VII Colgando de un hilo.
Caminaban por los linderos del bosque prohibido. Ya tenían varios minutos así, buscando sigilosamente a que algo apareciera. Pero Harry no prestaba atención. Su mente buscaba la forma de terminar con todo ese asunto absurdo de los blibbers sin lastimar a Luna. Ahora realmente comenzaba a pensar que todo había sido una broma para ilusionarla. Frunció el ceño con enfado ¿cómo era posible que la trataran así?... ¿Cómo podían ser tan crueles con ella sólo porque se daba el lujo de soñar despierta? Si Luna era la persona más especial del mundo. Extraña, diferente, pero muy especial.
Un leve grito de asombro y júbilo cortó de golpe sus pensamientos. Era Luna. Harry volteó hacia donde ella señalaba, indicándole a la vez, que guardara silencio. Un animal, o eso le pareció a él, pequeño y alado de un color azul extremadamente brillante, muy parecido a una libélula, revoloteaba cerca de la entrada al bosque. Harry se acercó cautelosamente a Luna, quién le susurró suavemente "Es un blibber ¿ves? Te dije que si existían" .
Harry veía al animal sin dar crédito a sus ojos, No lo entendía y la cercanía de Luna evitaba aún más que pensara con cordura. Por un instante, sólo quedaron él y ese suave aroma a canela que ella desprendía.
Lovegood le hizo señas para que la siguiera, despejando la mente de Harry. Estaba decidida a atrapar al animal. De eso no cabía duda. De pronto, éste pareció sentirlos, pues bruscamente levantó el vuelo y se adentró en el bosque. Todo pasó muy rápido. Luna emitió un bufido y se lanzó tras de él. Harry trató de persuadirla sin conseguirlo.
¡Luna no!...¡Espera!...¡No debemos entrar al bosque prohibido!...- La sujetó del brazo, pero Luna, con sus ojos brillando de ansiedad, tan sólo musitó "¡Por favor Harry!... ¡por favor!".La soltó no muy seguro de lo que hacía y de inmediato, Luna corrió internándose en el bosque. Harry dudó unos momentos. Su corazón se llenaba con un mal presentimiento ¿de verdad era un blibber esa cosa? Una vocecilla dentro de él le decía que no, pero el ver a Luna tan emocionada derribaba sus objeciones. Intentó ir detrás de ella reprochándose a sí mismo haberla dejado ir sola.
Cuando entró en el bosque Luna ya no estaba. Harry miró angustiado en todas direcciones. Aquello definitivamente estaba mal. Pensó en llamarla a voces, pero lo detuvo la idea de que si todo eran figuraciones suyas, quedaría en ridículo ante Lovegood, sin contar claro, en el enfado de la chica si el dichoso blibber se le escapaba por sus gritos. Decidió buscarla en silencio. Pero luego llamó con voz queda "¿Luna?... ¿Dónde estás?". No hubo respuesta. "Demonios" se dijo y comenzó a correr sin un rumbo definido. El no ver ningún indicio de Luna empezaba a ponerlo tenso.
Una extraña sensación de triunfo lo detuvo. Lo invadió de pronto como si algo muy bueno fuera a suceder. Luego, un fuerte dolor en la frente lo hizo caer de bruces..."no por favor, que no sea lo que estoy pensando", se dijo con angustia mientras intentaba ponerse de pie. El dolor de la frente no cesaba. Pensó en gritar con todas sus fuerzas el nombre de Luna para ver si ella respondía, sin embargo, algo muy dentro de él le decía que era mejor permanecer callado. Siguió buscando. Y justo cuando la desesperación empezaba a adueñarse de su pecho, le pareció oír un rumor, como de voces, cerca de donde él estaba. Fue acercándose lentamente, tratando de contener su respiración agitada. Sintió un pinchazo en el estómago cuando ciertos sonidos llegaron a sus oídos: alguien gemía. Anduvo aún más aprisa hacia el lugar de donde provenían aquellos ruidos con una súplica en los labios "que no sea ella...que no sea ella".
Por fin llegó a un claro del bosque apartando ramas que le estorbaban el paso, y lo que vio entre la maleza, lo hizo olvidarse de toda prudencia: Luna se levantaba con mucha dificultad del suelo. Su cabello lucía más desaliñado que nunca y un gesto de dolor nublaba sus facciones. Aún así Harry la oyó murmurar con la voz entrecortada "No te lo permitiré" y la vio apuntar algo con su varita.
Harry no se detuvo a pensar en las consecuencias, corrió hacia ella, haciendo a un lado las ramas que aún quedaban, al tiempo que gritaba su nombre...Todo sucedió en segundos: Lovegood volteó a verlo asustada mientras musitaba "Harry, no...". Luego un murmullo y un chorro de luz azul fue a dar directamente al pecho de Luna. La sorpresa se pintó en su rostro y después cayó con un golpe seco sobre el pasto. Harry se detuvo por un instante con la sensación de estar hundiéndose en un pozo oscuro, pero haciendo acopio de toda su fortaleza, pudo llegar a su lado.
"Por favor, por favor...que no esté muerta". Rogaba para sus adentros mientras se inclinaba y buscaba su pulso. Suspiró con un poco de alivio. El pecho de Luna palpitaba indicando que aún estaba con vida. Una risa fría y burlona se dejó escuchar. Harry sintió un escalofrío recorrer su espalda cuando una voz dijo:
Así que el bueno de Harry Potter vino a rescatar a su amada. Un poco tarde ¿no te parece- Conocía esa voz. La había escuchado antes, en el Ministerio de Magia. Se incorporó lentamente apretando su varita con fuerza y volteó. Bellatrix Lestrange se encontraba frente a él.
¿Tú- Fue todo lo que pudo articular Harry ¿c-cómo...?
¿Cómo llegué aquí? Bueno...- sonrió- ya sabes que para mi señor no hay nada imposible y sabes muy bien que él me envió. En realidad fue tan fácil como engañar a esta niña...
Mientras Bellatrix hablaba, Harry sentía una mezcla de ira y desesperación a un tiempo ¿qué hacer? Luna se hallaba definitivamente muy mal. Su respiración era cada vez más débil y no sabía si atacar a Lestrange ¿serviría de algo?... ¿La vencería?... ¿Y si no era así? Su mano sostenía fuertemente la varita con indecisión.
¿Qué-Bellatrix lo miraba. Una mueca burlona apareció en su rostro ¿No piensas atacarme?... ¿No sientes un odio inmenso hacia mí- sonrío acercándose más – ¡oh, cuánto lo siento! – dijo mirando con desdén a Luna – creo que la he lastimado...es una pena, una persona tan cercana ti, al igual que Sirius ¿no es así- Harry sentía la ira crecer y crecer dentro de sí, pero trataba de contenerse. Su mente trabajaba a toda prisa buscando la forma de atacar a Lestrange y sacar a Luna de ahí. Llevarla a un sitio seguro, pero ¿en que momento podría lanzarle a Bellatrix un hechizo? Y de hacerlo ¿cuál funcionaría?... ¿Sería suficiente? Temía lo que pudiera ocurrir si fallaba ¿Y si los mataba a los dos? Lestrange lo miró un momento y pareció adivinar sus intenciones – No te molestes en buscar la forma de vencerme. Sabes que no lo conseguirás...además debo confesarte algo: no iba, digamos, detrás de ti- Harry la miró confundido. Lestrange, ampliando aún más su sonrisa, aclaró – Sólo quería a uno de tus amiguitos, alguien lo suficientemente importante que te hiciera venir hasta aquí. Pero necesitaba información. Descubrí que casi no sabía nada sobre ti, así que me hice de una espía...esa muchachita, Miller me parece. Me la encontré paseando cerca del bosque y pude lanzarle un imperius, así conseguí que investigara cosas. Con tus amigos no fue tan fácil, son desconfiados, en especial esa sangre sucia, no es fácil engañarla. Pero luego apareció ella y todo se facilitó - dijo señalando a Luna con la cabeza- pobrecilla...tan ingenua, realmente creyó que esa ilusión que formé a partir de un simple hechizo era un blibber- luego, con un brillo de maldad en los ojos agregó -la verdad, nunca imaginé que el niño que se jacta de haber derrotado al Señor Oscuro se fijara en alguien tan...peculiar.
Harry no entendía, pero sabía que tenía que distraer la atención de Bellatrix como fuera. Con un leve murmullo, pero muy seguro de sí, dijo –Yo no me jacto de nada... ¿Porque razón querías que viniera hasta aquí?...¿Para matarme- Una risa desagradable sacudió a Bellatrix, y con marcado desprecio agregó -No voy a matarte... de eso se encargará mi señor. Lo único que quería era darte una advertencia- se irguió con orgullo¿crees que eres fuerte?...¿crees que vencerás al Lord Oscuro? Ni tú ni ese tonto de Dumbledore son nada comparados con mi señor…en especial tú. Tienes muchas debilidades. Entre ellas a las personas que amas…como esa niña que ahora yace en el suelo y que morirá tarde o temprano, gracias al hechizo que le lancé- Harry miró a Luna con la angustia reflejada en su rostro, mientras Bellatrix, con el regocijo en su voz, continuó hablando ¿Sabes? Fue valiente. Antes de que llegaras le lancé un cruciatus y ni así gritó… ¡digna del gran Harry Potter!
Bellatrix comenzó a reir y Harry sintió que un odio sordo lo envolvía. Se abalanzó sobre ella…quería hacerle todo el daño posible. Y antes de que Harry pudiera pensar en lo que estaba pasando se oyó la voz de Lestrange gritar "¡Crucio!". Un dolor intenso lo traspasó. Quería gritar y decirle a Lestrange que se detuviera.
No supo cuanto tiempo pasó. El dolor cesó y Harry se halló de pronto tirado en el suelo muy cerca de Luna. Una vez más oyó a Bellatrix –Mi señor está muy cerca de aquí...seguramente querrás hablar con él. Si quieres un consejo, te convendría más apoyarlo, al menos las personas que amas no sufrirían por tu causa- el cuerpo de Harry se estremeció, si lo que Bellatrix decía era verdad, tenía que sacar a Luna cuanto antes de ahí, no quería pensar en lo que Voldemort podría hacerle.
No...no puede...- Intentó hablar pero Lestrange lo interrumpió con ira ¿Qué no puede?...¿venir aquí- con firmeza prosiguió –claro que puede llegar a este sitio, ya una vez lo hizo ¿no recuerdas? Y aunque en ese tiempo estaba muy débil, logró pasar desapercibido.
La cabeza de Harry era un caos. El dolor de su cuerpo, su cicatriz ardiendo, señal de que tal vez Lestrange no mentía...y Luna. Se dio cuenta de que su respiración ahora era más débil. Con un gran esfuerzo se levantó. Sus fuerzas lo iban abandonando. Lestrange lo miraba con sus ojos llenos de burla. La vio de nuevo levantar su varita. Era ahora o nunca.
¡Cru...- Bellatrix no pudo acabar la frase. Harry, en un desesperado intento, se había lanzado hacia ella haciéndola trastabillar. Bellatrix lo vio con rabia y empuñó nuevamente la varita ¡Cru...- La voz de Harry se escuchó antes que la de ella ¡Desmaius!...– Fue lo primero que se le ocurrió, pero Bellatrix alcanzó a gritar ¡Protego! – Y el hechizo de Harry se desvaneció.
Se miraron un instante. Harry respiraba con dificultad y Bellatrix parecía agitada ¿Piensas vencerme con un hechizo tan simple?...vamos, sé que puedes hacerlo mejor.
Expelliarmus! – gritó de pronto Harry y Bellatrix salió volando por los aires. Un pequeño descuido había hecho que Harry diera en el blanco. Bellatrix lo miró con encono y fue hacia su varita que había salido disparada. Harry aprovechó el momento. Sabía que no habría otra oportunidad. Con voz ronca gritó ¡Petrificus totalus! – Y el cuerpo de Bellatrix se tensó. Pegó los brazos a su costado y se quedó rígida como una estatua. Con la furia y el asombro pintados en su cara.
No tenía tiempo que perder. Tenía que llevarse a Luna lo antes posible de ahí, antes de que Lestrange lograra recuperarse o Voldemort realmente llegara. Sin saber como tomó a Luna entre sus brazos y echó a correr.
Tropezando y chocando con ramas y con piedras intentó salir del bosque. No podía. Con el corazón colgando de un hilo se percató que la respiración de Luna ya no se oía. "Resiste por favor". Las palabras se le atoraron en la garganta. Desorientado y en la oscuridad, sólo el deseo ferviente de salvar a Luna lo ayudaba.
Unas luces se distinguieron a lo lejos. Era el castillo. Por fin había encontrado la salida.
Nunca podría explicar como lo había logrado. La escalinata principal se hallaba frente a él. Subió penosamente. La cabeza le iba a estallar y sentía su cuerpo adolorido. Con pasos vacilantes se dirigió al gran salón. Aún se escuchaban voces, señal de que la cena aún no había acabado. Entonces, Ron y Hermione aún no hablaban con Mc Gonagall ni con Dumbledore, se le ocurrió de pronto. Pero no pensó nada más. Con las últimas fuerzas que le quedaban abrió las puertas de un empujón. Sin detenerse a reflexionar en el aspecto que tendría entró al gran Comedor. Unos gritos ahogados se dejaron escuchar y luego un repentino silencio. Harry sabía que todas las miradas estaban fijas en él y en Luna, tal y como había sucedido la primera vez que habían entrado juntos a ese lugar aunque en distintas circunstancias. Como en sueños, veía los rostros espantados de sus compañeros. No iba a resistir más. El esfuerzo había sido demasiado. Vio que Madame Pomfrey se acercaba presurosa, seguida de Dumbledore, Mc Gonagall y Snape. Como pudo caminó hacia ellos a punto de caer. Madame Pomfrey fue la primera en llegar.
Harry ¿qué...?
A...ayúdela...ayúdela por favor...- Sintió más que ver que Snape le quitaba a Luna de los brazos. Luego un terrible dolor y todo se volvió oscuro...
