Capítulo 5: Mas problemas por parte de Fumiko y Eien
¡Eres un imbécil- decía Ahome furiosa ¡Tuviste suerte de no haber muerto¿Por qué no me fuiste a buscar?
¡Discúlpame por preocuparme por tu seguridad- decía un Inuyasha igual de enfadado. ¡Para la próxima vez dejare que pelees sola ¡A ver si muerta es que permaneces callada!.
¡Mi alma no se iría de este mundo hasta que por fin aprendieras a tener sentido común- Ahome cada vez estaba más furiosa.
Todos miraban la escena sin sorpresa alguna. Estaban alrededor del pozo que conectaban a la era feudal con la época de Ahome. Hacía una semana que ella había regresado a su mundo para presentar los últimos exámenes. Había vuelto para ver cómo estaban sus amigos, los cuales se habían encargado de contarle todo lo que había sucedido desde que ella se había marchado. Los demás dejaron que discutieran por un rato, ya que siempre lo hacían, eso ya era normal en ellos dos, mas bien, la verdad es que llegarían a preocuparse bastante el día en que ellos dos dejaran de discutir.
- Ya basta - Kikyo ya se había fastidiado - Ahome, Inuyasha no fue el único que se rehusó a llamarte. Yo también me opuse.
- Pero ¿Por qué- Ahome estaba sorprendida con lo que había dicho la sacerdotisa.
- Por que yo quería acabar con ese asunto sin la ayuda de nadie - explicó tranquilamente la mujer.
¡Corrieron un gran riesgo¡Pudieron haber muerto- le reprochó Ahome.
¿Acaso hubieras querido hacer el peligroso conjuro- le preguntó Kikyo seriamente ¿Hubieras arriesgado tu vida sin necesidad alguna?.
¡No sabes de lo que yo hubiera sido capaz porque no me avisaron- Ahome estaba ofuscándose cada vez más.
- Eres muy joven Ahome - le dijo Kikyo sin cambiar su expresión - Incluso yo, que soy una sacerdotisa más preparada solo pude sellar sus poderes. Escucha: Estuve a punto de morir otra vez - Ahome la observó con cierta tristeza - A ti, sin duda alguna te hubiera ocurrido lo mismo ¿Ahora entiendes porque tomamos esa decisión?.
- Además - Miroku intervino repentinamente - logramos resolver bien la situación, estamos vivos entonces ¿Por qué te preocupas tanto?.
- Nosotros podemos encargarnos de estos problemas - le dijo Sango con una amplia sonrisa.
- Esta bien, discúlpenme – estaba cabizbaja - saben que mi reacción es porque son mis amigos y me preocupan todas las cosas malas que les pasen.
- Ahome, ya no tienes que preocuparte por eso - dijo Sango animadamente - Mas bien, ya que has terminado buena parte de tus exámenes piensa en la gran celebración de Fumiko y Eien por sus cinco años de matrimonio, hay que ponernos muy bonitas
- Por lo menos ya tengo un traje decente que llevar para esa ocasión tan especial - dijo Miroku tranquilamente ¿Y tu Inuyasha- Miroku le preguntó a su amigo.
- ggggrrrrrr - gruñó el chico. Le resultaba muy fastidioso buscar un estúpido traje solo para una noche - no te importa.
- Eso significa que ni siquiera ha pensado en eso - concluyó el monje.
- Esta vez no voy a discutir contigo Inuyasha - dijo de repente Ahome. Los demás quedaron paralizados. Hacía un instante estaban discutiendo por algo que ya había pasado, entonces ¿Por qué ni siquiera sobre esa celebración que estaba por llegar?. Todos la miraban confundidos. Al notar esto el rostro de Ahome se lleno de varias gotas grandes ¡Es que por los exámenes ni si quiera se me paso por la mente la boda¡No tengo ni la menor idea de que voy a usar- confesó la chica muy apenada.
- Ja, que tonta.- Inuyasha la miraba con una sonrisa de satisfacción. Ahome lo miraba con una sonrisa nerviosa, no tenía derecho de decirle absolutamente nada.
- Ya se me hacía extraño que no empezara otra pelea con Inuyasha - Sango tenía una gota en la cara.
- Nos asustamos por nada - Miroku tambien sonreía.
¡No importa- exclamó Ahome con gran optimismo - ya se donde conseguir algo para Inuyasha y para mí.
¿En serio¿En donde- le preguntó Inuyasha.
- Por llamarme tonta no te lo diré - Ahome se cruzó de brazos.
¡Oh vamos- Inuyasha estaba arrepintiéndose, ya que la curiosidad lo empezaba a dominar ¡Dime¿En donde¿En donde¿En donde¿En donde?.
¡Ya- Ahome empezaba a perder la paciencia - Lo que importa es que se que para ese día tendremos algo elegante que ponernos - Inuyasha parecía un niño regañado de cinco años - mira te voy a proponer algo. Te digo donde voy a conseguir los atuendos y tu te disculpas por haberme llamado tonta.
¿por qué- A Inuyasha se le notaba lo poco que le agradaba la idea. A pesar de todo el seguía siendo muy orgulloso.
- Si no, no te digo nada )
- Ay, esta bien, no debí llamarte tonta - dijo Inuyasha resignadamente.
¡Con mas sinceridad- le ordenó Ahome.
¡Esta bien¡Perdón- dijo casi gritando.
- Esta bien, quedas perdonado - aprobó Ahome sonriendo con maldad
- Ahora dime en donde vas a conseguir la ropa - dijo Inuyasha esperando impaciente la respuesta de la joven.
- Pues...¿De verdad lo quieres saber- le preguntó Ahome a propósito, para impacientarlo aún más.
¡Dilo- Ahome comprobó que lo había impacientado más ¡Dímelo de una buena vez!.
¡Esta bien- Ahome estaba a punto de decirlo - Los voy a conseguir en...¿Estas completamente seguro de que lo quieres saber?.
¡AHOME- La paciencia de Inuyasha se esfumó ¡DILO YA!.
¡Calmate¡Esta vez si lo voy a decir- Ahome tenía el mismo humor que su novio - Se los voy a pedir prestado a mi mamá y a mi abuelo - terminó en un tono muy calmado.
¿Cómo- La decepción apareció en el rostro del chico ¿Eso es todo¿Se lo vas a pedir prestado a tu familia?.
Los demás se reían de forma burlona.Todos suponían en donde iba a conseguir Ahome los vestuarios, pero no lo dijeron ya que querían ver el escándalo y la intriga de su amigo.
¿Ese era el gran misterio- Inuyasha se sentía ofendido, ya que el pensaba en algo más emocionante, creyó que iba a ser algo parecido a un robo en una casa, cualquier cosa pero ¿Simplemente pedirlo prestado a su familia¡Me lo hubieras dicho sin armar tanto misterio!
- Yo te pregunté varias veces si lo querías saber - Ahome al principio comenzó con un tono divertido, pero al ver el rostro de gran decepción de Inuyasha lo cambió ¡Ya lo sabes¡No tienes nada de que quejarte- terminó con otro tono que distaba de ser calmado y tranquilo.
¡Armaste mucho escándalo¡Incluso una disculpa!.
¡Tu eras el que estaba muy impaciente por escucharme!.
¡Pero...- y la discusión continuaba su curso. Los demás, sabiendo lo largo que sería se sentaron a hablar de cualquier cosa.
¿Quieren té- Kikyo sacó una tetera que tenía guardada - todavía esta caliente.
- Si, gracias - Miroku tomó uno de los vasos que ella ofrecía y se sirvió.
- Muchas gracias - Sango tambien hizo lo mismo que su novio.
- Y hablando de la celebración - Miroku empezó a beber tranquilamente su te ¿Quiénes creen ustedes que sean los invitados?.
- Los vigilantes y sus familias están invitados - le informó Sango - yo vi cuando Eien les entregaba las invitaciones.
- De hecho toda la aldea está invitada - Kikyo observó las caras de sorpresa que mostraban Miroku y Sango - Los campesinos, los guardias, los artesanos,...
- Lo escucho sin creerlo y sin embargo no me toma por sorpresa - dijo Sango - ya que ellos dos son personas tan felices y muy confiados. A veces me asusta lo alegres y despreocupados que son.
- No te dejes llevar por eso Sango - le advirtió Miroku - cualquiera que los observe a simple vista los vera incluso hasta tontos, pero en realidad son muy astutos. Ellos confían en cualquier persona al principio pero con muy poco tiempo se dan cuenta quien es quien.
- Ellos son muy amigables - dijo Kikyo - no son capaces de dañar ni a una mosca, pero son muy extraños.
- Eso si es una verdad absoluta - Miroku sonrió con nerviosismo - me pregunto que tendrán preparado para esa ocasión tan especial.
- De algo estoy segura - Sango tenía la misma sonrisa - será algo que no veremos en otro lado.
Y así siguieron bebiendo té mientras los dos tórtolos resolvían sus diferencias.
Una adolescente estaba descargando su equipaje al lado de su cama, sin duda había llevado varias cosas, a pesar de que planeaba quedarse solo los dos días del fin de semana. Estaba agotada. Los exámenes habían sido largos y muy difíciles, ella había estudiado bastante y aún así no tenía ni la menor idea de cómo había salido en ellos y peor aún: quedaban todavía más. Lo único que la consolaba era que solo faltaba unos días más y estaría completamente libre. Se acabarían las preocupaciones por ponerse al corriente en sus estudios y por fin podría estar completamente tranquila en donde quisiera... y al lado de la persona que más amaba.
Estaba sacando su libro de matemáticas "Como las odio" pensaba la pobre chica viéndolo con gran aborrecimiento, cuando de repente sintió unos cándidos brazos que la oprimían con gran ternura. La chica respondiendo al gesto de amor con su mano acarició el rostro de la persona que la abrazaba...
¿Me extrañabas- preguntó la mujer cariñosamente.
¿Cuál crees que sea la respuesta- dijo el joven acariciando sus cabellos.
- No lo se - dijo la chica divertida - tengo una idea, pero no se si sea ¿Por qué no me lo dices?
- Tengo una mejor idea - el joven volteo a la chica, la cual lo miraba con una sonrisa llena de bondad. Estaban frente a frente y sin decir absolutamente nada los labios de ambos se acercaban lentamente, la atracción de ambos era parecida a la de in imán, ese imán era el inmenso amor que había en los corazones de ambos por lo cual esos labios terminaron unidos en un beso largo y profundo, en el cual sus almas se fusionaban en una...
- Yo también te extrañé Inuyasha - dijo la joven mirándolo con más ternura que siempre
- He sido un tonto, Ahome - dijo Inuyasha con cierta suavidad en su voz - se que tu nos hubieras ayudado y que habría sido más facil derrotarlo pero...
- Se que temes por mi seguridad y que no quieres que nada me pase - terminó Ahome por el chico - tu siempre has estado ahí para protegerme, por lo tanto yo algunas veces debo de hacer lo mismo.
¿Protegerme a mi- Inuyasha dijo esto con cierta sorpresa - Yo no necesito que nadie me proteja, incluso siendo humano y lo sabes bien.
- Hasta los más fuertes tienen que ser protegidos alguna vez en su vida - Ahome le sonrió, no tenía animo de empezar una discusión - es bueno que te protejan, porque así sientes que eres muy importante en esta vida y aún más si esa persona que lo hace es la que más amas.
- Siempre pense que si alguien cuidaba de ti, era porque eras débil pero... - cada vez que ella lo observaba con esa ternura no podía evitar acariciarle el rostro - cuando te conocí todo fue diferente, te amo y quiero que estés junto a mi por siempre - la abrazó más fuerte que nunca. Ahome estaba a gusto en sus brazos, pero había algo que no era igual, lo observo más detenidamente - por eso... - a Inuyasha le costaba un gran trabajo decir lo que quería - por eso quería... - Ahome lo miraba confundida ¿Será lo que se estaba imaginando- por eso quería preguntarte si tu... - Ahome deseaba más que nada que Inuyasha terminara esa frase - si tu...
¡Ahome¡Ahome- los jóvenes se soltaron rápidamente ¡Estas aquí- la voz le pertenecía a un pequeño niño.
¡Shippo- exclamó Ahome con alegría, el pequeño zorro corrió hacia ella para abrazarla. Inuyasha lo miraba con ganas de matarlo. ¿Cómo estás?
¡Bien¿Y tu- le preguntó el niño.
¡Genial- dijo Ahome con gran entusiasmo. Inesperadamente el niño se dirigió al iodo de la chica.
- Dime la verdad Ahome - dijo el niño susurrando, Inuyasha miraba al pequeño cada vez con más furia ¿En cual de todos los exámenes saliste peor?
¡Shippo- exclamó Ahome enfadada ¡No me des tantos ánimos- el niño la miró con una sonrisita - En realidad me darán los resultados finales cuando termine con todos los exámenes.
- Ah, ya veo, eso significa que viniste aquí para despedirte de todos - concluyó felizmente el zorro - ya que tienes idea de los resultados finales... - el niño calló inmediatamente al ver que en el rostro de Ahome aparecían varias venas.
- Shippo... - la joven tenía una voz más grave y temblorosa.
"Creo que dije algo muy fuerte. ¡Ay! Ahome me quiere matar..." - Ahora a Shippo le tocaba temblar de miedo ¡Ayudaaaaaaaaa- gritó el chico cuando la mujer se lanzó a perseguirlo.
¿Cómo te atreves a decirme esas cosas- la chica lo iba persiguiendo por todos lados ¡Estoy durmiendo dos horas al día¡Estoy agotada¡Me he esforzado bastante esta semana¡Vengo aquí para visitar a mis queridos amigos¡Y TU ME DICES ESAS COSAS¡ERES UN...!
- Se nota que se ha esforzado bastante OO UUUU - dijo Inuyasha sorprendido ante la actitud tan agresiva de la chica.
¡Ayudenmeeeeeeee- Shippo iba gritando desesperado ¡Inuyashaaaaaaaaaaaaaaaa- se dirigió hacia el chico que respondía a ese nombre.
¿Y crees que yo te voy ayudar- Inuyasha tenía una sonrisa malvada. Cuando el chico corría hacia el Inuyasha le atravesó el pie. El zorro impacto directamente contra el suelo y para impedir que escapara con su pie apretó las cortas piernas del zorro,
- Ya te tengo - dijo Ahome triunfante, pero al verlo con un rostro lastimero y suplicante le acarició la cabeza - creo que fui muy violenta.
¿Violenta- Inuyasha estaba decepcionado ¡Con lo que te dijo! Oh vamos. Yo le daré el golpe por ti - En realidad su enfado era porque minutos atrás había reunido el valor suficiente para hacerle la pregunta que tanto le había angustiado en esos días y cuando se lo estaba a punto de decir...aparece ese mocoso. Inuyasha se disponía a asestarle un fuerte golpe a la cabeza de Shippo cuando Ahome lo detuvo.
- Como dije antes estos exámenes me están volviendo loca - Ahome miraba al zorro el cual mostraba cierta desilusión
- Oye, disculpa, creo que mi comentario fue muy fuerte - el rostro del zorro reflejaba cierto arrepentimiento - no pensé que estos exámenes te afectaran tanto.
¡Shippooooooo- la voz de un niño de once años se escuchaba a lo lejos.
¡Hola Kohaku- exclamó el pequeño niño al ver a quien le pertenecía esa voz.
¡Señorita Ahome- Kohaku estaba muy contento al ver a la chica ¡Ha regresado de su época!.
¡Hola Kohaku!. Si, no hace mucho que regresé.
¡Shippo¿A que no adivinas- el chico estaba emocionado.
¿Qué pasa- Shippo estaba confundido al ver la expresión del chico.
- El señor Benkei, el que vende frutas ¡Está ebrio- tenía una amplia sonrisa.
- Ese anciano... - dijo Inuyasha con reproche - ese anciano es la persona más indecente que conozco, bueno aparte de M... - Inuyasha calló al ver la mirada de advertencia de Ahome. Kohaku apenas estaba conociendo bien a Miroku y lo menos que querían era dejarle una mala impresión del novio de su hermana.
- Ese señor no tiene remedio - continuó Ahome por Inuyasha - siempre anda bebiendo.
- Y lo mejor de todo es que ¡Esta regalando manzanas frescas a los niños¡Ven Shippo¡Antes de que las regale todas- agarró el brazo de Shippo y ambos se fueron corriendo hacia la frutería.
¡Tráiganme unas- exclamó Inuyasha pero luego se quedo tranquilo al recordar que al lado tenía a Ahome. De seguro le diría que no era lo correcto y que lo mejor era intentar ayudarlo.
¡Y no se olviden de las mías- exclamó también Ahome antes de que los niños se perdieran en la lejanía. Inuyasha la miraba asombrado ¡Es que sus manzanas son las mejores! Además ¿Quién le manda a estar emborrachándose todo el tiempo? Así tal vez aprenda una valiosa lección - terminó con un asombroso convencimiento.
¿Cómo puede estar borracho todo el tiempo- se preguntó Inuyasha - si el alcohol huele horrible y sabe aún peor.
- Eso es verdad - asintió la chica - por cierto ¿Había algo que querías decirme- en realidad tenía la idea de lo que quería decirle, así que esa pregunta fue a propósito.
- Eh... nada - terminó Inuyasha lo más convincente posible, pero Ahome notó algo diferente, lo miraba dudosa - Se me olvido... - trató de evitar la mirada de la joven ¡Oye¡Te digo que se me olvido!
¡Muy bien¡Ya te entendí- dijo Ahome casi gritándole en la cara.
¡Entonces por que me mirabas así!
¡Por nada!.
¡Acaso no confías en mí!.
¡Ya basta- terminó cortante ¡Mejor voy a estudiar¡Esta semana tengo exámenes muy complicados y extensos!.
¡Pero..."Espera ¿Qué estás haciendo? Ahome tiene que estudiar, recuerda lo que te dijo Kikyo. Yo la amo y por eso no la molestare cuando estudie" No, nada. Ve a estudiar tranquila y si me logro acordar te lo diré - esto último lo terminó casi en un susurro.
- Gracias Inuyasha - le dijo cariñosamente la chica antes de volver a la cabaña para empezar sus estudios "Creo que esto es lo mejor, si Inuyasha me hubiera dicho lo que yo creo que era, no me podría concentrar en nada. Es mejor esperar el día del aniversario de Fumiko y Eien, ya para ese entonces los exámenes se habrán terminado. Ese día haré lo que me aconsejó Kikyo y tal vez..." - la chica se sonrojó bastante de solo pensarlo "Pero ¿Qué cosas imagino" - la chica estaba reprochándose a si misma "Tengo que estudiar matemática, es lo más importante. Muy bien, ecuaciones (xy + 5) (xy - 5) es igual a..."
¡AAAAAAHHHH- gritaban las ancianas histéricas.
¡CORRAAAANNNN- gritaban los hombres a sus esposas e hijos. Manadas humanas corrían en todas direcciones.
¡Informen de esto al señor Eien y sus empleados- gritó el capitán de los guardias
¡No se vayan sin pagar desgraciados- exclamó el dueño de un restaurante al observar que sus clientes escapaban de repente ¡Vengan...¡SOCOROOOOOO- salió corriendo al ver la razón por la que sus clientes corrían despavoridos.
¡MAMAAAAAAAAA- gritaban los niños que se encontraban solos.
¡HOLA GUAPO- gritaban las jovencitas mientras sus padres las arrastraban furiosos y atemorizados ¿TE LASTIMASTE CUANDO CAISTE DEL CIELO- continuaron gritando a pesar de que las personas que las arrastraban las miraban con cara de "Locas" ¡SI ES ASÍ YO TE ATIENDO LAS HERIDAS!
El ser misterioso causante de tanta histeria y terror observaba con frialdad a las personas que huían y gritaban. No era capaz de entender ¿Qué tenían de especial aquella repugnante raza que tenía frente a sus ojos? Caminaba normalmente mirando todo a su alrededor. No tenía porque pensarlo mucho, ya que solo eran estúpidos humanos, es decir, no eran nada. Verlos le causaba cierta aversión y lo que es peor: ya no los volvería a lastimar nunca más. ¿Eso colocaba al gran Sesshomaru en una posición inferior a ellos, eso, sin duda lo atormentaba aún más y todo era por esa asquerosa sacerdotisa. Como deseaba matarla, pero a pesar de que ella era un simple cadáver andante su alma fue humana y por eso no podía lastimarla, pero eso no se iba a quedar así... ella va a morir sea como sea por sus manos, aunque eso fuera lo último que fuera a hacer en su vida. Ese conjuro funcionaría por muy poco tiempo, el buscaría la solución tarde o temprano. Recordó a la pequeña Lin. Ella tambien es humana ¿Pero entonces...? No debía pensar en eso, su principal prioridad era deshacerse de ese conjuro lo antes posible
Sus pasos iban sin rumbo fijo por la aldea, caminaba sin dirección alguna, hasta que llegó a un extenso sembradío en donde todos empezaban a huir apenas lo veían.
¡Es un monstruo- Oía que exclamaban los campesinos corriendo a todas direcciones.
¡Avísenle al señor Eien- uno de los campesinos le gritó al otro, el cual salió corriendo a buscarlo.
¡Señor Eien¡Señor Eien- gritaba el campesino con el mensaje ¡Hay un monstruo de cabellos blancos y una armadura que ha aparecido en la aldea1.
¡QUE- Inuyasha estaba cerca de ellos y no pudo evitar impresionarse, fue corriendo hacia ellos.
¿Un monstruo- dijo el hombre que respondía al nombre de Eien ¿Saben de quien se trata?.
¡Es mi hermano- Inuyasha no tenía ni la menor idea de lo que hacía Sesshomaru en la aldea.
¿Tu hermano- Eien tenía una expresión de asombro - Pero si tú eres humano.
- Te lo cuento más tarde, pero tenemos que encontrarlo, no sé lo que planea
¡Quiero ir con ustedes- exclamó detrás de ellos una mujer.
- Puede ser peligroso Fumiko - Eien la miro con preocupación - mejor quédate aquí.
- No lo creo - Inuyasha tenía una sonrisa de satisfacción - el no nos puede hacer daño, Kikyo lo selló.
¡Ves Eien- Fumiko estaba emocionada ¡Solo una vez en mi vida he visto de cerca de un monstruo¡Quiero verlo!.
¿Sabes amor mío- Eien la agarro con sus brazos - Yo también quiero verlo. Durante toda mi vida me han protegido de los ataques de esos seres y nunca he tenido la oportunidad de hablar con uno. Así que... ¿Qué estamos esperando?.
- No creo que sea buena idea - Inuyasha estaba muy dudoso - es cierto que Kikyo selló sus poderes, pero él es muy astuto. No es muy agradable que digamos...
¿Mas detestable que mi querida esposa cuando se levanta temprano- Eien tenía una expresión de asombro - no lo creo - terminó con una sonrisa cariñosa.
¿Mas odioso que mi esposo cuando le dicen que parece un viejo senil (lo cual es verdad) - preguntó Fumiko en venganza por lo que había dicho su esposo - sería bueno verlo - le devolvió la sonrisa a su marido.
"Todos los días los veo y nunca dejan de sorprenderme" - pensaba Inuyasha con una gran gota en la cara corriendo al lado de una pareja de felices enamorados que corrían tomados de la mano "Se insultan y al segundo están abrazándose, y no solo es entre ellos, a veces parecieran que no tuvieran sentido común. Son personas muy agradables, pero nunca sabes lo que están pensando. Algo es seguro: sea lo que estén pensando son cosas que ellos nada más son capaces de hacer o de planear o simplemente están dementes " - Inuyasha por más que pensara en ellos no era capaz de entenderlos ni si quiera un poco. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por una exclamación de la pareja.
- Inuyasha, no esperaba verte tan pronto - una voz fría y grave se dirigió al joven - nunca dejaras la mala costumbre de estar con repugnantes humanos ¿verdad- miraba con desprecio a Eien y a Fumiko ¿Pero que cosas estoy diciendo- una sonrisa apareció en su rostro - si tu tambien eres uno – poseía una sonrisa fría y muy cruel, peor esta fue borrada por la pareja, que sorprendida, fueron a acariciar sus ropas y su cabello.
¡Que cabello- Fumiko acariciaba su cabello admirada ¡Que suave¡Que color¡Que largo¡Quiero peinarlo- sacó de su pequeño bolso una peineta.
¡Vaya armadura, amigo- Eien daba pequeños golpes a su armadura ¡Y tu estola se ve tan cómoda- agarro la estola para usarla como almohada.
¡SUÉLTENME- Sesshomaru estaba realmente ofendido. Su mirada era del más intenso asco ¡Como se atreven a tocarme- su mirada era fiera y maligna - Cuales son sus nombres - sacó su espada y con ella los apuntó. Inuyasha tenía la intención de interponerse pero ellos se acercaron aún más a él.
¡Por supuesto hermano- el primero en hablar fue Eien - mi nombre es Eien, hijo de una familia de terratenientes y dueño de todas estas tierras.
- Y yo soy su bella y encantadora esposa Fumiko - la mujer hablaba con el mismo tono entusiasta que su marido - hija de terratenientes y dueña tambien de estas tierras.
- Bella y encantadora para aquel que le falte un ojo o que no vea bien - le dijo Eien con esa sonrisa que solo se la daba al amor de su vida - y por lo que veo tus ojos son tan extraños, incluso me gustan el color que tienen - dijo fijando su curiosa mirada en los ojos que normalmente eran fríos, pero en esos momentos estaban desconcertados.
¿Quieres saber algo, lindura- dijo Fumiko dirigiéndose al monstruo - Cada vez que me presento como la esposa de este mentecato me pregunto que fue lo que hice para merecer esto - a pesar de estas crudas palabras las manos de los dos estaban unidas.
Sesshomaru observó a Inuyasha, completamente perplejo. Inuyasha le devolvió la misma mirada. Por una vez ambos pensaban lo mismo. ¿Cómo era posible que tuvieran esa actitud cuando tenían una peligrosa espada a solo centímetros de distancia?.
- Son unos pobres diablos - Sesshomaru volvió a empuñar la espada – si siguen diciendo esas estupideces no voy a tener...
¡Oh vaya- exclamó Eien impresionado ¡Que gran espada¡Es una de las mas hermosas que he visto- pasó su dedo por la espada rápidamente y a causa del filo una gran cortadura apareció en su dedo ¡Oh¡me he cortado- vio como la sangre empezaba a fluir de la herida, luego la vio con más detenimiento y dijo - Fumiko ¡Quítate la pintura de labios
"La energía de mi Tokijin puede matar inmediatamente a un humano al acercarse, pero a ellos no les afecta" - pensaba sin poder creer lo que había pasado
¿Para qué- la mujer se quitó rápidamente la pintura que cubría sus labios ¿Qué planeas?.
- Ya verás - Eien, con su dedo ensangrentado acarició los finos labios de la mujer, por un momento se miraban profundamente a los ojos. ¿Ves¡Una nueva pintura para los labios!.
¡Oh genial- exclamó la chica muy contenta ¡Eres el más inteligente de todos! Aunque... - paso su lengua por sus labios - sabe peor que la propia pintura de labios.
- Para eso trabajamos incansablemente todos los días - Eien nunca cambiaba su expresión - para comer y comprarle a mi princesa todas las pinturas de labios que quiera.
¡Cariño¡Nos estamos olvidado de nuestro ilustre amigo- exclamó Fumiko apenada. Sesshomaru los miraba completamente atónito. Inuyasha compartía la misma expresión. Por más que los viera todos los días decir y hacer cosas que no tenían sentido, nunca dejaban de impresionarlo.
¡Es verdad- Eien también estaba apenado ¡Discúlpanos! No vayas a creer que somos así de descorteses todo el tiempo. Como disculpa... ¿Por qué no vienes con nosotros- le agarró de un brazo.
¡YA DEJEN DE...- el demonio estaba decidido a arrancarle el brazo a Eien por su insolencia cuando sintió que la piel le empezaba a arder, disminuyó su fuerza. Dio resultado ya que al ceder disminuía ese ardor. Decidió, nada más por esa razón guardar su espada.
¡Que gran idea has tenido- Fumiko al igual que él lo tomó por el brazo que estaba libre ¡Ven con nosotros¡Tu también Inuyasha!.
¿No se supone que yo...- Inuyasha era fiel a su trabajo, no tenía muchas ganas de dejarlo.
¡Inuyasha¡Nos podemos tomar un pequeño descanso en vez en cuando- Eien tenía una amplia sonrisa - Tu eres el que más trabaja de todos, mereces un descanso ¡Anda ven!.
¡No pienso perder mi tiempo de esa manera- Sesshomaru intentaba soltarse, pero cada vez que lo intentaba empezaba a sentir calor en su cuerpo ¡No quiero...- la feliz pareja que lo tenía en sus manos empezó a caminar rápidamente. El demonio no tuvo otra alternativa que ser arrastrado por ellos.
"Esto va a ser muy divertido" - pensó Inuyasha con una perversa alegría. Con mucho gusto los acompañó en su recorrido. Aún así no dejo de pensar en lo que había pasado, Fumiko y Eien estaban locos y eran extraños, pero sus habiliades eran de cualquier humano, pero pudieron tocar a Tokijin sin problemas lo cual sin duda alguna era muy raro. A pesar de la gravedad del asunto a Inuyasha se le olvidó rápidamente cuando Fumiko le preguntó como se podía tener un cabello tan hermoso y bien cuidado y Eien con una pintura se maquillaba idéntico a el (las marcas en las mejillas, la luna en la frente y la sombra en los ojos XXDD) y como el demonio no sabía que diablos contestarle y menos aún no tenía ni la mas endemoniada idea de como librarse de ellos mantuvo siempre una expresión llena de odio y frustración.
Los enamorados le contaban a Sesshomaru prácticamente desde que ambos habían nacido, en donde vivían, acerca de su familia, la forma en que se conocieron, entre otras cosas, en pocas palabras hablaban de cosas de las que Sesshomaru no tenía ni el más mínimo internes o tal vez un poco, ya que eran los humanos más desquiciados que había conocido. No solo su actitud era extraña, si no también su físico. Fumiko era una mujer bastante morena, tenía el cabello largo y ondulado de color negro con ciertas mechas verdosas, pero lo más impresionante de su rostro eran sus ojos, los cuales eran aguamarinos y muy grandes que siempre reflejaban gran emoción, los cuales estaban enmarcados por unas cejas finas pero que de cierto modo tenían incrustados unas pequeñas piedrecitas, lo que hacía que sus ojos fueran aún más misteriosos y hermosos, sus mejillas estaban maquilladas con líneas de un color verde esmeralda. Lo único normal era que estaba vestida como toda una princesa, llevaba un kimono verde decorado con coloridos peces y un manto rojo oscuro. Eien era un hombre de la misma altura y contentura de Miroku. Cuando Fumiko decía que parecía un viejo senil era por un bastón viejo y raido con el que el simulaba apoyarse, ya que el no lo necesitaba. Su rostro era muy atractivo. Poseía unos ojos grandes y algunas veces aniñados de un color parecido a la plata; eran engañosos, ya que en ocasiones parecían distraidos y en otras ocasiones eran perspicaces, su cabello estaba recogido en una coleta que le llegaba a los hombros, era de un color rojizo oscuro, pero muy brillante. En esa ocasión llevaba un traje bastante elegante, de color negro con tonalidades azules. Lo único que estropeaba su imagen era su antes mencionado bastón y su forma desgarbada al caminar.
Sesshomaru se iba dando cuenta que no importaba si a el le gustara escucharlos o no ya que de todas formas tenía que estar ahí. Eien y Fumiko lo tenían sujeto de tal forma que si él utilizara sus fuerzas para liberarse, sufriría un dolor como ninguno y tal vez la muerte. Si odiaba a Kikyo cuando estaba tranquilo, al ver que unos simples humanos lo tenían sometido, la odiaba aún más. En algunas ocasiones volteaba a ver a Inuyasha, que estaba un poco más atrás de ellos. Inuyasha aprovechaba esas ocasiones para reírse de él, para sacarle la lengua, o hacerle muecas groseras. El monstruo le devolvía una mirada de intenso desprecio pero ¿De que servía? Aunque Inuyasha fuera ahora un estúpido humano al menos él era libre. Cuando Sesshomaru creyó que ese día no iba a terminar nunca de repente se detuvieron y lo soltaron.
¡Fumiko mira eso- señaló Eien a su esposa ¡Esas zanahorias ya están maduras- señaló sus terrenos ¡Hay que sacarlas¡Vamos querida!.
- Yo me encargo - Inuyasha estaba de muy buen humor al ver a Sesshomaru dominado- Ahora estaba más consciente que nunca del poderoso sello de Kikyo - no se preocupen
- Esta bien - aprobó Eien observando el buen humor del chico.
Inuyasha tomo una canasta que estaba cerca y empezó a recogerlas. A pesar de que ya no poseía sus poderes de monstruo era increíblemente rápido, además ya estaba acostumbrado a hacer ese trabajo, todo para ayudar a todos los habitantes de la aldea que siempre lo trataban bien. Pero apenas había recogido unas cuantas cuando de un momento a otro sintió un fuerte viento al lado de el. Se dio vuelta y vio una figura a su lado que pasaba a una velocidad increíble y junto con ella desaparecían las zanahorias. Su sorpresa fue aún mayor cuando su "querido" hermano apareció a su lado depositando las zanahorias desaparecidas. Su mirada era cruel a la vez burlona.
¡Tramposo- dijo Inuyasha bastante indignado y ofendido ¡Ese era mi trabajo!.
- Deberías darme las gracias - dijo su hermano - con tus insignificantes cualidades hubieras tardado bastante tiempo.
¡Desgraciado- Inuyasha se disponía a darle un golpe pero Sesshomaru con la misma rapidez lo esquivó.
- Es impresionate lo lento que eres - Sesshomaru lo miraba ahora con desdén - Convertirte en humano fue el peor error de tu vida. Inuyasha no solo estaba enojado por el hecho de que ahora su hermano fuera diez veces más veloz que él, sino porque el hizo todo eso fue para humillarlo, ni Eien bi Fumiko estaban conscientes de lo que había sucedido en el pasado, el joven sabía que no lo hizo con intenciones de ayudarlos, sino el restregarle en la cara lo inútil en comparación con su anterior forma de Hanyou. Por un momento deseó tanto sus antiguas habilidades...
¡Cierra la boca- el enfrentamiento de los dos hermanos hubiera continuado por mucho tiempo si no hubiera sido por la llegada de Eien y Fumiko.
¡Que monstruo tan rápido- exclamó Eien maravillado.
¡Increíble- dijo Fumiko admirada. Sesshomaru simplemente no les hizo caso. Se disponía a irse cuando Eien le puso una mano en el hombro.
- Oye, muchas gracias por lo que acabas de hacer – el amable hermano de Inu lo fulminó con la mirada - por cierto ¿Me podrías decir tu nombre- Eien lo miraba con cierta curiosidad.
- Sesshomaru - contestó el monstruo de forma seca.
?Que lindo nombre- dijo la esposa de Eien.
- Sesshomaru ¿Vendrás a mi aniversario- le preguntó el joven al monstruo alegremente.
¿Eh- los dos hermanos estaban anonadados.
- Será dentro de cinco días en mi casa - explicó muy contento - cuando se ponga el sol, toda la aldea va a estar ahí.
- Estás loco - Sesshomaru no tenía ni el más mínimo deseo de asistir a una fiesta de humanos.
- Cuantas veces no oigo esa frase en el día - Eien estaba con la misma expresión alegre a pesar de lo que le dijo el demonio - a ver, me la han dicho una, dos, tres, cuatro... - con sus dedos hacía esa cuenta que a los hermanos simplemente los dejaba perplejos.
- Cinco, seis, siete, ocho - su esposa tambien lo ayudaba
- Muy bien - interrumpió Sesshomaru harto de ver esa cuenta tan desfachatada – no entiendo porque le dan tanta confianza a alguien que conocen en un dñis, pero eso no me interesa.
- Me parece una completa insensatez que invites a alguien que te podría matar cuando menos lo esperes - a Inuyasha la idea no le agradaba para nada - pero claro, en eso no hay que temer si ni si quiera puedes darme un golpe - Inuyasha sonreía con malicia - eres un manso y tierno cachorro, hasta un zancudo me puede hacer más daño que tu jejeje - con todas las intenciones de hacer sentir muy mal a su hermano Inuyasha empezó a juguetear con las puntiagudas orejas de su adorado hermanito, pero solo lo hizo por unos segundos, porque este fijó en él una mirada que...el instinto de Inuyasha hizo que retrocediera inmediatamente. No podía atacarlo, pero con esa mirada tan asesina, terrorífica, psicópata, malvada y sobretodo tan amenazante bastaba para que el hombre más valiente corriera como niña por su madre. Inu cunca había visto una mirada así, ni siquiera cuando Ahome, Kikyo o Sango se enfadaban.
- Porque quiero que todos ya sean humanos, animales o terribles monstruos - Eien para sorpresa de todos tenía un tono bastante solemne - compartan conmigo la enorme felicidad que siento al estar cinco maravillosos años con la mujer que más amo en este mundo - Fumiko al decir esto se sonrojo y le tomó la mano - y que estos cinco años apenas son el inicio de mi nueva vida al lado de ella, ya que esta pobre loca que está a mi lado es la única que me ha entendido, y la que me ha amado con sinceridad y la que me apoya con gran alegría los planes fuera de lo común. Esa es la felicidad que quiero que todos vean y quieran sentir, y si ya la han conseguido, déjenme decirle que han encontrado el tesoro más grande de todos.
Inuyasha, con gran sorpresa, se dio cuenta que en algo estaba de acuerdo con su lunático compañero. Inconscientemente agarro el misterioso objeto que estaba en su bolsillo. Lo que decía era cierto, para el Ahome era su único y más preciado tesoro y a pesar de que discutieran muchas veces, ella era sin duda alguna la dueña de su corazón y de sus pensamientos. Valor, eso era lo que él necesitaba.
- Tonterías - fue lo único que dijo el monstruo antes de marcharse de ese lugar. Eien, para el asombro de Inuyasha no dijo nada.
- Eien ¿Crees que nuestro nuevo amigo irá a la celebración- preguntó la mujer de ojos aguamarina a su esposo.
- Sesshomaru ¿En una celebración? No me hagan reir - contestó Inuyasha por Eien él detesta los lugares llenos de gente y más aún si se trata de seres humanos. Lo que iría a hacer en la celebración sería espantar a todos con su amable actitud.
- Ah, ya veo - Fumiko estaba un poco desilusionada.
- Además Sesshomaru no es amigo ni de su propia sombra - Inuyasha cada vez que hablaba de el tenía una cara de desprecio - lo que están alrededor suyo son sirvientes. ¿Amigos? El no los necesita.. - a Inuyasha le llamó la atención la expresión de Eien. Su tonta sonrisa estaba ahí, pero a la vez su mirada era mucho más intensa y calculadora.
¿Sucede algo Eien- preguntó Inuyasha extrañado ¿Por qué tienes esa cara de tonto? Bueno, más tonto de lo normal.
- El es un monstruo que a pesar de su aspecto cruel no sabe controlarlas bien... - dijo Eien con un susurro.
¿Controlar que- Inuyasha estaba confundido ¿Qué no sabe controlar bien- al parecer él era el único que no entendía nada, ya que Fumiko nada más cerró los ojos en señal de comprensión.
¡Tengo hambre- se escucho un sonido que provenía del estomago de Eien. Inuyasha estuvo a punto de impactar el suelo. Esa no era la respuesta que el esperaba. Fumiko empezó a reír con ganas.
- Es mejor que nos vayamos, se está poniendo el sol - la mujer señaló hacia el sol, el cual se estaba ocultando atrás de una montaña.
- No hace falta decirlo - Eien y su esposa se disponían a marcharse cuando una mano los detuvo.
¡Eien- Inuyasha estaba enfadado ¡Dime que no sabe controlar el imbécil de mi hermano!
- Tranquilo Inuyasha - Eien sonreía a pesar de la interrupción - lo sabrás en menos de lo que tu piensas - Inuyasha quedo tan desconcertado que no los volvió a detener...
Inuyasha se dirigía a su casa con la misma confusión de antes. ¿Qué no sabía controlar su hermano? A pesar de que el no le tuviera mucho aprecio a Sesshomaru algo tenía que reconocer, el siempre reflejaba esa frialdad y esa inteligencia que nunca lo abandonaban. Lo que fuera le gustaría saberlo, ya que si lo sabía tendría la oportunidad de mofarse de eso. Nunca olvidaría como él lo humillaba por su anterior condición de mitad humano, mitad bestia. Buno, ahora era humano, razón por la que lo humillaba aún más Por eso le encantaba burlarse de su debilidad causada por el sello de Kikyo y si llegara a descubrir lo que Sesshomaru no logra controlar...
Mientras nuestro querido Inuyasha pensaba en lo mucho que se burlaría de su hermano al enterarse de su otra debilidad, a pocos metros de donde se encontraba. Una pareja caminaba tranquilamente hasta que se encontraron con una figura que los saludaba amistosamente.
¡Eien¡Fumiko¡Que coincidencia que nos hayamos encontrado- decía una misteriosa figura a la pareja que tenía al frente.
¡Digo lo mismo- decía el joven de los ojos plateados - por cierto... ¿Cómo va todo?.
- Como nosotros lo habíamos esperado - contestó la persona desconocida.
¿Recibiste mi carga¿Con lo que te di es suficiente- preguntó Eien con el mismo animo de siempre.
- Si, es más que suficiente - contesto el personaje - yo diría demasiado.
¿No sospechan nada- preguntó Fumiko con curiosidad.
- No, y eso era lo que yo quería informarles.
¿Ocurre algo malo- preguntó Eien emocionado. Le gustaban las dificultades.
- No, solo que mi compañero es más reservado de lo que yo esperaba, aún no ha sucedido lo que hemos estado esperando estos meses, pero no va a tardar mucho...
- Ah, entiendo - Eien estaba pensativo - aunque lo que me dices no me extraña nada, desde que lo conocí siempre ha sido así.
¿El lugar te parece bien- preguntó Fumiko.
- No pudieron haberme dado uno mejor, gracias - la figura se inclinó ante ellos.
- Las demás cosas te las daremos cuando ya sea seguro - le explcó Eien con la misma expresión de siempre - y por favor, no te inclines ante nosotros, eres nuestro amigo.
- Les agradezco todo, y créanme, cuando llegue ese día todo va a salir de perlas - concluyo el hombre antes de marcharse.
- Estas buenas noticias me abrieron más el apetito - Eien se frotaba el estomago.
¡Marchémonos para llenar nuestras almas- dijo Fumiko alegre - ya que estómago sin comida es igual a alma entristecida.
Y ambos, abrazados fueron felizmente a sus casas para alegrar a sus almas.
Notas de la autora¡Hello! Bueee... para empezar ya se que este capítulo es un asco, a los que lo lean disculpen por este capítulo tan malo , pero en el caso de que no les haya parecido tan malo (con lo cual me llevaría la sorpresa del año XD) eh...supongo que ya saben como son los nombrados Fumiko Y Eien del capítulo 2, digamos que estos no son de los que poseen más de un tornillo flojo sino que...no tienen ninguno .U y vaya que lo son, pocos logran acabar con la paciencia de Sesshie n.n. One more time, la gorda de las preguntas ¿La razón del titulo¿El brazo de Sess? Jejeje todavía no lo van a saber...¡Sayonaraaaaa! A contestar rewiews:
Yumiro: Estas ansiosa por ver el final? esto apenas a comenzado, creeme, vas a verlos sufrir jajajaja. En cuanto a lo del msn fui a tu descripción pero no lo encontre �? no importa, a los que lo quieran es mi fic es excelente? eso si que no me lo esperaba XD �¡Muchas gracias! mensajes como esos hacen que no me arrepienta de haber escrito un fic tan mugre y bueee...en lo que resta de tu rewiew lo que me queda por decirte es que sigas leyendo, ya que muchas cosas van a suceder ¿Que eres mi fiel lectora? te lo agradezco bastante n.n
zuykotsu: El hermanito de Usagui? pues que bueno que hayas leido mi porquería de fic, y sobre todo que te haya hecho reir auque fuera una vez n.n
�¡Seguire escribiendo! (Aunque sea lo último que haga...)XD
