
su hermano intento un ataque desesperado saliendo de una caja, Kilua salto, y el gemelo se golpeo contra la pared quedando imposibilitado para seguir luchando.
Que aburrido, es más aburrido que la prueba del cazador, pero me gusta este juego...
Leorio corría de un lado a otro esquivando ácido producido por Nen, que le tiraba la enfermera por la jeringa, por otro lado el enano ponía unas trampas para atrapar ratones del tamaño de un microondas, y el joven no se molestaba en hacer ninguna cosa a parte de mirarse en el reflejo de la gran cuchilla.
Kilua se dedicaba a ver a Leorio rascarse por la picazón que le producía el ácido, y pensar si ayudarlo o no, todos ellos eran unos fanfarrones bastante inútiles, espero a que Leorio pasara por las trampas de ratón, la trampa quedo pendiendo de su pantalón, la enfermera se reía con una carcajada sarcástica e intento introducir su jeringa con el peligroso liquido a Leorio que gritaba de dolor y susto.
Kilua se lanzo hacia abajo y por aburrimiento se sentó en el filo de la navaja, el joven lo miro y le saco la lengua, Kilua hizo un simple movimiento y le hizo un corte en medio de la nariz, este se retorció y miro, desmayándose viendo como su belleza se iba por un corte, Kilua tomo la navaja con una mano, y lanzo las navajas, el viejito le lanzo una gran cantidad de cosas, Kilua no tubo que moverse para nada a causa de que el viejito tenia miopía y no podía apuntar bien, Kilua se sintió avergonzado por su culpa, se acercó mientras el viejito le trataba de dar unos golpes. Kilua le puso el dedo en la frente, y le empezó a regañar, el viejito trataba con sus cortos brazos tomarle, el brazo: "Leorio la enfermera es toda tuya", le dijo buscando los lentes del abuelo para hacer interesantes las cosas.
Leorio se avergonzó de que Kilua le ayudara se detuvo se dio la media vuelta, se deshizo de la trampa y corrió hacia delante, a la enfermera le corto una mecha de cabello, ella se impresiono, guardo la jeringa en el bolso sacando esta vez un enorme bisturí del tamaño de un cuchillo de cocina.
Oye¡ no te lo tomes tan enserio solo quiero que te rindas – le dijo Leorio.
Este es mi trabajo, puede que no sea hábil en la lucha pero como conocedora del Nen con habilidades para sanar, no quiero quedar en ridículo¡ - le dijo tratando de cortarlo, pero Leorio no hizo otra cosa que esquivar y ver como se rasgaba su camisa con los limpios cortes de la joven.
Leorio es solo cosa de dejarla inconsciente¡ - le dijo Kilua mientras le pasaba unos lentes al abuelo, este al poder mirara bien le lanzo una gran cantidad de cuchillos, Kilua por su parte los corto apresuradamente con sus garras – ten algo de consideración abuelo¡ no vez que te ayude da un alto¡...- le grito Kilua, tomándolo de su trajecito.
No es tan fácil.. no esta nada mal... – le replico Leorio sonrojándose.
Que infantil eres incluso en estas situaciones – le grito aplastando al viejito con la pierna, se desquito con él, dejándolo desmayado, lo agito aún en ese estado, y corrió donde Leorio, ambos luchadores se detuvieron – que estas pensando estamos ayudando no admirando, eres un inútil, sinvergüenza... ¡
Ustedes de verdad son amigos de Kidara? – les pregunto riéndose.
Si, por? – le pregunto dejando a Leorio
Kidara es una persona bastante fría, y poco extrovertida, por que haría amiga de personas que difieren tanto con su personalidad? – les respondió guardando su bisturí.
Estas segura de que la conociste bien? – le pregunto Kilua.
No exactamente... Kidara fue raptada para trabajar con nosotros... quizás por eso tuve ese punto de vista de ella...
Vas a seguir luchando con nosotros? – le pregunto mientras se sentaba en el piso junto al joven y el anciano curándolos con instrumentos y medicinas sacadas de su bolso.
No lo haré.. considero a Kidara mi amiga, no pienso dañar su reputación ni mis recuerdos con ustedes, solo pónganse que me vencieron, y no le digan a nadie, deacuerdo? – les dijo, y se puso a cicatrizar el corte en la nariz del joven de la gran navaja.
Kilua y Leorio, la miraron y pensaron en sus palabras, no entendían sus razones, solo sabían que solo podían admirar su manera de juzgar a la gente. Miraron su alrededor y se fijaron en la lucha de Gon...
Gon estaba en problemas, paralelamente a la pelea de Kilua y Leorio había estado esquivando ataques de cuchillas y veneno lanzado por Nen, a diferencia de sus amigos sus oponentes no eran personas que no sabían bien que hacer o como organizarse, su único logro había sido quitarle la catana al hombre del desierto, tenia múltiples cortes en sus brazos piernas y rostro a causa de los continuos ataques, Kidara se había tomado muy a la ligera a estas personas, quizás para ella no eran gran cosa pero...
Leorio y Kilua observaban la destreza de Gon para esquivar ataques de tal velocidad y fuerza, pero con el rato se dieron cuenta de que no podía hacer mucho. Los dos se encaminaron hacia aquella zona, Kilua tomo a la mujer, la hizo arrodillarse, le puso las garras en el cuello, Leorio se puso a su lado, y tiro a Gon hacia allí
si quieres que viva tengan una pelea justa, y hagamos algo como esto – les dijo, pero se detuvo para tomar la serpiente de la mujer que se trepaba por su brazo, la tomo de la cabeza, evito el veneno que le escupió, y de la entrego a Leorio, él la tomo del hocico precavidamente - .. si ganamos dos de tres tómense como vencidos, que tal?
Estamos deacuerdo, no podemos perder a un camarada... – les dijo el hombre de abrigo.
Bien, Leorio ve – le dijo con confianza.
Yo?
A quien crees que llamo?
Claro, Gon no te molesta que te interrumpamos? – le pregunto al niño mientras se incorporaba y le pasaba la serpiente a Gon.
Al contrario Leorio, esto lo hace más fácil y divertido – le respondió bastante cansado y alegre.
Leorio se inmuto cuando vio el arsenal del hombre del abrigo, saco su cuchilla y se dispuso a atacar, la diferencia era mínima, Leorio predijo que saltaría, pero solo logro rasgar su hombro, el hombre se saco el abrigo, este callo pesadamente en el piso, el hombre presentaba una sudadera, que dejaba al descubierto su súper desarrollada musculatura, Leorio dudo pero eso era más fácil que luchar contra tres de ellos al mismo tiempo. Leorio se despojo de su chaqueta, se saco la corbata y se lanzo, al hacerlo recibió un puñetazo, pero a ese precio le golpeo con el mango del cuchillo en la cabeza, el hombre cayó sin sentido, con una herida en la frente, Leorio escupió algo de sangre...
Kilua, por que haces esto? – pregunto con interés Gon.
Gon.. – le dijo cerrando los ojos, de pronto estalló en un grito - ¡ he estado más de un mes llevando una vida normal, pero no lo aguanto, es muy aburrido, todos estos contrincantes son muy patéticos, lo único que hago es tratar de divertirme, quería tener una lucha como la de Kidara, Kurapica o como tú¡ - le dijo mirándolo con los ojos brillantes por la desilusión - ¡ lo que recibí fue un grupo de fotocopias excéntricas, un hombre narcisista y un abuelo que necesita lentes para luchar¡
Cálmate...¡ Kilua no te alteres tanto...¡ - le dijo Gon soltando sin querer la serpiente, y echándose hacia atrás.
Bien¡ ya termine, tu turno Gon¡ - dijo Leorio aliviado de que su contrincante no fuera lo que aparentaba.
Gon se paro, antes de irse tomo la serpiente que trataba de trepar por su ama, se la entrego a Leorio, y avanzo para ver al hombre del desierto.
Niño, estas seguro, a diferencia de él yo me especializo en la lucha, me impresiona tu habilidad con tu caña, no muchas personas me han quitado mi catana, mi nombre es Shendu, niño – le dijo sacándose el turbante.
Yo me llamo Gon, mucho gusto – le dijo amistoso, Shendu le miro extrañado, Gon sintió un escalofrío trepar su espalda, poco a poco miro atrás y se percato de que Kilua le miraba como si dijera: " por favor, me estoy aburriendo"
Shendu, lo miro, conocía a Kidara por su valor y habilidad, tenia el mismo punto de vista que Shina, la enfermera, pensaba de Kidara como una joven fría y calculadora, también se extraño se
su relación con personas tan diferentes...
Preparo su descomunal cimitarra tomando con un dedo la parte sin filo, poniéndose en una pose tradicional para usar aquella arma, Gon tomo con fuerza su caña, ambos al mismo tiempo se lanzaron, por alguna extraña razón el filo de la cimitarra no fue capaz de cortar la caña de Gon, Gon salto hacia atrás, al quedar en el aire lanzo la esfera de su caña hacia Shendu, el se defendió con un veloz movimiento de su espada, Gon trato esta vez amarrarlo con el hilo, esta estrategia dio resultado, Shendu quedo atrapado por más que intentara no podía romper aquel filamento, la razón venia de la habilidad Nen de Gon, estaba usando el hilo con aumentar, así que por más que quisiera debía vencer el aura de el chico. Shendu se sintió humillado, vencido por un niño, buscaba la forma de zafarse, su habilidad Nen no alcanzaba el poder impuesto por el niño, espero el golpe final, para ser vencido...
Te rindes? – le pregunto Gon ingenuamente.
Rendirme, eso daña mi orgullo niño, prefiero que me golpees – le replico cabizbajo.
Yo se lo que sientes, yo lo único que quiero es ayudar a esas personas... no lo tomes a mal, pero me gustaría que lucháramos en la torre de batalla, así será más simple, yo se lo que sientes – le invito soltándolo. Shendu en un principio se sintió deprimido, pero acepto él reto para reclamar una vez más su honor.
Chico, tú en realidad no me entiendes, pero aceptaré y te prometo ser más fuerte – le dijo dándole la mano, pesó: " Ya entiendo por que ella es su amiga...", a continuación guardo su cimitarra, vio a Kilua soltar a Zzinta, se sentó a su lado, pero no se sintió humillado.
Eres demasiado simple Gon¡ - le replico Kilua, y se despidió con la mano de Shendu y Zzinta.
Los tres se aproximaron a ver a Kurapica...
los tres no pudieron evitar reírse, Kurapica estaba mirando completamente avergonzado a sus tres oponentes, una niña miedosa, un viejo con una armónica, y un ancianito que se quejaba de un dolor de espaldas...
Kilua, a eso le llamas una batalla seria? – le pregunto Leorio riéndose. Kilua le miro demostrando su molestia.
Kurapica guardo su cadena, y se acerco donde sus amigos.
Esto es totalmente frustrante... me estaba preparando para algo peor, Kidara no bromeaba con lo de la habilidad de lucha – les dijo con un suspiro de decepción.
Y que vas a hacer? – le pregunto Gon mirando como se daban la media vuelta, observándolos a ellos.
Nada, no tiene sentido luchar con alguien que lo esta haciendo en contra de su voluntad – les dijo.
Pero vienen hacia aquí, Kurapica... – le advirtió Leorio.
Vienen por que están pensando que los estos menospreciando – le dijo Kilua parándose.
Y que tal le va Kidara? – le pregunto Leorio.
No tiene piedad alguna, se dedico a jugar con ese tipo que parecía payaso, lo golpeo en la cabeza, le saco el maquillaje a ese niño – dijo apuntando al niño vestido de príncipe de la era antigua – y se fue con la niña del osito de peluche, su habilidad consistía en hacer levitar objetos y lanzarlos, a su oso de peluche se le saca la cabeza y tiene un filo, quizás la esta regañando... – le dijo con serenidad.
Esto resulto un fiasco, realmente no exageró, el único oponente que parecía decente era ese hombre del desierto y esa mujer con la serpiente - reclamo Leorio viendo como Gon y Kilua terminaron jugando cartas con los oponentes de Kurapica.
Leorio te equivocas, estas personas quizás no sean grandes luchadores pero se destacan en ciertos ramos de intelecto, medicina, esa enfermera se especializa en curar no en hacer daño, por eso no están luchando o no quieren – le explico mientras veía a Kidara salir con frustración de detrás de una caja, se incorporo para hablarle pero se retracto al verla derramar un par de lagrimas. Kidara tiro a la niña de la mano y la abrazo, la niña se resistió al abrazo
Hera, por favor no te quedes en este lugar¡ - le rogó Kidara tras el abrazo.
No quiero, a demás que te interesa lo que me pase? – le respondió con una pregunta obstinada.
No seas estupida¡ - le grito lanzando su báculo – él solo te esta utilizando, tu te sientes acogida, pero cuando falles el te desechara y te reemplazara como si fueras cualquier cosa, a mí me paso�¡ - le dijo, Hera la miraba con los ojos brillantes
Por que te interesa tanto? – le pregunto mirándola pararse levantando su báculo y limpiarse las lagrimas.
Vas a terminar como yo - le dijo con serenidad – te convertirás en una asesina, y después te darás cuenta de lo que lograste y trataras de remendar tus errores, y te será imposible – le explico.
Entonces por que sigues asesinando? – le pregunto con obstinación, sin notar que Kidara palidecía.
Es algo que tiene que ver con mi familia... – le dijo bajando la mirada – me estoy vengando de las personas que mataron a mi familia...
Déjame�, yo también quiero vengar a mis seres queridos y aquí me volveré lo suficientemente fuerte para hacerlo... ahora me entiendes?
Siempre tiene que repetirse exactamente lo mismo? – sacando sus manos de sus hombros, tomo su osito de peluche y lo miro, como algo tan encantador podía ser un arma?
Hera se fue corriendo donde Shina la enfermera, Kidara se fue con frustración donde Kurapica y Leorio, y se sentó a su lado sin animo.
Que ocurrió? – le pregunto Kurapica mirando a la niña.
Nada, solo le advertía de algo, tiene mis mismos objetivos, y terminara como yo... – le dijo mirando a Gon y a Kilua jugar cartas.
Ella tenia razón... por que sigues asesinando si estas tan arrepentida de tu pasado? – le pregunto Kurapica.
Es mi instinto, estoy arrepentida, pero no puedo evitar matar a alguien, es como un instinto animal... una sed de muerte...
Kilua tiene el mismo problema, dependiendo del caso su instinto aparece cuando está obsesionado o algo le molesta y se lo toma enserio – le comento Leorio.
No es como Kilua, el fue entrenado para asesinar, su vida esta llena de sangre, el no siente arrepentimiento, ni culpa, fue entrenado y criado junto a la muerte como hermana... a diferencia mía el puede evitar matar sino es controlado por algo superior, pero yo no puedo abstenerme, sea cual sea el caso, empecé a usar ese instinto para mi beneficio en mi venganza.
No lo puedes evitar? – dijo Leorio pensando en Kilua, y viendo que desde ese punto de vista tenia rezón.
Leorio nos puedes dejar solos un momento... tengo algo que hablar... – le pidió Kurapica.
Otra riña... – susurro Leorio.
Te oí, y puedes tomarlo como eso¡ - le dijo mientras el se alejaba hacia donde sus amigos.
Que quieres? – le pregunto Kidara restableciéndose.
No exageraste al hablar sobre el nivel de lucha de estas personas... pero, en que se especializan?
Eso, por eso le pediste eso a Leorio? – le replico.
No es lo único que preguntaré, solo responde si puedes.
Bien... son especializados en las infiltraciones, engaños, encubiertos, medicina, lucha en algunos casos, y manipulación política, con conocimientos muy extensos como los tuyos... – le dijo bostezando.
Eso explica la primera impresión que se tiene de ellos, y Ritten es fuerte?
Estuvo involucrado en la masacre de tu gente, el persiguió hasta el niño más pequeño y lo mato, fue parte de las personas que lo organizaron – le dijo poniendo en cada palabra parte de su odio contra aquel hombre, pero dándole la impresión de serenidad a causa de la expresión del rostro de Kurapica.
Tú estuviste involucrada? – le pregunto evitando mirar su rostro, y poniendo sus manos cubriendo sus ojos, que se estaban tornando rojos.
No lo estuve, yo continuamente le insultaba y le era irrespetuosa, por eso me encerraba en una celda, el día que se fue a la ubicación de la tribu no involucro a estas persona – le dijo mirando a los 9 compañeros que quedaban – ese día me encerró sin razón y mando al resto a una zona de entrenamiento – le dijo conteniendo la repugnancia del recuerdo, miro a Kurapica, su mano temblaba, Kidara la tomo, con la intención de que se tranquilizara un momento.
No pudiste hacer nada? – dijo mirándola bastante frustrado.
Tenia solo 12 años, mentalmente no era tan fuerte como Gon y Kilua, no era capaz de hacer cosa por iniciativa propia, me puedes perdonar? – no tubo respuesta, Kurapica se paro, ella le imito – no trates, no es la misma persona de hace tres años... solo saquemos a los rehenes...¡ que haces aquí¡ - pregunto dándose la media vuelta, de tras estaba Ritten.
Todo esto es solo para que vuelvas Kidara¡ - le dijo ácidamente.
Por que lo haría, cuando tengo personas que de verdad me quieren conocer y ser mis amigas – le respondió mirándolo, y tomando con fuerza su báculo, los 15 integrantes se pararon y formaron una fila, Kilua Gon y Leorio se pararon y caminaron con tranquilidad hasta donde se encontraban Kidara y Kurapica.
Tú sabes perfectamente que estas personas no son capaces de luchar con optimidad, sabías que ganarían, pero pensaste en que no me fui, si se que estas consiente de que voy una vez hecha una parte del trabajo – le dijo acercándose, su imponente aura se concentro en Gon, Kilua, Leorio y Kurapica, pero no ocurrió nada y se hecho atrás – por que no los puedo controlar?
Que crees?- le pregunto Kilua.
Quien eres tú? – le pregunto con menos precio Ritten.
Me llamo Kilua, pelón – le dijo con tranquilidad.
Estoy consiente, felino.
Felino, que te pasa abuelo, no soy un gato – le dijo poniéndose las manos en los bolsillos.
Si lo eres, eres un Zoldick, un asesino, no te interesa mi compañía? – le ofreció.
Demonios – susurro - no se puede mantener en secreto', ahora falta que lo publiques por la red – le dijo con sarcasmo.
Cállate¡ - le dijo Kidara a Kilua, Kilua no se enojo, más bien se puso serio y en guardia – terminemos lo que empezamos la noche que me fui.
Segura, yo veo que sigues siendo esa niña obstinada de hace tres años, yo ya no soy ese débil hombre – le dijo poniendo su presencia.
Yo tampoco viejo... – le dijo mirándolo - ... Gon, Kilua, Kurapica Leorio, esto es entre el y yo, por favor no intervengan pase lo que pase...
Entonces que hacemos? – le pregunto Leorio.
Saquen a los rehenes, si ellos se rehúsan,
déjenlos, y si ellos – dijo apuntando a sus 15 compatriotas – los atacan contra su voluntad no duden en acabarlos o apresarlos, no dejen sus
escudos, y... suerte – les dijo dándoles una amplia sonrisa al terminar, después hizo un golpe con su aura y los empujo a todos dentro del hall de la subasta, quedando ella y Ritten a solas.
Te has suavizado mucho, ya veo les enseñaste el escudo, sí... lo recuerdo, con esa técnica escapaste y me dejaste este recuerdo – le dijo, se saco la chaqueta de pesado y oscuro cuero, mostrando una destacable musculatura, vestía un traje semejante al de Hanzo, en un brazo y en el cuello habían signos de rasguños hechos por alguna clase de animal – recuerdas, aún me pregunto, como hiciste esas heridas, tenía conocimiento de que los Zoldick tiene garras, pero tú, que eres?
Bien – le dijo seria – será un duelo a muerte, uno de mis últimos asesinatos... – a continuación se desato la cinta de su cintura, la túnica se abrió como un abrigo desabrochado, debajo resaltaba un traje blanco, Kidara se despojo de la túnica, el traje blanco tenia inscripciones en el cuello de estilo de traje tradicional chino, la pieza superior se alargaba hasta terminar en punta en medio de las piernas de Kidara, la pieza de abajo era una falda larga con cortes a los lados que permitían ver las piernas de la joven, sus pies descalzos y sus piernas ( no los muslos) cubiertos de vendas. Kidara se volvió a amarrar la cinta en la cintura del traje – sobre lo de las garras lo verás si logras desacerté de mi báculo – le respondió a su pregunta empuñado el báculo.
Realmente es muy llamativo, si logro quitar del tus manos el báculo? – le dijo sarcástico – es una regla muy simple, pero antes otra pregunta; por que no quieres venir nuevamente? Tuve que contratar a Shendu para reemplazarte, la diferencia es impresionante...
Realmente quieres saber? – le dijo mirándolo penetrantemente.
Es muy personal?
Hace 5 años masacraste a una tribu de personas que sus ojos se volvían rojos cuando de emocionaban o enojaban¿no? – le dijo escondiendo su mirada bajando la cabeza.
Ciertamente sí, por? – le dijo sin interés y acercándose.
Por... – le dijo echándose hacía atrás, su manos se tensaron, sus uñas se deformaron y alargaron, se tornaron negras, esas eran las garras...
Eso fue? – le pregunto con un tono de impresión es su voz...
La mirada de Kidara estaba tapada, se puso las manos en el rostro, las piedras que iban en el báculo se volvieron rojas repentinamente...
Tú eras una...?
Kurapica y Leorio iban de un lado a otro diciéndole a la gente que se levantar�, que se iban a escapar, Gon y Kilua estaban frente a los 15. el ambiente era bastante tenso, mientras la gente se agrupaba, algunos lloraban o gritaban.
No nos van a detener? – les pregunto Gon.
No lo haremos, el objetivo era que Kidara viniera, no nos interesan los rehenes – le respondió Shendu.
Entonces se pueden quitar de la puerta? – les dijo Kilua, apuntando el umbral.
No pueden pasar, nadie puede interferir – le respondió Hera.
Por que, siempre tienen que seguir la corriente del pelón, no escucharon a Kidara? – les dijo Kilua molesto.
Si la escuchamos, si podemos ir nos de su control, pero...
Él es su amigo? – les pregunto Gon.
Es sólo nuestro jefe... pero creemos ciegamente en que... – les dijo Shina.
Ya veo – dijo Kurapica que había escuchado mientras dirigía a la gente, se acerco junto con Leorio – están en un asilo psicológico, no es así?
Si, somos personas que fueron convertidas en cazadores por la intención del señor Ritten, gran parte de nosotros sabía utilizar Nen sin saberlo, y dañábamos sin saber como a los que nos rodeaban – les explico Shina.
Saben algo sobre el pasado de Kidara? – les pregunto Kurapica, la intención era saber por que guardaba tantos secretos y por que era tan enigmática.
No sabemos mucho, ella ya era cazadora antes de entrar a la familia, .al parecer llegó contra su voluntad, continuamente era irrespetuosa con el jefe, y era encerrada, trato incontables veces de escapar, un día nos fuimos a entrenar, el jefe fue a un trabajo, a Kidara la mantuvo encerrada, tres días después de que volvimos se escapo teniendo un encuentro con el jefe, no se como lo hizo pero le dejo cortes muy profundos en su brazo y cuello... – le respondió Shina.
Y a donde fue su jefe? – les pregunto Kurapica, levantando la mano para evitar que sus 3 amigos preguntarán.
No lo sabemos, hay veces que evita que vayamos con él, pero no sabemos por que – le respondió.
Saben si Kidara tenia algún cambio en sus rasgos?- volvió a preguntar.
Es difícil de determinar... ustedes deben saber que ella puede cambiar sus rasgos a voluntad... – les respondió Shendu.
De pronto sintieron un golpe en la puerta de madera que tapaban, los 15 se levantaron, pudieron notar que la puerta se astillo, siguieron viendo, vieron sangre escurrirse por debajo de la puerta.
Gon, Kurapica, Leorio y Kilua, se apresuraron junto a los 15 a abrir la puerta la empujaron, lo primero que vieron fue a Kidara, observaron su traje blanco, su báculo estaba junto a su túnica, su ropa blanca tenia salpicones de sangre, su mano estaba ensangrentada, sus alas estaban extendidas, tenían varios cortes, ella ignoro que la miraban, camino hacia Ritten, él estaba tirado en el piso, su ropa estaba llena de su propia sangre, su brazo estaba inhabilitado, sus piernas también, miraba con horror a Kidara. Hasta el momento nadie había notado nada en la mirada de Kidara.
Ritten, vamos admítelo – le dijo Kidara aún sin darse cuenta de que la observaban, no se daba cuenta de la mirada preocupada de Gon, la mirada de sorpresa de Leorio, la mirada de curiosidad de Kilua, la mirada de preocupación mezclada con enojo de Kurapica, y la mirada de miedo de los 15 – deja de mentir, tú estuviste en la masacre, y te daré una muerte rápida, sin dolor, no me importa quien me hable, no voy a ceder.
Kidara, por favor no lo hagas, que dirán ellos? – le dijo con desesperación, al hablar se noto que Kidara le había golpeado y sacado varios dientes.
Sólo responde – le dijo agachándose y acercando sus zarpas ensangrentadas al cuello de Ritten.
Sí lo hice – le dijo bastante más serio – pero admito que dio grandes frutos esos ojos fueron un gran ingreso...
¡ tú¡ - grito Kurapica antes de que Kidara dijera algo – lo admites, tú estuviste en la masacre de mi gente – le dijo tomándolo del cuello, con la mano de la cadena, sus ojos se tornaron rojos, miró a Kidara... pero se hecho atrás, soltando al hombre, se puso las manos en el rostro.
Kidara dio un pequeño giro, su mirada era la de un asesino, no tenia brillo, pero el color...
Sus ojos son rojos¡ – exclamo Gon.
Como puede ser? – pregunto Leorio.
No lo mates¡ - grito Shina.
Esa era la razón del susto de Ritten y Kurapica, Kidara los ignoro nuevamente, se volvió donde Ritten, y hundió su mano en su estomago, las mujeres presentes se taparon los ojos, parte de los hombres retiraron la mirada, Gon, Kilua, Leorio y Kurapica miraban atónitos...
...Ritten estaba muerto, Kidara tenia una mancha de sangre en su mejilla se dio la media vuelta, sus alas se doblaron pero no desaparecieron, tomo su báculo, se lo lanzo a Gon, tomo su ropa, su aire de asesino estaba en él aire.
Si quieren respuestas, esperen 2 meses, en un mes recibirán el lugar como todos, ahora déjenme ir... lo lamento Kurapica – dijo Kidara sin expresión alguna, dio un salto, rompió el techo hasta salir por la buhardilla del anfiteatro...
La gente salía apresurada... las 18 personas más los atónitos amigos estaban ene medio de la corriente de gente.
Una vez terminado, se alejaron para no ser encontrados por los empleados de la mafia, Shina tomo el cuerpo de Ritten, una vez detrás del lugar de algo que no termino como subasta, se dedicaron a infiltrarse y tomar las cosas que habían comprado, Gon Y Kilua dedicaron a esta labor, Leorio no era capaz de hacer nada, sólo podía mirar la expresión de Kurapica.
Gon y Kilua trajeron algunos artículos, Leorio noto algunos paquetes de más, dedujo que eran los de Kidara, su báculo estaba apoyado en la pared junto a Kurapica.
Crees que de verdad volver�? – pregunto Gon mirando a su amigo.
Viste su mirada, de verdad era una asesina... si supiéramos lo que ocurrió? – se quejo Leorio - que opinas tú Kilua?
Sus ojos...
Que tienen sus ojos?
Leorio, tu tienes si o no ojos, sus ojos se volvieron rojos, eso indica que era alguien de la tribu de... – dijo mirando hacia el lado.
Quieres decir que era amiga de Kurapica? – le pregunto Gon alejándose.
No es posible determinarlo Gon, Kurapica tiene que reponerse antes de recordar eso... yo creo...
Kilua miro a su alrededor se habían olvidado de los 15.
Ustedes que harán ahora? – les pregunto interrumpiendo el flujo de su conversación.
Tenemos una sede, no se preocupen, sólo estamos esperando a que los jefes de la mafia se vayan, les daré un dato; no pierdan a Kidara, por más que diga que no se considera su amiga es capas de arriesgar mucho por ustedes, hace cosas insensatas por alguien que aprecia, muchos le debemos la vida a ella – les dijo con una sonrisa, cuando vio al ultimo invitado irse, se acerco a una densa arboleda, Shendu lo tomo con su catana que había recuperado, la arboleda se disolvió en el aire, dándole paso a un avión, de gran dimensión – podemos llevar...
Que pasa? – le pregunto Leorio.
Es él, deacuerdo a lo que dijo, no creo que le de mucho gusto viajar junto al cadáver de alguien que mato a la gente el apreciaba...
Si entendemos señorita Shina, podremos irnos solos – le dijo Gon con una sonrisa, Shina entro tranquila al avión – sabes – dijo mientras el avión despegaba, y Hera le miraba – habían tres cosas que Kidara no sabía hacer, la primera era cocinar, la segunda era bailar, y la tercera, admitir sus sentimientos... de cierta forma puedo saber el estado psicológico de alguien según su comportamiento y mirada, él año que estuvo descubrí que... – pero no termino la frase.
Que? Shina – le reclamo Hera.
Te lo diré cuando vuelvas a ver a Kidara – le respondió con una mirada maternal, y dijo para sus adentros" ... lo que descubrí fue que ha estado enamorada sin entenderlo..."
Gon se despedía desde el piso.
Gon. Ven haz entrar en razón a Kurapica – le ordeno Leorio mientras estaba al lado de Kurapica.
Que ocurrió? – pregunto.
Nos dijo que nos olvidáramos de Kidara que ella no era real... que... – pero no termino la frase Kurapica se levanto.
Saben – les dijo con serenidad – no quiero recordar nada, sólo quiero recobrar los ojos de mis compañeros, pero ella no es real deacuerdo?
Que te pasa Kurapica? – le reclamo Leorio.
Silencio Leorio – le dijo Kilua – ponte en su lugar, piensa en sus esfuerzos por los que ha pasado, cuando tenia a una persona que...
No voy a eso Kilua – le dijo tomando el báculo – demonios... su mirada me recuerda algo, pero el recuerdo me aterroriza siempre tenia la ilusión de que alguien quedara, las posibilidades eran casi nulas... pero su mirada su aura en ese instante era oscuro, ustedes no lo sintieron por que no acercaron, su aire de asesino estaba repugnando su aura, hay algo oscuro, hay algo que desea... pero olvidémosla hasta que llegue lo que ella dijo... les dijo tambaleándose, camino torpemente hasta él auto que tenían para la ocasión, Leorio lo ayudo a entrar, lo sentó en el asiento delantero, espero a Gon y a Kilua que subieran las cosas, ellos se subieron y Leorio acelero, el camino en auto hasta la ciudad era de tres horas...
Continuara…
