DESPUÉS DE LA BATALLA.
Capítulo II
Cuando Misao despertó, el sol se encontraba ya muy alto en el cielo. No recordaba en qué momento se había quedado dormida, mientras contemplaba el hermoso rostro de su Aoshi-sama... ¡Un momento! ¿¿Dónde estaba Aoshi-sama?? Observó a su alrededor y vio que se encontraba solamente ella, justo enmedio del futón y con las mantas revueltas a su alrededor. No pudo resistir la tentación de estrechar esas mantas entre sus brazos... ¡Aún podía sentir el leve aroma de Aoshi impregnadas en ellas! Pero tuvo que salir de su ensoñación para ir a buscarlo, aunque no necesitaba ser muy lista para saber en donde se encontraba...
Aoshi mantenía sus ojos cerrados. Se encontraba sentado en posición de Loto, con la diferencia de que no vestía sus ropas habituales, sino una ligera yukata, para evitar lastimar sus heridas. Pudo escuchar a lo lejos el ruido de unas pisadas muy fuertes y que cada vez se acercaba más y más... Quienquiera que estuviese subiendo los escalones del templo, seguro los estaba resquebrajando a cada paso que daba... Y él tenía la leve sospecha de quién se trataba.
- ¡Aoshi-sama! -exclamó.- ¿¿Qué está haciendo aquí?
- Meditando, supongo... -respondió sin siquiera abrir los ojos, con fría voz y un leve aire de sarcasmo, ante una pregunta un tanto tonta. Definitivamente le estaba haciendo mal haber pasado las últimas semanas con aquel Lobo de Saito.
- ¡Pues no debería estar aquí! -dijo ella, pasando por alto la respuesta anterior.- A penas ayer ardía aún por la fiebre. ¡Debe regresar inmediatamente a su habitación!
Aoshi no respondió. Sabía que si se negaba, la chica se enfadaría con él, además de que imaginaba lo mal que la había hecho pasar con su partida inesperada. Así que prefirió llevar la fiesta en paz con ella e irse de regreso a su habitación antes de que se acordara de reclamarle por haberse ido sin decirle nada. Misao se sorprendió un poco al verlo levantarse e irse lentamente, mientras ella lo ayudaba, pero por lo menos eso le daba algo de alivio.
Luego de asegurarse que su Aoshi-sama quedara de nuevo en el lugar donde debía, se dirigió a su habitación a cambiarse de ropa y luego a la cocina a buscar una palangana con agua, puesto que debía cambiar los vendajes del apuesto ninja. Ahí se encontró con Omasu, quien la miraba de reojo, con unas ansias enormes de preguntarle el por qué de la escena que había presenciado esta mañana, pero dudando en hacerlo... Sin embargo, la curiosidad pudo más.
- Misao... - ¿Qué sucede, Omasu?
- ¿Puedo hacerte una pregunta?
- Hazla.
- Ehh... Anoche... ¿sucedió algo... entre Aoshi-san y tú?
[...]
Aoshi vio las mantas revueltas sobre su futón y no pudo más que recordar el despertar de esa tibia mañana. Lo primero que vio al abrir sus ojos de hielo fueron los cabellos azabaches de Misao, que estaba tiernamente recostada sobre su pecho y lo rodeaba con sus brazos...
Había sentido un poco de sorpresa al verla, hasta que recordó que él mismo, la noche (o más bien madrugada) anterior la había cobijado bajo su misma manta, para que no estuviese tan expuesta al frío de la que se colaba por las ventanas.
No sabía por qué, pero sencillamente no había podido dejar de observarla e incluso de recordar aquellos tiempos en los que ella era una niña...
FLASH BACK
- ¡Aoshi-sama! ¡Aoshi-sama! ¡Tengo mucho miedo! -gritaba la pequeña Misao, en esa noche tormentosa, mientras entraba corriendo en la habitación del joven y se abrazaba de su costado. Él la separó de su cuerpo delicadamente y se inclinó hasta quedar a la misma altura de la chiquilla, que no tenía más que cinco años.
- ¿Miedo de qué? -le preguntó, fijando su ya fría mirada en ella. En eso, una gran luz penetró desde afuera, seguida del estruendoso ruido, haciendo que la pequeña niña saltara del terror y se abrazara con todas sus fuerzas a él.
- Los rayos... -dijo sollozando.- Puedo... ¿puedo dormir con usted? -agregó, mientras lo observaba con los ojos llorosos. La mirada del joven Okashira se suavizó ante la niña, asintiendo su cabeza como respuesta.
La pequeña se abrazó al cuerpo de su protector y apoyando su pequeña cabeza en el pecho del apuesto joven de los ojos de hielo, se quedó dormida con la suave música de los latidos de su corazón.
FIN DEL FLASH BACK
No pudo evitar hacer la analogía de aquella escena con la que había visto ésta mañana... Con la pequeña diferencia de que ya no se trataba de una pequeña niña de cinco años atemorizada por la tormenta la que había dormido abrazada a él, sino de una hermosa joven... Y por alguna extraña razón se había sentido muy bien al sentirla tan cerca, tan inocente, tan indefensa, tan... No sabía ni como decirlo. Sólo podía reafirmar lo que había dicho ya dos veces a Saito: Que mientras ella estuviese, mientras tuviese que protegerla, no moriría...
Con todo el cuidado del mundo se había levantado, procurando no despertarla. Sabía que estaría muy cansada, así que prefirió dejarla donde estaba e ir al templo. Aún le dolía todo su cuerpo, pero no quería estar encerrado y acostado todo el día en su habitación (Prefería estar encerrado y sentado todo el día en el templo :S). Claro que debería haberse imaginado que en cuanto ella despertara, lo obligaría de la manera que sea a volver ahí...
[...]
Misao se volvió a verla con un rostro de sorpresa, como si no comprendiese bien la pregunta. ¿A qué se deía ese cuestionamiento? Entonces se dió cuenta de que la palangana ya se había rebalsado con el agua y luego de decírse mentalmente: "¡Tonta de mí!", y dejar de verter agua en ella, le respondió:
- Pues... No. ¿Por qué lo dices?
- Porque... porque ahora que entré a la habitación, encontré que ustedes dos... estaban... durmiendo... y tú... lo estabas abrazando... y recostada en su pecho.
- ¿¡¿¡Quéee!?!? -el grito de Misao se escuchó por todo el Aoiya. Pero era tan común escucharla gritar que nadie le hizo mucho caso. Pero estaba sorprendida... Ni siquiera recordaba el momento en el que se había dormido... ¡Mucho menos recordaba haberlo abrazado!
- Fue por eso que yo pensé que había pasado algo con ustedes... -agregó.
- No le habrás dicho nada a Jiya, ¿¿verdad?? -fue lo primero que logró articular. Ya mucho era haber tenido un Aoshi moribundo como para que Okina terminase de matarlo pensando cualquier cosa con su hentai mente.
- No, claro que no... Es que yo simplemente me sorprendí al ver esa escena...
Pero entonces en la mente de Misao apareció otro pequeño, pequeñísimo detalle... ¿Qué habría pensado Aoshi-sama al despertar...? Con sólo imaginarse la idea, sus mejillas comenzaron a teñirse de rojo, como si fuese tinta que se esparce.
- ¿Y tú no viste a qué hora despertó Aoshi-sama? -preguntó.
- Muy temprano. -contestó Omasu.- Solamente lo vi partir en dirección al templo, sin siquiera volverse a ver a nadie ni mucho menos articular palabra - Ya veo... -dijo ella, mientras se quedaba pensativa. Luego agregó:- ¿Me harías un favor?
- Claro.
- No le digas a nadie lo que viste. ¡Y cuando digo a nadie, me refiero estrictamente A NADIE! ¡Ni siquiera a Okon!
- Está bien... -dijo Omasu, mientras pensaba: "¡Lástima! Eso podría haber sido la comidilla de todo un mes..." Pero sabía que era mejor callarse, so pena de morir lenta y dolorosamente bajo las kunais de la Okashira si llegaba a abrir la boca.
- Bueno, cambiando de tema... ¿dónde están todos?
- Okina salió a visitar a su amigo Akiyoshi y Okon, Shiro y Kuro fueron a hacer las compras, pero al parecer se han retrasado.
- Está bien. Yo iré a cambiar los vendajes de Aoshi-sama. -Tomó las cosas y salió rumbo a la habitación de Aoshi, no sin antes volverse y repetirle:- ¡Ni una tan sola palabra!
Al llegar, lo encontró en su clásica posición de siempre y con los ojos cerrados. Carraspeó un poco para llamar su atención, por si no había notado su presencia y dijo:
- Aoshi-sama, es hora de cambiar sus vendajes.
El joven ex-Okashira solamente asintió. Misao puso a un lado de él la palangana con agua, los ungüentos y los vendajes nuevos y con toda la delicadeza del mundo descubrió el pecho y la espalda de Aoshi, bajando un poco la yukata.
Suavemente quitó los vendajes viejos que cubrían las heridas de su amado y comenzó a aplicar el ungüento. Se tardó un poco más de lo que debía en hacerlo porque sencillamente no podía dejar de tocar la piel del hombre que tanto amaba... Observaba detenidamente las muchas cicatrices que ya poseía, fruto de sus antiguas batallas, y adivinaba que muchas de las heridas que ahora tenía se sumarían a ellas... Y aunque a muchos ésto les pareciese una imperfección, para ella éstos relieves contaban la historia del cruel pasado del apuesto joven y de cómo gracias a éste, había llegado a transformarse en el hombre que era ahora... En el hombre que a pesar de ser más frío que el hielo, había logrado encender y avivar la llama del amor dentro de su joven corazón...
Aoshi observaba a Misao, quien parecía perdida en sus pensamientos, mientras que sus manos no estaban siendo guiadas ya por el afán de curarle, sino que sus suaves movimientos se habían transformado en una bella caricia que en el fondo de su ser no quería que llegara a su fin. No se explicaba por qué se sentía tan bien... tan... ¿feliz? ¿Era acaso esto la felicidad? Y sin embargo, a pesar de la maraña de pensamientos y ¿sentimientos? que lo circundaban, su mirada continuaba siendo fría y templada...
Misao se percató de que Aoshi se encontraba mirándola... Y al sentir esa gélida mirada sobre ella, detuvo inmediatamente el camino que sus manos habían estado trazando. Se sintió un poco avergonzada por haberse dejado llevar y procedió en silencio a vendarlo de nuevo. El aire se volvió un poco denso en el lugar, por lo que en cuanto terminó su labor, decidió retirarse.
- Misao... -escuchó la fría voz de Aoshi, justo cuando iba a cruzar el umbral de la puerta.
- ¿Sí? -respondió ella, volviéndose hacia él.
- ... Gracias...
Por un segundo creyó ver que la mirada de su Aoshi-sama se suavizaba... Y aunque no sabía si ésto había sido tan sólo su imaginación, se sintió inmensamente feliz...
¿CONTINUARÁ?
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NOTAS DE AUTORA:¿Por qué ese flash back? Pues porque está cayendo una mega tormenta y a mí si me dan miedo :'( ¡¡Quiero un Aoshi para abrazar!! BUAAAAA!!!
Ejem (Lita recupera la compostura)
¡¡Holas!!
Wow!! Seis reviews en mi primer día ¡Yo sabía que sería un éxito! XD (Ya me estoy pareciendo a Hiko Seijuro :P) Pero la verdad es que sólo por eso he decidido darle continuidad. Si no le gustaba a nadie, pues lo continuaba pero pa' guardármelo y todos felices, pero si les ha gustado, mucho que mejor!
Agradecimientos a:
Pau, Dark, Tomoe, Naoko, L-K, Crystal-dono, Aska, Ishida, Chi2-chan.
Éste capítulo se lo dedico a mi amiguita Monstruo :P ¡Gracias por alentarme a escribir!
También a Ale Sanz (mi amiguita Zamorana) y a Milton-sama (Que si supiera lo que significa -sama, seguro soltaría un suspiro de "Niña incorregible que no me deja de tratar así...") por el sacrificio de leerse toda la historia de Aoshi y Misao que muy afanosamente les conté por messenger, para que más o menos entendieran sobre qué diantres era lo que estaba escribiendo :P
Y no sé cuándo volveré a actualizar porque me tienen que hacer unas reparaciones en la compu :S ¡Pero no duden que volveré!
Lita Kino.
