Declaimer: Los personajes de Card Captor Sakura no me pertenecen (aunque no me molestaría que me regalen a Shaoran y Eriol ), lamentablemente el Estudio Clamp me gano de mano y se los quedaron ellas.
Novia Fugitiva
(by Lady Verónica Black of Avalon)
Xiao Lang Li sospechaba que Sakura estaba huyendo de algo, y tenia razón. Volar al otro extremo del mundo para evitar su futuro marido era un comportamiento de lo más extraño para cualquier novia. Ella queria pensar las cosas con calma, pero Xiao Lang no le estaba facilitando la tarea. De entre todas las razones por las que ella no debería casarse con su novio, Xiao Lang se estaba convirtiéndose en la principal...
- Capitulo Tres -
"Trato Hecho"
Sakura dio un sorbo a su whisky e intento no atragantarse con los fuertes vapores alcohólicos.
-Bueno, quizá no tan increíblemente rico -dijo con cautela intentando recordar algo, lo que fuera, de lo que había contado el viejo Señor Kimishara.
Ahora se arrepentía de no haber prestado más atención. Pero le había costado mucho concentrarse en nada últimamente, sobre tofo desde que Kiosuke le había soltado su bomba.
-Quiero decir, que no podrá tener un garaje lleno de Ferraris, pero le permitirá un nivel de vida mucho más alto que el que tiene en actualidad.
-¿De verdad? -murmuro Shaoran con suavidad.
Sakura se removió inquieta.
-No queria decir que estuviera en la miseria ahora mismo... esta casa es muy bonita... bueno, esta un poco polvorienta por algunos sitios...
Se detuvo incómoda.
¿No había dicho Shaoran que había estado fuera?¿Dónde habría estado tanto tiempo como para que la casa estuviera así? De repente, se le pasó por la cabeza la visión de una celda y aparto la idea co un esfuerzo. ¿Qué diablos le estaba pasando?
-Queria decir... -empezó de nuevo.
-Sakura -le interrumpió Shaoran.
-¿Sí?
-Cuando estés en un agujero, deja de cavar.
Ella lo miró en silencio. Él choco el vaso contra de ella y dijo de repente:
-¿Qué estas haciendo exactamente aquí?
-Ya se lo he dicho. Esto es un viaje de negocios.
Shaoran la miró pensativo.
-Mi viejo primo japonés ha fallecido por fin, probablemente por el alcohol, me habrá dejado sus botellas de sake vacías. Y es una herencia tan importante que un elegante bufete situado en... -se sacó la carta del bolsillo de la camisa y leyó el membrete- en Kami Street, Tokio, decide enviarme a uno de sus abogados, que encima esta apunto de casarse, sólo para contármelo.¿Por qué no me ha escrito simplemente?
A Sakura le dio un vuelco el corazón. Aquel hombre era demasiado sagaz.
-Pues no le escribimos porque pensamos que había recibido la carta anterior.
Shaoran se encogió de hombros.
-La recogeré la próxima vez que baje al pueblo por el correo. Ahora ¿vas a decirme exactamente qué es lo que haces aquí?¿O prefieres que empiece yo a adivinar?
Entonces las asió por la muñeca, le quito el vaso de las manos y lo posó en el suelo.
La presión de sus dedos sobre su piel era como la caricia de una pluma, pero Sakura sabia que si intentara soltarse la apretaría con la dureza del acero.
Si fuera completamente sincera, debería decirle que la única razón por la que estaba allí era por Kiosuke. Pero no tenia la más remota intención de compartir sus problemas privados con el señor Shaoran Li.
Se mordió el labio y levanto la vista hacia él.
-He venido solo para hablar de la herencia -dijo con la mayor firmeza que pudo.
-¡Aja! -la mirada de aquellos ojos ámbar era de incredulidad.
-Te estas escapando de algo, ¿verdad? -comento Shaoran- O quizá debería decir de alguien. Como de ese prometido tuyo por ejemplo.
-¡Eso no es asunto suyo!- Exploto Sakura inmovilizada bajo su intensa mirada.
-Has hecho que sea asunto mío desde el momento en que has llamado esta noche a mi puerta.
-Usted a leído esa carta, ¿verdad? -pregunto ella con fiereza- ¿O no sabe leer?
Se detuvo asustada por lo que acababa de decir.
Li mantuvo la vista clavada en ella y Sakura fue la primera en desviarla.
-Lo siento -murmuro con debilidad pasándose la mano por la frente- No debería haber dicho eso.
-Supongo que no -dijo él muy despacio mirándola con frialdad-, pero yo no te pedí que vinieras hasta aquí y ahora que estás, no me parece que tengas modales.
-¿Qué yo no tengo modales? Eso es un halago viniendo de usted.
Shaoran sonrió de repente.
-Yo creía que las mujeres como usted les gustaban los simples montanistas, o vaqueros sin modales como yo.
-Es usted tan simple como la teoría de Einstein sobre la relatividad -dijo con sarcasmo Sakura.
Shaoran la miró pensativo.
-¿Qué es lo que sabes de mí? -pregunto con suavidad.
Sakura miró la sobrecogedora habitación antes de volverlo a mirar.
-No mucho -admitió.
-¿No has traído un maletín?- insistió él.
Sakura se encogió de hombros abatida.
-Mi padre era él que llevaba este caso, pero cayo enfermo. Uno de los socios me contó un poco por encima la situación y pensaba leer el resto de los documentos en el avión. Entonces me día cuenta que había metido los documentos en el bolso y este estaba facturado. Solo tenia la copia de la carta y lo que me había contado el señor Kimishara, auque es muy confuso. Era mi padre él que iba a venir hasta aquí, ¿sabe?- se encogió de hombros- En las circunstancias actuales, no me pareció que importara que le sustituyera yo.
-¡Vaya abogada!
-¡¡Yo pensaba que era usted un anciano con una salud frágil!!- se defendió Sakura- De la misma edad que su primo. Y que creía que se iba a poner muy contento al recibir dinero. No esperaba...
-¿A un inquisidor? -termino Li por ella con un brillo burlón en la mirada.
Sakura se froto la frente distraída.
-Lo siento- murmuro-. Últimamente no he podido pensar con claridad. Me ha repercutido en el trabajo y no tengo ninguna excusa. Pero después de que lea los documentos mañana, le podré hacer un resumen.
Los dos se quedaron mirando por un largo momento.
-Quizá he sido un poco duro contigo -dijo él.
Sakura había esperado un ataque por su poca eficacia, pero no una disculpa. Aquella delicadeza la desarmo.
-Quizá un poco, sí.
-Ahí hay un teléfono –dijo él con un gesto- Puedes llamar a tu novio, si quieres.
-¡No! -objeto ella con impaciencia- No quiero.
Entonces trago saliva para recuperar la calma.
-Queria decir, que no es necesario.
Él la miro con aquello ojos que no se perdían nada.
-¿De qué tienes miedo, Sakura?
-Yo no tengo miedo -negó ella.
Pero la voz se le quebró un poco por la tensión y el cansancio.
-Te están temblando las manos y tienes los ojos abiertos como platos. Yo diría que es una claro indicación de miedo.
Sakura no dijo nada sabiendo que no podría controlar el temblor de su voz.
-¿Sabes? -continuo él- Sí no supiera nada más, pensaría que estas escapando de algo.
-No sea ridículo, Señor Li - protesto ella.
Shaoran la miró y antes de que ella pudiera hacer algo, le quito el bolso.
-Devuélvame mi bolso -protesto ella.
Él la miro sin decir palabra alguna y poso el bolso entre ellos, abrió el bolso y volcó el contenido en el sofá.
-¿Cómo se atreve? -dijo furiosa mientras recogía un labial que se había deslizado hasta el borde del sofá. Shaoran la asió de la mano y contemplo el pequeño cilindro metálico.
-"Canto de Sirena" -leyó en alto el nombre- No creo que te valla bien ese color- murmuro soltándola de la muñeca.
Sakura se sonrojó.
-¿Qué es lo que sabe de maquillajes?- preguntó mientras volvía a meter su barra de labios en el bolso- ¿O es que se encarga de los colores de moda para su caballo?
Shaoran sonrió.
-No es mala idea -concedió mientras agarraba un fotografía muy gastada.
-¡Deje eso!- gritó ella intentando quietársela- ¿quién se cree que es?
Li apartó la fotografía de su alcance y la miró.
-¿Eres tu quien llega a la casa de un desconocido en mitad de la noche y todavía me preguntas que como me atrevo a hacer algo? -sacudió la cabeza- Yo soy un hombre precavido, Sakura. Cuando aparece en la puerta de mi casa un desconocido, me gusta saber quien es exactamente y a qué viene.
-Ya se lo he dicho.
-Sí, ya lo sé. Y supongo que yo podría jurar que eres quien dices ser -clavo la vista en su cara enfadad- Es una pena que tú no puedas estar tan segura de mí.
-Usted es Xiao Lang Li -replico ella con debilidad.
-Eso lo crees simplemente porque yo te le he dicho. Podría acabar de asesinar al verdadero Xiao Lang Li por su herencia un momento antes de que llamaras a la puerta.
Sakura intento esta vez quitarle la fotografía sin éxito.
-No sea ridículo. Él taxista lo conocía.
Shaoran la miró muy serio.
-No soy ridículo, Sakura. Puede que yo no sea un violador o un asesino, pero no me conoces en absoluto.
Sakura sintió de repente una oleada de pánico. Se acordó de la extraña idea que la había asaltado un poco antes y lo miró directamente a los ojos.
-No... no habrá acabado de salir de la cárcel, ¿verdad?
La mirada de asombro de Li fue genuina y le produjo tal alivio que se sintió desfallecer.
-No, no acabo de salir de la cárcel -aseguro él muy despacio-, me alegro que empieces a tener sospechas de la gente que conoces.
Sakura se quedo silenciosa. No podía replicar nada. Porque él tenia toda la razón. Ella debía de estar loca por haber llegado hasta allí, pero había sido su única vía de escape.
Shaoran contemplo la foto que tenia en la mano.
-¿Este es Kiosuke?- sakura asintió enmudecida- Nunca confíes en un hombre que se tiñe el pelo de rubio- comento Shaoran.
-¡Eso no es asunto suyo!- gritó ella.
Xiao Lang la miró con ironía.
-Tienes carácter, ¿eh?
Sakura apretó los dientes.
-Sí crees que es tan estupendo- siguió Shaoran- ¿por qué no quieres llamarlo?
-Yo... nosotros hemos...
Li arqueó una ceja.
-¿Habéis hecho un pacto de amantes? ¿Una semana de celibato antes de la boda?
Sakura pensó en contarle la verdad, pero decidió que no.
Era demasiado doloroso pensar en lo que había sucedido en Tokio y mucho más ponerlo en palabras ante un completo desconocido. Sacudió la cabeza.
-Preferiría no hablar de ello -dijo con la mayor brusquedad y frialdad que pudo.
Shaoran la miró con calma.
-¿Quieres hacerlo sufrir?
Sakura abrió la boca con sorpresa y asintió.
-Sí -mintió con rapidez- No quiero que sepa dónde estoy.
Había algo en la mirada de Shaoran que no se atrevió a intentar descifrar. Era como si le estuviera leyendo la mente y no le gustara lo que estuviera viendo.
-¡De acuerdo, Sakura Kinomoto, abogada! -dijo él por fin- Haré un trato contigo.
-¿Un trato?¡Pero si yo no necesito hacer ningún trato!
-¡Oh, sí!¡Claro que lo necesitas! ¿Cómo vas a aguantar sino hasta el martes?
-Me podría bajar hasta la ciudad- sugirió ella- Sí fuera tan amable, claro- añadió deprisa al ver el gesto de impaciencia en sus ojos.- Y podría quedarme en uno de esos hoteles que ha mencionado. Cargare todo a mi cuenta y lo pagaré cuando por fin los bancos abran. Para entonces me podrán haber enviado dinero.
-No me parece que yo saque gran cosa de ese trato- replico Shaoran pensativo- Excepto la satisfacción de haberte enseñado unos modales.
-Usted consigue su herencia. Y debe ser una suma cuantiosa. ¿Qué más quiere?
-Un ama de llaves -dijo él sin rodeos.
-Bueno, ahora se podrá permitir pagarle a una- respondió ella con dulzura sin tener la mínima sospecha de lo que él contestaría.
Shaoran asintió con una mirada cálida.
-Eso es verdad, pero yo prefiero lo que se me acaba de ocurrir. Yo necesito un ama de llaves ahora hasta que aparezca la próxima la semana que viene. Esta casa esta echa un desastre y estoy cansado de mi propia cocina.
Sakura se levanto de repente alarmada por la forma en que la estaba mirando.
-Ahora espere un segundo. Si esta sugiriendo que yo...
-¡Maldita sea! Eso es exactamente lo que estoy sugiriendo. Tu te quedas ene esta casa como ama de llaves hasta que habrán los bancos. Ningún hotel del pueblo te va a dar crédito a menos que les muestres algo de dinero o una tarjeta de crédito, así que te estoy haciendo un gran favor.
-¡Vaya favor!
Él la miró fijamente.
-Será mejor que lo crea, señorita. Como pagó tendrás cama y comida y te llevare a Hong Kong el martes para que puedas tomar tu avión. O eso, o me deja los papeles y te vas ahora mismo.
Sus miradas se clavaron, verde y ámbar se encontraron.
-¡¡¡Es usted la persona menos razonable que he conocido en toda mi vida!!!
-Me parece muy bien -murmuro Shaoran con suavidad.
-Pero mi boda es dentro de una semana y yo...
-Te garantizo que no te perderás la ceremonia -interrumpió él-, además estas será una gran oportunidad para ti de pulir tus habilidades como ama de casa y estoy seguro que el viejo Kiosuke lo agradecerá.
Sakura lo miró con furia.
-Yo soy una abogada muy cualificada y no tengo intención de perder mi tiempo haciendo camas o fregando platos para él, para usted y para ningún otro hombre...
Shaoran se estiro un poco y cerro los ojos.
-La puerta esta por ahí- respondió con un gesto- Ciérrala al salir si, hace frío afuera, ¿de acuerdo?
Sakura se levanto echa una furia ante la actitud tan relajada de él.
-¡Maldito seas Shaoran Li! Yo no he venido hasta aquí para fregar tus platos y limpiar tu casa.
-No- admitió el pensativo- Apareciste por esa puerta para escapar de las responsabilidades hacia el hombre con el que se supone vas a casarte. Y mientras tanto, el bueno de Kiosuke probablemente se estará muriendo de preocupación por saber donde estas.
-Esta totalmente equivocado, Señor Li.
Shaoran abrió los ojos y la miró con fijeza.
-¿De verdad? Quizá sea él quien esta completamente equivocado contigo.
-¿Qué quiere decir?
Él la miro largamente antes de decir con calma:
-Yo dría que una chica que va a casarse dentro de una semana debería estar ansiosa y no separarse de su prometido. ¿Es por eso por lo que llevas la fotografía?
-¿Qué quiere decir?
-¿Para poderle reconocer en la noche de bodas?
Aquello era demasiado.
-¿¡Quién diablos cree que soy yo?- gritó dando un paso hacia él con los puños apretados.
-Qué, seria lo más adecuado- respondió él con suavidad.
El insulto era evidente.
Sakura sin pensar, dio otro paso más hacia para darle un bofetón. Pero Shaoran fue más rápido.La asió por la muñeca y la atrajo hacia sí. Sakura intentó forcejear, pero fue inútil.
-Suéltame -gimió sofocada.
¿Y que piensa hacer la sofisticada señorita Kinomoto si no lo hago?
Sakura trago saliva.
-Voy a llamar a la policía y hacer que lo detengan por acoso sexual -dijo con el mayor coraje que pudo.
Pero nada más decirlo, comprendió lo incrédulo que debió haber sonado.
-¿De verdad? -pregunto él con una mirada glacial- sí es por acoso por lo que me vas a denunciar, estoy seguro de que podré hacer algo mucho mejor que simplemente sostener tu mano.
Su cercanía y su simple magnetismo eran más de lo que ella podía soportar.
-No, yo...
Ya no pudo hacer nada más. Los labios de Shaoran estaban sobre los de ella, sus fuertes brazos la apretaban y su cuerpo la reclamaban de una forma que nunca nadie había hecho, ni siquiera Kiosuke. No deseo luchar más cuando su lengua paladeó aquel gusto a chocolate que había dentro de la humedad de su boca. Deseaba que siguiera, que...
Aturdida de repente por la forma en que e estaba contestando, apretó las manos contra su pecho e intentó empujarlo.
Él la soltó al instante, como si solo la piel de ella lo hubiera quemado. Después bajo la vista hacia ella y dijo:
-El teléfono esta ahí por si quieres llamar a la policía.
Su cara apenas estaba a unos centímetros de la de ella.
-Esta completamente equivocado conmigo -susurro Sakura- De verdad que lo esta.
-Pues demuéstrame lo contrario entonces, Sakura Kinomoto, señorita abogada -dijo él sombrío- Pero té apuesto un yen contra mi mejor caballo a que no puedes.
Sakura se toco los labios con dedos temblorosos y al ver la forma en que Shaoran la estaba mirando, los bajo y posó las dos manos en el regazo.
No tenia salida. Tendría que aceptar la propuesta de él, pero no pensaba rendirse con tanta facilidad.
-Si esta es la forma en que entrevistas a todas las candidatas al puesto, no me sorprende que tu ama de llaves se halla despedido.
Shaoran deslizó un dedo bajo su barbilla y se la alzó para que lo mirara.
-¿Vas a rechazar la oferta?- preguntó.
A Sakura le despidieron chispas los ojos.
-Me quedare- acepto.
-Bien- replico él.
Continuara...