:::segunda parte:::
Los tres estaban conversando cuando el cruzo la puerta sin hacer ruido, que estaba abierta de par en par.
-VALLA!!!, LEN!!! –grito entonces Horo Horo corriendo hasta su amigo, brindándole un calido abrazo.
Su madre, se llevo a Pilika consigo a la cocina, cerrando la puerta para que estos estén más tranquilos.
-como estas???? –pregunto el ainu luego de aquel arrebatador abrazo.
-he... bien –contesto Len sonrojado.
-estas... tan... grande! –Horo Horo estaba en verdad muy emocionado, al borde del llanto.
-tu también –contesto Len, mirando de pies a cabeza a su amigo, que aunque lo negara, había extrañado tanto en estos eternos 4 años.
-ven siéntate –dijo indicando al sofá, donde el también tomo asiento.
-Ha!!... fe...fe... feliz cumpleaños!! –dijo Len entregándole un paquete envuelto en papel de regalo adornado con un moño azul.
-gracias!! –Dice el peliazul -¿Qué es? –refiriéndose al presente.
-pues... lo sabrás cuando lo habrás –contesta el chino en un tono extrañamente juguetón.
Al abrirlo se encuentra con uno de esos juegos electrónicos, que nunca logro comprender.
-¿Qué es? –volvió a preguntar esta vez mas confuso.
-Es un Game Boy –contesta Len en un tono de "obviedad".
-y eso... ¿Qué es? –pregunta acabando con la paciencia de su amigo.
-BIEN YA HOTO HOTO, SI NO TE GUSTA ME LO QUEDO!!!! –grita Len, dándole comienzo a lo que parecería ser otra de sus conocidas discusiones.
-¿QUE?!!!, YA QUIERES PELEAR???!!!, ADEMÁS NO TENGO LA CULPA DE QUE ME REGALES UNA BARATIJA CHINA!!!!. –contesta furioso.
-CÁLLATE!!!!, NO PUEDO CREER QUE SEAS TAN IGNORANTE, TU TIENES LA CULPA POR SER UN POBRE ESTUPIDO!!!.
-¿MIRA QUIEN HABLA?, CABEZA DE TIBURÓN, SABES QUE NO DEJAS DE SER EL MISMO IDIOTA DE SIEMPRE!!!!-
En ese momento la puerta de entrada se habré velozmente.
Y alguien entra a la casa interrumpiendo la discusión.
Se trataba de una bella señorita de 16 años, con el cabello hasta los hombros recogido en dos "colitas", lacio y de un color castaño claro. Sus ojos eran grandes y brillantes, de un verde manzana.
Su piel era muy clara, y se ponía rosada en la zona de las mejillas.
Tenía un físico muy bonito, era poco más alta que Pilika y tenia un busto bastante desarrollado al igual que las curvas de su cintura.
-ah, hola... lo siento, ¿a caso interrumpo algo? –dice esta.
-no para nada...-dice Horo Horo, cambiando su humor de un instante al otro.
Len se fastidia ante esta reacción de su amigo.
-pasa, toma asiento Haruko –dice Horo Horo haciendo un ademán exagerado, en modo de chiste, simulando ser un sirviente ante su reina –póngase cómoda su majestad.
Haruko, le festeja el chiste con una simpática risita, que entro por los oídos de Len, haciendo que la deteste aun más que antes.
-ha!!!, feliz cumpleaños!! –le dice esta entregándole un pequeño paquete, acompañado de un beso en la mejilla.
Len hervía de furia.
-Muchas gracias!!!... ¿Qué es? –Al decir esto ultimo miro desafiantemente a Len, quien le devolvió una mirada venenosa.
-pues ábrelo... es sorpresa. –dijo Haruko.
-pues vamos a ver... Mmmm, ¿Qué podrá ser lo que me obsequió la linda de Haruko –decía mientras habría el paquete.
Al abrirlo se topo con un reloj bastante moderno.
-"anda pregunta ¿Qué es?, maldito idiota!!!" –pensaba len enfadado.
-¿te gusta?... es sumergible.
-¿sume que? Pregunto el peliazul algo perdido.
-que es su... mer... gi... ble –dijo separando las silabas para que entendiera.
-que puedes sumergirlo en el agua y no se avería –dice Len de mala gana.
-AH!!!, este sujeto que esta aquí es Len Tao... es un cabeza de tiburón, que vino de china solo para fastidiarme –dijo señalándolo a su "amigo".
-ah, mucho gusto... me han hablado bastante de ti –dijo mientras le hacia una reverencia.
-y ella, es la linda de Haruko, mi vecina –dice el ainu. Pero Len solo mira para otro lado. –Bahh!, no le hagas caso, es un tonto.
Abren la puerta, y Pilika ve a Haruko.
-Hey Haruko, vienes a ayudarnos a preparar la mesa???!!!
-si claro –dijo levantándose.
Horo Horo, llega a verle las bragas por debajo de la falda celeste cuando esta se levanta. Echando baba, era obvio que esta niña no pasaba desapercibida para el shaman ainu.
Len sabía esto, por eso estaba muy irritado.
Cuando Haruko ya estaba del otro lado de la puerta, Horo Horo, largo un largo suspiro.
-Valla, ¿es muy linda no crees?... ella será mi novia, te lo aseguro.
Len estaba colmado por la furia, se levanta y se dispone a irse.
-Hey!!!, ¿A dónde vas? –dice Horo Horo preocupado.
-me iré de aquí, esto es una perdida de tiempo –dice sin detenerse.
-oye len.. ¿Qué te sucede?
Este no le contesta y se va a abrir la puerta.
Horo horo, lo agarra fuerte del brazo, y lo acorrala contra la puerta.
-¿Qué haces imbécil?, ni creas que te dejare ir –dice con una sonrisa maliciosa en el rostro.
Len estaba tieso, era tan irresistible tener a Horo Horo de ese modo.
-si no haces mas que reñir desde que llegue –dice len en un tono algo reprochador.
-pues de que otro modo seria Len?, ¿a caso no son nuestras peleas el símbolo de nuestra amistad? –dice horo horo.
Soltándole el brazo a su amigo –además... aun no quiero que te vallas... te extrañe Len. En serio.
-yo... tam...bien –respondió Len.
Se quedaron mirando un largo rato. Ambos acabaron sonrojándose,
El peliazul larga una pequeña carcajada, mas de nervios que otra cosa
-¿ves Len?... no funciona de otro modo.
Entonces, se aleja y se sienta en el sofá.
Len se queda ahí quieto.
-y si vas a irte al menos llévate una chaqueta... los tiburones no están acostumbrados al frió –inmediatamente hizo una sonrisa.
-es cierto, hablo el científico Hoto Hoto, que siquiera sabe lo que significa sumergible –con otra sonrisa irónica.
-pues si sabia –dice horo horo.
-si, claro –se burla Len.
-¿QUIERES PELEA?!!!!
-¡¡¡CUANDO QUIERAS!!!!
Ya en la cena...
El agraciado apenas se detenía para respirar.
-Muanchk!!... muachomp!!!... chomp!!... chomp!!!! –decía mientras despedazaba una gran pierna de res.
Su madre se había puesto en gastos, asegurándose que el banquete que le ofrecería como regalo a su hijo, sea lo más completo posible.
En la mesa había todo tipo de manjares, de los más deliciosos.
-veo que sigues tan glotón como siempre –comenta Len.
Horo horo, sin prestarle la más mínima atención, continua arrasando con todo lo que se encontrara en frente.
Luego de que solo migajas quedaran sobre la mesa, que hace instantes estaba repleta de comida, su madre se marcho a la cocina a traer el delicioso pastel que había horneado y decorado con cariño para su hijo mayor.
-uf!!!, creo que voy a explotar!!!! –comenta Horo Horo con una notable satisfacción, mientras se frotaba el estomago.
-es cierto... comes demasiado... no puedo creer que estés en tan buen estado físico –dice Haruko con una sonrisa.
-pues si verdad?, todo gracias al entrenamiento –endúrese el brazo en posición de exposición, mientras sus músculos se hinchan notoriamente.
Invitando a la chica, a que se los tocara.
Esta comprende, y comienza a apretarlos con sus delicadas manos.
Len los miraba de reojo, comenzaba a fastidiarse nuevamente.
-cielos!!!, son mas duros de lo que pensé!!!... debes ser muy fuerte. –opino Haruko impresionada.
Sus blancas manos entonces, dejaron de apretar sus brazos, para subir lentamente, brindándole lo que paresia una caricia disimulada. Deslizándose mas tarde por sus amplios hombros, pasando luego por su pecho, para detenerse finalmente en su abdomen, que a pesar de estar algo hinchado por la gran cantidad de alimentos a digerir, permitía sentir los tan bien marcados músculos que allí estaban alojados.
Horo Horo, solo continuaba quieto, aun que sorprendido no se negaba a las "carisias" de la chica en el afán de recorrer su figura.
Len no estaba tan tranquilo, tenia deseos de apretar el pequeño cuello de ESA muchachita con igual o mas fuerza como con la que estaba estrujando una servilleta bajo la mesa, para desquitar su furia.
-oh dios!!!!, Horo Horo, no sabia que tuvieses tan buen físico!!!! –dijo Haruko con las mejillas sonrojadas, no por vergüenza, ella no solía avergonzarse por nada. Si en ese momento hubiese tenido deseos de besar a Horo Horo, simplemente lo hubiera echo. Tal vez ese rojizo que coloreaba sus mejillas, se debía al placer que le había brindado el leve contacto físico con el peliazul.
Horo horo, aunque quisiera parecer muy valiente, se había avergonzado de tal manera que su rostro también había tomado cierto "colorete".
Len también estaba rojo, pero de cólera, ¿Qué demoños estaban haciendo eso dos??!!!!.
-valla... me vendría bien un hombre como tu a mi lado ¿sabes?... fuerte... tierno... gracioso... y sobre todo atractivo, por que tu eres muy atractivo ¿lo sabias? –la vecinita, paresia muy interesada en el shaman ainu. Y decía cada una de estas palabras con un tono mas provocativo cada vez.
Horo Horo, estaba muy nervioso... pero talvez esa seria su oportunidad. No la iba a desperdiciar actuando como un niño tímido.
la sujeta tiernamente de una de sus mejillas, acercando su rostro mas al suyo –pues no soy el único aquí... ¿Qué me dice usted princesa?, ¿estaría pecando si tuviese a mi lado una preciosura como tu? –dice con una picara sonrisa en su rostro.
Len estaba a punto de explotar de ira... como quisiera acabar con ambos para evitar presenciar tan desagradable episodio.
Su desesperación iba en creciente, a medida de que los labios de Horo Horo y Haruko se acercaban cada vez más y más...
-DEMOÑOS!!!!!..... QUE ALGUIEN... QUE ALGUIEN DETENGA ESTO, POR FAVOR!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! -pensaba Len a medida que millones de gotas de sudor brotaban de su frente.
:::continua en la tercer parte:::
