Capítulo 4:
"¿Os falta mucho?"preguntó Iruka desde la cocina.
"¡Ya casi est�! Pon eso ahí Sasuke. No, no �¡Qué no¡Más a la derecha hombre!"
"��# ¡Deja de gritarme loca!" pensaba el Uchiha mientras seguía las ordenes de su compañera.
"Daos prisa! Kakashi estará al llegar y luego enseguida llegará Naruto."
"�¡Que ya casi est�¡Deja de dar la tabarra!"chilló Sakura. Iruka salió hecho una furia de la cocina.
"¡Te parece esa manera de hablarle a un adulto, superior en rango y que además a sido tu profesor!"realmente cuando el chuunin se enfadaba daba miedo… aunque en esta ocasión le restase un poco el mandil de corazones y volantes que llevaba puesto.
"Gomen…"susurró Sakura roja como un tomate.
Un Puff anunció la llegada del ninja-copia que apareció en un nube de humo. Había calculado mal y por poco aterriza encima de la mesa con toda la comida. Las miradas asesinas de Iruka y Sasuke hicieron estremecerse al jounin…
"Io!" saludó. "¿Ya está todo listo? Acabo de dejar a Naruto en la puerta de la villa… estará aquí en tres minutos a más tardar." anunció.
"�¡MUEVETE SASUKE QUE AUN QUEDA ESO POR COLOCAR!"gritó una histérica pelirrosa.
Los siguientes dos minutos fueron un desbarajuste total. Gente yendo de un lado para otro, chocando los unos con los otros, maldiciendo a gritos y tratando de acabar a todo meter con lo que les tocaba.
"�¡Ahí viene Naruto!" anunció Kakashi mirando desde la ventana.
Naruto caminaba cabizbajo por la calle rumbo a su casa. Acaba de pasar por el medio de la fiesta, no le quedaba más remedio. Había sido un tanto depresivo. Aunque pensándolo bien aquel no había sido un día tan malo al fin de cuentas. Había entrenado a solas con Kakashi, cosa que llevaba mucho tiempo queriendo hacer. Se lo había pasado en grande… sin saberlo su maestro le había echo un regalo de cumpleaños.
Realmente aquel había sido el mejor cumpleaños que él pudiera recordar.
Rebuscó en sus bolsillos buscando las llaves. Abrió la puerta y subió las escaleras. Se paró un momento… ¿Alucinaba u había oído ruidos en su casa?
Se quedó quieto escuchando. Nada.
De repente la puerta de al lado se abrió y salió el vecino con alguien. Ni siquiera le dirigieron la mirada.
Algo más aliviado se dispuso a abrir su puerta.
Estaba por girar la llave cuando oyó dentro de su casa una risita… ¡Y está vez juraba que había sido dentro!
"¿Quién anda ahí?" preguntó abriendo la puerta de golpe. Nadie contestó; pero noto como si su casa no fuera la misma. Encendió la luz.
"�¡SORPRESAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!" cuatro figuras salieron de su escondite dejando al rubio atónito.
Miro a su alrededor, viendo como había cambiado su salón. Pasó su vista por cada una de las caras de los cuatro intrusos. La sonriente de Iruka, el gracioso ojo curvado de Kakashi, la alegre cara de Sakura y los ahora expresivos ojos de Sasuke.
Admiró la decoración; los globos, las guirnaldas y los farolillos. Y en el centro la pancarta con el: FELIZ CUMPLEAÑOS NARUTO.
No supo que hacer, se había quedado de piedra. No se esperaba nada así… allí estaban las personas que más le importaban, a las que más quería… Y no pudo más que echarse a llorar.
Todos se quedaron un poco sorprendidos cuando el rubio en vez de ponerse a saltar ya gritar se quedo quieto; llorando. Se suponía que cuando te daban una fiesta sorpresa uno se suele poner contento.
Los primeros en reaccionar fueron Sasuke y Kakashi que se acercaron a Naruto un poco preocupados.
"¡Ey, Naruto¿Qué pasa no te gusta la fiesta?" preguntó algo temeroso el jounin. El chico hizo un gesto diciendo que no era eso. " ¿Y entonces?"
"No sabe que decir." sentenció Sasuke. Naruto asintió con la cabeza. A Kakashi le dio la risa al oír aquello.
"¡No te rías!" sob, sob
"Pero Naruto…" Sakura que se había acercado y le sonreía. "si es que tampoco es para que llores."
"Idiota, es tu fiesta de cumpleaños, es para que lo pases bien no para que te pongas a llorar, por muy emocionado que estés." Trato de animarlo bien como pudo el Uchiha.
"Ya-ya lo sé. Pe-pero es que no sob sob me lo esperaba… ¡Y no soy idiota! sob "
"�¡Venga pues ahora ya es momento de que sonrías un poco y dejes las lágrimas para otra ocasión más triste!" Le anunció Iruka cariñosamente.
"¡Si!" como un rayo se abrazó a los cuatro, plantándoles sonoros besos en las mejillas a cada uno, cosa que los dejo bastante cortados… sobre todo a Sasuke que ahora era quien no sabía que hacer. "�¡Mil millones de gracias¡Aaaaaaahhh que bonito está todo¡Cuánta comida¡Me muero de hambre!"
"Todo tuyo." Iruka se hizo a un lado señalando la mesa con una sonrisa.
"�¡Yo también me muero de hambre!" confesó Kakashi siguiendo de cerca al rubio. "¿Hoy no hemos parado verdad Naruto? Nos merecemos un premio, jojojojojojo"
"�¡ SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII ! Jojojjoojo… ¡Ahora tengo una nueva técnica secreta con la que te venceré Sasuke! Muajajajajajajaja… cha bedaz ech femial ¡Chakurriga vedaz a Chayuke morder el folfo! Muajajajaja"
"¡Naruto no hables con la boca llena!" amenazó Iruka. El rubio asintió algo atemorizado. Iruka daba miedo cuando quería… vaya que si lo daba.
Tras una cena marcada por la buena comida, las risas… y las amenazas de Iruka, Sakura apagó las luces mientras Sasuke desaparecía en la cocina. Naruto sin saber que pasaba se puso a protestar pidiendo que encendieran las luces de una vez, que aquella era su casa y que el estar a oscuras con un pervertido como Kakashi no era para nada su ilusión.
Pero el rubio se quedo sin habla cuando su compañero de equipo salió con una tarta llena de velas encendidas y se dirigió hacia él. La alocada y bulliciosa cabeza de Naruto por un instante se quedo en silencio observando y asimilando que aquello era para él, solo para él. Que por primera vez en su vida comería tarta de cumpleaños y además acompañado de la gente que más quería… que por primera vez en su vida soplaría las velas rodeado de los que se preocupaban por él.
"Pide un deseo." le dijo el Uchiha con la tarta ante el. Naruto cerro los ojos y con una sonrisa, deseo algo con todas sus fuerzas y su ilusión. Cogió aire y sopló las velitas que titilaban en la oscuridad. "Felicidades Naruto." susurró Sasuke de manera confidente, de modo que tan solo el aludido pudiera oírlo.
"Gracias." Contestó del mismo modo el rubio. Aunque la verdad es que fue bastante inaudible ya que sus acompañantes saltaron en gritos, aplausos, felicitaciones y abrazos. El revoltoso ninja se sentía en una nube rodeado de tanto cariño y alegría.
"�¡Venga encended la luz¡Hay que comer la tarta!" Dijo Kakashi presa de la emoción.
"�¡Sí tartaaaaa, tartaaaaaaaaaaaaaaaa¡Y tu también vas a comer tarta Sakura¡Da igual si luego te engorda el culo, es mi tarta de cumpleaños… Y yo te veo igual de guapa con el culo gordo." Como toda respuesta el rubio salió disparado hacia el sofá tras un mamporro bien dado por parte de Sakura.
"�¡NARUTOOOOOOOOOOOOOOOO!"
"Go-gomen… si yo no… yo no lo dije con mala intención. Solo decía la verdad… no me mires así jooo…" Trató de retractarse el chico.
"Es imposible… tiene el tacto en… ahí" Fue el pensamiento general.
"�¡Venga vamos a comer tarta¡Tiene una pinta genial! Dice: 'Cómeme, cómeme'" Chillo Naruto.
"Que bien, lo de esta mañana no eran mis imaginaciones…" Pensó el moreno con alivio…-"Oo ¡Oigo las mismas voces que ese cabeza hueca¡Esto puede ser preocupante!"
La tarta de cumpleaños acabo en el estómago de los comensales en un suspiro y los elogios al cocinero no se hicieron esperar… el emocionado de Naruto pretendía comérselo alegando que debería estar igual de sabor que la tarta… gracias al cielo ni el otro se presto por la labor ni los demás dejaron que nada sucediera.
"¡Naruto déjalo ya pedazo cacho de plasta!" Amenazó una chica pelirrosa.
"Pero es que… joooooo… tengo hambre" Se quejó.
"�¡Hambre pero si has comido hasta casi reventar!"
"¡Estoy en etapa de crecimiento y tengo que comer mucho!"
"Deja de decir idioteces bakaaaa. Además se va haciendo hora de que me vaya antes de que mi madre me mate y…"
"�¡Ya! Te vas a ir ya snif, snif Sakurita se va… noooo, nooo…" Gimoteaba.
"¡Pero antes tendrás que abrir mi regalo!"
"¿Regalo¿También hay regalos?" Preguntó incrédulo.
"¡Pues claro¿Qué fiesta de cumpleaños no tiene regalos?"
"No sé… ¿En las fiestas de cumpleaños hay siempre regalos?"
"Claro tonto. ¿En que mundo vives?" Le preguntó Sakura un tanto anonadada por la pregunta. "Y en la tuya también los hay" Le dijo animándolo con una hermosa sonrisa. Naruto primero se sonrojó, luego de sus ojos comenzaron a salir una especie de corazoncitos y más tarde comenzaron a hacer chiribitas con la emoción de los regalos.
"�¡Regalos! Oooooooh ¿Son todos para mí?" Preguntó al ver tantos paquetes para el solo. Iruka asintió enternecido por la cara de su pupilo. "Aahhh sugooiiii"
"Este es mío" Le entregó Kakashi un paquete envuelto en un brillante papel plateado con una cinta azul.
El chico tardó un par de minutos en abrirlo por completo. A pesar de la emoción que pudiera producirle el recibir regalos, iba a guardar todos los preciosos papeles de sus primeros regalos.
Ante el apareció un libro con un trozo de tela en su interior. Abrió las tapas para observar la tela azul. Era el soporte de una bandana. Naruto miró a Kakashi interrogante el cual le sonrió.
"Perteneció al cuarto Hokage. El Yondaime la regaló cuando cumplí tu edad. Supuse que te gustaría" Los ojos azules se abrieron como platos… �¡Aquella bandana había pertenecido al mismísmo Yondaime! Sin poderlo evitar el ninja copia cayó al suelo bajo el peso de su alumno. "GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS AAAAAAAAAAAAHHHHHHHH ES MARAVILLOSO GRACIAS KAKASHI-SENSEIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII"
"¡Ey Naruto!" Lo llamó su pelirrosa compañera. "Esto es para ti. Mío y de Sasuke" El rubio se quedo impresionado.
"¡Oo Es enooooooooorme! Sugooiiiii" Dijo tirándose encima del paquete y poniéndose manos a la obra.
"Podías haberle comprado algo un poco más pequeño ¿No? Este no acaba de desempaquetar eso nunca." Se quejó Sasuke.
"Pero es que fue un flechazo, no pude resistirme. Tuve que comprarlo." Kakashi asintió afirmativamente, recordando la escena.
Cuando Naruto por fin consiguió deshacer el paquete sin romper el papel todos pudieron observar un sapo de peluche tan grande que Naruto era incapaz de abrazarlo entero con los dos brazos.
"WAAAAAAAAAAAAOOOOOOO OO SUGOIII" Dijo con los ojos con estrellitas. "¡Qué peluche más grande! Es genial. ¡Gracias Sakura, gracias Sasuke!" Ahora fue el turno de esos dos de recibir besos y abrazos de su compañero. Muy a pesar del moreno.
"Más, más, más" Comenzó a canturrear el rubio cogiéndole gustillo a eso de abrir regalos.
Iruka le ofreció un montón de paquetes que iluminaron la cara.
Tras los brillantes y coloridos papeles, el chuunin había escondido cosas que tan diversas que iban desde ropa, vales para ramen, jabón de baño, lápices de colores; Iruka sabía que Naruto tenía una fijación por los lápices de colores… sino no se explicaba que hacía con ellos cuando iba al colegio. Pero lo que más le hizo ilusión de todos los paquetes fue una foto del parvulario; donde el rubio salía tirándole del pelo a Sasuke y siendo atacado, por la otra banda, por unas enfurecidas Sakura e Ino. Era una foto muy divertida. Fijándose bien al fondo se veía a Iruka corriendo y gritando algo.
Fue cuando el último paquete había sido abierto que Sakura decidió poner rumbo a su casa.
"¿Pero te vas a ir tu sola a estas horas?" Preguntó Iruka.
"Si. No pasa nada."
"¡Pero tu sola…!"
"No soy una cría"
"¿Y si te pasa algo?" Insistió su ex maestro. "Que te acompañe alguien"
"No" Se quejó Naruto con un puchero. "Yo no quiero que se vaya ya nadie más… A no ser que se quiera ir claro; que no obligo a nadie a quedarse, sino sería rapto y claro eso esta muy mal y… ¡Yo tampoco quiero que un loco maníaco sexual rapte a Sakura-chan por la calle cuando inocente de ella camine feliz rumbo a su casa!"
"Naruto…" Dijo Sakura con una gotita en la sien. "Regula que se te va" Sasuke asintió interiormente.
"¿Por qué no la acompañas Sasuke?"
"NO" gritaron al unísono todo el equipo siete salvo el implicado. Iruka los miró interrogantes. La verdad es que cada uno tenía sus razones.
"Me voy sola. Total hoy es fiesta y hay gente en la calle hasta muy tarde." Afirmó la pelirrosa enfilando la puerta. "Felicidades Naruto" Dijo para despedirse y con una sonrisa le dio un beso en la mejilla que hizo al chico rubio ponerse del color del tomate frito.
"A-a-adiós"
Cuando la puerta se cerró Kakashi sonrió con triunfo.
"Al fin. Jojojojo" El ninja copia se dirigió a un rincón y saco algo de una bolsa. "Es hora del sake. Muajajajajajaja. Sakura no nos iba a dejar beber pero… ¡Ella ya no está aquí!"
"BiEEEEEEEEEN" Chillo su imparable alumno. Que fue acallado por un coscorrón de Iruka. "Auch, dueleee"
"¿Estás loco? Ellos no beben."
"Nah. Una vez al año no hace daño." Dijo el otro maestro despreocupado sacando tazas para cuatro.
"¡Pero son menores de edad!" Afirmó escandalizado.
"¿Y? Legalmente yo soy su tutor y digo que hoy pueden beber. Ala… ¿Algo más que objetar?" Preguntó muy seguro de si mismo Kakashi. Iruka refunfuñó por lo bajo.
"Si, eres un irresponsable."
"A tu salud Naruto" Brindó el jounin. De un trago los cuatro se metieron el sake en el cuerpo.
No fue hasta un hora más tarde, tras beber sin parar que se decidió que ya era suficiente por aquel día. Increíblemente Naruto seguía como una rosa. Cualquier diría que había sido el que más había bebido de todos. Le seguía de cerca Kakashi, al que se le notaba algo contentillo. Iruka bastante ruborizado, hipabando de vez en cuando, y eso que se había retirado de la bebida ya hacia un rato. Pero el peor de todos era Sasuke. Estaba lo que se dice borracho como una cuba. Hablaba y hablaba sin parar cosas sin sentido que tan solo Iruka, que andaba cerca de su grado de borrachera, parecía entender.
Fue Kakashi el que propuso que el Uchiha durmiera esa noche allí, propuesta que increíblemente fue alegremente aceptada por el propietario.
El chuunin dio por finalizado el jolgorio cuando un palidísimo Sasuke comenzó a vomitar sobre la mesa, ante la incredulidad de los presentes.
"¡Sasuke que se supone que haces vomitando en MI mesa!" Se quejó Naruto hecho una furia.
"No te quejes que por lo menos no es la alfombra." Lo animó Kakashi.
"¡Sasuke!" El chuunin corrió a ayudarlo. "Naruto prepara una ducha de agua fría."
"¿Yo¿Por qué?"
"¿Lo quieres de vomitona toda la noche en tu cama?"
"NOOOOOOOO" Dijo horrorizado. "Porque el va a dormir en el sofá."
"Como me entere de que duerme en el sofá" Amenazó Iruka. "invalido todos los vales para el Ichiraku" Dicho y hecho Naruto ya estaba en el baño.
Mientras el rubio ayudaba a su compañero, los dos mayores trataron de ordenar un poco toda aquel desastre. La verdad es que dejaron más limpio de lo que estaba en un principio la residencia del Uzumaki.
Cuando los chicos salieron del baño, Sasuke lucía bastante mejor pero se fue directo a la cama con la esperanza de que al día siguiente no lo acosaran; ni la resaca ni los gritos de su amigo.
Fue Iruka quien entró en el cuarto a despedirse y vio a Naruto arropando a Sasuke con bastante más dulzura de la esperada.
"Mmm, Naruto" Llamó su atención. "Nos vamos."
"Aja… ¿Iruka?"
"¿Sí?" El chico se sonrojó.
"Quería pedirte…" El chuunin lo invitó a que siguiera. "Yo… te importaría… ¿Te importaría contarme un cuento antes de que te vayas?" Preguntó totalmente azorado. El maestro se quedó perplejo ante tal petición. Luego sonrió con ternura.
"Claro que no"
Iruka le contó una historia al rubio, donde una princesa era raptada por una malvada serpiente. La princesa era guardada en un barril y luego llevada a una extraña gruta. Pero un guapo príncipe iba al rescate y sorteando miles de dificultades y aventuras conseguía llegar con su amada.
"Y vivieron felices y comieron perdices" Sentenció.
Naruto le miraba tapado hasta la punta de la nariz. Había permanecido completamente atento a la historia. Era la primera vez que alguien le contaba una cuento antes de dormir, y había sido algo que siempre le había hecho mucha ilusión. Aunque estuviera ya crecido para ello, más vale tarde que nunca. A pesar de estarse cayendo del sueño no quiso cerrar los ojos hasta que el príncipe; por fin, se reunió con su princesa. La historia lo tenía intrigadísimo a decir verdad.
Por su parte Sasuke, no estaba dormido. Al oír a Iruka comenzar a contar la historia, no pudo dejar de recordar los tiempos en que su madre le leía cuentos antes de dormir y al igual que el rubio, quiso saber que pasaba al final.
"Oyasumi nasai" Susurró Iruka saliendo con cuidado de no hacer ruido. Fuera lo esperaba Kakashi con una sonrisa que lo felicitó por tan bonita historia. El chuunin se sonrojó hasta las orejas por el comentario. ¡Había estado escuchando!
En el cuarto Naruto adormilado comenzaba a soñar feliz, cuando la voz de su acompañante se hizo oír.
"¿Naruto estás dormido ya?"
"Mmm"
"Es que hay algo en el bolsillo de mi pantalón para ti" Le dijo en bajito.
"¿En serio?" Preguntó algo somnoliento.
"Si lo quieres cógelo" La verdad es que ante la expectativa de un último regalo; se espabiló y salió de la cama hacia el mencionado pantalón.
Era una pequeña caja envuelta en papel dorado. Con el mismo cuidado que con los anteriores regalos lo desenvolvió bajo la atenta mirada de Sasuke.
En el interior de la caja había un pequeño shuriken de plata con un cordel para atar al cuello. En el shuriken grabada la fecha de ese día junto a una inscripción:
"Nunca más estarás solo".
Naruto al leer aquellas palabras miró a Sasuke quien le sonrió levemente. Porque la verdadera sonrisa estaba en sus ojos. El rubio le correspondió la sonrisa con los ojos y con los labios. Ya que la verdad es que sus orbes azules se nublaron con las lágrimas que dejo caer libres y rodar por sus tiernas mejillas.
Sentía las palabras que Sasuke había mandado grabar muy dentro. Saber de verdad que su estoico amigo estaba para el era el mejor regalo del mundo. Parecía que poco a poco los deseos de un niño, que hablaba con la luna y susurraba sus penas a las estrellas, se iban haciendo realidad. Que sus lejanas compañeras podrían verlo feliz. Alejar la soledad era lo único que no podía lograr solo… ahora por fin había gente dispuesto a ayudarlo.
De un salto se tiró sobre la cama y sobre Sasuke. Sin palabras, simplemente no las tenía, agradeció con todo su infinito corazón aquellas cuatro palabras grabadas en plata. Abrazó tan fuerte a su compañero que el otro pensó que se rompería. Pero en el fondo estaba feliz de que su regalo le hubiese gustado.
El pequeño zorrillo no soltó a su amigo. Abrazado a él se quedo dormido y abrazado a él se despertaría a la mañana siguiente.
OWARI
AL FINNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNN
Ya FINITO acabadito y ya todo genial y perfecto.
Muchos Besos a todos MUCHÍSIMAS GRACIAS POR LOS REVIEWS
Besos usagi-hk
Sacerdotisa de la Orden Draco Dormiens
Miembro de la Orden Severusiana
Miembro de la Orden Lucisiana
Kakashi's lover
