Capítulo 7: El enredo de la Miko.
¡NIÑOS! - unos cabellos largos y negros, los cuales se perdían en la inmensa noche se confundían en la oscuridad de la misma, la dueña de esos cabellos, la cual era de una belleza impactante era manejada por los vientos. La chica había sido sorprendida por ese monstruo que había caído del árbol. No pudo determinar bien que clase de criatura era la que la había disparado de esa manera... - ¡AGHH! - la mujer había chocado con algo, lo cual amortiguó su caída, había caído encima de alguien, pero el golpe la aturdió tanto que no le importaba quien fuera la persona, lo único que quería era que la dejaran tranquila...
Aléjate inmediatamente, me das asco - sin duda la mujer estaba aturdida, pero de todos modos escuchó con horror una voz oscura y cruel, tenía que pertenecerle a la persona sobre la que había caído.
¡Que...eres tú! - la chica abrió los ojos para encontrarse con unas esferas doradas, las cuales estaban impregnadas de maldad y desprecio. Pocos centímetros la separaban de esos ojos.
Te digo que te quites de encima - el hombre seguía viéndola con asco, su tono fue cortante.
¡Miserable! - la mujer no espero ni un segundo, se separó velozmente de él, no sin antes intentar golpearlo, pero él se debió percatar de eso ya que con una velocidad asombrosa se levantó y la esquivó sin dificultad.
Hasta que entendiste - el joven se sacudía sus ropas - No soportaba ni un segundo más tenerte cerca.
Entonces yo estoy peor, ya que ahora que te veo me arrepiento de haberte dejado escapar Sesshomaru - la sacerdotisa, por la mirada le transfirió los mismos sentimientos que el monstruo a ella - ¿Que diablos haces aquí?.
Primero que todo, eso no te importa - le espetó Sesshomaru - y segundo yo soy el que hace las preguntas, ya que fuiste tu la que me atropellaste.
Te hice una pregunta y me la debes contestar - un aura de energía espiritual rodeaba a la sacerdotisa.
No me da la gana - le contestó fieramente el joven.
hah, tan malos serán tus propósitos para no decírmelos - una sarcástica sonrisa apareció en el pálido rostro de la mujer.
¿Estas enferma verdad? - le preguntó fríamente Sesshomaru.
¿Que clase de pregunta es esa? - le respondió la sacerdotisa con otra pregunta.
Lo digo porque primero, te digo más de una vez que me sueltes y no lo haces y segundo te digo también que no te importa lo que yo haga y sigues insistiendo.
Si, estoy enferma - no había rostro de aquella sonrisa - me enfermo con solo verte (N/A: Naaa, me voy a salir un poco del tema, pero a las chicas fanáticas de Sesshomaru, si ustedes estuvieran en una situación parecida a la de Kikyo, es decir, abrazando a ese angel...en apariencia ¿Lo soltarían tan rápido? Lo dejo para que reflexionen nn )
En algo estamos de acuerdo - la mano del monstruo temblaba de rabia sujetando el mango de su poderosa espada Tokijin.
Deseas matarme pero sabes que si lo intentas sufrirás bastante - la sacerdotisa miraba con atención su mano - inténtalo y sabes lo que te pasar�, eres tan vulnerable como un cachorro. No puedes ni siquiera lastimar a un niño - la risa de la sacerdotisa era maléfica y perversa (N/A: La misma de la serie, ustedes saben cual ��).
Te odio - los ojos estaban cambiando, se estaban viendo sus ojos rojos como la sangre - No sabes cuanto.
Ódiame, vamos - la sacerdotisa sonreía con maldad y desdén - así no tendré ninguna clase de lástima, porque, no será hoy, pero ten algo por seguro, yo soy la que pondré fin a tu pútrida vida.
Maldita... - la espada estaba abandonando el lugar que la guardaba. Sesshomaru nunca había sentido unas ganas de matar tan evidentes. Su Tokijin ya brillaba a la luz de la luna.
Mira nada más lo insensato que eres. Pensé que eras más inteligente. Vaya que si que debes odiarme. Pues... - la sacerdotisa estaba concentrando su energía espiritual en sus manos - tu estás consciente de que vas a sufrir tus propias quemaduras antes de ser herido por mí. No puedes hacerme daño.
No me importa - el demonio apuntó la espada al corazón de la sacerdotisa - moriré de dolor, pero al menos tu vendrás conmigo - con la gran velocidad que poseía ya estaba a muy poco de clavársela, incluso podía sentir el ardor en su piel...justo cuando ya creía que lo iba a lograr...
¡Esta espada me va a servir! - una mano hábil y extremadamente rápida se la sacó de las manos - ¡Eien¡Esta si me las pagas! - la chica que le arrebató la espada a Sesshomaru perseguía a alguien que salía de los árboles.
¡Fumiko¡No lo hagas! - la persona a la que perseguía la chica seguía corriendo asustada sin detenerse!.
¡Esta si que no te la paso!.
¡Te lo suplico¡Hoy cumplimos cinco años de casados!.
¡Tú eres el que parece de cinco años!.
¡Pero Fumiko¡Hemos hecho cosas parecidas y tu nunca te enfadas¡Te encantan!.
¡Si pero sabes que nunca me ha gustado que te metas con mi mam�!.
¡Tu mamá se lo busca!.
¡Eien ella es una mujer vieja y a veces dice cosas malas pero ella no lo hace con mala intención!.
¡Te parece que no es mala intención decir en frente de TODOS que: "Eien es un imbécil, con intelecto de mocoso de dos años y para más colmo siempre carga una cara de estar recién levantado¡Y tu me dices que no fue con mala intención! - esta valiente confesión la hizo pegado a un árbol rogando que su querida tuviera mala puntería.
¡Ella es una gran mujer¡Pagaráaaaaasss...¡Sesshomaru no te había visto! - exclamó la chica al ver mejor de quien era la espada.
Tonta... "Esa mujer me quitó la espada con una rapidez insólitas en los humanos comunes y también pudo dominar la espada, eso es imposible" - Sesshomaru no podía ocultar el asombro de mujer de Eien, la cual sonreía como si no hubiera hecho absolutamente nada fuera de lo común.
¡Ni a tí tampoco Kikyo! jejeje - la chica mostró gran vergüenza al darse cuenta de que la sacerdotisa los miraba con gran confusión.
Cómo me encantaría disculparme como se debe pero estoy algo atascado ¡Fumiko mi corazón! – El pobre terrateniente estaba cómodamente atascado, ya que Tokijin estaba clavada arriba de su hombro, la cual atravesaba su ropa y lo clavaba en el árbol.
¡Es verdad! - Fumiko corrió al lado se su esposo y, sin ninguna clase de problemas retiró la espada del árbol -¡Discúlpame cariño! - y para sorpresa de todos lo abrazó con bastante ternura.
¡No hay problema¡Si que eres buena en combate! - el chico miraba sorprendido a su esposa, la cual seguía con la espada tranquilamente.
¿En serio lo crees? - la chica examinaba los plateados ojos del chico con inmensa ternura.
¿Acaso crees que soy capaz de mentirte?
Bueno, sé que me mientes algunas veces - dijo la mujer con una sonrisa divertida – pero también sé que en estos momentos eres sincero, por favor prométeme que no vas a fastidiar a mi madre ¿Si?. - sus ojos aguamarina mostraban una inocente suplica.
Por esos ojos hasta le construiría un monumento, esta bien te lo prometo - cruzó los dedos por detrás de la espalda - "Lo siento, pero lo hago por si acaso mi hermosa suegra acaba con mi paciencia" Y no pienso por nada del mundo romperla - era más que obvio que éstas palabras contradecían sus pensamientos, pero por ese día tan especial era capaz de todo.
Muchas gracias, no sabes cuanto te amo cariño - su rostro se dirigía directamente al de su amado...
Yo igual - los ojos de la pareja se cerraban para esperar el inminente y apasionado beso...
Lamento la interrupción, pero quiero saber exactamente que fue lo que pasó aquí - una chica de cabellos negros interrumpió de manera súbita la escena, y no era de esperarse, ya que estaba enfadada, no sabía que había sido lo que la expulsó en el aire y además cuando Fumiko y Eien empezaban a besarse, un rato muy largo pasaba antes de que se separaran.
¡Un millón de disculpas Kikyo! - Fumiko empujó drásticamente a su marido.
Muy bien, Fumiko dime que diablos era de lo que hablaba el pergamino que colgaba del árbol en la mesa de bebidas.
Pregúntaselo a mi querido marido - La mujer observó con furia a su esposo.
Pero si yo... - Fumiko y sobretodo Kikyo transmitían tanta furia que al pobre chico le costaba hablar - eh...
Eien, habla de una maldita vez o te juro que te va a pesar - la sacerdotisa se aproximaba lentamente a él.
Eh...eh... - eso era lo único que Eien podía decir.
Eien, te lo advierto o me lo dices o me lo dices.
Pues...eh...
¡EIEN! - exclamó Fumiko - Dile que en el árbol había una horripilante cucaracha muerta y que estabas esperando que un inocente jalara la cuerda para liberarla todo para hacer sufrir a mi mamá y para que los invitados "disfrutaran" ese espectáculo.
Bueno, eso era lo que iba a decir, pero ya que tú lo hiciste...
Tenías que haber sido tú, quien más haría unos versos tan patéticos - dijo la sacerdotisa con desdén - así que una cucaracha gigante...dime como la conseguiste.
¡Muy facil! - Eien había recuperado su habitual animo - Esta mañana esa cucaracha apareció en las afueras de la aldea y nuestros grandiosos guardias y exterminadores cumplieron su trabajo y cuando la vi me dije: Esta cucarachita es muy bonita, así que me la llevo para que mis lindos invitados la vean y eso fue todo
Sabes que esa no fue tu principal intención - la mujer de Eien lo fulminaba con la mirada.
Pues, no precisamente pero...
¡Entonces porque mientes!.
Este...
Voy a ver que sucedió en el lugar en donde cayó el insecto, ya que por su tamaño pudo haber lastimado a alguien - les dijo Kikyo a la pareja.
¿Lastimar? - preguntaron confusos.
Así es, esa cucaracha era muy grande, incluso yo salí disparada por los aires sin poder evitarlo. A las demás personas les pudo haber pasado algo grave.
¿Entonces que hacemos aquí? - Fumiko estaba asustada - ¡Tenemos que irnos!.
Si esta bien - a pesar de lo que había dicho la sacerdotisa Eiein continuaba con su buen humor.
¿Por qué sonríes¡Si alguien resulta lastimado es por tu culpa! - le reclamó con furia.
Es mejor que vayamos a ver antes de sacar conclusiones apresuradas Fumiko - Eien tenía una voz serena y calmada.
Pero Eien...
Mejor cállense y síganme, estamos perdiendo tiempo - dijo secamente la sacerdotisa. Cuando habían dado apenas unos pocos pasos sintieron que alguien los acompañaba - Sesshomaru ¿Por qué nos estás siguiendo? - preguntó Kikyo.
... - fue la respuesta del demonio.
O me contestas o te mato - había algo que no andaba bien, Kikyo lo sentía, no sabía por qué pero no confiaba en él.
Inténtalo, con tal, antes de que llegaran estos idiotas lo ibas a hacer.
Vamos amigos, cálmense - Eien tenía la misma sonrisa de siempre y sin embargo a la vez era distinta - Sesshomaru está aquí por un trato.
Humano tonto, dámelo inmediatamente que no quiero seguir perdiendo el tiempo - El monstruo lo observaba detenidamente.
Tranquilo, todo a su tiempo - le contestó Eien.
Una de las cosas que más detesto es que me hagan esperar.
Si, lo sé, por ejemplo a mí me desespera cuando tengo que esperar a que Fumiko se vista y se maquille...
¡EIEN!.
En lo que iba, bueno como yo he sentido lo mismo que tú te comprendo, pero en estos momentos tenemos otras cosas de que ocuparnos y este...
No podemos dártelo hasta acabar - Fumiko termino la explicación por su esposo.
Además¡estamos en una fiesta! - Eien lo agarró por un brazo - ¡Nuestros cinco años de casados¡Hay de todo! Abundante comida, Buenas bebidas, encantadoras mujeres, niños alegres, fenómenos paranormales...
Y él final de la fiesta será lo mejor - Fumiko le agarró el otro - ¡Y muchas sorpresas más! Esperen un momento...
¿Sí cariñito? - le preguntó amablemente Eien a su mujer.
¿A qué te refieres con fenómenos amorfos? A mí me gustan las cosas raras, pero cuando planeamos la fiesta no preparamos nada fuera de lo común.
Así es, lo que sucede es que ciertas personas ya son fenómenos amorfos...
¡Espero que no te hayas referido a mi madre!.
¡Por supuesto que no¡No me refiero solamente a ella!.
¿Por qué te metes con mi mamá si sabes que a mi eso me molesta bastante?.
Simplemente porque ella me quiere...
¿Y eso que tiene de malo¡Ella siempre te ha querido! Solo que no lo demuestra.
¡Claro que si lo demuestra!.
Pero si siempre te quejas de lo contrario.
Si, siempre demuestra que me quiere ¡pero muerto!.
¡Eso no es verdad!.
¡Claro que si!.
¡Claro que no!.
¡Que si!.
¡Que no!.
¡Que sí!.
¡Que no!.
¡Que si!.
¡Que no!.
¡Que no! la mujer se tapó rápidamente la boca - ¡Tu me hiciste decirlo!
Es que tu siempre al final me das la razón...por eso es que te amo tanto...
Eien, igual te amo a ti...
¡QUÍTENSE DE ENCÍMA ASQUEROSOS HUMANOS! - la feliz pareja no se había dado cuenta de que un simpático y agradable demonio de cabello blanco estaba entre ellos a la fuerza y cuando estaban a punto de demostrarse el más profundo amor...accidentalmente se lo demostraron a él. Eien besó la mejilla izquierda y Fumiko la derecha. Sesshomaru estaba rojo...(N/A: No chicos, estaba rojo pero de la ira y bueno, un poquitin de vergüenza quizás...pero definitivamente era ira jejeje).
¡Ay, lo lamentamos! - le sonrió Fumiko - pero creo que no fue tan malo¿o no?.
gggrrr "que asco, me lavaré pero nunca estaré limpio" grrrr - gruñía el demonio mientras se limpiaba las mejillas y una sacerdotisa se reía de lo que había pasado.
No hay que ser tan buenos actores querido amigo - dijo Eien poniéndole una mano en el hombro - un beso es para demostrar cuanto queremos o apreciamos a alguien, y mi esposa y yo te queremos mucho.
Así es la mujer hizo lo mismo que su marido - te queremos mucho - iban a repetir la escena anterior pero...
Ni lo piensen - aprovechando el descuido de los dos, Sesshomaru pudo librarse rápidamente de ellos - esta bien, voy a esperar a que termine esta estúpida fiesta para que me lo den.
Eso está mucho mejor - aprobó Eien - y bien es mejor que retornemos a nuestra fiesta...
Eien, se nos está olvidando algo - dijo pensativa Fumiko.
¿En serio? pues yo solo recuerdo que tenemos invitados esperándonos - Eien fingía ignorancia, aunque sabía muy bien a lo que ella se refería.
¡Oigan ustedes caminen! - una voz femenina se escuchaba a lo lejos - ¡Teníamos que ver si habían heridos por lo de la cucaracha gigante!.
¡Es verdad¡Mueve esas patas si es que te sirven de algo! - Fumiko al recordarlo volvió a enfurecerse con su marido.
Si me sirven de algo ¡Para correr! - salió disparado antes de que su mujer tuviera otra vez ganas de matarlo.
¡Espero que té dirijas hacia la mesa de bebidas¡Eieeeeeeeennnn! - corría como loca tras su esposo.
Nunca había visto personas tan locas ni tan repugnantes como ellos �� - dijo el demonio mientras los seguía. Continuaba enojado por la muestra de cariño de Eien y su esposa.
En lo de locas te doy la razón, pero no te permito que los llames repugnantes solo por demostrarse lo mucho que se aman - la sacerdotisa mostraba cierta melancolía en sus ojos.
Esa es la tontería más grande que he visto en mi vida - un gesto lleno de aversión apareció en su rostro.
Es una tontería para aquel que solo vive para matar y hacer sufrir a los demás - no quería seguir hablando del amor, y mucho menos con alguien como él.
Tu no tienes ninguna clase de moral para decirme eso - fue la simple respuesta del joven demonio.
No se que me quieres decir con eso - Kikyo lo fulminaba con la mirada. Sabía a lo que el se refería, pero era lago que a ella le molestaba.
Una cosa es que no entiendas y otra cosa es que no quieras entender y sé que no eres ninguna tonta para no saber a que me refiero - una sonrisa maligna cruzó su rostro.
Cállate, no hables más - Kikyo temblaba de rabia.
Si, dejemos esta conversación ya que tengo que estar pendiente de que esos imbéciles no me traicionen - miró hacia donde estaba la pareja, los cuales todavía seguían con su disputa - no son normales.
Yo también me he dado cuenta de eso - la mujer ya estaba más calmada - a pesar de que sus presencias son las de unos seres humanos cualquiera algunas veces muestran habilidades que no son comunes, pero ellos no son malos; no podrían hacerle daño ni a una hormiga - la chica estaba sonriendo, era una sonrisa cálida...
No, en eso si que te has equivocado - el demonio los señaló. Eien debió haberse vuelto a burlar de su suegra, ya que la chica le dio un buen puñetazo que lo mandó derecho a un árbol.
¡AAAAAAAYYYY¡Me dolió! - se pasaba la mano por la cabeza, la cual estaba llena de chichones. Se levantó trabajosamente del suelo - ¡No debiste haberme golpeado tan fuerte...! - no pudo seguir hablando, ya que de repente sintió que varios seres lo puyaban varias veces en la espalda - ¡Hormigas! - efectivamente habían millares de esos animalitos en su espalda, lo picaban incansablemente - ¡Diablos¡estúpidas hormigas del demonio¡mueran ¡mueran! - se sacudía incontrolablemente y daba constantes pisotones en el suelo - ¡mueran¡Tomen eso¡Tomen¡Tomen y tomen¡se lo merecen!.
¡Pobrecitas! - su esposa tuvo que detenerlo - ¡No debiste tratarlas tan mal!.
¡Mal me han tratado a mí¡Me han dejado hueco el trasero! - se rascaba más que todo en ese lugar.
No armes tanto drama por unas picaditas - Fumiko lo sujeto por un brazo, obligándolo a que avanzara - mejor camina, tenemos cosas que hacer y deja de rascarte el trasero, se ve horrible - le terminó reprochándole.
Mujeres, todas son iguales, fastidiosas e insoportables - murmuró Eien enojado.
¿Dijiste algo? - Fumiko tenía una mirada simplemente amenazadora.
¡Naaadaaa! - dijo el chico. Sudaba a caudales - solo decía que esas hormigas si que me picaron jejeje...
¿Seguro? - su mirada se volvía cada vez más amenazadora.
Si no estoy seguro de lo que digo, estoy perdido ¿no lo crees así?
Eso es verdad, aunque ¿sabes? hay veces que parece que no sabes lo que dices...
¡Fumiko¡No me quieras tanto!.
Te quiero muchisimo, pero si no te callas te voy a seguir queriendo más...
Esta bien - sabiendo que su esposa estaba de MUY mal humor decidió que lo mejor era hacerle caso.
Unos metros más atrás...
¿Lo ves?
Retiro lo dicho – para sorpresa de Sesshomaru, Kikyo soltó una risa; era una risa muy distinta a las demás, esta estaba llena de gracia y humor.
¿Acaso tiene algo de divertido?
No te lo diré - fue la simple respuesta de la mujer.
... - con eso los cuatro quedaron en silencio. No estaban muy lejos de la fiesta, pudieron deducir esto ya que a algunos metros de distancia estaba...
¡Mi preciosa cucarachita! - Eien corrió muy feliz hacia el enorme insecto. Fumiko y Kikyo lo siguieron. El demonio decidió permanecer en las penumbras que formaban la vegetación de los arboles y demás plantas, pero de todos modos los vigilaba, no fuera a ser que lo engañar y no le fueran a entregar lo que le habían prometido.
¿Preciosa¡Es asquerosa! - Refunfuñaba Fumiko completamente asqueada.
¡No sabes lo que dices¡Es un formidable monstruo!
Si, se que es un monstruo pero...al igual que a mi mamá a mi las cucarachas me resultan repugnantes.
Así que este es el insecto que me mando a volar ¿verdad? - dijo repentinamente la sacerdotisa mirándola con asco.
Ay, no sabes cuanto lo lamento jiji - se disculpo Eien con una tonta sonrisa - como dije antes fue una broma para mis invitados.
Y obviamente no se lo tomaron a bien - la sacerdotisa señaló a los invitados, las mujeres todavía seguían temblando de miedo, había otras que mostraban indignación ante tal falta de respeto y varios hombres que pateaban y golpeaban la coraza del insecto.
¡No¡déjenla en paz! Ya esta bien muerta - Eien corrió desesperado hacia los tipos que la pateaban, la golpeaban con piedras, palos e incluso algunos que intentaban quemarla.
¡Señor Eien! - exclamaron todos al ver al terrateniente interponerse entre el cadáver del insecto y los que lo golpeaban.
¿Cómo se atrevió a hacer semejante barbaridad? - reclamó uno de los que la golpeaba.
¡Pudieron haber heridos! - dijo otro.
¡Ese monstruo puede traer mala suerte a la aldea!.
¡Nuestros niños lloran!.
¡Ese cadáver apesta demasiado!.
¡Puede desatar muchas enfermedades!.
¡Mi esposa me quitó mis pertenencias y se fue con otro! - gritó de repente uno de los aldeanos.
¿Y eso que tiene que ver? - le preguntaron los presentes.
Nada, solo lo quería gritar - dijo el aldeano con una sonrisa, todos lo vieron con gotas en la cara - lo cierto es que esta cucaracha puede desatar muchas calamidades - enseguida los que estaban ahí se pusieron de su parte.
Aldeanos, están equivocados - Eien a pesar de todo seguía con su sonrisa - Como habrán podido darse cuenta esto solo era para diversión de todos...
¡Pues vaya concepto de diversión que tienes Eien! - saltó una mujer.
¿Te parece divertido matarnos de un susto? - preguntó una chica de menor edad enfadada.
Si eso a mi me divierte bastante pero si no...¡No leas eso! - el joven terrateniente había ignorado a la chica que lo miraba escandalizada, ya que Fumiko se había dado cuenta del pergamino que colgaba de las patas del insecto.
¿Que no lea que¿Lo que tengo en la mano? - le dirigió una mirada llena de desconfianza - eso me hace desear leerlo aun más - sus ojos aguamarinas recorrían cada una de las líneas del escrito. En varias partes sus ojos se abrían. Cuando terminó de leerlo su cabeza se inclinó, no se le podía ver el rostro - Con que esto es lo que piensas de nuestra relación ¿no? - la chica temblaba. Los aldeanos quedaron en silencio.
¡Espera¡No es lo que parece! - el joven negaba rápidamente con la cabeza - ¡Era solo una broma! - con lo furiosa que se mostró su mujer durante toda la noche no sabía que podía esperar de ella.
Eien...yo..yo.. - por alguna razón no podía articular palabra alguna.
Fumiko, discúlpame... - se le acercaba lentamente - no quería que esto...
Yo..yo...¡No aguanto la risa! JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA - misteriosamente Fumiko estalló en una escandalosa carcajada - JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA - Todos la observaron preocupados.
¿De verdad te encuentras bien? - Kikyo la veía asombrada por la actitud que había tomado.
¡Estoy b..JAJAJAJAJAJAJAJAJA - se reía tanto que varias lágrimas recorrían su rostro.
Fumiko... - Eien le colocó las manos en los hombros - has vuelto.
¡Como que he vuelto ton...jajajajajajajajajaja - no logró decir absolutamente nada.
Olvidalo, después te lo digo - le dijo Eien con dulzura.
¡Eres el mismo imbécil que conocí jajajajajajajajajaja - no podía decir ni una sola frase sin estallar de la risa.
Gracias uu - le contestó su marido ante tal halago.
No te preocupes - le dijo la sacerdotisa - esta progresando, hace unos momentos logró decir seis palabras sin reírse.
¡Esa carta es tan graciosa querido Eien jajajajajajajajajaja...
¿Ves a lo que me refiero? Ahora dijo siete sin ningún problema - Kikyo daba estos informes con gran seriedad.
aja..ja...ja - Fumiko ya estaba cansada de reirse tanto - ja..ja..bueno, ya...me calme - le faltaba el aire, respiró hondamente para volver a la normalidad - Cariño, tu carta me resulto tan graciosa, me recordó viejos tiempos - y como cosa rara volvió a apachurrar a su marido - sabes, en algunos momentos yo también he sentido lo mismo que tú dices en la carta.
Te digo algo - le susurró el joven terrateniente a su esposa en el oído - lo dejamos para el final lo que nos queremos decir en estos momentos ¿Te parece? - la pareja se separó.
Esta bien - aceptó la mujer. Los aldeanos los veían confundidos.
Me parece lindo pero...¡La cucaracha! - reclamó otro hombre más.
Con respecto a eso voy a hacer un anuncio - su semblante se tornó serio de repente - como he podido notar a ninguno de ustedes le agradó mucho mi sorpresa...
¡NO! - gritaron todos.
Por eso declaro que mañana ¡Les doy el día libre a todos mis empleados! - todos.
¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII! - gritaron la mayor parte de los empleados - ¡Eien¡Eien¡Eien¡Eien¡Eien! - los aldeanos alababan al joven con gran entusiasmo.
¿Y nosotros? - preguntó un artesano - Varios no trabajamos en tus campos ¿Con que nos vas a compensar?.
Pues...no tengo ni la menor idea - cuando lo estaban empezando a mirar mal Eien dijo lo siguiente - No se preocupen, algo se me ocurrirá pero mientras tanto ¡Disfruten lo que queda de la noche mientras que yo veo como arrastro a la cucaracha¿Que les parece?.
¡BIENNNN¡ES EL MEJOR¡Eien¡Eien ¡Eien!... - todos se iban retirando del lugar, todos elogiaban a Eien por ser tan buen anfitrión.
¿Les vas a dar el día libre? - le preguntó una Fumiko dudosa a su marido.
Si, se lo merecen ¿Acaso he hecho algo malo?.
Creo que no.
Nunca había conocido alguien tan bondadoso - la sacerdotisa estaba seria - pero esa bondad podría acabar contigo si no te cuidas - le advirtió la mujer.
Kikyo, si te refieres a eso no te preocupes - sus plateados ojos brillaban de una manera extraña, a la sacerdotisa esto la tomó por sorpresa - sé muy bien lo que hago.
¿De que hablas? - preguntó Fumiko inquieta, esa mirada en su esposo era tan fuera de lo común.
Si, de tu capacidad no dudo pero recuerda que la principal debilidad de los humanos es que creen saberlo todo - Kikyo intentaba descifrar esa mirada pero no lo lograba.
¿Solo de los humanos? - esa enigmática mirada no desaparecía de Eien - creo que esa debilidad la tienen todos, unos con más intensidad que otros.
¿Quieres decirme que reconoces que es verdad?.
Sí, de cierta forma. Ni los más sabios deben creer que lo saben todo - el joven sonreía, pero no era una sonrisa ni maligna ni alegre - yo soy un terrateniente como muchos en este país, hay muchas cosas que sé y muchas otras que no.
Te gusta poner a prueba a los demás, me he dado cuenta de eso - Kikyo también sonreía.
Hay muchas cosas que no sé, como dije antes pero hay algo que sí - Eien señaló algo detrás de la sacerdotisa - Veo que nuestros amigos están muy lejos buscándote.
¿Qué? - se volteó con rapidez y como el había dicho a varios metros en la parte de atrás del insecto estaban varias figuras muy conocidas.
¡Son Inuyasha y sus amigos! - exclamó la esposa de Eien muy contenta - ¡Vamos a verlos!.
Supongo que sí, ya que creo que no entendías lo que Kikyo y yo hablábamos...
Eien, no me busques de nuevo porque me vas a encontrar...
Y hablando de buscar, por lo que veo no me encuentran - comentó la sacerdotisa aproximándose a ellos, concluyó esto al ver a los muchachos hablar del incidente...
¡Señorita Kikyo! - Kohaku reaccionó - ¿Donde est�? - volteaba hacia todos lados en su busqueda, pero no la localizaba.
Cuando esa cucaracha cayó, varias personas salieron volando, pero ella era la que estaba más cerca al momento de caer ese monstruo... - explicó el pequeño zorro cabizbajo.
Esto no hubiera sucedido si nosotros hubiéramos ignorado lo que decía ese pergamino - El tomo del hermano de Sango estaba lleno de pesar.
Algo le pudo haber pasado - dijo la exterminadora con algo de preocupación.
¡Kikyo debe encontrarse bien! - dijo Ahome con optimismo. Ella confiaba en ello, pero aún así tenía ciertas dudas.
Si, ella es una mujer muy fuerte - con eso Inuyasha afirmó las palabras de la chica, además él era quien mejor la conocía...
Así es, esa tontería no me logró hacer ningún daño - Una voz femenina se escuchó detrás de ellos.
¡Kikyo! - Estaban aliviados de verla bien, pero aún así no pudieron dejar de notar las personas que estaba a su lado ni mucho menos el altercado que ocurría alrededor de ellos...
¡Hola¡Hola! - Fumiko corrió a saludarlos - Y díganme¿Como andan?.
Bien asombrados - contestó Miroku sonriendo - tengo que admitir que lo de la cucarachita fue algo eeehhh fuera de lo común...
¡Muchas gracias! - saltó Eien con una sonrisa aún más amplia - ¡Lo sabía¡A alguien le tendría que gustar lo de la cucaracha!.
De hecho no - al terrateniente le salían cascaditas de lágrimas - solo dije que era fuera de lo común, no que me gustara.
¡Cómo esperas que a alguien le guste algo así! - salió Sango a regañarlo - ¡Yo encontré a mi hermano completamente aterrado en el suelo gracias a ese maldito insecto...!
. Hermana, yo no estaba asustado...- decía Kohaku inocentemente.
¡Te callas! En donde iba, ah sí ¡Mi hermano y Shippo estaban conmocionados por la gran sorpresa de que...
No estabamos conmocionados... �� - intentaba decir Shippo enfadado.
¡Les digo que se callen! Como decía. ¡Esa grandiosa idea pudo haber lastimado a muchas personas ya que esa cucaracha era muy grande...
Solo nos tomó por sorpresa, no es para... - decía Kohaku.
¡Que te calles te digo grandísimo tonto! Sigo hablando ¡Muchas cosas horribles pudieron haber pasado! - Sango seguía reclamando sin saber ni siquiera quien hablaba - ¡Kohaku defiéndete y di algo!.
¡Eso intento pero tú no me dejas¡buuuuaaaaaaaa! - el pobre chico rompió en llanto.
¡Ay perdóname hermano! oo - Sango le daba palmaditas - ¡Creí que Inuyasha era el que me interrumpía!.
¡Que dijiste! �� - el joven Inuyasha no se veía nada contento.
No digas nada - le advirtió Ahome.
¡Cómo que no le diga nada...! - pero Ahome le tapó la boca y se acercó a su oído - Acuérdate las dificultades y sufrimientos que ella pasó cuando Náraku tenía secuestrado a Kohaku, es obvio que este muy preocupada por su seguridad ya que teme perderlo. No la regañes, esa confusión fue por la furia y el alivio que ella tiene acumulado en estos momentos - dicho esto se separó de su oído.
Si, ya entendí - le aseguró el chico aunque todavía tenía ganas de devolverle el insulto.
Kohaku, deja de llorar - le decía Sango con dulzura a su hermano - mejor cálmate o Kikyo va a pensar que tu eres un niño cobarde ¿Verdad que no te gustaría que ni ella ni los demás creyeran eso - Sango le guiño un ojo a la sacerdotisa, la cual entendió el mensaje y se hizo la sorprendida.
Ya para que, si ya todos hasta Kikyo sabemos que es un llorón de primera jejejeje - comentó maliciosamente el demonio zorro.
¡No es cierto! - Kohaku se limpió las lágrimas rápidamente para confrontar a Shippo.
¡Si lo es!
¡No lo es!
¡Si lo es!
¡Que no!
¡Que si!.
¡Cálmense! - Ahome interrumpió la discusión - Shippo no debes decir esas cosas tan desagradables, discúlpate ahora mismo - le ordenó la chica al zorro.
Esta bien, disculpa Kohaku - el zorrito inclinó la cabeza.
No hay problema - el hermano de Sango estaba tranquilizándose.
Pero de que eres llorón eres llorón Kohaku...
¿Dijiste algo Shippo?
Naaadaaa Kohaku Naaadaa jejejeje - la risa del demonio era nerviosa.
Volviendo al tema, admite que esa broma fue peligrosa - le ordenó Sango al terrateniente.
¿Pero porqué? - replicó Eien - Ninguno salió herido, tu hermano y amigos están ilesos, todos están bien.
Por las razones anteriores esa broma fue MUY pesada.
¡No paso nada!.
Cariño, no seas terco, Sango tiene razón - interrumpió Fumiko.
¿Tu también? - miró sorprendido a la chica.
¡Esa broma fue horrible y punto! - un elemento de la naturaleza llamado fuego estaba apareciendo a su alrededor.
Admito que no fue de buen gusto - reconoció el chico - pero no fue tan grave como tú dices -
¡Fue muy grave! - la mirada de la exterminadora era "exterminante" (N/A: Si, lo se, no se me ocurre nada bueno XXDD).
En un lugar cercano a la cucarachota...
Dios, Eien es un completo imbécil ¡No se da cuenta del peligro que corre! - Inuyasha estaba escondido detrás de Ahome temblando como hoja.
Si, Eien puede ser a veces un poco distraído - dijo Ahome intentando suavizar lo que había dicho Inuyasha.
¿Un poco? yo diría demasiado �� - el zorrito miraba con lástima a Eien.
Señorita Ahome lo lamento, pero estoy de acuerdo con Inuyasha - dijo cierto monje completamente aterrado.
Mi hermana puede ser peor que un demonio cuando se enfada - el hermanito de la exterminadora miraba la escena como si fuera familiar para él.
Si lo sabré yo uuU - dijo Miroku.
No, si lo sabremos nosotros ��U - dijo Inuyasha apoyando a Miroku.
Bueno, es cierto que Sango enfadada es aterradora U - la estudiante miraba a Sango con cierto miedo.
Eien debería admitir que su broma pudo traer consecuencias fatales - dijo sabiamente la sacerdotisa.
Eso es verdad, yo siendo él lo haría - dijo Inuyasha.
Chicos, deséenme suerte, porque la voy a necesitar - Miroku decidió dirigirse a donde estaba Eien.
No seas dramático monje - dijo fríamente Kikyo - ni que fueras a la horca.
Yo diría que es peor que eso - comentó Inuyasha sudando frío.
¡Kikyo tiene razón! - Ahome reaccionó (N/A: No importa lo que pase, oir esto de los labios de Ahome siempre sonará muy entraño verdad jejejeje .) ¡Inuyasha sé que Sango da mucho miedo cuando se enfada pero tienes que ser valiente¡Se un hombre!.
Nooo, ni que yo fuera mujer ��U
¡Tonto¡Me refiero a que no te sigas escondiendo detrás de mí! - le reclamó la chica.
Esta bien - Inuyasha salió de su escondite, se irguió de pies a cabeza.
Eso esta mucho mejor - pero extrañamente Ahome se puso detrás de él - Así me puedo esconder con mayor facilidad.
¡Eres una gran tramposa! - Inuyasha miraba enfadado a Ahome, la cual seguía detrás de él.
¡Se supone que tienes que protegerme! - le recriminó la chica.
¡Pero...!
¡Pero nada!.
¡Silencio! - exclamó la sacerdotisa - ¡No me dejan escuchar! - les estaba dando la espalda queriendo observar la escena.
Bueno, bueno - interrumpió Miroku, ya que se había formado un silencio incomodo - tengo que marcharme, tengo que ser solidario con Eien.
¿Y que piensas hacer? - preguntó Shippo con gran incognita.
Hacerle saber a Eien que contradecir a Sango y más aún cuando está enfadada es un grave error - emprendió de nuevo su camino.
Que te vaya bien - le dijo Shippo.
Eso espero
En otro lugar donde una cierta chica va a asesinar a alguien...
¿Sabes querido? Si Sango va a lastimarte no pienso detenerla - le dijo Fumiko alegremente.
uuUUUUU ¡Me alegro de tener una esposa que me apoye en todo! nnU - Eien tenía su típica sonrisa estúpida.
¡Di que esa broma estaba fuera de control Eien! - Sango estaba cada vez más rodeada de fuego, lo único que no parecía envuelto por las llamas eran sus ojos, los cuales relampagueaban como centellas en una tormentosa noche.
¡Y te digo que sigues exagerando! - decía Eien, a pesar de la situación no se mostraba alterado. Sin embargo no pudo ocultar su asombro al ver que Miroku se le acercaba a él con prisa.
¡Hola vida mía! - dijo Miroku con todo el pánico del mundo al pasar por su lado.
¡No me digas que estas de su parte Miroku! - bramó Sango al ver que el monje se dirigía hacia donde estaba Eien.
¡No, dulzura por supuesto que no! - aclaró Miroku inmediatamente - ¡Solo vengo a pedirle algo jejeje!.
¿Que deseas? - dijo el joven ya que Miroku se colocó cerca de su oreja.
Eien, este no es el momento de hacerse el imbécil - le susurró Miroku - Por experiencia propia te digo que a Sango cuando está terriblemente enfadada (Como en estos momentos) es fatal contradecirla.
No creo que sea más horrible que mi mujer cuando me burlo de su madre - le susurró también Eien.
¿Te acuerdas que tu me dijiste que aquella cicatriz en mi cabeza era impresionante?.
Si, esa cicatriz solo puede ser hecha por un demonio.
Si, el demonio que tienes enfrente de ti fue la que me la hizo - le informó Miroku, Eien quedó noqueado con la noticia - ¿Ahora entiendes lo que debes hacer?.
Esta bien, admitiré mi error - dijo el terrateniente temblando.
Entonces ya no tengo nada que hacer aquí - dijo Miroku alegremente para luego marcharse tranquilamente, pero antes.
Se puede saber... ¿Qué diablos le decías a Eien? - preguntó Sango fieramente.
Nada importante, solo le preguntaba si en la mesa de comida quedaban más langostas - Sango le regresó una mirada llena de duda - "¿Por qué diablos no se me habrá ocurrido nada mejor?" - se preguntó Miroku atemorizado.
Y para sorpresa de todos, Sango dejó pasar a Miroku...
¡Esta bien Sango admito que mi broma fue terrible lo siento! - Eien casi tocaba el suelo de la profunda inclinación que hizo.
No te preocupes, después de todo no dejo heridos - lo que vieron los llenó de más asombro, ya que en un segundo la apariencia de Sango pasó a ser de mortífera y asesina a dulce y calmada.
Si esto hubiera continuado como antes, ahí si habrían heridos - dijo la sacerdotisa, todos asintieron
¡Gracias al gran Buda que Sango volvió a la normalidad!. - El monje lloraba de felicidad.
¿Decías algo Miroku? - otra expresión llena de duda apareció en el rostro de Sango.
No he dicho nada ...
Lástima, quería ver a Eien sufrir un poco pero ya que - Fumiko se veía decepcionada.
¡No seas así conmigo! - le reprocho Eien.
¿Y ustedes que hacen escondidos ahí? - preguntó Sango a sus amigos.
No estabamos escondidos Sango -U - aclaró Ahome.
¿Ah no¿Y entonces que hacen? - esperaba una respuesta de parte de ellos.
Solo queríamos que resolvieras en paz tu asunto con Eien - respondió inmediatamente Kikyo con un asombroso convencimiento.
Ah, esta bien - la exterminadora quedó convencida con esa explicación.
¡Que bueno que esto terminó bien! - exclamó Ahome.
Tu lo dijiste ¡A seguir con la fiesta! - rugió Eien pero alguien lo detuvo.
Oye tonto¿A donde crees que vas? - lo interrumpió su esposa.
Se supone que a continuar con nuestra celebración...
Se te esta olvidando una cosita... - todos supusieron lo que Eien estaba olvidando pero no quisieron decírselo, ya que querían ver lo que pasara...
Si, ya saludé a tu mamá ��
No me refiero a esa cosita...
Ah ya - tomó a Fumiko en sus brazos y enfrente de todos la besó apasionadamente - ¿Era eso?.
Nooooo...no era eso ��.
¡Se que eres algo atrevida pero no para querer hacerlo en frente de todos! - dijo el terrateniente algo sobresaltado - ¿No sería mejor esperar a que todos se fueran?.
OO! - habían captado perfectamente lo que él quería decir.
¡Espectáculo! - exclamó Miroku. Sango lo aniquiló con sus furibundos ojos
Oye hermanita ¿Que quiere hacer Fumiko que no lo pueden hacer enfrente de todos? - preguntó Kohaku con toda la inocencia del mundo.
¿Y que tan espectacular puede ser lo que ella dice? - el pequeño zorrito si se había dado cuenta de la cara que habían puesto sus amigos.
Pues niños, como ustedes son todos unos hombres se los voy a decir... - el monje Miroku con mucho gusto iba a dar la explicación pero algo lo detuvo.
¡Ni se te ocurra decir ni una sola palabra más Miroku! - el pie de Miroku estaba hinchado, ya que Sango le había dado UN BUEN pisotón.
¡No soy un niño! - protestó Kohaku.
¡Lo sabía! - exclamó Shippo - Eres niña...
Shippo... - los puños del chico estaban fuertemente apretados.
Lo que queremos decir es que ya somos hombres - aclaró el demonio como disculpa.
¿Ves Sango? Ellos han demostrado en varias ocasiones ser muy maduros, así que...
¡Miroku¡No es recomendable que les des clases de educación sexual...! - se silenció rápidamente, ya que al oír cierta palabrita los niños pusieron cara confusa.
¿Educación sexual¿Que es eso? - Shippo se veía mucho más intrigado.
Sango metió la pata dijo Ahome algo avergonzada del temita que estaban tratando.
Y bien en el fondo - terminó Inuyasha la frase por ella.
¡Inuyasha¡Felicidades! - le dio Ahome una cariñosa palmadita en la espalda.
¿Y por qué?.
Al fin en una ocasión sabes de lo que hablamos-.
�¿Que! - el chico se sintió muy ofendido.
Era broma - dijo Ahome rápidamente antes de que Inuyasha estallara - una simple y pequeña broma -.
��...
¡Responde de una vez que es educación sexual! - le ordenó Shippo a una Sango completamente cortada.
Pues verás... - Miroku y Eien pensaban explicarlo pero sus respectivas parejas los detuvieron. Fumiko le tapo la boca y Sango, mucho más compasiva y dulce le metió un golpe en la cara.
¿Acaso tienes idea? - preguntó Shippo a un Kohaku que se veía muy pensativo.
No, pero estaba pensando...
¿En que pensabas? - preguntó con insistencia el zorrito.
Si esa extraña palabra esta asociada a la educación...entonces es un maestro el que la imparte - miró hacia todos lados para buscar a alguien - entonces...Señorita Kikyo ¿Me podría decir que es la educación sexual?
La sacerdotisa quedó fulminada ante semejante pregunta. Sonrisas burlonas aparecieron en los rostros de los presentes.
Hazle caso a tu hermana - dijo la mujer intentando aparentar seriedad - ustedes son muy pequeños para entenderlo.
Ahora que lo pienso mejor, tu eres una persona bastante seria, capaz de darles una explicación contundente y sin morbosidades - Sango intentaba reprimir una sonrisa maligna.
Además, en mi época los niños de esa edad ya lo saben - Ahome comentó eso con una inocencia MUY fingida.
¡Oh por favor! Lo más recomendable es que la familia sea la quien se lo diga - Kikyo tenía un tic en el ojo derecho.
Si, pero los maestros le brindan una información más completa - objetó la exterminadora.
¡Señorita Kikyo por favor explíquelo! - le pidió Kohaku.
Sango...Ahome... - murmuró la sacerdotisa con el más intenso rencor.
Tu eres una gran maestra - inesperadamente Ahome la halagó.
Sabemos que darás una educativa explicación - Sango la animó.
Esta bien se las daré - la sacerdotisa acepto con la mayor amabilidad posible - "�¡Cómo las odio!" (N/A: Ejejeje Kikyo ¿Que piensas hacer? Kikyo¡Se supone que soy la malvada y fría de la serie! Aniken: Lo sé, lo sé Kikyo¿Y entonces por qué me pones a dar clases de educación sexual? Aniken¡Estamos en mi fic! Kikyo: No me contestas nada)
Detrás del telón
Aniken¡CORTEN!.
Kikyo: Decía que esa no era una respuesta a mi pregunta.
Aniken¿Es que lo que dije no significa absolutamente nada para tí?.
Kikyo: Fíjate que no. Odio que me hablen con rodeos.
Aniken: Vaya... eres una chica bastante seria
Kikyo¡Oh que descubrimiento tan interesante! Por favor. Con todos los capítulos que has visto debiste haber descubierto eso hace muucchhoo tiempo.
Aniken: Es que yo solo estaba pendiente de admirar la belleza de los guapos de la serie �
Kikyo: - Mejor volvemos al tema. ¿Por que tengo que dar clases de educación sexual?.
Aniken¡Es mi fic!.
Kikyo¡Responde!
Aniken¡Es mi cuento!
Kikyo¡Que tengo que hacer para que me respondas!.
Aniken¡Te digo que es porque es mi relato!.
Kikyo¡Estamos en lo mismo!.
Aniken¡Es mi historia!.
Kikyo¡Suficiente! - me lanza una flecha, pero como yo soy la que mando, la flecha se vuelve añicos.
Aniken: Eso es un ejemplo de lo que quiero decirte, en mi historia puedo hacer lo que sea no importan como sean ustedes...
Kikyo¡Eso es algo muy irresponsable de tu parte!.
Aniken: Otro ejemplo es... - sacó mi pluma azul eléctrica y una libretita bonita de CCS, la abro, mi pluma comienza a deslizarse - "La sacerdotisa la cual me miraba de una manera escalofriante estaba atenta para cualquier oportunidad de hacerme daño pero de repente una cubeta, la cual estaba llena de pescados en su máxima podredumbre, ensucia los largos cabellos de la joven, y para más mala suerte de ella...
Kikyo¡BASTAAAAA! - me imploró - ya se a qué te refieres, no sigas.
Aniken: Muy buena decisión, ya que si seguías con tu necedad, te iba a mandar a una cloaca .
Kikyo: No hay cloacas aquí...no puedes hacer eso ��
Aniken: Si tu lo dices - vuelvo a abrir mi libretita de Sakura y mi pluma azul.
Kikyo: Noooo, déjalo así - el miedo apareció en sus penetrantes ojos.
Aniken: Oki doki, pero no sigas protestando.
Kikyo¿Y entonces que diablos voy a decirles a los niños?.
Aniken: Si yo te lo dijera no fuera sorpresa o
Kikyo: Me dices eso porque la verdad es que no tienes ni la menor idea de lo que vas a escribir...
Aniken: Tal vez no tenga idea, reconozco que tienes razón en eso - una vez más abro mi libreta y agarro el lápiz - pero sé perfectamente lo que te voy a hacer a ti si no vuelves a mi fic.
Kikyo: Sô desu - y con la mayor de las pesadumbres volvió a mi fic, ella quería aparentar la típica frialdad, pero como yo soy la que escribo le arruino la actuación.
Notas de la autora: No tienen que decirme lo patética que estuvo la charla con Kikyo, lo que sucedió era que no tenía inspiración . Solo olviden esa parte, no tiene nada que ver con el fic en sí. Espero que les haya gustado, ya que el colegio me está fundiendo las neuronas, las cuales necesito para escribir, ya ustedes saben eso...¿Cuál será la explicación de Kikyo, o mejor dicho...explicar�¿Inuyasha logrará pedirle matrimonio a Ahome¿Seré capaz de llegar a la parte cumbre del fic¿Que sera eso que Eien tiene que darle a Sess?Lo sabrán si tienen la paciencia de seguir leyendo el fic.
�¡Sayonaraaa!
