Hola otra vez, como es Navidad he decidido subir siete capítulos de este fic, y los demás se los voy a ir repartiendo de dos o de tres en tres dependiendo de si voy a poder estar en acceso con una computadora con Internet así que espero que los disfruten. Adiós. Capitulo 27.- El Elfo de Draco

"¿A dónde fue Harry" Ron preguntó cuando regresaban a la Torre de Gryffindor.

"El fue con el Profesor Snape. La Profesora McGonagall dijo que no nos preocupáramos, que el regresaría en la mañana, Le pregunté sí tenía que ver con el castigo, pero dijo que no. Eso no es justo" Hermione contestó. "Esperó que Harry este bien"

"Si esta con Snape yo lo dudo" Ron dijó molesto.

"Oh, me acabo de acordar, tengo algo que hacer, regresaré añ cuarto en un momento. Buenas noches Ron, te veo en la mañana"

"Buenas noches Hermione"

Ella tomó una pequeña vela de su túnica y se dirigió a fuera. Esta Samhain ella fue al lago a encender una vela para Calip, uno de los elfos domésticos más viejos de Hogwarts de quien ella se había enterado había muerto en el verano. Ella había leído que el velo que separaba a los dos mundos, estaba en su punto más frágil esa noche y ella quería prender una vela para que Calip supiera que alguien estaba pensando en ella. Sí Harry hubiera estado ahí ella lo hubiera llevado con ello para poder honrar a Sirius. Su corazón dolía por Harry, ya que sabía lo mucho que extrañaba a Sirius, sólo esperaba que el estuviera bien en cualquier lugar al cual hubiera ido con Snape.

Ella se sentó en el frío pasto y encendió la vela. La media luna se reflejaba en las aguas del lago. Ella se quedó mirando el resplandor de esta pensando profundamente.

El crujido de las hojas hizo que volteara y viera la cara sorprendida de Draco Malfoy.

Por un segundo ninguno hablo y Malfoy fue el primero que encontró su voz.

"¿Qué haces Granger, tratando de convocar algunos espíritus?" Malfoy preguntó levantando una ceja.

La irritación que ella sintió por haber sido interrumpida pasó. "No es que lo puedas entender, pero le prendí una velo a uno de los elfos domésticos que murió en el verano, y como es Samhain pensé que podía llamar su atención y decirle que me acuerdo de ella."

En ese momento de sus ojos brotaron lágrimas. Ella miró a otro lado esperando uno de sus comentarios.

"Perdón Granger" dijo la suave voz de Draco para su sorpresa.

"¿Alguna vez has perdido a alguien que amabas?" Ella preguntó mirando al lago.

"Cuando tenía 8 años tenía una elfa que siempre era muy buena con mico y ella fue asesinada"

"¿Asesinada? ¿Cómo?" Hermione preguntó con un nudo en el estómago.

Draco titubeó y luego empezó a hablar mientras se sentaba al lado de ella. "Mi padre la mató, ella desobedeció una orden y el dijo que era necesario enseñarle a los demás elfos que la desobediencia no era aceptada"

Los ojos de Hermione se abrieron con sorpresa. "¿Por qué no lo detuviste?"

Draco miró al lago. "Por que no pude." El no le iba a decir a la sangre sucia que el había tratado pero que su padre ya enojado le pegó con un cinturón para mostrarle su molestia. Era la primera vez que su padre lo había golpeado en serio, el aprendió a la edad de 8 años a nunca faltarle el respeto a su padre. Desde ese día el nunca volvió a juntarse con los elfos domésticos. El cerró los ojos recordando a la elfa, ella le traía pasteles especiales y dulces cuando estaba enojado o cuando Lucius se enojaba con el.

"Mas bien por que no quisiste. ¿Por qué un pequeño ser como un elfo sería causa de tu preocupación? Probablemente disfrutaste verla morir?" Ella le gritó.

"Cállate sangre sucia" El le gritó. "Tu no sabes de lo que hablas, crees que lo sabes todo y que eres muy inteligente, pero no tienes idea de lo que ocurre en el mundo mágico." Su pálida cara estaba sonrosada, y Hermione se sorprendió de ver lágrimas de enojo en sus grises ojos. El se levantó rápidamente y empezó a alejarse.

"Malfoy, detente." Ella le gritó.

Para su sorpresa el lo hizo. Le daba la espalda, su capa se movía con el aire. La luz de la luna hacía brillar su cabello claro. "Dime que pasó," Ella dijo suavemente.

Pero ya era tarde, el viejo , Malfoy estaba de regreso. El se volteó y le lanzó una mirada fría. "Ya te lo dije" le respondió arrogante." Y tienes razón lo disfrute" añadió maliciosamente antes de voltearse e irse.

Ella entrecerró los ojos mirando al espacio donde Draco había estado. ¿Se lo había imaginado o el había sido humano por un momento?. Ella se dio cuenta de que debió haberse controlado y no acusarlo. El después de todo sólo tenia ocho años cuando pasó, el no pudo haber hecho mucho para detener a Lucius.

Ella se quedó un rato más, pero el ciento helado comenzó a soplar así que regresó.

Malfoy sin que ella lo supiera, había ido a otro lado del lago en lugar de regresar al castillo, el se sentó y miró al mismo reflejo de la luna que Hermione había visto.

El apretó la capa contra si cuando el frió le comenzó a calar hasta los huesos, el viento le revolvía el cabello rubio. La carta de su padre ocupaba su mente. El sabía que lo que Snape había dicho de los mortifagos era cierto, pero el también sabía que Lucius Malfoy tenía mucho poder y muchas influencias, era el poder y el prestigio lo que Draco había querido toda su vida. Nadie se atrevía a desafiar a su padre... El lo había copiado e imitado por años, después de que su padre mató a la elfa, el se alejó de los demás. El nuca se volvió a hacer amigo de ninguno de ellos, los trataba fría mente y de manera brusca. De esa manera sí algo les pasaba el no sentiría nada, a el no le importaría. Pero esa noche la sangre sucia lo hizo recordar el horror de lo que había hecho su padre, el dolor en los ojos de la elfa que le quemaba el alma y esos terribles momentos en los que su padre lo había hecho verla morir. El se limpió las lagrimas que seguían saliendo. El se acordó de las palabras de su padre cuando lo castigó. "¿Cómo te atreves a desafiar a tu padre?, era sólo un elfo."

Pero las lágrimas en los ojos de Granger hacían que regresara la memoria de su padre. ¿Qué se sentiría vivir en el mundo de Hermione?, ¿Qué se sentiría sentir lo que ella sentía? Ella honraba a un elfo que apenas conocía. El se había pasado años sin pensar en el elfo que había conocido, el miró a las estrellas y dijo. "Perdóname Lypsa." Y a pesar de sus esfuerzos, las lágrimas brotaron de sus ojos mientras temblaba por el frío de la noche.

El se sentó por un largo rato hasta que el frío casi lo entumeció. Regresó al castillo y se sentó enfrente de la chimenea de la sala común de Slytherin tratando de calentarse de nuevo.