¿Ellos? ¿Ellas? ¿Quiénes?
By: Amaranta Riddle
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DISCLAIMER: todos los personajes conocidos son propiedad de la WB y J. K. Rowling y son utilizados sin fines de lucro
N/A: Este Fanfic contiene Flash, contenido homosexual tanto de hombres como de mujeres, no me hago responsable de los daños mentales que pueda causar en el lector. Contenido no apto para menores de 16 años.
RESUMEN: Una locura de la autora, contiene personajes tomados de una serie de TV. Que espero reconozcan ustedes, dedicado con mucho cariño a FAY HUBBLE (snitch, sis') y a BELLATRIX LESTRANGE (bloody, má') ¡¡Disfruten y no olviden el comentario!
CAPÍTULO 5:
Nuevo Curso, Nuevas Caras, Nueva Vida
El nuevo curso estaba por comenzar, el día en Hogwarts comenzó muy agitado, Dumbledore había pedido a los chicos que ayudaran con los preparativos de la ceremonia de bienvenida, Flitwick y Hermione se esmeraban en los encantamientos que servirían par adornar y ambientar el comedor y el resto del castillo.
Ron ayudaba McGonagall a supervisar las actividades de todos los prefectos mientras tanto Harry y Snape sorprendían a todos trabajando en equipo para la recepción de los alumnos extranjeros y de otras escuelas.
Remus Lupin también ayudaba, junto con Tunks y Dumbledore hacían en la sala de profesores el horario de cada uno, las clases y las casas que tendrían que supervisar; obviamente entre esos tres personajes comenzaban a tramar el espionaje de Harry y cómo lo supervisarían para que no se metiese en problemas.
Charlie Weasley discutía con Ginny sobre la importancia de trasladar a los de primer curso en las canoas a través del lago.
-Profesor- Harry comenzaba una conversación mientras hacían los listados de alumnos -¿Cómo sigue Malfoy?
-Mucho mejor, Sr. Potter- dijo el hombre –No sé cómo agradecerle lo que hizo ayer…
-No tiene por qué agradecerlo, en realidad no fue nada; usted ha estado muy ocupado ¿cierto?
-Bueno… si, un poco, pero tengo mis ratos de ocio- dijo el hombre con una mueca divertida
-Profesor Snape…- dijo el chico un tanto dubitativo -¿puedo pedirle un favor especial?
-Todo depende de qué favor quiera
-Solo… me gustaría continuar con las clases de Occlumancy- dijo casi en un susurro
-Me gustaría saber sus motivos- dijo mirándolo a los ojos
-No haga eso- dijo Harry volteando la cara para no verlo a los ojos, sabía que trataba de leer su mente y debía evadir esa mirada –Se lo diré, seré sincero, pero por favor no utilice el legilimens conmigo ahora
-Lo escucho- dijo recargándose en el asiento y cruzando los brazos
-bien… cuando estuve con mis tíos tuve mucho tiempo para pensar, para aclarar muchas cosas que me daban vueltas en la cabeza… gracias a Godric Gryffindor no he vuelto a soñar con Vol… ¡Profesor!- exclamó al notar el respingo del profesor
-Lo lamento, Potter- dijo cerrando los ojos –aún no lo puedo controlar
-no he vuelto a soñar con Voldemort y tampoco me ha dolido la cicatriz… por el contrario, hay veces que siento sus emociones como mías… pero no lo sueño y no me domina como anteriormente… no ha entrado a mi cabeza y no deseo que lo vuelva a hacer por seguridad de aquellos a quienes…
-De aquellos a quienes quieres, Potter, lo sé- completó el profesor –Dime una cosa ¿Dumbledore sabe que me estás pidiendo esto?
-No he hablado con él desde que llegué a Hogwarts anteayer- dijo el chico
-Me parece muy extraño, ese distanciamiento que tienes con tus amigos y con el viejo Dumbledore, Potter- dijo mirándolo a los ojos, esta vez Harry no se volteó –Perfecto… estuviste practicando, solo pude ver tus motivos y son perfectamente comprensibles, informaré a Dumbledore sobre tu decisión y te diré tu horario cuando recibas la primera clase de pociones.
-Gracias Profesor… por cierto ¿Quién es el nuevo profesor de DCAO?
-Ya lo conocerás, Potter, es una persona muy peculiar
Ambos siguieron conversando, lo hacían civilizadamente y de vez en cuando intercambiaban miradas, ninguno de los dos recordaba haber tenido esa sensación de libertad al hablar en mucho tiempo, hablaron sobre las clases, Snape respondió algunas dudas que el chico tenía y de vez en cuando Harry bromeaba sobre los partidos de Quidditch.
-Por cierto, Potter- dijo Snape interrumpiendo al muchacho –Malfoy vendrá temprano, no viajará en el expreso y me gustaría charlar con ambos sobre algo en particular
-Claro- dijo el chico tratando de ocultar su asombro
El momento llegó, todos ocupaban sus lugares, Ron y Hermione habían ido con McGonagall y Remus en el Expreso de Hogwarts a fungir con sus deberes de Prefectos. Draco Malfoy había llegado momentos después de la última charla de Harry con Snape, fue conducido directamente a la enfermería con Severus y Harry detrás de ellos. Severus pasó con él a la enfermería mientras Harry guardaba su distancia, no quería volver a pasar lo del día anterior. Ninguno de los dos se imaginaba lo que el otro pensaba al respecto de la situación.
Bien, estoy aquí en casa, a salvo- se decía a sí mismo el chico de cabellos platinados –él está ahora con mi padrino, ¿qué sucede? ¿Por qué pienso tanto en él? ¿Por qué me reconfortó su visita? ¿Por qué no pasa? Seguramente por lo que le dije ayer… ¡imbécil! ¡Soy un imbécil! ¿Por qué le dije que lo olvidara? ¿Por qué corre sangre Malfoy por mis venas? ¿Por qué no puedo admitir que me gustaría tener una amistad con él?
Muy bien Harry Potter- se decía el León –él se encuentra en Hogwarts, se encuentra tras esa puerta que tantas veces has cruzado y que ahora no te atreves ni siquiera a mirar, allí esa persona que acaba de herir tus… ¡Pero que estoy diciendo! ¡Yo rechacé esa mano de marfil en primer año! ¡Él te ha hecho la vida imposible todo este tiempo! Y ahora… ahora… ¿Por qué no puedo dejar de pensar en él? ¿Por qué se ha filtrado en tus pensamientos? ¿Por qué de pronto te ha dolido que no haya aceptado tener una amistad contigo?
-¡Potter!- la voz de su Profesor de Pociones lo sacó de sus pensamientos -¡Entre, por favor!
-Si, señor- dijo actuando como un autómata
-Potter, Malfoy- comenzó el profesor una vez estando ambos jóvenes en el lugar –me alegra que por el momento puedan estar juntos sin tapujos muchachos, me gustaría pedirles un favor especial por el bienestar de la escuela.
-¿Un favor especial?- preguntó Malfoy intrigado
-En realidad me gustaría que ambos pactaran una tregua frente a todo Hogwarts, así las demás casas verían que…
-Lo sé- dijo Harry –Escuché a Dumbledore charlando con la profesora McGonagall sobre el tema les gustaría que los "más conocidos enemigos de Hogwarts pactaran la paz en frente del alumnado para beneficiar la unión de las casas y las escuelas"- dijo las palabras exactas
-Siempre metiendo las narices donde no te llaman ¿cierto Potter?- dijo el rubio mirando al chico.
-No tuve que hacerlo, estoy seguro de que Dumbledore lo hizo para que me enterara, si no, no se hubiera sentado justo detrás de mí en el desayuno o no habría hablado en voz tan alta con la Profesora.
-Buena observación, Potter- dijo el hombre -¿Qué me dicen?
-Que los mensajeros son de palo, profesor- dijo el moreno levantándose de su lugar –Me niego a hacerlo y no me gustaría que lo tomara personal profesor, no es nada contra usted
Ese comentario y la negativa habían caído a Draco como un balde de agua helada, él estaba más que dispuesto a hacer las paces con el moreno, aún más después de lo pasado el día anterior, pero tal vez el último comentario del rubio había hecho reaccionar al moreno.
-¡Potter, vuelva aquí ahora mismo!- ordenó Snape con voz firme –No me obligue a tomar acciones drásticas
-¿Qué hay más drástico que intentar unir el agua y el aceite esperando no tener efectos contraproducentes?- replicó Harry en la con la mano en el pomo
-Para mí tampoco es un placer, Potter- dijo Draco con voz apagada –pero creo que es una buena manera de volver a empezar
-¿A qué te refieres con "volver a empezar"?- preguntó Severus
-Tú sabes… una vida nueva… sin mi padre… evitando seguir sus pasos…
-¡Vamos Potter!- exclamó el hombre de negro -¿Acaso me dirá que hacer las pases con Malfoy perjudicará su imagen?
-No tengo una imagen que proteger, profesor- dijo el chico mirándolo con los ojos apagados –usted lo sabe
-¿Entonces?- preguntó -¿Cuáles son sus razones para negarse?
Harry suspiró, en realidad había muchas razones de las que imaginaba el hombre parado frente a él, pero ¿Cómo explicar que tenía tanto miedo de que con tan solo una palabra el rubio volviera a herir sus sentimientos? ¿Cómo explicar que no podía acercarse al chico sin sentir el deseo de abalanzarse sobre él y poseerlo?
-No lo entendería- respondió fríamente el chico
-Por lo menos puede intentarlo- dijo Snape tratando de convencer al chico
-Está bien- respondió Harry en un suspiro –Haré las paces con Malfoy…
-¡Perfecto!- exclamó Snape.
Curiosamente, y para sorpresa de ambos chicos Snape había pedido a Harry que lo acompañase en la recepción de los alumnos ínter escolares, vestía una túnica especial, completamente en negro, a las orillas se podía ver un listón con los colores de las cuatro casas intercalados y en la espalda un gran escudo de Hogwarts abrazando a los cuatro escudos de las casas.
Esa noche, en unos momentos tendría que conducir la silla de ruedas que ocupaba Draco Malfoy por el pasillo central del Gran Salón lleno de gente, amigos, conocidos y extraños. Todo Hogwarts estaba nervioso, con excepción del Profesor Snape, quien lucía tan sereno e impenetrable como de costumbre.
-¿Listo, Potter?- preguntó al chico que solo asintió tragando saliva –No lo comprendo, Potter, se ha enfrentado al Lord Oscuro usted solo sin que le tiemble un solo cabello y en un evento escolar no puede dejar de mostrar sus nervios- rió el hombre
-No tengo que convivir con Voldemort todo un año, no se reirá de mí si tropiezo o si digo algo mal…- dijo el chico con perspicacia.
-Muy listo, Potter- dijo el hombre –me gustaría que tratara de tranquilizarse, los alumnos están por llegar y no sería muy bien visto que lo encontrasen en esas condiciones
-No se preocupe- dijo el chico –solo estoy preparándome psicológicamente
-Como diga- suspiró el hombre.
La mayoría de los alumnos de grados avanzados, habían entrado al Gran salón y tomado sus lugares. Las puertas se abrieron dando lugar a la entrada de los de primer curso que eran dirigidos por McGonagall como siempre. Tuvo lugar la selección, mientras tanto, Harry y Severus explicaban a los alumnos de otras escuelas el procedimiento a seguir y la forma de trabajo de la escuela.
Las pesadas puertas se abrieron por segunda vez, dejando pasar a los dos impacientes personajes seguidos muy de cerca por estudiantes de todas las edades nerviosos y expectantes. Harry esperó a que todos estuviesen adentro para salir y prepararse para recibir a Malfoy.
Poppy apareció con Malfoy en la silla de ruedas, el estado de shock y la mala alimentación habían ocasionado que el rubio perdiera las fuerzas, por lo menos eso es lo que le informó Dumbledore a Harry.
Draco vestía una túnica idéntica a la del moreno, y en realidad el chico no lucí muy diferente, su cabello engominado como era su costumbre y esa… esa mirada fría y distante que solía usar para con todo el mundo.
-"Que bien se ve"- dijo Harry mentalmente –"se ha repuesto mucho desde San Mungo, además ese mechón de cabello que le sale de los costados y… en su oreja enredados… se verían mejor en mi dedo… ¡Pero qué estoy pensando! ¡Es Draco Malfoy!
Por su parte, el rubio luchaba internamente contra sus emociones, tratando de no sacarlas a flote…
-"Potter se ve muy bien hoy… ojalá algún día pueda retractarme de lo que dije en San Mungo. Solo espero que no desee tirarme de la silla…"
Harry pudo percibir algo en la mirada del chico que lo sacó de sus pensamientos, era algo diferente, algo que había visto en sus propios ojos en otras ocasiones; era un sentimiento que lo había invadido desde finales del curso pasado y que aún ahora mostraba sus secuelas cuando estaba a solas: tristeza.
-¿Te encuentras bien, Malfoy?- preguntó el moreno preocupado
-Nada que te interese, Potter- dijo el rubio a la defensiva tratando de ocultar la sorpresa de aquella pregunta.
-Como digas- dijo Harry reprochándose a sí mismo el preocuparse por aquel muchacho sentado frente a él a sabiendas de que el otro no compartía sus sentimientos.
Las puertas del Salón se abrieron por tercera vez esa noche para dar paso a los chicos. Ambos dieron un suspiro y se prepararon a desfilar frente a aquellos que los observaban atentamente; profesores y alumnos que veían la escena con curiosidad. Al llegar al lugar dónde momentos antes se hallaba el Sombrero Seleccionador, Draco carraspeó y los murmullos que comenzaban a escucharse en el lugar cesaron.
-Buenas noches y bienvenidos compañeros de Hogwarts- comenzó el rubio
-Esta noche- continúo Harry –nos hemos tomado la libertad de robar un poco de su tiempo y su atención.
-Esta noche comienza un nuevo curso escolar, pero esta vez y para nuestra suerte, los peligros que acechan allá afuera son inminentes y llegan a escalas alarmantes en verdad.
-Afortunadamente para nosotros- continuó Harry poniendo involuntariamente la mano en el hombro de Malfoy –Es justamente este el lugar más seguro sobre la faz de la tierra; nuestros profesores son magos excepcionales, Aarhus Filch es el mejor cuando se trata de evitar infringir las normas y Albus Dumbledore es considerado el mago más poderoso de los últimos tiempos.
-Pero eso no es suficiente- dijo Draco con un brinquito, levantándose de la silla, sostenido en Harry para no caer –Nosotros como estudiantes, ahora más que nunca, debemos estar unidos olvidando viejas rencillas y rivalidades, conviviendo en armonía y ayudándonos mutuamente como la comunidad mágica que debemos aspirar a ser.
-Por ello es que hoy por hoy, yo, Harry Potter, capitán del equipo de Quidditch de Gryffindor y mi homónimo de Slytherin, Draco Malfoy, hacemos votos de paz frente a todos ustedes y nos comprometemos a mantener la calma y la fraternidad entre los alumnos de ambas casas.
-Queremos también invitar a nuestras compañeras de Hafflepuff y Ravenclaw para que se unan a este compromiso- dijo Draco extendiendo la mano a sus compañeras.
Los cuatro se dieron las manos, se miraron y dirigieron unas cuantas palabras a sus compañeros, posteriormente, el resto de los estudiantes (por lo menos la mayoría) procedió a imitar a los capitanes.
Antes de dar inicio el banquete de bienvenida, tuvo lugar la presentación de los profesores, Harry recorrió la mesa con la mirada, pudo notar a Charlie Weasley, a una mujer que parecía ser el clon femenino de Snape, a una chica muy interesante de largo cabello negro y ojos azules, a Remus y al resto de los profesores.
-El profesor Charlie Weasley- comenzó el anciano –sustituirá a nuestro antiguo profesor de Cuidado De Criaturas Mágicas y también se encargará de cuidar la entrada al bosque prohibido. Por otro lado, como profesora de una materia muy interesante Control de la Magia tenemos a la profesora más capacitada en el ares; proveniente de la Academia Cacle, Constanza Ogrum- la mujer vestida con un conservador vestido negro y cabello amarrado en un apretadísimo moño se puso de pié y con una ligera inclinación del cuerpo saludó a los estudiantes. –Como cada año, me complace también presentar a su nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras- sonrió Dumbledore –la Señorita Amaranta Lovegood, egresada del Instituto Salem de Norteamérica.
La muchacha se levantó de si asiento, su mirada azul tenía un halo de misterio, su larga y bien peinada cabellera negra caía sobre su espalda a la altura de sus caderas, y su tez blanca parecía no haber visto la luz solar en años. Esbozó una pequeña sonrisa, apenas visible y a Harry le pareció que a pesar de su juventud su actitud no era la propia de una chica de su edad.
-Como último pero no menos importante, el taller de Duelo volverá a abrirse, pero se tomará como materia obligatoria y será impartida por el profesor Remus Lupin, quien en otra ocasión les había dado clase.
Se escuchó una alegre exclamación de parte de los Gryffindor, por su parte, Slytherin exclamaba su descontento ante tal acción. El banquete no tardó mucho en comenzar, fue solo entonces cuando Harry pudo echar un vistazo a sus compañeros nuevos, notó inmersa en su comida, a una chica muy peculiar, parecía un tanto asustada y nerviosa, tenía aproximadamente su edad y llevaba el cabello en largas trenzas que le caían sobre los hombros. Se disponía a hablarle cuándo sintió una mirada procedente de la mesa de Ravenclaw.
Luna Lovegood le sonreía amablemente y éste correspondió mirando a la chica de ojos azules en la mesa de profesores, Luna asintió y volvió a sonreir.
-Harry- exclamó Ron -¿A quién estás mi…? ¡Luna!- exclamó –por lo menos podrían ser más discretos
-¿A qué te refieres, Ron?- preguntó Harry confundido
-A tu noviazgo con Luna- soltó Ron de tajo -¿vas a intentar negarlo?
-No lo voy a intentar, lo voy a negar- dijo Harry colorado hasta las orejas –Luna y yo no somos novios, solo somos amigos… solo buenos amigos- dijo el chico
-Pues esas miradas, esas sonrisas y el hecho de que fue la única que estuvo contigo en vacaciones me habla de lo contrario…- se burló el pelirrojo
-Como siempre te equivo…- comenzó molesto pero fue interrumpido por una voz desconocida
-¿Eres tu Harry Potter?- preguntó. Harry levantó la vista y pudo ver a la chica de trenzas delante de él –Soy Mildred, Mildred Hubble
-Mucho gusto, Mildred- contestó el moreno –ellos son Hermione Granger y Ron Weasley, mis mejores amigos
-¡Vaya!- exclamó la chica mirando a Ron -¡Debe ser difícil ser familiar de un profesor!
-No puede ser tan malo- dijo Ron divertido –aunque debo admitir que tratándose de Charlie tengo mis sospechas- añadió con gesto pensativo
-¿De dónde vienes, Hubble?- preguntó Hermione despectivamente
-Mildred- dijo ella –por favor llámame Mildred; y respondiendo a tu pregunta vengo de la Academia Cacle
-Solo fueron aceptadas tres transferencias de Cacle- dijo Hermione en ese tono que fastidiaba a sus amigos –además de que la profesora Constanza Ogrum es la mejor profesora de la academia… según tengo entendido una de las transferencias fue pedida casi personalmente por la directora de la Academia al profesor Dumbledore
-Ha estado investigando, Señorita…- una voz estricta y muy propia la sacó de sus pensamientos
-Granger- dijo –Hermione Granger
-Señorita Granger- completó la mujer de negro –parece ser un buen inicio, en cuanto a ti, Mildred Hubble- dijo dirigiendo una mirada severa a la chica de las trenzas –será mejor que no te metas en problemas, te tendré bien vigilada- se retiró no sin antes lanzar una mirada al puro estilo Snape a la chica
-¡Vaya, Mildred!- exclamó una molesta y burlona voz detrás de ellos –al parecer no podrás librarte de Ogrum tan fácilmente
-De quien desearía librarme es de ti Ethel Hallow- respondió Mildred fastidiada –de Ogrum puedo aprender muchas cosa, pero tu en realmente eres una verdadera molestia
-¡Vaya que la chica tiene valor para hablarle así a un Slytherin mientras Snape nos observa!- se anexó aquella voz tan conocida por Harry
-Ella comenzó, Draco- dijo Harry sin pensarlo –no creo que el Profesor Snape haya pasado el hecho desapercibido
-¡Tiene razón Sr. Potter!- dijo el hombre con su melosa voz de siempre –Srta. Hallow, le pido de la manera más atenta evite los problemas si no desea comenzar el año con detenciones; Malfoy, Te pido que te encargues de explicar a la señorita como funcionan las cosas por aquí, al igual que Potter deberá hacerlo con la Srta. …
-Hubble, Mildred Hubble- se presentó la chica
-Esto será muy interesante- dijo el hombre con una apenas visible sonrisa y se retiró.
Draco y Harry se miraron desconcertados, Ethel hizo un puchero enfadada mientras Ron, Hermione y Mildred no supieron lo que había pasado.
-Por cierto, Potter- dijo Draco –me gustaría charlar contigo un momento, te espero junto a las escaleras principales.
Harry asintió y todos los miraron extrañados, Ron, obviamente no sabía si molestarse o tomar a su amigo por el cuello después de lo que acababan de ver. Ethel y Draco se retiraron a su mesa.
-Harry- llamó Hermione dudosa –sabes que no confío en ese chico
-Yo tampoco, compañero- secundó Ron
-Tal vez lo que le pasó lo haya cambiado de alguna manera- dijo una tercera voz que irritó a Hermione y provocó una sonrisa en la boca de Harry
-¡Luna!- exclamó Harry volteando a saludar a la chica
-¡No creo que te interesen nuestras conversaciones, Luna!- exclamó Hermione
-Ella es Mildred- dijo Harry ignorando olímpicamente a su amiga –Mildred, ella es Luna, de Ravenclaw
-Mucho gusto, Mildred, Cibil me habló de ti, dice que eres una bruja muy poderosa
-Cibil me tiene en muy alta estima, Luna, pero agradezco que te haya hablado de mí- dijo la chica sonrojándose
-¡Luna!- llamó Ginny desde su lugar entre Dean y Seamus
-¡Ginny!- exclamó Luna alegre y se dirigió donde la pelirroja
-¿Pueden explicarme qué sucede aquí? ¡Realmente no entiendo lo que está pasando!
-Será mejor que vengas con nosotros- dijo Ron –Te lo explicaremos en el camino
Los tres desaparecieron en un susurro, al igual que el resto de los alumnos, el banquete hacía tiempo que había terminado y los prefectos se encargaron de lleva a los nuevos alumnos a las respectivas salas comunes. Harry suspiró, estaba nervioso, en unos minutos vería al rubio, las manos le sudaban y ese cosquilleo en el estómago se había tornado muy insistente.
Allí lo vio, sentado en su silla, se miraba las manos, a Harry le dio un vuelco el corazón cuando el rubio levantó la mirada, pudo ver la tristeza, el dolor que había estado guardando desde hacía tanto tiempo, se acercó a él y se puso enfrente, tapándolo de la vista de los demás.
-Será mejor que busquemos otro sitio- dijo Harry tomando la silla
-Temes que te vean conmigo, ¿no es así, Potter?- preguntó en tono amargo
-No- dijo Harry –No quiero que te vean en ese estado
Llegaron a la torre de Astronomía, colocó la silla frente a la ventana mientras él se sentaba en el alfeizar. El rubio quedó maravillado con la vista.
-¡Qué hermosa vista!- exclamó mirando el cielo cubierto de estrellas que parecían sonreírle desde su lugar fuera de la ventana, la oscuridad del aula daba un toque misterioso al lugar.
-Es mi lugar favorito para estar a solas- comentó Harry sin apartar la vista –cuando no puedo dormir vengo aquí y sueño que mi vida es diferente…
-Potter- llamó Draco suavemente -¿Qué sucede entre mi padrino y tu?
-¿El Profesor Snape?- preguntó el chico –No lo sé a ciencia cierta, pero he descubierto que el hombre tiene mucho más que enseñar que simples pociones
-¿A qué te refieres?- preguntó el chico intrigado
-Es tu padrino, Malfoy; deberías saberlo
-No te entiendo, Potter
-Es un gran hombre, sabe ganarse el respeto de los que lo rodean, no solo por causar temor, por su persona… además no sabía que charlar con él pudiera ser tan interesante
-Así que… le has tomado cariño- dijo afirmando más que preguntando
-¿Cómo se puede tomar cariño a alguien en tan solo dos días? ¡Es imposible! Pero por lo menos ahora le respeto más que antes
-Potter- dijo el rubio cabizbajo –lamento haberte dicho lo que te dije en San Mungo, no fue mi intención…- el moreno pudo notar que Draco apretaba los puños con fuerza
-¿A qué le temes, Malfoy?- preguntó de tajo el chico
-No lo sé- mintió –pero lo cierto es que no quiero continuar así…
-¿qué hay de Crabbe o Goyle? ¿Qué hay de Parkinson o Zabini? ¿Por qué no Ethel Hallow?
-Ninguno de ello es mi amigo, ninguno tiene interés en mí, en cambio tú… tú te preocupaste por mí, Harry
Un escalofrío recorrió al ojiverde, escuchar su nombre en los rosados y delgados labios de Malfoy había provocado en él un enorme deseo de lanzarse sobre él y besarlo, pero el temor de que Draco le volviese a herir con sus palabras le contuvo.
-Tal vez fue un error- dijo el moreno –Draco, tu y yo somos como el agua y el aceite, nuestros mundos son totalmente opuestos, tan opuestos que no pueden estar uno cerca del otro… si lo que buscas es compañía, tal vez sea mejor que comiences a acercarte más a tu padrino
-Pero… Harry… yo
-¡Compréndeme, Malfoy!- exclamó el chico levantándose de su asiento –Tu padre intentó asesinarme, tu tía mató a mi padrino que era la persona a la que más quise… ¿Cómo confiar en ti? ¿Cómo saber que tú no quieres hacerme daño?
-Mi padre está en Azkabán, gracias a ti; mi tía es lo menos que merece por todo lo que ha hecho… no olvides que ella fue quien asesinó a mi madre… ¡No soy yo el enemigo, Potter!- dijo el rubio comenzando a molestarse
-Tal vez puedas ser el más peligroso de todos… aún más que Voldemort- dijo el chico meditabundo
-¿A que te refieres?- preguntó
-No lo entenderías, creo que es tarde, tengo que irme…
-¡Harry… no me rechaces una segunda vez!- dijo el rubio –No cuando te lo pido con el corazón en la mano
-Draco yo…- Harry estaba nervioso, agachó la cabeza y le dio la espalda –Lo siento, no puedo hacerlo…
-¿Por qué Harry?- la voz quebrada de Draco hizo que su corazón diera un vuelco
¿Cómo decir que no? ¿Cómo explicarle a chico que no podía tenerlo cerca por miedo a perder el control de sí mismo y poseerlo en el instante mismo?
-¿Qué es lo que en realidad esperas de mí, Draco?
-No entiendo
-¿Quieres que te ayude a salir de esto? ¿A rebelarte contra la voluntad de tu padre? ¿A realizar tu venganza contra Lestrange?
-¡No!- exclamó el rubio –No quiero nada de eso, solo quiero dejar de ser el tipo patético que soy ahora, pero al parecer cada día lo soy más… ¡ni siquiera puedo mantenerme en pié por tres segundos!
-¡Tú no eres patético!- dijo el moreno con furia, mientras tomaba el rostro del rubio entre sus manos y le obligaba a mirarle a los ojos -¡Nunca lo has sido y nunca lo serás!
-Harry- gimió el rubio entrecerrando los ojos, quería conservar la imagen de aquel chico mirándole fijamente, diciéndole que nunca había sido patético…
-Voy a ayudarte, Malfoy- dijo Harry –No quiero verte deprimido nunca más… pero en nuestra condición es peligroso que nos vean juntos… tu padre debe tener muchos amigos vigilándote y… no quiero que te pase nada; además Ron y Hermione… a ellos no les caerá muy bien…
-Te comprendo, Harry, gracias…
-No me lo agradezcas, Draco- dijo el chico con ternura –También tengo el corazón en la mano
-¿Qué sucede aquí?- preguntó detrás de ellos la melosa voz de Snape -¿Metiéndose en problemas Sr. Potter? En realidad no me sorprende, pero ¿Usted Sr. Malfoy?
-La verdad ha sido mi culpa- dijo Draco sin chistar –yo le he pedido a Ha… Potter que viniese…
-Profesor Snape- llamó Harry sereno –me gustaría charlar con usted un momento si no es inconveniente
-No crea que con esa actitud va a librarse de su castigo…
-No es lo que pretendo- dijo negando con la cabeza
-Bien- dijo el hombre –espere en mi despacho, iré a dejar a Malfoy a su dormitorio y le alcanzo en un momento.
Harry y Draco se miraron, el moreno asintió con la cabeza y el rubio cambió su actitud, volviendo a su fría mirada y su semblante imperturbable. Snape observaba la escena, intrigado, comenzando a hilar en su mente la tela que le revelaría lo que allí pasaba.
El ojiverde fue directamente al despacho de Snape, abrió la puerta y miró el lugar, se sentó frente al escritorio y tuvo la tentación de ojear los pergaminos que se encontraban frente a él, a cambio sacó de entre su túnica un viejo juego de "tetrix" que había pertenecido a su primo Dudley y comenzó a jugar. Cuándo el profesor entró y lo encontró en esa posición, lo miró curioso.
-¿Se puede saber qué rayos es eso, Potter?- dijo el profesor
-Oh- exclamó asustado –es solo un juego de muggles- dijo –en el libro que me dio hay una receta de cómo generar energía para ciertos aparatos eléctricos…
-Pero no me explico como…
-¿Cómo logré ponerlo aquí?- completó el chico –Es fácil cuándo se conoce el funcionamiento de las baterías Muggles, solo la "enfrasqué" en las pilas y la renuevo cada que se consume…
-Muy listo, Potter, solo espero que su aparatejo no interrumpa sus clases… ahora… ¿de qué quería hablarme?
-Es sobre Dra… Malfoy- dijo el ojiverde –Profesor Snape… usted es su padrino ¿cierto?
-Lo soy…
-Estoy preocupado por él, hay algo en su mirada y la conversación que tuvimos esta noche… creo que necesita compañía, necesita ayuda… está deprimido
-Supongo que tiene razón- dijo el hombre poniendo su rostro entre sus manos –temía que cayese en ella, sabía que tarde o temprano tendría que hablar… pero no me esperaba que fuera con usted…
-Profesor…
-Lo siento, no quise decir eso… es solo…
-Lo comprendo- dijo el chico –y me gustaría ayudarlo, pero tal vez necesitemos su ayuda…
-¿En qué podría ayudar yo, Potter?- preguntó intrigado
-¿recuerda las reuniones de DA?- preguntó –tal vez pueda hacerlas particulares con Draco… Malfoy… y la mejor forma es… evitar tener que cuidarnos de los demás profesores…
-Potter, no veo claros sus motivos… ¿por qué ayudar a quien ha sido su enemigo desde el día en que entró a Hogwarts?
-Porque… me gustaría que eso cambiara… profesor, si usted hubiese visto lo que alcancé a ver en sus ojos… en San Mungo, en el pié de la escalera mientras me esperaba… por ello lo llevé a la torre de Astronomía…
-Potter… solo espero que tus intenciones sean buenas… no soportaría que mi ahijado quedase mal parado… o peor, lastimado…
-No se preocupe, profesor… no lo lastimaré.
