CAPÍTULO 7- Sombras.
Harry se levantó en un cuarto vació. Miró al reloj y se dio cuenta de que eran casi las 10:00. La poción para dormir funcionó bastante bien. Y como era sábado en la mañana y no había clases, pero sí una reunión con a las 2:00 con Snape, él tendría que buscar a Lupin para hablar, pero no tenía ninguna intención de hacerlo. Así que simplemente tendría que bloquear el hechizo de Snape. Tendría que mantenerse calmado. Y despues siguió pensando acerca de la poción para dormir sin sueños; sí tomaba unas cuantas gotas, esta lo haría mantenerse calmado y soñoliento. Así podría soportar el hechizo que le lanzaría Snape.
Decidió escabullirse en la oficina de Snape en algún momento antes de las dos para conseguir la poción. Decidió saltarse el desayuno y después comer bien a la hora del lonche. Quería evitar a Ron y Hermione. Ellos solo empezarían a hacerle preguntas acerca de Sirius. Los dos tenían a sus padres, así que ellos no podían saber como se sentía estar solo. Se vistió y bajo a caminar cerca del lago.
Severus Snape se levantó con una gran presión en el pecho. Acarició a Loki en la barbilla. El gran gato negro con ojos de color calabaza ronroneó por la caricia. Se quitó las cobijas de encima y se levantó de la cama. Hoy vería sí Draco lo respetaba lo suficiente como para ir a pedir disculpas a Potter y sí no se vería obligado a castigarlo más duramente; hoy también vería sí hablar con Lupin había ayudado a Potter a liberarse del dolor y la culpabilidad que llevaba cargando, para que así finalmente poder mejorar en Oclumencia. Dumbledore contaba con él para seguir trabajando con Harry. El había prometido dejar atrás el pasado y pensar en Potter como un individuo y no como el hijo de su padre. El veía rasgos de Lily en él cada vez más y eso le hacía más fácil preocuparse por lo que le pasará.
Draco apenas sí durmió esa noche. El pensar en disculparse con Potter lo hacia sentirse enfermo del estomago. El Príncipe Potter, el niño dorado siempre tenía toda la atención, todos lo querían. Potter el salvador. Eso le era suficiente como para ir corriendo a rogarle a Voldemort que lo hiciera mortifago. Potter mentalmente dijo bruscamente su nombre, con el odio llenándole el corazón. Odiaba a Snape por obligarlo a disculparse, ¿Cómo podía hacerle esto?, Snape siempre lo había apoyado. Snape lo había ayudado cuando Lucius lo había lastimado a tal grado que apenas sí podía moverse. Snape era la única persona en el mundo en quien confiaba, y en quien creía nunca lo lastimaría. Draco se mordió el labio suprimiendo el sentimiento de miedo que amenazaba con sofocarlo. Sin Snape no tenía a nadie, Crabbe y Goyle era un par de babosos que sólo lo seguían por el nombre de Malfoy. ¿Cómo iba a hacer esto? ¿Cómo podría ir hacia Potter y disculparse? Él pensó desesperadamente una manera de salir de esa situación. ¿Tal vez podría pretender que estaba enfermo? No sería realmente una mentira después de todo, pues se estaba sintiendo bastante mareado. Pero eso sólo sería posponer lo inevitable, tendría que ir a disculparse. Él podría optar por el castigo y perder sus privilegios, pero pasar el tiempo con Filch y hacer todo lo que él quisiera, hacía que le dieran escalofríos, y además el castigo duraría por mucho más tiempo. Así que se resigno a disculparse. Sólo le tomaría un minuto, se sentó a la orilla de su cama mirando a la ventana, y tragó saliva. Esperaba que Potter aceptará su disculpa y que no le hiciera pasar un mal rato.
Harry estaba casi congelado hasta los huesos cuando decidió volver a entrar. Sentarse afuera con el frío y quedarse ahí hasta entumecerse lo hacía sentirse bien. Algunas veces deseaba que el frío lo congelara, para no tener que volver a sentir de nuevo. Ya era hora del lonche y como se había saltado el desayuno, decidió ir a comer algo o Hermione le volvería a molestar. El entró al comedor y sin palabras se sentó junto a Hermione y Ron quienes se veían preocupados, el odiaba cuando hacían eso. Tomó una pieza de pollo con muy poco interés.
Snape estaba comiendo con el resto de los profesores. Sus ojos negros siguieron a Potter cuando entró y se fue a sentar con sus amigos. El notó que no había hablado con nadie. Y también notó por primera vez que Potter no se veía tan bien que digamos. Se veía muy pálido pero a la vez sonrosado, volteo a ver al Profesor Dumbledore quien también estaba mirando a Harry. Estaba casi muy distraído como para notar cuando Draco entró. La mirada de Draco se posó sobre el como para confirmar que no tenía más alternativa que hacer lo que se le había ordenado. Podía casi sentir el enojo de Draco. Sus ojos nunca dejaron al chico mientras se dirigía a Potter, este debió haber dicho algo por que Potter y los Gryffindor que estaban a su alrededor voltearon a verlo. Se podía ver la sorpresa en el rostro de Potter y de el resto. Potter dijo algo. Luego Draco debió haber dicho algo más pues Potter sólo levantó los hombros, dijo algo más y le dio la espalda a Draco. La cara de Draco se sonrojo y luego se volteo para lanzarle una mirada de enojo a él, luego dejó el comedor. Snape se dio cuenta de que Ron y Hermione se levantaron para seguirlo, eso no era bueno. Snape pensó por un momento sí debería dejarlos solos a que resolvieran sus diferencias, pero preocupado por lo que Draco haría, decidió ir a buscarlos, se levanto y se apresuró a seguirlos.
Harry se sentó viendo los ¾ de pollo que le quedaban en el plato. Lo que acababa de pasar fue una de las cosas más extrañas que le había pasado, por las últimas tres semanas. Malfoy había venido a la meza. Lo había mirado y después dicho "Potter, sólo quiero decirte que siento lo que pasó anoche, esperó que aceptes mis disculpas" Él se veía muy determinado, una chispa de enojo se escondía detrás de sus ojos grises.
Harry esperaba que pasaran muchas cosas, pero Malfoy disculpándose con él por casi lanzarle la maldición cruciatus no era algo que hubiera podido anticipar. Confundido preguntó "¿Por qué estas haciendo esto?" Malfoy dijo "Por que no tengo otra opción" Malfoy de hecho tembló lo cual sorprendió a Harry. Era obvio que no era sincero y que alguien lo había forzado. "Si, como sea, acepto". Con poco interés Harry regresó a su comida. Luego Ron y Hermione se levantaron de la mesa y el se empezó a sentir enojado. Hermione le debió de haber dicho a la Profesora McGonagall quien había forzado a Malfoy a disculparse. El se preguntó con que lo habría amenazado pues Malfoy nunca aceptaría disculparse tan fácilmente.
El corazón de Draco latía a toda velocidad, mientras él salía casi corriendo por el corredor. Lo había hecho y Potter había aceptado su disculpa. El estaba tan absorbido en sus pensamientos que no escuchó lo pasos que venían detrás de sí.
"¡Malfoy! ¿Qué demonios fue eso?" Weasley de repente gritó.
El se volteó con furia presente es sus ojos fríos. Y sonrió maliciosamente "¿Qué tienes Weasley?, ha mira, trajiste a la sangre sucia contigo"
"Tu deberías estar en Azkaban con tu padre" Hermione le dijo bruscamente "No se te vuelva a ocurrir usar la maldición cruciatus en Harry otra vez, o iré directamente con Dumbledore si lo haces"
"OH, estoy tan asustado sangre sucia. Más te vale que te empieces a preocupar por tus sucios padres, antes de que alguien les lance el Avada Kadevra. Con suerte ese seré yo" Draco rió.
Desafortunadamente para él en ese momento Snape se asomó por la esquina. El corazón de Draco se detuvo. Hermione ya había tomado su varita, pero cuando Malfoy de repente tembló y su sonrisa se convirtió en una expresión de conmoción. Ella se detuvo, y volteó para ver que lo había asustado. Ella casi esperaba ver a Dumbledore, pero para su sorpresa al que vio fue a Snape, ataviado en sus túnicas obscuras.
"¡Draco!, a mí oficina"
Malfoy se quedó sin moverse, Snape fue hacia él tomándolo del cuello de la túnica y prácticamente arrastrándolo por el corredor.
Ron y Hermione se fueron no sin antes intercambiar miradas de confusión y sorpresa.
