Éste cuento contendrá Lemon. Aviso que éste fic lo deben tomar como un cuento normal, pero con algunas escenas subidas de tono.
Desde ya, muchísimas gracias. Disfruten mi fic!
Chuxy
Gracias a todos los que dejaron reviews!!!
Unidos por el pasado
Las calles de la Diagon estaban abarrotadas de alumnos acompañados de sus padres buscando los útiles para su nuevo curso. Algunos eran niños de apenas 4 años que observaban asombrados a sus hermanos mayores, comprando sus calderos; otros chicos, que ese año entraban por primera vez a Hogwarts, compraban los elementos en su lista con mucho entusiasmo, ya que era algo nuevo para ellos ; para los ya experimentados, los que ya ocupaban cuartos en los pisos de 2do curso en adelante, el ritual de las compras no era tan asombroso, y los que ya egresaban lo hacían de manera pesada y monótona, sabían exactamente a que local entrar y en el orden en que lo hacían. Pero para Harry ese día era el que anunciaba la pronta llegada del 1 de septiembre. Realmente Hogwarts era como un hogar para el...
- Fred, George! Dejen esas cosas ahí! Parecen niños! Vengan, ayuden a su hermana a cargar el mazapán. -gritaba Molly, ya cansada de gritarles (estaban sosteniendo las bombas fétidas, y miraban con aire asesino a las bengalas con olor a vomito), había comprado dos kilos de mazapán para un nuevo grupo en el que se había asociado ("Arréglatelas a lo muggle"), y en la primera reunión debían llevar un pastel hecho a mano.
- Para mí que traman algo aquellos dos... -murmuró Hermione a Harry observando a los gemelos desde afuera de la tienda de Honeydukes.
- Aquí está tu lista, tenemos que apurarnos, antes de que nos hagan cargar el kilo de azúcar. -Ron entregó la lista de útiles a Harry, éste no lo miró a los ojos, lo cual hizo que el pelirrojo se sintiera aún peor.
Los tres compañeros caminaron a lo largo de la calle, entraron en los locales
indicados y se reunieron con el resto de la familia Weasley al haber terminado sus compras.
- Ahora a cenar. -exclamó el señor Weasley relamiéndose los labios.
Entraron en el Caldero Chorreante, y juntaron tres mesas y nueve sillas alrededor. Hermione se sentó entre sus dos amigos, enfrente de Ginny.
La sala estaba oscura, solo iluminada por la luz de las velas que se encimaban sobre las mesas a unos pocos metros. Pero más allá del ambiente lúgubre, se notaba un contexto acogedor. La familia reía mientras esperaban la comida con unas cervezas de manteca, y dos o tres leían los libros recién adquiridos.
Pronto llegó la comida y engulleron hasta el cansancio, cuando llegó el postre, todos estaban más calmados.
- Harry, pásame la salsa de frambuesa por favor... -dijo Ron señalando la salsera en cuestión, con la leve esperanza de que su amigo lo mirara a los ojos. -Gracias...
El tiempo pasó volando, pronto se hicieron las 12 y tenían que volver a la Madriguera. Pagaron y partieron por la chimenea.
- Compañero, espera. Tengo que hablar contigo. –Ron había decidido hablarle, sabía que había herido sus sentimientos, y no quería seguir peleado con el –Siento haberme puesto así. Se que no te lo dije antes, que no es excusa, me gusta mucho, no pude evitar los celos, y discúlpame por haber dicho lo que dije, se lo de tus padres y...
- No te preocupes por eso, siento lo de Hermione, pero solo tienes que hablar con ella, y saber como se siente al respecto, no conmigo. Yo me arreglaré solo, por lo que concierne a nosotros dos, amigo, no tienes que preocuparte. –explicó el moreno, para luego abrazar a su amigo. Subieron las escaleras hacia la habitación, se acostaron y se durmieron al instante.
La habitación estaba fría y oscura, solo iluminada por una leve luz, accionada mágicamente. Estaba cubierto en sudor frío y su frente ardía en fiebre, solo intensificada por el punzante dolor en su cicatriz, la cual sangraba trazando finas gotas rojas que surcaban su rostro. Harry estaba en su ropa interior, tirado en el suelo, desgastado, como después de un duelo. El frío sudor cubría su bien detallado abdomen, trabajado por el Quidditch. Sus brazos musculosos tenían heridas profundas, como de garras.
- Potter... -una voz lúgubre resonó desde la oscuridad, provocando una leve nubecita de vapor frío- Potter, Potter, Potter... ¿sabías que tu padre se veía exactamente igual que tu ahora, a la hora de morir? Rogaba por mi perdón, ¿sabes? –de la oscuridad, un hombre (si es que se lo podía llamar así) de ojos profundos y rojos, su boca era solo una línea, y en vez de nariz, tenia narinas, como las serpientes. Su cuerpo era delgado y fino, pero cada uno de sus músculos estaba bien resaltado por su delgadez. Sus ropas negras resaltaban al blanco de su piel, un blanco verdoso, cetrino. Voldemort se erguía frente a el, con una sonrisa maligna en su cara. Su varita, gemela de la de Harry, blandía en su mano derecha –sí se arrastraba para besarme los pies, ese gusano amante de los sangre-sucia.
- Mientes! Mi padre no rogó, menos a una sucia e inescrupulosa serpiente como tú! –en la voz de Harry se reflejaba el dolor, pero dejaba lugar a una nota dura – ¡no te atrevas a mencionarlo idiota!
- Cierra tu sucia boca, maldita alimaña. Morirás junto con todos los sangre sucia, y los que se unan a ellos. Espera y verás... -con estas últimas palabras
el mitad ofidio desapareció en un humo verde.
- Arghhh!! –Harry se incorporó en su cama, un agudo dolor invadía su frente y su rostro estaba embebido en sangre. Sin despertar a nadie corrió hacia el baño, abrió el grifo de agua, mojo sus manos y hundió su rostro en ellas, lavando la sangre, pero sin amansar el dolor de su cicatriz. Al levantar su rostro y mirarse en el espejo, quedo perplejo a la imagen que en el veía, Voldemort lo miraba desde el espejo, sus ojos escarlatas brillaban con malicia.
- Espera y verás...
- Harry, que haces? –Hermione apareció en el lumbral de la puerta del baño, con cara somnolienta. Al instante Harry se abalanzó sobre ella, con odio y resentimiento. Su puño levantado en el aire, listo para enfrentarse al rostro de la adolescente. El chico miró en sus ojos castaños, la dulzura en ellos se mezclaba con miedo y lástima. Entonces Harry bajó el puño y se levantó, ayudo a Hermione, pero esta negó su mano y se incorporó sola, mirando fijamente, asustada, a los ojos de su amigo.
-Harry, tus ojos...
El moreno se miró nuevamente en el espejo, esta vez vio su cara, solo que ahora estaba pálido y sus ojos eran de un rojo sangre. Harry ladeó su cabeza, miró a Hermione y cayó, desmayado, al suelo.
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- Despierta, Harry, despierta. –el chico sintió unas palmadas en su cara, leves, y un aroma a lavanda envolvió sus sentidos. Abrió sus ojos de a poco, todo era blanco y borroso; distinguía unas siluetas a su alrededor, pero no lograbas verlas bien. Extendió su brazo, en busca de sus lentes. Se los colocó y se vio acostado en el medio de una habitación de hospital, Dumbledore y Macgonagall estaban a los dos lados de la cama.
- ¿Qué ha pasado? DIOS MIO!! Vi a Vol...!
- Cálmese, ya nos dará los detalles luego. Se ha desmayado. - dijo la profesora Mcgonagall – esta en el Hospital San Mungo, donde permanecerá por unas horas hasta que se le de el alta. ¿Cómo se siente? – la mujer se notaba un poco preocupada.
- Solo un poco mareado... ¿¡Dónde está Herm!? Y... ¿¡y Ron!? – dijo Harry exaltado.
- Están en la sala de espera. No se les permite entrar. – dijo Dumbledore – Nada serio, solo que a los gemelos Weasley se les han escapado un par de artefactos en el internado (n/a: el internado vendría a ser como la parte donde tienen encerrados a los "locos", por así decirlo, por ejemplo, donde residen los padres de Neville), y los pacientes no han reaccionado muy bien. – explicó el anciano, al ver la cara de incomprensión de Harry.
Pasaron unas horas, durante las que 5 medimagos revisaron al chico mas de 10 veces, cada una para un propósito en particular, al término de 3 horas Harry se estaba vistiendo, solo, en la habitación.
Ataba las agujetas de sus zapatos, cuando la puerta se abrió de par en par. Unos ojos grises y una sonrisa cínica anunciaron que Malfoy estaba en la habitación.
- Oh, ¡Malfoy! –exclamó Harry en un tono sarcástico –buenos, días ¿Cómo han ido tus vacaciones? ¿Has visitado ha Voldi? ¿Tomaron té de Boldo? Por que oí que es su favo...
- Debes tomar esta visita como una advertencia...
-Oo (cara textual de Harry) No contestaste mi respuesta... No debes ser maleducado, oxigenado... tu papi se pondría furioso de saber que andas viéndote con un Potter.
- Cierra la bocaza y escucha. Cuida muy bien a tu seres queridos, Potter, sabes que el Señor Oscuro ha vuelto, y ahora esta mas hambriento de sangre que nunca. – la expresión de Draco se volvía cada vez más enfermiza y sus ojos se abrían cada vez más, su voz se empezaba a levantar. - Ya te ha advertido, ya ha entrado en ti, y puede hacerlo las veces que quiera... solo tienes que colaborar.
- Nunca trabajare para una serpiente
- Si es así, abstente a las consecuencias.- con esto último, Malfoy salió de la habitación ondeando su túnica y cerrando de un golpe la puerta de caoba blanca.
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Harry, Ron y Hermione, llegaron a Hogwarts a la media hora. Depositaron sus pertenencias en la sala común de Griffindor, donde se habían preparado tres camas, para que los tres durmieran juntos, por si acaso se presentara algún otro episodio(n/a: n.n jejeje, episodio, seee seee) Luego bajaron al Gran Comedor donde los profesores y el trío de oro se sentaron a cenar en una mesa dispuesta para los únicos residentes del castillo.
Se llenaron hasta hartarse. Dumbledore hablaba seriamente con la profesora Mcgonagall, y Hagrid parloteaba animadamente, entre risas, con la profesora Sprout.
-Mejor vamos a la sala común, estoy cansadísimo, y mañana quiero volar un rato para acostumbrarme antes de los entrenamientos. – comentó Harry antes de levantarse de su silla con pesadez, lo cual sus amigos imitaron al instante. Estaban ya cerca del portón cuando...
-Harry, acompáñame a mi despacho. Debemos hablar. – Harry dejó a sus compañeros solos, y siguió a Dumbledore hasta las Gárgolas de piedra, donde dijo la contraseña "regaliz de cereza" y subieron por la escalera de caracol. Entraron en el lobby donde todos los retratos de los directores anteriores lo miraron con preocupación y algunos lloraban. "¿Desde cuando se comportan tan sentimentales? " pensó Harry para si.
- Desde ayer a la noche, Harry. – dijo con expresión lastimera Dumbledore, antes de cerrar la puerta del despacho y volver su vista hacia otro lado.
-¿Cómo ha hecho eso?
- De la misma manera que Voldemort entró ayer en tus sueños. – Comentó casi con culpa - Harry quiero que me cuentes todo con detalles. Lo que viste, lo que sentiste, lo que hiciste, todo.
Así, Harry le contó su sueño, la advertencia de Voldemort en el espejo, el ataque a Hermione y su aspecto luego de esto. Dumbledore escucho todo con atención, parecía que estuviera anotando apuntes en su cabeza y de vez en cuando hacia preguntas sobre sus sentimientos o reacciones.
- Y luego me miré al espejo y me vi demacrado y mis ojos tenían un tinte rojo. Sentí mucho cansancio pero a la vez triunfo y luego me desmayé. – terminó Harry casi mecánicamente. Recordaba todo a la perfección, y le extrañaban algunas de sus sensaciones.
- ¿Qué sentiste cuando atacaste a la señorita Granger? – preguntó Dumbledore, rascándose la barba y observando algún punto en la habitación.
- Fue extraño, por que cuando la miré, sentí odio y asco, como si quisiera matarla y ahí fue cuando me abalance a ella, luego la he vuelto a mirar y como si fuera yo de vuelta sentí... "amor Harry amor" ... que era ella, mi amiga, Herms...
- Ya veo – Dumbledore volvió su vista a los ojos de Harry – el odio que sentiste no provenía de tu interior, Harry, era de Voldemort... recuerda que el busca matar muggles y de los mestizos (n/a: "sangre sucia" como le dice Malfoy), los odia, los desprecia.
-Pe...Pero Voldemort no se encontraba con nosotros...no podría... o si...- Harry empezaba a comprender, todo aquel desastre empezaba a ordenarse como un rompecabezas.
-Si, Harry, Voldemort ha usado su conexión a ti – Dumbledore señaló su cicatriz – para poseerte. De la misma forma que yo leí tus pensamientos hace unos momentos, el puede meterse en tus pensamientos, o hasta hacer que realices algo por el. Y con el poder que tú posees, no podemos arriesgarnos.
- Tengo que hacer algo, no puede ser que entre en mi mente cada vez que se le de la gana. – Harry se levantó de un salto, mirando a Dumbledore con desesperación.
- Debes aprender a bloquear tu mente. Hay una ciencia, que solo debe ser usada por magos mayores, ya que su aprendizaje es difícil y gasta mucha energía, pero creo que tú podrás manejarla.
Continuará...
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FAAAAAA!!!! Este capitulo ya se pone más peligroso, de ahora en más Harry va a tener que lidiar con otra materia más. A que muchos de ustedes, fieles fans de nuestro caliente moreno, sabe cual es, jeje.
Ah, la palabra "ofidio", para los que no vieron Biología de segundo año todavía, es "serpiente" en termino científico. Pa´darle un toque interesante...
Ahora, hablando del próximo capitulo, se van a sorprender un poco...
Disculpen la tardanza. Pero no se preocupen ustedes chequeen, todos los días, este fic lo voy a terminar.
Ahora me voy a dormir por que son como las 12 y mañana tengo cole.
Besos a todos
Magu, Alias Chuxy
PD: Lean el fic "Volví" MUUUUY bueno, en serio, ayuden a la Peke (Pekenyita) a cumplir sus 1000 reviewes YA LLEGAS NEGRI!!!
