Capitulo 45. La Carta de Harry.
El recogió la carta y leyó lo que Snape había escrito en el sobre. "Solo se abrirá en el momento de mi muerte." Era obvio que el sobre tenía alguna clase de hechizo ya que esta brillaba, lo más seguro era que ese hechizo se desactivaba en el momento de la muerte de Snape, lo cual la impedía ser abierta mientras él estuviera vivo. Harry sabía que Snape técnicamente había muerto, aunque fuera por unos instantes, y ahora el hechizó se había roto.
Con las manos temblorosas abrió el sobre.
"Harry, se que suena extraño ya que yo siempre te llamo Potter. Pero Harry ha empezado a sonar mejor, especialmente para el propósito de esta carta.
Primero déjame decirte que bajo ninguna circunstancia te debí haber culpado por lo que pasó en Hogsmeade, no fue tu culpa. Las muertes de Diggory, y Black tampoco fueron tu culpa, y tampoco fueron mi culpa.
Sé que todavía sufres por la muerte de Black. Y sé como te sientes, y también que la navidad será muy dura para ti. Una vez me preguntaste que sí perder a alguien era más fácil con el tiempo y yo te grite que el dolor nunca se iría. Eso no es completamente cierto. Mientras que la perdida nunca te deja, el dolor disminuye con el tiempo. Ya que todos estamos aquí sólo por un rato.
He incluido algo para ti que he guardado todos estos años y que apreció mucho. Tu madre lo escribió después de la primera vez que hablamos en el lago. Pensé que tal vez te daría un poco de consuelo así como lo hizo conmigo.
Siento mucho no poder estar ahí para continuar con las lecciones de oclumencia para poder desarrollar tus habilidades y poder detener el hechizo legilimens. Se que algún día lo lograrás. Eres fuerte para ser tan joven, pero tienes que ser más fuerte aun, y para ello necesitas dejar de alejar a los que te quieren. Habla con ellos, comparte tus miedos acerca de la Profecía y tus miedos acerca de perderlos. No cometas el mismo error que yo cometí, dile a los que quieres cuanto los amas.
Me iré pidiéndote un favor a ti y a tus amigos. Draco va a necesitarte. Mi meta era convencerlo de que no se convirtiera en un mortifago, por favor, ayúdame a lograr eso. Draco todavía cree que en realidad el poder es lo único que cuenta. Creo que él estará devastado por mi muerte, y tu sabes el dolor que se siente; tal vez los dos juntos puedan encontrar una manera de pelar por la luz."
Harry no se había dado cuenta de que había lágrimas mojando sus mejillas, el rápidamente las secó. Se quedó sentado por un momento apretando la carta de Snape. El de repente se dio cuanta que había empezado a preocuparse por Snape más de lo que había pensado posible, pero esto ocurrió tan lentamente que ni siquiera lo había visto suceder.
A través de las lecciones de oclumencia, Snape había visto sus miedos más profundos, sus emociones más fuertes y sus pensamientos más personales. Él se había convertido en su confidente. Sí Snape muriera sería mucho lo que lo extrañaría. A través de sus ojos llorosos Harry vio otras dos cartas, una estaba dirigida a Dumbledore y otra a Draco. Pero su atención regresó al sobre. El sabía que la carta de su madre estaba ahí adentro, tenía miedo de abrirla. Las palabras de su madre eran preciosas. Sus manos temblaban considerablemente cuando sacó la carta del sobre.
Era muy vieja y estaba amarillenta, aun así estaba muy bien preservada a pesar de los años. El la acercó a su nariz, todavía olía a lilas de verano. "Querido Severus, sólo quería decirte lo mucho que me duele escuchar lo que le ocurrió a tu madre, y lo que tu padre hizo. Se que debiste haber tenido una niñez horrible.
Sí alguna vez quieres hablar o ir a caminar, aquí estoy yo, nunca más estarás sólo. No te preocupes por las reacciones de James y Sirius. A ellos no les importa los amigos que yo elija.
Quiero decirte que todo lo que me contaste ayer quedará entre nosotros, y me alegra mucho que confiaras lo suficiente en mí como para decirme.
Siento mucho que tu madre haya muerto de una manera tan terrible. Cuando pienses en tu madre o cualquier persona que hayas perdido mira a las estrellas. Me gusta pensar en ellas como agujeros en el paraíso por donde pasa la luz de aquellos que hemos perdido y hemos amado, y que con esa luz nos envían el mensaje de que siempre nos amarán y de que están felices. Hasta luego tu amiga Lily."
En el sobre había una pequeña estrella plateada que brillaba con intensidad. Harry la tomo y brillo todavía más mágicamente opacando la luz de la vela. El cuidadosamente puso la carta en el sobre y con un suave sollozó dejó caer la cabeza entre sus manos.
Se sentó así por mucho tiempo. Cuando la habitación se empezó a enfriar se levantó y se dirigió al escritorio. Tomó la carta de Dumbledore pero dejo la de Draco. Draco estaba muy enfermo como para verla.
El regresó a la enfermería. Y mientras caminaba se encontró con la Profesora, McGonagall.
"Sr. Potter debería haberse ido a la cama hace una hora, ¿Qué cree que esta haciendo?" La sería expresión en su cara se fue suavizando a medida que se acercaba.
Harry aclaró su garganta y la miro. "Pensé que le podría dar esto al Profesor Dumbledore, la encontré en la oficina de Snape".
"¿Potter?" ella se levantó y lo miró intensamente. "¿Qué es?"
Harry sacudió la cabeza, el nudo en la garganta no lo dejó contestar. El miró al Profesor Snape. No se veía mejor, estaba tan pálido como sí estuviera muerto.
"El Profesor Snape también te escribió una carta?" Ella le preguntó suavemente.
El la miró con ojos tristes.
"Si." Le respondió roncamente.
"Todo lo que hacemos es lo necesario. Tratamos todo para salvar la vida del Profesor Snape."
La Profesora McGonagall miró a Harry. Su corazón se entristeció por él, ya que estaba sufriendo demasiado. Primero pasó toda su niñez con esos horribles muggles y luego la muerte de Diggory justo enfrente de él, y ahora la muerte de Sirius hace seis meses.
El y Severus debían de haber llegado a un acuerdo . Ella podía decir que Harry estaba preocupado. Tenía la misma mirada que tenía la noche que murió Diggory y al final del año escolar.
"Tranquilo Potter, no estés triste. Todavía no hemos perdido al Profesor Snape. Ya sabes lo necio que es, él peleara hasta el final y nosotros le ayudaremos en esa pelea." Ella dijo suavemente.
Normalmente ella nunca dejaría sus instintos maternales ser vistos en el día mientras enseñaba en Hogwarts, pero en el caso de Potter no podía evitarlo. El muchacho huérfano había hecho salir su instinto protector desde el primer día que ella había visto al pequeño bebe en los brazos de Hagrid.
Ella había discutido muchas veces con Albus acerca de la manera en que los muggles trataban a Harry, pero siempre perdía ya que en ese lugar estaría protegido. Ella lo agarró y lo rodeó con un brazo. "¿El Profesor Snape te preocupa más de lo que llegaste a pensar que sería posible?"
El aclaró su garganta con dificultad. "El me escribió cosas muy agradables." Bajo la voz al final.
"Sé que el Profesor Snape puede ser muchas veces injusto, grita y dice cosas que no debería. Lo conozco desde hace mucho tiempo, y sé que debajo de ese exterior frío y controlado hay un alma herida." Ella le sonrió suavemente. "El estaría muy enojado sí me escuchara diciéndote esto, pero tienes que ver que debajo de toda esa hostilidad en su exterior, para ver al verdadero hombre debajo de este. He visto un lado diferente de él cuando esta cerca de ti."
Ella lo abrazó más fuerte y lo llevó ala cama cerca de la de Snape. Ella se sentó al lado de él.
"¿Te acuerdas de la última vez que estuviste aquí, no puedo decirte lo feliz que me sentí al entrar y ver al Profeso Snape alimentándote con avena. El estaba muy apenado de que yo lo hubiera visto, pero sé que el se sentó por muchas horas a tu lado sin dormir y que fue al Bosque Prohibido a conseguir hierbas para hacerte el té para calmar tu estómago. El se preocupa por ti Potter. Toma lo que te escribió en tu corazón y date cuenta de que él te quiere más de lo él que pudiera expresar en palabras."
Los ojos verdes de Harry se posaron sobre el rostro del Profesor Snape y luego miraron a la profesora. El paso saliva y pestañeo rápidamente antes de que su mirada cayera al suelo y por fin asintió.
Ella lo volvió a abrazar y le dio un rápido beso en su frente.
El le sonrió suavemente. "¿Hay algo que pueda hacer para ayudarlo?"
"Bueno, hay una poción que tenemos que preparar y que puede que ayude a sanar el daño en su corazón. Madam Pomfrey no volverá en algunos días y el Profesor Snape no tiene esa poción en su reserva. Tal ves tu y la Señorita Granger puedan empezar la poción y el restó de nosotros la terminaremos una ves que ustedes hayan reunido todos los ingredientes."
Harry asintió con más esperanza. "Me sentiría mejor sí pudiera hacer algo para ayudar."
"Bueno, entonces mañana en la mañana a la hora en que tienes doble pociones tu y la Señorita Granger pueden empezar a trabajar en la poción. Pero ahora insisto en que te vayas a la cama inmediatamente. Sin detenerte en el camino."
El suspiró. "Sí Profesora McGonagall, prometo irme a dormir." El se levantó y después de ver
por última vez a Snape, se regresó a la torre de Gryffindor.
