Capitulo 50.- La Noche Antes de Navidad.
Harry se estiro, el acababa de dormir como no lo había hecho en mucho tiempo. El abrió los ojos y se sentó rápidamente. El no estaba en Hogwarts, estaba en un cuarto hermoso, las paredes estaban hechas de madera y una rustica chimenea de piedra emitía calor desde la esquina. Una ventana enorme estaba a su derecha.
El se levantó y se dirigió a esta. La casa estaba en medio de un bosque en lo alto de una colina nevada y también había una villa cercana. Confundido el se dio cuenta de que estaba usando la misma pijama que estaba usando cuando se fue a la cama, Su túnica estaba doblada en una silla cerca de su cama, El se la puso y abrió cautelosamente la puerta.
"!Harry¡" Hermione estaba muy feliz. "¿No es esto genial?"
"Si¿pero como llegamos aquí?"
"El Profesor Dumbledore decidió que necesitábamos salir de Hogwarts y como regalo de Navidad el nos puso un hechizo y con un translador especial nos trajo aquí. Estamos justo afuera de la villa de Yelotown en la parte que esta justo a la orilla del bosque prohibido, muy adentro de las montañas."
"¿Harry, Hermione?" dijo la voz de Ron que venía del cuarto que estaba al lado del de Harry. Hermione explicó lo que había ocurrido nuevamente.
Snape se levantó una vez que abrió los ojos y se encontró en un lugar que le era más o menos familiar.
"Severus, relájate. Yo hice esto, Minerva, Remus, Hagrid y yo decidimos sorprenderte a ti y a todos así que los trajimos aquí anoche para que se relajen por dos días. Pensé que Harry tu y Draco podría necesitarlo después de todo lo que ha pasado. Además Minerva, Remus y yo tendremos también la oportunidad de dejar ir tanta tensión."
"Lo aprecio. ¿Dónde está Draco?"
"Todavía dormido en el cuarto de al lado. Sí te sientes lo suficientemente bien, puedes ir a verlo."
Severus se levantó y se puso la túnica. "¿Es aquí el lugar al cual me trajiste hace algunos años?" El preguntó.
"Si Severus, aquí es donde te recuperaste de esa noche terrible, y aquí nos pusimos de acuerdo en como podías ayudar a la luz."
Snape asintió sorprendido. "Me gusta mucho aquí."
Dumbledore sonrió. "Bien, por que todos pasaremos la Navidad aquí."
"Voy a ver a Draco." Snape dijo.
"Si, estoy seguro que verte será el mejor regalo de Navidad para él. Tal vez deberíamos ponerte un gran listón de color rojo en el cuello." Dumbledore lo molestó. Snape no se veía muy divertido que digamos.
"Sólo recuerda Severus, será un poco brusco para él verte, aun así creó que es estará muy feliz."
Snape asintió y entro al cuarto de al lado. Remus se levantó y le sonrió. "Es bueno verte de pie." El susurró.
Snape asintió. "Gracias por cuidar a Draco."
Lupin sonrió cansado. "El me recuerda mucho a ti."
Snape se sentó al lado del adolescente dormido. El notó que los horribles moretones de su mandíbula habían comenzado a desaparecer. Todavía se veía muy pálido y su respiración no se escuchaba muy bien, pero a pesar de todo él se veía mejor sin el rostro sonrosado por la fiebre como la última vez que lo había visto.
Draco gimió contento y se estiró sobre las tibias sábanas de franela. El abrió los ojos lentamente. Se quedó sin aliento cuando lo vio con sus ojos adormilados. El parpadeó para aclarar su nublada vista. El Profesor Snape estaba sentado en la cama a su lado.
"¿Cómo te estás sintiendo?" Dijo la voz de Snape.
Draco se sentó mirando a Snape con los ojos muy abiertos, comprobando que él era real.
Con voz reprimida el dijo en voz baja. "Perdóname."
Snape frunció el ceño. Draco no estaba reaccionando en la manera que esperaba. "¿Por qué me pides perdón?"
"Por que casi hago que te maten." El dijo roncamente.
Snape pudo ver lo terriblemente culpable que Draco se sentía.
"Primero que nada estoy bien, en segunda fue mi decisión, no tuya." Snape respondió impaciente. El le aseguro a Draco pero aun podía ver que había dolor en sus ojos grises y que miraba a las sabanas.
"¿Fue mi padre verdad?"
"No, fue Bellatrix Lestange. Lucius fue el que me salvo la vida al darme la poción para detener la muerte, y me envió de regresó aquí."
Draco lo miró sorprendido.
"¿Podrías dejar de comportarte como idiota y dejar de culparte por mis acciones, yo estoy bien y me asegurare de que tu también lo estés." El dijo suavemente.
Una pequeña sonrisa se formó en la cara de Draco. "¿Realmente estas bien?"
Snape asintió.
Un increíble sentimiento de alivio llenó a Draco junto con una gran ola de felicidad. El rodeo a Snape con los brazos y el profesor también lo abrazó con fuerza.
Los villancicos se oían claramente mientras Hagrid trajo un gran árbol y lo puso en la sala. El lo puso cerca de la ventana.
Harry estaba cerca de la ventana y a pesar de los hermosos alrededores y toda la festividad él se sentía alejado de todo eso. Le regresaron las memorias de la mejor Navidad que había tenido. Sirius cantando y actuando como un niño pequeño muy emocionado. El estaba sumergido en sus pensamientos cuando Hermione llegó y le tocó la parte de atrás del cuello.
"Hagrid quiere que vayamos afuera a que hagamos un hombre de nieve."
Harry no respondió enseguida.
"Sirius hubiera querido que fueras ha hacer un hombre de nieve."
Harry se quejó y suavemente le sonrió a Hermione. "¿Simplemente no te rindes verdad?"
Ella le sonrió maliciosamente. "No, nunca."
Ellos fueron a fuera y tan pronto como llegaron cerca de Hagrid él les empezó a lanzar bolas de nieve. Ellos también le aventaron nieve, así pasaron un rato riendo y cayendo ocasionalmente en la suave y espesa nieve.
El Profesor Snape se vistió y fue a la sala.
"¿Cómo esta Draco?" Dumbledore preguntó.
"Esta durmiendo de nueve, creó que los últimos días lo cansaron demasiado."
"Supongo que si. Ponte la capa Severus, quiero que les lleves esta zanahoria a los constructores de hombres de nieve."
Los ojos de Snape se entrecerraron. "Ellos pueden venir por ella."
"Un poco de aire fresco te hará bien." Dumbledore insistió.
"Bien." Snape se puso la capa y sus botas, luego le arrebato la zanahoria de la mano a Dumbledore.
Mientras caminaba al sonido de las risas de repente sintió una bola de nieve en la cara. El se detuvo viendo a la dirección de donde la bola había venido.
"¡Potter¿Qué crees que estas haciendo?"Hagrid rió estrepitosamente. "Profesor Snape, se ve bien con eso, un poco de blanca encima de la ropa negra que siempre usa le sienta bien."
Snape miró a Hagrid muy feo, pero al mirar a la sonrisa del mismo, él sintió como su enojo se aligeraba un poco.
El miró a Potter que se había detenido, pero que tenía una chispa de alegría en sus ojos verdes.
"Esta bien Potter, como quieras." Con una sonrisa amenazante Snape movió su varita haciendo que una bola de nieve golpeara a Harry justo en la nariz.
El cayó en el suelo quejándose. "No es justo, no con las varitas." Agarró otra bola de nieve aventándosela a Snape, esta vez lo golpeo en el hombro.
Todos continuaron la pelea de nieve por un rato, luego se ocuparon haciendo el hombre de nieve; una vez que terminaron la cabeza, Snape le puso la zanahoria.
Cuando Snape regresó adentro se dio cuanta de que se había divertido. Dumbledore le dio una toalla grande y esponjada. Sus ojos azul claro brillaban con alegría.
"Ni una palabra." Snape le gritó.
Cuando terminaron de secarse Snape entró a la sala y encontró a Draco sentado en el sillón c una expresión muy seria en su rostro. Minerva y Lupin también estaban ahí.
"Bueno, parece que tienes muy buena puntería." Minerva se rió. "Nosotros mirábamos la diversión desde aquí."
Draco lo miró con resentimiento en sus ojos.
"Bueno, ellos me forzaron." Snape replicó en tono de disculpa.
Los otros llegaron más tarde riendo y sonrosados por el frío.
Luego se acercaron a la chimenea para calentarse, Hermione se levantó y empezó a colgar adornos en el árbol. "Draco¿Te sientes lo suficientemente bien como para venir a ayudarme."
El no contestó, solamente sacudió la cabeza.
Ron sacó el tablero de ajedrez. "¿Quieres ver si me puedes derrotar en el ajedrez?"
"¡No!" El se levantó enojado. "No quiero estar aquí con Potty, la comadreja y la sangre sucia." Su temperamento por fin explotó. Y entonces dándose cuanta de lo que había dicho enfrente de todos lo profesores, palideció y le temblaron las piernas.
Dumbledore se dirigió hacia él después de detener con la mano a Snape. Sin una palabra tomó el brazo de Draco y lo sacó del cuarto.
"Hay dios." Minerva suspiró. "Niños, tienen que darse cuenta de que él ha pasado por mucho, y creo que simplemente sus sentimientos que estaban guardados explotaron. No creo que realmente haya querido decir eso."
"Pues a mi me pareció que si." Ron se quejó.
El enojo de Draco todavía no se había calmado cuando Dumbledore lo regresó a su cuarto. El tomó su varita de la mesa de noche y con ella muy enojado hizo un agujero en la tabla de la pared de la cabaña, antes que pudiera hacerlo de nuevo, Dumbledore le arrebató la varita de la mano y lo llevó a la cama.
"¡Siéntate!"
El se sentó y miró a Dumbledore. Nunca había visto al director tan serio y enojado.
El cerró los ojos y le dijo. "Lo siento."
"Pues espero que así sea, tu pequeño berrinche no tiene excusas. Todas y cada una de las personas que estamos aquí hemos trabajado sin descanso para salvar tu vida y para asegurarnos de que estuvieras bien cuidado. Yo esperaba que aprendieras algo de todo eso, me has decepcionado grandemente. Quédate en tu cuarto hasta que hayas cambiado de actitud." Dumbledore caminó a la puerta. "Espero que te disculpes con todos cuando vuelvas a salir."
Draco se acostó en las almohadas sintiéndose miserable. Los ojos se le llenaron de lágrimas. ¿Por qué siempre tenía que arruinar todo? Ese trío dorado siempre lo hacía arruinar todo, el se había abrumado por lo celos ya que ellos se veían tan felices cuando Snape se les unió, y luego un enojo incontrolable se había apoderado de él. Pero una pequeña voz de razón en su cabeza le recordó como ellos lo habían ayudado y como Potter y Granger lo habían dejado ayudar con la poción. El se sentó con las manos sobre el rostro por un largo tiempo.
El humor en la sala se había ligerado cuando Dumbledore entró. Todos estaban tomando cerveza de mantequilla, comiendo botanas y decorando el árbol.
Hagrid con la más fea de las voces y a todo volumen, empezó a cantar. "Dios juega con los felices Hipogrifos" y todos se unieron a él.
Una hora después la oscuridad descendió y la suave nieve comenzó a caer. Draco salió y llegó a la sala. Hagrid dejó de cantar. Dumbledore lo miró suavemente y dijo. "¿Draco?"
El aclaró la garganta, sintiéndose mareado y se le revolvió el estómago. En voz baja dijo. "Perdón." Miró a todos.
Dumbledore le dedicó una rápida y amigable sonrisa. "Te perdonamos, ven y come un plato de avena, calenté un poco para ti con un poco de canela y crema." El también le acercó un frasco de la poción para prevenir las nauseas.
Draco caminó y se sentó a su lado, sintiéndose torpe y apenado.
Hermione fue hacía el y le dio un adorno. "Tal vez cuando termines de comer puedas colgar esto, eres más alto que yo y no puedo alcanzar esas ramas." El asintió y le sonrió agradecido. Con un susurro que solo ella pudo oír le dijo. "Perdóname."
Ella le sonrió.
Hagrid volvió a cantar mientras el fuego de la chimenea hacía crujir la leña llenando de calor la habitación y calentado a sus ocupantes.
