Este es el capitulo más grande de la historia, espero que les guste, dejen
sus review, me encanta saber lo que piensan de mi historia jejejejeje
Disfrútenla y gracias por leerla

CAPITULO VII
EL REGRESO

Los años pasaron de manera inexorable, el mundo mágico recordaba con cariño a Harry Potter y seguía una cacería constante para atrapar a Sirius Black y esperaban que Voldemort hubiera sido enviado al olvido. Sin embargo la sombra de Voldemort estaba sobre el mundo mágico, su esencia vagaba por bosques olvidados, hasta que tuvo la oportunidad de apoderarse del cuerpo de un mago, con lo que tuvo la oportunidad para recuperar de alguna forma su apariencia humana. Pero su primer intento fracasó, Dumbledore se enteró y cortaron los caminos para que no pudiera lograr su objetivo. Durante los siguientes años fue una constante lucha para evita que Voldemort regresara a su forma humana. Uno de sus seguidores Colagusano, escapó del refugio donde se escondía, Sirius Black llegaba a casa de los Weasley por refugio y comida, Colagusano, convertido en rata, vivía como mascota de los hijos de Arthur Weasley; decidió que era más seguro desaparecer antes que la furia de Black lo alcanzara por haber sido él el culpable de entregar a los Potter, cuando vio a Black convertido en un gran Perro negro, huyo antes que ser descubierto y se reunió con su antiguo amo. Aún débil, pero con una apariencia más corpórea Voldemort regreso a la mansión que en el pasado había pertenecido a su padre. Su sorpresa fue grande al encontrar a Kira esperándolo en su interior, Colagusano soltó un grito al verla y cayó al suelo al tropezar con un mueble. Ella vio al despojo que ahora era Voldemort, con mas parecido a una serpiente que a un humano, incluso su voz que retumbo por toda la habitación

—Colagusano, prende fuego en una de las habitaciones y llévate a nagini contigo—

Aun asustado Colagusano se perdió en la oscuridad dejándolos solos. La voz de Kira sonaba tan delicada después del sonido siseante que producía Voldemort.

—Sabía que tarde o temprano regresarías aquí—

Los ojos rojos de Voldemort la veían con desconfianza

—Pensé que me ayudarías a llegar al poder—

—Y lo haré por eso estoy aquí—

Ella sacó de entre sus ropas una varita, se acercó y la dejó junto a Voldemort, con dificultad él la levantó y la a puntó hacía ella

—Me abandonaste, no es agradable ser menos que un fantasma todos estos años, esperaba más ayuda de ti—

El rayo de luz verde atravesó el aire iluminando la habitación, pero nunca tocó a su objetivo, el rayo se detuvo a varios centímetros de ella, que con un simple movimiento de su mano lo hizo desaparecer, una sonrisa angelical se dibujo en su rostro.

—No me creas ingenua Voldemort, se que desde un principio pensabas utilizarme para llegar al poder, no soy más que una herramienta para tus propósitos, te dije que estoy aquí para ayudarte, pero no vuelvas a tratarme como uno de tus lacayos, por que no lo soy, quedo claro—

Por primera vez en mucho tiempo sintió el poder que de ella emanaba y comprendió que sobrepasaba el suyo con facilidad. Ella se alejó, antes de salir se detuvo y giró para mirarlo a los ojos

—Tu regreso está próximo, que tu lacayo prepare todo para el ritual, y que contacte a Lucius Malfoy, el comienzo del torneo de los tres magos será perfecto para tu reaparición, además tengo preparada una sorpresa para todos—

Durante Semanas se había estado preparando el torneo que había estado suspendido por siglos, Hogwarts sería la sede y recibiría a los alumnos de las otras dos escuelas de magia de Europa. Dumbledore visitaba Londres frecuentemente , caminaba rumbo al ministerio cuando una chica rubia de lentes oscuros tropezó accidentalmente con él, y le hizo una herida en una mejilla con uno de sus pasadores para el cabello, ella muy apenada saco un pañuelo de su bolso y con mucho cuidado limpio la sangre de la herida, se disculpo varias veces por el incidente y se alejó visiblemente preocupada por causar aquel daño.

La noche anterior al inicio de la ceremonia de inauguración varias sombras se introdujeron a Hogwarts, conocían los pasadizos secretos, hasta llegar a los baños del segundo piso, se detuvieron frente a los lavabos y abrieron una puerta secreta que llevaba a lo mas profundo del castillo, a sus mismas cimientos, donde la cámara secreta construida por Salazar Slyhterin permanecía oculta; sin problemas la abrieron, en poco tiempo prepararon todo para iniciar el ritual, Kira admiraba la cámara, al impresionante arquitectura con la que había sido construida, la voz de Voldemort la alejó de sus pensamientos, Lucius observaba todo con una mezcla de admiración y miedo.

—Aún necesitamos la sangre de un enemigo para terminar el ritual—

Ella se acercó a colagusano y le entrego una caja de cristal que contenía un pañuelo manchado de sangre

—Espero que la sangre de Dumbledore te sea útil—

Colagusano la tomó

—¿Con qué tipo de magia logro obtener algo tan valioso?— dijo admirado

—La magia no siempre es la solución, los muggles a veces tienen cosas muy ingeniosas que pueden ser más útiles,¿podrán terminar el ritual a tiempo?—

Voldemort se acercó

—Si Colagusano hace todo bien, no habrá problemas—

—Los esperare en el gran comedor, Lucius—

Se dio la vuelta y salió de la cámara seguida por Lucius

—Esto es muy peligroso—

—Nunca pensé que te acobardaras Lucius, además todo esta saliendo a la perfección—

Ella se detuvo para colocarse una mascara de plata sobre el rostro

—¿Karkarov se ha comunicado contigo?—

—Si, llegará con el muchacho mañana, deberíamos hablar con el profesor Snape para terminar con los arreglos—

—No, no confió en él, se que ustedes aseguran que ha mostrado su fidelidad, pero quiero esperar hasta que Voldemort tenga todo su poder de vuelta, para incluirlo en los planes—

Al otro día un gran barco apareció en el lago trayendo consigo a los alumnos de Drmnstang, Karkarov estaba en su camarote nervioso, sudaba y las manos le temblaban, la aparición de Kira lo tomó por sorpresa y tiro la silla al pararse de improviso

—¿Cómo esta él?— la voz suave de Kira sonó en el camarote

—Bien, con los demás en los camarotes, están listos para desembarcar, es un chico muy poderoso, aunque cuando se enoja es peligroso, aun no controla bien su poder. Eh, ¿el señor tenebrosos me perdonará?, yo no quise traicionarlo, pero—

—Si esto sale bien, seguramente te perdonará, los has hecho bien hasta el momento. Quiero que mantengas esto en secreto, no deseo que Severus Snape sepa lo que este pasando hasta que Voldemort este de regreso, ¡Entendiste?—

Karkarov asintió con la cabeza, ella salió sin siquiera mirarlo, iba por uno de los pasillos cuando un chico de unos 14 años se acercó y la abrazó —Madre, ¿qué haces aquí?—

—Te vine a dar una sorpresa, quiero verte entrar al gran comedor como lo que eres el mejor estudiante de Drumnstang, es más voy a ponerme la primera cosa que hiciste con magia—

Ella saco de sus ropas la máscara de plata, los ojos verdes del chico la miraron con alegría

—Gracias Madre—

—Tengo cosas que hacer, te veré en el castillo—Ella le dio un beso en la frente y se alejó

—Espera— El se acercó a ella, y con cuidado le colocó la máscara, sosteniéndola suavemente con cintas de terciopelo, ella coloco la capucha de la capa sobre su cabeza y se alejó, ante la mirada divertida del chico

Mientras tanto en el castillo, Dumbledore hablaba en su oficina con Sirius Black, que después de años de persecución había sido gravemente herido y Hogwarts, confinado a los terrenos del colegio había amargado más su carácter

—Profesor déjeme ir, se que esta pista si es la definitiva—

Dumbledore lo veía tranquilo

—Sólo es un rumor Sirius, no vale la pena que te arriesgues—

En ese momento va una lechuza café entró por la ventana y se posó sobre el escritorio, pudieron ver que era una de las lechuzas del colegio, Dumbledore tomó la carta, la nota en su interior tenía un tenue aroma a perfume, estaba escrita en tinta roja y decía lo siguiente.

Sólo quería agradecerle a Sirius Black, gracias a su ayuda, el ministerio
dejó de buscar a Harry y me hizo más fácil mi escapatoria, no pensé que fuera tan fácil engañarlo. Ah por cierto, el chico no sufrió si eso es lo
que les preocupaba.

Sirius leyó la nota por sobre el hombro de Dumbledore, no podía creer lo que decía, arrebató el pedazo de papel de las manos del director, fue entonces que pudo percibir un ligero aroma de Jazmines y rosas. Arrojó la nota al suelo y se transformo de inmediato saliendo de la oficina del director, si el mago o bruja que mando la nota seguía en el castillo no había duda que Sirius lo encontraría.

Pocos minutos después Cornelius Fudge, el ministro de magia entro a su oficina.

—Albus estas retrasado, Beauxbatons y Durmstrang ya están llegando, debemos recibirlos—

Se dirigieron al gran salón , cuando llegaron los alumnos de , Beauxbatons y Durmstrang estaban terminando de entrar, Madame Maxine y Karkarov ya estaban en la mesa de maestros.

Uno de los chicos de Durmstrang entró corriendo al final, estaba retrasado, entró al gran comedor quitándose el pesado abrigo que lo cubría, todas las miradas se clavaron en él y la cicatriz en forma de rayo que cruzaba su frente. Los que conocían la historia de Harry Potter podía dudar que este chico fuera aquel niño desaparecido hacia muchos años, sin embargo los que llegaron a conocer a sus padres no tenían ninguna duda. Dumbledore y Fudge rodearon la mesa e interceptaron al muchacho, Harry los vio extrañado, el director estaba visiblemente aliviado, después de años de búsqueda esto no podía otra cosa que ser un milagro, Fudge pregunto

—¿Es realmente él?—

—No hay duda, es idéntico a su padre, pero heredó los ojos de su madre—

Dumbledore estaba apunto de llevarse al chico a su oficina, cuando una voz siseante lo detuvo

—Nos vemos nuevamente—

Todos miraron a la entrada del gran salón, la figura de lo que parecía ser un hombre de piel muy pálida los miraba desde el umbral de la puerta, su rostro parecía una mezcla entre un ser humano y una serpiente, sus ojos rojos brillaban con satisfacción.

—Vengo por el chico—

Dumbledore se interpuso entre Voldemort y Harry, los alumnos estaban al borde de la histeria, así que sus jefes de casa fueron con ellos para tranquilizarlos y los empezaron a llevar al final del salón para sacarlos por atrás.

—No permitire que te lo lleves, Tom—

—Kira, lo hará por mi—

Kira apareció detrás de Voldemort, la mascara de plata brillaba bajo la luz de las velas, con paso firme empezó a caminar hacía el director, Harry la vio y de inmediato quiso ir con ella, pero el Ministro se lo impidió, el chico insistía por lo que Fudge le lanzó un hechizo paralizante para mantenerlo quieto, inmóvil, sin la capacidad de hablar o moverse, sólo podía ver lo que pasaba. Empezaba a molestarle que esta gente le impidiera irse, entonces vio una sombra negra a espaldas de Kira, que se movía lentamente, como acechándola, Voldemort pareció ver lo que pasaba y estaba a punto de hacer algo, pero Dumbledore estaba dispuesto a reaccionar también, no podía hacer nada para evitarlo. De repente, la sombra salió de entre las mesas, un gran perro negro se abalanzó sobre ella aferrándola por el hombro, el peso la hizo caer al suelo, el impacto le rompió un par de costillas, una de las cuales perforó uno de sus pulmones, intentaba zafarse de la mordida del perro, pero sus mandíbulas parecían de acero, y el dolor provocado por aquellos colmillos era insoportable, por un momento el perro la soltó y ella intentó huir pero el animal volvió a aprisionarla por uno de sus brazos, de su boca empezó a salir sangre proveniente de su pulmón colapsado. Voldemort intentó acercarse nuevamente pero Dumbledore seguía en guardia, entonces Sirius vio a Harry y olvidó completamente a su presa, corrió al encuentro de su ahijado, se acercó y puso sus patas delanteras sobre el pecho del muchacho, que lo veía horrorizado, al ver en su pelaje negro las manchas de sangre de su madre, el odio crecía en su corazón, entonces vio como Kira dejaba de moverse y la sangre empezaba a manchar el piso. Harry no podía soportar más, un odio puro se apodero de él y la desesperación de auxiliar a su madre le dieron la fuerza necesaria, una gran burbuja de energía surgió de su pecho, la onda expansiva lanzó a todos los que estaban cerca de él varios metros por el aire, ya libre del hechizo corrió al lado de su madre. Voldemort se acercó también, con suavidad levanto el cuerpo inerme de Kira y miró a los ojos a Harry.

—Debemos curarla, pero este lugar debe desaparecer—

Voldemort salió llevando a Kira en brazos, Dumbledore, Fudge y los demás se recuperaban de la caída, cuando, sintieron como todo el castillo se estremecía bajo sus pies, vieron como Harry empezaba utilizar su poder para destruir Hogwarts, sabían que el chico poseía un poder extraordinario, pero nunca imaginaron que a tal dimensión, una vez que empezó nada lo detuvo, en el camino a la salida dejó una estela de destrucción a su paso, la mayoría de los alumnos salieron sólo con leves heridas, gracias a que los profesores los protegieron, sin embargo, hubo algunos alumnos que no pudieron salir a tiempo por que se encontraban en otra parte del castillo, Cho Chang, Cedric Diggory y Seamu Finnigan fueron las primeras victimas del nuevo orden.

Harry Potter se alejaba de Hogwarts, caminaba junto al mago que alguna vez derrotó, a sus espaldas dejaba lo que era la mejor escuela de magia y hechicería, sin embargo, ninguno de los maestros pudo detener la destrucción, aun combinando sus conocimientos y habilidades, solo pudieron retrasar lo inevitable; con la caída del sol cayó también la ultima piedra de Hogwarts, dejando sólo cenizas y escombros.