N/T: Primero quiero agradecer todos los reviews que han escrito, eso es realmente estimulante para continuar este trabajo. Debo advertirles que los siguientes capítulos son bastante gráficos en cuanto a violencia y sangre y esas cosas, ténganlo en mente...

También les anuncio que sólo restan unos cuantos capítulos más para finalizar la primera parte de Un mal Lugar (Bad places) y luego continuaré con Un mal lugar II (Bad places: Rebirth), ya que la autora original escribió una secuela que vale la pena incluir en esta sección en español de TMNT.

Sin más preámbulo, aquí están los nuevos capítulos, espero que les gusten y no olviden dejar su review, please.

nota: Los dialogos en estos tres capitulos van indicados con un ' apostrofe, pues por alguna razòn, los guiones no se ven. así que cada dialogo va iniciado con un '.

Parte 12

Un toque de luz en su hombro despertó a Raphael, parpadeando mientras levantaba la cabeza. Leonardo se arrodillo junto a él, con las espadas listas.

'Despierta.- Murmuró.- Es hora de irse.

'¿mmm- Raphael golpeó con el codo a Miguel mientras preguntaba.¿Qué hay de vigilar?.

'No te necesité.- Leo se puso de pie y escuchó junto a la puerta por un momento.

Contra la pared, Chanta volvió su espalda hacia Félix y reunió todo su cabello en un mechón.

' Hazme un favor, corta esto.

Tras un corte, varios centímetros de cabello cayeron pesadamente al suelo. Luego, otro corte más cerca de su nuca y el enmarañado montón de cabello enredado ahí cayó encima del anterior. Se ató las puntas desparramadas detrás de las orejas y se puso de pie, estirando sus músculos que ya habían olvidado como estar adoloridos. Cuando Leo les confirmó que todo estaba despejado, lo siguieron de vuelta a los corredores.

Raphael tiró de Miguel hasta ponerlo de pie. Su hermano menor se tambaleó ligeramente, luego se estabilizó solo.

' Debo estar acostumbrándome a este lugar.- Murmuró Miguel.- Creo que puedo ver un poco mejor ahora.

Raph hizo una mueca. Eso significaba que sus oportunidades de sobrevivencia aumentaban, pero no quería que su hermano se acostumbrase mucho al juego. Ya había cambiado demasiado a Leonardo.

Pero entonces... frunció el ceño. ¿Lo había cambiado en realidad?. Biológicamente tal vez, haciéndolo más rápido, pero más débil, sensible a la luz, más propenso a matar. Pero cuando llegó a casa, lucía herido, pero no sicótico; ausente, pero no lunático. Y ahora, ahí, los protegía a los dos como siempre, manteniéndolos a salvo, fuera del alcance de las garras de esas cosas.

Al caminar o correr, las muertes se sucedían tan a menudo, que se habían convertido en un sonido distante, con sólo uno que otro chillido penetrando en su cabeza cuando mataba cualquier cosa que lograba pasar a los otros tres, lo que le permitía pensar en su hermano. Leo no había sido capaz de mirarlo a la cara cuando vendaba la quemadura de su brazo. Ya fuera porque le daba lo mismo o porque no podía obligarse a sí mismo a mirar.

"Nos dejó dormir todo el tiempo", pensó Raph. "Pero no pudo mirarme a la cara. Pudo hacernos a un lado a todos, incluso a Splinter, pero no es capaz de darme la cara. Sabe que no podemos luchar en este nivel si no es con él protegiéndonos. Tiene que hacerlo. Yo estaría frustrado como un demonio si tuviera que ser el que..."

Hizo una pausa para apuñalar la cabeza de un hambriento, retirando de un tirón su sai y golpeando a la criatura con la empuñadura. "No. No frustrado. Avergonzado,", pensó, "Sabe que debe protegernos y lo detesta, y detesta detestarlo".

Culpa sobre más culpa, y Leo aún estaba colapsando. No importaba lo mucho que los amara, se iría. Tenía que hacerlo. No podía ser tan desinteresado como para vivir para siempre sólo por ellos. Raphael asió la muñeca de Miguel un poco más fuerte. Splinter tenía razón sobre el sacrificio, pero sólo Leo no había sacrificado su tiempo. Él había sacrificado su vida.

¿Cuanto tiempo podría Leo, o cualquiera de ellos, sobrevivir en el mundo por su cuenta?. Por el camino en que iba Leo, estaría muerto no antes de mucho. No podía esquivar todas las balas.

Las muertes se detuvieron por un instante. Por el ruido que hacían las cosas, no quedaban demasiado monstruos por matar, por lo que debían estar cerca de esa escalera que había mencionado Leo. Lo que significaba más monstruos por matar. Deseaba guardar su sai. Sostenerlo por tanto tiempo hacía doler su brazo, pero si llegaba a ser atacado desde las sombras, no habría tiempo para sacarlo de nuevo.

De pronto, una luz, una estrella frente a ellos, resplandeciendo a través de los corredores. Chanta alcanzó a disparar un tiro antes de tener que bajar la mirada. Miguel dio unos pasos hacia la estrella, capaz de ver finalmente. A su alrededor, Leo y los humanos se volteaban, cubriendo sus ojos. Incluso Raphael tuvo que poner una mano contra la luz. Miguel puso sus manos bajo la estrella y sintió que algo caía en ellas. El peso y la sensación le eran familiares, pero sólo cuando vio el comunicador en su mano se permitió a si mismo creerlo.

La luz menguó, la mira ardió roja en sus ojos.

'¿Qué demonios fue eso?.- preguntó Félix.

Miguel levantó la tapa del comunicador y quedó boquiabierto cuando la cara de Don apareció en él, con April mirando por sobre su hombro.

' Whoa...

' Genial, funciona.- dijo Don.- No tienen idea de cuantas veces tuvimos que calibrar las longitudes de onda...

' ¿Están bien?.- Lo interrumpió April.- Esperamos a que no hubieran más de esas cosas a su alrededor antes de intentar enviarles esto.

' Realmente te has superado a ti mismo.- dijo Raphael. Algo goteó sobre su mano y se volvió a mirar a Leo, su máscara estaba húmeda.

' ¿Podemos verlos- preguntó.¿Cómo?.- Donatello lo escuchó, pero le dio la respuesta a Miguel.- Stockman mantenía una señal constante desde aquí a allá. Ustedes están en su dimensión de bolsillo, pero yo puedo ver exactamente donde están y donde está todo lo demás.

' Las escaleras.- dijo Leo.¿Puedes ver las escaleras?

' Mejor que eso.- dijo Don.- Hay un pozo que conecta todos los pisos. Hay unos cuantos puntos negros, pero no más que en los otros niveles. Si se van por ese pozo, pueden ir directo hasta arriba evitando todo lo demás.

Raphael frunció el ceño y miró a Leo y a los otros, quienes estaban ahora reunidos y mirando a la pantalla del comunicador. En su resplandor, Félix se veía impresionado, pero Chanta lucía maravillada, mirando boquiabierta hacia la tortuga en la pantalla y luego a las tortugas a su alrededor. Félix la miró y sonrió.

'Y tu pensabas que este lugar era raro.

'¿Pozo?.- preguntó Raphael.¿Sabías acerca de él?.- Leo asintió una vez.

'Se refiere a las escaleras.

Félix sacudió la cabeza.

'Es imposible. Hay aulladores por todo el pozo, y tendríamos que subir cuatro pisos más. No hay forma de que podamos lograrlo vivos.

'Hay más.- dijo Don, ganándole el comunicador a April.- Hay una lista de cada habitación con provisiones que Stockman hizo. Por sus notas, parece que originalmente sólo quería este lugar para arrojar sus desechos biológicos peligrosos.

'Genial.- balbuceó Chanta.¿Qué demonios hay en esas píldoras que he estado tomando?.

'Sólo aspirinas.- Contestó Don distraídamente.- Pero el cuarto de provisiones en su piso, cerca del pozo, tiene varios barriles llenos de limpiadores alcalinos y ácido de baterías. Combínelos y tendrán una explosión de los mil demonios. Eso debiera abrirles un camino y de paso librarlos de una buena porción de esas cosas.

'¿Cómo diablos vamos a hacer eso- exclamó Félix.- Prefiero subir como la vez anterior. Es más largo pero al menos sé que podemos hacerlo.

'Leo- dijo Raph.- tus bombas de luz¿te queda alguna?.

'¿Te refieres a los detonadores?.- Leo asintió.- Tengo tres más, pero no creo que ninguno de nosotros sepa como armar un detonador. Y estaríamos demasiado cerca de la explosión.

'Yo podría dispararle al detonador- ofreció Chanta.- Así es como preparan las explosiones en las películas¿verdad?.

'Funcionará.- dijo Don.- Y yo puedo decirles como armar el detonador. Van a necesitar los tres, así que no los usen. Oh, esperen. Tienen otro grupo de monstruos en camino.

Leo, Félix y Chanta se volvieron hacia el final del corredor a enfrentarlos, pero no escucharon nada. Raph miró a ambos lados del pasillo, aún sabiendo que no sería capaz de ver nada, y Miguel apretó más fuerte el comunicador, su única luz.

'Por dónde.- preguntó.

'Em... dos de ustedes están parados juntos.- dijo Don.- Vendrán de ese lado.

Chanta se volvió y se detuvo junto a Félix, levantando su arma y mirando hacia la oscuridad. El silencio se transformó en un débil rasgueo, que fue haciéndose más fuerte hasta que el grupo de monstruos dio vuelta en la esquina, hambrientos en el piso y la mayoría de los aulladores en el techo y las paredes. Los primeros en la línea volaron hacia atrás en una explosión de sangre al disparar Chanta, distrayendo a algunos de los hambrientos, pero la mayoría de ellos saltaron sobre los caídos, aterrizando y corriendo, con las garras afuera.

La familiar matanza comenzó.

'El cuarto de las provisiones está en esa dirección también.- dijo Don.

Raphael atrapó a un aullador dando vueltas sobre sí mismo a través del aire, apuñalándolo y arrojándolo hacia atrás.

'Estoy un poco ocupado aquí.- dijo, atrapando a otro con la punta de su sai.

La sangre salpicó sobre la pantalla y Donatello hizo una mueca mientras Miguel la limpiaba.

'Si, ya veo.

Repentinamente, Chanta gritó y se tambaleó hacia atrás, disparando demasiado rápido como para apuntar. Cayó de lado con una de las criaturas pequeñas atacando su brazo, sus garras escarbando en su hombro mientras sus dientes se hundían en su antebrazo. Félix y Leo jamás voltearon hacia ella, abrumados por las criaturas ahora que ella no podía ayudarlos.

Raphael dejó ir la muñeca de Miguel y cayó junto a ella, hundiendo sus sais en el cuerpo del monstruo, una y otra vez. La sangre voló hasta su rostro. En algún momento entre los golpes, la cosa la soltó y comenzó a arrastrarse, alejándose. Chanta amartilló el arma justo contra él y tiró del gatillo, arrojándolo contra la pared. Una vez muerto se tendió en el piso, respirando con dificultad. Otro aullador saltó hacia ellos, seguido de cerca por un hambriento, y Raphael tuvo que darle la espalda para pelear. La respiración agotada de Chanta sonaba como gritos.

Sosteniendo el comunicador en una mano, Miguel se arrodilló a su lado y sostuvo la pantalla frente a su brazo, usando la luz para ver las marcas de los dientes. En la otra dimensión, Donatello y April pudieron ver las heridas muy de cerca antes de que pudieran apartar la mirada, sin aliento. Miguel se desató la bandana y la ató alrededor de su bíceps, el que dejó de sangrar.

'Tenemos que movernos.- gritó Félix.- Antes de que nos rodeen.

Si molestarse en pedirles que esperaran, Miguel puso su brazo bajo el de ella, ayudándola a sentarse, después puso su brazo herido sobre sus hombros y tiró de ella hasta ponerla en pie, manteniendo su propio brazo alrededor de su cintura. Con él soportando su peso, ella logró levantar su brazo y disparar. Su puntería vaciló con la conmoción, pero si la bala había arrancado la mitad de una cabeza en vez de perforar justo en medio de donde debían estar los ojos, poco importaba.

Raphael se volvió a verlos, viendo más claramente como la pantalla se movía de lo que los veía a ellos. Imaginándose que ella podría guiar a su hermano menor, buscó a Leo, reuniendo a los rezagados.

'No puedo ver aquí.- dijo Miguel.

'Yo puedo.- murmuró ella.- Camina derecho. Un poco más a la derecha, te estás desviando. Así, eso es...

'Creo que no soy tan inútil después de todo...

La conmoción hacía que sus piernas temblaran, resbalando en las pozas y después de unos cuantos segundos, Miguel simplemente la sostuvo más en alto. Sus pies casi no tocaban el suelo. A pesar de no ser una posición muy digna y ni siquiera muy confortable, todavía le permitía disparar. Un cartucho se deslizó desde el arma y golpeteó en el piso. Recargó el tambor del arma contra sus pantalones en introdujo en él un nuevo cartucho, empujándolo dentro con una sola mano.

'Te estás desviando a la izquierda.

Miguel corrigió su curso. La sangre goteaba lentamente desde el brazo de Chanta y desde el techo, pero trató de ignorarlo, imaginando que era lluvia. Una lluvia fría y espesa. De vuelta en el mundo real, April tomó asiento junto a Donatello y se recostó en su hombro, mirando la sangre resbalar por la pantalla hasta que el color de ésta cambió de verde a rojo.

'Que lindo espectáculo para ver.- Murmuró.

'Si. Que lindo.