VIII.- La unión hace la fuerza.

...¿Cómo est�?...¿se recuperar�?

No lo sé. Ignoro que clase de hechizo recibió y nada de lo que le he dado ha tenido resultado alguno. Parece como si se estuviera extinguiendo...¡temo tanto que no podamos salvarla!

...¿Y Potter?

El pronto se pondrá bien, sin duda. Está muy débil, pero no corre riesgo. Ya le di una poción sanadora...ahora sólo hay que dejarlo dormir.

...¿Qué es lo que habrá pasado?

Las voces preocupadas de Mc Gonagall y Madame Pomfrey parecían llegar desde muy lejos, pero no por ello lastimaban menos. Harry sentía un lacerante dolor y no era por el ataque de Lestrange. Sentía que todo eso no debía haber sucedido.

¿Porqué había contribuido a alimentar esas falsas ilusiones en Luna?...¿Porqué simplemente no le había dicho que esos estúpidos seres en los que tanto creía no existían?...¿Porqué no había escuchado a Hermione? De haberlo hecho, Luna no se habría empecinado en ir a buscarlos. De haberlo hecho, Luna no se habría internado en el bosque. De haberlo hecho...Lestrange nunca le hubiera hecho daño.

Un pensamiento repentino y aún más doloroso pasó por su mente: todo eso había sucedido porque Luna era muy importante para él, tal y como se lo había dado a entender Bellatrix. Si le había hecho daño era porque sabía que eso lo lastimaría...entonces, supuso, nadie estaría seguro a su lado. Pensaba que por descuido y por incauto había dejado ir a Luna detrás del falso blibber... y ahora Luna se moría, justo como había pasado con Sirius.

Sintió unos suaves pasos acercándose a su cama. Cerró los ojos para aparentar que aún dormía. La voz de Madame Pomfrey se escuchó en un murmullo "Aún sigue dormido, es buena señal". Pero Harry pensó que en su vida ya no había buenas señales.

La superficie del lago se mecía casi imperceptiblemente y los rayos dorados del sol poco a poco se habían vuelto rojizos. Harry lo miraba ausente. Con la vista perdida. No habían encontrado aún una cura para Luna que seguía sin recobrar el conocimiento. La profesora Sprout, Madame Pomfrey y el profesor Snape trabajaban incansablemente en ello, sin ningún resultado positivo al parecer. Habían decidido no llevarla a San Mungo, porque Howgarts les parecía ahora más seguro.

En cuanto a Valery Miller, Harry supo que también había ido a parar a la enfermería, ya que poco después de que Harry entrara con Luna en el Gran Comedor, la habían encontrado desmayada en uno de los tantos pasillos de Hogwarts. Al parecer no recordaba nada y después de unos días en observación, se había integrado con toda normalidad de nuevo a clases. Todo seguía en su curso habitual. Nada parecía haber cambiado. Aunque en ocasiones, Harry pudo darse cuenta de que Miller lo seguía con la vista, pero en cuanto volteaba, ella agachaba la cabeza y se iba en dirección contraria. Otras veces, parecía querer decirle algo, y él sospechaba que quería disculparse. Sólo que a Harry no le interesaba. de modo que se marchaba de ahí a toda prisa sin darle oportunidad a Miller de acercarse.

No sabía cuantos días habían transcurrido desde que Madame Pomfrey le había dicho que ya podía volver a clases. A Harry le daban la impresión de ser demasiados. En todo ese tiempo no había regresado a la enfermería. Ni siquiera a ver a Luna. Se la pasaba así, mirando el lago. Tratando de escuchar al viento. Nadie, ni aún sus amigos, podían moverlo de ahí. Hermione y Ron procuraban lo mejor posible no dejarlo solo. Se sentaban a su lado y le contaban todo lo que sucedía. Así se había enterado del estado de Luna y de los fallidos intentos por encontrar una cura. De lo de Miller y de lo que se rumoraba en el colegio. Al principio, Hermione había insistido en que visitara a Lovegood, pero ante el obstinado silencio de Harry, había desistido por fin. La culpabilidad no lo dejaba ni un minuto en paz, y el hecho de ver a Luna rendida, no mejoraba su estado de ánimo.

Ni siquiera hablar con Dumbledore había servido de nada. El buen mago le había querido hacer entender que él no era responsable de lo sucedido. Que estaban en el umbral de una guerra, y por lo tanto tenían que estar preparados. Que muchos sufrirían y que Voldemort no se detendría ante nada. Porque en las guerras no importaba lastimar a inocentes si se conseguía poder. Que todos corrían peligro independientemente de ser o no cercanos a él.

Harry no quería escuchar. No le importaba saber que habían buscado a Bellatrix en el bosque prohibido sin encontrar señales, ni de ella ni de Voldemort. No le importaba pensar en si la Orden había cometido un terrible error al descuidar su vigilancia. Ahora sólo le importaba pensar en lo que le diría a Luna, si ella lo pudiera oír.

Unos pasos presurosos se escucharon detrás suyo. Parecía que alguien corría justo hacia él. Oyó una voz conocida llamándolo "¡Harry!...¡Harry!". Volteó con desgano. Eran Ron y Hermione que venían a toda prisa. Llegaron a su lado y se detuvieron con una mano en el pecho mientras recobraban el aliento. Hermione fue la primera en hablar todavía con algo de esfuerzo: "Harry...es... es Luna...por fin despertó...¡ya está fuera de peligro!.".

Harry se levantó bruscamente al oir esas palabras. Más luego, dudando un momento, volvió a sentarse. Ron y Hermione lo miraron confundidos. Ron, con las manos en las rodillas, aún respiraba trabajosamente. Sin duda alguna habían corrido desde la enfermería para llevarle la noticia. Se levantó y miró a Harry fijamente.

¿Qué sucede?...¿no piensas ir a verla?...- dijo Ron recuperando el aliento por fin.

No – Contestó Harry de manera cortante. Ron y Hermione se miraron un instante sin alcanzar a comprender.

Pero...pero Harry...tú...tú deseabas que Luna se recuperara – Hermione hablaba con voz trémula – entonces ¿porqué...porqué no quieres...?

Lo mejor para Luna es que me aleje de ella –respondió Harry fríamente antes de que su amiga terminara de formular la pregunta.

No te entiendo...¿en qué tonterías estás pensando ahora?- Ron lo miraba con los ojos entrecerrados, como si tratara de percibir lo que le pasaba a su amigo.

No son tonterías Ron...Voldemort me persigue a mí y por lo tanto sus mortífagos también...nadie está seguro a mi lado – dio un hondo suspiro y continúo – si permanezco junto a Luna, podría no volver a correr con tanta suerte.

Harry...sabes que eso no es cierto. No puedes hacer a un lado a Luna por lo que pasó...tienes que ir a verla... al despertar, lo primero que hizo fue preguntar por ti... – Hermione hablaba suavemente, tratando de hacerle comprender, logrando, sin embargo, que toda la tensión guardada en el pecho de Harry por fin estallara.

�¡Claro que es cierto!...¿qué no lo entienden?...- dijo Harry poniéndose bruscamente de pie -Si Bellatrix engañó a Luna fue porque sabía que yo iría a buscarla...y no sólo eso, de no ser ella hubiera podido ser cualquiera de ustedes dos...¡si fueran sensatos se alejarían de mí!...¡Yo no hago más que ponerlos en peligro!

No digas idioteces- dijo Ron comenzando a enfadarse –no vamos a alejarnos nunca de ti ¿qué piensas?...¿qué te dejaremos solo?...- Harry no contestó y Ron, con un gesto decidido lo tomó por el hombro y le dijo –Escúchame Harry...y escúchame bien: ni Hermione ni yo vamos a renunciar ahora. No saldremos huyendo de tu lado porqué tú lo digas. Hemos pasado por muchas cosas y ¿sabes? También tenemos miedo – Harry lo miró desconcertado, mientras Ron lo soltaba -...¿Crees que no me preocupa lo que pueda sucederles a ustedes o a mi familia?...-miró un instante a Hermione que se mordía un labio con nerviosismo – pero...pero Harry, por eso mismo, ahora debemos estar más unidos que nunca...y creo...creo que deberías ir a ver a Luna, ella te necesita- terminó Ron casi en un susurro. Harry lo miraba como nunca lo había hecho. En todo el tiempo de conocerlo, Ron jamás había hablado de esa forma, soltando sus temores tan de golpe. Ahora comprendía que a todos, el miedo a lo que podría suceder les oprimía el corazón.

Ron tiene razón Harry...- dijo Hermione con un hilo de voz – debemos permanecer juntos – luego, con una débil sonrisa agregó – dicen que la unión hace la fuerza...y debe ser verdad. Porqué de otra forma nunca podrías haber escapado de Bellatrix...tú y Luna deben tener una conexión especial.

Harry dudó un segundo. No hallaba las palabras adecuadas para contestar a sus amigos. Asintió con la cabeza y con voz leve dijo "Está bien, les prometo que iré a ver a Luna". Sus amigos sonrieron y, minutos después, iban hacia el castillo.