Capitulo 51.-Ansiedad.

Mientras la tarde pasaba, el hermoso árbol se iluminaba con miles de luces, haciendo brillar los adornos que habían colgado.

Hagrid regresó de la cocina con una gran cena que trajeron los elfos domésticos y Loki daba vueltas sobre su patas pidiendo un poco de comida. El estómago de Draco rugió a causa de los maravillosos aromas de la comida, su estómago se empezó a revolver a pesar de la poción que había tomado y de la avena que había comido.

Snape insistió que se fuera a acostar por un rato para que durmiera. El no quería hacerlo, pero como había causado una escena muy desagradable anteriormente, el decidió no protestar. Todavía estaba enojado con Snape por haber jugado con el trío dorado y por haberle escrito una carta a Potter. A regañadientes se fue a acostar. Toda la ansiedad de las últimas semanas le regresó. Trató de calmarse, su respiración se volvió rápida y venía en cortos suspiros.

Snape entró al cuarto con una taza de té. Y viendo que Draco estaba angustiado, se sentó en la silla a su lado y puso el té en la mesa de noche. Draco se volteó a otro lado sintiéndose muy enojado y aun así también sintiéndose avergonzado. Snape todavía no le había dicho nada del berrinche que había hecho.

"Sé que estas muy alterado y tienes todo el derecho de estarlo. Tu vida dio un giro horrible, estas enfermo, lastimado, confundido. NECESITAS hablarme Draco o a cualquiera de nosotros, no estas sólo, tu sabes eso."

Su única respuesta fue un suspiro muy corto.

"Ten, toma algo de té, te vas a sentir más calmado y con sueño." Dijo la voz de Snape suavemente.

El le puso la taza de te enfrente. Draco se sentó y la agarró dando pequeños tragos al líquido caliente. Sus ojos grises miraron a Snape con resentimiento. "¿No preferirías estar afuera festejando con Potter?"

Los ojos de Snape se entrecerraron con preocupación. "¿Alguna vez vas a dejar de estar siempre celoso de Potter¿Fue esa la causa principal de tu berrinche¿Estabas celosos por que fui a una pelea de nieve con él?"

Draco no respondió, en lugar de ello se quedó viendo su taza de té.

Snape se quejó enojado. "¿Qué acaso no fue suficiente el que casi muriera para mantenerte a salvo?"

Los ojos de Draco se abrieron. Se llenó de culpa. No sabía como explicarle o decirle a Snape la maraña de emociones que estaba sintiendo. Una sensación de desesperación le cerró la garganta.

La paciencia de Snape para con el chico se acabó y se levantó sin una palabra y sin mirar atrás se salió del cuarto.

El casi tira a Minerva en su camino de regreso a la sala. "Severus¿Qué pasa, el señor Malfoy esta bien?"

"Algunas veces quisiera estrangularlo. ¡Es imposible!" El se quejó muy enojado la dejó atrás.

Minerva suspiró. Ella sabía lo mucho que Severus quería a ese chico, pero el había carecido de paciencia y entendimiento; ya estaba mejorando en ese aspecto, pero aun tenía sus defectos.

Ella cuidadosamente abrió la puerta y encontró a Draco sentado con sus rodillas al pecho, con sus brazos rodeándolas y con la cabeza baja. Su respiración era entrecortada y tosía mucho.

Ella se le acercó sin decir palabra, con un brazo le rodeó los hombros.

"Cálmese Sr. Malfoy, se va a enfermar, usted sabe que el Profesor Snape puede ser difícil algunas veces. No debe tomárselo tan a pecho cuando es impaciente. Nunca se va a recuperar sí sigue alterándose de esa manera." Ella le dio una palmada en el hombro. "Te prometo que mañana todo va a ser mejor."

Con un suspiro tembloroso él levantó la cabeza, había dolor en sus ojos, y la profesora de dio cuenta de que no sólo era por la discusión que había tenido con Severus.

"¿Te duele el pecho?" Ella lo miraba con preocupación en sus ojos.

El asintió no confiando en su voz.

Ella le dio una palmada en el hombro. "AHORA REGRESO."

"Snape ,no" El pidió y tosió de nuevo.

Ella lo miró reprochándole. "El te quiere mucho, no estas siendo justo."

La cabeza de él calló de nuevo en sus rodillas.

"Traeré al director."

Esa horribles punzadas de dolor que le daban en el pecho una y otra vez le hacían la respiración muy dolorosa. Estaba agradecido de que Dumbledore iba a venir.

Ellos llegaron en pocos minutos.

"Draco, niño querido, acuéstate por favor." Dijo la voz de Dumbledore.

Una vez más uso el hechizo antiguo para irradiar calor y así aliviar el dolor en el pecho de Draco. El pálido y alterado chico cerró los ojos. El té que Snape le había dado finalmente lo hizo dormir.

"Severus necesita tener una seria platica con él, no se pondrá bien sí sigue con toda esa ansiedad dentro de él. No tiene idea de cómo manejarla." Dumbledore comentó.

"¿Crees que Severus sea la persona indicada para ayudarlo ha hacer eso?" Minerva preguntó levantando una ceja.

"Sí el no puede, tendremos que encontrar una forma, yo no he podido alcanzarlo¿Tu has tenido mejor suerte?"

"Él no se ha ofrecido a nada, pero creo que se ha empezado a dar cuenta de que lo ayudaré." Minerva respondió en voz baja viendo su blanca car. "Espero que nuestro regalo mañana aligere un poco sus preocupaciones, pero ciertamente no borrará todo lo que pasó."

"Sólo el tiempo y mucho amor y apoyo lo ayudarán a superar eso."

"Albus, Potter también está sufriendo, después de la última navidad y la muerte de Sirius, él también nos necesita."

"Losé, pero creo que lo de mañana lo ayudará a soltar todas esas emociones que ha guardado. Es lo mejor que le podemos dar. No podemos traer a Sirius de regreso, pero tal vez esto le traiga un poco de paz."

"Eso espero, el pobre chico necesita estar lo más fuerte posible para combatir todo lo que Voldemort le tenga preparado."

"Nos aseguraremos de que así sea." Dumbledore le aseguró.

De regreso a la sala , se escuchaban las canciones de navidad de una caja mágica que Dumbledore había traído. La comida había acabado y lentamente todos empezaron a dar las buenas noches. El humor de Harry había mejorado, Hermione, Ron, Lupin, y Hagrid lo había mantenido riendo y distraído, pero cuando el silenció dejó atrás a la platica y cuando la canción. "Noche Silenciosa." Empezó a tocar el corazón de Harry comenzó a doler.

El se fue a la parte más oscura del cuarto y miró por la ventana. Era una hermosa tarde y la nieve caía suavemente, su corazón se encogía con las palabras de la canción. "Duerme en paz celestial." El recordó el horrible momento en el que Sirius cayó por el velo. El recargó su frente en la ventana sintiendo como se le cerraba la garganta amenazándolo con sofocarlo. El cerró los ojos tratando de acordarse de las memorias felices. El en silencio le deseó a Sirius feliz navidad y le dijo que lo extrañaba mucho y que desearía que estuviera divirtiéndose con ellos en ese momento.

El sintió una mano en su espalda y lentamente se dio vuelta viendo a los oscuros ojos de Snape. Sin decir palabra Snape lo trajo hacia sí abrazándolo. Su cabeza descansaba sobre la de él. "Black hubiera querido que disfrutaras de esta Navidad, estoy seguro que su espíritu esta aquí, al igual que el espíritu de tus padres."

Harry se quedó quieto por un momento escuchando esas palabras. El se dio cuenta de que en una extraña manera Snape lo había ayudado a llenar el vació que Sirius había dejado, Como con Sirius, él tenía una conexión con sus padre, o por lo menos con su madre.

Después de darle una palmada en la espalda, Snape lo soltó y tomó la estrella y la carta de Lily de su bolsillo. "Quiero que te quedes con esto y que guardes en tu corazón las palabras que ella te escribió: aquellos que amamos y que hemos perdido siempre estarán con nosotros."

"¿Puedo hablar contigo Severus?" El director preguntó después de que todos se fueron a la cama,

Snape asintió.

"Estoy preocupado por Draco. He estado pensando en todo lo que ha pasado últimamente. El se a llevado un susto tras otros. ¿Ya le has explicado lo que ocurrió cuando fuiste con Lucius?"

"BUENO, le dije que Lucius no fue el que casi me mató, que él fue el que me dio la poción para detener la muerte." Snape explicó.

"SI CONSIDERAS QUE Lucius, el hombre que siempre estuvo en su vida, y de quien siempre ha seguido sus paso, y que fue el mismo hombre que casi lo golpeó hasta morir y que lo dejó sin razón muriendo en la nieve; él debe sentir odio, traición y un enorme sentimiento de perdida. Aun así él es el hombre que alguna vez amó y que en algún grado sigue amando, y de repente salvó tu vida." Dumbledore explicó en voz baja. "Trata de ser paciente y trata de pensar en como se siente lo que él esta sintiendo. Creo que parte del problema por el cual no puede mantener la comida en su estómago es por que está muy asustado, muy traumatizado por todo lo que ocurrió, y luego la persona en que más confía en el mundo casi muere, y justo cuando más te necesita emocionalmente te ve convivir con Harry quien para él de manera incorrecta es su peor enemigo. Lo siento Severus, lo último fue mi culpa, pensé que te haría bien y no consideré los sentimientos de Draco. Cuando él se despertó y descubrió que estabas vivo se estaba sintiendo muy bien, pero cuando te vio afuera se puso muy triste y no respondía."

Snape se quejó. "he pensado en algunas de esas cosas¿Pero que hago para ayudarlo?"

"Sólo quédate ahí para cuando te necesite, el requiere de tu ayuda, necesita hablar. Asegúrate de que él se enteré de que lo amas. No hay regalo más grande que el amor Severus." Con esa última oración Dumbledore se levantó. El le dio una palmada en la cabeza a Severus y regresó a su cuarto.

Snape se sentó observando el brillo del árbol de navidad por largo tiempo. Luego se levantó y se dirigió al cuarto de Draco. El adolescente rubio estaba dormido de lado. Snape se acostó y lo abrazó amablemente. Los soñolientos ojos de Draco se abrieron, él todavía estaba drogado por el té.

"Perdóname por ser tan impaciente contigo, sólo entérate de que te ayudaré a superar esto y que te quiero."

Draco suspiró y algo de la ansiedad que sentía se disminuyó mientras cerraba de nuevo los ojos.