Hola gracias por los reviews, agradezco mucho la atención que le dan a mi
fic, Espero que puedan darme su opinión a cerca de Warrick, me gusto por
sus ojos azul cobalto jejeje, sus motivos para estar con Harry son el
resultado de otra historia que algun día la contare. Espero que les guste
Besos
Capitulo XII
Luctus et persecutus
Harry se encerró en su habitación con el cuerpo de Kira durante varios días, no deseaba ver a nadie, ni siquiera a Warrick; Voldemort había podido ver el cuerpo de Kira durante algunos segundos antes de que desaparecieran con el en el segundo piso, lamentó su muerte, pero también estaba aliviado de poder librarse de ella y de su constante amenaza y sin duda ahora con la ayuda de Harry apoderarse del mundo sería más fácil.
Snape estaba preocupado, había sido informado de lo que había pasado, pero no podía acercarse ya que algún Vampiro estaba siempre custodiando la puerta. AL cuarto día Harry salió, Yuma uno de los vampiros, alto de ojos cafés y sin duda descendiente de nativos americanos, estaba en la puerta
—Llama a Warrick — dijo Harry con una voz dura y vacía
Yuma obedeció, unos minutos después Warrick entró a la habitación, estaba oscura, el cuerpo de Kira estaba como él lo había dejado, parecía que estaba dormida; una fina bufanda de seda cubría la herida mortal, la tela mostraba varias manchas de sangre seca. El vampiro esperaba percibir el olor de la muerte, pero lo único que se hacía notar era un suave aroma a rosas. Harry se acercó a él
—¿Ya es uno de ustedes?—
Warrick se acercó a la cama y la observo por un largo rato
—No, llegue muy tarde, lo siento, no pude ayudarla, mi sangre sólo hará que su cuerpo permanezca así posiblemente para siempre, no sucumbirá al toque de los muertos—
—Hay alguna posibilidad de que...—
—Nunca he sabido de alguien que tardara tanto en convertirse, lo siento, no puedo darte esperanzas—
Harry estaba cansado y débil por el ayuno, sus piernas apenas lo sostenían, sólo el ferviente deseo de permanecer junto a Kira lo mantenía en pie. Warrick se acercó a él y lo abrazó, Harry hundió su cara en el frío pecho del vampiro y empezó a llorar. Después de un rato se quedo dormido en los brazos de aquel ser sobrenatural que los sotenía sin dificultad gracias a su gran fuerza.
Cuando el chico despertó estaba en otro cuarto acompañado por una mujer joven de piel blanca y cabello rojo.
—Warrick me dijo que necesitabas recuperar fuerzas, esto es algo que solía preparar, es bueno para reponerse—
Ella le ofreció un plato de un guisado extraño, pero su aroma era exquisito, Harry quiso rechazarlo
—Debes comer, sino... no tendrás fuerzas, Warrick tiene algo que mostrarte, pero primero debes comer—
De mala gana comió, estaba terminando de comer cuando Warrick llegó
—Gracias Kylee, déjanos solos—
La joven salió, Warrick llevaba algunos dibujo que colocó sobre el regazo de Harry, él pudo ver que se trataba de un mausoleo, adornado con imágenes de Ángeles y una gran puerta adornada con flores y aves.
—Lo diseñe para tu madre, no puedes cuidarla eternamente, necesita un lugar seguro—
Harry vio cada uno de los dibujos y comprendió la verdad, su madre había muerto pero no deseaba que reposara en un frió hoyo en la tierra
—¿Cómo lo hacemos?—
—Eres poderoso Harry, puedes usar la magia para hacerlo, he encontrado el lugar perfecto—
Ambos salieron de la mansión fueron hacía la parte trasera, a unos 50 metros de la casa había un claro, rodeado de pinos y cipreses. Era el lugar perfecto. Harry nunca había intentado algo así, levantó su varita e invocó todo su poder, esta vez era diferente, podía sentir la magia fluyendo por su cuerpo, recorriendo sus venas, esto que deseaba era fácil de obtener. La magia era algo natural en él, de la tierra surgieron extrañas formas que se elevaron varios metros hacía el cielo y comenzaron a danzar, al cabo de algunos minutos una construcción de mármol blanco y de estilo griego dominaba el lugar, una gran puerta de bronce custodiaba la entrada, junto a la puerta estaban las esculturas de un león y un lobo y sobre el dintel de la puerta estaba posado un grifo con sus alas extendidas y sus garras de bronce brillaban amenazadoras. Harry y Warrick se acercaron a la puerta, la cual se abrió como impulsada por una mano invisible mientras las esculturas hacía una reverencia. El interior tenía el mismo estilo griego, al centro un ataúd de cristal de roca dominaba la vista, estaba colocado sobre un zócalo de mármol negro , el interior del ataúd era de terciopelo azul, y las lámparas de oro iluminaban el interior dándole una apariencia acogedora.
—Es perfecto, Warrick...—
Warrick desapareció, Harry podía sentir como la magia fluía a través de todo su cuerpo, nunca imagino que la magia se sintiera tan bien, era el resultado de su desesperación, tanto quiso salvar a Kira que sin proponérselo hizo su cuerpo más sensible a la magia y todo ese poder lo hacía sentirse extasiado. Warrick apareció llevando el cuerpo de Kira en sus brazos, alguien había cambiado la bufanda de su cuello. Fue colocada suavemente en el ataúd, Harry toco aquel rostro pálido y frío , pensó que no era el vestuario apropiado, él conjuró un vestido azul de cuello alto que ocultaba la herida mortal de su cuello. El crucifijo seguía en su cuello, a causa de la bufanda no había sido visto, aún tenía algunas manchas de sangre, sin embargo a pesar de las manchas de sangre brillaba bajo las tenues luces.
—Warrick, sólo puedo confiar en ti, acércate—
El vampiro se acercó, Harry tomó la muñeca izquierda de Warrick, donde el brazalete que les había colocado Voldemort y Kira brillaba, de pronto los símbolos del brazalete empezaron a cambiar, su textura y su color, en pocos segundo Harry lo sólto.
—Nadie más que yo tiene poder sobre ese brazalete, Voldemort ya no puede quitártelo—
—Sabes que no necesitabas hacerlo, yo soy tu sirviente—
—No deseo que Voldemort te haga daño, eres el único en que puedo confiar ahora—
Harry le dio un beso a Kira en la mejilla antes de cerrar el féretro con una tapa de cristal, sus ojos verdes se llenaron de lagrimas. La puerta de bronce se cerró detrás de ellos al salir. Las esculturas se acercaron a Harry e hicieron una reverencia
—Sólo yo y Warrick podemos entrar a este recinto, custódienlo bien—
Las esculturas de mármol regresaron a sus lugares mientras ellos regresaban a la mansión, Voldemort los esperaba en la puerta, observando con especial interés aquella tumba.
—Muy impresionante Harry—
Harry se acercó a él mirándolo a los ojos, ya no había temor en ellos
—Enséñame todo lo que sabes, quiero encontrar al que hizo esto y hacerlo pagar con su vida, pero aun no tengo la fuerza para hacerlo—
Voldemort sonrió, su rostro tomo una imagen siniestra
—Sabes que puedes contar conmigo, hijo mío—
Los magos se encaminaron al interior de la mansión, seguidos por Warrick, Adentro los mortifagos habían observado todo lo que pasaba afuera. Voldemort y Harry pronto entraron a la biblioteca, Warrick se quedó junto a la puerta escuchando atentamente lo que pasaba
—¿Sabes cual es mi objetivo Joven Potter?—
Harry se quedó en silencio
—Quiero el mundo mágico, quiero gobernarlo y acabar con los sangre sucia, y tu mi querido amigo quiero que me ayudes, a cambio te ofrezco el conocimiento que poseo, conocimiento que nadie mas tiene, podrás llevar a cabo tu venganza, y con lo que obtendrás podrás hacer que el hombre que buscas sufra tanto que deseara la muerte, sentirá lo que sin duda sufrió Kira antes de morir. ¿Estas dispuesto a convertirte no solo en mi discípulo, mi seguidor?, ¿estarás dispuesto a convertirte también en mi mano derecha y llevarás a cabo mis ordenes?—
Harry sabía que todo eso no era correcto, que era una abominación, pero en su corazón no había cabida para el remordimiento, sólo deseaba saciar su sed de venganza, extendió su mano y Voldemort la tomó sellando un pacto mágico.
Afuera, los mortifagos se habían maravillado con el mausoleo, alguno de ellos quiso acercarse a la puerta, pero el gran león lanzó una bola de fuego y le impidió el paso. Snape veía cada uno de los detalles de la construcción, lo primero que le llamó la atención era la imagen de un pequeño ángel llorando, labrado en la puerta de bronce, la pequeña imagen llevaba escrito en su túnica, Luctus (dolor), un segundo ángel lo consolaba. Pero había otra palabra que se repetía cientos de veces, en las pequeñas ramas de los árboles, en los adornos, pero eran tan diminutas las letras con los que estaban escritas que no podía leerlas a lo lejos, hasta que se dio cuenta que el lobo, el león y el grifo las llevaban grabadas en sus collares de bronce, se repetían continuamente alrededor de cada uno
—Persecutus (Venganza)—
Snape la pronuncio sabiendo que era el fin de una búsqueda y el principio de una cacería.
Besos
Capitulo XII
Luctus et persecutus
Harry se encerró en su habitación con el cuerpo de Kira durante varios días, no deseaba ver a nadie, ni siquiera a Warrick; Voldemort había podido ver el cuerpo de Kira durante algunos segundos antes de que desaparecieran con el en el segundo piso, lamentó su muerte, pero también estaba aliviado de poder librarse de ella y de su constante amenaza y sin duda ahora con la ayuda de Harry apoderarse del mundo sería más fácil.
Snape estaba preocupado, había sido informado de lo que había pasado, pero no podía acercarse ya que algún Vampiro estaba siempre custodiando la puerta. AL cuarto día Harry salió, Yuma uno de los vampiros, alto de ojos cafés y sin duda descendiente de nativos americanos, estaba en la puerta
—Llama a Warrick — dijo Harry con una voz dura y vacía
Yuma obedeció, unos minutos después Warrick entró a la habitación, estaba oscura, el cuerpo de Kira estaba como él lo había dejado, parecía que estaba dormida; una fina bufanda de seda cubría la herida mortal, la tela mostraba varias manchas de sangre seca. El vampiro esperaba percibir el olor de la muerte, pero lo único que se hacía notar era un suave aroma a rosas. Harry se acercó a él
—¿Ya es uno de ustedes?—
Warrick se acercó a la cama y la observo por un largo rato
—No, llegue muy tarde, lo siento, no pude ayudarla, mi sangre sólo hará que su cuerpo permanezca así posiblemente para siempre, no sucumbirá al toque de los muertos—
—Hay alguna posibilidad de que...—
—Nunca he sabido de alguien que tardara tanto en convertirse, lo siento, no puedo darte esperanzas—
Harry estaba cansado y débil por el ayuno, sus piernas apenas lo sostenían, sólo el ferviente deseo de permanecer junto a Kira lo mantenía en pie. Warrick se acercó a él y lo abrazó, Harry hundió su cara en el frío pecho del vampiro y empezó a llorar. Después de un rato se quedo dormido en los brazos de aquel ser sobrenatural que los sotenía sin dificultad gracias a su gran fuerza.
Cuando el chico despertó estaba en otro cuarto acompañado por una mujer joven de piel blanca y cabello rojo.
—Warrick me dijo que necesitabas recuperar fuerzas, esto es algo que solía preparar, es bueno para reponerse—
Ella le ofreció un plato de un guisado extraño, pero su aroma era exquisito, Harry quiso rechazarlo
—Debes comer, sino... no tendrás fuerzas, Warrick tiene algo que mostrarte, pero primero debes comer—
De mala gana comió, estaba terminando de comer cuando Warrick llegó
—Gracias Kylee, déjanos solos—
La joven salió, Warrick llevaba algunos dibujo que colocó sobre el regazo de Harry, él pudo ver que se trataba de un mausoleo, adornado con imágenes de Ángeles y una gran puerta adornada con flores y aves.
—Lo diseñe para tu madre, no puedes cuidarla eternamente, necesita un lugar seguro—
Harry vio cada uno de los dibujos y comprendió la verdad, su madre había muerto pero no deseaba que reposara en un frió hoyo en la tierra
—¿Cómo lo hacemos?—
—Eres poderoso Harry, puedes usar la magia para hacerlo, he encontrado el lugar perfecto—
Ambos salieron de la mansión fueron hacía la parte trasera, a unos 50 metros de la casa había un claro, rodeado de pinos y cipreses. Era el lugar perfecto. Harry nunca había intentado algo así, levantó su varita e invocó todo su poder, esta vez era diferente, podía sentir la magia fluyendo por su cuerpo, recorriendo sus venas, esto que deseaba era fácil de obtener. La magia era algo natural en él, de la tierra surgieron extrañas formas que se elevaron varios metros hacía el cielo y comenzaron a danzar, al cabo de algunos minutos una construcción de mármol blanco y de estilo griego dominaba el lugar, una gran puerta de bronce custodiaba la entrada, junto a la puerta estaban las esculturas de un león y un lobo y sobre el dintel de la puerta estaba posado un grifo con sus alas extendidas y sus garras de bronce brillaban amenazadoras. Harry y Warrick se acercaron a la puerta, la cual se abrió como impulsada por una mano invisible mientras las esculturas hacía una reverencia. El interior tenía el mismo estilo griego, al centro un ataúd de cristal de roca dominaba la vista, estaba colocado sobre un zócalo de mármol negro , el interior del ataúd era de terciopelo azul, y las lámparas de oro iluminaban el interior dándole una apariencia acogedora.
—Es perfecto, Warrick...—
Warrick desapareció, Harry podía sentir como la magia fluía a través de todo su cuerpo, nunca imagino que la magia se sintiera tan bien, era el resultado de su desesperación, tanto quiso salvar a Kira que sin proponérselo hizo su cuerpo más sensible a la magia y todo ese poder lo hacía sentirse extasiado. Warrick apareció llevando el cuerpo de Kira en sus brazos, alguien había cambiado la bufanda de su cuello. Fue colocada suavemente en el ataúd, Harry toco aquel rostro pálido y frío , pensó que no era el vestuario apropiado, él conjuró un vestido azul de cuello alto que ocultaba la herida mortal de su cuello. El crucifijo seguía en su cuello, a causa de la bufanda no había sido visto, aún tenía algunas manchas de sangre, sin embargo a pesar de las manchas de sangre brillaba bajo las tenues luces.
—Warrick, sólo puedo confiar en ti, acércate—
El vampiro se acercó, Harry tomó la muñeca izquierda de Warrick, donde el brazalete que les había colocado Voldemort y Kira brillaba, de pronto los símbolos del brazalete empezaron a cambiar, su textura y su color, en pocos segundo Harry lo sólto.
—Nadie más que yo tiene poder sobre ese brazalete, Voldemort ya no puede quitártelo—
—Sabes que no necesitabas hacerlo, yo soy tu sirviente—
—No deseo que Voldemort te haga daño, eres el único en que puedo confiar ahora—
Harry le dio un beso a Kira en la mejilla antes de cerrar el féretro con una tapa de cristal, sus ojos verdes se llenaron de lagrimas. La puerta de bronce se cerró detrás de ellos al salir. Las esculturas se acercaron a Harry e hicieron una reverencia
—Sólo yo y Warrick podemos entrar a este recinto, custódienlo bien—
Las esculturas de mármol regresaron a sus lugares mientras ellos regresaban a la mansión, Voldemort los esperaba en la puerta, observando con especial interés aquella tumba.
—Muy impresionante Harry—
Harry se acercó a él mirándolo a los ojos, ya no había temor en ellos
—Enséñame todo lo que sabes, quiero encontrar al que hizo esto y hacerlo pagar con su vida, pero aun no tengo la fuerza para hacerlo—
Voldemort sonrió, su rostro tomo una imagen siniestra
—Sabes que puedes contar conmigo, hijo mío—
Los magos se encaminaron al interior de la mansión, seguidos por Warrick, Adentro los mortifagos habían observado todo lo que pasaba afuera. Voldemort y Harry pronto entraron a la biblioteca, Warrick se quedó junto a la puerta escuchando atentamente lo que pasaba
—¿Sabes cual es mi objetivo Joven Potter?—
Harry se quedó en silencio
—Quiero el mundo mágico, quiero gobernarlo y acabar con los sangre sucia, y tu mi querido amigo quiero que me ayudes, a cambio te ofrezco el conocimiento que poseo, conocimiento que nadie mas tiene, podrás llevar a cabo tu venganza, y con lo que obtendrás podrás hacer que el hombre que buscas sufra tanto que deseara la muerte, sentirá lo que sin duda sufrió Kira antes de morir. ¿Estas dispuesto a convertirte no solo en mi discípulo, mi seguidor?, ¿estarás dispuesto a convertirte también en mi mano derecha y llevarás a cabo mis ordenes?—
Harry sabía que todo eso no era correcto, que era una abominación, pero en su corazón no había cabida para el remordimiento, sólo deseaba saciar su sed de venganza, extendió su mano y Voldemort la tomó sellando un pacto mágico.
Afuera, los mortifagos se habían maravillado con el mausoleo, alguno de ellos quiso acercarse a la puerta, pero el gran león lanzó una bola de fuego y le impidió el paso. Snape veía cada uno de los detalles de la construcción, lo primero que le llamó la atención era la imagen de un pequeño ángel llorando, labrado en la puerta de bronce, la pequeña imagen llevaba escrito en su túnica, Luctus (dolor), un segundo ángel lo consolaba. Pero había otra palabra que se repetía cientos de veces, en las pequeñas ramas de los árboles, en los adornos, pero eran tan diminutas las letras con los que estaban escritas que no podía leerlas a lo lejos, hasta que se dio cuenta que el lobo, el león y el grifo las llevaban grabadas en sus collares de bronce, se repetían continuamente alrededor de cada uno
—Persecutus (Venganza)—
Snape la pronuncio sabiendo que era el fin de una búsqueda y el principio de una cacería.
