52.- Dulce y amargo.

Todos se despertaron esa mañana de navidad por el ruido de la fuerte brisa. El viento silbaba y una masa blanca de nieve rodeada a la cabaña. Harry se paro enfrente de la ventana sorprendido. El nunca había visto una tormenta de nieve. El se vistió y bajó las escaleras. El fuego esta prendido y rugía en la enorme chimenea en la sala que era tan alta que abarcaba del piso hasta el techo. Hermione estaba sentada enfrente de esta moviendo el tizne y arrojándole piñones. Cuando ella lo vio una enorme sonrisa ilumino su rostro y fue hacía él. "¡Feliz Navidad Harry!"

El abrazó a Hermione. "Feliz Navidad Hermione." Pronto Ron se unió a ellos y más abrazos fueron compartidos. Ron miró al enorme árbol. "¡Demonios, ya vieron todos eso regalos!"

"El Profesor Dumbledore dijo que no podíamos abrirlos sino hasta el desayuno, así que nos tendremos que esperar un rato" Hermione explicó.

"Harry, niño querido¿Puedo hablar contigo?" Dumbledore le preguntó mientras salía de la cocina.

Harry asintió y siguió a Dumbledore mientas subía por las escaleras y lo dirigía al cuarto de Snape. Harry se quejó por lo bajo preguntándose que estaba pasando.

Mientras ellos entraban a la habitación, Harry se sorprendió de ver ahí a Lupin, a McGonagall, y además a Snape.

El se volteó confundido a ver a Dumbledore.

El puso su mano en el hombro de Harry. "Harry, tenemos un regalo para ti. Es algo en lo que hemos estado trabajando desde hace dos años sin embargo los problemas que estaba teniendo con el Ministerio de Magia me impidieron lograrlo más pronto. Al final del último año escolar Fundge vino conmigo y finalmente pudimos terminar de arreglar esto. Ha pasado mucho tiempo y perdón por que te lo entregue cuando ya es demasiado tarde."

La suave voz de Lupin añadió. "Aun cuando esto es después de su muerte, piensa en ello como algo que Sirius hubiera querido y como tu eres su ahijado, me gustaría que tu lo tuvieras."

Snape dijo. "Esperamos que esto te traiga un poco de paz."

Dumbledore le dio un sobre. A Harry le dolía el corazón por la mención de Sirius. Con las manos temblorosas saco un documento del sobre. Se dio cuanta de que era un anunció oficial sobre la inocencia de Sirius en el cual se le daba el perdón absoluto por parte del Ministerio de Magia, lo cual hizo que se le cerrara la garganta.

El logro decir. "Gracias a todos ustedes."

Sus ojos se abrieron sorprendidos cuando vio a Lupin.

Los ojos de Lupin se estaban llenando de lágrimas. El se acercó a Harry y lo abrazó, suspirando profundamente. Los dos se miraron uno al otro, demasiado impresionados como para hablar. Luego Lupin sonrió amablemente. "Por lo menos ahora él puede descansar en paz." Un suave sollozo escapo de los labios de Harry al escuchar esas palabras. Lupin lo abrazó de nuevo fuertemente, tratando de no llorar. Con un rápido beso en la frente de Harry el dejó la habitación junto con Dumbledore, y McGonagall. Harry se secó la cara mientras Snape lo veía.

"Potter¿Estas bien?"

Sin confiar en si mismo para hablar, Harry simplemente asintió.

Snape se acercó a él y le puso sus manos sobre los hombros.

Harry bajó la cabeza. "Todos estos años que paso en Azkaban y luego escondiéndose." El logró decir.

"Los siento Harry, hubiera sido mejor que esto se hubiera arreglado mientras él estaba vivo."

Harry asintió secando las lágrimas.

"¿Estas listo para ir a desayunar?" Snape preguntó suavemente.

"Si." Dijo con voz temblorosa.

Cuando él entro a la cocina, McGonagalll lo detuvo y lo abrazo amablemente, "Feliz Navidad." Ella dijo.

El también la abrazó, viendo la simpatía en sus ojos. "Feliz Navidad Profesora McGonagall."

Draco se paró enfrente de la ventana viendo la tormenta de nieve. El año pasado había estado en la Mansión Malfoy y su padre lo había golpeado por primera vez con su bastón, El cerró los ojos tratando de borrar la memoria. Su estomago se empezó a revolver de nuevo.

"¿Draco?" Dijo la suave voz del Profesor Snape detrás de la puerta.

"Si"

"Tenemos una sorpresa Especial de navidad para ti"

Snape entro seguido de McGonagall, Lupin y Dumbledore.

Draco los miró con sospecha.

Snape empezó a explicar. "Draco antes de que fuera a ver a tu padre, le dije al director que quería apelar al Comité Del Ministerio de Magia Para Jóvenes Magos Abusados para que le quitaran la custodia a tus padres. El Profesor Dumbledore trajo a Cornelius Fudge mientras estabas inconsciente. Y como Lucius es un prisionero que acaba de escapar de la cárcel, no tuvimos problema en quitarle sus derechos como padre; lo único que nos pudo haber detenido era si tu madre no nos quería ceder sus derechos, pero ese no fue el caso. Supongo que se debe a que esta muy abrumada por la captura de Lucius. Lo cual significa que nunca te tienes que volver a preocupar por Lucius. Tu estas ahora bajo mi cuidado y el de Hogwarts, además todos los profesores que están en este cuarto se ocuparan de tu bienestar. Ahora estas a salvo Draco."

El le dio un sobre en el cual se contenía todos los documentos apropiados.

Draco sacó los documentos del sobre. El los miró y se dio cuanta de que tenía el nombre del Profesor Snape junto con el nombre de todos los profesores que se encontraban con él en ese momento. Su madre también había firmado junto con Cornelius Fudge. Su cuerpo se tenso. El trató de pelear contra la sensación que le cerraba la garganta y que hacía que sus ojos ardieran dando un suspiro. El estaba verdaderamente agradecido con las personas que estaban en el cuarto y que había hecho eso por él, y aun así al mismo sentía como lo llenaba una enorme sensación de desesperanza.

Los Profesores en el cuarto miraron a Draco con sorpresa cuando de repente una lágrima calló sobre el documento.

Antes de que alguien pudiera decir algo Minerva se acercó a él, abrazándolo fuertemente. Para la sorpresa de todos Draco no trató de soltarse como era de esperarse, en lugar de eso el rodeo el cuello de la profesora con un brazo dejando caer su cabeza sobre su hombro.

Minerva sintió las silenciosa lagrimas caliente en su cuello mientras le susurraba al oído. "Todo va a estar bien."

Su madre había firmado los papeles sin haberlo pensado dos veces; obviamente ella estaba feliz de no tener que pretender nunca más. El sabía que su padre nunca hubiera firmado, pero no por que lo quisiera. El pensó de nuevo en la Casa de los Gritos y en como su padre prácticamente lo había dejado solo a que muriera. Su vida entere no había significado nada. Y como sí hubiera leído su mente, la Profesora McGonagall susurró. "Es un nuevo comienzo Draco."

El Profesor Snape de todos los profesores era el más sorprendido. Su usualmente controlada voz sonó un poco temblorosa. "¿Cometimos un error al haber hecho esto?"

"Creo que esta bien Severus, supongo que él esta un poco triste de que todo tuviera que terminar así, y un poco abrumado por todo lo que le paso. ¿No es así Draco?" Dumbledore pregunto.

Draco se soltó de McGonagall y ante de voltear se limpió la cara. El miró con los ojos enrojecidos a Snape. "Si, esto es lo que yo quería." El dijo tratando de aclarar su garganta.

Snape no muy seguro. "¿Estas seguro, tienes que saber que puedes visitar a cualquiera de tus padres, pero las visitas serán supervisadas."

Draco respondió. "No quiero verlos."

Dumbledore se levantó. "Creo que debemos regresar a la sala. Draco siéntete libre de venir con nosotros cuando estés listo." El miró a Snape sobre sus lentes de media luna.

El asintió con sus oscuros ojos llenos de preocupación.

Minerva se levantó, amablemente acariciando el pelo rubio de Draco. El la miró mientras ella le sonreía amablemente. "No te tardes mucho, es Navidad lo cual significa que es un día para divertirse y tienes regalos que abrir."

El no pudo hablar y decirle lo mucho que él estaba agradecido con ella ya que nunca lo abandonaba. El la vio marcharse y se pregunto, por que en todos los años que había estado en Hogwarts nunca se había dado cuata de lo amorosa que en realidad era. Estricta y apegada a las reglas, pero de alguna manera lo hacía sentirse especial. Su mirada se posó sobre Snape.

En voz bajo el le dijo. "Lo siento Draco, debí haber hablado contigo primero. Cuando fui a ver a tu padre no estaba seguro así que hable con el Dumbledore quien hablo con los otros para que se aseguraran que nunca regresarías con Lucius. No me arrepiento de lo que hice ya que de esa manera nunca volverás a ser victima del enojo de tu padre, pero sí lamente no haber discutido esto contigo."

Draco sacudió la cabeza. "No quiero regresar con mis padres, nunca más."

"El director y yo platicamos anoche. El pensó que tal vez quisieras saber los detalles de lo que pasó cuando fui a ver a tu padre ya que tal vez estas un poco confundido por la razón o el motivo por el cual salvo mi vida."

Draco asintió. "¿Por qué casi me mato, y después te salvo?"

"Cuando fui con él yo quería matarlo, pero en lugar de eso le lance el hechizo guaguario. ¿Sabes lo que es eso?"

Draco sacudió la cabeza.

"Es usado por el Señor Oscuro en lugar del hechizo cruciatus para castigar a los mortifagos con los que esta enojado. Es como usar un látigo para caballos, corta la piel profundamente y es muy doloroso. Quería recordarle a Lucius lo que se siente ser golpeado en la manera en que él te golpeó. El estaba sufriendo de mucho dolor y el me lanzó el hechizo cruciatus. Pero el estaba perdiendo sangre y sintiendo bastante débil, así que el hechizo no duro mucho. Yo le apunte con mi varita y Bellatrix debió haber pensado que lo iba a matar. Ella fue la que me lanzó el hechizo Lightnarius. Lucius solo quería castigarte, él no se dio cuanta de lo seriamente lastimado que estabas. El escuchó voces las cuales yo asumo pertenecía a Potter y a sus amigos, y el sabía que alguien podía encontrarte y curarte, por eso te dejó. La única razón por la que creo yo me dio la poción para detener la muerte es que le dije que estabas al borde de la muerte y que yo estaba tratando de salvarte. El no quería que su único heredero muriera."

Draco en silencio miraba la pared del cuarto. "Eso es lo que siempre he sido para él. Su heredero, el que tiene que ser como él pero que nunca es lo suficientemente bueno en ello."

"No en este día, por que hoy es día para divertirse; pero en otro día tu y yo nos sentaremos a platicar del pasado. Hay cosas que no sabes de mí y cosas que deberías saber de tu padre. Aunque eso no es excusa por lo que te hizo."

"¿Cuándo me vas a enseñar oclumencia?" Draco preguntó de repente.

Snape frunció el ceño. El iba a empezar las lecciones con Potter mañana. Se preguntó si podría combinar la primera lección de Draco con la de Potter. El necesitaba el permiso de Potter. Esa podría ser la manera en la que finalmente Draco pudiera dejar los celos que le tenía a Potter, si así entendía lo que pasaba en su mundo. Tal vez los dos chicos podían llegar a entenderse. Pero luego, Draco estaba todavía muy débil para la lección de Oclumencia y esta lección lo podía cansar física y emocionalmente. El no estaba completamente bien todavía.

"Creo que primero necesitas sanar un poco más."

Draco sacudió la cabeza. "Me distraerá. Quiero que me enseñes."

Snape suspiro. El ya había pasado por demasiado y no le quería negar nada. "Pensaré en eso. Pero Draco tienes que saber que la Oclumencia es muy difícil y que revivir algunos de los peores y más dolorosos momentos en tu vida."

Draco asintió. "Ya lo viví en persona, puedo verlos de nuevo."

"No entiendes lo cansado que puede ser."

"Sí Potter puede hacerlo, yo también puedo hacerlo." El dijo desafiante.

Snape sacudió la cabeza. "Creo que la estas pasando mal por el momento. Mejor sácalo de tu cabeza por un momento. Vamos a salir y a unirnos a las festividades."