DESPUES DE LA BATALLA.

Capítulo 4

Aoshi se encerró en su oscura habitación. La verdad es que aún no salía de su asombro ante la corta pero significativa frase que había leído aquella tarde, escrita del puño y letra de la joven Misao.

"Y aunque él no me ame... yo lo amo..."

Esas pocas palabras habían quedado grabadas en su interior... Y de ella se habían desencadenado un torrente de pensamientos que sencillamente no podía controlar.
- Misao... ¿está enamorada? -pensaba. Podía comprender que la chica sintiese amor por alguien. Al fin y al cabo y muy a pesar suyo, debía reconocer que ya no era para nada una niña. Había crecido no sólo físicamente, sino que ya mostraba una mente más centrada y prueba de ello era lo bien que se había desempeñado como Okashira desde que tomó el mando de los Onniwabanshu hasta la fecha. Pero... ¿de quién estaba enamorada? Él creía conocer a todos los amigos de Misao en Kyoto, puesto que solían llegar algunas veces al Aoiya, pero al analizarlos individualmente, cada uno de ellos le pareció más improbable que el anterior como posible amor de Misao.

Pero dejando un poco de lado el hecho de quién podría ser el "amado misterioso" de la joven Okashira, también había otro detalle... Que sea quien fuese, esa persona no le correspondía.
- ¿Cómo es posible? -se preguntaba Aoshi.- ¿Cómo puede existir alguien que no corresponda a los sentimientos de Misao? Ella es una persona tan alegre, tan jovial, tan... ¡viva! Y a pesar de lo impulsiva que es, sabe comportarse cuando la situación lo amerita. Simplemente no comprendo como alguien puede no quererla... Cualquiera se sentiría feliz de que Misao lo amara... Incluso yo...

Todas sus funciones vitales se detuvieron en ese instante. ¿Qué era lo que acababa de pensar?

"Cualquiera se sentiría feliz de que Misao lo amara... Incluso yo..."

Él... él se sentiría feliz si Misao lo amara... Y no sólo eso... En realidad... ¡Él DESEABA que Misao lo amara! Acaso significaba eso que... que él...

No podía ser... Sencillamente no podía ser...

...

El Aoiya se encontraba en silencio esa pacífica noche. Todos dormían ya, excepto una pequeña figura que se deslizaba silenciosamente por los pasillos sin poder conciliar el sueño...

Llegó al jardín, observó al cielo y no pudo más que lanzar un suspiro. ¡Era una noche perfecta! Pero no hizo más de recordar aquella otra noche en la que el cielo presentaba una hermosura similar, pero cuya profunda belleza había parecido vulgar a sus ojos, debido a la preocupación en su corazón por el lamentable estado en el que se encontraba su Aoshi-sama...

Se detuvo un momento... ¿Por qué seguía pensando en él como "su" Aoshi-sama? Él no era suyo... Él nunca había sido suyo ni mucho menos lo llegaría a ser... Debía aceptarlo de una buena vez... Nunca sería "su" Aoshi-sama.
- Quizás él no es mío... -pensó mientras una sonrisa irónica se dibujaba en sus labios.- Mas yo he sido suya... Con sólo una mirada de sus ojos de Luna... ¡Fui suya sin que haya estado entre sus brazos, sin nunca haber probado un beso de sus labios! Mi corazón fue suyo... suya mi vida entera... suyo todo mi anhelo... suya toda mi pena...

Unas tibias lágrimas recorrieron lentamente sus mejillas. La irónica sonrisa que tenía se acentuó aún más mientras recordaba el juego de palabras que acababa de pensar. Podrían convertirse en un triste poema... (1)

No se comprendía a sí misma. Hacía unos días había estado tan feliz... Él había regresado vivo, escapando a puras penas de las garras de la muerte, ella lo había cuidado con todo su amor e incluso había parecido que las cosas entre ellos habían mejorado. No mucho, pero por lo menos algo... ¡Pero de un día para otro las cosas habían vuelto a la tediosa normalidad! Y parecía como si aquello tan 'especial' en la atmósfera entre ellos dos hubiese sido nada más un sueño.

Observó su mano, iluminada levemente por la luz de la Luna. Aún podía sentir en ella el calor del rostro de Aoshi... aún podía observar la leve sonrisa que se dibujó en sus labios... Pero eso seguro que no había sido más que una ilusión de su desesperado corazón.
- Eres tonta... -le decía su mente en un tono burlón.- Sigues sufriendo y sufriendo por algo que realmente no vale la pena.
- Pero... -respondía su corazón.- Pero es que... ¡Lo amo!
- El amor debe ser algo constructivo, no destructivo... porque entonces NO es amor. Y no puedes negar que ésto te está destruyendo.
- ¿Sabes? Antes no me importaba tanto que no me quisiera. ¡Yo era feliz con sólo verlo, con sólo saber que existía y con la fe en que algún día las cosas cambiarían! Pero... Es que simplemente... han pasado ya tres años y nada cambia.
- Y entonces has comenzado a escucharme a mí... Estoy aquí para evitar que te marchites en la plena primavera de tu vida. ¿O era que acaso pensabas seguir así eternamente? ¿Te imaginas? ¡Tú, teniendo cuarenta años y sirviendo el té a ese anciano cincuentón y aún con la esperanza de que algún día te amará! Es realmente absurdo...

Su mente tenía razón. Debía mandar a volar de una buena vez a su maldito corazón... Y con éste pensamiento se retiró de una buena vez a su habitación, mientras se repetía a sí misma:
- Todo cambiará... A partir de mañana nada será igual. Debo matar éste sentimiento a como de lugar...

Un perfecto amanecer comenzó a iluminar la ahora pacífica ciudad de Kyoto. A penas los primeros rayos del sol estaban surcando los cielos cuando, en el Aoiya, ya se encontraba alguien muy despierto, a pesar de lo poco y lo mal que había dormido. Tenía la sensación de haber soñado alguna cosa, pero sencillamente no recordaba que era y su mente se encontraba ya lo suficientemente trastornada como para torturarse a sí mismo tratando de recordar un sueño.

Con mucho sigilo pensaba dirigirse al templo. No quería encontrarse con nadie en el Aoiya, no aún... No luego de la conclusión a la que lo habían llevado sus pensamientos de la noche anterior y que aún no se atrevía a aceptar...

Pasó justo frente a la puerta de la habitación de Misao. No pudo evitar detenerse frente a ella, pensando en la dulce expresión de la chica cuando dormía y recordando aquella mañana en la que había despertado teniéndola a ella a su lado, con su inocente alma entregada a los brazos de Morfeo. De sólo recordarlo, un escalofrío recorría su espalda...

Ahora lo sabía... Despertar con ella a su lado cada mañana era lo que en verdad quería...

Resistió la tentación de abrir la puerta para observarla y mejor siguió de largo hacia el templo. Ahora sí tenía demasiadas cosas qué pensar, como por ejemplo, la manera en la que enfrentaría su situación con ella de ahora en adelante.

...

El anciano Onniwabanshu se encontraba solo en su habitación, pensando en un asunto que rondaba su cabeza ultimamente y el cual no podía pasar desapercibido por él. Si había algo de lo que podía sentirse orgulloso, era su intuición y el asunto que intuía esta vez era incluso más importante que cualquier situación antes librada...

FLASH BACK

Esa mañana los demás Onnis habían despertado y comenzado con sus tareas habituales. Cuando el desayuno estuvo listo, se sentaron pacíficamente a comer. Okina estaba un tanto callado, cuando de pronto preguntó:
- ¿Dónde está Aoshi? - La mirada de Misao se apagó ante ese nombre y ese detalle no pasó desapercibido ante los ojos del anciano.
- En el templo, seguramente. -Dijo Okon.- Últimamente se ha estado yendo muy temprano. Ahora que me desperté ya no estaba.
- ¿Por qué la pregunta? -intervino Omasu con curiosidad.
- Por nada. -dijo despreocupadamente Okina, quien siguió comiendo.

FIN DEL FLASH BACK.

- Justo lo que imaginé... -pensaba.- Al parecer mi pequeña Misao está perdiendo las esperanzas con respecto a su amor por Aoshi...

Él había llegado a pensar que ese amor que Misao manifestaba por Aoshi no era más que una especie de "admiración" hacia su tutor, o alguna especie de amor platónico adolescente que se olvida muy pronto. Pero se dio cuenta de que estaba en un error: Los años pasaban y el afecto de la joven por el frío ex Okashira no disminuía en lo absoluto. Incluso parecía que de cierta manera su amor por él había llegado a madurar...

Pero todo tiene su límite. Al parecer, por mucho que Misao lo amase, por mucho que esperase el día en que él sintiese alguna especie de afecto por ella, se había resignado a que la implacable actitud de Aoshi hacia ella nunca cambiaría... Él lo sabía. Ya muchas veces ella se había propuesto a olvidarlo sin mucho éxito y siempre mostraba una actitud similar a la de los últimos días, pero jamás con la intensidad de ahora. De verdad se había resignado a que no cambiaría...

- Y sin embargo... -se dijo Okina.- Si está cambiando...

Desde hacía mucho tiempo que él se venía dado cuenta de un leve (pero levísimo) cambio en la actitud de Aoshi. Seguía siendo un "Cubito de Hielo", como lo llamaban sus amigos de Tokyo, pero se observaba una leve chispa en su mirada... la cual solamente se encendía cuando observaba a Misao...

Él había notado algunos pequeños detalles en los que los demás no reparaban. Por ejemplo, si se encontraban todos los Onnis reunidos en algún salón y Aoshi entraba en él, su mirada buscaba de una manera quizás un tanto inconsciente a Misao. Lo mismo era si salía del salón: Su última mirada era también dirigida a Misao...

Sin embargo, estaba más que seguro de que Aoshi no era consciente de esas cosas y además que él tampoco podía asegurar que se encontraba en lo correcto... Aoshi era una persona muy complicada y jamás se podía saber lo que estaba pensando... La única que conseguía acertar de vez en cuando en sus pensamientos era precisamente Misao...

- ¿Querías hablar conmigo, Okina? -dijo Omasu entrando en la habitación. Okina le hizo una señal para que se sentara.
- Hay algunas cosas que quiero preguntarte... y necesito que me digas todo lo que sepas... Toda la verdad...

¿CONTINUARÁ?

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Notas de la Autora:

(1) Las palabras de ese pensamiento de Misao son citas textuales de uno de mis poemas. (Sip, escribo poesía en mis tiempos depresivos y me queda bastante dramática...) He ahí el por qué de ese comentario.

¿Por qué Okina? Pues bien, es el único que no se pasa la vida sirviendo mesas en el Aoiya ' Además que los ancianos tienen mucha intuición para ciertas cosas... (Lita siente un escalofrío al recordar ciertos comentarios "acertados" por parte de su abuela con respecto a su vida sentimental)

Aome-chan me preguntó si he leído el fic de "Insertidumbres." Pues no me acordaba por el título, pero ahora que he ido a revisar resulta que si lo he leído, pero no me recordaba. Desde de que leí los dos primeros fics AM de mi vida ("Celoso, ¿Yo?" de Chibineko y "Comunicaciones Resquebrajadas", que perdónenme pero no me acuerdo quién lo escribió), me di a la tarea de buscar todos y cada uno de los AM en español que pudiese encontrar (Excepto los AU... perdónenme, pero tengo que estar de muy buen humor para leerme uno de esos, porque no me gustan...). Así que como me he leído todos los que pude encontar, tengo en mi mente una sola mezcolanza de historias Pero de entrada les digo que tengo la malísima costumbre de escribir las cosas basándome en mi propia vida... por ello es que me quedan tan... ilógicas :S

De paso: De todos los AM que he leído, el que más me ha gustado es "Un giro Inesperado" (ambas versiones, tanto la de Aoshi como la de Misao), de MAEC. De verdad se los recomiendo!!

Agradecimientos a: M.S Arashi Sumeragi, Rurouni-Andrea, Mikomi Shinomori, Aome-chan, naoko L-K. Gracias por sus reviews!!

Lita Kino.