Capitulo 63.- Derritiendo el Hielo.
Draco se sentó en uno de los cuartos de la librería. Tenía las rodillas apretadas a su pecho y sus cabeza descansaba en estas mientras miraba afuera hacía el lago. La noche había sido interrumpida sin parar por pesadillas. Él nunca había tenido tantas en una sola noche. Él dedujo que eran las memorias de Snape lo que las había causado. En un sueño, él mató a su padre a golpes con el bastón que él usaba. Después de eso él se despertó volteando de lado de la cama para vomitar, todavía tenía la horrible imagen de la sangre en su mente. Snape estuvo a su lado en un instante abrazándolo y acariciando su cabello mojado por el sudor. Cuando su estómago dejo de revolverse, Snape le dio una poción para el estómago y lo ayudo a acostarse de nuevo diciéndole palabras tranquilizadoras y suaves hasta que se calmó. Snape se sentó a su lado hasta que se quedó dormido. En otro sueño su padre le dijo que Snape no lo quería y que todo era un plan para hacerlo que ayudara a Potter, y que en realidad Snape quería a Potter como a un hijo, y no a él. Él se despertó en silencio y temblando después de este sueño. En el último sueño Snape lo golpeó con el bastón de su padre por haberle lanzado un hechizo a Potter. Él se sentía perdido y traicionado. No podía decirle a Snape acerca de esos sueños.
"Draco." Dijo una suave voz interrumpiendo sus pensamientos. Él miró a Hermione quien estaba parada a su lado.
Él se veía exhausto, tenía círculos oscuros bajo sus ojos, se veía más pálido de lo normal, sus ojos no tenían brillo. Ella frunció el ceño preocupada. "¿No te estas sintiendo bien?"
"Vete Granger, no estoy de humor para tener compañía." Él respondió fríamente molesto por la preocupación en sus ojos.
"Ni siquiera la compañía de un amigo." Ella preguntó suavemente. Ya se había acostumbrado a su mal humor y a sus juegos sin acabar por tratar de alejarla especialmente cuando mas desesperadamente la necesitaba. Ella podía ver a través de su fría mirada lo solo que estaba sintiendo.
"No somos amigos." Él respondido fríamente volteando a ver por la ventana de nuevo.
"Tal vez, pero ya no somos enemigos tampoco." Ella se sentó en el lado opuesto a él.
Él la miró a ella con los ojos entrecerrados; Sus palabras sonaron. "Solo por que quieres que ayude a Potter a ganarle al Señor Oscuro."
Hermione suspiro. "Sí no hicieras nada para ayudar y mientras no hagas nada para ayudar a que perdamos la batalla, yo me seguiré preocupando por ti. Sigues dejando que tus inseguridades saquen lo peor de ti. Sí sigues poniendo todas esas barreras enfrente de ti me será muy difícil romperlas. Créeme, yo no voy a hacer nada para lastimarte."
Él resopló burlándose de sus palabras. "Tu no puedes lastimarme."
"Tal vez no, pero puedo ayudarte sí me dejas."
Él la vio sospechosamente. "Estoy bien, sólo que no pude dormir bien." Él respondió irritable.
Ella recordó la pesadilla que había tenido en víspera de año nuevo. "¿Estas teniendo pesadillas?"
Él odiaba que ella y los otros lo hubieran visto teniendo una. Él no quería enseñar más debilidad enfrente de ella. Con sus ojos grises como tormentas se sumió en la vista de la ventana otra vez. "Ya te dije Granger, no quiero compañía, y no quiero hablar."
"Draco." Ella se le acercó.
Él se alejó de ella, mientras su voz adquiría un tono de pánico. "Lo digo en serio, déjame sólo." Mientras su enojo crecía su respiración se hacía más difícil.
No queriendo alterarlo más de lo que ya estaba, Hermione se alejó un poco. "Lo siento Draco, pero sólo quiero ayudar, sólo para que te enteres, yo en realidad he empezado a pensar en ti como un amigo. Cuando veo a un amigo que no se siente bien siempre trato de ayudar. Pero supongo que eres igual que Harry,siempre alejas a todos por que tienes miedo de que alguien se te acerque."
"Yo no tengo miedo." Él se quejo con la cara visiblemente sonrosada.
Ella se rió levantando una ceja. "Actúas como si lo estuvieras, a menos de que claro sigas odiando mi sucia presencia que no merece tu espacio de sangre puro." Ella lo retó mirándolo a los ojos a que se atreviera a volver a decirle sangre sucia.
Él miró a otro lado sintiéndose culpable y pasó saliva. "Eso no era lo que quería decir."
Ella suspiro. "¿Por lo menos hablaste con Snape de tus pesadillas?"
Él sacudió la cabeza sintiéndose incomodo.
"¿Por qué no, tal vez él pueda ayudarte" Ella le sugirió suavemente.
"No quiero molestarlo."
"Él te quiere mucho, sabes eso." Hermione dijo pensando. "¿Tienes miedo, quiero decir te preocupa que Snape deje de quererte de repente?"
Draco no respondió y el corazón de Hermione empezó a doler cuando se dio cuenta que después de una vida entera sin nadie que lo quisiera, él estaba aterrorizado con la idea de que Snape de repente lo dejara solo. Tal vez Draco pensaba que nada de eso era real, que sólo era para ayudar a Harry a vencer al Señor Oscuro como le había dicho anteriormente.
Ella se acercó y puso su mano en su muñeca. "¿Si no le quieres hablar al Profesor Snape, por lo menos habla conmigo, te prometo que no ira más lejos de entre tu y yo."
Él la miró, sus ojos preocupados traicionaban su frió exterior. Parte de él quería que ella se alejara, pero otra parte quería desesperadamente encontrar a alguien con quien poder hablar. Ella seguía acercándosele, empezó un día lleno de niebla y ella no lo había dejado. Él movió su brazo, de manera que la mano de ella se deslizara de su muñeca a su mano. Él miro la mano y la apretó suavemente. Ella la apretó dándole consuelo. Sus ojos titubeando se encontraron con los de ella. Ella le sonrió amablemente. "Vamos." Y lo jaló de la mano amablemente.
Él se resistió. "Lo siento, no puedo, simplemente no lo puedo." Una ola de pánico lo había llenado. No podía hablar de sus sueños no con ellas, ni con nadie.
Ella asintió tristemente. "Esta bien, lo entiendo." Ella le sonrió amablemente. "Pero ven conmigo de todos modos, tengo una idea. No te hará hablar pero te hará sentir mejor."
Ella agarró su mano un poco más fuerte y lo volvió a jalar. Él la miró con sospecha; la confianza era algo que no siempre tenía con todas la personas. Él estiró sus piernas sin ningún esfuerzo y la siguió a la puerta.
Ella lo dirigió al corredor al cuarto de requerimiento y lo trajo de un lado a otro del corredor hasta que la puerta apareció. Ella lo llevó adentro.
Un grandiosos aroma a sándalo vino de debajo de la puerta del área que estaba cerca de ellos. Había una suave cama situada enfrente de la puerta. Hermione soltó a Draco y abrió la puerta adyacente al cuarto, descubriendo una gran tina de baño con burbujas, del cuarto escapó un poco de vapor. Draco se detuvo cerca de la puerta sus ojos bien abiertos de la impresión. Sus ojos se conectaron con los de Hermione, y una sonrisa pícara se formó en su rostro.
"Olvídalo Malfoy, no te traje aquí para hacer eso." Ella le respondió viéndolo feo.
Sus ojos se entrecerraron, le habían pegado duro en el ego. "Nunca lo consideres Granger, yo nunca lo haría con una…" Él no terminó la oración y se mordió el labio.
Ella lo miró con sus ojos grandes y oscuros lastimados.
"No quise usar esa palabra, lo siento." Él añadió súbitamente.
"Olvídalo. Te ves como un zombi así que por que no te bañas con agua caliente y te relajas un poco, pero no te quedes dormido, por que no tengo deseos de ir a sacar tu mojado cadáver de ahí." Ella dijo levantado su mejilla indignada.
Él resopló molesto mientras entró al baño y azotó la puerta detrás de él. Tenía que admitir que ella había hecho un buen trabajo mientras se quitaba la ropa y se metía en el agua caliente que tenía un aroma muy bonito. Sus músculos se relajaron y sintió que el dolor en el pecho ya no existía. Después de un rato, un fuerte golpe en la puerta lo sorprendió, y se dio cuenta de que casi se queda dormido.
"Ya se te acabo el tiempo, ya salte."
"¿Qué tal sí no me quiero salir?" Él respondió gruñón.
"Entonces convertiré el agua en hielo." Ella respondió con voz dulce.
Él se salió de la bañera, se secó y se volvió a poner la ropa.
Su cabello aun estaba mojado cuando salió del otro cuarto. Hermione lo notó, pero él se veía un poco mejor, menos tenso, y más contento.
Él se dio cuenta que había un plato con sopa en la mesa de noche cerca de la cama
"Vamos, súbete a la cama y come un poco de sopa."
Molesto por que ella se la pasaba diciéndole que hacer, no se movió.
Ella notó el disgusto en su cara y se quejó, el príncipe Malfoy parecía estar a punto de hacer un berrinche.
"Draco, sólo estoy tratando de hacerte sentir mejor. El baño era para relajarte para que no tuvieras más pesadillas. La sopa es por que no has comido bien desde que estuviste lastimado y como te ves como un zombi, tal vez te caiga bien un poco de sueño en paz."
Ella lo miró parado y desafiante enfrente de ella, ella sabía que él no quería lástima, estaba horrorizado de que todos sintieran pena por él pero la verdad es que ella sí sentía pena por él y por todo el dolor que había sentido, por el trauma que había sufrido al enterarse que sus padres no lo querían, y la humillación que había sentido cuando las personas que consideraba sus enemigos lo habían descubierto. Ella sabía que estaba enojado, pero él se veía completamente vulnerable parado y medio tembloso, con los puños cerrados, su mojado cabello cayendo sobre su frente y sus ojos llenos de confusión y tristeza. Después de odiarlo tantos años era difícil definir que sentía exactamente. Sí no hubiera habido tantos problemas con él ella hubiera apreciado completamente el hecho de que Malfoy se había convertido en un chico bastante guapo, alto, delgado con ojos penetrantes, finas facciones y cabello rubio muy claro, pero lo que sentía por él en ese momento no era físico, era más bien la misma misteriosa fuerza que la hacía querer consolar a Harry. Ella sonrió suavemente para sí misma, ella quería ser la amiga de Draco, no quería que él se sintiera tan sólo. Conducida por un instinto desconocida ella se levantó y se dirigió hacia el chico. Él la miró cansado mientras ella rodeo su cuello con los brazos y lo abrazaba de manera amable. Él se detuvo por un instante, pero luego la rodeo fuertemente con sus brazos. "¿Por qué estas siendo tan buena conmigo?" Él preguntó en voz baja.
"Por que quiero." Ella respondió.
Él la soltó. "¿Sólo es por que sientes pena por mi, no es así? Pobre Malfoy, el niño golpeado, es tan patético." Él enojado soltó esas palabras.
Ella resopló molesta. "Ser golpeado no te hace patético Draco, tu sobreviviste, eres fuerte."
"Pero sientes pena por mi¿No es así?" Él la acusó de nuevo entrecerrando los ojos con una expresión fría en su rostro.
Hermione suspiró. "¿Cómo crees que voy a contestar a eso, claro que siento pena por ti, te encontramos casi muerto y luego escuchamos las cosas horribles que tu padre de hizo, por supuesto que me siento terrible de que eso te hubiera pasado. Pero sabes que hay algo por lo cual siento más pena, siento más pena por lo que le ha pasado a HARRY. A pesar de su vida horrible él siempre ha sido muy buen amigo. Me preocupo mucho por Harry y lo quiero no sólo por que siento pena por él. ¿Puedes entender eso?"
Él miró a sus pies no muy seguro de cómo responder.
"Vamos, se te esta enfriando la sopa."
Los ojos de él miaron a los de ella y asintió, simplemente estaba muy cansado para seguir discutiendo.
Él se sentó en la cama y comió la sopa. Cuando terminó Hermione esperó a que se acostar�, pero él se quedó sentado.
"Estas exhausto Draco, por que no te acuestas."
Él miró a la cama y sacudió la cabeza. "Estoy bien, no quiero dormir."
Ella entrecerró los ojos; él se veía muy cansado, ella no podía entender por que no se quería dormir. Tomando el riesgo de que se fuera a enojar de nuevo ella preguntó. "¿Crees que vas a tener otra pesadilla?"
Sus ojos brillaron mientras se levantó. "Creo que me debería ir. Gracias por el baño y la sopa."
"Espera Draco." Ella se detuvo. "Me quedaré aquí mientras duermes, sí creo que vas a tener una pesadilla, te despertaré de inmediato, lo prometo."
Él miró a sus oscuros y preocupados ojos y sintió una ola de celos al darse cuenta de la gran amiga que tenía Potter y Weasley. Ella se había puesto más bonita. Por años él había peleado contra ese pensamiento, tratando de enfocarse en lo que su padre siempre decía, ella sólo era una sangre sucia. Pero él sabía que no solo era bonita por fuera sino por dentro. Ella le estaba ofreciendo amistad, sería un idiota sí la rechazaba de nuevo. Tal vez nunca se la volvería a ofrecer. Él asintió y le sonrió suavemente. "Bueno, pero sólo bajo una condición. No les puedes decir nada de esto a Potter ni a Weasley."
Ella sonrió. "No te preocupes, yo me ocupare de tu honor."
Él la vio un poco molesto.
Muy para su sorpresa ella se subió a la cama encima de las cobijas y tomó una de las grandes almohadas esponjosas y se acostó, le dijo que se acercará. Él la miró sorprendido.
"Bueno, si tienes una pesadilla tengo que estar cerca para despertarte."
Él titubeo un poco, era casi como cuando Snape estuvo a punto de morir y McGonagall lo había abrazado hasta que se quedo dormido, sólo que esta vez simplemente Hermione definitivamente no era McGonagall.
Él se metió a las cobijas y puso su cabeza en la almohada cerca de Hermione.
"Ahora cierra los ojos y ten algunos sueños bonitos, sueña acerca de cómo derrotas a Ron en el ajedrez y a Harry en el Quidditch y a mi en trasfiguraciones."
Él rió suavemente. En algunos aspectos ella era tan buena consolando como lo era McGonagall. Tal vez todas las mujeres con excepción de su madre tenían esa cualidad tan adorable.
"¿Qué pasará cuando la escuela empiece?" Él preguntó a regañadientes.
"Los cuatro continuaremos siendo amigos, te lo prometo, Draco, sólo recuerda algo antes de que te vayas a dormir, El Profesor Snape te ama incondicionalmente." Eso fue lo que ella dijo.
Sus ojos se cerraron cansados y lo último que recordó fue Hermione acariciándole el brazo de manera protectora.
