Capítulo 5.- La otra cara de la moneda

Le vio desaparecer tras esa puerta disfrazada de concreto sólido y soltó un suspiro, él no le había mirado ni una sola vez desde que se encontraron en los pasillos del segundo piso. Ni siquiera le dijo 'hola', en lugar de eso escuchó que decía 'tenemos tiempo' mientras caminaba con dirección a las mazmorras.

Le pareció que la miraba cuando se encontraron a solas en la habitación de él un poco antes de que la aventara a la cama, pero tal vez fue su imaginación. Lo curioso era que la forma salvaje en que la trataba no le disgustaba, no del todo, no si parecía prestarle atención a ella en esos momentos.

¿Cómo puedes estar de esa manera con una persona con la que no cruzas más de cinco palabras en una misma oración?, ¿Por qué estar con alguien que no le dirigía una mirada sincera ni cuando estaban en la cama? Si eso no era amor entonces no tenía idea de qué era, y le lastimaba que no fuera mutuo.

Se sentó en la cama sin preocuparse por cubrir su desnudez y se observó en uno de los tantos espejos que estaban estratégicamente colocados en el cuarto de su amante. Lo primero que le llamó la atención de su persona eran sus grandes senos, sus piernas firmes y lo plano de su vientre. Su rostro también estaba más estilizado, pero el brillo de sus ojos parecía estar desapareciendo paulatinamente. Volvió a ver el reflejo de su cuerpo, con plena conciencia de su belleza.

Pero a Malfoy no parecía importarle mucho el rostro, las piernas o los senos de ella; su atención se centraba bajo la cintura y arriba de las rodillas, por adelante o por atrás. Para él no había nada más en ella.

Un pequeño dolor se fue apoderando de su ser, Draco nunca le había besado, oh, ella le besaba algunas veces, pero él nunca le regresaba el beso. Tampoco se interesaba en lo que ella tuviera que decir y le daba la impresión de que no le importaría si se involucraba con otra persona en tanto estuviera en su cama cuando a él se le antojaba.

El dolor se fue haciendo más intenso, pero no permitió que este se manifestara en su persona, una de las primeras cosas que aprendió del rubio, ocultar sus emociones.

Se dejó caer nuevamente en la cama con los ojos fuertemente cerrados tratando de negarse que no le importaba en absoluto a Draco, necesitaba pensar en otra cosa, pero ¿en qué? En ese momento le vino a la cabeza el sorprendido rostro de Harry al encontrarles en una situación tan... comprometedora.

Abrió los ojos para fijarlos inmediatamente en la puerta donde, días antes, estuviese su amigo, tratando de descifrar los sentimientos que dejase mostrar el moreno, se veía molesto, defraudado, triste, ¿traicionado?

Podía entender perfectamente los primeros dos, es más, esperaba que hiciera un escándalo ante todo el colegio o escuchar de sus labios que era lo peor del universo, pero, ¿por qué estaría triste y defraudado? ¿Podía ser que Harry sintiera algo más por ella que una simple y desinteresada amistad? ... Podía ser, si no ¿por qué la evitaba constantemente? Era eso o que estuviera enamorado de Malfoy, pero hasta el pensamiento sonaba incoherente, Harry y Malfoy, Malfoy y Harry, una estupidez. Aunque al moreno le gustaran los chicos, siempre había mostrado cierta inclinación hacia chicas de cabello oscuro, seguro Draco no era de su tipo.

Esbozó una amarga sonrisa ante esa clase de pensamientos, convencida de que había interpretado mal la reacción de su mejor amigo, tal vez únicamente sentía asco hacia su persona por acostarse con su Slytherin más odiado y pensaba que no se lo perdonaría nunca, pero ella encontraría la manera de ganarse el perdón de Harry, de eso estaba segura.

No pudo seguir con sus absurdas reflexiones porque en ese instante el rubio hacía acto de presencia en la habitación. Hermione recorrió con la mirada desde el cabello húmedo hasta el torso desnudo, deteniéndose en el elástico del pantalón negro, la única prenda que el chico portaba, antes que él reparara en la presencia de ella y le lanzara una mirada que ella reconocía como un '¿aún sigues aquí?'

Ella puso los ojos en blanco mientras se sentaba en la cama y recogía su ropa del suelo, entendiendo perfectamente que el rubio quería un poco de privacidad (como casi cada vez que lo hacían), repitiéndose una y otra vez que el Slytherin no la estaba corriendo mientras abotonaba, uno a uno, los botones de su camisa.

Mientras terminaba de vestirse no pudo evitar sentir otra punzada de dolor al percatarse de que su querido Draco hacía como que no estaba en la habitación. Por unos instantes deseo ser el pequeño libro que su amante ojeaba con tanto interés. A veces podía ser bastante patética.

-Draco... tenemos que hablar.

El rubio levantó la vista de su libro para fijarla en la chica que se encontraba de pie junto a él.

-Habla –fue la escueta respuesta del chico que dejaba a un lado su libro.

-Creo que... –pero no pudo terminar la frase como esperaba, por que en ese momento la puerta era abierta de golpe, revelando la figura de la persona que menos quería ver en ese momento: Pansy Parkinson.

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Entró en Slytherin con una sonrisa que abarcaba todo su rostro. No podía estar más feliz, Potter había aceptado su ofrecimiento mejor de lo que esperaba sin hacer muchas preguntas y no se oponía a adentrarse en territorio Slytherin. Pero lo que más le alegraba era que el chico le confesara que tenía en su poder una capa de la invisibilidad, decir que el objeto en cuestión no le importaba era una vil mentira (ya que en ese momento su mente trabajaba en los distintos usos que podían dársele). No, esa confesión había significado una gran muestra de confianza por adelantado y no iba a decepcionarle.

Sintió que sus dedos estaban más fríos de lo común y, bajando la vista, notó como le daba vueltas inconscientemente al medallón. Su actual felicidad se detuvo de golpe para dar paso a una creciente melancolía, el mundo nunca iba a ser justo con ella, su amor nunca iba a poder ser correspondido, y dolía, el amor sólo abría una brecha en su corazón que estaba acabando con ella lentamente.

Una solitaria lagrima resbaló por su mejilla hasta perderse en el cuello de su túnica y no hizo absolutamente nada para refrenarla, en lugar de eso soltó el objeto para evadir la tentación de abrirle.

Se encaminó con paso decidido hacía el dormitorio de los chicos y en el camino alborotó los cabellos perfectamente peinados de Blaise, quien estaba sumamente concentrado en escribir un ensayo de Herbología. Se dispuso a bajar lentamente los escalones en un vano intento por calmar el mar de emociones que la embriagaban hasta que contó quince y giró el cuerpo hacia la izquierda para quedar frente a una puerta negra sin ninguna inscripción en ella, la habitación de la única persona que podía calmar su ánimo.

Sintió como se iba relajando lentamente, pues estar frente a esa puerta era casi tan tranquilizador como estar en compañía de Draco y, con una nueva sonrisa en su rostro, se dispuso a girar el pomo y empujar no muy delicadamente la puerta. Una clara mueca de desconcierto cruzó por su cara, no esperaba encontrarse a Draco con 'esa' Gryffindor, no tan pronto.

Muchas cosas eran las que podía haber dicho o hecho, pero no sentía deseos de hacer nada en absoluto, tal vez la presencia de 'esa' ya era parte de la rutina de Slytherin, por lo que se dio la vuelta y comenzó a subir los escalones lo más rápido que le fue posible. Por un instante se sintió como una tonta, era claro que Draco ya no iba a tener tiempo para escucharle quejarse de cualquier cosa; su amigo se había conseguido una vida y era hora de que ella hiciera lo mismo.

¿A quién quería engañar?, sabía perfectamente que no tenía un buen futuro amoroso y estaba destinada a sufrir cada instante de su vida. No tenía sentido que se engañara fingiendo que las cosas estaban bien cuando no era así, pero tampoco iba a dejarse vencer tan fácilmente, ohh no, ella se iba a encargar de reducir a dos y no a seis el total de vidas arruinadas por un amor no correspondido.

Estando solo a dos escalones de la sala común, sintió como alguien tiraba fuertemente de su túnica y le empujaba, no muy amablemente, contra uno de los muros.

El impacto le obligó a cerrar los ojos, aunque no necesitaba tenerlos abiertos para darse cuenta de quien le retenía en contra de su voluntad, su olor era casi inconfundible, ¿casi?... un momento, entonces de eso se trataba, ¿cómo pudo haber estado tan ciega todo ese tiempo?

De súbito dejó de sentir el dolor que se apoderaba de su ser para dar paso a una indescriptible euforia, así que eso era todo, no era tan complicado como pensó que podría llegar a ser, solo una serie de sensaciones provocadas, vaya, eso si que era interesante.

Pero no podía mantener los ojos cerrados todo el tiempo, así que ocultó perfectamente todo rastro de triunfo y encaró a la ofuscada castaña frente a ella con todo el desdén y desprecio que podía demostrar por alguien.

-¿se te ofrece algo Granger?

-quiero que nos dejes en paz a Draco y a m –susurró con un tono de voz digno de un buen Slytherin.

-No creo que a él le moleste... -no supo como iba a terminar esa frase, por que en ese momento la Gryffindor le interrumpió.

-¡Cállate!, no creas que no me doy cuenta de lo que te traes con él, sé perfectamente que sólo estas buscando la oportunidad para meterte en su cama y...

-Estas loca, no cabe duda que la sangre contaminada te hace daño en el cerebro –con ese comentario empujó a la chica, que perdió momentáneamente el equilibrio y subió los escalones que le faltaban. Claro que eso no parecía ser un impedimento para Hermione, quien pronto le dio alcance nuevamente, mejor dicho, corrió hasta quedar frente a ella, cerrándole el paso –Quítate de mi camino sangresucia, no tengo tiempo para que descargues tus celos contenidos en mi.

-Te vas a arrepentir... –cada vez elevaba más la voz sin importarle armar un escándalo ante la mitad de Slytherin.

-Aquí la única que se va a arrepentir de haber venido a Hogwarts era tu -respondió de la manera más tranquila, para desesperación de la castaña.

-No estés tan segura de eso, ten por seguro que Draco no va a dej...

-Que ingenua eres, ¿de verdad crees que Draco se va a tomar la molestia de defender a alguien tan patética como tu? –escupió las palabras venenosamente mientras la veía de arriba abajo -Deja de soñar, para él no creo que representes más que un trofeo, un juguete de que ya se esta cansando.

-No tienes ni idea de lo que sucede entre él y yo –gritó apretando los puños, como si de un momento a otro fuera a tirarle un puñetazo, gesto que provocó que la rubia sonriera burlonamente.

-ohh, claro que si la tengo, de lo contrario no estarías tan alterada.

-¡Cállate –levantó la mano tratando de dañar a la chica frente a ella, pero su intento fue refrenado por alguien que no sabía estuviera ahí –suéltame!

-¿Por qué no te vas de una buena vez Granger? –el rostro del chico estaba más serio de lo normal.

Hermione le dirigió una mirada cargada de odio antes de dirigirse a la salida de Slytherin –Esto no se va a quedar así Parkinson –y sin decir más se alejó de las mazmorras.

La rubia suspiró aliviada y, con una nueva sonrisa en los labios, se giró para ver a su amigo –Podía haberme hecho cargo de la situación sin tu ayuda Blaise –Bromeó.

-Si claro –respondió el chico con diversión en su voz –claro, la ibas a mirar feo después de que marcara tu mejilla, ¿verdad?

-¡Tonto! –exclamó haciéndose la ofendida al tiempo que empujaba el hombro de su amigo.

-Acepta que te acabo de sacar de un apuro.

-O meter en uno.

-¿Así es como expresas tu gratitud? –preguntó con falsa molestia el chico de cabello castaño claro.

-¿Y qué quieres que haga, qué te llene de besos?

-Al menos podrías decir gracias.

-¿Y destruir mi reputación de maldita insensible malagradecida?

-Pensé que ese era Draco.

-No creo que... –se interrumpió cuando vio desaparecer escaleras abajo una cabellera rubio-platinada que era imposible de confundir.

-¿Qué sucede? –preguntó algo desconcertado girando el rostro hacia atrás.

-Draco...

-¿Qué sucede con él? –insistió Zabini, como si no tuviera importancia.

-Creo que lo vio todo.

-¿Qué es todo?, ¿nuestro romance relámpago de hace unos minutos? –al parecer esa tarde Blaise estaba de mejor

Pansy puso los ojos en blanco –Mi discusión con la sangresucia de Granger, tonto!

-¿Y eso qué?

-¿Cómo que qué?, debería ir a hablar con él.

-¿Para decirle qué?, creo que te obsesionas con todo lo que Draco pueda pensar, déjalo así, si él quisiera una explicación ten por seguro que te la pediría.

Pansy tuvo que aceptar, a regañadientes, que su amigo tenía razón, pero no iba a dársela –No me obsesionó!

-Si, cómo no –respondió con un dejo de sarcasmo en su voz.

-¿Sabes qué?, creo que es mejor que vaya a dar una ronda por el castillo, no quiero que se me haga tarde.

-Cierto! –Blaise pareció recordar algo de golpe -¿dónde estabas?, no te vimos en la tarde ni durante la cena –Pansy palideció súbitamente ante la pregunta, no esperaba que notaran su ausencia.

-Estuve en la biblioteca haciendo mis deberes y vagando un rato por el lago –bueno, no era una mentira del todo, pero aún así había grandes lagunas temporales entre esos hechos que no deseaba contarle a su amigo, como su encuentro con Potter.

Blaise pareció buscar un rastro de duda en su persona, pero al parecer no encontró ninguna por que relajó su mirada al instante –bueno señorita 'prefiero estar vagando sola que pasear con mis amigos', la dejo para que pueda desempeñar sus labores de prefecta.

Pansy volvió a poner los ojos en blanco, sólo a él se le ocurrían esa clase de cosas, y se encaminó hacia la salida. Pero antes de eso se giró hacia donde su amigo se fuese a continuar sus deberes –Blaise! –el aludido levantó la vista del pergamino –gracias! –sonrió al ver el desconcierto momentáneo de su amigo y salió de Slytherin, rogando para que esas dos horas se fueran más rápido de lo que había sido la tarde.

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Harry apartó la vista de su libro de Defensa avanzada y lo cerró, convencido de que ya no podía escribir más acerca del comportamiento de un demonio embotellado, pues estaba claro que hacia unos 25 centímetros había sobrepasado el límite impuesto por su profesor y sus ojos le pedían a gritos un descanso.

Buscó a tientas su reloj, y subió la muñeca a la altura de los ojos para darse cuenta que en quince minutos serían las once de la noche, todavía faltaba una hora para su inusual encuentro con Parkinson, pero necesitaba alistar todas sus cosas.

Se estiró como gato perezoso sobre su cama y, todavía aturdido por su anterior lectura, se levantó de su sitio para buscar en su baúl su preciada capa de la invisibilidad.

Apenas dio con el preciado objeto y se vio forzado a usarlo, puesto que su varita comenzó a vibrar en sus bolsillos. En ese momento agradeció infinitamente el haberse tropezado con ese viejo libro de hechizos de alarma el curso pasado, cuando ayudaba a limpiar la oficina de su jefa de casa como parte de uno de sus tantos castigos, puesto que apenas desapareciese bajo su capa entraba una muy agitada Hermione al cuarto y se retiraba después de diez minutos de exhaustiva búsqueda.

Harry apenas y pudo cerrar su mochila después de cargar todo lo que necesitaba junto con el mapa del merodeador (no era tan torpe como para dejar que su ex-amiga lo usase para encontrarle), se la cargó al hombro y se cubrió perfectamente con su capa antes de bajar, con sumo cuidado, hacia su sala común.

Pasaron lo que le parecieron más de veinte minutos hasta que por fin Ron se decidía a comenzar sus rondas nocturnas por Hogwarts y tuvo la oportunidad de salir de la semidesierta sala común de Gryffindor, ahora sólo faltaba que la Slytherin hiciera su aparición y le llevase hasta el nido de las serpientes 'por segunda vez'.

Estaba de lo más aburrido hasta que reflexionó sobre lo extraño que sería que alguien viera a Parkinson... bueno, a Pansy, frente al retrato de la dama gorda, por lo que se le hizo más fácil para ambos bajar hasta el vestíbulo y esperar a su 'aliada' ahí.

No tuvo que esperar mucho antes de verla dar vuelta en una bifurcación con dirección a donde él se encontraba sentado, tendría qué hacer algo si quería evitar que la chica se tropezara con él, y optó por ponerse en pie y llamarle antes de que se le ocurriera subir.

-¿Pansy? – ok, Harry no contaba con que en ese preciso momento se apareciera el causante de todo su sufrimiento y por la cara de asombro que mostró, la chica tampoco -¿qué haces?

-Estoy dando una ronda por el castillo, ¿qué parece que hago? –respondió con una calma que sonaba bastante convincente.

-Sabes a lo que me refiero –pudo ver como el rubio se acercaba lentamente a donde se encontraba él y se detenía de súbito -¿Potter? –ok, ahora si que estaba asustado, ¿había forma de que el Slytherin hubiera desarrollado una habilidad innata para poder ver a través de las capas de la invisibilidad?

-¿Potter? –dio unos pasos al frente, rozando ligeramente a Harry en el trayecto y despertándole de la oleada de pánico que le invadía -, ¿te sientes bien Draco?, no veo a Potter por ningún lado –en ese momento Harry fue caminando lentamente hacia atrás hasta estar considerablemente lejos de la pareja.

Draco comenzó a buscar en todas direcciones, mientras Pansy veía, con una mezcla de desagrado y alegría, como Granger se aproximaba al lugar donde se encontraban, esa era la coartada que necesitaba en esos momentos.

Harry pudo ver, con sumo desagrado, como su amado rubio fijaba la vista en su desagradable compañera de casa, mas pudo ver la expresión de este, pues estaba girado hacia otro lado. Lo que si llamó su atención fue como Pansy se aclaraba la garganta y se alejaba del lugar bastante molesta, o al menos eso parecía. Harry dudó unos momentos si debía regresar a su sala común y dejar el encuentro con la Slytherin para después o seguirla, pero cuando acordó algo se encontraba caminando apresurado tras la rubia.

Continuar

N.A. bueno, estoy conciente de que esta historia va lenta y aparentemente en este capítulo no se avanza mucho, pero necesito aclarar algunas cosas antes de pasar a la posible relación de Harry y Draco, sin contar que estoy un poco falta de ánimos. En fin, el principio de este capítulo tiene casi un mes de que esta escrito, pero no tenía muy claro que poner para seguir con la historia, ojalá que sea del agrado de alguien -- bueno, a contestar Reviews se ha dicho!

Cerdo Volador: ohh claro que no voy a hacer sufrir mucho a Ron (pone cara de niña buena), aquí van a ser pocos los que sufran, pero ron no será uno de ellos. Estuve pensando bastante y creo saber como hacer sufrir y mucho a Hermione. Gracias por apoyarme con mis fics, se que a veces me desaparezco un tiempo y eso pareciera desesperante, pero mi conciencia no me deja abandonar mis fics, aun y cuando no tengan mucho éxito, gracias (otra vez)!

Quiroga: TE ausentas una semana y yo me ausento poco más de un mes, lo que son las cosas ¿verdad?, pero te consta que no ha sido cien por ciento mi culpa (bueno, tal vez un poquito)... -- eso de los detalles personales no sabía si ponerlo, pero como de verdad andaba medio melancólica en ese tiempo, ya sabes, la prepa no fue lo que se dice algo bueno para mi, al menos no hasta cuarto, lo sabes. Ahora espero no decepcionarte con lo que viene más adelante, si se que voy muy leeenntoooo, pero al rato viene lo bueno (o al menos el POV de Draco, que es lo que ya esta haciendo falta aquí. Te cuidas!

yatta : Si, la escuela a veces puede ser un tanto sofocante, te comprendo perfectamente. Bueno, se que es extraño (una amiga mia no lo quiere leer sólo por que sale Draco con Herm al principio), pero la idea así se me ocurrió, al menos me alegra saber que no te desagradó. Y respecto a tu pregunta, si va a haber yaoi, sólo que soy un tanto lenta para entrar a eso, ya que quiero sentar bien algunos datos antes de eso, no como en el fic de gravi, que reconozco que si me pasé un poquito para hacer que los personajes se conocieran, pero en fin, así soy, espero que este cap no te sea muy aburrido, gracias por leer!