Capitulo 43.- Recordando.
Snape se sentó al lado de Draco por un momento observado como dormía para asegurarse de que no estaba teniendo pesadillas. El chico dormía placenteramente con Loki acurrucado a su lado, así que le pidió a Remus que se quedará un rato con él.
El fue a su oficina son decirle a nadie de sus planes. Se sentó en su escritorio y escribió una carta para Dumbledore, otra para Harry y una más para Draco. El cerró los sobres y mágicamente los selló para que las recibieran caso de que él muriera. El hechizo que les puso aseguraba que las cartas podían ser leídas solo después de su muerte.
El se dirigió a la enorme gárgola que estaba enfrente de su escritorio, y jaló uno de los dientes de esta. Después el sacó un pequeño paquete y agitó su varita para regresar el paquete a su tamaño original. El sacó su contenido y sintió el jalón familiar de un trasnlador.
Llegó a una villa llamada Willowwren. El caminó por la pequeña pero lujosa cabaña de huéspedes que pertenecía a un rico comerciante quien era un hombre fiel a Voldemort.
Con un movimiento de su varita, causó que la puerta se abriera violentamente y esta calló pesadamente al suelo. Lucius se levantó rápidamente sacando su varita, pero era demasiado tarde ya que Snape le había quitado su varita con un hechizo.
Los ojos duros del hombre rubio se entrecerraron mirando a los oscuros ojos de su viejo amigo.
Antes de que Lucius dijera una palabra. Snape grito. "Gauhario." Gritando de dolor Lucius Malfoy calló al suelo quejándose cuando unas profundas cortaduras aparecieron en su piel y en su ropa haciéndola pedazos. "Detente Severus, por favor detente."
Snape se quedo parado mirándolo silenciosamente esperando que Lucius estuviera al borde de la inconsciencia. Luego, terminó el hechizo.
Lucius temblada en agonía. Sus ojos llorosos por el dolor. Trato de levantarse, pero falló y calló al suelo de nuevo. "¿Por qué?" El susurró.
"Para recordarte, pues tal parece que lo has olvidado, lo mucho que duele ser golpeado sin piedad." Snape se dirigió había él, su cara era muy seria.
Lucius tembló, dejando descansar su cabeza sobre sus brazos mientras tomaba aire.
Snape continuo en un suave y peligroso tono, sus ojos brillaban sin piedad.
"¿Cuántas veces tu y yo nos ayudamos entre los dos a recuperarnos de las lecciones que nos daban nuestros padres? ¡Cuantas veces hicimos pociones para curarnos durante las vacaciones? ¿Cómo pudiste causar ese dolor repetidamente en tu hijo?"
Lucius se quejó, esforzándose mucho para contestar.
"Yo soy su padre, y sí él necesita que le enseñen una lección, es mi trabajo hacerlo; no quiero que lo consientas." Los ojos de Lucius se entrecerraron furiosamente mirando a Snape.
"Nunca he consentido a nadie en mi vida entera, a menos que consideres consentir todos los intentos que he hecho por salvar la vida de Draco."
Lucius gritó. "La vida de Draco nunca estuvo en peligro. Yo escuche voces cuando lo dejé. Estoy seguro de que lo sanaron inmediatamente."
Snape miró a Lucius y este tembló." Como resultado de la golpiza que le diste , una costilla fracturada le perforó un pulmón y otra le perforó el otro pulmón. Le rompiste varias costillas, la mandíbula, la muñeca y también le llenaste de cortaduras la espalda. Apenas sí esta vivo, se la pasa teniendo pesadillas que son causadas por la fiebre tan alta que lo esta consumiendo."
Lucius palideció. El intentó levantarse, y esta vez lo logro subiéndose al sillón y dejando un rastro de sangre. Sangre que salía de sus heridas. "Estoy seguro de que lo ayudarás a recuperarse totalmente."
"No Estés tan seguro, nada de lo que he hecho a ayudado mucho. ¿Estas orgulloso de ti mismo, te sientes poderoso después de casi haber matado a tu hijo a golpes? Estoy seguro de que Darius MALFOY SIEMPRE SE SENTÍA DE ESA MANERA DESPUÉS DE HABERTE GOLPEADO." Snape sonrió maliciosamente.
Un poco de miedo cruzó la expresión de Lucius. Snape se dio cuenta de que había dicho sin querer que casi mataba a Draco. "No tendrás contacto con Draco, no le escribirás ninguna carta, y no lo veras a menos de que alguien este con él. Draco ahora esta bajo la protección de Hogwarts, pero lo que es más importante, él esta bajo mi cuidado. Sí lo lastimas de nuevo, ¡Te mataré!"
Lucius le gritó. "El es mi hijo, y antes de que Snape tuviera la oportunidad de reaccionar, Lucius sacó una varita debajo de un cojín del sillón y le apuntó diciendo. "Crucio."
Snape calló al suelo, su cuerpo le dolía terriblemente. No paso mucho tiempo antes de que Lucius débilmente terminara el hechizo, tenía la varita en sus manos temblorosas. "Lárgate Severus." Snape con la varita aun en su mano le apuntó a Lucius.
Belatrix Lestrange entro a la casa y viendo que Lucius estaba sangrando y acostado en el sillón con su varita afuera, ella inmediatamente lanzó un hechizo al hombre enfrente de ella. "Lightnatrus."
Una llama plateada salió de su varita dirigiéndose a la espalda de Snape y atravesando su corazón. El se desvaneció en el piso.
"Idiota, él es un mortifago." Lucius le gritó.
"Pero el te atacó, estas sangrando." Ella le respondió. "Tuvimos una discusión" él se levantó del sillón cayendo de rodillas enfrente de Snape, él trato de escuchar los latidos de su corazón.
"Lo mataste, no tiene pulso. Ve a la cocina y busca un frasco sobre la repisa. Hay una poción morada en este, tráelo aquí." Lucius le ordenó.
"¡Maldita sea Severus!, tu eres el único en Hogwarts que se molestaría en tratar de salvar a mi heredero. No puedes estar muerto."
Cuando Bellatrix regresó. Lucius agarró la "Poción para detener la muerte" e inmediatamente se la dio a Snape. El tomó la varita y trajo hacia sí el traslador de Snape. Lo puso en la mano de este y lo abrió con un toque de su varita haciendo que Snape desapareciera inmediatamente.
"Esa vieja de Promfrey puede salvarlo." El murmuró. "¡Lestrange, ven acá y sana mis heridas!"
Draco sollozó. Se sentía muy caliente pero no podía dejar de temblar. Él sintió que alguien le acariciaba el cabello y abrió los ojos. "Clamado Sr. Malfoy, el Profesor Lupin y Yo estamos tratando de bajarte la fiebre, pues esta ha subido de nuevo." Le explicó la Profesora McGonagall.
El se sentía enfermo y todo le dolía, El se dio cuenta de que estaba acostado sobre una cobija fría y otra más lo cubría. "Quiero al Profesor Snape." El demandó roncamente.
"El Profesor Snape necesitaba hacer algo de trabajo y le pidió al Profesor Lupin que se quedará contigo, pero el Profesor Lupin fue con el director. He estado preocupada por ti y vine a ver sí podía ayudarte."
Draco cerró los ojos sintiéndose muy enfermo.
El sintió que la Profesora le tomaba la mano y se la acariciaba suavemente. "Trata de dormir niño, te sentirás mejor pronto."
HABÍA TANTA SIMPATÍA EN SU VOZ. Draco volteó a otro lado mordiéndose el labio.
"Se nos requiere que contactemos a tu madre para hacerlo saber lo que pasó. Ella te manda sus mejores deseos para que te recuperes pronto."
Draco resopló y abrió los ojos de nuevo. "¿No le importo lo suficiente como para que se tome la molestia de venir a verme no es así?" El dijo enojado.
McGonagall le apretó la mano. "No importa, todos estamos aquí para ti."
El cerró los ojos por un momento. De alguna manera se acordó la madre de los Weasley. El siempre había estado celoso de lo buena y cuidadosa que siempre era con sus hijos. Abrió los ojos e inhalo, los volvió a cerrar fuertemente.
Para su gran sorpresa él sintió una suave mano acariciar su mejilla, El abrió los ojos para encontrarse con los de la Profesora McGonagall lo cuales estaban llenos de simpatía y a la vez preocupación. " Duerme niño, por que no pretendes que estas en un lindo y cálido día, que estas jugando Quidditch y que vez la Snitch..." McGonagall siguió describiendo como la perseguía y al último como la atrapaba. El se volteó hacía ella soñando con la dorada Snitch.
Harry estaba muy enojado con Snape hasta ese momento. El salió al frío y se dirigió al lago.
"Sirius, Snape era el amigo de mi mamá. ¿Puedes creerlo?" El susurró al frió aire. Cerró sus ojos y rió roncamente. "Por supuesto que no puedes creerlo, ni siquiera estas aquí para el pueda hablar contigo. Han pasado seis meses desde que tú." El no pudo detener el dolor que lo llenó y le impidió terminar con la oración.
El extrañaba mucho hablar con Sirius. Se le cerró la garganta. "¿Por qué te tuviste que morir? ¿Por qué la única persona con la que podía hablar se tuvo que morir?"
El terrible dolor lo llenaba, pero él sacudió la cabeza tratando de no pensar en la muerte de Sirius.
Sus pensamientos regresaron a Snape. ¿Realmente había tratado de ayudarlo ese día?, ¿De verdad no lo culpaba por lo que había pasado en Hogsmeade? El se acordó de lo triste que se sentía cuando vio la memoria de Snape. El se preguntó sí Snape sentía su tristeza y dolor cuando el le lanzaba el hechizo legilimens. El siguió pensando acerca de Snape y de lo enojado que estuvo cuando vio su pensadero, y aun así ese día Snape le había ofrecido ver una memoria personal. ¿Realmente era por que se quería ganar su confianza? El se levanto y se dirigió a al cuarto de Snape. El tocó la puerta.
"Entre." Dijo la vos de la Profesora McGonagall.
El entró y fue a la recamara. La Profesora McGonagall estaba sentada al lado de Draco.
"¿Cómo esta?"
Ella le sonrió suavemente. "El esta peleando contra la fiebre, pero creo que esta mejor. No debería estar aquí. El Profesor Snape considera que todavía ni es bueno que lo visiten. He tenido que amenazar al Sr., Crabbe, al Sr. Goyle y a la Srita. Parkinson con un castigo sí no dejaban de venir."
"Tal vez le haga bien saber que sus amigos se preocupan por él."
"No hasta que esta más fuerte. Supongo que estos de acuerdo en eso con el Profesor Snape."
Harry asintió. "¿Sabe donde esta el Profesor Snape?"
"El Profesor Snape necesitaba algo de tiempo para trabajar en su oficina, Le diré que lo estabas buscando cuando regrese."
Harry asintió.
"¿Te sientes bien, te ves un poco pálido?" Ella preguntó.
El le sonrió suavemente. "Gracias, estoy bien" El se fue y decidió ir a la oficina de Snape.
