Capítulo 6.- Una noche en Slytherin.
Pansy notó una vez más la mirada insistente que le dirigía el Gryffindor, pero optó por seguir ignorándolo un rato más.
Contrario a lo que aparentaba, comenzaba a cuestionarse seriamente sí era una buena idea comunicarle al Gryffindor la magnitud de su plan o sólo decirle lo que él quería escuchar. En otras palabras, ya no estaba muy segura de lo que estaban a punto de hacer.
Y es que en teoría todo era perfecto: engatusar a Potter, separar a la sabelotodo de su amigo, hacer sufrir a la Gryffindor, conseguir que Draco... "bueno, eso", sin olvidar ayudarle al león con su autoestima y conseguirle un novio a Blaise. (¡Merlín, si alguien escuchara sus pensamientos la confundirían con un tonto Gryffindor!) Pero aplicarlo a la práctica era un poco más complicado, sobretodo si alguno de los puntos iba a lastimarla seriamente.
Ese último pensamiento la llevó hacía el día en el que Draco y ella vagaban sin permiso por el callejón Knocketurn. Ese día se habían escapado de sus casas sólo para conseguir una planta que según el rubio era 'de vital importancia para su plan en turno' –el cual era tan secreto que ni siquiera ella lo sabía- y curiosa por naturaleza, no había desperdiciado la oportunidad de visitar aquel sitio 'prohibido' sin supervisión adulta.
Y todo había estado perfecto hasta que su amigo, muy entusiasmado en ese momento como para recordar que no iba solo, se perdía en algún lugar mientras ella observaba con detenimiento una cosa -"porque ESO no podía ser una criatura, era una cosa muy fea".
No recordaba cuanto tiempo pasó inmóvil frente al escaparate, pero sí que al darse cuenta de su abandono las personas se veían muchisimo más amenazantes. Y es que no era lo mismo pasear cerca del heredero Malfoy a ir como una niña rubia que no parecía poder matar un insecto.
En apariencia, porque en secreto Draco estaba enseñándole como manejar los imperdonables. Ni siquiera quería imaginarse que le haría su padre si se enteraba. No era que le atrajera la idea de ejecutar un Avada Kedavra mientras paseaba, pero el rubio insistía con que debía estar preparada si estallaba la guerra por segunda vez. Y Draco podía ser muy convincente si se lo proponía.
Comenzó a avanzar sin dejar que aquellas extrañas personas notaran su desesperación, pero eso no ayudaba. Sabía que la estaban siguiendo. Y en ese momento se olvidó de todas las enseñanzas de amigo e hizo lo que no debía hacer, se echó a correr con todas sus fuerzas sin fijarse en el camino que tomaba hasta que chocó contra 'alguien'.
Recordaba como en sueños el dolor que recorría su espalda y como terminaba en el suelo tras esa colisión, pero lo que definitivamente no iba a olvidar eran las palabras que la anciana le dedicara antes de partir, aquellas que se habían grabado en lo más profundo de su alma y que se repetía en silencio aún y cuando se encontrara bajo el cálido abrazo de su rubio amigo, quien repetía una y otra vez la misma pregunta... aquella que Potter le hacía ahora.
Harry todavía tenia sus dudas. Pero en contra de ellas, se encontraba en el cuarto de una Slytherin. Una serpiente que lo ignoraba olímpicamente.
Decir que estaba un poco impaciente era faltar a la verdad. Estaba MUY impaciente. Y lo peor era que no sabía cómo dirigirse a la chica para que esta hablara con él. Tendría que comenzar llamando su atención. El problema es que no sabía como.
Tenía que hablarle y rogar para que ella le contestara. O quitarle de las manos ese viejo ejemplar de quien sabe que libro, pero la última opción se le hacía muy infantil y no quería que su compañera se molestara porque podía mandarlo al demonio y dejarlo solo con su venganza.
Otra vez se estaba preocupando demasiado.
Retiró unos mechones rebeldes que obstruían su visión y cuando se acercó a la cama donde la chica estaba leyendo notó que su mirada ya no estaba en el libro que descansaba en su regazo sino perdida en algún lugar del techo. Genial, ahora era más que imposible llamar su atención.
El moreno se sentó como pudo en la cama tratando de no incomodar a la chica pero esta no se inmutó. Iba a ser más difícil de lo que pensaba. Con cuidado retiró el libro y lo colocó en la mesita de noche.
Pasaron sólo unos segundos y cuando volvió el rostro hacia la rubia pudo observar como una delicada lágrima corría por su mejilla izquierda.
Parecía una muñeca rota y eso era más de lo que podía soportar. Precisamente por eso volvió a la cama y abrazó a la chica, porque en ese momento sintió como si sus emociones se conectaran con las de ella, como si estuvieran sufriendo por una causa muy parecida. Y no estaba muy lejos de la verdad.
Estaba preocupado y dolido y comenzó a sentir como todo su enojo subía por su garganta. Y su enojo tenía un nombre: Draco Malfoy. Por lastimarlo de ésa manera a él y por ser el causante del dolor de ella, su muñeca tan rota como él, a quien había decidido debía proteger.
Y pensar que todo eso era culpa de una persona egoísta y sin sentimientos. Una persona egoísta y sin sentimientos a la que él amaba. Y que estaba lastimando a una chica indefensa. Y esa persona se acostaba con su amiga. Suficiente. Tenía que dejar por un lado ese amor que decía tener por el Slytherin y mantener la cabeza fría, igual que la chica que estaba abrazando.
Tenía que ser fuerte por ella. Debía corresponder a esa muestra de confianza que le ofrecía.
Y entre tantos pensamientos encontrados, exteriorizó uno de ellos ¿qué te han hecho, mi niña? –y continuó hablándole a la nada sin dejar de abrazarla- ¿qué te han hecho?
Draco Malfoy despertó en la madrugada con una sensación de incomodidad. Un ligero dolor en su pecho, a la altura del corazón. Y hacía mucho que no se sentía así. Una mezcla de vacío y culpabilidad que no podía llenar.
Trató de identificar el origen de la sensación mientras se daba la vuelta y se encontró con el abundante cabello de la prefecta de Gryffindor. No, estaba seguro que no se debía a ella. Ella podía incomodarlo la mayor parte del tiempo, pero no en ese momento, ni de esa manera.
Necesitaba tranquilizarse.
Cerró los ojos tratando de imaginar que era él y no ella con quien compartía el lecho, pero a diferencia de otras veces no funcionó. Ella seguía ahí y él... Él seguía en su cabeza; el único lugar en el que le era posible acceder al chico que desde hacía tiempo lo volvía loco, en más de un sentido.
La única persona que quería de verdad y no le era posible tener. La razón por la cual se encontraba despierto a esas horas.
Se incorporó lentamente tratando de no prestarle atención a su acompañante, buscó entre las prendas esparcidas a lo largo de la habitación una que pareciera suya y, vistiéndose en el proceso, se encaminó con paso lento hacia la sala común.
Al llegar ahí ni siquiera le sorprendió ver la chimenea encendida ni encontrarse con que Blaise se había quedado dormido haciendo tarea... otra vez. Era cosa de todos los días. Como también lo eran los fracasos de Longbottom en pociones y ver discutir a Granger con su 'hermanita'... la cual se mostraba cada vez más distante con él.
No, distante no era la palabra adecuada. Le quedaría mejor indiferente, desconfiada, agria, seca, resentida y hasta molesta. Y lo peor era que no podía culparla en absoluto porque él mismo estaba contribuyendo a acrecentar la brecha que se formaba entre ellos. Lo más seguro era que tuviera más culpa que su amiga, porque no era indiferente a los esporádicos intentos que hacía la chica para acercarse a él. Lamentablemente siempre había 'algo' que no lo permitía.
Aún así, había estado cuidando de ella desde la distancia, como una sombra protectora. Era él y no Blaise como creía ella, quien corregía sus trabajos de Historia de la Magia, Herbología y Defensa; quien le pagaba a corazón de bruja para que publicaran sus artículos ocasionales –esos que escribía cada vez que quería ser escritora y que no eran muy buenos -; quien había organizado su exposición cuando había querido ser pintora y posteriormente comprara la mayoría de sus cuadros; quien tomaba la mayoría de las actividades como prefecto para que ella no se viera agobiada con el puesto y quien había amenazado a todos los estudiantes de Slytherin y Ravenclaw con arruinar a sus respectivas familias si se atrevían a ponerle un dedo encima.
En resumen, era él quien había creado esa burbuja que la protegía del mundo. Y todo para que fuera feliz. Pero no lo estaba logrando.
Repasó rápidamente su vida y por un instante se sintió miserable. Se había enamorado. Y de alguien que lo odiaba con toda su alma. De alguien que no le iba a corresponder. Y en vez de luchar por obtener lo que quería se había involucrado con la mejor amiga de su amado. Y eso estaba destruyendo su amistad con Pansy.
Harry se encontró con que había dormido muy tranquilo. Hacía tiempo que no descansaba tan bien, si excluía sus noches en la enfermería. Aunque lo extrañó a sobremanera sentir el cálido cuerpo de 'alguien' abrazado al suyo. Fue entonces cuando le entró un ataque de pánico y se le ocurrió cerrar los ojos para ver si la sensación desaparecía. Pero no fue así. La persona seguía junto a él.
Se negó a abrir los ojos por un rato, hasta que sintió como la persona comenzaba a dar signos de estar despierta. Fue cuando se armó de valor y abrió los ojos con la intención de hacer frente a lo que hubiera hecho.
Hubo un instante de confusión en su rostro cuando sus ojos se encontraron con los de la prefecta de Slytherin hasta que los acontecimientos de la última semana volvían a él.
Había hablado con Parkinson y ella le había mostrado una parte de su sufrimiento, por lo que ahora la consideraba su amiga. Y podía afirmar sin equivocarse que era la única, pues Ron se segaba tajantemente a dirigirle la palabra hasta que le pidiera una disculpa a 'esa' y no tenía pensado humillarse.
Y fue ese instante lo que tardó la chica en soltarlo, tomar su uniforme y desaparecer tras la puerta del baño.
Continuará...N.A. se que a nadie le importa, pero ya salí de mi profunda depresión, esa que agobiaba mi existencia y no me permitía escribir, y aquí me tienen de vuelta (ne, seguro nadie me extrañaba) con un nuevo capi de uno de mis fics favoritos (de los que escribo). Ahora me pondré las pilas y actualizaré más seguido.
Y como siempre, me pondré contestar los reviews, esos que me mandaron hace como cinco meses (lo que es ser cínica verdad?)
Cerdo volador: de verdad o esta lento? Wa y yo que pensaba apresurarlo más. En cuanto a Ron, estaba pensando en buscarle a otra pareja para que se consuele, a ve si te gusta.
amy-lee-malfoy: me atrasé mucho, verdad, pero espero no hacerlo más, por cierto, a mi también me gusta tu fic, pero ando algo atrasada, a ver si me pongo a leerlo esta tarde. ¿somos paisanas, no me había dado cuenta :P gracias por leerme.
malena: mas vale tarde que nunca no, pues aquí esta otro pedazo de capítulo que se que no esta muy largo, pero a mi me gusta mucho como quedó, espero que a ti también.
yandros: Pues como puedes ver Draco ya se fijó en Harry, pero es muy orgulloso y prefirió a un premio de consolación, pero eso se va a arreglar, lo prometo.
Quiroga: No! yo siento que no avanza la historia, pero ya lo intenté y no puedo escribir de otra manera, pero bueno, tienes razón, no se han encontrado Harry y Draco, pero porque el primero le saca la vuelta.
Yatta: Pues no, Draco no ha tenido nada con Harry, pero... y como SI voy a explicar más adelante, Draco tiene más tiempo fijándose en Harry que este último, ojalá te guste!
GabyKinomoto: No eres la primera que detesta esa pareja, a mi tampoco me gusta, pero así se me ocurrió el fic. Y si, Harry NUNCA ha estado con nadie. Estoy empezando a creer que muchos lectores quieren ver a hermy muerta, a ver que se puede hacer
Diabolik: Harry nunca ha salido con Draco (aún), nada más se puso celoso.
Irase¿qué haces aquí? Se supone que no te gustan los fanfics! Créeme, estuve tentada a no responderte, pero no por mala, sino porque es extraño viéndote todos los días. Pero aquí me tienes. Y NO estoy dejando la facu ni los fics, solo me estoy tomando un descanso, aunque consideré retirarme del anime y tu... (ja, no, no te creas). Pues me sorprende mucho que te guste lo que escribo, viniendo de ti lo tomare como un cumplido. Shhh, calla, no digas nada, que si te conté por donde van casi todos mis fics es porque creí que nunca te tomarías la molestia de leerlos. Yo también te amo.
