Capítulo 6: Ya llegó el aniversario esperado.
¡Ni crean que voy a salir con estos trapos afuera- un chico de cabello negro se arrastraba por el suelo mientras una adolescente lo levantaba a la fuerza ¡No¡No quiero¡AGGGHHH- gritó porque alguien la había pegado con un sartén en la cabeza.
¡Gracias Miroku- la chica le sonreía al monje que sostenía la sartén que aún vibraba del golpe.
- Inuyasha - le decía Miroku al chico que todavía uno se recuperaba del golpe - tienes que comportarte ¿Qué dirán Eien y Fumiko si vas con los mismos harapos mugrientos de siempre?.
.- No tengo ni la menor idea, ya que nunca se lo que piensan, lo más seguro es que dirían que me veo muy bien. - le contestó con una cara de pocos amigos -
- En eso tienes razón - Miroku tenía una expresión muy pensativa.
- Inuyasha ¡Por favor- le suplicaba Ahome con las manos juntas y con una cara suplicante - Quiero que esta noche sea muy especial para ellos dos y lo menos que quiero es que tu llames la atención por andar con la misma ropa. ¡Te lo ruego por favor! Ese traje me costó mucho trabajo conseguirlo, ya que mi abuelo lo aprecia mucho...
¿Qué aprecia mucho tu abuelo Ahome- se escuchó la voz de una mujer curiosa.
¡Hola Kikyo! Que bien te ves... - la voz de Ahome sonaba muy desanimada.
¿Sucede algo malo Ahome- preguntó la sacerdotisa, pero ya sabía la respuesta al ver que todos estaban listos para la celebración, todos excepto Inuyasha.
Inuyasha, apenas vio a la sacerdotisa recordó lo que le había dicho aquella noche "Ella se esta esforzando mucho por salir bien, incluso está muy ansiosa porque llegue el día del aniversario, ella quiere celebrar junto con Fumiko y Eien sus años de casados así que cuando ella venga debes ser paciente y aunque no te guste lo que te vayas a poner para la fiesta, acéptalo y no vayas a pelear con ella. Hazlo, si la amas de verdad"
- Pues verás, lo que sucede es que Inuyasha - empezó al explicar la chica cuando inesperadamente Inuyasha la miró fijamente a los ojos, y esa mirada no era precisamente de enfado.
- Esta bien, me pondré el traje - terminó en un susurro bajo, pero que todos pudieron escuchar perfectamente.
- OO¿Te lo pondrás- todos estaban anonadados, a excepción de Kikyo, la cual supuso que Inuyasha había recordado lo que le había dicho días atrás.
- Ni modo pero... ¿Por qué me miran así- se sorprendió aún más cuando Ahome le puso una mano en la frente.
- Bueno, por lo menos tienes la temperatura normal - dijo Ahome con expresión de preocupación ¿Será un golpe en la cabeza- la chica agarró la cabeza de Inuyasha para examinarla.
¿Qué rayos te ocurre Ahome- Inuyasha no entendía para nada la actitud de ella ¿Por qué me estás revisando¡Yo solo dije que me pondría el traje de tu abuelo!. ¡Y por que me siguen mirando así - todos acentuaron su expresión de sorpresa aún más.
- Yo supongo que el alma de un demonio se ha apoderado de nuestro amigo - dijo Miroku con la misma tranquilidad que lo caracterizaba – o tal vez me pasé con el golpe.
¡Que estupideces estás diciendo Miroku- Inuyasha estaba forcejeando para librarse de las garras de Ahome, la cual lo seguía observando con esa expresión de preocupación.
- O tal vez se comió algo descompuesto - sugirió Sango - también puede ser que haya tomado alguna droga...
¡No estoy drogado¡De que diablos...¡Suéltame Ahome- decía Inuyasha MUY molesto por las tonterías que estaban diciendo sus amigos y peor aún: no tenía ni la más remota idea del porqué decían esas cosas.
- Hermana ¿Qué le sucede a Inuyasha- preguntó con inocencia Kohaku.
- La verdad es que no lo sé - le respondió Sango negando con la cabeza.
¡Inuyashaaaaaaa- Shippo, llorando, se subió a su pecho ¡Reacciona por favor¡Aunque seas más molesto que plaga de zancudos a medianoche yo te aprecio¡Todos te queremos buuuuaaaaa- lo abrazaba con fuerza.
¡Cómo te atreves a decir que soy mas molesto que una plaga de zancudos- Inuyasha con Ahome revisándolo y Shippo llorando en su pecho estaba cada vez más fúrico ¡Me las pagaraaaaaass!.
¡Quédate quieto Inuyasha- le dijo Ahome ¿Acaso habrá sido aquel gusano que el consiguió en los cultivos- la pobre pensaba de todo pero no llegaba a ninguna conclusión.
¡Un gusano no hace nada Ahome¡Y DÍGANME DE UNA BENDITA VEZ DE QUE CARAJO ESTAN HABLANDO- Inuyasha explotó, ya estaba harto de la extraña actitud de sus amigos.
- Lo que pasa es que pensé que me ibas a dar más pelea Inuyasha - le dijo Ahome con la misma perplejidad. Todos asintieron.
- De hecho yo pensaba pasar al plan B - Miroku sacó una botellita - pensaba dormirte por si los golpes con la sartén no funcionaban.
- Y yo era la que te iba a presionar para que te la bebieras - Sango sacó un látigo - y Ahome era la que te llevaría - sacó un mecate.
- Con amigos como ustedes ¿Para qué enemigos- Inuyasha los miraba con furia, los demás solo sonreían con nerviosismo.
- Pero a tus amigos debes tenerlos cerca y a tus enemigos aún más cerca - le dijo Miroku dándole unas palmaditas en la cabeza.
- Por su poca fe en mi ahora menos me pondré ese traje - Inuyasha se cruzó de brazos dándole la espalda a Ahome.
¡Vamos Inuyasha¡No te lo tomes tan enserio- Ahome tenía otra vez esa expresión suplicante ¡Vamos, por favor!.
¡Me niego a hacerlo- Inuyasha seguía sin mirarla.
¡Póntelo de una buena vez!.
¡No lo haré!.
¡Discúlpame por haber desconfiado de ti!.
¡Eres una gran farsante!.
¡Me sorprendió de verdad que cedieras tan rápido¡Lo siento¡Lo siento! Y ¡Lo siento- gritó Ahome resignada ¿Contento?.
¡No- le respondió tajantemente el chico.
- Acabemos con esto ¿quieren- Kikyo se dirigió hacia la alegre pareja - Inuyasha, por culpa de tus niñerías vamos a llegar tarde, así que llegó la hora de que Ahome y yo tomemos medidas drásticas - Las manos de Kikyo empezaron a emitir poder espiritual ¿O no Ahome?.
- Me parece una buena idea - Ahome también hizo lo mismo que Kikyo
¿Les echó una mano- Sango agarró unas cadenas de acero.
- Esta operación también necesita de un hombre - Miroku agarró su bastón de monje.
¿Qué...que piensan hacerme- dijo Inuyasha aterrado viéndose completamente rodeado ¡No Ahome¡No lo hagas¡NOOOOOOOOOOOOOO!.
- Gracias por haber venido - decía un chico de extraños ojos plateados a los presentes.
- Al contrario, es un honor que nos hayan invitado - Ahome y los demás hicieron una reverencia.
¿Cuántas veces es necesario que se les diga para que entiendan- la chica de ojos aguamarinos lucía un poco incómoda - No nos gusta que nos hagan reverencias y más aún amigos nuestros.
- Es que se nos olvida, ya que su benevolencia de algún modo tiene que ser alabada - dijo Miroku con solemnidad.
¡Me encantan sus kimonos- dijo señalando el vestuario de las chicas ¡Y ustedes se ven tan bien- señaló a los hombres presentes.
¡Al contrario¡Ustedes son los que lucen muy bien- decía Ahome sonriendo. La estudiante llevaba para esa ocasión un kimono de un lila pálido con pétalos de árbol de cerezos de un color fucsia y llevaba su cabello en una cola alta
- Oye Inuyasha - había algo en el que le había producido mucha curiosidad ¿Qué son esas marcas que tienes en los brazos- señalaba sus brazos completamente perplejo.
- Es que... - Inuyasha tenía todas la intenciones del mundo de hacer quedar mal a sus amigos cuando Ahome, que se dio cuenta de sus intenciones lo silenció.
- Es que Inuyasha se cayó - explicó de una manera sencilla la chica.
¿Se cayó- Fumiko estaba sorprendida – ¿Y donde aterrizó¿En un nido de puercoespin? Si que debió de doler ¿verdad?.
- Si, así es, le dolió mucho - dijo Sango poniéndole mucho énfasis en la última palabra.
- Bueno, será mejor que nos vayamos a saludar a los demás invitados, aunque cómo me gustaría quedarme con ustedes - por su expresión pareciera que Eien estuviera en un funeral.
¡Dices eso porque a la que tenemos más cerca es a mi mam�- le reclamó Fumiko muy enfadada.
¿Tu mam�¿Dónde est�- Eien volteaba hacia todos los lados - Lo único que veo que es parecida a ella es ese espantapájaros que está allá...no, espera querida, me confundí ¡De verdad- exclamó nervioso al ver a su esposa viéndolo con ganas de matarlo...
¡Ya verás Eien¡Ven aquí- exigió la joven al ver que su marido iba corriendo hacia quien sabe donde ¡Esperaaaaaaaaa- salió en su persecución desapareciendo de la vista de Inuyasha y los demás.
- Es que con ellos dos a tu lado la vida nunca es aburrida ¿O no- dijo Shippo viendo a lo lejos Fumiko sacaba una cuerda de donde nadie sabía. El niño llevaba unos pantaloncillos gruesos de un turquesa brillante y una camisa del mismo color, los cuales hacían juego con sus ojos.
- Y no solo eso, con solo ver las incoherencias que dicen y hacen a uno se le quita el mal humor - Inuyasha también observaba la escena desde lejos. Sus cabellos negros estaban recogidos en una gruesa coleta. Llevaba puesto un kimono de color verde esmeralda el cual tenía bordado unas algas del mismo color pero más brillantes - pero no crean, sigue sin gustarme este kimono.
¡Vamos Inuyasha! No es tan malo - Ahome le sonreía con gran ternura - estas celebraciones son muy importantes y por lo tanto requieren de una buena presencia, como ya te lo he dicho además - rodeo la cabeza del chico con su brazo - estas conmigo, por lo que creo que de verdad no te molesta tanto.
- Si como tu digas - Inuyasha rodeo la cintura de la chica.
¡Se nos olvido- exclamó Sango inquieta.
¿A que te refieres- preguntó Miroku extrañado.
¡Pues no les dimos los regalos- de un bolso grande y dorado que tenía señaló unos paquetes envueltos en papeles muy coloridos.
¡Es verdad- Ahome estaba igual de exaltada que su amiga ¡Cómo se nos olvidaron-.
¡Oh por favor no armen un escándalo por semejante tontería- se quejó Inuyasha.
- Podemos darles los regalos cuando se vaya a terminar la fiesta - sugirió Kikyo
¿Pero los regalos no se dan al principio de una fiesta- preguntó Sango como si eso fuera lo más correcto.
- Yo creo que Kikyo tiene razón - Miroku señaló a donde estaban los esposos, Fumiko junto con su mamá perseguían a Eien - ya que ellos tendrán una larga noche.
- Además de que cualquiera cosa fuera de lo común les encanta - dijo Ahome.
- Está decidido, les damos los regalos cuando se acabe la celebración ¿De acuerdo- Inuyasha estaba fastidiado del asunto.
- Si, ahora dediquémonos a pasarla lo mejor posible - dijo Sango con tono alegre.
La celebración estaba muy animada debido a que toda la aldea estaba presente. Niños corriendo y jugando, mujeres que charlaban alegremente, hombres que bebían, jovencitas riendo cada vez que pasaba un chico atractivo al lado de ellas, ancianas que también reían cuando pasaban esos mismos chicos, hombres pervertidos (Cómo Miroku) que veían a las jovencitas que se reían cuando pasaban los chicos atractivos de los cuales las mismas ancianas se reían al verlos pasar, viejos verdes mucho más pervertidos que fingían que se les caían las cosas para ver "más de cerca" a las jovencitas que se reían cuando pasaban los chicos atractivos de los cuales las ancianas también se reían cuando pasaban mientras los hombres pervertidos veían a las jovencitas que se reían... en fin (N/A: Si, lo se, esto se convirtió en una insoportable seguidilla XXXDDD) también estaban gordos y gordas que tomaban asiento al lado de la comida, Fumiko arrastrando a Eien para saludar a su mamá...una fiesta común y corriente, para asombro de nuestros protagonistas.
¿Qué les parece si probamos la comida- sugirió el monje Miroku, el cuál andaba con un atuendo parecido al que siempre cargaba, solo que este era de color vino tinto con un manto de distintas tonalidades de púrpura.
- Me parece buena idea - aprobó Sango. La exterminadora cargaba un kimono de color dorado que estaba adornado con varias frutas y su cabello estaba trenzado y adornado con mariposas.
¡Si¡A comer- exclamó Inuyasha muy contento. En los últimos minutos solo había pensado en comida.
- Si, pero no te la vayas a tragar toda - le advirtió Ahome seria.
Cuando se aproximaban a la mesa de comida tres hombres se atravesaron en su camino, los cuales tenían en sus manos varios ramos de flores.
¡Hermosa joya que adorna la noche! Mi nombre es Akira y he estado enamorado de usted desde el primer momento que la vi- se inclinó a los pies de Inuyasha y Ahome.
¡Bella dama preciada como perla! Mi nombre es Dayo y no hay una noche en la que deje de pensar en usted - se inclinó el hombre al lado de Akira hacia Ahome.
¡Preciosa reina que ilumina mi corazón! Mi nombre es Hazuki y mi corazón late con solo pensar en el brillo de sus ojos - se inclinó el tercer hombre a lado de los otros y hacia la misma dirección, es decir hacia Ahome.
¡Ay chicos- Ahome se sonrojó y bajó la cabeza ¡Yo estoy comprometida con Inuyasha- Inuyasha la miraba extrañado ¡Muchas gracias por decirme esas cosas!.
¿De qué estás hablando niñita- dijo Akira enfadado - Nos referimos a la linda Kikyo - miraron con estrellitas a la sacerdotisa.
¡Ay perdón- seguía sonrojada esta vez por la vergüenza. Inuyasha y los demás contuvieron las ganas de reírse ya que ellos se habían dado cuenta desde el principio para quien era los elogios
¿Se refieren a mí- Kikyo estaba muy hermosa esa noche con un kimono azul rey que estaba adornado con estrellas pequeñas y brillantes por todos lados. Sus cabellos estaban sueltos a excepción de unas cuantas trenzitas - Les agradezco esos elogios tan bonitos, pero aún no me han dicho lo que quieren exactamente - los miraba con una sonrisa amable pero en realidad sus ojos mostraban astucia.
¡Señorita Kikyo- Dayo tomo su mano como si estuviera tocando algo de vidrio ¡Usted es la mujer más bella que mis ojos hayan tenido el privilegio de ver¡Por eso le pido que acepte el corazón de este pobre hombre!.
¡Hermosísima Kikyo- se interpuso Hazuki empujando a Dayo ¡Desde la primera vez que la vi todas las noches sueño con la dulzura de su sonrisa y el brillo de sus ojos¡Por favor deme el inmenso honor de llamarme esposo suyo!.
¡Dulce Kikyo¡No le preste atención a estos insignificantes hombres- Akira apartó rápidamente a los otros dos ¡Desde que la vi aquel maravilloso día mis pensamientos siempre están dirigidos a usted¡Le pido que acepte ser mi novia!.
- "¡Ay que bien!" - pensó Ahome muy feliz - "Están perdidamente enamorados de Kikyo y los tres se ven hombres sinceros. Si acepta a alguno de ellos de seguro la harán muy feliz, me alegro tanto por ella" - Ahome estaba sonrojada con solo ver la escena.
- Solo quiero hacerles una pregunta - Kikyo tenía una expresión de serenidad pero su sonrisa se había borrado ¿Serían capaces de hacer lo que sea por mí?.
¡Lo que sea- exclamaron los tres hombres muy determinados.
¡Yo podría vencer al monstruo más espantoso y terrible solo por ti- exclamó Akira con devoción.
¡Yo podría traerte los tesoros y joyas más hermosos para adornar aún tu más agraciada figura- Dayo la miraba con adoración.
¡Yo podría escalar la montaña más alta y fría de todas con solo pensar en ti- Hazuki la miraba con gran afecto.
- Yo no estoy hablando de ese tipo de cosas - Kikyo mostraba ahora una mirada fría y sin sentimiento alguno - Si ustedes me quieren tanto ¿Serían capaces de abandonar esta vida mortal llena de comodidades para ir conmigo a un infierno inclemente y despiadado¿Serían ustedes capaces de entregarme sus vidas para nunca abandonarme y estar conmigo por siempre en una eterna tortura y horrores que no tienen final¿Serían capaces de morir conmigo? Por que yo ya estoy muerta - terminó esto con una mirada llena de tristeza y odio.
¡Señorita...Kikyo- los tres no podían decir absolutamente nada al oír condiciones tan duras y difíciles de cumplir.
- No son capaces, lo sabía - los observaba con gran desdén - apártense de mi vista, no me agradan las personas que predican sentimientos falsos - los tres hombres salieron corriendo del miedo que les produjo la mirada de la sacerdotisa.
¡Por qué hiciste eso Kikyo- Ahome estaba sorprendida y un poco molesta al ver como Kikyo trató a esos hombres ¡Esos hombres no tenían malas intenciones! Los demás no decían nada. Inuyasha solo se limitaba ver a Kikyo sintiendo tristeza y arrepentimiento a la vez.
- Ellos no me aman, solo admiran un reflejo falso de mi - le contesto Kikyo a su reencarnación, la cual viendo la melancolía de la sacerdotisa se quedó callada - Ahome, tu no entiendes, aunque vivo como cualquier sacerdotisa normal estoy muerta y esa es mi realidad, tienen que tener una voluntad muy grande para poder amar un cadáver ¡Oh vamos Ahome cambia esa cara- dijo la sacerdotisa al ver el desanimado rostro de la joven - Esos tipos eran unos idiotas. Aunque de verdad me amaran no los hubiera aceptado
¿En serio- le preguntó Ahome confundida ¿Entonces dijiste esas cosas para ahuyentarlos?.
- De cierta forma sí - y con un gesto de presunción se arregló el cabello y les dirigía una mirada de desdén a los otros jóvenes hombres - y además ¿Quién dijo que para ser feliz se necesitaba un hombre? Yo no, así que al menos que valgan la pena es mejor que no busquen lo que no se les ha perdido - a estas palabras los hombres que estaban cerca de ahí apartaron rápidamente la mirada.
- Se nota que de verdad los detestaba - le murmuraba a su novio.
- Y no solo eso, no es sincera consigo misma - le respondió el monje en un susurro.
¿No es sincera consigo misma?.
- Así es, la verdad es que ella tiene miedo de volver a enamorarse.
¿En serio- lo miró asombrada ¿Y tu como sabes eso?.
- Es la impresión que me da, tal vez esté equivocado - le respondió con una sonrisa.
- Pero lo que dices tiene sentido¿Pero por qué- se preguntó la exterminadora.
- Eso no lo sé ¿Por qué no se lo preguntas- le dijo Miroku con una sonrisita nerviosa.
- No que va - negó Sango rápidamente - le pregunto eso y me dirá algo cómo: "Eso es algo que no es cierto y además si fuera verdad no te incumbe" No quiero quedar como una entrometida.
- Bueno, dejemos que el tiempo nos de las respuestas que queremos - dijo al final el monje Miroku.
- Oigan chicos ¿Qué era lo que íbamos a hacer antes de que esos hombres nos interrumpieran- preguntó Ahome intentando recordarlo.
- Hay que ver que a ti se te olvida todo Ahome - Ahome puso mala cara al oír esto de Inuyasha ¡Acuérdate¡La comida¡Vamos- y como alma que lleva el diablo fue corriendo a donde estaban los alimentos.
- "Y a ti no se te olvida lo que te conviene ¿Verdad?" -UUUU - pensó la chica viendo como Inuyasha "volaba" entre los invitados para llegar a la mesa de pasapalos, la cual contenía toda clase de cosas como carne, pollo, pescado, bolas de arroz, tallarines, langostas... ¡Inuyasha¡Deja en paz a ese niño- gritó enfurecida el ver como Inuyasha sostenía una batalla apasionada con un niño de siete años por un buen trozo de carne de res ¡No¡bájalo¡No seas tan bestia nooooooooooo...- mejor dejamos este par para después...
¡Kikyo- la sacerdotisa escuchó claramente la voz del niño que se aproximaba a ella ¿Qué fue lo que pasó? Vi a unas personas que comentaban que te ibas a casar con tres hombres ¿Es eso cierto- Miroku y Sango esbozaron una sonrisa. Kohaku, el cual acompañaba a Shippo los miraba con curiosidad.
- Digamos que yo tenía la intención de casarme con uno de ellos - Kikyo tenía un tono muy inocente y poco habitual en ella - pero la verdad es que ellos le tenían miedo al compromiso.
- Pues esos tipos si que le deben tener miedo al compromiso, pues yo los vi muy asustados y corriendo como su hubieran visto a un muerto - Kohaku dijo esto con tanta inocencia que la sacerdotisa no le dijo nada (N/A: Supongo que ya saben por qué lo digo ¿no? D)
- Pues me alegra mucho ya que ellos no tienen tan lindos sentimientos como ustedes - les respondió la sacerdotisa al final. Kohaku se sonrojó y Shippo se hinchó del orgullo.
- Chicos, me voy por un rato, ya que vi a Hikaru - Sango señaló a una chica de cabellos castaños y cortos que iba con un hombre de aspecto rudo - hace tiempo que no hablo con ella. Kohaku, pórtate bien que no me tardo - la chica se dirigió a donde estaba esa chica la cual la saludaba alegremente.
- Y yo tengo que hablar con unos aldeanos - Miroku también se dispuso a retirarse del lugar.
- Niños ¿Qué les parece si vemos todo lo que ellos han preparado- les sugirió amablemente Kikyo a los niños.
- Si por supuesto - Shippo se montó en la espalda de la chica.
- Me dará mucho gusto en poder acompañarla - Kohaku bajo la cabeza un poco apenado.
- Vamos a ver quienes vinieron a esta importante celebración – Kikyo sostenía fijamente la mirada en un punto en donde no había nada, perdiéndose en varios recuerdos, pensamientos y sentimientos mientras iba al lado de sus alumnos, observando con algo de detenimiento los invitados.
¿Crees que esta noche si suceda- le pregunta un chico vestido de rojo oscuro el cual lucía como todo un terrateniente a una sombra que se encontraba en los arboles.
- Lamento no darte una respuesta clara, ya que los jóvenes tienen ciertos miedos e inseguridades - le respondió la figura misteriosa.
¡Pero que jóvenes tan tímidos resultaron ser- la mujer que en esos momentos llevaba un kimono azul cielo con un manto de ese mismo color pero más oscuro y con bordados de plata.
- Tranquila querida, esto hará las cosas más interesantes esta noche tan especial para nosotros - el sujeto abrazó a la chica para calmarla.
- Si, una noche como esta hace cinco años atrás nos juramos amor eterno - dijo la mujer con tono romántico.
- Si, pero a veces pienso que además de casarme contigo me casé con tu madre - le dijo su marido con tono resignado.
- Disculpen que me entrometa pero ¿Por qué dices que también te casaste con su madre- preguntó la figura extrañada.
- Porque todo lo que no me reclama mi dulce esposa me lo reclama ella, siempre se mete donde no la llaman y siempre vive diciendo que yo soy un pobre diablo que enloqueció a su hija (más de lo que estaba) y cuando le dan los ataques de locura me dice que me ama como a un hijo y que soy el mejor hombre para su hija, claro que estos momentos son muy raros.
- Ya veo -.
- Oh vamos Eien, mi mamá es una persona muy anciana que a veces dice cosas que ofenden mucho, pero en realidad es una mujer buena...
- Si es buena para guindarla en los terrenos en la noche para que los ladrones corran asustados creyendo que es un alma en pena...
- Señores basta - decía la misteriosa sombra al ver cómo Fumiko perseguía a Eien por todos lados - por favor, volvamos al tema - tanta era la importancia del susodicho tema para ellos que al instante se calmaron.
- En fin, creo que es mejor que dejemos esto hasta aquí o si no los invitados se darán cuenta de que nosotros faltamos - Eien observó a su alrededor.
- Tienes razón, con el permiso de ustedes me marcho - la sombra desapareció entre los arboles.
- Oye Eien, tuviste suerte por un rato ya que él apareció repentinamente para hablar pero ahora ya nadie te puede salvar, vamos a saludar a mi madre que hace unas semanas que no la vemos - Fumiko le agarró el brazo firmemente para llevárselo.
- Esas fueron las mejores semanas de mi vida - dijo Eien mientras Fumiko lo arrastraba con más fuerza aún a donde estaba su madre.
¡Suéltame de una buena vez- gritaba un joven de cabellos negros que era penosamente arrastrado en el suelo por una chica furiosa ¡Ese trozo de carne era mío- la gente apenas los veía se reían de él. ¡Esto no se ha quedado así- el niño de siete años se escondía detrás de una piedra haciéndole morisquetas y mostrándole el trozo de carne ¡Ahome¡No puedo permitir que ese mocoso me derrote!.
¡Ya cierra la boca que todos nos están viendo- le gritó furiosa Ahome señalando todas esas personas que se burlaban de la escena.
¡Nos están viendo porque tú me estas tratando como un saco de papas- le reclamó el chico desde el suelo.
¡Esto no hubiera pasado si tu no hubieras sido tan tragón¡Y además te pones a pelear con un indefenso niño de nueve años!.
¡No era un niño indefenso¡Me dejó un chichón en la cabeza- el chico le señalo el gran abultamiento en su cabeza con la mano libre, ya que la otra Ahome la utilizaba para arrastrarlo ¡Si no me hubieras detenido le hubiera dado su merecido!.
¡Que pensará la gente de ti¡Creerán que eres un abusador¡La gente odia ese tipo de conducta! Mira nada más que buscar pelea con un niño...
¡No toda la gente odia eso- le señaló a varias personas que, a juzgar por los pergaminos, tintas y plumas habían abierto una apuesta entre Inuyasha y el niño, las cuales, sumamente decepcionadas, enrollaban y guardaban sus pergaminos.
¡Eso no cambia absolutamente nada- inesperadamente Ahome lo soltó. Inuyasha, al enderezarse se dio cuenta de que estaban algo alejados de la fiesta.
¿Qué te pasa? Luces más enojada que de costumbre - Inuyasha observaba sorprendido la reacción de la chica.
¡Inuyasha eres un IDIOTA y con I mayúscula- los ojos de la chica se llenaron de lágrimas, las cuales rápidamente surcaron su rostro. La mujer se cubrió el rostro con las manos.
- Ahome...estás llorando... - Inuyasha sentía tanto dolor cuando la veía llorar y aún más cuando el era el causante de esas lagrimas.
¡Así es¡Pensé que podías comportarte bien en esta fiesta¡Quería pasar una noche agradable junto con nuestros amigos y sobre todo a tu lado¡Y tú tenías que comportarte como un bebé malcriado! Y... - las lágrimas silenciaron sus labios, la verdad es que parte de lo que había dicho era la razón por la que lloraba pero más que todo era porque Inuyasha no daba señales de hacerle la pregunta con la que ella soñaba desde niña. ¿De verdad Inuyasha la amaba¿Inuyasha estaría completamente enamorado de ella?. Sabía que esa pregunta no tenía sentido, ya que ella siempre veía esa gran ternura reflejada en sus ojos cuando él la miraba y cuando sus labios se unían...simplemente no importaba lo demás...con tan solo percibir su dulce sabor sentía que estaba flotando... si, solo era tímido, siempre ha sido así. A pesar de todo a él siempre le costaba trabajo expresar sus emociones más profundas o tal vez... no, no era posible ¿Acaso seguía enamorado de Kikyo?.
- Ahome, por favor deja de llorar que sabes que me destroza el alma verte así - el rostro de Inuyasha se acercó al de la chica. Sus labios recorrieron los caminos que formaban las lágrimas en el rostro de Ahome. Cuando terminó de recorrer la última lágrima, sus labios se encontraron con los de la chica, la besó suave y prolongadamente - Te amo,.por eso no quiero verte así.
- Soy una tonta, no debí llorar por esa pequeñez - Ahome no tenía ninguna duda, ella era la única que ocupaba el corazón de Inuyasha y nadie más.
- No, esta vez yo soy el tonto - ambos quedaron entrelazados en un tierno abrazo - quiero besar tus labios y soñar en tus brazos toda la vida, por eso... - Ahome lo miró con mucha atención ¿Sería lo que estaba pensando hace unos momentos- Ahome, te quiero preguntar si tu...
¡Inuyasha¡Ahome- Sango al verlos corrió hacia ellos ¡Rápido tienen que venir!.
¿Qué pasa Sango- Inuyasha hubiera permanecido irritado por más tiempo si no hubiera sido por el desconcertado rostro de la chica.
- Algo que sin duda tienen que ver - Miroku estaba al lado de la exterminadora.
¿Sucedió algo malo- preguntó Ahome preocupada.
- Solo sígannos - fue la respuesta de Sango antes de que los cuatro amigos salieran corriendo de ese lugar.
¡Vaya¡No sabía que habían tantas personas en esta aldea- Kohaku señalaba impresionado a todos los soldados, campesinos, artesanos entre otros que habían en la fiesta.
- Buena parte de esa gente está aquí porque sus anteriores hogares han sido destruidos por los continuos ataques que hay en esta época - observaron con cierta pena a la sacerdotisa - muchos vienen a esta aldea buscando una vida tranquila.
- Hemos derrotado a Naraku y todavía continúan los problemas, no lo puedo creer - dijo el pequeño zorro en la espalda de Kikyo.
- Shippo, aunque Naraku era una gran amenaza no era la única, la época de guerras aún continúa - le respondió Kikyo.
¡También pueden atacar esta aldea- exclamó Kohaku asustado.
- Si, y la han atacado varias veces - la expresión del hermano de Sango se acentuó - pero antes yo era la que protegía este lugar y en estos momentos lo seguiré haciendo así que no se preocupen - una mirada de seguridad los tranquilizó.
¡Entonces yo la ayudaré¡Soy un gran exterminador así que deje eso en mis manos- Kohaku estaba muy entusiasmado con la idea de ayudar a Kikyo.
¡Tu solo eres un niño humano y débil¡Ese es un trabajo para un poderoso demonio como yo!
- Un poderoso demonio que ni siquiera llega a medir un metro jejejeje.
¿Ah sí? Dicen que lo mejor viene en paquetes pequeños además Tu, gran exterminador, siempre sales corriendo hacia Kikyo cuando encuentras un gusanito peludito "¡Señorita Kikyo un monstruo largo y horrible está ahí!" - Kohaku se sonrojo levemente.
¡Eso no es verdad!.
¡Eso ocurre tres veces a la semana¡Así que si es cierto!.
¡Claro que no!.
- Chicos, basta - Una dulce sonrisa apareció en el rostro de la mujer - Ambos son chicos muy hábiles y tengo la misma confianza en los dos - Shippo y Kohaku se detuvieron al instante.
Siguieron recorriendo la fiesta, saludos alegres y llenos de cariño le dirigían los aldeanos a la sacerdotisa y a los niños que iban con ella. Los habitantes de mayor edad recordaban con mucho cariño todo lo que Kikyo había hecho por ellos hace cincuenta años y cada vez que la veían le regalaban cualquier clase de alimento, pero lo que más les sorprendía era que a pesar de que habían pasado cincuenta años desde que ella había fallecido seguía siendo tan hermosa, tan inteligente y tan fuerte como antes. La sacerdotisa los recordaba con gran afecto y a la vez nostalgia.
¿Qué es eso- Habían llegado a una mesa en la cual habían puras bebidas de varios tipos, pero el pequeño Shippo había descubierto un misterioso objeto colgando de uno de los árboles.
¿Una cuerda- Kohaku se había acercado más al objeto y efectivamente era una cuerda.
- Tiene algo escrito - el pequeño zorro había encontrado un pergamino que estaba atado a la cuerda - lo leeré, dice así:
"Esta cuerda un secreto oculta.
Afortunado es usted invitado.
Jálela, así se libera de dudaUna maravilla se ha encontrado"
"Brilla como todo oro.
No soy ningún mentiroso.
Aquí hay un gran tesoro.
Jálela, no sea perezoso."
- No confío en esa cuerda - Kikyo la miraba con desconfianza - Niños, no...¡No lo hagan- pero fue demasiado tarde ya que los niños, intrigados con el escrito hicieron lo que él les indicaba.
¡PAM! Un estruendoso ruido se escuchó alrededor de donde estaba la misteriosa cuerda, los que estaban muy de ahí salieron disparados en varias direcciones. Algo había caído del árbol en donde estaba la cuerda. Debía de tener grandes dimensiones, ya que para que las personas salieran volando debía de tener un gran tamaño. La sacerdotisa, la cual estaba más cerca del lugar, fue disparada inmediatamente por los aires. Shippo y Kohaku estaban en el suelo sin saber que era lo que había pasado. No tuvieron que esperar mucho, ya que cuando el humo producido por el misterioso objeto se disipó, pudieron ver que era una...
¡CUCARACHA GIGANTE AAAAAHHHHH- las señoras mayores y las jovencitas gritaban aterrorizadas y asqueadas. El insecto era enorme, ya que el árbol de donde había caído era el más grande de todos. Estaba indudablemente muerta, tenía rajaduras en todo el cuerpo, el olor que despedía era horrible, la sangre estaba todavía fresca. Lo más insólito era que en las patas tenía un enorme anuncio que decía lo siguiente:
"Damas, caballeros, niños y niñas, ancianos, ancianas y más, les doy la más cordial bienvenida a nuestro aniversario en el cual festejamos cinco grandiosos y fructíferos años (algunas veces insoportables pero bueno...) de los cuales hemos hecho una y mil locuras (Diríamos obras maestras pero que le vamos a hacer) y sobre todo en los cuales nos hemos dado cuenta que si estamos sin el otro, estamos muertos. Esta linda cucaracha es un gran ejemplar que nos demuestra lo hermosas y magnificas que son las criaturas y los monstruos, lástima que la conseguimos ya muerta, porque la verdad es que hubiera sido perfecto ver como peleaba pero como los cielos nos bendijeron con hábiles exterminadores, la encontramos muerta. Esta preciosidad, además de mostrarla a nuestros apreciados aldeanos, también se la dedico especialmente a las viejas que se asustan de nada, en especial a cierta horrible bruja que tengo como suegra (Por favor, no saben lo feliz que me harían si me informan que se murió del susto ssiiii) esto es para ti, por hacerme desear tantas veces morir, pero mejor dejo de escribir semejantes cosas porque se supone que es una bienvenida y no un diario de infortunios así que antes de dejar de escribir quiero darles las gracias a los curiosos e intrépidos que jalaron la cuerda, ya que esto será lo último que lean de mi parte ya que cuando mi querida esposa lea esto, va a cumplir mi deseo de morir así que ¡adiós y espero que vengan a mi funeral¡Los estaré esperando!"
"atte. Fumiko y Eien (Es más que obvio que Fumiko ni siquiera leyó lo que escribí, ya que la pobre estaba muy ocupada con la decoración y comida)"
Todos los que leyeron esto impactaron contra el suelo al más puro estilo del animé.
¿Qué sucede aquí- Inuyasha y los demás habían logrado llegar al lugar del incidente ¡Es un monstruo- el chico, por instinto se puso en guardia
¡Inuyasha es una cucaracha- Ahome muy asustada se abrazaba al chico.
- Así que este era el alboroto, cuando escuchamos esos gritos, los buscamos a ustedes para que vinieran con nosotros a ver que era lo que pasaba - explicó Miroku exaltado al ver de que se trataba - por lo menos el monstruo está muerto.
¡Pero si esa es...- señalaba Sango sin poder creer lo que estaba viendo ¡Esa es la cucaracha que exterminamos esta mañana!.
¡QUE- todos estaban asombrados al escuchar a la exterminadora.
¡Así es¡La mayoría de las heridas yo se las hice con mi Hiraikotsu- afirmó Sango con mucha seguridad.
¿Qué significa todo esto- dijo Ahome confundida ¿Cómo llegó esta cucarachota aquí?.
- Vayamos a ver al insecto más de cerca - propuso Miroku.
Todos aceptaron la propuesta del monje, pero antes de dar apenas unos pasos observaron alarmados como Shippo y Kohaku estaban en el suelo sin tener la menor idea de lo que había pasado.
¡Kohaku- la joven exterminadora se dirigió rápidamente hacia donde estaba su hermano ¿Estas bien¿Que sucedió?.
- No lo sé hermana - no se podía descifrar si estaba tranquilo o aterrado, ya que su mirada estaba perdida y su tono de voz era casi imperceptible - jalamos la cuerda y de repente sentimos que algo muy grande cayó y después mucho humo...
¿Una cuerda- interrumpió Ahome confundida.
¡La cuerda que colgaba de ese árbol- Shippo reaccionó y le señaló el árbol de enormes proporciones que sostenía la cuerda.
- A ver, malos versos, contendido incitante...¡Eien y Fumiko tenían que ser- Ahome exclamó con cierto enfado al leer lo que tenía escrito el pergamino.
¿Qué estaban planeando esos locos- Inuyasha parpadeaba confundido observando el papel y a la cucaracha.
- Inuyasha, tienes que aprender a utilizar la cabeza más a menudo - Miroku observaba detenidamente a la cucaracha.
¡Como molestas Miroku- le espetó Inuyasha.
¡Miren eso- Sango señaló el gran pergamino que envolvía las patas de la cucaracha.
¿Que dirá ahora ese pergamino- Ahome sostuvo uno de los extremos del pergamino y Sango el otro.
Nuestros amigos leyeron el pergamino. Cuando terminaron ¿Qué creen ustedes que hicierom? Lo mismo que los invitados: Impactaron contra el suelo al más puro estilo animé.
¡Están desquiciados- Ahome se levantaba trabajosamente del suelo.
- Bueno, estoy casi segura de que Fumiko no tuvo nada que ver en esto ya que lo que escribió Eien es cierto, su madre le teme a las cucarachas - Una gran gota apareció en el rostro de Sango.
- Bonita sorpresa nos prepararon esos locos - una sonrisa cruzo el semblante de Inuyasha.
¡Inuyasha como puedes decir eso- exclamó Ahome exaltada ¡Esta cucaracha es horrible¡Asustó a todo el mundo y para más colmo alguien pudo salir lastimado!.
- Por Dios Ahome, no dramatices tanto...
¡Cómo que no dramatice tanto¡Tenemos mucha suerte de que nadie haya salido lastimado!.
¡Esa cucaracha esta bien muerta!.
¡Como...!
- Esperen un momento - Miroku interrumpió la discusión - Niños ¿Acaso Kikyo no estaba con ustedes?.
¡Señorita Kikyo- Kohaku reaccionó ¿Donde est�- volteaba hacia todos lados en su búsqueda, pero no la localizaba.
- Cuando esa cucaracha cayó, varias personas salieron volando, pero ella era la que estaba más cerca al momento de caer ese monstruo... - explicó el pequeño zorro cabizbajo.
- Esto no hubiera sucedido si nosotros hubiéramos ignorado lo que decía ese pergamino - El tomo del hermano de Sango estaba lleno de pesar.
- Algo le pudo haber pasado - dijo la exterminadora con algo de preocupación.
¡Kikyo debe encontrarse bien- dijo Ahome con optimismo. Ella confiaba en ello, pero aún así tenía ciertas dudas.
- Si, ella es una mujer muy fuerte - con eso Inuyasha afirmó las palabras de la chica, además él era quien mejor la conocía...
- Así es, esa tontería no me logró hacer ningún daño - Una voz femenina se escuchó detrás de ellos.
¡Kikyo- Estaban aliviados de verla bien, pero aún así no pudieron dejar de notar las personas que estaba a su lado ni mucho menos el altercado que ocurría alrededor de ellos...
Notas de la autora: Holaaaa ¿Qué tal el capítulo? Bieeennn estupido uu. Más que todo se preguntarán lo de la cucarachita ¿no, bueee es que estos adorables insectos me son demasiado asquerosos, sobre todo las voladoras...pero ese no es el tema. A los que sigan leyendo este mendigo fic, de verdad que muchas gracias n.n, ya las cosas se van tornando cada vez peores...y aún hay más jejejejeje, creo que esto es todo lo que me resta por decir, asi que ¡Sayonaraaaa!
Aquí voy a contestar rewiews nn
Yumiro: Si, ya se que repito mucho esas advertencias, lo que pasa es que...como que quiero hacer las aclaratorias, puede ser que cualquiera piense que el título solo es de adornoXD, y no es del todo así. En cuanto a decir eso...es que todavía sigo sin convencerme a mi misma como escritora, no me preguntes por qué , ya que si ya hay algunos que me han dicho que esta bueno, significa que no es del todo malo. ¡Que bueno que me agregaste en el msn! Ahora solo falta el día en que nos lleguemos a encontrar...
Kathy-Li: El corrector no me guardó bien mi respuesta! De verdad muchisimas gracias por decir lo de fiel lectora TT, y lo de que no le importa que a Kikyo la parta un rayo ¿no crees que ya la pobre ha sufrido bastante para que le pase eso?XD, pero como este fic lo escribo unica y exclusivamente para hacer sufrir a los personajes...>D y lo de fic excelente, la verdad es que esa si que no me la esperaba �¡muchas gracias tambien por leer mi otro mendigo fic de Yu Yu! n.n. Y lo de tu curiosidad, pues bienvenida a club, yo tambien soy así uuU
Creo que eso ya es todo �¡Sayonaraaaaa!
