Hello, tiempo es ya de continuar. Me disculpo por el retraso. Agradezco enormemente por los RR's, espero que les guste la continuación y que me escriban también dándome su opinión. Sin mas que decir y con que distraerlos, los dejo con la continuación. Besos,

Isabel Black


Recobrando sentimientos olvidados, Primera Parte

La gente comenzó a empujarlos a la tarima ellos se quejaron peor de nada sirvió, Mimi llego a la izquierda y Matt por la derecha...

- Nombres...

- Matt Ishida – respondió Matt de mala gana.

¿Matt Ishida? – soltó Mimi, resbalo, el piso estaba resbaloso.

Llego tambaleándose hasta donde estaba Matt cayendo en sus brazos ambos cayeron y rodaron por las escaleras de la tarima dándose golpes muy, muy fuertes. Como si no fuera poco el agua del coleto con el que habían trapeado el escenario les cayó encima bañándolos de pies a cabeza...

- Asco... - soltaron los dos.

- Señores se que es una audición para material cómico pero esto es el colmo – dijo el director. Todos los presentes en la sala habían soltado risas que se convirtieron en carcajadas. Pero la chica no prestaba atención.

¿dijiste Matt Ishida? – pregunto al chico rubio que tenia debajo.

- Si... - respondió Matt adolorido temiéndose que fuera otra de sus "fans". Mimi se quedo sin habla no podía ni sabia que decir...

¿su nombre señorita? – dijo el director cuando la ayudo a levantarse para anotarlo en la carpeta.

- Mimi... Mimi Tachikawa... - dijo ella aun observando a Matt.

El chico que estaba tratando de exprimir su playera azul se volteo a ver a la chica de pantalón negro y camisa corta rosa con incredulidad.

¡MIMI!

Los ojos del rubio se posaron en ella como dagas, llenando su cuerpo de escalofríos, Mimi respiro hondo e hizo lo que cualquier persona normal hubiera hecho: fingir. Fingir indiferencia, restarle importancia al asunto, "alegrarse" por ver a su gran amigo Matt, pero al fin y al cabo: FINGIR. No dejo que el deseo por abrazar al mojado oji-azul se apoderara de ella, no dejo que su corazón desatara los desenfrenándoos y confusos sentimientos que tan desesperadamente deseaban salir, no dejo si quiera que el rubio notara la felicidad que la había embargado con un solo y mero contacto visual… ¿Qué le pasaba a su cuerpo? Ese no era el modo de actuar, y aunque ella lo fingiera, no podía mentirse a si misma.

En el momento en el que sus ojos se posaron en aquella extraña, la había encontrado ligeramente conocida, pero si alguien le hubiera dicho aquella mañana que se encontraría con nada más y nada menos que su frustrado "amor" de la infancia lo habría tildado de loco y posiblemente habría sugerido ayuda psiquiatrita. Pero allí estaba… mojada de pies a cabeza, y observándolo con la mirada altiva y desinteresada. Realmente había cambiado ¿Dónde estaba su tierna mirada que contagiaba una sonrisa? Aunque ¿Quién era el para juzgar? El también había cambiado, aunque su cambio fuera menos notorio que el de la castaña. Sentía deseos de abrazarla y no soltarla nunca mas… pero no lo haría.

- Jóvenes… yo no tengo su tiempo, harían el favor de pasar y decir sus líneas – dijo el director.

- No. No soy un actor, soy cantante, y ella también – dijo Matt, recordando ese detalle.

- Es verdad – dijo Mimi – así que si nos disculpan…

Comenzaron a bajar las escaleras.

- Es una parte cantada… - dijo el director.

- No estamos interesados – dijo Matt.

Una vez que estuvieron fuera de ese lugar, se vieron a los ojos.

- Mimi… tiempo sin verte – dijo Matt.

- Si… tiempo – dijo Mimi., desviando la mirada.

- No sabia que vendrías a Japón – dijo Mimi.

- No.

¿y no pensabas avisarnos? Cielos Mimi, nosotros también te queremos… - dijo Matt.

- Iba a contactarlos, llegue apenas ayer – dijo Mimi.

- Oh… - dijo Matt.

- Te extrañe – dijo Mimi sin poder reprimir el deseo de abrazarlo, coloco las manos enredadas en su cuello, Matt la como por la cintura y la abrazo con fuerza.

- También yo a ti – dijo cuando se separaron.

Mimi le dio una sonrisa, esa sonrisa calida que a el tanto le gustaba, aunque se recrimino mentalmente por la cara de imbécil que seguramente tenía, "Yamato, que demonios, contrólate" se dijo así mismo, pero no podía se veía hermosa hasta mojada.

¿Qué hacías aquí, en este hotel? – pregunto Mimi.

- Huir de una oda enardecida –comento Yamato.

- Ya había olvidado que eres el Famoso Yamato Ishida de los Teenaged Wolves – comento Mimi.

- Cielos, nadie me había llamado Yamato en años – dijo Matt recordando que solo la castaña era permitida de usar aquel nombre.

- Pues ya volví, así que probablemente estarás escuchándolo por mucho tiempo – comento Mimi.

- Oh, genial – dijo con sarcasmo.

- Vamos, Yamato, tendrás que acostumbrarte – dijo Mimi con una sonrisa.

El rubio la miro con sus profundos ojos azules y le dio una tímida sonrisa. Mimi suspiro, que lindo se veía, incluso completamente mojado, Yamato seguid siendo la única persona que podía descontrolarla completamente.

- Subamos a mi habitación – dijo Mimi dándose la vuelta y caminando hacia el ascensor.

¿para que? – pregunto Yamato.

- Pues quiero que me lleves a ver a los chicos. Y no pienso ir así – apuntó Mimi.

- Vaya… igual de mandona que siempre ¿no? – dijo Yamato.

¿igual de quejumbroso que siempre? – dijo Mimi.

- Oh, vamos, estoy mojado, no me pidas ser sociable – dijo Yamato.

- No te preocupes, buscare con Michael algo de ropa para ti – dijo Mimi.

¿Michael?

- Si… aunque no le hablo por los momentos, pero haré una excepción – dijo Mimi.

¿Por qué no le hablas?

- Porque es un hombre – dijo Mimi.

- Disculpa pero ¿yo que soy?

- Eres Yamato – dijo Mimi entrando al ascensor, Yamato se quedo parado pensando unos segundos.

¿y eso que demonios quiere decir? – dijo entrando por la compuerta.

Las puertas del ascensor se abrieron y los chicos pasaron al pasillo del quinto piso. Matt siguió a Mimi que caminaba buscando una puerta y sacando del bolsillo trasero de sus pantalones unas llaves.

¿Quién era la chica que fue a buscarte?

¿Carol¿la viste?

- Si, me llamo la atención ver a alguien hablando ingles en medio de Japón como si nada – dijo Matt.

- Bueno, es que su japonés no es muy bueno, además hablar algo que pocos entienden, tiene sus ventajas – dijo Mimi – Aquí esta – señalo una puerta y fue a ella, iba a abrirla cuando la puerta se abrió por si sola y tres chicas salieron por allí. Y la rubia se dirigió inmediatamente a Mimi.

- Where the hell were you?

- Since when do I have to give you people count of my actions?

Ninguna estaba mirando a Mimi, todas se quedaron con la boca abierta al ver al rubio que la acompañaba. Tanto la rubia de ojos verdes, como la pelirroja de ojos negros y la de cabello negro de ojos azules, miraban a Matt como si fuera el anticristo.

- Hola… - dijo Matt con un gesto de la mano, para romper la tensión.

- Who is him? – pregunto una de las chicas, la pelirroja.

- El es Yamato Ishida, Jennifer – dijo Mimi con tono de verdadero fastidio.

- Matt Ishida – corrigió Matt.

- Did you replace Mike already? – Pregunto la de cabello negro.

- No he remplazado a nadie, Joy – dijo Mimi.

- Man your quick. – dijo Carol.

- Ya les dije que no he remplazado a nadie – dijo Mimi con fastidio – Yamato… Matt, es un viejo amigo de la infancia, es todo, si no me creen vayan y pregúntenle a Mike ustedes mismas, no se los negara. Y ya que van para allá díganle que necesito algo de su ropa porque Yamato y yo tuvimos un accidente.

- But…

- Now, bye – dijo Mimi tomando a Matt del brazo y entrando a su habitación con el.

La habitación era amplia y de color azul, tenia dos camas, una completamente ordenada y con un oso de peluche arriba. Y otra completamente desordenada, con la maleta abierta y cosas sacadas por doquier. Matt supuso que la de Mimi era la primera. La chica había entrado y se había apoyado en la pared, como si descansara de una carrera maratónica.

- Esas chicas están comenzando a entrar en mis nervios… no tardaran mucho en sacarme de mis cabales – dijo Mimi.

¿Por qué te persiguen?

- Porque termine con Michael y no están felices al respecto – dijo Mimi, Matt sintió una pequeña pulla de alivio, aunque lo negaría incluso bajo tortura.

¿y no puedes huir de ellas? – pregunto Matt.

- Intentaba hacerlo, por eso llegue a esa audición pero, es algo difícil. Considerando que Carol, duerme allí – dijo señalando la cama ordenada.

- Penes que esa era tu cama – dijo Matt.

- Eso esta demasiado ordenado para ser mío – dijo Mimi con ironía.

- Cierto… - dijo Matt recordando ese detalle.

Mimi fue hasta su maleta y saco una ropa, luego se dio la vuelta hacia Matt. Este la miro profundamente, y se quedaron callados por un segundo que pareció una eternidad, solo por observarse a los ojos de aquel modo.

- Mike no tardara en venir – dijo Mimi – seguramente te prestara algo.

- De acuerdo – acepto Matt.

- No tardo – dijo Mimi.

- Seguro… ¿crees que no te conozco? – pregunto Matt, sabiendo perfectamente que aquello era mentira por parte de la castaña chica.

Mimi entro al baño y Matt escucho agua caer. Se sentó en un mueble que se encontraba junto a la cama de Mimi y que tenia detrás una ventana con vista a la cuidad, tardo unos minutos en descubrir que aquella ventana era una puerta al balcón. Se levanto y salio por el balcón.

Recibió los suaves rayos del sol, ya que era un día nublado. Cerro los ojos y sintió la brisa característica de Odiaba. Múltiples y confusos pensamientos invadieron su mente, pensamientos del pasado, del pasado que por tanto quiso borrar de su mente pero que le fue imposible, ese mismo que involucraba a la castaña de tal modo en su vida que era imposible expulsarla del todo. Matt se negaba a querer aceptar que en el momento en el que sus ojos y los de Mimi se cruzaron una vez mas, todo aquello que por tanto había reprimido había vuelto a el, claro que el lo reprimiría como había empezado a hacer cuando Sora entro a su vida.

No sabia cuanto tiempo se había quedado pensando cuando sintió a alguien a su lado. La castaña estaba apoyada en el final del balcón con los ojos cerrados, su cabello aun mojado oscilaba al son del viendo, estaba vestida vestido negro, con pequeñas flores rosas en los bordes, este le llegaba por debajo de la rodilla, la chica se volteo a mirarlo con una dulce sonrisa.

- Este es uno de mis lugares favoritos – dijo de repente.

¿ah? – soltó Matt.

- Si… es relajante y tranquilo, anoche pase gran parte del tiempo observando el cielo… las estrellas – dijo Mimi.

¿observabas las estrellas?

- Si, ya se que suena algo tonto. Pero es una de las cosas de mi inocencia que aun no he perdido… una de las pocas cosas – murmuro Mimi.

- No me parece tonto en absoluto – dijo Matt.

- Recuerdo… que te encantaba observar la oscuridad de la noche – comento Mimi con un impulso involuntario, que más tarde no seso de recriminarse.

- Aun lo hago – dijo Yamato.

- Es bueno volver a casa – susurro Mimi respirando el aire de Japón.

- Es bueno tenerte de vuelta…

Se miraron a los ojos una vez más. No pudieron continuar hablando porque alguien tocaba en la puerta.

- Debe ser Mike… - comento Mimi, caminado hacia la puerta.

- Who the hell is Yamato?… oh, Hello Matt – saludo Michael dándose cuenta de quien era.

- Hola Michael – dijo Matt, se habían conocido en una gira que realizo Matt por los estados unidos y en la que había pasado a New York a visitar a Mimi, aunque luego se arrepintió por esto, por precisamente la misma razón que ahora tenía enfrente.

¿Podrías prestarle algo de ropa a Matt? Tuvimos un accidente – dijo Mimi.

¿Qué clase de accidente? – pregunto Michael receloso.

- Nos callo una cubeta de agua encima, si es que nenecitas saberlo… - dijo Mimi.

- Oh, ya veo… - dijo Michael, parecía estar en piloto automático, observaba a Matt como si pensara que sus ojos lo engañaban.

- Si ya terminaste el duelo de miradas… ¿te importaría ir por la ropa? No quiero que Yamato se resfrié – dijo Mimi.

- Ah… si claro… ya la traigo – dijo Michael saliendo del transe y yendo por la ropa, cerro la puerta tras el.

¿no muy feliz de verme verdad?

- Supongo que le preocupa que lo cambie por ti – dijo Mimi sonriendo. Matt le correspondió.

¿Por qué lo cortaste? – pregunto el rubio.

- Por… insensible, celoso y tonto – dijo Mimi.

¿podrías ser mas especifica?

- No – dijo Mimi con su típica sonrisa alegre – no me gusta hablar de cosas malas. Háblame de Sora, y de su relación – sintió una punzada que se le clavaba como una daga en su corazón al decir aquello.

- Ahm… igual – dijo Matt intentando ser lo vas vano posible con aquel asunto.

¿Qué clase de respuesta es esa, Ishida? – pregunto Mimi con una cara picara – no estarás jugando con mi amiga… ¿o si?

- No, yo…

- Aquí esta – dijo Michael entrando de improviso.

- Genial – dijo Mimi tomándola - Puedes entrar al baño Matt, adelante.

- Gracias, Mimi – dijo Matt sonriéndole y entrando.

¿Qué esta haciendo el aquí? – pregunto Michael inmediatamente que el rubio desapareció.

- Lo encontré afuera y me llevara con los chicos – dijo Mimi – quiero verlos.

- Oh… ya veo – dijo Michael.

Mimi volvió a caminar hasta el balcón.

¿Puedo ir? – pregunto Michael de repente.

- Si no te vas a aburrir, adelante – dijo Mimi.

- Genial.

Mimi poso su vista en el horizonte y embozo una sonrisa.

- No entiendo que tanto le ves de interesante a este balcón – dijo Michael.

- No lo entenderías – dijo Mimi.

Minutos más tarde, Matt salio.

- Bien podemos irnos, Mimi – dijo Matt.

Mimi se volteo a mirarlo, vestía unos jeans azules y una camisa de color verde oscuro. Le recordó al chico de la armónica que ella solía conocer en el Digimundo. Le sonrió con nostalgia y aplaudió con las manos.

- Genial. Entonces vamonos – dijo Mimi.

- Yo también iré, espero no te moleste – dijo Michael.

- No, claro que no – dijo Matt.

Salieron del hotel y Matt tomo su celular.

- ¿Moshi, moshi? – dijo alguien al otro lado del teléfono.

¿Sora? Es Matt¿Dónde estas? – pregunto Matt directamente.

- Hola Matt, estoy en casa de Tai ¿pasa algo? – pregunto Sora preocupado.

- No, para nada – dijo Matt ¿Quiénes mas están allí?

- Solo Hikari, tu hermano, Tai y yo ¿Por qué?

¿pueden venir a mi casa en 15 minutos? – pregunto Matt chequeando su reloj.

- Claro… ¿Por qué?

- Lo entenderán cuando lleguen – dijo Matt colgando después de murmurar un seco "adiós…"

- ¿Hola? – contesto alguien mas cuando Matt marco un numero distinto.

- Joe… puedes venir a mi casa en 15 minutos.

- Seguro… ¿para que?

- Ya veras – dijo Matt. Siguió llamando gente, hasta que finalmente termino.

Montaron en un taxi y pidieron a este que los llevara la dirección de Matt.

- Ojala hubiera traído mi auto, pero como supuestamente solo iba a ensayar… ¡demonios¡olvide ir al ensayo! Los chicos van a matarme… - dijo Yamato recordado aquel detalle.

- Pobre – dijo Mimi.

- Bueno, no es como si falto todo el tiempo – dijo Yamato.

- Claro el chico responsable…

- Seguro…

Ambos sonrieron. Michael se sintió incomodo, aquello no le gustaba, no le gustaba en lo mas mínimo.

Llegaron a un edificio de ladrillos rojos y bajaron allí. Subieron en un ascensor que los llevo hasta el ultimo piso, allí Matt les enseño su apartamento. Este era amplio, finamente decorado, limpio y ordenado, no parecía para nada un apartamento de soltero común. Claro que Yamato tenia quien se lo limpiara, y mientras nadie entrara a la jungla de su cuarto, nadie resultaría herido.

- Lindo apartamento – dijo Mimi dando la vuelta y observándolo por completo.

- Gracias. Hay algo que quiero mostrarte – dijo Mimi.

¿Qué cosa?


Espero les haya gustado, sorry por los errores y las partes q se vean mal o tengan problemas en las señales de dialogo, esta pagina esta lok :S; mandenme sus RR's para hacerme saber su opinion, besos, Isabel Black