II.- Puede que...

-Bien, ¿me vas a decir qué demonios fue lo que te picó?-Ron lo miraba con una extrañeza mal disimulada -¿porqué demonios le dijiste eso a Lovegood enfrente de todos?

-¿Qué fue exactamente lo que te contaron? ¿eh?-Harry, aparte de enfadado, estaba muy confundido, pues en unas cuántas horas ya todo Hogwarts se había enterado de lo sucedido con Luna en los pasillos, claro, con una versión alterada según se iba contando.

-Pues...pues, que...le dijiste...bueno, que ayer ella estaba contando algo de sus extrañas historias y tú le dijiste que sí le creías... ¿sabes qué es lo que van a pensar de ti? ¡Qué estás más loco que una cabra!- Ron hablaba muy bajo, cuidando seguramente que nadie lo oyera.

Harry suspiró aliviado, al menos –aparentemente- a Ron no le había llegado alguna otra versión, como las que sabía se habían esparcido por la escuela. Aún así, no sabía que contestarle a su amigo ¿Qué iba a decirle? ¿Qué la siguió en la noche? ¿Qué la observó mientras escuchaba al viento? No era tan fácil dar una respuesta,. Así que sólo sonrió irónicamente mientras le decía "No será la primera vez".

Ron ya no insistió, sabía muy bien que cuando Harry optaba por no decir nada, no había poder humano que lo sacara de ahí. De todas formas lo de Luna no lo preocupaba tanto como el carácter arisco que su amigo iba ganando conforme pasaban los días. Las noticias veladas que llegaban a sus oídos dejaban entrever la proximidad del peligro. Las muertes y desapariciones inexplicables, tanto de magos, como de muggles, no dejaban lugar a dudas que, lo que todos temían y callaban, como si silenciándolo no fuese a ocurrir, estaba ya sucediendo. La guerra había comenzado.

Harry, por supuesto, estaba conciente de ello. En los últimos días se había ensimismado aún más y para Hermione y Ron, les era casi imposible arrancarle siquiera una sonrisa. No sabían como ayudar a su amigo. Paralelo a eso, Harry esperaba, con la sensación de desasosiego e inmensa soledad royéndole en el pecho, el momento de enfrentarse a Voldemort. Muchas veces, deseaba que ese momento no se retrasara ni un instante más, sólo por no seguir viviendo así, y que todo por fin acabara, para bien o para mal.

Los cuchicheos al pasar no lo habían abandonado durante el día. A pesar de estar acostumbrado a ello, le resultaba difícil sobrellevarlo. Después de Transformaciones y la corta e improductiva charla con Ron, él y Hermione habían marchado a una junta de prefectos a la que tenían que acudir. Harry se encaminó solo hacia el campo de Quidditch. No había entrenamiento ese día y por lo tanto no andaría nadie por allí. Eso era lo que él necesitaba.

Quería a sus amigos. Eso era cierto. Pero no hallaba la forma de explicarles lo que estaba sucediendo en su interior. Toda esa angustia, todo ese miedo ¿y porqué no decirlo? Todo ese rencor que muchas veces parecía ahogarlo. Y lo de Luna. Hermione, al contrario de Ron, no le había preguntado nada, y se lo agradecía, pero Harry la había descubierto lanzándole miradas inquisitivas, como si tratara de adivinar que loco arrebato había orillado a su amigo a ponerse en evidencia, por no decir en ridículo, en esa forma. Sabía muy bien el concepto que su amiga tenía de Lovegood. No podía culparla. Luna no era una persona común.

Algo lo distrajo bruscamente de sus pensamientos. Enfrente de él, a unos cuantos metros, se hallaba la persona que menos esperaba encontrarse y en quien, hasta hacía un momento, estaba pensando. Lovegood se hallaba inclinada sobre las gradas del campo, como buscando algo, su cabello rubio y enmarañado estaba recogido en una extraña coleta sobre su cabeza, de sus orejas colgaban unos pendientes enormes parecidos a colmillos de dragón, pero azules y brillantes, y su rostro parecía sumamente concentrado, mientras sus plateados ojos, emitían un brillo, muy imperceptible, de desilusión.

Harry se acercó con cautela. Cuando estaba a unos pasos de Luna, ella volteó y lo miró como si se tratase de un fantasma.

-Ah, hola Harry- dijo en su peculiar tono de voz mientras se aproximaba con aire ausente -sabía que alguien estaba cerca, pero no sabía que fueras tú.

Harry la miró, y por un momento se vio reflejado en esos ojos grises.

-Sólo andaba por aquí... dando un paseo- Luna lo miró con cierta curiosidad, él continuó sin saber exactamente que decir, temía que Luna le preguntara el porqué de su actitud el día anterior –eh, y tú ¿qué haces aquí? ¿no deberías estar en clases?.

- La profesora Sprout me dejó salir un momento- contestó Luna de inmediato al tiempo que sonreía con complicidad – le dije que me sentía un poco enferma...es una mentira, obviamente, pero no fue con mala intención ¿sabes? Es que si le hubiera dicho mis verdaderas razones no me hubiera dejado salir- dio un respiro y acercándose aún más hacia Harry le susurró al oído – estoy buscando blibbers.

La repentina acción de Luna, hizo que Harry sintiera, al mismo tiempo, un hueco en el estómago y sus mejillas ardiendo. Rogó por que ella no se diera cuenta, y tratando de mantener la calma, apartándose un poco, dijo – Y-y... ¿los encontraste?

-Oh, no- Luna se veía desanimada –pensé que a esta hora bien podría ver uno, pero no sé que pasó, tal vez los asusté...

Harry vio la desilusión pintada en su cara. Por supuesto, él no creía en los blibbers. Hermione había dicho que no existían. Pero aún así, quería animar un poco a Luna. Sin pensárselo muy bien agregó – Bueno, tal vez sea que a estas horas del día no se encuentran por aquí...si tú quieres, más tarde yo te ayudo a buscarlos, puede ser que encontremos alguno.

El rostro de Luna brilló -¿De verdad harías eso por mí?- su voz soñadora sonó con emoción, mientras Harry asentía con la cabeza –Bueno, entonces nos veremos una hora antes de la cena aquí mismo ¿te parece?

-Me parece bien...es un trato- Harry extendió su mano hacia Luna y sintió un leve cosquilleo en el cuerpo al sentir el contacto de la de ella. Después de soltarlo, Luna se dirigió a la mochila que había dejado en el suelo, la levantó, y antes de irse, volteó hacia Harry y muy seria le dijo –Ah, Harry, se me olvidaba...gracias por lo de ayer.

Harry la vio alejarse, con ese andar entre nubes, y se preguntó a sí mismo que demonios le estaba pasando. "Tal vez...puede que.."dudó un momento "No" se respondió negando con la cabeza, aterrado ante lo que había estado a punto de pensar. Y se marchó de ahí con paso presuroso.

Nota: Todos los personajes son propieda de J.K. Rowling.